AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
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¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
Como era de esperarse, él jamás contesto mis cartas, es más ni siquiera estaba seguro de que en estas tierras se conociera que el detective más famoso de Londres se hyaba entre los parisinos.
Después de algunas deducciones propias y de horas largas de caminata bajo el hermoso sol de primavera me tope con un lujoso hotel, entonces me pregunte si alguien con la personalidad tan compleja que tenía mi amigo podría hospedarse aquí, me detuve por nu momento frente a ese edificio observando ventana tras ventana, ningua parecía tener sus caracteristicas propias de mi compañero, encogiendome de hombros decidí investigar, camine hacia donde se hayaba un empleado elegante, bien vestido y trabajador, parecía que tarareaba una canción o algo por el estilo, con una amena charla algo complicada pues yo no dominaba muy bien el idioma francés, pude averiguar que el se encontraba allí, hospedado en la habitación 221 B, que curioso había escogido el mismo numero de nuestro departamento en Londres.
Subí las escaleras y como todo un cabellero llame a la puerta pero absolutamente nadie me abrió, pensar que estaba fuera en las calles no era lógico en una persona como él, volví a tocar pero el resultado fue exactamente el mismo, así que siguiendo las lecciones enseñadas por mi propio maestro utilice el bastón para abrir la puerta, cuando esta me dio la bienvenida no encontré más un cuarto a oscuras con las cortinas cerradas, en las paredes había rastros de balas tiradas desde el mismo angulo, el aroma del cuarto era a humedad, polvo y descuido de la chimenea, también podía ver entre sombras botellas abiertas de licor, los mecheros sucios y las cartas arrumbadas por allí.
-¡Holmes!- grite fuertemente esperando no fuera atacerme sorpresivamente como era la costumbre hasta hace unos meses -¡Holmes... llame a tu puerta y no me abriste así que tuve que abrirla a la fuerza, me canse de esperarte tratando de componer tu estupido reloj, vaya manera de entretener a tu compañero- por más que hablaba el no contestaba -¡No estoy jugando ¿sabías?!-avance decididamente hasta la primera cortina -Si no me contestas abriré la cortina entendiste- finalmente algo se movió en el rincón más oscuro del cuarto -¿Te asuste?- pregunte ironicamente, quizás penso que no abriria la ventana, error fue lo primero que hice, y lo que ví fue un desroden más grande que las construcciones cerca del rio tamesis en Londres, toda la habitación fue recorrida con mi mirada que se centro finalmente en Sherlock, que se encontraba sentado en un sillón, con una pistola en las manos y cubriendose lo ojos, el sol le lastimaba al menos eso suponía -¿Desde cuando no has salido de aqui?- apague la chimenea que sumbaba por falta de leña -Han pasado seis meses desde que te fuiste, ¿es lo que has pasado aquí?- me acerque hasta él y le reverencie como según eran sus costumbres -Permiso... para desarmar al caballero- le extendí la mano esperando me diera la pistola y pudiera explicarme que demonios había hecho todo ese tiempo.
Después de algunas deducciones propias y de horas largas de caminata bajo el hermoso sol de primavera me tope con un lujoso hotel, entonces me pregunte si alguien con la personalidad tan compleja que tenía mi amigo podría hospedarse aquí, me detuve por nu momento frente a ese edificio observando ventana tras ventana, ningua parecía tener sus caracteristicas propias de mi compañero, encogiendome de hombros decidí investigar, camine hacia donde se hayaba un empleado elegante, bien vestido y trabajador, parecía que tarareaba una canción o algo por el estilo, con una amena charla algo complicada pues yo no dominaba muy bien el idioma francés, pude averiguar que el se encontraba allí, hospedado en la habitación 221 B, que curioso había escogido el mismo numero de nuestro departamento en Londres.
Subí las escaleras y como todo un cabellero llame a la puerta pero absolutamente nadie me abrió, pensar que estaba fuera en las calles no era lógico en una persona como él, volví a tocar pero el resultado fue exactamente el mismo, así que siguiendo las lecciones enseñadas por mi propio maestro utilice el bastón para abrir la puerta, cuando esta me dio la bienvenida no encontré más un cuarto a oscuras con las cortinas cerradas, en las paredes había rastros de balas tiradas desde el mismo angulo, el aroma del cuarto era a humedad, polvo y descuido de la chimenea, también podía ver entre sombras botellas abiertas de licor, los mecheros sucios y las cartas arrumbadas por allí.
-¡Holmes!- grite fuertemente esperando no fuera atacerme sorpresivamente como era la costumbre hasta hace unos meses -¡Holmes... llame a tu puerta y no me abriste así que tuve que abrirla a la fuerza, me canse de esperarte tratando de componer tu estupido reloj, vaya manera de entretener a tu compañero- por más que hablaba el no contestaba -¡No estoy jugando ¿sabías?!-avance decididamente hasta la primera cortina -Si no me contestas abriré la cortina entendiste- finalmente algo se movió en el rincón más oscuro del cuarto -¿Te asuste?- pregunte ironicamente, quizás penso que no abriria la ventana, error fue lo primero que hice, y lo que ví fue un desroden más grande que las construcciones cerca del rio tamesis en Londres, toda la habitación fue recorrida con mi mirada que se centro finalmente en Sherlock, que se encontraba sentado en un sillón, con una pistola en las manos y cubriendose lo ojos, el sol le lastimaba al menos eso suponía -¿Desde cuando no has salido de aqui?- apague la chimenea que sumbaba por falta de leña -Han pasado seis meses desde que te fuiste, ¿es lo que has pasado aquí?- me acerque hasta él y le reverencie como según eran sus costumbres -Permiso... para desarmar al caballero- le extendí la mano esperando me diera la pistola y pudiera explicarme que demonios había hecho todo ese tiempo.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
Nada me resultaba más entretenido que el encierro y los experimentos a media noche en un dpartamento rentado... la soledad refrescaba mi cabeza, mi mente estaba aturdida de pensar en el caso que me había orillado a a abandonar Londres -¿Será o no será un vampiro?, esa es la cuestión- musitaba para mi mismo mientras tire al vacio un craneo y disparaba el arma que portaba en las manos hacia la pared que no podía distinguirse entre la oscuridad y las cortinas de terciopelo colo shedron.
uno, dos, tres, cuatro... infinitos e incontables fueron los disparos que realice a la pared, como era de esperarse no tardaron mucho tiempo en quejarse los vecinos y la visita amena y dulce del encargado del hotel -¡Vamos callese o hara que el tiro vaya en dirección a la ventana!- dije ante la insistia y sus llamados a la puerta que eran demasiado... sutiles.
