Cocó A. Cavendish

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

¿Quién es esa que al caminar logra que la masa se haga a un lado? Esa es Cocó. Letal, indomable, exótica y ambiciosa, capaz de vender a su propia madre de haberla conocido a cambio de un puñado de monedas. Ansía el poder más que nada en el mundo y es capaz de hacer lo que sea por alcanzarlo. Calculadora, sabe perfectamente dónde poner la mano, que tono usar y como actuar para lograr de la gente lo que quiere. Poseé un verdadero don para conocer a las personas, para saber a simple vista cuáles son sus fobias, cómo es su carácter y de qué pie cojean y es que es muy observadora. Esta habilidad, por así decirlo, es junto a su belleza el arma más letal que se haya en su poder ya que la utiliza para vengarse o hacer sufrir a aquellos que considera son merecedores de su ira. Si sabe que te asustan las arañas redibirás un paquete anónimo infestado de estos pequeños artropodos, si temes a la sangre no dudará en tejer los ilos necesarios para que un día te despiertes con la cama empapada en ella y al poder ser que sea la tuya propia. No conoce los limites, no sabe dónde esta el bien y dónde el mal, tan solo es conocedora de cuales son sus ambiciones y de qué es lo que ella desea. Cocó es cruel, es manipuladora y sobre todo es orgullosa. Se ha dado de sopetón con la realidad dejando atrás su idealizado mundo y esto la a vuelto más dura y exigente, ahora ya no se conforma con cualquier cosa.

Arrogante incluso perteneciendo a la clase más baja de la sociedad, jamás agachará la cabeza a menos que sepa que de ese modo logrará algo y ten por seguro que después de lograrlo se vengará de aquel que le hizo doblegarse. Orgullosa, haría arrodillarse a la mismísima reina de pensar que ha sido ofendida por ella. No permite que nada ni nadie le falte y esto la ha convertido en alguien temible que con una sola mirada logra mantener a la competencia a raya. No necesita del aprecio de los demás si este no va acompañado de monedas, presciende por completo del amor, el cariño y la amistad. Jamás ha sentido compañerismo y por lo tanto no espera sentirlo, es ruda, borde y de lengua viperina lo que logra mantener a le gente alejada.

Como ya dije antes, sabe exactamente cómo actuar para alcanzar sus metas y esto se debe a que es más astuta e inteligente de lo que se puede suponer de alguien que en la vida ha sido capaz de leer un libro o incluso de deletrear su nombre. Sabe ver los pequeños detalles y mantener sus sentimientos a raya lo suficiente como para que no le estorben en sus planes. Eso sí, cuando la ofenden, cuando se enfada y la ira se abré camino en su interior, se vuelve una fiera capaz de matar a cualquiera que se le ponga delante. Su lengua viperina, el poco control que tiene sobre sus palabras más mortales, le ha concedido el apodo de "endiablada", "Lucifer" o "Satanás". Los más católicos creen que tanta crueldad, tanta astucia y endiablada belleza tan solo puede ser fruto de una relación directa con el infierno, aunque esto a ella le da igual ya que no pisa la iglesia a menos de que allí comiencen a repartir lingotes de oro. ¿Justicia? ¿Qué es eso? El mundo esta ciego de corrupción al igual que su alma y mientras esto siga así ella se venderá al mejor postor olvidandose por completo de quién muera en el camino. Eso sí, si no le haces daño no recibiras sufrimiento alguno. Ojo por ojo y aunque todos terminemos quedandonos ciegos a ella le dará igual y seguirá con esa regla. El que se acerqué y se atreva a saltarse su perímetro de seguridad recibirá lo mismo que le haya dado, nada más y nada menos. Se puede decir que dentro de su injusticia, de su arrogancia y rudeza es bastante justa.

