AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Concierto para vampiros {LIBRE}
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Concierto para vampiros {LIBRE}
Acariciaba sus labios con la punta de la lengua, humedeciéndolos suavemente, sentía como la pequeña y fría cantidad de saliva refrescaba su piel. El violín recostado en su cuello y hombro la hacía sentir viva, no por ser un instrumento cualquiera, sino por pertenecerle.
La madera, rojiza como su vestido largo con retoques dorados, brillaba ante las luces tenues del teatro. A lo lejos era casi imposible notar un brillo distinto en el costado izquierdo del instrumento, un nombre marcado en un color Violeta, su nombre real, en el tono que debe de llevar.
No lo había usado en años, pero debería de utilizarlo en ese lugar. Nereza debería de ser conocida, al menos entre los vampiros de menor grado, aquellos que habían escuchado rumores de traidores a la raza entre las filas de la inquisición, bestias que se vestían de cruces, quemaban su piel adrede y esperaban que el cielo los perdonaba si limpiaban el mundo de lo que son…vampiros.
Cerro lo ojos un momento y sintió la música magistral de la orquesta, de la que ella formaba parte. Nunca había deleitado a la gente con su música, sólo a una sola persona. Su marido amaba como tocaba el violín, solía hacerlo por las mañana para él, levantarlo con un dulce beso e ir a caminar juntos por las calles de Inglaterra.
Para ella, Rayner fue el amor de su vida, incluso después de descubrir que era un brujo, incluso después de que por ese hombre se volviera loca e intentara suicidarse, donde un vampiro la encontró y la convirtió en lo que es hoy. Sigue amándolo, aun cuando pensó haberlo asesinado, cuando el encontrar su violín le demostró que seguía vivo. Sigue amándolo para encontrarlo un día y matarlo definitivamente.
Volvió a la realidad súbitamente, aunque sus manos no habían permitido que desentonara un solo instante, su mente había esta pensando en su pasado. Ahora miraba a todos alrededor, sus ojos analizaban a cada ser, a cada vampiro que miraba deleitado como la orquesta demostraba la habilidad única de haber aprendido durante toda una eternidad.
“¿Cuántos años tendrá el directo de orquesta? ¿Dos o tres siglos? Puede que haya peleado al lado de mi tataraabuelo en alguna guerra ridícula” Pensó mientras volvía a cerrar los ojos y se hundía en la música de su instrumento. Movía ligeramente su cuerpo mientras tocaba, concentrada, feliz de sentir lo bello que era tocar para todos.
En una ultimo rose de las cuerda la nota final llego y abrió lo ojos de nuevo para ver a un público de muertos vivientes aplaudiendo.
La madera, rojiza como su vestido largo con retoques dorados, brillaba ante las luces tenues del teatro. A lo lejos era casi imposible notar un brillo distinto en el costado izquierdo del instrumento, un nombre marcado en un color Violeta, su nombre real, en el tono que debe de llevar.
No lo había usado en años, pero debería de utilizarlo en ese lugar. Nereza debería de ser conocida, al menos entre los vampiros de menor grado, aquellos que habían escuchado rumores de traidores a la raza entre las filas de la inquisición, bestias que se vestían de cruces, quemaban su piel adrede y esperaban que el cielo los perdonaba si limpiaban el mundo de lo que son…vampiros.
Cerro lo ojos un momento y sintió la música magistral de la orquesta, de la que ella formaba parte. Nunca había deleitado a la gente con su música, sólo a una sola persona. Su marido amaba como tocaba el violín, solía hacerlo por las mañana para él, levantarlo con un dulce beso e ir a caminar juntos por las calles de Inglaterra.
Para ella, Rayner fue el amor de su vida, incluso después de descubrir que era un brujo, incluso después de que por ese hombre se volviera loca e intentara suicidarse, donde un vampiro la encontró y la convirtió en lo que es hoy. Sigue amándolo, aun cuando pensó haberlo asesinado, cuando el encontrar su violín le demostró que seguía vivo. Sigue amándolo para encontrarlo un día y matarlo definitivamente.
Volvió a la realidad súbitamente, aunque sus manos no habían permitido que desentonara un solo instante, su mente había esta pensando en su pasado. Ahora miraba a todos alrededor, sus ojos analizaban a cada ser, a cada vampiro que miraba deleitado como la orquesta demostraba la habilidad única de haber aprendido durante toda una eternidad.
“¿Cuántos años tendrá el directo de orquesta? ¿Dos o tres siglos? Puede que haya peleado al lado de mi tataraabuelo en alguna guerra ridícula” Pensó mientras volvía a cerrar los ojos y se hundía en la música de su instrumento. Movía ligeramente su cuerpo mientras tocaba, concentrada, feliz de sentir lo bello que era tocar para todos.
En una ultimo rose de las cuerda la nota final llego y abrió lo ojos de nuevo para ver a un público de muertos vivientes aplaudiendo.
Nereza- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Necesitaba socializar. Necesitaba socializar con otros miembros de mi raza pues era un vampiro recién llegado a la ciudad y poca por no decir ninguna idea tenia de como eran las cosas por aquí, esa noche me propuse vestir así como elegante ya que habían llegado a mis oídos que había un lugar de encuentro para nosotros, un teatro mas bien donde esperaba que un buen espectáculo me aguardase allí, quizás no era el tipo de espectáculo que solía agradarme pero no perdía nada por ir a ojear como era todo por el lugar.
