AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Love is Like Magic [Imre Andrássy]
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Love is Like Magic [Imre Andrássy]
La noche arriba con la luna llena, arrulla las ramas y balsámicas con olor de manzanas, los olores de la flor de aquel naranjo, una noche completamente sola, de piel húmeda, tibia y sana. La noche de brisa larga, de hojas secas que caen acompañadas del viento en un danzar, el sol se despide de manera temporal, la oscuridad aterra a la ciudad, la noche a guas melódicas, una noche que se embelesa en un paisaje llena de luces mágicas. Muerto de noche, muerto sin interrupción, frío y feroz, un acto interminable para un corazón que no palpitara jamás, la luz no existe más que en un dibujo, en un cuadro nada más, el dolor, amor y sentido de la vida de los otros no llega a tocar sus sentimientos, la muerte acaba con su existencia, nada duele, todo es eterno, es un secreto, que al solo sentir la oscuridad los parpados se abran en automático como los pajarillos despiertan con el primer dejo de luz. Y así es como la noche fabricadora de embelecos, loca e imaginativa conquista y muestra el terror en los ojos humados, la sombra y el miedo, el mal se atribuya a la poeta pluma de ese color azabache y largo, la noche sirve para que aquellos mortales caigan en un sueño que los libre de todo mal durante la oscuridad. Aquella naturaleza vampírica hace que se encuentre con sus congéneres, pero su némesis no le deja en paz, esa sed de sangre que jamás va a terminar, esos deseos de poseer cuerpos. Los ojos azules del vampiro se posan como los cielos sobre la tierra vigilantes a las callejuelas que se encuentra, con una elegancia que conquistaría a cualquiera, con un porte masculino que atraería a cualquiera, sus sucesos tienen su personalidad suspendida en la fantasía. Peor pronto el espejo de la mentira se romperá revelando una triste verdad.
Sus ojos azules como el topacio o un zafiro se embelecan al sentir el palpitar de miles de corazones esperando a ser detenidos como las ajugas del reloj cuando el tiempo eterno deja de carecer de una definición. Muchos como él sintiendo aquellas presencias humanas, en las que con claridad se puede escuchar la sangre recorrer por las venas, bajo las losetas parisinas, sobre ese olor a pudrición de la sociedad, sobre el olor a abandono de los callejones cuando las ratas aprovechan de salir, la pluma se mueve suave, fina sobre aquellos deseos escritos y nada dibujados, la aberración recorre su cabeza. El viento se mueve con determinación arrastrando los olores, el vampiro camina sobre aquellas calles, recorriendo con la mirada a cada uno de esos seres, dejando las sonrisas para los amigos, dejando la alegría en una caja de pandora para que los malos la devoren y saboreen, solo la seriedad de esas facciones, solo el azul de esos ojos, simplemente aquel caminar que levanta miradas a través de su perfume embriagante, como si fuera un ángel, sus cabellos largos, negros que se mueven al compas de aquel baile que proporciona la feroz oscuridad, solo su figura estilizada y ese rostro fino y frío que parece sobre-natural le hacen parecerse a una criatura de Dios.
Cuando la sobra cae completamente, se dilatan sus ojos, su pecho ‘joven’ parece hincharse al tomar el aire que no necesita, le tiemblan las manos, su olfato se abre, el olor a albaricoque, el olor a las rosas, un olor familiar a cambiaformas, un olor peculiar de sangre que ha manchando dicha existencia y el olor del amor en aquel pajarillo que vuela sin protección, más lindo, más hermoso, es como uno de esos atardeceres fríos que contemplo, cuando el sol baja por las sombras y desprende los olores a naturaleza, ese olor enigmático de juventud, ese olor que le transporta a miles de paisajes y a un paraíso terrible y alegre que hace que su alma perezca y desaparezca. Un pecador como él que se hace pasar como un ángel con todas sus facciones, con todo un credo de por medio, es la hora de descubrir de quien se trata. De una piel de porcelana, con unos ojos como el azul de un cielo pintado de alegría y primaveras. Y este vampiro desea seguirle, cauteloso entre las sombras, cauteloso entre cada movimiento, como una pluma guiada, lo sigue, lo vigila, hasta ponerse frente a su camino.
