The Palace of the Forest [Legiel Cruyff]

por **Sasha Nureyev** Miér Jun 20, 2012 9:51 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La visión de la mansión pareció turbarle, olí su desconcierto ante tanta opulencia, y durante un segundo, también su miedo. Pero no pregunté. Era libre para hablar, y como no lo hizo, simplemente asumí su silencio. Lo coloqué en el suelo con gesto suave -Hemos llegado, ven, te mostraré el interior- le dije, indicándole con un gesto que me siguiera, pero no esperé a que se colocara a mi altura sabiendo que eventualmente lo haría.

Saqué una gran llave de debajo de mi camisa y abrí la portalada de entrada que, como todo en el palacete, era enorme. Nos recibió el hall perfectamente iluminado con una gran lámpara de araña, cada cristal relucía haciendo que casi pareciera mediodía. La alfombra verde, con el escudo de mi familia primorosamente bordado con hilo de oro, nos condujo hasta las escaleras de mármol. Subí a un escalón y me volví abriendo los brazos con gesto teatral -Dobro pozhalovatʹ v moĭ dom, Legiel Cruyff-

por **Sasha Nureyev** Jue Ene 23, 2014 10:24 am

Cuando estuve satisfecho con el rudo boceto sobre el lienzo, tomé la paleta con mis colores ya preparados, y comencé con el fondo preliminar. No se cuanto tiempo estuve absorto en mi trabajo, pero me di cuenta de cómo su incomodidad crecía.

El trabajo de modelo no era sencillo ni especialmente agradable, en muchas ocasiones no era ni bien pagado. Un poco como el trabajo de pintor, pensé irónicamente. Pero para un joven inexperto como Legiel debía de suponer incluso más aburrido y molesto siquiera.

Así, en un acto que no sentaría precedente, esperaba, puse de lado mis pinceles, posé la paleta sobre una de las mesitas y me acerque al muchacho pelirrojo ofreciéndole sus ropas con suavidad -Vístete y daremos un paseo para que te relajes- indiqué con una sonrisa viendo su mirada de alivio al poder por fin moverse.

A continuación me di la vuelta en el mismo gesto caballeroso de antes, pero esta vez no fui capaz de contener mi curiosidad, y con mucho disimulo, miré de reojo por encima del hombro, encontrándome de lleno con su espalda blanca y delicada, sus nalgas pequeñas y redondas y sus piernas largas que parecían tan suaves como una flor.

Inmediatamente noté mis colmillos comenzar a alargarse junto con otra parte de mi anatomía situada bastante mas abajo. Mis pantalones comenzar a apretar más de lo que resultaba cómodo y de nuevo miré al frente, tragando saliva e intentado tranquilizarme, por que sino iba a abalanzarme sobre Legiel Cruyff y a devorar su cuerpo.

por **Legiel Cruyff** Jue Ene 30, 2014 11:18 am

Definitivamente, aquello era algo complicado. En varias ocasiones, cuando la situación por alguna razón llegaba a formar parte de su hilo de pensamientos, creyó que el ser modelo, era la cosa más sencilla del mundo. Al pensar en ello de forma superflua…. Vaya, no pensaba que necesitara de mucho desgaste físico. Lo creía menos agotador que, por ejemplo, trabajar bajo tierra, en una mina respirando aire viciado y denso, con el peligro acechando a cada momento. Con la enorme posibilidad de ser tragado por la tierra misma.

Pero era claro que se había equivocado totalmente. Bien dicen que solo la experiencia nos da las verdaderas razones y armas, para poder definir o saber en qué consisten y de cómo se componen las cosas y los hechos.
Su cuerpo estaba entumeciéndose. A pesar de todo, estaba realmente esforzándose en mantenerse bien concentrado para no moverse ni un ápice. No quería ni respirar, de ser posible.

No quería cometer alguna pequeña torpeza que arruinara el trabajo de Sasha, que hasta entonces, se había portado bastante bien con él –salvo algunos pequeños detalles, pero eso ya era prácticamente, pagina pasada-.