Con traje negro como siempre y corbata de color plateada abandoné la que por ahora estaba siendo mi guardia al igual que la de mi inquietante y peculiar acompañante, la hubiese invitado, la hubiese invitado a ir juntos a tal espectáculo pero no lo hice, no lo hice por que ella siempre suele ser mas centrada y lo que menos deseaba ahora mismo es tener una mosca cojonera que me diga lo que tengo que hacer y lo que no, desde siempre he hecho lo que he querido cuando he querido y eso no va a cambiar.
Llegué y poca fortuna la mía que el espectáculo había empezado, aun así me adelante hasta una de las primeras filas para tomar asiento, música, música relajante, justo lo que necesitaba ahora mismo pues apaciguar a mi bestia interior suele ser difícil, dicen que la música calma a las bestias ¿No? ni idea de si eso es verdad pero lo que si es verdad es que es preciosa, la música es preciosa. Cerré los ojos para disfrutar mas aun de esta, estaba siendo un trabajo de profesionales y eso me agradaba, nunca me he interesado por estas cosas por que mas bien soy un vampiro algo así como rudo que solo le importa la sangre y pasárselo bien, crear caos y viajar, viajar a todas partes pero esta vez la música estaba acaparando toda mi atención.
Algunos recuerdos pasaron por mi mente en tal momento, momentos que no me gustaba nada recordar ya que yo había superado hace muchisimo tiempo tal cosa, eran momentos de cuando era un crío de verdad cuando todavía era humano y mi madre solía tocarme música para hacerme dormir, fueron buenos momentos pues solo era un mocoso, ya nada quedaba de ese ser en mi interior ya que aun que aparentase todavía ser un niño no quedaba ni rastro de actos infantiles en mi interior, ahora era lo que era, una bestia, un monstruo, un depredador y no me avergonzaba por ello, es mas me tomaba ser un vampiro como una bendición. Cuando la música finalizó abrí los ojos de par en par, un espectáculo brillante.
Aplaudí, aplaudí no con mucho entusiasmo pero ya era todo un logro que aplaudiera, me fijé en una vampiresa, una en especial que tocaba el violín, era guapa, muy guapa y parecía que con esas manitas hacia magia, era una artista, no le quité ojo de encima ya que quizás luego me acercaría para hablar con ella, me hacen falta tener contactos en todas partes y este lugar parece un buen lugar para conocer al tipo de vampiros que me interesan.
Con traje negro como siempre y corbata de color plateada abandoné la que por ahora estaba siendo mi guardia al igual que la de mi inquietante y peculiar acompañante, la hubiese invitado, la hubiese invitado a ir juntos a tal espectáculo pero no lo hice, no lo hice por que ella siempre suele ser mas centrada y lo que menos deseaba ahora mismo es tener una mosca cojonera que me diga lo que tengo que hacer y lo que no, desde siempre he hecho lo que he querido cuando he querido y eso no va a cambiar.
Llegué y poca fortuna la mía que el espectáculo había empezado, aun así me adelante hasta una de las primeras filas para tomar asiento, música, música relajante, justo lo que necesitaba ahora mismo pues apaciguar a mi bestia interior suele ser difícil, dicen que la música calma a las bestias ¿No? ni idea de si eso es verdad pero lo que si es verdad es que es preciosa, la música es preciosa. Cerré los ojos para disfrutar mas aun de esta, estaba siendo un trabajo de profesionales y eso me agradaba, nunca me he interesado por estas cosas por que mas bien soy un vampiro algo así como rudo que solo le importa la sangre y pasárselo bien, crear caos y viajar, viajar a todas partes pero esta vez la música estaba acaparando toda mi atención.
Algunos recuerdos pasaron por mi mente en tal momento, momentos que no me gustaba nada recordar ya que yo había superado hace muchisimo tiempo tal cosa, eran momentos de cuando era un crío de verdad cuando todavía era humano y mi madre solía tocarme música para hacerme dormir, fueron buenos momentos pues solo era un mocoso, ya nada quedaba de ese ser en mi interior ya que aun que aparentase todavía ser un niño no quedaba ni rastro de actos infantiles en mi interior, ahora era lo que era, una bestia, un monstruo, un depredador y no me avergonzaba por ello, es mas me tomaba ser un vampiro como una bendición. Cuando la música finalizó abrí los ojos de par en par, un espectáculo brillante.
Aplaudí, aplaudí no con mucho entusiasmo pero ya era todo un logro que aplaudiera, me fijé en una vampiresa, una en especial que tocaba el violín, era guapa, muy guapa y parecía que con esas manitas hacia magia, era una artista, no le quité ojo de encima ya que quizás luego me acercaría para hablar con ella, me hacen falta tener contactos en todas partes y este lugar parece un buen lugar para conocer al tipo de vampiros que me interesan.
Dalton Spitz- Vampiro Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Los aplausos eran extraños para ella, hace mucho que no los había escuchado, el sentirlos en su piel, la hacía sentir diferente, cosa que no suele pasar con sus compañeros inquisidores. Ella está aquí como vampira, no como inquisidora, pero sabe bien que la mejor manera de llegar al corazón de cada clan de vampiros, es infiltrarse en su vida, tan llena de pecados y lujuria. Como ella, así vivió muchos años, si tuviera corazón, lo sentiría arrepentido de todos esos asesinatos que realizo para conseguir el dinero y hacerse rica, de cómo controlo a tantos seres, con tal de conseguir lo que deseaba, su venganza.
