Volviendo a la vida (Eiden Van Garderen) (+18)

por **Sasser Nikolaev** Vie Jun 29, 2012 6:48 am

Recuerdo del primer mensaje :

Ya era suficiente. Tras varios meses de reclusión en su casa, llorando la muerte de su familia, Sasser había decidido poner fin a su enclaustramiento. Y lo iba a hacer para vengar la muerte de su familia. Para ello iba a necesitar equipamiento: dagas, plata, pistolas… en resumen, todo un arsenal para acabar con esos seres despreciables que tanto sufrimiento estaban causando a miles de familias parisinas y que a él mismo le había hundido en la miseria.

Pero antes de todo, Sasser quería despedirse de su familia. Se concedió a si mismo un último día para lamentar su pérdida. Además, sabía que su amada no hubiera aprobado la misión en la que se iba a embarcar, por lo que cogió su alianza y se dispuso a visitar aquellos lugares que tantas veces había recorrido con Laure. Hacía mucho tiempo que Sasser no pisaba la calle, tanto que apenas recordaba lo que era sentir la brisa en su rostro, que lucía un aspecto algo descuidado y desmejorado.

La primera parada de su viaje iba a ser el Jardin des Tuileries, aquel lugar al que había ido con Laure por primera vez, cuando apenas era un adolescente y un extraño en la ciudad parísina; y, también, aquel lugar al que solían ir a pasar el día en familia con sus pequeños. Hacía más de cuatro meses que Nikolaev no pisaba el lugar, pero sentía que nada había cambiado. Se dirigió concretamente a la zona donde se situaba su estatua favorita, y se sentó bajo a ella a contemplar el lugar en soledad y a perderse en sus pensamientos, a veces expresados en voz alta. Tan absorto estaba Sasser que no había reparado en la chica sentada a unos escasos metros, y cuya atención había llamado con sus cavilaciones.

por **Sasser Nikolaev** Miér Jul 04, 2012 7:58 pm

Durante los últimos metros del trayecto terminamos los temas que habían quedado en el aire. Empezamos por el tema de mi trabajo. Verdaderamente no sabía muy bien cómo explicarle el hecho de que mi suegro había decidido terminar las relaciones comerciales conmigo y con mi familia, al culparme de la muerte de su hija y de sus nietos. No quise mentirla, por lo que decidí resumir y eliminar a Laure de la ecuación – Discutí con mi socio local, así que tuve que dejar el negocio. Me he pasado unos meses tratando de pensar algo, pero ahora mismo no es una prioridad para mí – Afirmé, sorprendiéndome a mi mismo por haberle contado algo más de lo que pensaba en un principio.

- ¿Ayudar a la gente? Es una meta muy altruista y desinteresada, Eiden. Poca gente piensa de la misma manera. La mayoría solo busca acumular la mayor riqueza posible. - En verdad era un detalle que la honraba. No me esperaba oír eso de mi acompañante, que posó su cabeza sobre mi hombro. Aparté el pelo que le caía por su cara, acariciándola brevemente, y posé mi mano sobre su rodilla. Lástima que aquel vestido azul, a juego con el color de sus ojos, no me permitiera rozar su piel.

Al parecer le había gustado lo que había visto de París. - Cuanto más lo conoces, más bello te resulta – Sentencié. Al menos así me lo parecía a mi, aunque en verdad en los últimos seis meses no había sentido sino desprecio por esa ciudad y todo lo relacionado con ella.

- Finalmente llegamos a nuestro destino. A pesar de no haber acudido en varios meses se conservaba muy bien, tal como la recordaba. De nuevo, ayudé a Eiden a bajar del carruaje y nos dispusimos a entrar en la propiedad. Conforme recorríamos el sendero que llevaba hacía la casa la invité a dentro con la primera excusa que se me pasó por la cabeza: - ¿No está algo incómoda con ese vestido? Creo que en el dormitorio habrá algo más cómodo para usted. Además, sería una pena que se manchara o se estropeara – Sonreí, al tiempo que esperaba que aceptase mi invitación al interior de la morada...

por **Eiden Van Garderen** Miér Jul 04, 2012 8:12 pm

A pesar de que el chico parecía hacer sus mejores intentos por animar la cosa, a mi parecer no lo estaba logrando. Sonreí un poco ante su comentario del vestido para no parecer borde, pero por su apariencia pensé que se trataría de alguien más pasional.

- Estoy cómoda así - rodeé los ojos, algo desesperada por su actitud.