Acorralado, entre la nada, entre la oscuridad, fuera de la ciudad, joven y gallardo, espectacular, un vampiro valioso de conservar, aberraciones se pintan en su mente, desnudarlo, pintarlo en un cuadro para que su belleza trascienda a través del tiempo, para que todos conozcan la maravilla jamás creada por Dios… Después saborear su piel, conquistar su corazón, miles, miles de formas, de deseos se dibujan como si se desatara una locura antes experimentada, pero el perfume a hogar que trae es increíble, a rosas, a dulces a felicidad, quiere saborearle, anhelarle, solo se dirige a él en ese callejón sin salida, clavando sus ojos azules un poco más oscuros en aquellos tan claros como la primavera. Como si ese encuentro fuera demasiado sutil y nada planeado para la locura de aquel ser de la noche. Un paso, dos pasos, tres pasos, y más pasos a la perdición de un romance enfermizo, de una locura atroz, de un final y perdición. -¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?...Perdone mis palabras, perdone que le diga que esos ojos azul claro me han llamado la atención, que no siento el latir de su corazón, que su rostro pálido y su belleza no es comparable con ninguna de esas damas que caminan alrededor suyo coqueteándole sin previo aviso a sus sentidos. Que sus labios se tiñen de un rojo aun sin probar la sangre, que su tinte triste de orgullo ha sido humedecido por otros labios cuyo sabor reconozco pues he sido uno de los pocos que le han probado. Bendito sea estés lugar y maldita la torre mas bendita, conozco tu poder sangriento y arrogante como el de la bestia que eres… Uno como yo, uno como miles que se esconden en esta ciudad. –Un paso más cerca, un paso para clavar sus ojos en los ajenos y hacer una breve reverencia como si venerara a la venus que jamás los escultores se atrevieron a pulir, toma la mano del pequeño entre las suya, uniéndose en un congelado, el solo quisiera ceñir dicha belleza entre sus brazos, pero ese corazón pequeño y podrido pertenece a alguien…-Un vampiro con un don increíble, permíteme pintarte desnudo, permite que mis ojos se maravillen con los detalles de tu cincelado rostro de porcelana, una porcelana más blanca que la nieve, deja que mire tus ojos por un largo rato mientras llegan a mi las musas de la inspiración para escribir una obra que lleve tu sello… Te convertirás en mi deseo, en mi némesis…. Pequeño dueño de la oscuridad… Ángel de la muerte disfrazado de bendiciones celestiales… -Que le perdone quien tenga que perdonarlo, pero ¿Quién recuerda la belleza olvidada en esos misteriosos, grandes y solitarios ojos?
Sus ojos azules como el topacio o un zafiro se embelecan al sentir el palpitar de miles de corazones esperando a ser detenidos como las ajugas del reloj cuando el tiempo eterno deja de carecer de una definición. Muchos como él sintiendo aquellas presencias humanas, en las que con claridad se puede escuchar la sangre recorrer por las venas, bajo las losetas parisinas, sobre ese olor a pudrición de la sociedad, sobre el olor a abandono de los callejones cuando las ratas aprovechan de salir, la pluma se mueve suave, fina sobre aquellos deseos escritos y nada dibujados, la aberración recorre su cabeza. El viento se mueve con determinación arrastrando los olores, el vampiro camina sobre aquellas calles, recorriendo con la mirada a cada uno de esos seres, dejando las sonrisas para los amigos, dejando la alegría en una caja de pandora para que los malos la devoren y saboreen, solo la seriedad de esas facciones, solo el azul de esos ojos, simplemente aquel caminar que levanta miradas a través de su perfume embriagante, como si fuera un ángel, sus cabellos largos, negros que se mueven al compas de aquel baile que proporciona la feroz oscuridad, solo su figura estilizada y ese rostro fino y frío que parece sobre-natural le hacen parecerse a una criatura de Dios.
