Coco Lamiraqui

por **Coco Lamiraqui** Mar Ago 07, 2012 12:54 pm

SEÑAS

Nombre: Coco Lamiraqui
Edad: 64 reales ~ 30 aparentes
Especie: Licántropo
Clase social: Media
Orientación sexual: Heterosexual
Lugar de origen: Calais, al norte de Francia

HABILIDADES Y PODERES

Los propios de su raza son:
- Sentidos aumentados.
- Agilidad y reflejos sobrehumanos.

Los tres poderes más desarrollados de Coco son:
- Visión térmica: es la habilidad de poder ver la temperatura de un cuerpo.
- Sanación acelerada: habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión. El tiempo de recuperación varía según el personaje. Cuando se trata de balas de plata o fuego puede morir si las heridas son muy graves.
- Sentido del peligro: habilidad para percibir el peligro personal. Es una forma limitada de precognición.

DESCRIPCIONES

- Física: Coco es de complexión menuda y huesos delgados, todo lo contrario a lo que cabría esperar de alguien de su especie. Si hay alguien de quien realmente sorprenda una transformación en una bestia enorme y terrorífica es sin duda ella, ya que cuando se encuentra bajo su forma humana es totalmente incapaz de intimidar a nadie. Incluso su voz es cantarina y ligera, poco apropiada para enfados o sermones y más propia de cantante de operetas. Tiene la piel lechosa y los ojos pardos, poco llamativos, al igual que su cabello lacio y castaño que no llama excesivamente la atención. En general no puede decirse que Coco sea una mujer de gran belleza ni gracia, pero tampoco es fea; sencillamente pasa desapercibida la mayoría de las veces y eso es algo que le place porque su vida y su condición no invitan a las coincidencias.

Spoiler:

- Psicológica: Es poca la gracia de Coco para aquellos que buscan en una mujer candor, sumisión y dotes de ama de casa servicial. El espíritu rebelde que apuntaba de niña se acentuó hasta desbordarse cuando fue mordida por un licántropo y convertida en una de las razas más temperamentales con las que cuenta el mundo. Solo quien sabe de pasiones de verdad, de las que sacuden el corazón y estremecen el alma, puede entender el torrente de emociones y pensamientos que dictan el ritmo al que se mueve y vive esta mujer francesa. Atendiendo a esta descripción no es difícil comprender por qué tiene pocos amigos, por qué frecuenta escasos círculos sociales y por qué despierta rápidamente el recelo de los que - cortados por el patrón imperante de la época en la que viven - creen que una fémina debe actuar y comportarse como un mueble de cocina. Coco Lamiraqui no nació para parir vástagos que puedan heredar un apellido y una fortuna, nació para acercarse a los poetas y los duelistas, a la gente de los arrabales, para embriagarse de música y tener chiquillos revoltosos y ávidos de existir. Es como un ovillo de lana lleno de nudos que se entrelazan continuamente y que no siguen un camino directo de principio a fin. Es un laberinto cubierto de enredaderas salvajes donde ella misma se pierde, y sobre todo es gozo y placer. Si no disfruta de algo no lo ejecuta, así de simple, porque la vida es corta y se queda escasa para alguien que, como ella, lamenta no tener un día más para leer nuevas obras y descubrir nuevas piezas de música.

HISTORIA

Los padres de Coco eran pescadores en Calais, gente de clase humilde y modales rudos que el mar no consiguió terminar de pulir jamás. Tal vez a los pobres no les está permitido tener el tiempo suficiente como para perderlo siendo afectuosos, pero el caso es que la niña nunca tuvo muchas oportunidades de conocer de primera mano el cariño ni el calor de una familia unida propiamente dicha. Todas sus insolencias eran corregidas con azotes y si se portaba bien se llevaba un pescozón satisfecho. Es un milagro que llegara viva a la adolescencia porque eran pocos los cuidados que le prodigaban en su hogar y menos aún los que recibía jugando en los callejones cercanos al puerto, donde todos los chiquillos de Calais aprendían que vale más ser listo que fuerte si uno quiere destacar por encima del vecino. Coco no era estúpida, pero siempre tuvo esa curiosidad malsana que dicen que mató al gato, aunque por otra parte ese rasgo suyo de personalidad fue el responsable de que aprendiera a leer y a escribir con algo de maña en un ambiente en donde ni siquiera los hombres eran capaces de hacer la O con un canuto. El único maestro que tuvo estaba contento con ella, pero ambos sabían que el único futuro que esperaba a la cría era el de llegar a ser mujer de un pescador como a todas las de la localidad. El destino de Coco Lamiraqui parecía estar grabado a fuego en una de las tablas de madera con las que se construían las embarcaciones en su ciudad, y entonces un día todo dio un vuelco.

No hubo aviso previo ni historia de amor ni venganza ancestral. Ni siquiera era un día especial para Coco, que regresaba de tejer redes de pesca con las demás mujeres. Estaba anocheciendo y ella volvía a su casa por uno de los caminos que le permitían rodear la ciudad en lugar de atravesarla por en medio. Se le había hecho tarde y la luna llena guiaba sus pasos hasta que oyó algo moverse detrás de unos arbustos, y lo siguiente fue tan rápido y confuso que apenas lo recuerda como un sueño. Una bestia, unas garras fuertes y patas recias, unas fauces que se cerraban en torno a su brazo izquierdo, a la altura casi del hombro, dejando una cicatriz que aún hoy perdura y que la transformó para siempre. A partir de ese momento le llevó años reunir historias y literatura sobre el tema que más le interesaba, la existencia de los seres de los cuales había pasado a formar parte, y a pesar de que al principio se sintió tan sola que pensó en arrojarse al mar llegó a considerar que podía tomarlo como un segundo comienzo. Abandonó Calais dejando atrás a sus padres y hermanos, de los cuales no ha vuelto a saber, y viajó hacia el interior.

No podía instalarse definitivamente en ninguna parte porque los demás notarían en unos años que Coco no envejecía como ellos, así que fue emigrando a distintos lugares que fueron dejándole su huella. Inventó que era viuda y trabajó como doncella, niñera y dependienta de colmados. Conoció a los personajes más variopintos y tuvo sus encontronazos con vampiros que se lo hicieron pasar mal, pero lo que no te mata te hace más fuerte y la muchacha supo prevalecer en todas sus cuitas y curtirse en ellas. Pese a ser de temperamento apasionado y arrollador no ha conocido nunca el amor ni ha yacido con hombres, aunque no han sido pocos los que han intentado hacerla suya por gracia o por fuerza. Ahora Coco ha decidido instalarse en París, donde ha encontrado empleo como modista y alojamiento en una casa de huéspedes de las afueras que actualmente se encuentra vacía de otros inquilinos. Eso le resulta conveniente, porque en las noches de luna llena puede atrancar las puertas y las ventanas y resignarse a dejarse llevar por una metamorfosis que ya forma parte de sí misma tanto como respirar. Coco Lamiraqui será salvaje y loba hasta el día en que tenga que morir.

DATOS EXTRA

- Tiene la cicatriz de la mordedura en el hombro izquierdo.
- Cuando habla de su pasado inventa que tuvo un marido llamado Alphonse Lamiraqui que vivía en Rennes y que murió de unas fiebres.

por **Nigel Quartermane** Mar Ago 07, 2012 11:06 pm

FICHA APROBADA
Bienvenida a Victorian Vampires

Coco Lamiraqui

Coco Lamiraqui

Re: Coco Lamiraqui