Pasaron quizas cuarenta y cinco minutos hasta que todo se tranquilizo, comence a tirar de nuevo al aire y casi en ese momento empezaron los golpes a la puerta de nueva cuenta, después ya no fue un golpe, fue la fuerza que provoco el destrozo de la puerta, más no dije nada, me mantuve callado hasta que escuche la voz del que había perpretado mis aposentos -¡Watson!- pensé, estaba furioso por heberle dejado en casa con un reloj sin compostura, amenazante abrio las cortinas y dejo entrar la luz de la luna que aunque era mortecina ha de saberse que cinco meses mis ojos no tuvieron algún tipo de iluminación, era normal que reaccionara inquitandome en lugar, llegue a concluir que no lo haría y cuando menos lo espere ¡La luz se hizo!.
-¡Ah mis ojos!- lance un grito demasiado adolorido -Watson ten cosideración de este hombre que por el bien de la ciencia y la investigación de un caso se ha mantenido fuera del mundo y su luz por cinco meses, creo que eso responde a una de tus preguntas- decia mientras mantenía la mano en los ojos -Además no te puedes quejar, aprendiste de relojes y la fina maquinaria francesa del siglo pasado, ¡te hice un favor! y no negarás que fue entratenido para tu mente de doctor de lo contrario hubieras venido a buscarme antes ¿no crees?-.
Sentí su presencia frente mía, sabía nuestras costumbres y deduje que antes de pedirme el arma haría la reverencia de siempre -Toma... pero con cuidado es el trabajo de largos días y noches de investigaciones- respondí mientras comenzaba a agitarme -Watson estoy... a punto de crear un arma que amortigue el sonido de la bala... será la siguiente revolución en la ciencia- intente dar paso a la luz lunar a mis ojos pero lo único que cosegui fue lastimarme más, provocando que cayera de inmediato al suelo buscando de nuevo la oscuridad para colmo se había ido -Oscuridad, oscuridad ¿donde estas?- me asome a una pequeña ratonera -Ni siquiera este hoyuelo tiene lo que necesito, ¡Ya estarás contento Watson, me dejarás ciego de por vida!, sino te abrí la puerta es por el intrometido encargado siempre prohibiendome cosas que estoy en mi drecho de ser un huesped mas de este "prestigiado hotel"- finalmente pude abrir los ojos, viendolo fijamente -Pero hasta ahora que lo recuerdo.... ¿Que estas haciendo aquí?, veniste a prstarme otro de tus trajes, me caerian bien porque después de cinco meses ya no todo esta limpio-.
uno, dos, tres, cuatro... infinitos e incontables fueron los disparos que realice a la pared, como era de esperarse no tardaron mucho tiempo en quejarse los vecinos y la visita amena y dulce del encargado del hotel -¡Vamos callese o hara que el tiro vaya en dirección a la ventana!- dije ante la insistia y sus llamados a la puerta que eran demasiado... sutiles.
Pasaron quizas cuarenta y cinco minutos hasta que todo se tranquilizo, comence a tirar de nuevo al aire y casi en ese momento empezaron los golpes a la puerta de nueva cuenta, después ya no fue un golpe, fue la fuerza que provoco el destrozo de la puerta, más no dije nada, me mantuve callado hasta que escuche la voz del que había perpretado mis aposentos -¡Watson!- pensé, estaba furioso por heberle dejado en casa con un reloj sin compostura, amenazante abrio las cortinas y dejo entrar la luz de la luna que aunque era mortecina ha de saberse que cinco meses mis ojos no tuvieron algún tipo de iluminación, era normal que reaccionara inquitandome en lugar, llegue a concluir que no lo haría y cuando menos lo espere ¡La luz se hizo!.
-¡Ah mis ojos!- lance un grito demasiado adolorido -Watson ten cosideración de este hombre que por el bien de la ciencia y la investigación de un caso se ha mantenido fuera del mundo y su luz por cinco meses, creo que eso responde a una de tus preguntas- decia mientras mantenía la mano en los ojos -Además no te puedes quejar, aprendiste de relojes y la fina maquinaria francesa del siglo pasado, ¡te hice un favor! y no negarás que fue entratenido para tu mente de doctor de lo contrario hubieras venido a buscarme antes ¿no crees?-.
Sentí su presencia frente mía, sabía nuestras costumbres y deduje que antes de pedirme el arma haría la reverencia de siempre -Toma... pero con cuidado es el trabajo de largos días y noches de investigaciones- respondí mientras comenzaba a agitarme -Watson estoy... a punto de crear un arma que amortigue el sonido de la bala... será la siguiente revolución en la ciencia- intente dar paso a la luz lunar a mis ojos pero lo único que cosegui fue lastimarme más, provocando que cayera de inmediato al suelo buscando de nuevo la oscuridad para colmo se había ido -Oscuridad, oscuridad ¿donde estas?- me asome a una pequeña ratonera -Ni siquiera este hoyuelo tiene lo que necesito, ¡Ya estarás contento Watson, me dejarás ciego de por vida!, sino te abrí la puerta es por el intrometido encargado siempre prohibiendome cosas que estoy en mi drecho de ser un huesped mas de este "prestigiado hotel"- finalmente pude abrir los ojos, viendolo fijamente -Pero hasta ahora que lo recuerdo.... ¿Que estas haciendo aquí?, veniste a prstarme otro de tus trajes, me caerian bien porque después de cinco meses ya no todo esta limpio-.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
Empezó a quejarse de la luz que entraba por la ventana, le lastimaba cruelmente la vista al parecer o quizás pretendia hacerse el interesante de siempre -Holmes no te he dejado ciego ¡Por favor! deja de exagerar es solo.. la ... luz.. de.. la ... luna- le explique como si fuese un nño de cinco años -¿Como es que has pasado cinco meses dentro de este... desastre?, ¿acaso con anestesia como de costumbre?-.