Ahora como inquisidora, es la primera vez que tiene contacto pacifico con otros como ella. Viene al teatro a sentirse distinta, aunque toma nota de cada movimiento, aunque sean de la misma raza, para ella todos son una presa.
Los aplausos cesan durante un segundo, suficiente para ver a un niño “¿Un niño? Dios, tan joven y condenado a la condición del pecado, asesinato y la cruel maldición de la sangre” pensó para ella misma. Hasta que volvió a colocar el violín en posición, en espera de la siguiente orden.
Se escucho la madera del director de la orquesta, sus manos volvieron a ondularse y suavemente comenzó a dirigir a cada uno hacia una última pieza.
Nereza cerró los ojos y disfruto del sonido que ella misma creaba, una pieza que aumentaba de intensidad mientras avanzaba a su abrupto y triste final. Se entristeció un poco al pensar en un niño vampiro, en que hubiera pasado si ella seguiría siendo humana, si su marido no hubiera sido un brujo, ese niño podría haber sido su hijo y luego un vampiro lo haría como ellos.
Una lagrima rojiza roso su mejilla, rápidamente la rechazo con la manga del vestido, dejando una ligera mancha, casi imperceptible por el tono similar a la sangre de su vestido.
El ultimo instante de la canción, su emoción aumento junto con la música, con el rápido movimiento de sus brazos y luego el silencio de repentino del final, seguido por la segunda ovación de la noche.
El directo se dio media vuelta y agrade a su público, ella hace un reverencia y sigue mirando al pequeño. Niño o adulto es un vampiro y como tal ella debe eliminarlo ¿Incluso debe seguir esa regla hoy?
Guardo su violín en su estuche y toma sus partituras, se dio media vuelta para bajar por la fosa del escenario, hacia su camerino, donde se prepararía para ver el siguiente espectáculo.
Ahora como inquisidora, es la primera vez que tiene contacto pacifico con otros como ella. Viene al teatro a sentirse distinta, aunque toma nota de cada movimiento, aunque sean de la misma raza, para ella todos son una presa.
Los aplausos cesan durante un segundo, suficiente para ver a un niño “¿Un niño? Dios, tan joven y condenado a la condición del pecado, asesinato y la cruel maldición de la sangre” pensó para ella misma. Hasta que volvió a colocar el violín en posición, en espera de la siguiente orden.
Se escucho la madera del director de la orquesta, sus manos volvieron a ondularse y suavemente comenzó a dirigir a cada uno hacia una última pieza.
Nereza cerró los ojos y disfruto del sonido que ella misma creaba, una pieza que aumentaba de intensidad mientras avanzaba a su abrupto y triste final. Se entristeció un poco al pensar en un niño vampiro, en que hubiera pasado si ella seguiría siendo humana, si su marido no hubiera sido un brujo, ese niño podría haber sido su hijo y luego un vampiro lo haría como ellos.
Una lagrima rojiza roso su mejilla, rápidamente la rechazo con la manga del vestido, dejando una ligera mancha, casi imperceptible por el tono similar a la sangre de su vestido.
El ultimo instante de la canción, su emoción aumento junto con la música, con el rápido movimiento de sus brazos y luego el silencio de repentino del final, seguido por la segunda ovación de la noche.
El directo se dio media vuelta y agrade a su público, ella hace un reverencia y sigue mirando al pequeño. Niño o adulto es un vampiro y como tal ella debe eliminarlo ¿Incluso debe seguir esa regla hoy?
Guardo su violín en su estuche y toma sus partituras, se dio media vuelta para bajar por la fosa del escenario, hacia su camerino, donde se prepararía para ver el siguiente espectáculo.
Nereza- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Por unos segundos las miradas de ambos se cruzaron, fueron escasos y rápidos segundos pero lo hicieron y pude notar como el rostro de la mujer lentamente iba cambiando, estaba apenada, quizás al descubrir que ente sus espectadores había un vampiro con pintas de niño, no necesitaba la compasión y pena de nadie pues me había aceptado tal y como era hacia mucho tiempo, cabía decir que de niño solo tenia mi imagen pues mi mentalidad y mis actos no eran para nada infantiles, pecaba aveces de ser tan poco infantil y ser un completo sanguinario.
La música volvió a invadir todo el lugar y pude disfrutar nuevamente de esta, aun así no dejé de quitarle ojo a la mujer del violín. ya no había cabida para cerrar los ojos y perderme en mis antiguos recuerdos ahora la curiosidad había aflorado en mi y necesitaba saber por que me había mirado de tal manera, lloraba, pude ver como una lagrima rojiza descendía por su mejillas, alcé la vista y mi cabeza para ver con detalles aquello, fue rápido pues como buena artista que era no podía romper a llorar allí, era una profesional sin duda y se limpió.
Y como todo en esta vida hay un fin, incluso tal espectáculo lo tiene, una nueva oleada de aplausos inundó por completo el lugar sin embargo esta vez no aplaudí, no esta vez no lo hice, no podía quitarle ojo de encima a ella, aproveché que los demás se levantaban para hacer algo en la espera hasta el inicio del siguiente espectáculo para poder seguirla, ni idea de a donde iba pero yo no podía quedarme con la curiosidad del por que había actuado de tal manera.