Una vez más, dudé sobre lo que él estaría buscando con todo aquello. Me quedé de pie tras de él, mirándole, con los brazos cruzados. Cada vez estaba más aburrida de la situación, era todo muy formal, muy frío... desde luego, en ese aspecto no se parecía en nada a mi ex-pareja, tal vez por eso mismo yo me esperaba otra cosa viniendo de él, tal vez tenía mis expectativas demasiado altas...

- Mire, esto me parece ridículo - dije finalmente con tono severo - en serio, no entiendo de qué va usted, ¿qué pretende? ¿que me ponga el pijama y veamos juntos las estrellas hasta el amanecer? - volví a dar un rodeo con los ojos - por favor señor, despierte, c'est la vie! estoy cansada de cuentos de hadas que no llevan a nada - me alejé unos pasos para volverme a acercar aún más a él - ahora dígame, ¿qué pretende con todo esto?

Me sentía un poco tonta con todo aquello. Tal vez Sasser era el tipo de hombre que encantaba a las mujeres por su romanticismo, pero yo era distinta a las demás, eso era algo que tenía claro desde hacía tiempo. Si bien algo de romanticismo no hacía daño, algo así, acabándonos de conocer, no me parecía lógico. Visto lo visto, dudaba que fuésemos a congeniar en ninguno de los sentidos de la palabra, tal vez no debí haber venido nunca...

por **Sasser Nikolaev** Jue Jul 05, 2012 9:24 am

Eiden parecía algo molesta. Rechazó mi invitación al interior de la casa y se quedó parada con un gesto de indignación. No comprendía muy bien a que venía este repentino cambio de actitud. Al fin y al cabo la había traído hasta aquí… No sabía que quería o que esperaba esa chica de mí.

Las cosas no hicieron sino empeorar. Eiden se puso hecha una furia, su temperamento volvía a salir de nuevo a la luz. Comenzó a gritarme y a reprocharme mi actitud.

Tras retroceder unos pasos, caminó decidida hacía mi, y muy cerca me preguntó que esperaba de todo aquello. -Esto...- respondí, al tiempo que me acerqué para, por fin, besarla. Toqué su rostro con mi mano, para deslizarla posteriormente por su cuello. Su piel era más suave aún de lo que su aspecto delicado podría indicar. Acaricié su hombro y pasé mi mano por su espalda, mientras trataba de quitarle el vestido. A decir verdad, había perdido algo de práctica, hacía ya bastante tiempo desde la última vez con Laure y, quizás estaba algo nervioso, no sé si por mi o por mi impaciente compañera, que parecía una experta en estos temas.

Busqué con la mirada el pajar, el sitio más cómodo que se me ocurría para poder dirigir allí a mi acompañante, toda vez que se había negado a entrar en la casa. Parecía demasiado lejano, así que traté de recostar a mi acompañante contra el césped del jardín al tiempo que comenzaba a desabrocharme la camisa…

por **Eiden Van Garderen** Jue Jul 05, 2012 9:57 am

¡Por fin! ¡Por fin después de todo este tiempo el chico había decidido lanzarse y besarme! Me costaba trabajo creerme que un hombre como él fuese tan cortito, la verdad, parecía más bien todo lo contrario... bueno fuera como fuese, al fin había dado el primer paso. Y menos mal, porque a punto había estado de irme.

Al roce de mis labios con los suyos pude comprobar que a pesar de su aspecto áspero no lo eran para nada, más bien se trataban de unos labios firmes pero sedosos, cosa que me agradó bastante.

Mientras él, torpemente, trataba de quitarme el vestido (y yo trataba de aguantarme la risa), aproveché su despiste para morderle con delicadeza el labio inferior, a la vez que posaba las manos sobre su trasero con fuerza, pegando más su cuerpo al mío, haciendo que nuestras piernas quedasen entrelazadas.

Noté como buscaba algo con la mirada, tal vez algún lugar donde poder recostarnos para poder seguir más cómodamente, pero al final no sé como terminó dejándome sobre el frío césped cercano a la casa... ¿en qué estaba pensando Sasser?

Una vez más, arqueé la ceja para mostrar mi apatía, aunque él estaba tan ensimismado desabrochando su camiseta que ni se cercioró de ello. Sirviéndome de su despiste, estiré la mano agarrado un puñado de tierra húmeda, tanto que parecía haberse convertido ya en barro por las lluvias de días anteriores, y se lo restregué por todo el torso mientras me reía.

Me zafé de sus brazos y me alejé de él rápidamente, por si acaso decidía tomar algún tipo de reprimenda no pudiese alcanzarme.. o al menos no tan fácilmente.