Se arrastraba por el piso buscando regresar a un lugar oscuro era casi increible como esquivaba las cosas a tientas, le seguía por detrás por si acaso se le caía algo de las mesas -Puede que haya aprendido algo de relojería ¿pero eso de que me servira? anda responde, si no vine hasta ti es porque pense que quizás estabas en busqueda de mujeres, de vida social, me para eso no hace falta quedarte medio año en París y lamneto desilucionarte pero tu reloj ya no funciono vete preparando a la idea de que la paga del caso resuelto se ira en un reloj nuevo- empujaba los muebles y las cosas mal puestas se le iban cayendo por fortuna algunas caían hacia otra direccion pero otras más debía deternerlas yo, deje el arma en una de las mesas para evitar accidentes -Lo que si te diré es que tu "invento" no esta funcionando... todo el mundo en la recpción especula el buen inquilino que eres- dije mofandome de la situación.
Finalmente abrio los ojos y cuestino mi razón de buscarle -¡Holmes! ¿Utilizaste mis trajes!- dije desesperado y molesto -Debí de haber dejado que algo se te cayera en la cabeza- suspire viendo hacia otro lado suplicando calma y paciencia -Estoy aquí porque te necesitan en Londres Lestrate no sabe que hacer con tanto caso que no puede resolver, así que empaca tus... mis trajes y tomamos el siguiente tren de la medianoche- le di el periodico -Ten para que te documentes antes de presentarte a la comandancia-, le dije molesto y empece a recoger las cosas e instrumentos de quimica.
Se arrastraba por el piso buscando regresar a un lugar oscuro era casi increible como esquivaba las cosas a tientas, le seguía por detrás por si acaso se le caía algo de las mesas -Puede que haya aprendido algo de relojería ¿pero eso de que me servira? anda responde, si no vine hasta ti es porque pense que quizás estabas en busqueda de mujeres, de vida social, me para eso no hace falta quedarte medio año en París y lamneto desilucionarte pero tu reloj ya no funciono vete preparando a la idea de que la paga del caso resuelto se ira en un reloj nuevo- empujaba los muebles y las cosas mal puestas se le iban cayendo por fortuna algunas caían hacia otra direccion pero otras más debía deternerlas yo, deje el arma en una de las mesas para evitar accidentes -Lo que si te diré es que tu "invento" no esta funcionando... todo el mundo en la recpción especula el buen inquilino que eres- dije mofandome de la situación.
Finalmente abrio los ojos y cuestino mi razón de buscarle -¡Holmes! ¿Utilizaste mis trajes!- dije desesperado y molesto -Debí de haber dejado que algo se te cayera en la cabeza- suspire viendo hacia otro lado suplicando calma y paciencia -Estoy aquí porque te necesitan en Londres Lestrate no sabe que hacer con tanto caso que no puede resolver, así que empaca tus... mis trajes y tomamos el siguiente tren de la medianoche- le di el periodico -Ten para que te documentes antes de presentarte a la comandancia-, le dije molesto y empece a recoger las cosas e instrumentos de quimica.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
Watson estaba molesto, furico casi al borde de un ataque de nervios... aún a rastras suspire hondo, negando con la cabeza -No te molestes Watson- reí sinicamente- tu eres el que debe estar enojado consigo mismo, en tu lugar ya no debería comer tanto pavo... estas engordando- le guiñe el ojo.
Contimue mi camino hasta el sillón más apartado de donde estaba mi querido compañero con el periodico en la mano -Por favor mi querido amigo tu y yo sabemos mejor que nadie que Lestrad no es capaz ni siquiera de encontrar una aguja en un pajar, movería a media cuadrilla para buscarle por que simplemente el se moriria de hambre con sus teorias sacadas de una novela de Poe- termine sarcastico acomodandome en el sillón, abrí el diario buscando "buenas nuevas", hasta que escuche los choques de los cristales y del intrumental quimico -¿Que se supone haces?, ¿Te crees la casera de mi propia casa? ¡Porque das más molestias que ella!- regrese mi vista al periodico -además- tome una pausa -No puedo volver a Londres por la simple cuestión de que aún no llegó al final del caso- tome aires interesantes.
-¿Hoy es 5 de octubre?- dije tranquilo ante todo el escandalo que Watson hacia frente de mi -¿Otra vez agitado?, lo único que coseguirás es morirte primero que yo... relajate ¿Quieres?- quedó sin habla -Además sin paga no hay reloj nuevo- volví mi vista al periodico -Y otra cosa, no grites tanto, los vecinos van a pensar que he invitado a un loco, por favor no empañes mi buena reputación- le dije guiñandole el ojo, continuando con mi lectura.
Contimue mi camino hasta el sillón más apartado de donde estaba mi querido compañero con el periodico en la mano -Por favor mi querido amigo tu y yo sabemos mejor que nadie que Lestrad no es capaz ni siquiera de encontrar una aguja en un pajar, movería a media cuadrilla para buscarle por que simplemente el se moriria de hambre con sus teorias sacadas de una novela de Poe- termine sarcastico acomodandome en el sillón, abrí el diario buscando "buenas nuevas", hasta que escuche los choques de los cristales y del intrumental quimico -¿Que se supone haces?, ¿Te crees la casera de mi propia casa? ¡Porque das más molestias que ella!- regrese mi vista al periodico -además- tome una pausa -No puedo volver a Londres por la simple cuestión de que aún no llegó al final del caso- tome aires interesantes.
-¿Hoy es 5 de octubre?- dije tranquilo ante todo el escandalo que Watson hacia frente de mi -¿Otra vez agitado?, lo único que coseguirás es morirte primero que yo... relajate ¿Quieres?- quedó sin habla -Además sin paga no hay reloj nuevo- volví mi vista al periodico -Y otra cosa, no grites tanto, los vecinos van a pensar que he invitado a un loco, por favor no empañes mi buena reputación- le dije guiñandole el ojo, continuando con mi lectura.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
-¡Sherlock yo no he su...!- Calle por prudencia suspirando con la manos entrelazadas sobre los labios intentaba regresar a la aparente calma de siempre -Holmes- asentí con la cabeza -Soy de naturaleza vegetariana, tan pronto lo olvidaste- dije tranquilo -Utilizando la deducción como tu me enseñaste, ¿no crees que con esa dieta baje en lugar de subir?- me quede viendole con una mueca torcida en mis labios por un instantes y después comence a recoger las cosas del suelo.