Mis pasos no fueron ni acelerados ni demasiados lentos eran justos perfectos para mantener un ritmo exacto a la estela de ella, la tenia localizada a unos cuantos metros por delante de mi e iba a esperar hasta que llegara hasta un lugar mas privado para entablar conversación, simplemente la seguí, seguramente ella ya se había percatado de ello pero no quería interactuar hasta que la soledad nos rodease. Dobló la esquina y por unos segundos la perdí de vista así que tocó acelerar un poco, y así fue, justamente la pillé con intenciones de entrar en su camerino, era el momento de hablar antes de que se largara.
-Llorabas, te he visto llorar, ¿Por que lo hacías? ¿La música te apena? - Mi infantil voz resonó por el largo y oscuro pasillo alejado de la muchedumbre de la sala principal del teatro, quizás le había sorprendido o quizás no, fuese lo que fuese la curiosidad se iba a saciar pronto, al menos eso esperaba.
La música volvió a invadir todo el lugar y pude disfrutar nuevamente de esta, aun así no dejé de quitarle ojo a la mujer del violín. ya no había cabida para cerrar los ojos y perderme en mis antiguos recuerdos ahora la curiosidad había aflorado en mi y necesitaba saber por que me había mirado de tal manera, lloraba, pude ver como una lagrima rojiza descendía por su mejillas, alcé la vista y mi cabeza para ver con detalles aquello, fue rápido pues como buena artista que era no podía romper a llorar allí, era una profesional sin duda y se limpió.
Y como todo en esta vida hay un fin, incluso tal espectáculo lo tiene, una nueva oleada de aplausos inundó por completo el lugar sin embargo esta vez no aplaudí, no esta vez no lo hice, no podía quitarle ojo de encima a ella, aproveché que los demás se levantaban para hacer algo en la espera hasta el inicio del siguiente espectáculo para poder seguirla, ni idea de a donde iba pero yo no podía quedarme con la curiosidad del por que había actuado de tal manera.
Mis pasos no fueron ni acelerados ni demasiados lentos eran justos perfectos para mantener un ritmo exacto a la estela de ella, la tenia localizada a unos cuantos metros por delante de mi e iba a esperar hasta que llegara hasta un lugar mas privado para entablar conversación, simplemente la seguí, seguramente ella ya se había percatado de ello pero no quería interactuar hasta que la soledad nos rodease. Dobló la esquina y por unos segundos la perdí de vista así que tocó acelerar un poco, y así fue, justamente la pillé con intenciones de entrar en su camerino, era el momento de hablar antes de que se largara.
-Llorabas, te he visto llorar, ¿Por que lo hacías? ¿La música te apena? - Mi infantil voz resonó por el largo y oscuro pasillo alejado de la muchedumbre de la sala principal del teatro, quizás le había sorprendido o quizás no, fuese lo que fuese la curiosidad se iba a saciar pronto, al menos eso esperaba.
Dalton Spitz- Vampiro Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Ella es una condenada, una servidora del señor de los cielos, aun en su condición de vampira, vive para el señor y para su inquisición, sirve como soldado, pero ella misma ha entrado al teatro de estas criaturas para espiarlas, para saber de su vida y de sus planes. La realidad es que es una maldita por hacerlo a su propia especie, pero siempre puede dormir tranquila, lo único que le importa es ganarse el cielo, que San Pedro le abra las puertas doradas y en el cielo, pueda encontrarse con sus padres, sus abuelos, su familia y pueda olvidarse de tener que matar a todo aquel que el Papa le ha indicado.
Se quedo en la puerta de su camerino, sosteniendo la perilla de la puerta, sabiendo que el niño vampiro se aproximaba. Su telepatía, entrenada por lo mejor de la inquisición, era capaz de sentir toda mente, muerta o no y su control de emociones, difícil de aplicar a los vampiros, al menos le permitía sentir ese falso corazón que llevan, muerto y negro, entre sus costillas. ¿Y la curiosidad n oes una emoción en si? Su fueran humanos, sus corazones latirían en cada momento emocionante del descubrimiento del misterio, así como seguramente el niño ha encontrado su entretenimiento de hoy.
Al escuchar la voy, volteo hacia él. Elegante, y serio, su voz, aunque infantil, era fría, seguramente congelada por los años de vida inmortal, un corazón de niño que nunca fue, lo que la llevo a suponer que, seguramente, había vivido suficientes años para ser más que un adulto.
Hizo una media sonrisa antes de hablar, parte de ella quería matarlo de una vez, enterrarle una estaca y hacer lo que se supone que debe hacer: cazar todo vampiro que tenga enfrente.
-Nunca he escuchado que llorar le está prohibido a una artista
Le dijo volteando hacia él y dejando su violín en el suelo, junto con sus partituras. Su mente pensó en atacarlo, destrozarlo acabar con él, pero forzó su cabeza para suprimir la locura, aquella sed de sangre por la que la apodaron La Locura Roja.
-Lloro por que la música es la única manera de dejar salir una emoción sin que el público pueda ver, pues son los oídos los que ven en un escenario como el de hoy, no los ojos. Me doy cuenta que tú fuiste mas allá.