Cuando la sobra cae completamente, se dilatan sus ojos, su pecho ‘joven’ parece hincharse al tomar el aire que no necesita, le tiemblan las manos, su olfato se abre, el olor a albaricoque, el olor a las rosas, un olor familiar a cambiaformas, un olor peculiar de sangre que ha manchando dicha existencia y el olor del amor en aquel pajarillo que vuela sin protección, más lindo, más hermoso, es como uno de esos atardeceres fríos que contemplo, cuando el sol baja por las sombras y desprende los olores a naturaleza, ese olor enigmático de juventud, ese olor que le transporta a miles de paisajes y a un paraíso terrible y alegre que hace que su alma perezca y desaparezca. Un pecador como él que se hace pasar como un ángel con todas sus facciones, con todo un credo de por medio, es la hora de descubrir de quien se trata. De una piel de porcelana, con unos ojos como el azul de un cielo pintado de alegría y primaveras. Y este vampiro desea seguirle, cauteloso entre las sombras, cauteloso entre cada movimiento, como una pluma guiada, lo sigue, lo vigila, hasta ponerse frente a su camino.
Acorralado, entre la nada, entre la oscuridad, fuera de la ciudad, joven y gallardo, espectacular, un vampiro valioso de conservar, aberraciones se pintan en su mente, desnudarlo, pintarlo en un cuadro para que su belleza trascienda a través del tiempo, para que todos conozcan la maravilla jamás creada por Dios… Después saborear su piel, conquistar su corazón, miles, miles de formas, de deseos se dibujan como si se desatara una locura antes experimentada, pero el perfume a hogar que trae es increíble, a rosas, a dulces a felicidad, quiere saborearle, anhelarle, solo se dirige a él en ese callejón sin salida, clavando sus ojos azules un poco más oscuros en aquellos tan claros como la primavera. Como si ese encuentro fuera demasiado sutil y nada planeado para la locura de aquel ser de la noche. Un paso, dos pasos, tres pasos, y más pasos a la perdición de un romance enfermizo, de una locura atroz, de un final y perdición. -¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?...Perdone mis palabras, perdone que le diga que esos ojos azul claro me han llamado la atención, que no siento el latir de su corazón, que su rostro pálido y su belleza no es comparable con ninguna de esas damas que caminan alrededor suyo coqueteándole sin previo aviso a sus sentidos. Que sus labios se tiñen de un rojo aun sin probar la sangre, que su tinte triste de orgullo ha sido humedecido por otros labios cuyo sabor reconozco pues he sido uno de los pocos que le han probado. Bendito sea estés lugar y maldita la torre mas bendita, conozco tu poder sangriento y arrogante como el de la bestia que eres… Uno como yo, uno como miles que se esconden en esta ciudad. –Un paso más cerca, un paso para clavar sus ojos en los ajenos y hacer una breve reverencia como si venerara a la venus que jamás los escultores se atrevieron a pulir, toma la mano del pequeño entre las suya, uniéndose en un congelado, el solo quisiera ceñir dicha belleza entre sus brazos, pero ese corazón pequeño y podrido pertenece a alguien…-Un vampiro con un don increíble, permíteme pintarte desnudo, permite que mis ojos se maravillen con los detalles de tu cincelado rostro de porcelana, una porcelana más blanca que la nieve, deja que mire tus ojos por un largo rato mientras llegan a mi las musas de la inspiración para escribir una obra que lleve tu sello… Te convertirás en mi deseo, en mi némesis…. Pequeño dueño de la oscuridad… Ángel de la muerte disfrazado de bendiciones celestiales… -Que le perdone quien tenga que perdonarlo, pero ¿Quién recuerda la belleza olvidada en esos misteriosos, grandes y solitarios ojos?