Su exótica belleza es la segunda de sus armas y tal vez la más poderosa teniendo en cuenta la libido insaciable de los hombres que acuden a sus brazos. Ella lo sabe y se aprobecha de ella, por supuesto, sabe cómo sonrreir, cómo mirar e incluso cuanta carne enseñar para alcanzar sus propósitos. Sus verdes ojos enzerrados en una felina mirada traen locura y placer a partes iguales mientrás sus veloces manos despluman al más rico de los hombres. Su único amor es el dinero y el poder y por ellos hará lo que sea. No tiene escrúpulos y el único límite que pone a sus acciones es el dictado por su orgullo. Promiscua como la que más ni siquiera odia su trabajo, mediante el sexo alcanza a sentir el tan ansiado poder que por su rango le es privado así que se puede decir que incluso le agrada. Para ella todo lo que pueda proporcionarle placer es bienvenido.

Pero esta tan solo es la Cocó actual, la que se muestra al público. Cocó sufre de trastorno de múltiple personalidad. Su otra identidad, la que normalmente permanece escondida, es Collette, la niña que un día fue. Collette es la "verdadera" identidad de Cocó, la que al darse de bruces con la realidad fue reprimida y que de vez en cuando aflora para ver las terribles hazañas de su compañera de cuerpo. Es totalmente opuesta a Cocó. Inocente, dulce y, aunque parezca mentira, con grandes escrúpulos y una moralidad intachable. Collette vive reprimida y en una perpetua depresión debido a los innombables actos de Cocó y más de una vez cuando ha estado presente a tratado de terminar con su vida tan solo por terminar con el demonio que habita en su cuerpo, con Cocó. No obstante, la represión que Cocó ejerce sobre ella es tal que muy pocas veces se la puede ver. Es una mujer modesta, amable, cariñosa y dulce, nada que ver con su otra identidad. Está desorientada y tan solo busca afecto, a diferencia de Cocó ella no sueña con encontrar a su padre por la fortuna que espera que él posea, sino por encontrar a su familia y encontrar algo de cariño en ese inhóspito mundo con el que se ha dado de bruces.

Collette es modesta, tan solo sueña con un trabajo digno, una casita habitable y una vida digna de la que no tenga que avergonzarse al ir a misa. Debido a los malos tratos que sufrió en su infancia se aferro a la fe como única salida a su dolor y ahora es una católica aferrea que sigue los dictados de la Biblia a raja tabla lo cual agrava más su agonía cada vez que consigue abrirse paso y salir a la luz y ver los actos de Cocó. Es una mujer sin grandes aspiraciones ni grandes sueños, incapaz de hacer daño a nadie que irónicamente convive junto a su mayor demonio, su antagónica compañera, Cocó.

HISTORIA

Una cesta con un paquete que no para de revolverse en su interior es encontrado por la señorita Grenuille, dueña de un pequeño orfanato en las marchitas afueras de París. Aquella era su fuente de inversión, la manera en la que la despiadada mujer se ganaba la vida. Tenía ya 39 años y todavía no había pasado por el altar, un sueño que había dado por perdido hacía tiempo. Su frustración la había vuelto fria, cruel y temible, nadie deseaba estar en su presencia más de lo necesario. Los pequeños vivían bajo sus ordenes y soportando sus azotes y sus gritos día y noche. Por cada niño recibía una pequeña comisión de parte la iglesia católica que en un desesperado intento por poner algo de orden entre los miles de niños abandonados del país había decidido donar algo de su fortuna a las personas dispuestas a cuidar de ellos. Así, la amargada mujer salía adelante a costa de la infancia de los pequeños a los que nada más cumplir la edad requerida para trabajar daba la patada y los vendía a cambio de un par de monedas. Aquella noche de octubre la pequeña que se revolvía bajo la manta que la cubría en la cesta había sido sentenciada a correr la misma suerte que los huerfanos escualidos y delgaduchos que la observaban desde la ventana.