Seguía escuchando la voz de matarlo. No sabía como hacían sus compañeros espías para hacer este trabajo, tal vez debió de quedarse en el campo de batalla como una buena soldado. Pero quería sentirse entre los suyos una vez más, ser lo que fue antes sólo una noche, pero el pecado no descansa y San Pedro la está esperando
Se quedo en la puerta de su camerino, sosteniendo la perilla de la puerta, sabiendo que el niño vampiro se aproximaba. Su telepatía, entrenada por lo mejor de la inquisición, era capaz de sentir toda mente, muerta o no y su control de emociones, difícil de aplicar a los vampiros, al menos le permitía sentir ese falso corazón que llevan, muerto y negro, entre sus costillas. ¿Y la curiosidad n oes una emoción en si? Su fueran humanos, sus corazones latirían en cada momento emocionante del descubrimiento del misterio, así como seguramente el niño ha encontrado su entretenimiento de hoy.
Al escuchar la voy, volteo hacia él. Elegante, y serio, su voz, aunque infantil, era fría, seguramente congelada por los años de vida inmortal, un corazón de niño que nunca fue, lo que la llevo a suponer que, seguramente, había vivido suficientes años para ser más que un adulto.
Hizo una media sonrisa antes de hablar, parte de ella quería matarlo de una vez, enterrarle una estaca y hacer lo que se supone que debe hacer: cazar todo vampiro que tenga enfrente.
-Nunca he escuchado que llorar le está prohibido a una artista
Le dijo volteando hacia él y dejando su violín en el suelo, junto con sus partituras. Su mente pensó en atacarlo, destrozarlo acabar con él, pero forzó su cabeza para suprimir la locura, aquella sed de sangre por la que la apodaron La Locura Roja.
-Lloro por que la música es la única manera de dejar salir una emoción sin que el público pueda ver, pues son los oídos los que ven en un escenario como el de hoy, no los ojos. Me doy cuenta que tú fuiste mas allá.
Seguía escuchando la voz de matarlo. No sabía como hacían sus compañeros espías para hacer este trabajo, tal vez debió de quedarse en el campo de batalla como una buena soldado. Pero quería sentirse entre los suyos una vez más, ser lo que fue antes sólo una noche, pero el pecado no descansa y San Pedro la está esperando
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Me quedé inmóvil observándola, casi ni pestañeaba, la admiraba, la acababa de conocer y ya la admiraba, tal vez por que su música había sido una obra maestra de verdad o por que la vampiresa era bella, bella de verdad, me estaba dando la espalda pero pude ver como portaba el violín en una de sus manos, aquel instrumento que por unos segundos había conseguido transportarme a una época antigua donde aun era un pequeño niño humano, es difícil conseguir eso pues no me gusta nada de nada recordar ni hablar de ese corto trazo de humanidad que tuve hace tantos años. pero su música, su música me recordó tanto a la de mi difunta madre que conseguía erizarme el poco bello que tenia en mis delgados brazos.
Habló, habló por primera vez y cabía decir que su voz también era encantadora al igual que su música, sonreí cuando escuché lo que dijo y aproveché que aun seguía de espaldas para avanzar unos pasos hasta la vampiresa, era mucho mas alta que yo cosa que es normal y estoy acostumbrado a tener que alzar la cabeza para poder hablar con las personas, eso no es problema, poco a poco se giró y pude ver su rostro con mas claridad pues hasta ahora no había tenido la oportunidad de estar frente a frente con ella, toda una muñequita, no me extraña que fuese convertida ¿Quien no querría tener un diamante tan atractivo como creación?
-No, no esta prohibido pero si debería ser delito que una dama tan bella llorase, es triste para todos incluso para mi - Anuncié mirándola nuevamente a los ojos como había hecho cuando ella estaba tocando y yo me quede embobado con su mirada, no pretendo hacer nada con todo esto, se que mis posibilidades de conquistar a una dama son escasas y a decir verdad tampoco tengo intención de ello, me hace falta tener contactos como había dicho antes y si los contactos de por aquí son tan bellos como ella me daré por satisfecho.
-Así es - Otros pasos mas, avancé y ahora si que estábamos cara a cara, era un vampiro bastante confiado sobretodo con las mujeres quizás aveces peque de ello pues nunca se sabe cuando alguien puede aparecer con una estaca y hundirla en lo mas profundo de mi corazón pero eso es algo que no se puede cambiar, la belleza femenina me pierde y es por eso que me tomé la confianza de tomar con cuidado su mano, la derecha y acercar mis labios a ella, posandolos y sintiendo como su mano estaba fría, fría como el hielo al igual que mis labios, es normal en nosotros, la besé, besé su mano con delicadeza -Soy nuevo en la ciudad mi nombre es Dalton, Dalton Spitz y debo decir que su espectáculo...su espectáculo ha sido maravilloso, mi enhorabuena - Con mas cuidado aun que la anterior vez le solté la mano, retrocediendo unos pasos sobre mi, estaba triste, podía notarlo en su rostro que a diferencia del mio no era un rostro feliz.
-Algo me dice que sus emociones son emociones tristes ¿Me equivoco?, creo que no, odia su condición seguramente, he conocido a muchos como usted, no entienden la bendición que es ser un depredador de la noche, no lo entienden - Quizás aquello era actuar con un poco de severidad con una vampiresa que acaba de conocer recientemente pero yo definitivamente era así, odiaba a todos aquellos vampiros que se castigaban y se dejaban hundir en lo mas profundo de la miseria por no aceptar lo que eran, no era tan difícil, debo reconocer que a mi también me costó al principio pero no fue tan difícil, joder no lo fue.