Tenía que llevar el vestido agarrado ya que finalmente logró soltarlo y con el ajetreo del juego podía terminar de caérseme, aunque realmente tampoco me importaba mucho si eso sucedía pero no quería ponérselo tan fácil.

Vislumbré por allí un pozo de piedra que parecía estar cubierto por una tapadera de madera cogida a los rieles del mismo, así que me puse tras de él. Me parecía el mejor sitio para esquivar a Sasser en el caso de que tuviera que hacerlo.

por **Sasser Nikolaev** Jue Jul 05, 2012 11:46 am

Como no podía ser de otra forma, Eiden era una chica pasional. Me acercó aún más hacia ella, empujándome del trasero… nuestros cuerpos estaban ahora pegados y prácticamente podía sentir el latir de su corazón.

La correspondí y seguí recorriendo su espalda con mi mano, al tiempo que Eiden me mordió suavemente el labio… sin duda era la chica más sensual que había conocido.

De pronto, estando ya recostados, noté como Eiden agarraba un puñado de tierra y lo restregaba contra mi pecho, para salir corriendo mientras se agarraba el vestido. Esbocé una sonrisa viendo cómo jugaba conmigo, al tiempo que pensaba lo atractiva que era aquella chica. Me dispuse a seguirla, no sin antes quitarme la tierra del pecho.

La búsqueda no fue complicada, puesto que la encontré escondida detrás del viejo pozo, que había tapado convenientemente meses atrás para evitar que los pequeños pudieran caer a su interior mientras jugaban. La sonreí de manera cómplice, la agarré, la acerqué a mí y la besé de nuevo, esta vez de forma más apasionada que la anterior, al tiempo que le arrebataba finalmente el vestido y lo dejaba caer junto al pozo. Aquella chica me estaba contagiando su pasión, al menos parte de ella. Tras unos segundos, la susurré al oído –En ese pajar de ahí estaremos más cómodos– para volver a besarla una vez más, mientras empezaba a desabrochar su corsé, antes de encaminarla hacia aquel lugar...

por **Eiden Van Garderen** Jue Jul 05, 2012 12:21 pm

Después de corretear un poco cerca del pozo, Sasser consiguió atraparme. Me acercó hacia él para besarme, notaba como esta vez lo estaba haciendo de manera más lujuriosa que antes, así que lentamente comencé a introducir mi lengua en su boca, rozándola contra la suya.

Notaba como mientras él terminaba de quitarme el vestido dejándolo caer a mis pies, ante lo cual no puse ningún impedimento. A continuación me susurró al oído que podíamos ir al pajar, el cual se encontraba cerca de allí y antes de darme tiempo a responder nada, volvió a besarme a la vez que deshacía los lazos de mi corsé.

No contesté con palabras, me limité a sonreirle de manera pícara mientras, agarrada a su mano y entre besos y caricias, emprendía la marcha hacia lo que supuse que sería el pajar. No sería el mejor sitio del mundo pero al menos nos resguardaría del frío de la noche invernal.

Nada mas pasar por el marco de la puerta del pajar, el chico consiguió quitarme el corsé, el cual también quedó revoleado por el lugar. De esa manera, mis pechos quedaron al descubierto y no se por qué, sentí algo de vergüenza, por lo que me tapé torpemente con las manos.

Nos fuimos tumbando lentamente sobre los montones de paja del lugar, lo cierto es que eran más cómodos de lo que parecían. Aunque apenas pude apreciar nada más de aquél lugar porque ahora mismo mi mente estaba en.. otras cosas.

Rodeé la cintura de Sasser con mis piernas, ya que aún no apartaba mis manos del lugar donde anteriormente las había colocado como si de un escudo se tratasen, y comencé a besar su cuello, dándole de vez en cuando algún que otro pequeño mordisco, bajando poco a poco mis labios por su cuerpo.

Spoiler:

por **Sasser Nikolaev** Jue Jul 05, 2012 5:04 pm

Los besos de Eiden eran cada vez más apasionados, si es que eso era posible. Introdujo su lengua en mi boca, rozando casi la mia, y yo la correspondí moviéndola lentamente.

Ya en el pajar terminé por desabrochar el corsé de Eiden. Noté como rápidamente trató, sin demasiado acierto, de taparse los pechos, quizás algo avergonzada de que la viera desnuda. Me sorprendió notablemente que una chica tan lanzada como ella parecía pudiera sentir vergüenza.

Ya tumbados, aprecié como seguía ocultando sus pechos. - No sientas vergüenza, tienes un cuerpo precioso – Susurré, tratando de aplacar su timidez, al tiempo que traté de apartar su mano con suavidad, con el objetivo de que dejara sus pechos al descubierto.