Estaba preguntándome por cuánto tiempo más seguiría en la labor, pues, aunque no llevase un registro del tiempo transcurrido, estaba consiente que ya era algo considerable; cuando la voz de Sasha me hizo sobresaltarme un poco. Tan concentrado en no cambiar de posición estaba que no lo noto acercarse. Eso, y que el hombre se movía con la sutilidad y silencio de una sombra.

- ¿Paseo?- repitió con un tono suave, agradecido totalmente. No podía evitarlo. Él era un ser humano, con necesidad de movimiento; no era una manzana. Necesitaba moverse.- Es… está bien- Si era Sasha quien lo proponía, le quitaba un peso de encima.

Una vez que el rubio se dio vuelta, se levantó de aquel diván. Movió el cuello de un lado a otro. Si, un poco adolorido, pero anda como para hacer un drama. Suspiro, moviéndose un poco más, antes de tomar su ropa y comenzar a colocársela con un poco de torpeza. Se sentía un tanto tieso, y la sensación de ser observado, le habían hecho darle la espalda. A final de cuentas…

Bueno, Sasha le había dado su palabra de no mirar… Pero…

Terminó de colocarse las prendas y se giró, con las mejillas un poco sonrosadas. Si, era pudoroso. Y no ayudaba a sentirse menos nervioso, el encontrarse con la mirada del dueño de la casa. Su mirada entonces, se llenó de nuevo de pena e incertidumbre. Miedo incluso. Algo no estaba marchando del todo normal. Pero…. Era mejor actuar como si nada, verdad?
- Ehmm ehmm ya… ya… ya estoy lis-listo Sasha- y le regaló entonces una sonrisa, una en que se reflejaba ese temor que estaba latente en su interior.

por **Sasha Nureyev** Sáb Mar 08, 2014 7:06 pm

Me esforcé por tranquilizarme y componer una mueca calmada, tratando de no pensar en lo que habría causado semejante miedo en el muchacho como para temer una simple mirada de deseo.

Tuve que contenerme, contener el picor en mis manos que me decía que debía deslizar mis dedos por aquel hermoso rostro, como si se tratara de un potrillo asustado al que tenía que calmar y convencer de que en realidad, todo iba bien.
Deseaba abrazarle, acariciar su melena de fuego y demostrarle que el amor, la pasión, no eran algo de lo que tuviera que tener miedo. Pero sabía que de intentar hacer algo así ahora, solo conseguiría alejarlo más de mí y que hacer que pensara que yo era como quien quiera que hubiera provocado aquella reacción en él.

Me anoté el detalle, decidiendo que más tarde le preguntaría, le sonsacaría si fuera necesario, y así cuando supiera de quién se trataba, cuando lo encontrara, que Dios se apiadara de su alma...

Viendo su nerviosismo sonreí, pese a que por dentro, todavía me sentía enfurecido y con gesto galante le ofrecí mi mano, notando cómo sus delicados dedos blancos como la leche temblaban levemente al rozar los míos, pero no esperé, tan solo tiré de él rodeando el caballete, sin dejar que lo mirara y guiándolo hacia abajo.
Tan solo lo solté para abrir las puertas y en el momento en que estas se movieron, la luna brilló sobre nosotros.
Miré tras de mí al joven que observaba el astro con asombro, casi sorprendido de que aquí, en el medio de ninguna parte, la reina de la noche pudiera resultar más hermosa que en el centro de París.

Sin embargo, en mis ojos, lo realmente bello, era él, con sus ojos verdes reluciendo con un brillo metálico, Legiel era quien reinaba sobre todas las estrellas.

por **Legiel Cruyff** Mar Jun 17, 2014 6:22 pm

¿Por qué mi mente me jugaba malas pasadas? Hasta ese momento Sasha no había demostrado un interés especial en mí, más bien “ese interés”, por lo menos no de manera tan abierta para que yo me asustará, debía de comenzar a controlarme si no, se enteraría de lo que había pasado y lo que menos quería era la lastima de alguien. Así que cambiando la sonrisa por otro gesto que no demostrara temor, intente alcanzar la mano que me era extendida pero apenas lo pude rozar porque el dueño de ésta me agarro para salir rápido de ahí. Me hubiese encantado ver el dibujo de reojo por lo menos pero no me fue permitido por el movimiento del vampiro y con el ceño levemente fruncido vi como abría las puertas para dejar ver el cielo.