Habló, habló por primera vez y cabía decir que su voz también era encantadora al igual que su música, sonreí cuando escuché lo que dijo y aproveché que aun seguía de espaldas para avanzar unos pasos hasta la vampiresa, era mucho mas alta que yo cosa que es normal y estoy acostumbrado a tener que alzar la cabeza para poder hablar con las personas, eso no es problema, poco a poco se giró y pude ver su rostro con mas claridad pues hasta ahora no había tenido la oportunidad de estar frente a frente con ella, toda una muñequita, no me extraña que fuese convertida ¿Quien no querría tener un diamante tan atractivo como creación?
-No, no esta prohibido pero si debería ser delito que una dama tan bella llorase, es triste para todos incluso para mi - Anuncié mirándola nuevamente a los ojos como había hecho cuando ella estaba tocando y yo me quede embobado con su mirada, no pretendo hacer nada con todo esto, se que mis posibilidades de conquistar a una dama son escasas y a decir verdad tampoco tengo intención de ello, me hace falta tener contactos como había dicho antes y si los contactos de por aquí son tan bellos como ella me daré por satisfecho.
-Así es - Otros pasos mas, avancé y ahora si que estábamos cara a cara, era un vampiro bastante confiado sobretodo con las mujeres quizás aveces peque de ello pues nunca se sabe cuando alguien puede aparecer con una estaca y hundirla en lo mas profundo de mi corazón pero eso es algo que no se puede cambiar, la belleza femenina me pierde y es por eso que me tomé la confianza de tomar con cuidado su mano, la derecha y acercar mis labios a ella, posandolos y sintiendo como su mano estaba fría, fría como el hielo al igual que mis labios, es normal en nosotros, la besé, besé su mano con delicadeza -Soy nuevo en la ciudad mi nombre es Dalton, Dalton Spitz y debo decir que su espectáculo...su espectáculo ha sido maravilloso, mi enhorabuena - Con mas cuidado aun que la anterior vez le solté la mano, retrocediendo unos pasos sobre mi, estaba triste, podía notarlo en su rostro que a diferencia del mio no era un rostro feliz.
-Algo me dice que sus emociones son emociones tristes ¿Me equivoco?, creo que no, odia su condición seguramente, he conocido a muchos como usted, no entienden la bendición que es ser un depredador de la noche, no lo entienden - Quizás aquello era actuar con un poco de severidad con una vampiresa que acaba de conocer recientemente pero yo definitivamente era así, odiaba a todos aquellos vampiros que se castigaban y se dejaban hundir en lo mas profundo de la miseria por no aceptar lo que eran, no era tan difícil, debo reconocer que a mi también me costó al principio pero no fue tan difícil, joder no lo fue.
Dalton Spitz- Vampiro Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Lo miro con un aire de asombro y odio mezclados. Asombro por qué falló en calcular la edad del vampiro, pues pensaba que debería de ser de reciente nacimiento, mas por sus palabras, seguramente lleva siglos en su condición de monstruo. Odio por que hablaba en un tono superior, como si quisiera ponerse sobre ella. Una vampiresa que le ha dado la espalda a su raza, sabe exactamente como eliminar a los de su especie. Pudiera meter al vampiro a su camerino y cortarle a cabeza con una daga envuelta en agua bendita, encerrarlo en una jaula a la luz del sol o despedazarlo mientras se aseguraba de dejarlo vivo. Sus métodos son tan crueles que se ha ganado el apodo de la Locura Rojo, su estado mental, tan divagante, la hace olvidar ese seudónimo de vez en cuando.
-Cada uno vemos nuestra condición como mejor los plazca. Para mí es una maldición que yo no desee y no importa cuánto dure existiendo en este mundo en dicha forma, seguiré lamentándome, no porque no me divierta ser lo que soy, si no porque yo no elegí serlo.
Lo miró con unos ojos diferentes, algo de orgullo de una mujer loca se podría extraer de esa mirada. Se quedo pensando en que pasaría si dejara que su locura se apodera de ella por unos segundos. Que el charco de sangre de cada vampiro presente en el teatro bañaría las paredes y que pronto, un ejército de seres de la oscuridad acabarían con ella para siempre. Pero no deseaba eso, no quiere demostrar lo que es en realidad, una traidora a los que pisan el suelo de alfombra roja de elegancia.
-Sentir que has sido transformado y conformarte con lo que eres, es un intento triste de conformismo. Luchar porque ya no hay más opción más que ser un triste monstro que nunca volverá a correr por un jardín en el día. Pero no estás mal por ser lo que eres, no te juzgo por elegir siéndolo, pero tampoco pienses que aplaudiré tu actitud tan creído.
Abrió suavemente la puerta de su camerino, preparada para entrar. Tomo de nuevo el estuche de su violín que había dejado en el suelo para abrir la puerta. Cuando esta se abrió, se dejo ver su vestido largo de color celeste, levantado al lado del sillón. La ropa que se podría considerar de civil, pues es aquella que usara en unos minutos, para ver el espectáculo por ella misma.
-Cada uno vemos nuestra condición como mejor los plazca. Para mí es una maldición que yo no desee y no importa cuánto dure existiendo en este mundo en dicha forma, seguiré lamentándome, no porque no me divierta ser lo que soy, si no porque yo no elegí serlo.