Eiden empezó a recorrer mi cuerpo con sus besos. Primero el cuello, acompañado de algún delicado mordisco, después el pecho… Conforme lo recorría notaba como me sentía cada vez más excitado, si es que aquello era posible…

Comencé a quitarle aquellas enaguas. Mis manos fueron bajando lenta y cuidadosamente por su trasero, para lograr deshacerme de aquella ropa y desnudarla por completo. En esos momentos ardía en deseos de ver su cuerpo completamente al descubierto. Comparado con el vestido y el corsé, las enaguas parecían un juego de niños…

por **Eiden Van Garderen** Jue Jul 05, 2012 6:05 pm

Sasser me susurró que no debía sentirme avergonzada, pero no podía evitar estarlo en aquella situación. Ni yo misma sabía muy bien a qué se debía mi repentina timidez, pero desde luego que él estuviese casi vestido tampoco ayudaba mucho.

Trató de que quitase mis manos del lugar donde las tenía, y a pesar de que lo hizo con suavidad, me sentí un poco incómoda. Sabía que no lo había hecho con malicia, pero no podía dejar que se fuese de rositas. Solté una de ellas, tapándome aún con la otra, agarré uno de los brazos del chico y lo llevé hacia arriba, posicionandolo por encima de su cabeza. Sabía que no poseía la fuerza necesaria como para mantenerle mucho rato en aquella postura, pero esperaba que me siguiese el juego y no opusiese resistencia.

- ¿No te han enseñado que no debes forzar a una señorita? - sonreí mientras rozaba mis labios contra los suyos, pero sin llegar a besarle del todo, quería que sufriese un poco.

Después de tenerle así un rato, mordí con cuidado una de sus mejillas, acercando peligrosamente mi boca a su oreja. Aunque de pronto, algo me hizo cambiar de objetivo. Solté su mano y lentamente fui bajando la mía, acariciando su brazo con las yemas de mis dedos, mientras que retiraba la otra mano de encima de mis pechos, dejándolos por fin al descubierto.

- ¡N-No me mires así! - comenté ruborizada, mirando hacia otro lado.

En realidad, ni había podido mirarle a la cara, aquello eran solo suposiciones mías formadas por la vergüenza del momento. Él no resistió mucho más aquella posición y comenzó a jugar con los lazos de mis enaguas, intentando desatarlos.

- Señor, eso no es justo - le comenté, refiriéndome al hecho de que él aún estaba vestido casi al completo.

A pesar de que había decidido empezar a tutearle, no podía evitar llamarle señor, en cierto modo aquello me parecía más morboso.

Bajé mis dedos por su pecho con el objetivo de desabrochar el botón de su pantalón y, una vez lo hube conseguido, introduje mis manos en su interior para bajárselos, aunque dejándole aún las calzonas puestas... por ahora.

- ¿Serás un chico bueno o tendré que usar la fusta para atarte a un poste? - comenté sacandole la lengua, bajando cada vez más sus pantalones hasta quitárselos del todo.

Mi mirada se dirigió irremediablemente a la zona de sus genitales y, una vez más, mordí mi labio inferior, ahora con deseo.

por **Sasser Nikolaev** Vie Jul 06, 2012 7:05 am

Eiden no me permitió apartar sus manos de sus pechos, aunque ambos sabíamos que aquello no era más que un juego. Cogió mi mano izquierda y la llevó por encima de mi cabeza, tratando de sujetarme e impedir que la moviera, algo a lo que no me resistí.

Me pregunto si no me habían enseñado a no forzar a una señorita, a lo que respondí con una sonrisa pícara. Aproximó sus labios a los mios, sin llegar a besarme, dejándome con la miel en los labios. Como respuesta, acerqué esta vez mis labios, besándola y mordiéndola muy suavemente el labio inferior.

Prosiguió besándome la mejilla, acercando su lengua hasta mi oreja… hasta que liberó mi brazo, acariciándolo, mientras que iba retirando lentamente la otra mano de sus pechos, dejándolos por fin completamente al descubierto. Me pidió que no la mirase de aquel modo. Apartó su vista, pero traté de buscarla de manera cómplice. Acaricié su mejilla y moví muy despacio su cabeza hasta que nuestras miradas se cruzaron. Acto seguido me incorporé ligeramente para poder besarla de nuevo, con intensidad, antes de volver a mi posición anterior.

Apenas empecé a desatar sus enaguas me reprochó que aquello no era justo, por lo que decidí detenerme por unos momentos y posar mis manos en su trasero, moviendo mis manos por él y subiéndolas despacio por su espalda.