Fue bautizada como Collette porque era el nombre que tocaba, la señorita Grenuille tenía una lista de nombres en orden alfabético y nombraba a los niños en orden de aparición, es decir que cuando ella llegó iban por la C. Para elegir el apellido no hubo ningún rompecabezas ya que junto a la cesta la madre de la niña había dejado una carta pidiendo que cuando fuese mayor se la entregaran y en ella figuraba el apellido de su padre: Cavendish. La pequeña Collette pasó toda su infancia allí, entre las cuatro paredes de aquel infierno en la tierra. No le permitían salir más que para acudir a la iglesia todos los domingos, en cuanto pudo mantenerse en pie comenzó a trabajar desde limpiando hasta encargandose de la comida o del fuego. En total había una media de 50 niños ya que a medida que unos se marchaban llegaban otros y la única meta que estos tenían era alcanzar la edad necesaria para que la dueña les permitiese salir al mercado a encargarse de la comida y no estar todo el día encerrados. Collette siempre llamó la atención por su belleza pero proviniendo de un lugar como aquel su futuro ya estaba decidido: como todas las niñas que pasaban por allí terminaría trabajando las tierras del mejor postor o en el burdel en el caso de no ser contratada. Collette trató de ser la excepción que confirma la regla, pero icluso así terminó como las demás niñas. No recibió ningún tipo de educación, ni siquiera aprendió a leer o a ecribir y hoy en día tampoco sabe, pero aun así demostró ser más astuta e inteligente que los niños que la rodeaban. Sabía como salir de todos los apuros, como hacerse valer y veneficiarse de las situaciones que le tocaban vivir. Solía pasarse horas mirando por la venta e imaginandose como sería el mundo de fuera y esto la llevó a idealizarlo de tal manera que llegó a pensar que ahí fuera todo sería un camino de rosas. Una vez más, el mundo se comió a alguien que por el mero echo de ser pobre no llegó a ser nadie.

Collette era la hija de un adinerado mercante inglés y una novicia de un convento cercano al orfanato que antes de tomar los hábitos calló en los brazos de él. Ella nunca lo supo hasta que al cumplir la mayoría de edad la señora Grenuille le entregó la carta de su madre en la cual le narraba toda la historia. A los 18 años salió de aquella prisión sin barrotes y cruzó el humbral entre lo idealizado y la realdiad, se dió cuenta de que el mundo no era tal y como ella lo esperaba, de que nadie valoraría sus capacidades porque en los suburbios de París la gente estaba más ocupada en saciar sus necesidades. Buscó a su madre en todos los conventos de la ciudad y cuando por fin dio con alguien que la había conocido la noticia de su triste final fue el primer mazazo que destrozaría su resquebrajado corazón: tras dar a luz se suicidó. El sentimiento de culpa la embargó, pero no dejó que la abatiese por completo, lo peor estaba por llegar.

Decidió que ya que no podía encontrar a su madre trataría de encontrar a su padre. Tenía su nombre y el poco dinero que había conseguido trabajando durante unos meses en el puerto así que decidió embarcarse rumbo a Londres. El viaje fue horrible, las sacudidas del mar casi consiguieron hacerla abandonar, pero su fe era mayor que todo eso. Tras algo menos de un mes de travesía llegaron a tierras inglesas y sin saberlo Collette avistó por primera vez la tierra que se cobraría su fin.

Tras llegar a Londres, se acomodó en un pequeño hostal en el barrio más peligroso y marginal de la ciudad ya que era a lo único que podía acceder y comenzó la busqueda de su padre. No logró encontrar nada preguntando a la gente de las afueras de aquella feroz ciudad lo cual tan solo podía significar que o bien su madre se había equivocado y no pertenecía a aquella ciudad o era un hombre adinerado. Entonces, decidió continuar la busqueda en barrios más burgueses y acomodados. Fue allí donde a los 19 años de edad tres hombres la secuestraron y llevaron a una habitación sin ser vista. Allí la violaron y torturaron hasta el punto que ella perdió el conocimiento y cuando lo recuperó se vió a si misma tirada en la calle manchada de su propia sangre. Esto puso fin a su idealizado mundo y marco una clara barrera entre la realidad y ella. Su moralidad cristiana se vió sepultada por tan atroz acontecimiento y tratando de huir de su terrible pasado su personalidad sufrió un duro golpe. Fue entonces cuando nació Cocó.

