Anhelando tu regreso ¿Se hará realidad? [Privado]

por **Hernán Villalpando** Mar Jun 26, 2012 8:47 am

Como pasan el tiempo, como ha pasado tanto tiempo que ya no se cómo reaccionar, como seguir…pero tengo un motivo mi hijo, Brage, porque sigo adelante, aunque diga que ya no puedo que ya es difícil, solo pienso en él y…las ganas de seguir luchando regresan a mi cuerpo. Hace dieseis años han pasado ¿Es mucho tiempo no? Pero para un Vampiro algunos vampiros esos años es como si había trascurrido apenas un día, para mí no, para mí ha sido tanto tiempo que perdí ya la cuenta, las horas, los minutos, los días, meses…mire por la ventana, el sol se estaba ocultando el cielo ya estaba anaranjado Brage estaba a punto de llegar de donde este.

“Mi niña, yo te sigo amando aunque pase os siglos, tendrás mi corazón, nadie podría ocupar tu lugar aunque pase un siglo”

Susurro, mi único amigo es el viento, esta casa me recuerda tanto a ella, todavía siento que su aroma esta impregnado en cada rincón de ella, es tonto, pero nunca he salido con una mujer, tampoco he estado entre las piernas de una ¿Por qué? Por el gran amo que siento por ella, la esperanza que regrese sigue latente en todo mi cuerpo, una fe que quiero que se haga realidad, esperando que cuando vuelva ella quiera seguir conmigo, aunque…aunque la diferencia de edad será mayor, Fiolette será ya mayor, al edad de seguro la persigue, esperando que no, que por eso no regrese, yo sigo siendo un joven de veintitrés años. Me encojo de hombros mirando hacia el retrato que mande a pintar hace un par de años, era ella, la señora de la casa, la madre de mi hijo y sobre todo la mujer que amo, nunca me cansaba de verla pero la añoraba como mujer, como todo…cerré fuertemente mis ojos y baje la mirada, recargándome en el sillón y seguir pensando.

-Ya basta Filiberto, tiene que salir a la calle y olvidarte de una maldita vez de ella… ¿Si?..-Me regañaba a mí mismo, desde que ella se fue era raro que saliera del bosque, siempre estaba adentro, a la ciudad raramente iba, ahora de igual manera iría la bosque ¿A qué? hacerme más tonto de lo que ya estoy. Me levante sin ganas como solía ser, no iba a esperar esta vez a Brage, aunque lo estaba pensando pero estar encerrado en esta casa me agobia, los recuerdo de ella me dañaban un día necesitaba olvidar de esa mujer que alguna vez ame y sigo amando. Es tonto amar alguien que ya no está a tu lado, que ha pasado casi diecisiete años. Salí de la casa, mirando el bosque y el camino al que me llevaba a la ciudad. Ahora, estando ya afuera, viendo el bosque no sabía a dónde ir-Que dilema Filiberto… ¿No?...-Suspire hondo y empecé a caminar por el camino que me llevaba hasta la ciudad, este día o mejor dicho esta noche iba a hacer diferente o eso creo

Mis pies se movían por si solos, mi rostro se notaba tan joven como siempre, pero mi mentalidad había cambiado desde que ella se fue, desde que ella me dejo ¿La razón? Una sabré aquella razón, si fuera un capricho de ella o una venganza hubiera vuelto en semanas tal vez en meses pero años y sobre todo tantos años…eso ya no lo tolere, ella me dejo de Amar. Llegue a las calles de parís, mirando a las personas, empezando a caminar sin mas.

por **Fiolette Himmel** Vie Jun 29, 2012 7:30 am

Hacía una semana en la que había levantado cabeza, había recopilado mis recuerdos y devuelto mi conocimiento total a mi cabeza. Dios santo... habían pasado dieciséis años, ¿Cómo... cómo pasó el tiempo? ¿Qué...? Había reparado que a causa de no tener ya problemas para tener una fecha de mi muerte, como a casi todos los vampiros, el tiempo les pasaba el tiempo sin más, sin preocupaciones y en mi caso pasó exactamente eso. A causa de mis negocios y volver a todos un poco más a la normalidad y una estable vida donde podrían tener una vida digna si trabajaban en mi empresa, habían pasado los años hasta que me dí cuenta que ya eran demasiados años, que no había pasado un año, ni un mes... si no nada más y nada menos que casi diecisiete años sin mi familia y a mucha distancia.