Sus dedos continuaron recorriendo mi pecho, cada vez más lentamente, hasta llegar al vientre y por fín a la cintura. Eiden desabrochó el botón del pantalón, metió sus manos en el interior y comenzó a tirar de ellos para quitármelos. No hizo lo mismo con las calzonas, ella aún quería jugar un rato más, algo que agradecí.

Me preguntó si iba a ser un chico bueno, justo cuando terminaba por quitarme los pantalones. - ¿Acaso tengo pinta de serlo? – respondí, mientras comencé a acariciar su cuello, para bajar lentamente las manos por todo su cuerpo, rozando sus pechos, hasta llegar a la cintura, y continuar así desatando aquellas enaguas, mientras acariciaba sus muslos con suavidad…

por **Eiden Van Garderen** Vie Jul 06, 2012 10:55 am

El chico no contestó nada a mi primera pregunta, se limitó a sonreír y a continuar en aquella posición, aunque en esta ocasión, fue él mismo el que mordió mis labios tras el beso.

Después de que apartara mi mirada de la suya a causa de la repentina timidez que embargó mi cuerpo, me acarició las mejillas a la vez que movía mi cabeza hasta que nuestros ojos volvieron a encontrarse y, seguidamente, me regaló otro de sus besos.

Para mi sorpresa, cuando le reproché que no estaba manteniendo una actitud justa para ambas partes, paró de desatar los lazos de mis enaguas y se limitó a colocar sus manos sobre mi trasero, para ir subiéndolas lentamente por mi espalda. Aunque no contestó nada, parecía haber entendido y aceptado lo que yo quería comunicarle, así que sonreí victoriosa.

Sasser no puso ninguna objeción cuando comencé a bajar sus pantalones, así que decidí ir más allá: introduje mi dedo índice por el interior de sus calzonas, moviendolo pausadamente de un lado a otro, siguiendo el contorno del borde.

Aunque de pronto su voz interrumpió mis acciones; ante la pregunta de si iba a ser un chico bueno o no, él me preguntó a mí si tenía pinta de serlo. No pude evitar reír, pues era cierto que pintas de ello no tenía, pero hasta ahora al menos sí que se había comportado como tal.

Sea como fuere, él ya había hecho su elección, así que debía actuar conforme a mis amenazas anteriores si quería que me tomara en serio.

- Espero que haya tenido en cuenta las consecuencias de su elección, señor

Comenzó a pasar sus manos por todo mi cuerpo hasta situarlas en mis muslos y cuando rozó mis pechos de pasada no pude contener un leve gemido.

Una vez más, se puso a tratar de desenredar los lazos de mis enaguas, pero detuve sus manos, colocándoselas de nuevo sobre su cabeza. Terminé yo misma de desatar los lazos y tiré de ellos para sacarlos de su lugar, aunque en ningún momento dejé que las enaguas se llegasen a caer del todo. Estiré los lazos y los pasé al rededor de las muñecas de Sasser, apresándolas, anudándolos fuertemente.

Dí un mordisco en el cuello del chico y volví a poner las manos sobre su ropa interior, bajándosela a la vez que besaba sus labios de manera repetida. Dejé la prenda a medio camino, quería que aquel momento durase más tiempo, quería ver la reacción de Sasser al encontrarse en aquella situación.

por **Sasser Nikolaev** Vie Jul 06, 2012 5:15 pm

Eiden comenzó a juguetear con mi ropa interior, lo único que me quedaba encima… introdujo su dedo y lo deslizaba por el borde... Tenía la sensación de que podría rozar mi pene de un momento a otro, excitándome aún más con el mero hecho de pensarlo.

Noté como la chica había dejado escapar un gemido al rozar sus pechos, por lo comencé a jugar con ellos, acariciándolos suavemente, y pasando lentamente mis dedos por sus pezones, rígidos por la excitación del momento.

Eiden me detuvo una segunda vez al ir a desatar sus enaguas… volvió a colocar mis manos encima de mi cabeza, como anteriormente. En esta ocasión, ella continúo el trabajo iniciado por mí.

Nada más terminar de desanudarlas, sin dejar que estas cayesen por completo, ató fuertemente mis muñecas, cumpliendo su amenaza anterior. Permití que me mantuviera durante unos minutos en esa posición, aunque sentía que podría desatarme más adelante sin demasiadas dificultades, por lo que la sonreí de manera cómplice.

Eiden me mordió de nuevo, esta vez en el cuello mientras me bajaba poco a poco las calzonas, pero sin llegar a desnudarme por completo.