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/01/2011
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Re: Love is Like Magic [Imre Andrássy]
Pocas veces era de salir de casa, más aún si era sin compañía. No es que tuviera miedo a algo por el estilo, sólo me gustaba disfrutar de la compañía de mi pareja y la de mi hija. Antes esas cosas no me importaban, andaba por ahí solitario, intentando pasar desapercibido pero muchas veces era algo imposible, mi apariencia siempre ha sido llamativa y con el tiempo eso no cambiaba. De todas formas aunque fuera vestido de harapos ahí estaban mi cabello y mis ojos para jugarme una mala pasada ¿Por qué tenían que ser tan extraños? En especial el cabello que me trajo tantos problemas en la niñez ¡Menos mal que los tiempos cambiaban! Si no ahora mismo todos me maltratarían como en Budapest.
Suspiro intentando quitar esos recuerdos que amenazaban mi tranquilidad actual, no había salido para deprimirme si no para distraerme, por eso me encontraba para esos momentos en el centro de Paris, había caminado bastante y en poco tiempo, observaba ahora el ir y venir de la gente que en esos momentos aún se encontraban en las calles. Los faroles alumbraban tímidamente los lugares como si con ello pudieran protegerse de algún mal, en especial de los seres de la noche ¡Ja! Eso en verdad era tan gracioso, aunque la verdad yo pertenecía a ellos no podía atacar. Me costaba bastante hacerlo por eso prefería aguantar hasta que ya no pudiera más. Había veces en que me sorprendía como es que no terminaba atacando a mi familia, tal vez el amor que siento por ellos era mucho más fuerte que aquella maldita sed por ese líquido tan vital para los humanos y otras razas.
Una pequeña sonrisa se apareció en mis labios mientras continuaba con mí caminar de manera distraída, viendo algunas cosas de por ahí mostrando mí siempre imagen de adolescente común y corriente que sólo se sabía que era una falsa por mis iguales y porque no, por otros seres nada humanos o con diferentes capacidades, aún recordaba esa gitana que me leyó la mano y quedo impactada por saber de mi naturaleza, no me quedo más que huir antes de que le dijera a alguien más sobre mi verdad y todo se volviera en una gran pelea, me salve por un cabello. En fin, eso ya era parte del pasado y procuraba tener muchos cuidados y sí, también por eso no salía de la casa en el bosque y me quedaba en el refugio que eran los brazos de mi amado.
Suspiro… el segundo de la noche que se escapa de mis labios y ahora por pensar en ese cambia formas que me traía loco ¿No estaría algo obsesionado? No, si fuera así no le diría esas palabras que siempre le digo sobre si se enamora de alguien yo le dejaría ir, tal vez me encapricharía y todo sería un caos. No me gustaba estar peleado con él, por eso procuraba que estuviéramos en paz aunque a veces las cosas que él decía no eran de mi agrado o no las creía. Detuve mis pasos frunciendo levemente el ceño, recorriendo mi alrededor con la mirada ¿Acaso era…? Sí, un vampiro bastante cerca pero… ¿Por qué se acercaba? Volví andar pero ahora de manera rápida para perderlo pero sin querer me metí en un callejón sin salida. Bufe golpeándome con una mano mi frente regañándome mentalmente ante semejante estupidez que acababa de cometer ¿Y ahora? La presencia ya estaba ahí, me voltee para ver aquel ser y contuve la respiración ante lo que veía. Un vampiro que decir que solamente era hermoso era para quedarse corto. Esos largos cabellos negros relucían en la oscuridad junto a esas pupilas de un azul más oscuro que los míos y que no se despegaban de mí causando cierto estremecimientos ¿Quién podía ser? ¿Por qué se acercaba de esa forma? Desvié la mirada hacia la sucia pared del lugar esperando a que no se diera cuenta que el nerviosismo se apoderaba de mí pero no pude durar mucho así. Su voz me hizo verlo de nuevo con la sorpresa pintada en mis expresivos ojos ¿Enserio había llamado su atención? Todo esto debía de ser un sueño, un gran y perfecto sueño del cual no me gustaría despertar ¡Que el ser que amaba me perdonara por soñar con otro hombre que no fuera el! Pero es que ¡Tanta perfección no se podía ver todos los días! Y su voz seguía resonando mientras yo pensaba todas esas cosas, era real… no una mentira. Di un paso hacia atrás intentando tranquilizarme.