Al darme cuenta del tiempo pasado recogí mis cosas más necesarias y habiendo dejado los cabos sueltos en los negocios, marché rauda hacia mi segundo hogar aunque el más importante, París. Allí vivía mi hijo y mi marido aunque nunca hubiera llegado a casarme con él. Viajé rápidamente gracias a ser una vampira, raza que me ha solucionado unos cuantos de problemas bastantes gordos que no podía ser capaz de solucionar siendo una simple y débil humana. Acabé con el imperio corrupto de mi padre, dejé que la empresa se limpiara de trabajadores compinchados y rotos por el dinero, para luego hacer que volviera a ser como era, una gran empresa que daba mucho beneficio y sus trabajadores fueran felices y sin problemas por sus salarios.

Llegué a París una semana después de haber partido de Noruega. Dormí en hostales de día y por la noche sin más remedio partía veloz. No sabía si dirigirme hacia mi hogar o mi ex-hogar si es que ya no me deseaba mi familia con ellos. Había sido arrancada de cuajo de mi familia y sin mandarle cartas en estos dieciséis años, ni un mensajero, ni un nada... no estaba bien segura si me permitirían el lujo de dejarme volver con ellos, de vivir de nuevo con ellos. Tenía miedo de encontrarme con Brage y que me odiara por haberle dejado solo estos años y de Filiberto, de dejarlo con el hijo que una y muchas veces me dijo que no pensaba que fuera suyo. Todo era tan complicado y dificultoso que en el trayecto hacia mi hogar había pensado dar marcha atrás y no volver con ellos, si no volver al trabajo donde podía escapar del asunto y no enfrentarme a mis dos amores pues me daban miedo de que accionara de una forma negativa contra mí.

Al final llegué a la ciudad sin demasiados problemas al recordar calles por las que solía pasar luego de que la dejara años atras. Por ahora quería beber un poco de alguien, descansar pues al sol le quedaba exactamente una hora y tres cuartos para salir, quise tomar un descanso y buscarlo en la noche siguiente. No quería encontrarme a nadie conocido por nada del mundo, no estaba aún preparada mentalmente ni físicamente, andaba nerviosa y me costaba controlarme en ese estado. Además de que la cerca salida del sol me ponía incluso más nerviosa de lo normal.

Las calles habían cambiado un poco, solo algunos establecimientos habían cambiado, otros seguían exactamente igual que antes, no se les había retocado nada y casualmente a la siguiente calle a la que entré, era donde se encontraba mi tienda, donde había dedicado tanto esfuerzo, trabajo, dedicación, cariño... donde su bebe, que por cierto ya no lo era, había nacido... donde Filiberto volvió a ella, donde todo terminó y comenzó de nuevo. Llegó a la altura de la tienda, con sus decorados en madera, con su cristaera... pero ya no había pasteles allí si no telas, bonitas telas. Tuvo un recuerdo de su hijo correr por la tienda y ella advertirle de que se caería si corría de esa manera y así fue, el pequeño se cayó y ella misma lo cogió en brazos para acunarlo acallando su llanto lastimero. ¿Tanto tiempo había pasado? No podía ser... era imposible de que se hubiera como olvidado del tiempo, aunque de ellos no se olvidara en ningún momento, eso estaba claro.

Acariciaba la puerta de madera de la tienda, aún recordando pequeños trozos de su pasado con su familia, todos buenos... quería volver a verles, sentirles de cerca, abrazarles y besarles. Saber como estaba su marido y saber como era su propio hijo, como había llegado al final a ser, como ella o como su padre, daba igual a quien saliera, él es y siempre sería el hijo perfecto aunque la repudiara, aunque la odia por "abandonarlo" que no fue así. Escuché unos pasos que me sacaron de mis ensoñaciones con aquellos maravillosos recuerdos, todos nostálgicos y entrañables... los que hace que la familia te hace sentirte llena, realizada, amada y acompañada. Deseaba con cada vez más fervor el volver a sentirme igual que antes, volver a sentir aquello que solo una familia podía ofrecer.