Como venganza, tiré de las enaguas con mis pies, hasta lograr bajárselas por completo, sonriendo a Eiden de forma pícara. Acto seguido me incorporé para besarla en el cuello, a pesar de la incomodidad de tener los brazos en alto. Continúe besándola, esta vez en la mejilla, hasta acercarme a su oreja y susurrarle con un hilo de voz -¿me atarás también ahora los pies?– antes de besarla en los labios con pasión…

por **Eiden Van Garderen** Vie Jul 06, 2012 6:18 pm

Sasser no se inmutó cuando até sus manos con los lazos y me sentí complacida porque me siguiera el juego, aunque por otra parte, comencé a pensar que tal vez lo hacía porque sabía que cuando él quisiese podría desatarse sin ningún problema, y esa idea me fastidiaba. Tenía que enseñarle de alguna forma que se equivocaba, que la que mandaba era yo. Por ello, se me ocurrió cierta idea...

Tal vez no debí hacerlo, pero no pude contenerme: de manera disimulada, y gracias a que la acción no requería de mucho, usé mis poderes ilusorios para hacerle creer al chico que aquel nudo era más fuerte y resistente de lo que él pensaba, que por mucho que intentase desatarse no podría hacerlo hasta que yo quisiese. Sonreí al pensar la cara que pondría y comencé a mover mis caderas, haciendo fricción sobre su excitado miembro, quitándole importancia al asunto.

De pronto, ayudándose de sus pies echó abajo mis enaguas. En un primer momento, me quedé perpleja mirándole, sin saber cómo reaccionar, no me lo esperaba para nada. Notaba como mis mejillas se encendían aún más, ya no tanto de vergüenza sino de rabia. Encima su comentario sobre atarle los pies fue la gota que colmó el vaso.

A pesar de que sabía que no lo hacía con malicia, no pude contenerme más y le dí un pequeño bofetón en la cara. Nada demasiado severo, pues tampoco quería lastimarle, pero el chico necesitaba una pequeña reprimenda por su osadía. Sonreí y, sin darle tiempo a reaccionar, comencé a besarle de manera seguida, apenas dejándole el tiempo suficiente para respirar entre beso y beso, sin permitir que pudiese mirar mi cuerpo desnudo abiertamente.

Bajé mis manos rápidamente por su cuerpo, introduciendolas por sus calzonas y agarrando su miembro con fuerza. Fui moviendo mis manos por él, de arriba a abajo, a ritmo constante, aumentándolo a cada poco. Sin dejar de besarle, introduje una vez más mi lengua en su boca con gran ímpetu, rozándola y luchando contra la suya. Esperaba que aquello le bastase para no reaccionar mal ante mi pequeña agresión.

por **Sasser Nikolaev** Sáb Jul 07, 2012 2:31 pm

Parecía que Eiden había atado mis muñecas más fuertes de lo que un principio pensaba. Ella sonrió, quizás consciente de que la había subestimado. Sentí que no iba a poder desatarme si ella no lo hacía. –Tienes más fuerza de la que imaginaba... Vas a darme más guerra de la que creía – afirmé con una sonrisa pícara.

Inmediatamente, sin darme tiempo a tratar de zafarme de aquellas cuerdas, Eiden comenzó a mover sus caderas, frotando su trasero contra mi miembro, con la tela de las calzonas como única separación entre ambos, soltando algún suspiro al notar el roce de su cuerpo.

Eiden quedó cariacontecida tras arrebatarle sus enaguas. Sonreí de oreja a oreja tras ver su cara de estupor, que iba enrojeciéndose lentamente, quizás por la vergüenza de saberse completamente desnuda.

Pero aquella chica era de sangre caliente, y estaba claro que no iba a perdonarme mi osadía. Me sacudió un cachete en la mejilla, y sin dejarme reaccionar, comenzó a besarme de manera cómplice. Cada beso era más intenso que el anterior. Correspondí sus besos, sin importarme el detalle del cachete. Al fin y al cabo formaba parte de un juego.

Eiden introdujo sus manos dentro de mi ropa interior. Pensé que iba a quitármelas, cuando agarró mi miembro y comenzó a pasar sus manos por él, dejando escapar de nuevo algún suspiro.

Fui incorporándome lentamente, mientras continuábamos besándonos, esta vez introduciendo mi lengua en su boca, rozándola contra la suya, al tiempo que, pese a la dificultad que suponía por tener las manos atadas, iba inclinándome hacia ella para recostarla.