Unos minutos de silencio eran adecuados para mí, parecía que mi insoportable compañero había encontrado un hermoso pasatiempo para su inestable ingeniedad y Lestrate fue el encargado de volver a interrumpir la aparente calma en las palabras de Holmes, debo admitir que me dio gracia su comentario, tenía snetido puesto que Lestrate en ocasiones sacaba de una simple huella la teoria más alocada e increible para ser creida peor que las de mi compañeroen un principio -Sí, así es- respondí algo furioso -Por eso te necesitan allá, Londres esta convertido en un baile de ladrones y asesinos y Lestrate confiado en su otro asistente solo ha logrado complicar las cosas- seguí recogiendo sus cosas empezandolas a colocar en un baúl.
-Y hablando de la casera- dije en tono más animado -La sra Houdson esta terriblemente angustiada por ti, desde que no ha recibido ninguna carta por parte tuya- sabía que eso le molestaría profundamente, sin embargo creo que busco la manera de desquitarse diciendome de manera despreocupada que simplemente no podía irse porque aún no había concluido el caso -¿Entonces que demonios has hecho todo este tiempo?- tome la pistola -¿Jugando a los soldaditos?- se me hacía increible lo que escuchaba, era posible que alguien como él se detuviera simplemente porque estaba en otra ciudad diferente a la nuestra, era el famoso Sherlock Holmes y desperdiciaba la oportunidad de que su ego acrentera con la resolución de caso inexplicable -Es para reirse- negue con la cabeza ante su último comentario -Tú Sherlock Holmes en uno de los casos más importantes de la vida y lo malgasta recluido en un hotel casi la mitad del año- rei impactado -Creo que aquí el único moribundo serás tú, tú te moriras de hambre ¿Porque de donde has sacado para alimento y renta? ¿De tu famoso discurso del metodo?- mire unas cartas que el señalaba postradas en una de las mesas entre comillas limpias -¿Y que con esto? ¿Eres el cartero?- tome las cartas en mis manos, todas estaban abiertas -ah- suspire profundo -Si Holmes hoy es la noche del 5 de octubre del año 1800- respondí ante su última interrogante.
Unos minutos de silencio eran adecuados para mí, parecía que mi insoportable compañero había encontrado un hermoso pasatiempo para su inestable ingeniedad y Lestrate fue el encargado de volver a interrumpir la aparente calma en las palabras de Holmes, debo admitir que me dio gracia su comentario, tenía snetido puesto que Lestrate en ocasiones sacaba de una simple huella la teoria más alocada e increible para ser creida peor que las de mi compañeroen un principio -Sí, así es- respondí algo furioso -Por eso te necesitan allá, Londres esta convertido en un baile de ladrones y asesinos y Lestrate confiado en su otro asistente solo ha logrado complicar las cosas- seguí recogiendo sus cosas empezandolas a colocar en un baúl.
-Y hablando de la casera- dije en tono más animado -La sra Houdson esta terriblemente angustiada por ti, desde que no ha recibido ninguna carta por parte tuya- sabía que eso le molestaría profundamente, sin embargo creo que busco la manera de desquitarse diciendome de manera despreocupada que simplemente no podía irse porque aún no había concluido el caso -¿Entonces que demonios has hecho todo este tiempo?- tome la pistola -¿Jugando a los soldaditos?- se me hacía increible lo que escuchaba, era posible que alguien como él se detuviera simplemente porque estaba en otra ciudad diferente a la nuestra, era el famoso Sherlock Holmes y desperdiciaba la oportunidad de que su ego acrentera con la resolución de caso inexplicable -Es para reirse- negue con la cabeza ante su último comentario -Tú Sherlock Holmes en uno de los casos más importantes de la vida y lo malgasta recluido en un hotel casi la mitad del año- rei impactado -Creo que aquí el único moribundo serás tú, tú te moriras de hambre ¿Porque de donde has sacado para alimento y renta? ¿De tu famoso discurso del metodo?- mire unas cartas que el señalaba postradas en una de las mesas entre comillas limpias -¿Y que con esto? ¿Eres el cartero?- tome las cartas en mis manos, todas estaban abiertas -ah- suspire profundo -Si Holmes hoy es la noche del 5 de octubre del año 1800- respondí ante su última interrogante.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
Me causaba gracia la forma en como en ocasiones podía sacar a mi compañero de sus casillas creo que eso ya lo extrañaba bastante, carraspe un poco con la garganta -No, no se me a olvidado Watson- le contestaba sin perder de vista lo que estaba leyendo aún con los ojos lastimados -Sin embargo un buen bocadillo de pavo parisno durante el trayecto de Londres hasta aquí logro que a ti se te elvidara por completo- frucí el ceño -¿Holmes como lo supiste?-le imite por instantes, -Watson llevas restos de carne en las uñas, sin mecionar el pañuelo de tu solapa el cual contiene unas cuantas moronas de pan y grasa que no puede ser de otra más que da carne de ave y ese...- pare al elevar mi rostro para simular olfatear -Ese aroma a cigarillo inglés que utilisaste para quitarte la escencia del guisado pensando que así o lo descubriría y reclamaría- rei con dos o tres carcajadas -¡Ah mi querido Watson si yo logro sacarle de sus casillas a mi lográ provocarme sonrisas inecesarias- le decía mientras pasaba las páginas del diario con la faz de arrogante y despreocupado.
Lo sabía tan acelerado y tan bien ordenado como el militar que alguna vez fue trataba de acomodar mis cosas en no de las baules que había dejado arrumbado hace unos meses, esas cajotas solo servían para dos cosas la primera para robar espacio y la segunda para talar arboles que de sobra necesitamos para el oxigeno que respiramos, simplemente no le tome importancia a lo que hacia , continuaba en mis asuntos escuchando todas las tonterías que Lestrate ha estado haciendo durante mi ausencia -Es increible lo que me cuentas- conteste en voz alta y Watson continuó hablando contandome a detalle lo que ahora pasaba en Londres -Watson- le callé -Hablaba con el periodico- finalmente aboque mi vista el quién ya mostraba una cara de aburrimiento y de desaprobación -Escucha por mi Lestrate puede invitar a la reina para que le ayude con los casos al fin ni tú ni yo estamos ahí- rei burlonamente como si hubiese dicho una broma demasiado satisfactoria -Aprende a verlo del lado positivo si ahora Gregson esta a cargo querrá dejar el puesto apenas se tope con Lord Blackwood y toda su comitiva de maguitos baratos, tan solo imaginalo.... renuncía y porque no podrá soprtarlo y nosotros sin estorbos que me tachen de loco ¡Magnifico no regresaré hasta que eso suceda!- celebre con gusto mientras regresaba a las letras impresas en el periodico.