-Os echo tanto de menos...pero tengo miedo- mi voz salió pensativa, dubitatiba y ningún halo salió junto con mis palabras y dejara motrar que mi cuerpo estaba caliente. Mi voz hizo eco en las deshabitadas calles al igual que aquellos pasos que se acercaban cada vez más. Olía raro pero era comida, lo tomaría rápidamente, indoloro, y luego lo dejaría ir sin más. Iría al hostal que estaba unas calles más abajo y descansaría por ahora.

por **Hernán Villalpando** Vie Jul 13, 2012 1:01 pm

No supe cuanto tiempo estuve caminando, estaba muy pensativo, más de lo normal, solo recordando, solo pensando del porque ella se había ido de mi lado…siempre me pregunto eso, siempre pregunto ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué nos dejaste? ¿No estabas a gusto con nosotros? ¿Te tratábamos mal? O mejor dicho ¿Te trataba mal? Pregunta tras pregunta, Brage era tan pequeño cuando se fue-Fiolette…-Susurre su nombre, el viento se había llevado aquel nombre el nombre de la mujer que más amo en este mundo. ¿Qué ha pasado estos años?...buena pregunta me hago, tantas cosas, Brage es todo un hombre ya, con dieciocho años, yo sigo siendo el mismo Filiberto, no cambio ni un poco, no me vuelvo viejo, no tengo canas, no me arrugo, mi hijo sí, mi hijo se hace mas grande, más viejo mas…todo hasta el punto de morir, porque algún día el morirá y yo seguiré siendo un Vampiro. Todavía recuerdo cuando me convertí en uno, iba de cacería ese día, había dejado a Fiolette dormida, deseando volver a sus brazos, dormirme junto a ella como siempre, sentir su calor, su ser simplemente. Ese día estaba tan distraído pensando en la boda, porque le había propuesto matrimonio, pero la desgracia vino a nosotros cuando me convirtieron en Vampiro, no pude regresar a casa por el temor de hacerle daño me fui durante un año, cuando regrese me entere que tenía un hijo con ella, todo fue nuevo para mí, ella embarazada yo vampiro, a veces creí que él no era mi hijo…no lo era, pero poco a poco acepte que tenía un hijo, Fiolette no murió todos felices, años juntos, cuando iba a volver a perderle matrimonio nuevamente la desgracia llega nuevamente a nuestra vida arrebatándome a Fiolette, pensé que se había ido de viaje y no avisado, los días pasaban, las semanas, hasta meses cuando mire que no regreso nuevamente caí en una depresión…Los años empezaron uno año, dos, tres, cuatro, etc…hasta ser dieces años sin saber de ella, la dimos por muerta, sufrí tanto que me volví más serio, más recto, mas amargado y así sigo siendo.

Solamente salía de noche, claro por mi condición, por ser un Vampiro. Sigo sin tener amigos ¿La razón? Me volví mas amargado de lo que estaba, solo sonreía cuando Fiolette estaba a mi lado, cuando no estaba era un hombre sin sentimientos, sin nada, solo un hombre parecía más fantasma que Vampiro. ¿Hubo otras mujeres para mí? No, no hubo más mujeres, el recuerdo de Fiolette seguía clava en mi memoria, el amor que sentía y ciento por ella sigue latente en mi ser. No puedo estar con otra persona si sigo pensando en ella, puede que dure mucho tiempo por eso pero…pero podría volver a enamorarme un día tal vez no sé, solo el tiempo lo dirá. Es una noche hermosa, la luna llena, iluminando los caminos de los seres oscuros como nosotros, las estrellas dándole un toque hermoso al cielo oscuro, para mi cada día lo miro diferente el cielo…pero llegara el momento que ya no piense como tal, el cielo será el mismo y me aburrirá esta vida que tengo, solo sigo adelante por Brage, el me da un poco de vida para seguir con esto, la familia de Fiolette rara vez me habla, Brage es el que va a verlos porque yo no me acerco a esa familia nunca, nunca me cayó bien ser sincero solo era amable por ella.