Tras hacerlo, terminé por bajarme aquellas calzonas, que antes Eiden habían dejado a medio camino. Me puse encima de Eiden, y comencé a besar su cuello, intercalado con algún suave mordisco. Bajé por su cuerpo y comencé a besar uno de sus pechos, tratando de excitarla aún más.

Continúe el camino hacia abajo, hasta llegar a las ingles, ya al descubierto tras haber caído las enaguas, y separé sus rodillas; antes de incorporarme ligeramente y preguntarle socarronamente, mirando a mis muñecas : -¿He tenido ya suficiente castigo? -

por **Eiden Van Garderen** Sáb Jul 07, 2012 3:29 pm

Reí al ver la cara que puso el chico al notar que el nudo estaba más fuerte de lo que él pensaba, a pesar de que se trataba sólo de una ilusión, pero qué sabría él acerca de la magia, si era un simple humano...

- Señor, recuerde que usted mismo escogió esta opción - le saqué la lengua para chincharle.

Con cada uno de sus suspiros mi excitación aumentaba, me encantaba verle de aquella manera, oír cómo disfrutaba de mis caricias. Por suerte, ante mi pequeña bofetada no se quejó ni reaccionó de ningún modo, aunque por otra parte me lo suponía: el placer que le hacía sentir con mis manos en su miembro era demasiado como para reparar en aquellas pequeñeces.

Sasser correspondió todos y cada uno de mis besos a la vez que, casi sin yo percibirlo, me iba recostando sobre la paja, quedando él sobre mí. Para ser sinceros, aquella postura no me gustaba, yo quería estar siempre al mando de todo. Aunque por ahora, debido al placer que me daba sentir sus labios sobre los míos y sus caricias, no hice nada por cambiar la situación.

Ante mi sorpresa, el chico como pudo terminó de quitarse las calzonas. Me quedé mirando de manera descarada su excitado miembro y me humedecí los labios de forma vistosa a cosa hecha, para que él se diera cuenta de mis intenciones.

Sasser comenzó a besar mi cuerpo, partiendo de mi cuello pero yendo aun más allá. Cuando llegó a la zona de mis pechos volvió a escaparseme un ligero gemido de placer, deseaba que me los manoseara más, que me los besara más, que se dedicase un poco más a los pequeños detalles antes de ir directo al grano, pero la mayoría de los hombres siempre hacían lo mismo...

Sacudí la cabeza, no era momento para pensar en esas cosas y fuera como fuese, él no se detuvo ahí, continuó bajando con sus labios hasta llegar a mis ingles y fue ese el momento justo en el que pensé que ya era hora de cambiar los roles.

- ¡N-No! - contesté nerviosa y haciendo uso de mis pies, como él mismo hizo ya antes, le empujé volviendo a tumbarle sobre la paja y poniéndome yo rápidamente encima de él - todavía te queda sufrir un poco más...

A causa de la excitación del momento no pude controlar más la ilusión, la cual volvió a su origen, aunque en un principio no me di cuenta de ello y cuando lo hice, era ya demasiado tarde para reanudarla. Esperaba al menos que el muchacho no se percatase de ello y se desatase, quería que siguiese así un poco más. Aunque bueno si se desataba ahora tampoco pasaba nada.

Besé su cuello y volví a colocar una de mis manos sobre su miembro, ahora por fin descubierto por completo. Comencé a moverla de arriba a abajo, masturbándole con energía. Si algo me gustaba más que oír sus suspiros, era ver la clara de placer que ponía.

por **Sasser Nikolaev** Dom Jul 08, 2012 11:03 am

Eiden me dijo que, si estaba atado, es porque yo lo había escogido así. No le faltaba razón, y a decir verdad, estaba disfrutando con ese juego, por lo que la sonreí complaciente.

Observé como Eiden me miraba con lujuria al quitarme la ropa interior, al tiempo que humedecía sensualmente sus labios, algo que me excitó sobremanera. Deseaba sentir los labios de Eiden recorriendo mi miembro, y esperaba que no tardase mucho en hacerlo.

Al llegar a las ingles, Eiden me tiró al suelo con sus pies, y se lanzó sobre mi, quedando de nuevo encima mio. Me susurró que aún tenía que sufrir un poco más. Sonreí y la besé de nuevo, introduciendo mi lengua en su boca y moviéndola lentamente, rozando la suya.

Eiden comenzó a besarme en el cuello, al tiempo que situaba una de sus manos en mi miembro, moviéndolo arriba y abajo. De nuevo, volví a suspirar mientras Eiden me masturbaba, al tiempo que en mi cara se dibujaba un gesto y una expresión de placer.