Ya era raro que mi casera no saliera a relucir en mis asuntos, ni en París dejaba de meterse aunque no estuviera presente -¿En serio?- cuestine a Watson -¿La señora Houdson preocupada? ¿No será más bien que este vigilando de que nadie más le gane el gran privilegio de envenenarme?- cerre momentaneamente el periodico -Si lo permites eso es lo más lógico que se me ocurre- volví a abrir el periodico mientras el enloquecia con la idea de que no regresaría a París, me cuestiono mi forma de vivr y de ganar el dinero suficiente para alimentarme y alojarme un cuarto de aquel hotel, no le conteste nada simplemente señale unas cuantas cartas que estaban sobre una de mis mesas, suspirando negue con la cabeza -Watson, Watson, Watson- conteste sin consuelo -Hace un minuto era Descartes con el discurso del metodo y ahora me rebajas a un insignificante cartero- alborote mi cabello -Para que lo sepas y lo recuerdes mi obra se titula "El libro de la vida" y esas cartas tienen que ver con los sencillos trabajos que me han dado sustento en París- tener la fama de mi lado realmente llegaba a beneficiarme, miles de personas de aquella ciudad conocían a la perfección todo lo que era capaz de hacer con el fino arte de la deducción -Esas cartas son casos resueltos y las que estan a mis espalda son casos demasiado obvios como prestarles toda mi atención que necesita estar enfocada en el dilema del crimen principal- arroje el diario a un lado -Algunas veces llegue a mencionarte que "Cuando eliminas toda solución logica a un problema, lo ilogico aunque imposible es invariablemente lo cierto"- tome un tono mucho más serio -Watson, si estoy aqui recluido es porque he llegado a una conclusión que hasta mi mismo me ha sorprendido... la asesina se Sussex es en verdad un vampiro- termine por confesarle mi conclusión y mi sospecha.
Lo sabía tan acelerado y tan bien ordenado como el militar que alguna vez fue trataba de acomodar mis cosas en no de las baules que había dejado arrumbado hace unos meses, esas cajotas solo servían para dos cosas la primera para robar espacio y la segunda para talar arboles que de sobra necesitamos para el oxigeno que respiramos, simplemente no le tome importancia a lo que hacia , continuaba en mis asuntos escuchando todas las tonterías que Lestrate ha estado haciendo durante mi ausencia -Es increible lo que me cuentas- conteste en voz alta y Watson continuó hablando contandome a detalle lo que ahora pasaba en Londres -Watson- le callé -Hablaba con el periodico- finalmente aboque mi vista el quién ya mostraba una cara de aburrimiento y de desaprobación -Escucha por mi Lestrate puede invitar a la reina para que le ayude con los casos al fin ni tú ni yo estamos ahí- rei burlonamente como si hubiese dicho una broma demasiado satisfactoria -Aprende a verlo del lado positivo si ahora Gregson esta a cargo querrá dejar el puesto apenas se tope con Lord Blackwood y toda su comitiva de maguitos baratos, tan solo imaginalo.... renuncía y porque no podrá soprtarlo y nosotros sin estorbos que me tachen de loco ¡Magnifico no regresaré hasta que eso suceda!- celebre con gusto mientras regresaba a las letras impresas en el periodico.
Ya era raro que mi casera no saliera a relucir en mis asuntos, ni en París dejaba de meterse aunque no estuviera presente -¿En serio?- cuestine a Watson -¿La señora Houdson preocupada? ¿No será más bien que este vigilando de que nadie más le gane el gran privilegio de envenenarme?- cerre momentaneamente el periodico -Si lo permites eso es lo más lógico que se me ocurre- volví a abrir el periodico mientras el enloquecia con la idea de que no regresaría a París, me cuestiono mi forma de vivr y de ganar el dinero suficiente para alimentarme y alojarme un cuarto de aquel hotel, no le conteste nada simplemente señale unas cuantas cartas que estaban sobre una de mis mesas, suspirando negue con la cabeza -Watson, Watson, Watson- conteste sin consuelo -Hace un minuto era Descartes con el discurso del metodo y ahora me rebajas a un insignificante cartero- alborote mi cabello -Para que lo sepas y lo recuerdes mi obra se titula "El libro de la vida" y esas cartas tienen que ver con los sencillos trabajos que me han dado sustento en París- tener la fama de mi lado realmente llegaba a beneficiarme, miles de personas de aquella ciudad conocían a la perfección todo lo que era capaz de hacer con el fino arte de la deducción -Esas cartas son casos resueltos y las que estan a mis espalda son casos demasiado obvios como prestarles toda mi atención que necesita estar enfocada en el dilema del crimen principal- arroje el diario a un lado -Algunas veces llegue a mencionarte que "Cuando eliminas toda solución logica a un problema, lo ilogico aunque imposible es invariablemente lo cierto"- tome un tono mucho más serio -Watson, si estoy aqui recluido es porque he llegado a una conclusión que hasta mi mismo me ha sorprendido... la asesina se Sussex es en verdad un vampiro- termine por confesarle mi conclusión y mi sospecha.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
- Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
Tan despreocupado era ese hombre y en vez de ponerse alerta ante su posible despido de la comandancia celebraba con un gusto del tamaño del mar mediterraneo que otro ocupara su lugar y en cuanto a la casera de nuestra querida casa en Beaker Street la creía una asesina en serie que esperaba el momento perfecto para envenenarlo -¿Que la señora Houdson te quiere envenenar suena logico?, para mi más bien suena paranoico- solte la ropa que llevaba en la mano -En cuanto a Gregson, debo advertirte Holmes que la suerte le esta favoreciendo, así que ni pienses en ir a matarlo solo por que convencio a Lestrate que eres un loco que quizás un día cruce la linea tan fina que existe entre tú y los criminales- seguí acomodando la ropa en el baúl sin poder ver su expresión -Por lo menos eso me dijo antes de que viniera por tí- pronuncie tentadora y provacativamente, intentando con toda la intención que me tomará la palabra y nos fueramos a casa.