Me estaba cansando de pensar en mismo, Fiolette por acá, Fiolette esto, Fiolette hizo esto, Fiolette, Fiolette, su nombre era tan hermoso para mi, que no podía dejar de pensar ningún momento en ella, a veces me pregunto si no estaré obsesionado con ella, que en cualquier momento la veré, caminando, bella, pero me hago la idea que está muerta porque no ha vuelto a parís, sus amistad hasta familia no saben de ella. Había detenido de mis pasos, mis pies no se movían, estaba estorbando el paso hasta que escuche la voz de un hombre diciéndome “Disculpa, estas estorbando, ¿Te mueves?” esas palabras hicieron que volviera a la tierra, me moví hacia un lado inclinándome hacia enfrente en modo de disculpa-Lo siento de verdad, no quise molestar-No escuche nada después, sabía que estaba molesto su rostro se reflejaba, me recargue en la pared cerrando mis ojos y tocando mi rostro con mis propias manos y suspirando-Eres un tonto sin remedio Filiberto de verdad-Susurre y golpe la pared con una de mis manos, no muy fuerte para que no se destruyera.

Esta decidido, olvidare por completo a Fiolette, no mas ella, ella murió, es lo más seguro porque no he recibido ninguna carta por parte de ella, tampoco noticias de ella, una, murió o dos se caso con alguien más y es feliz, si sigue viva y se caso me da gusto, mientras que ella sea feliz yo también lo seré pero si murió siempre la tendré en mi corazón pero necesito ser feliz, si no me volveré un amargado de por vida-Vamos, Filiberto, vamos…-Sonrió un poco, despegándome de la pared, iba hacer una noche nueva porque desde este momento volveré a buscar alguien pero… ¿En verdad quiero alguien a mi lado? O solo para no sentirme solo, no sé, a ver qué pasa esta noche tal vez el recuerdo de ella opaque completamente mi mente nuevamente y esté pensando en ella de día, de noche, de noche de día…así. Las calles se hacían mas vacías al pasar el tiempo, solo las personas que tenían asuntos que arreglar todavía estaña en ella o porque no tenía a donde ir….yo…yo solo quiero pasear, despejarme conocer más personas, pero mis pies me llevaba un lugar que hace un año no visitaba o era yo el que quería ir…Me río solo porque yo mismo produje que mis pies me llevaran aquel negocio que con mucho esfuerzo mi querida Fiolette había levantando donde Brage nació, donde volví a vivir con ellos muchos recuerdos.

Me detuvo antes de llegar, no, no quiero recordar mas, quiero olvidarme de ella de lo que alguna vez tuvimos porque este sufrimiento me está consumiendo hasta el punto de dolerme, no sé qué pasaría, podría hasta matarme yo mismo por estar con mi corazón sangrando, mis lagrimas de igual manera lloran sangre por su ausencia, la amo, demasiado para dejar de recordarla a cada momento, de sentir algo por otra mujer no… ¡No! Puedo dejar de pensar en ella, nuevamente retomo mi caminata, yendo aquel lugar que alguna vez fue la pastelería de ella, donde pasaron muchas cosas, pero antes de llegar escuche un susurro para mí eso parecía al estar lejos…esa voz…no puede ser esa voz era de….Fiolette, entre más me acercaba mis pasos eran lentos, pausados, hasta que por fin había llegado un cuerpo parado se encontraba…era una figura, el aroma estaba mezclado pero era el de Fiolette….pero ese aroma estaba mezclado por sangre, a cadáver…

Me acerque más, no podía creerlo, era ella, su forma de su cabello de su cuerpo, no…me hice para atrás, mis labios querían decir muchas cosas pero lo único que dije fue…-Fiolette….-Dije fuerte su nombre mirando que poco a poco ella volteaba hasta que la mire…era ella-No puede ser…-

por **Fiolette Himmel** Jue Ago 02, 2012 11:08 am

Los pasos cada vez se hacían totalmente más presentes, hasta que llegaron a la misma calle que yo, pero no me moví en ningún momento. Allí seguía, parada ante la puerta, con una mano en ella, acariciando la vieja madera que necesitaba ser cambiada cuando antes pero es que seguía siendo tan preciosa como cuando cada día la abría cada mañana al trabaja en mi pastelería, esperando que al abrir la puerta para dejar paso a los clientes, Filiberto estuviera allí con aquella sonrisa con la que me dedicaba cuando me veía, me pidiera poder volver y yo aceptaba gustosa. Pero nunca fue exactamente como lo pensaba, vino cuando la tienda estaba cerrada y de noche, desde aquella noche descubrí que él nunca volvería a ser el mismo de siempre con su sonrisa... esa curva que hacía en los labios que me quitaba la respiración nada más verla. Aquella expresión que me hacía perder la noción del tiempo… aquella que me hacía olvidar lo que había pasado, perdido… pero también me hacía recordar que lo tenía a él, que me amaba, me cuidaba y me hacía sentir bien conmigo misma en todo momento.