Cocó es la personalidad disociada de Collette. Tratando de huir de la realidad nació una nueva realidad en si misma, de este modo, podía achacar todos sus males a otra persona y seguir viviendo. Por un lado estaba la depresiva Collette y por otro la impasible Cocó. Cocó era lo que Collette jamás se atrevió a ser y con el tiempo su fuerte temperamento terminó dominando casi por completo a la dulce Collette hasta el punto de que es casi imposible ver a su personalidad primera. Pero, por muy ambiciosa que fuese Cocó, se encontraba en la más dura de las miserias buscando a un padre que tal vez hubiese fallecido hacia años. Terminó mendigando en la calle para poder sobrevivir y fue allí donde conoció al Sr. Huntington.

William Huntington es un señor de unos cuarenta años que se dedica a vivir, nada más y nada menos. Poseé un burdel que no en vano es considerado el paraiso de las almas perdidas y allí da cobijo a las mujeres hermosas que ve mendigando por la calle a cambio de que le presten sus servicios. Cuando vió a Collette, mejor dicho, a Cocó, enseguida supo que aquella sería la gallina de los huevos de oro, la mujer que haría remontar su negocio que desde hacía un par de años se veía de capa caida por culpa de la competencia. Cocó que de tonta no tenía un pelo no se lo pensó dos veces y acepto sin saber que de haber exigido un mejor sueldo lo habría obtenido porque aquel hombre se había encaprichado de ella por completo. Los primeros días en el burdel fueron duros pero más por la competencia que por el trabajo que le había tocado desempeñar. No tenía ningún problema con el sexo, a la nueva y recién estrenada Cocó le encantaba sentirse deseada y no tenía ninguno de los escrupulos morales que Collette poseía. El caso es que las demás mujeres no la tenían en tanta estima como el Sr. Huntington ya que no soportaban que una niñata de 19 años obtuviese el puesto estrella del local nada más entrar por haberse camelado al dueño. Sin embargo Cocó no estaba dispuesta a echar a perder lo que había alcanzado ya que ahí veía su salto al poder, de no tener nada había pasado a ser poco más que una prostituta especial a la que se la presentaba como el plato estrella y a acostarse con hombres que estaban dispuestos a dejarse una verdadera fortuna en ella. Poco tardó en hacerse valer, en demostrar que era tan digna como las demás y en asustar a las demás prostitutas del local. Su rudeza, su lenguaje cortante y su indomable fiereza la hicieron valerse el apodo de hija del demonio y todas sus compañeras se convencieron a si mismas de que era la viva reencarnación de satanas. Al ser tan ambiciosa pronto se valió de todo tipo de artimañas para conseguir lo que quería y nada tardaron las demás prostitutas en darse cuenta de que era mejor apartarse de su camino.

Desde entonces trabaja en el burdel aunque cada vez apunta más arriba y se concede el lujo de escojer clientes ya que puede permitirselo. Es la protegida del Sr. Huntington el cual al llevarse una comisión del dinero que le pagan por sus servicios se está haciendo de oro y ha recuperado la gloria de su antiguo establecimiento. Mientras tanto, Cocó sigue buscando a su padre ya que debido a su ego se a convencido a si misma de que se trata de un hombre rico que va a devolverla al puesto que se merece.

DATOS EXTRA

-Padece trastorno multiple de personalidad.
-Apenas se la ve durante el día.
-Se tatuó una serpiente en la espalda.
-Tiene tendencias suicidas cada vez que Collete aflora.

gracias a αgusτınα• de sourcecode