Entonces de nuevo las cartas sobre aquella mesa y su explicación sobre ellas, debía aceptarlo mi amigo no cambiaria de opinión ni aunque le ofreciera mil francos -No creo que Descartes quisiera estar en tus zapatos, un día en ellos y estaría muerto de nuevo- suspire negando con la cabeza, mientras recordaba aquella mañana en que había cuestionado su texto y su forma tan maravillosa en la que me envolvio en sus metodos de deducción y sus asuntos de policía -Como no acordarme de aqulla mañana, fue ese día que comence a estar junto a ti en todos los casos futuros, recuerdo que le pusimos "Un crimen extraño"- añoraba el pasado y lo narraba con ilusión -Aquel articulo escrito por tí quedo respaldado en la manera en como se resolvio aquel asesinato, entonces supe que estaba correcto y cambie de opinión respecto a tu metodo- jugaba con las caratas en mi palma abierta -Lo único que sigo opinando es que el autor es un estupido- mire hacia el techo perdiendole de vista, riendome con una mueca traviesa.
-Holmes para ti todos tus casos son demasiados obvios- reparé al instante -en estas cartas debe haber algo que te quibre un rato la cabeza-, empece a revisar las cartas mientras me dirigía hacia su aciento, sentandome en las braceras de sus sillón blanco -¡Oh! que te parece este, Lady Marianne reporta... que su anillo de diamantes de un valor considerable de quilates fue robado en su propia recidencia- volví con ese tono insitador -Mejor este, otra joven dama acaudalada esta desesperada intentando buscar a su esposo que desapareció hace una semana- pense que me prestaría atención y sin enbargo tomo un tono más serio y me hizo una gran confesión, tan drásstica era la situación para llegar a tal resultado -Escucha Holmes es lo más disparatado que has inventado, ¿un vampiro real?, esta vez has ido demasiado lejos, Paris y este encierro te ha hecho mucho daño, toma tu saco, nos vamos ahora- camne rapido y agitado, negandome a creer lo que los labios de Sherlock me estaba diciendo.
Entonces de nuevo las cartas sobre aquella mesa y su explicación sobre ellas, debía aceptarlo mi amigo no cambiaria de opinión ni aunque le ofreciera mil francos -No creo que Descartes quisiera estar en tus zapatos, un día en ellos y estaría muerto de nuevo- suspire negando con la cabeza, mientras recordaba aquella mañana en que había cuestionado su texto y su forma tan maravillosa en la que me envolvio en sus metodos de deducción y sus asuntos de policía -Como no acordarme de aqulla mañana, fue ese día que comence a estar junto a ti en todos los casos futuros, recuerdo que le pusimos "Un crimen extraño"- añoraba el pasado y lo narraba con ilusión -Aquel articulo escrito por tí quedo respaldado en la manera en como se resolvio aquel asesinato, entonces supe que estaba correcto y cambie de opinión respecto a tu metodo- jugaba con las caratas en mi palma abierta -Lo único que sigo opinando es que el autor es un estupido- mire hacia el techo perdiendole de vista, riendome con una mueca traviesa.
-Holmes para ti todos tus casos son demasiados obvios- reparé al instante -en estas cartas debe haber algo que te quibre un rato la cabeza-, empece a revisar las cartas mientras me dirigía hacia su aciento, sentandome en las braceras de sus sillón blanco -¡Oh! que te parece este, Lady Marianne reporta... que su anillo de diamantes de un valor considerable de quilates fue robado en su propia recidencia- volví con ese tono insitador -Mejor este, otra joven dama acaudalada esta desesperada intentando buscar a su esposo que desapareció hace una semana- pense que me prestaría atención y sin enbargo tomo un tono más serio y me hizo una gran confesión, tan drásstica era la situación para llegar a tal resultado -Escucha Holmes es lo más disparatado que has inventado, ¿un vampiro real?, esta vez has ido demasiado lejos, Paris y este encierro te ha hecho mucho daño, toma tu saco, nos vamos ahora- camne rapido y agitado, negandome a creer lo que los labios de Sherlock me estaba diciendo.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/06/2012
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
-¿Paranoico yo? ¡Ja!- solte una carcajada sarcastica a mi fiel compañero quién tenía frente a mis lastimados ojos una cara tan apatica que facilmente podía a convencer a un moribundo que se vida ya no tenía salvación -Disculpeme Watson pero yo ne he llegado hasta su casa como un lunatico, empacando sus cosas y pregonando a los cuatro vientos que mueren por mí- sonreí -Eso si es de neouroticos, digame ¿ha pensado en ir a una terapia ocupacional?, le vendría como anillo al dedo...- continue leyendo el periodico sin prestarle mucha atención a sus comentarios -Blah,Blah,Blah-pensé-Algún día le coseré con hilo y aguja los labios, cuando este dormido- asentí y entre suspiros segia negando el teatro y medio que mi compañero hacia frente mío -Watson, ¿Acaso te pedí tu opinión?, no lo creo, se lo que hago y lo que sospecho y cuando digo que la sra Houdson esta preocupada no es por buenas intenciones- aparte mi vista del periodico -Antes de partir rumbo a Paris pude observar como iba y venía, se detenía en mi puerta y después se marchaba para perfeccionar sus planes contra mía, esa casera es... siniestra- conforme aquella narración mis ojos iban abriendose en mayor medida hasta quedar tan forzados que tuve que hacer muecas para regresar a mi vista natural -¡Ah!- agregé co dedo acusador -Lestrate y Gregson son dos aficionados a las obras policiacas baratas que se publican por allí y que solo un tonto podría tomar como un "Almanaque de estrategias detectivescas" ¿Entiendes?, para elllos hasta un misero roedor puede ser el sospecho perfecto de los asaltos a una joyería- cruce mi pierna regresando a la postura plasida y habitual que me caracterizaba, volví con las notas vespertinas, con la sonrisa que solo alguién como yo utiliza cuando hace enfadar a su compañero -Te diré que Watson- contemplaba la hoja del periodico -De poetas y locos todos tenemos un poco, de asesinos y ladrones... bueno todos tenemos el potencial de un criminal... hasta usted- cambie de página continuando la lectura en medio de un profundo suspiro.
-Si probablemente estaría muerto- refiriendome a Descartes -pero de no saber como cotrolar tanto ingenio- me daba mis aires, nutría mi ego algo que el doctor siempre detestaba a tal grado que se atrevio a llamarme estupido, ¡Vaya! al fin regresaba la cotidianidad a mi vida, aunque no sé si realmente la extrañaba -Bueno seré un estupido pero aun más lo es quién me sigue- arque la ceja dirijiendo mi mirada hacia donde estaba -¡Oh! creo que te...¿Insulte?- puse la mano en mi barbilla con los dedos jugueteando alrededor de ella -Mil disculpas por haberte dicho estupido ¿Prefieres que te diga idiota?. aunque mi humilde opinión tu caso no llega a tales grados-conteste relajado dando un saludo cordial a través de los movimientos de mi cabeza.