Lo miró con unos ojos diferentes, algo de orgullo de una mujer loca se podría extraer de esa mirada. Se quedo pensando en que pasaría si dejara que su locura se apodera de ella por unos segundos. Que el charco de sangre de cada vampiro presente en el teatro bañaría las paredes y que pronto, un ejército de seres de la oscuridad acabarían con ella para siempre. Pero no deseaba eso, no quiere demostrar lo que es en realidad, una traidora a los que pisan el suelo de alfombra roja de elegancia.
-Sentir que has sido transformado y conformarte con lo que eres, es un intento triste de conformismo. Luchar porque ya no hay más opción más que ser un triste monstro que nunca volverá a correr por un jardín en el día. Pero no estás mal por ser lo que eres, no te juzgo por elegir siéndolo, pero tampoco pienses que aplaudiré tu actitud tan creído.
Abrió suavemente la puerta de su camerino, preparada para entrar. Tomo de nuevo el estuche de su violín que había dejado en el suelo para abrir la puerta. Cuando esta se abrió, se dejo ver su vestido largo de color celeste, levantado al lado del sillón. La ropa que se podría considerar de civil, pues es aquella que usara en unos minutos, para ver el espectáculo por ella misma.
Nereza- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Notar su mirada de descontento con lo que acababa decir era algo notablemente apreciable, su mirada ya no era como la de antes, ahora tenia furia, rencor por lo que estaba diciendo tal vez, no me gusta, lo que había empezado siendo una charla normal se estaba volviendo en un pequeño debate donde ambos exponíamos nuestros pensamientos, su pensamiento va en contra del mio totalmente por que soy incapaz de creer que una persona maldiga tener el don del vampirismo, somos mas fuertes, mas rápidos, podemos dominar a los humanos a nuestro antojo, son todo ventajas no veo desventajas por ninguna parte pues los únicos contratiempos que puedo encontrar son realmente fáciles de solucionar, decepción, decepción es lo que sentía por tal bella dama, con lo que nos podríamos haber divertido.
-¿Acaso crees que yo elegí ser lo que soy? - Pregunté cambiando completamente los gestos de mi cara, en un principio como siempre suelo ser había intentado parecer amable, ahora solo quería arrebatar su razonamiento, soy tozudo y cabezón, nadie suele contradecirme -Si no me hubiesen convertido ahora mismo estaría muerto, me gusta ser lo que soy, querida deshonras nuestra raza teniendo esos pensamientos - Quizás aquello había sido acusar de mas, me da igual, mis ideales son claros al igual como puedo ver claros los de la vampiresa, no podemos castigarnos por lo que somos eternamente por que realmente somos afortunados por tener el don del vampirismo.
Chasqueé la lengua a la vez que ponía mis ojos en blanco, quizás era descortés por mi parte pues no suelo comportarme de esta manera con los míos, quizás pocas veces lo he hecho pues no me he topado con mucha gente con el pensamiento de esta señorita, no entiendo por que se sigue castigando por lo que es, no ha podido comprender la grandeza que representa nuestra raza ni la cantidad de poder que podemos manejar, quizás lo único que necesitaba es que alguien le enseñara de que somos capaces, sin duda esta cegada.
-¿Que se supone que debemos hacer entonces? ¿Castigarnos por ser lo que somos? - Espeté esperando al menos que entendiese que es inútil estar triste en algo como esto, vi sus intenciones de entrar en su camerino pues lo que iba a ser una charla agradable se estaba volviendo de lo mas incomoda en estos últimos instantes, me acerqué hasta la puerta y puse mi pequeño pie en el borde, impediría que me diese con la puerta en la cara, siempre me gusta jugar -Yo que tenia intención de invitaros a tomar una copa, supongo que los ideales os ciegan demasiado para ello ¿No es así? - Volví a sonreír, esta vez se trataba de una sonrisa irónica pues después de aquel intercambio de puntos de vista no es que estuviese la situación como para ponernos a reír, tan bella y tan desaprovechada, una pena.
-¿Acaso crees que yo elegí ser lo que soy? - Pregunté cambiando completamente los gestos de mi cara, en un principio como siempre suelo ser había intentado parecer amable, ahora solo quería arrebatar su razonamiento, soy tozudo y cabezón, nadie suele contradecirme -Si no me hubiesen convertido ahora mismo estaría muerto, me gusta ser lo que soy, querida deshonras nuestra raza teniendo esos pensamientos - Quizás aquello había sido acusar de mas, me da igual, mis ideales son claros al igual como puedo ver claros los de la vampiresa, no podemos castigarnos por lo que somos eternamente por que realmente somos afortunados por tener el don del vampirismo.
Chasqueé la lengua a la vez que ponía mis ojos en blanco, quizás era descortés por mi parte pues no suelo comportarme de esta manera con los míos, quizás pocas veces lo he hecho pues no me he topado con mucha gente con el pensamiento de esta señorita, no entiendo por que se sigue castigando por lo que es, no ha podido comprender la grandeza que representa nuestra raza ni la cantidad de poder que podemos manejar, quizás lo único que necesitaba es que alguien le enseñara de que somos capaces, sin duda esta cegada.
-¿Que se supone que debemos hacer entonces? ¿Castigarnos por ser lo que somos? - Espeté esperando al menos que entendiese que es inútil estar triste en algo como esto, vi sus intenciones de entrar en su camerino pues lo que iba a ser una charla agradable se estaba volviendo de lo mas incomoda en estos últimos instantes, me acerqué hasta la puerta y puse mi pequeño pie en el borde, impediría que me diese con la puerta en la cara, siempre me gusta jugar -Yo que tenia intención de invitaros a tomar una copa, supongo que los ideales os ciegan demasiado para ello ¿No es así? - Volví a sonreír, esta vez se trataba de una sonrisa irónica pues después de aquel intercambio de puntos de vista no es que estuviese la situación como para ponernos a reír, tan bella y tan desaprovechada, una pena.