Sorprendentemente, sentí como el nudo que Eiden había improvisado alrededor de mis muñecas se había relajado, por lo que al fin logré desatarme. Sentí que las palabras sobraban en ese instante, así que lancé a la chica una sonrisa pícara.

Ya con las manos totalmente libres, comencé a recorrer el cuerpo de Eiden con ellas. Subí por sus caderas, hasta detenerme en sus pechos. Había notado anteriormente como disfrutaba especialmente cuando acariciaba sus senos, por lo que traté de excitarla lo máximo posible.
Comencé a acariciar sus pechos, recorriéndolos, moviendo mis manos por ellos. Quería oírla disfrutar y sentir el placer en su hermoso rostro, correspondiendo así sus caricias anteriores.

Me incorporé, quedando ambos situados frente a frente, para poder besarla en el cuello, mordiéndola a veces suavemente, mientras seguía acariciando sus pechos. Fui bajando mi cabeza hasta comenzar a besarle con suavidad uno de sus senos, alrededor del pezón, hasta llegar a pasar mi lengua por él.

Fui bajando la mano que tenía libre por todo su cuerpo, recorriendo de nuevo sus caderas, hasta llegar a las ingles. Quería ver si esta vez Eiden me permitía continuar o me detenía como la vez anterior.

por **Eiden Van Garderen** Mar Jul 10, 2012 7:16 am

De pronto vi como Sasser lograba escaparse del nudo que aprisionaba sus muñecas, ya que con el ajetreo del juego, mis poderes se habían visto perjudicados. Me entristeció que no continuase en aquella posición durante más tiempo, aunque supongo que ya era hora de que yo también disfrutase de sus caricias.

Comenzó a recorrer mi cuerpo con la yema de sus dedos, deteniéndose sobretodo en mis pechos, pareciera que me había leído la mente una vez más. ¿Sería algún tipo de magia o simple casualidad? supuse que sería lo segundo, ya que habría notado algo si él fuese también un brujo. Había tenido suerte, nada más. Aunque sin darme cuenta y por el disfrute del momento, paré de masturbarle.

Debido al placer que estaba sintiendo, mis gemidos aumentaron, sobretodo cuando se incorporó hasta quedarse frente a mí y lamió uno de mis pezones. Continuó bajando sus manos cada vez más y al llegar a mis ingles, se detuvo. Tal vez esperaba que le diese mi aprobación o algo así, ya que anteriormente le había detenido. Pero esta vez era mi turno.

Me acomodé recostándome sobre la paja y una vez más usé mis piernas, pasándolas por su espalda, para empujarle y que se acercara a mi, dejándole encima mía. Comencé a besarle, intercalando los besos de vez en cuando con pequeños mordiscos. Agarré una de sus manos y la coloqué de nuevo en mis ingles, para que continuara con lo que había dejado antes a medias. Deseaba fervientemente que por fin fuese más allá...

por **Sasser Nikolaev** Sáb Jul 14, 2012 2:31 pm

Eiden cada vez estaba más excitada, y con ello, aumentaba también mi excitación. Conforme recorría sus pechos con mis manos sus gemidos fueron en aumento. Sus suspiros me impulsaban a continuar con mis caricias, mientras disfrutaba viendo la expresión de placer que se dibujaba en la cara de aquella chica.

Al llegar a la zona de sus ingles, Eiden me detuvo de nuevo. Pero esta vez, todo fue diferente. Se recostó sensualmente sobre la paja, acercándome a ella con sus finas piernas, y situándome encima suya. La chica comenzó a besarme, mientras yo seguía acariciándole uno de sus pechos. Agarró una de mis manos, y con firmeza la llevó a la zona de sus ingles.

Continúe besando a Eiden, al tiempo que empecé a masturbarla, mientras que seguía besándola y acariciándola con mi mano libre. Sin cesar en mi acción, comencé ahora a besarle el cuello, intercalando algún suave mordisco, y bajando de nuevo hasta sus pechos; besando y pasando mi lengua lentamente por uno de ellos. Por su reacción anterior, sabía que aquello causaba una gran excitación a aquella chica, por lo que traté de complacerla y propiciarle el máximo placer posible, y seguir escuchando sus gemidos y suspiros.

Proseguí así durante unos minutos, antes de detenerme. Continué besándola, mientras me recostaba sobre la paja y movía a Eiden, para dejarla encima de mí. La agarré del trasero, acercándola a mi entre beso y beso. Esperaba que ahora Eiden fuese más allá. Quería sentirla sobre mi cuerpo, como si de una amazona se tratase.

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