De inmediato mi expresión se relajó para ver la luna, que en esos momentos brillaba con una gran intensidad que me dejaba sorprendido y es que no era para menos, aquí se veía mucho más hermosa que en medio de toda la civilización. Sin duda el rubio había escogido un buen lugar donde vivir.

— Me gusta como se ve —hice un gesto con el dedo índice donde mostraba al satélite natural de la Tierra— si me permites, después de que todo esto acabe, quisiera venir a verla —y también visitarlo a él, pero no iba admitir eso jamás— aquí se admira mucho mejor que entre medio de todas las casas y pequeñas luces del centro. Y si quieres... puedo dejar que me pintes otra vez —pese a que no era de manera directa, era una clara muestra de que yo ansiaba volver a visitarlo, y ante semejante aclaración de mi mente un rubor cubrió mis mejillas de manera intensa mientras desviaba el rostro para que no viera aquello, aunque con la mirada tan intensa que tenía pegada en mi persona fuera que hice ese movimiento en vano.

Por culpa de ese vampiro estaba dejando ver demasiado mis sentimientos y no sabía si eso era algo bueno o malo.

por **Sasha Nureyev** Jue Sep 25, 2014 2:35 pm

Su sonrojo... cuando ya creía que no podía ser más hermoso más atrayente, el rubor cubría su mejilla y me atrapaba de nuevo en sus formas.
Me obligué a mirar hacia otro lado y sonreí suavemente al escuchar sus palabras -Мой дом ваш дом- susurré -Tu casa es mi casa- añadí de forma que él me comprendiera -Puedes venir siempre que lo desees, y para mí sería un honor que me permitas inmortalizar tus bellos rasgos una vez más-
Jamás podría olvidar un solo centímetro de sus formas y por supuesto no necesitaba tenerlo delante para ello, pero no iba a decírselo.
La cordura me decía que no debía obsesionarme, que no debía disfrutar tanto con la idea de tenerlo cerca, con esa necesidad que comenzaba a surgir dentro de mí de no dejarle ir jamás. La cordura me decía que Legiel era un ser libre como el viento, pero la sola idea de que le volvieran a hacer daño me horrorizaba.
Tanta belleza debería ser admirada, disfrutada, adorada. Pero jamás herida.

Si había tenido alguna duda, aquel sonrojo me convenció de que no podía, simplemente mi corazón no me permitía dejar marchar a aquel hermoso ser de fuego que tan dulcemente mi había conquistado.
Legiel, mi ángel llameante, ¿cómo podría retenerlo a mi lado? pensé mientras las nubes se movían ante la suave brisa descubriendo a la luna una vez más. Los rayos de plata iluminando al gitano hermoso que la admiraba a mi lado y al cual habría deseado despojar hasta que quedara, igual que la Reina de la Noche, desnudo en cuerpo y alma.

No se me ocurría cómo convencerlo, pero es que mi cabeza dejaba de funcionar cuando lo tenía cerca. Sin embargo, si había algo que sabía era que mi persistencia no tenía límites. Quizás tendría que ceder, sabía que no podría alejarlo del mundo porque eso lo mataría, pero estaba dispuesto a asegurarme de que nadie jamás volviera a poner un solo dedo, sobre aquella delicada piel que relucía en la noche.
Y una vez que lo tuviera, buscaría a quien le había dañado y le haría pagar.

¡Cómo me alegraba de Legiel siguiera disfrutando de la luna!
No me habría gustado que viera el brillo peligroso que pasaba entonces por mis ojos, no querría que los suyos dejaran de iluminar mi rostro cada vez que me devolvían la mirada.

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