Dalton Spitz- Vampiro Clase Alta
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Re: Concierto para vampiros {LIBRE}
Sin darse cuenta, había mostrado una actitud atacante, se supone que debería de ser discreta, no cuido sus palabras. Su lado devoto gritaba dentro de ella, un lado que jamás había encerrado. Siempre siendo la vampiresa que espera que San Pedro le hable y le diga que es bienvenida al cielo, que pueda ver a su madre de nuevo, que abrase a su padre y que no piense en Rayner, que seguramente, ese maldito esposa se iría al infiernos por sus pecados.
-Nunca nadie a elegido lo que es, un niño vampiro no elige serlo, una mujer vampiro tampoco, cada uno existe, porque ya no vivimos, como mejor le plazca, la tristeza es lo que me motiva a moverme día con día, la venganza, el odio y la esperanza de que mañana algo fabuloso pase entre los olores de sexo y sangre que no dejan de aparecer en este teatro.
Dijo viendo hacia el pequeño pie que traba la puerta de su camerino, miro al vampiro con ojos molestos. No sólo se había desviado a lo que ,según entendió, habría sido una platica agradable entre dos monstruos, ahora se notaba, entre líneas, que era una conversación entre uno y otra que se enmascaraba en algo más. Una peligrosa decisión para Nereza, pues ahora, su cuartada sería descubierta, a menos que jugase sus cartas.
-Seguramente has practicado mucho durante años, Dalton, para que no te vean como un niño, si no como el monstruo que tan desesperado estuviste por mostrar los primeros años o siglos de tu existir, seguramente caminaste suficientes senderos para demostrarle a todos que eres alguien del nivel o superior a ellos. Esta bien, todos hemos sido así ¿Cómo podríamos conseguir fortuna si no fuera por alguna victima tonta? Algunos millonarios que asesine y robe todo lo que tenían, parecían rogarle a su Dios que me tocaran los rayos del soy.
Abrió la puerta completamente, ignorando al vampiro, entrado por el arco de la misma. Se recargo en él y lo miro con ojos mas tranquilos. Lucho por que el rojizo de ellos, que seguramente ya era algo visible, desapareciera y se mostraran alegres de nuevo, aunque mantuvieran su eje de misterio.
-El próximo espectáculo debo de verlo, pues es algo digno de escuchar. Ignoro si te quedaras o no. Estaré en la fila L, asiento 105. Una copa no puede ser, pero no veo el inconveniente de dos villanos puedan disfrutar de la música tocada por sus monstruos hermanos.
Recordó la mención del a superioridad de la raza, y dio una media sonrisa. Los vampiros existen para darle un nivel a la raza humana, para algo en que temer, pero los humanos son las creaciones del señor, dueños de sus destinos y sus vidas. Así, realmente, son los vampiros y los dueños del sol.
-Nunca nadie a elegido lo que es, un niño vampiro no elige serlo, una mujer vampiro tampoco, cada uno existe, porque ya no vivimos, como mejor le plazca, la tristeza es lo que me motiva a moverme día con día, la venganza, el odio y la esperanza de que mañana algo fabuloso pase entre los olores de sexo y sangre que no dejan de aparecer en este teatro.
Dijo viendo hacia el pequeño pie que traba la puerta de su camerino, miro al vampiro con ojos molestos. No sólo se había desviado a lo que ,según entendió, habría sido una platica agradable entre dos monstruos, ahora se notaba, entre líneas, que era una conversación entre uno y otra que se enmascaraba en algo más. Una peligrosa decisión para Nereza, pues ahora, su cuartada sería descubierta, a menos que jugase sus cartas.
-Seguramente has practicado mucho durante años, Dalton, para que no te vean como un niño, si no como el monstruo que tan desesperado estuviste por mostrar los primeros años o siglos de tu existir, seguramente caminaste suficientes senderos para demostrarle a todos que eres alguien del nivel o superior a ellos. Esta bien, todos hemos sido así ¿Cómo podríamos conseguir fortuna si no fuera por alguna victima tonta? Algunos millonarios que asesine y robe todo lo que tenían, parecían rogarle a su Dios que me tocaran los rayos del soy.
Abrió la puerta completamente, ignorando al vampiro, entrado por el arco de la misma. Se recargo en él y lo miro con ojos mas tranquilos. Lucho por que el rojizo de ellos, que seguramente ya era algo visible, desapareciera y se mostraran alegres de nuevo, aunque mantuvieran su eje de misterio.
-El próximo espectáculo debo de verlo, pues es algo digno de escuchar. Ignoro si te quedaras o no. Estaré en la fila L, asiento 105. Una copa no puede ser, pero no veo el inconveniente de dos villanos puedan disfrutar de la música tocada por sus monstruos hermanos.
Recordó la mención del a superioridad de la raza, y dio una media sonrisa. Los vampiros existen para darle un nivel a la raza humana, para algo en que temer, pero los humanos son las creaciones del señor, dueños de sus destinos y sus vidas. Así, realmente, son los vampiros y los dueños del sol.
Nereza- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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