D pronto sus movimientos se dirigían hacia mí, trayendo consigo las cartas de casos anteriores a las que nunca dí respuesta -¡Tú! me quibras la cabeza Watson- conteste seri mientras senti su presencia al lado mío justo en la bracera de eso elegante y gigantesco sillón donde parecía ser el mandatario de la nación, cosa que no podía negar me hacia sentir más que especial -Allí vamos- comente apatico sin perder de vista la hoja que leía -Anillo, riquezas, lujos y una gran chiflada recogiendo a los vagabundos desprotegidos ¿No te suena familiar?- conteste a su primer caso "interesante" -¡Ah!- protesté -Con suerte su esposo ya esta en America gozando la vida en medio de indios salvajes con cenicienta como amante-negue rotundamente -Sostenía romance con su propia sirvienta y la otra tan preocupada por su marido buscandolo en medio de fiestas le da tanta importancia que para que darle falsas esperanzas- comente sarcastico.
-No, no es cierto lo más disparatado que inventado según tú es mi teoría acerca de la sra Houdson- me inclinaba hacia adelante como si me fuese a levantar de mi asiento pero en realidad mi cabeza maquilaba el asunto sobre los vampiros, seguía sin poder entenderlo pero sin embargo es verdad -¡Vamos Watson!, no me digas que no te acuerdas de ello, lo acabas de comentar hace cinco minutos- respondí a su expresión de cansancio y fastidio que por mi culpa no creo que sea -Hablando seriamente- retome la parte lugubre a la que habíamos llegado -Estos ultimos meses he estado investigando, numerosas damas me han conducido a crimenes diferentes al nuestro, sin embargo... hay una que no cuadra, ¡Juzgame como quieres! ¡Llamame loco o demente!-dramatice -pero la vampiresa lleva por apellido Le fay, a estas alturas sabes quién es ¿Cierto o te debo subir el grado de idiota?- rei ironicamente pero algo en rostro del doctor había cambiado en cuanto mencione el apellido, su semblante se asemejaba al de un hombre assustado, tembloroso y sudando en frío.
-Si probablemente estaría muerto- refiriendome a Descartes -pero de no saber como cotrolar tanto ingenio- me daba mis aires, nutría mi ego algo que el doctor siempre detestaba a tal grado que se atrevio a llamarme estupido, ¡Vaya! al fin regresaba la cotidianidad a mi vida, aunque no sé si realmente la extrañaba -Bueno seré un estupido pero aun más lo es quién me sigue- arque la ceja dirijiendo mi mirada hacia donde estaba -¡Oh! creo que te...¿Insulte?- puse la mano en mi barbilla con los dedos jugueteando alrededor de ella -Mil disculpas por haberte dicho estupido ¿Prefieres que te diga idiota?. aunque mi humilde opinión tu caso no llega a tales grados-conteste relajado dando un saludo cordial a través de los movimientos de mi cabeza.
D pronto sus movimientos se dirigían hacia mí, trayendo consigo las cartas de casos anteriores a las que nunca dí respuesta -¡Tú! me quibras la cabeza Watson- conteste seri mientras senti su presencia al lado mío justo en la bracera de eso elegante y gigantesco sillón donde parecía ser el mandatario de la nación, cosa que no podía negar me hacia sentir más que especial -Allí vamos- comente apatico sin perder de vista la hoja que leía -Anillo, riquezas, lujos y una gran chiflada recogiendo a los vagabundos desprotegidos ¿No te suena familiar?- conteste a su primer caso "interesante" -¡Ah!- protesté -Con suerte su esposo ya esta en America gozando la vida en medio de indios salvajes con cenicienta como amante-negue rotundamente -Sostenía romance con su propia sirvienta y la otra tan preocupada por su marido buscandolo en medio de fiestas le da tanta importancia que para que darle falsas esperanzas- comente sarcastico.
-No, no es cierto lo más disparatado que inventado según tú es mi teoría acerca de la sra Houdson- me inclinaba hacia adelante como si me fuese a levantar de mi asiento pero en realidad mi cabeza maquilaba el asunto sobre los vampiros, seguía sin poder entenderlo pero sin embargo es verdad -¡Vamos Watson!, no me digas que no te acuerdas de ello, lo acabas de comentar hace cinco minutos- respondí a su expresión de cansancio y fastidio que por mi culpa no creo que sea -Hablando seriamente- retome la parte lugubre a la que habíamos llegado -Estos ultimos meses he estado investigando, numerosas damas me han conducido a crimenes diferentes al nuestro, sin embargo... hay una que no cuadra, ¡Juzgame como quieres! ¡Llamame loco o demente!-dramatice -pero la vampiresa lleva por apellido Le fay, a estas alturas sabes quién es ¿Cierto o te debo subir el grado de idiota?- rei ironicamente pero algo en rostro del doctor había cambiado en cuanto mencione el apellido, su semblante se asemejaba al de un hombre assustado, tembloroso y sudando en frío.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¡Holmes, Watson llegó!... (Sherlock Holmes)
-No se lo que pienses en esa retorcida mente Holmes y por mi bien es mejor que no lo sepa- comente al verle con esas muecas y movimientos mientras trataba de explicar mis razones -Sherlock tu nunca me pides opiniones así que yo saco mis conclusiones en voz alta- reí regresando la bofetada con guante blanco -El único siniestro eres tú, como se te ocurre que una anciana tenga un plan contra tí, no eres el centro del universo- negue fastidiado -En cuanto a Gregson y Lestrate para estas horas deben de estar sordos, si la teoría de que sumban los oidos es cierta cada vez que se piensa mal de una persona, ellos ya no escuchan- me ecogi de hombros, caminando detrás del su sillón contemplando lo poco que quedaba de alfombra, entre tantas cosas regadas por allí y por acá nada se apreciaba -Además si para ellos el roedor es un culpable para ti un gato es un aliado, estan en empate- dije seguro, continuando con mis pasos que de a poco me llevaban hacía aquella mesita donde las cartas regadas y descuidadas estaban postradas -¡Yo no soy un asesino! ¿Que pretendes? ¿Convertirme en el aliado de la señora Houdson?- exhaltado respondí -Puede que todos tengamos algo de eso, pero contigo la dosis fue al triple- tome aire recobrando poco a poco la paciencia.