Cuando observé que ya no me sonreía como antes, que no me regalaba una sonrisa tan fácilmente, cuando sentí y sufrí con él aquella depresión que tenía por haberse convertido en algo en lo que siempre había odiado y dado caza. Fue entonces cuando comprendí que aquel Filiberto al que yo había amado y que seguía amando había sido encerrado y había un nuevo Filiberto que era más rudo, más callado, más serio… el cual nunca superó en lo que ahora era. Estuve a su lado como toda buena compañera, amante, amiga… no era esposa pero siempre me sentí así con él, no es que los dos necesitáramos un papel que nos dijese que estábamos unidos. No necesitábamos la aceptación de nadie para estar juntos. Siempre fue difícil de manejar, pues sin saber como era ese nuevo Filiberto, volví a convivir con él con mis brazos totalmente abiertos solo para él y aunque fue una época difícil pues era complicada la convivencia, no nos veíamos mucho, él vivía en la oscuridad y yo totalmente en la luz del día, cuando era de noche solo llegaba arrastrando mis cansados pies hacia la cama y nada más eso ocurría él se levantaba, pero yo ya estaba totalmente dormida al estar todo el día de allá para acá. Fue una relación bastante difícil, mucho.

Nunca pensé que aquel olor que se me hacía apetitoso aunque raro pudiera ser nada más y nada menos que de mi marido. Si hubiera sido humana, me habría quedado totalmente en blanco, tanto físicamente como psicológicamente ¿Qué hacía él allí? ¿Acaso iba todas las noches a visitar aquel lugar como si pudiera verla allí como en aquella época? Dios… nunca… jamás… no pensé que me lo encontraría allí, no podía, no estaba totalmente preparada para poder mirarle a la cara luego de tanto tiempo, abandonado sin opciones junto con su hijo al que no sabía si aún seguía pensando que no sería suyo sino de otro hombre…

Cuando sus palabras resonaron unas cuantas de veces en la calle por lo desierta que estaba, no sabía si volverme y mirarlo o si salir corriendo para volver otro día, uno en el cual estuviera más concienciada y preparada. No estaba lista para que aquella persona que tanto amaba junto a mi hijo me dijeran la palabra que tanto temía, más que todo un simple “No” si escuchaba eso estaba segura de que escucharía dentro de mí cristales rompiéndose, mi corazón… El sonido de mi corazón romperse por completo, no lo aguantaría, no aguantaría un día más sin mi familia… no aguantaría una eternidad sola, no iba a hacerlo, no podía permitirme sufrir más, no el sufrimiento de perder a mi familia. Tenían que decirme que podía volver con ellos, los amaba, les echaba de menos, quería hacerlo pero el tener la posibilidad de poder escuchar esa monosílaba podía hacerme hasta ponerme los pelos de punta y que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo junto con un temblique que se me instalaba en los huesos y no se marchara por mucho que quisiera, por mucho que pasara, no se iba, no podía ahuyentarlo en ningún momento. Aquel sentimiento era el que le hacía caer, la que la hacía dudar de ella misma, aquel sentimiento que siempre la había acompañado en todo momento, la que no le había dejado vivir la vida como realmente debía ser.

Al final comprendí que era mi momento para verlo de nuevo, volver a ver su rostro, nunca lo había olvidado en ningún momento, ni ninguna pequeña parte de él, siempre lo tenía en mi cabeza al igual que mi hijo, aunque ya él estaría totalmente cambiado de seguro totalmente su rostro había cambiado por completo no sería el mismo que de cuando lo dejé, tan pequeñito… mi bebé… Mis piernas se giraron haciendo que mi cuerpo también lo hiciera, dando cara a la situación, siempre de frente y nunca de otra forma. Mis ojos se dirigieron a su rostro en el instante en que pude verlo, no había cambiado ni un ápice, era como si nunca me hubiera ido, bueno realmente no podría cambiar por se un vampiro, pero yo tampoco había cambiado nada desde que lo dejé a él allí en casa- Filiberto… si que puede ser- me quedé en el mismo sitio, impasible ante lo que pudiera hacerme o decirme, no sabía como podía actuar de ahora en adelante- He vuelto...

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