-Y supongo entonces que eres mejor que los filosofos de la antiguedad también ¿Cierto Platón?- pregunte a modo de burla -Eres increible Holmes- mire al techo y continue mi camino hasta la mesa, tome las cartas entre mis manos asotandolas contra una de mis palmas, al escuchar sus comentrarios dirigi mi mirada a él quién no dejba de leer el periodico -No voy a contestar a tu interrogante- comente fastidiado, golpeteando el suelo con el zapato recién boleado -Yo... tampoco pedí opinión sobre ¡Mí! caso- me talle los parpados en medio de suspiros de fastidio.
Me moví de nuevo ahora caminaba a la bracera de su sillón mientras leía con atención las cartas enviadas, la mayoría eran de mujeres -Cuantas oportunidades dejas pasar amigo- comente al viento pues el jamás comento -¡perfecto!-respodía a su comentario- ¡Que mejor si soy la cuasa de tus dolores de cabeza, en el pecado llevas la penitencia- sonreí, comenzando a leer cada uno de los casos más interesantes que dentro de ese interminable grupo de cartas, sin embargo Holmes ya lo había averiguado antes de tiempo, pare de leer -No tiene caso que siga ¿Verdad?- negue con la cabeza, levantandome de mi lugar.
-Ahora lo que digo lo utilazas en contra mía ¡Genial!, para la próxima trere a mi abogado- caine hasta donde estaba un craneo estaba tirado -Pense que ya te habías deshecho de esto- afirme pero cuando di media vuelta, el detective ya estaba en la pose de costumbre -Esos ojos perdidos, no otra vez- suplique pero el ya no escuchaba, sabía entonces que había entrado a esos trances habituales donde se asemejaba al ave de rapiña que abundan en los desiertos, en medio de su trance emepzo a mencionar todo cuanto había averiguado y fue cuando al escuchar ese nombre que un escalofrío invadio todo mi cuerpo, sentí que el ambietne alli se había puesto tenso y frío el aire, recapitule lo que vivi en los últimos meses, pense que sería un secreto que guardaría para mí muy dentro- Holmes tengo algo que decirte pero no te va a gustar ni un poquito-advertí -Antes de que llegara a París una carta llego hasta nuestro hogar, en el escribia un hombre muy afligido que necesitaba conocer el paradero de su hermana que no había visto por más de un año, este hombre solicitaba tus servicios- suspire aceptando mi culpa -Le respondí la carta enviandole otro donde le informaba que en esos momentos te hallabas Francía siguiendo la pista de alguién importante y el desesperado confio en mi y me pido que hiciera el trabajo por tí, se que no debí...pero lo hice- termine timidamente -Con grandes esfuerzos y mucho tiempo di con el paradero de ese joven, tenía una reunión importante y... creo que iba ser hoy, su hermano me conto que iría para arreglar los malos entendidos, como sea ese no es el punto-dije inseguro y serio -El punto es que a quién encontre era una mujer de apellido Le fay...Devora Le fay hermana de aquel hombre Mordred Le fay- reaccione alterado -¡Dios que hecho!- exclame tomando asiento para que mi cuerpo dejara de temblar -Y ella también esta en París- respire agitado en silencio mientras veía con profunda confusión el piso.
-Y supongo entonces que eres mejor que los filosofos de la antiguedad también ¿Cierto Platón?- pregunte a modo de burla -Eres increible Holmes- mire al techo y continue mi camino hasta la mesa, tome las cartas entre mis manos asotandolas contra una de mis palmas, al escuchar sus comentrarios dirigi mi mirada a él quién no dejba de leer el periodico -No voy a contestar a tu interrogante- comente fastidiado, golpeteando el suelo con el zapato recién boleado -Yo... tampoco pedí opinión sobre ¡Mí! caso- me talle los parpados en medio de suspiros de fastidio.
Me moví de nuevo ahora caminaba a la bracera de su sillón mientras leía con atención las cartas enviadas, la mayoría eran de mujeres -Cuantas oportunidades dejas pasar amigo- comente al viento pues el jamás comento -¡perfecto!-respodía a su comentario- ¡Que mejor si soy la cuasa de tus dolores de cabeza, en el pecado llevas la penitencia- sonreí, comenzando a leer cada uno de los casos más interesantes que dentro de ese interminable grupo de cartas, sin embargo Holmes ya lo había averiguado antes de tiempo, pare de leer -No tiene caso que siga ¿Verdad?- negue con la cabeza, levantandome de mi lugar.
-Ahora lo que digo lo utilazas en contra mía ¡Genial!, para la próxima trere a mi abogado- caine hasta donde estaba un craneo estaba tirado -Pense que ya te habías deshecho de esto- afirme pero cuando di media vuelta, el detective ya estaba en la pose de costumbre -Esos ojos perdidos, no otra vez- suplique pero el ya no escuchaba, sabía entonces que había entrado a esos trances habituales donde se asemejaba al ave de rapiña que abundan en los desiertos, en medio de su trance emepzo a mencionar todo cuanto había averiguado y fue cuando al escuchar ese nombre que un escalofrío invadio todo mi cuerpo, sentí que el ambietne alli se había puesto tenso y frío el aire, recapitule lo que vivi en los últimos meses, pense que sería un secreto que guardaría para mí muy dentro- Holmes tengo algo que decirte pero no te va a gustar ni un poquito-advertí -Antes de que llegara a París una carta llego hasta nuestro hogar, en el escribia un hombre muy afligido que necesitaba conocer el paradero de su hermana que no había visto por más de un año, este hombre solicitaba tus servicios- suspire aceptando mi culpa -Le respondí la carta enviandole otro donde le informaba que en esos momentos te hallabas Francía siguiendo la pista de alguién importante y el desesperado confio en mi y me pido que hiciera el trabajo por tí, se que no debí...pero lo hice- termine timidamente -Con grandes esfuerzos y mucho tiempo di con el paradero de ese joven, tenía una reunión importante y... creo que iba ser hoy, su hermano me conto que iría para arreglar los malos entendidos, como sea ese no es el punto-dije inseguro y serio -El punto es que a quién encontre era una mujer de apellido Le fay...Devora Le fay hermana de aquel hombre Mordred Le fay- reaccione alterado -¡Dios que hecho!- exclame tomando asiento para que mi cuerpo dejara de temblar -Y ella también esta en París- respire agitado en silencio mientras veía con profunda confusión el piso.
J.H. Watson- Humano Clase Alta
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