- Espera, no digas más ¿Quién eres? ¿Cómo es que un vampiro como tú siente esa atención hacía mí? ¡Habiendo tantos seres muchos más hermosos e interesantes que yo, aunque puedas llegar a decir lo contrario! ¿Cómo es que…? -apenas y podía procesar todo lo que me decía, ni cuenta me di que también hablo de mi pareja, solo podía oír lo que decía de mí- esto es demasiado extraño –una reverencia por parte del pelinegro y nuestras manos se entrelazaron. Un estremecimiento me recorrió y de nuevo desviaba la mirada al mismo tiempo que mi labio inferior temblaba- todo esto es tan… no sé qué decirte ¿Seguro que no estoy soñando contigo? Alguien como tú no puede ser real ¡Debes de ser producto de mi imaginación! -lo mire de reojo pensando en tantas cosas a la vez pero no podía ordenar nada en concreto ¿Qué decir? Maldito vampiro que me hacía sentir aquel nerviosismo un tanto parecido del cual me provocaba mi cambia formas. Apreté su mano que no me sentía capaz de soltar y entreabrí los labios de los cuales no salían sonido alguno ¿Qué me pasaba? Segundo que me fueron más que eternos estuve así, debía de verme tan tonto- lo siento, es que nadie me había dicho tales palabras no se bien cómo actuar –negué y le sonreí soltándolo- hum ¿Podría saber el nombre de este vampiro que se encuentra frente mío? o ¿Tendré que inventarte algún nombre? Porque a decir verdad eso de ángel te queda más a ti. Un ángel endemoniada mente hermoso y atractivo. -no sabía si aquello le molestaría pero no había podido evitar decírselo ¡Es que era verdad! O eso es lo que yo creía y nadie, ni ese ser, iba a quitarme esos pensamientos de la cabeza.
Suspiro intentando quitar esos recuerdos que amenazaban mi tranquilidad actual, no había salido para deprimirme si no para distraerme, por eso me encontraba para esos momentos en el centro de Paris, había caminado bastante y en poco tiempo, observaba ahora el ir y venir de la gente que en esos momentos aún se encontraban en las calles. Los faroles alumbraban tímidamente los lugares como si con ello pudieran protegerse de algún mal, en especial de los seres de la noche ¡Ja! Eso en verdad era tan gracioso, aunque la verdad yo pertenecía a ellos no podía atacar. Me costaba bastante hacerlo por eso prefería aguantar hasta que ya no pudiera más. Había veces en que me sorprendía como es que no terminaba atacando a mi familia, tal vez el amor que siento por ellos era mucho más fuerte que aquella maldita sed por ese líquido tan vital para los humanos y otras razas.
Una pequeña sonrisa se apareció en mis labios mientras continuaba con mí caminar de manera distraída, viendo algunas cosas de por ahí mostrando mí siempre imagen de adolescente común y corriente que sólo se sabía que era una falsa por mis iguales y porque no, por otros seres nada humanos o con diferentes capacidades, aún recordaba esa gitana que me leyó la mano y quedo impactada por saber de mi naturaleza, no me quedo más que huir antes de que le dijera a alguien más sobre mi verdad y todo se volviera en una gran pelea, me salve por un cabello. En fin, eso ya era parte del pasado y procuraba tener muchos cuidados y sí, también por eso no salía de la casa en el bosque y me quedaba en el refugio que eran los brazos de mi amado.
Suspiro… el segundo de la noche que se escapa de mis labios y ahora por pensar en ese cambia formas que me traía loco ¿No estaría algo obsesionado? No, si fuera así no le diría esas palabras que siempre le digo sobre si se enamora de alguien yo le dejaría ir, tal vez me encapricharía y todo sería un caos. No me gustaba estar peleado con él, por eso procuraba que estuviéramos en paz aunque a veces las cosas que él decía no eran de mi agrado o no las creía. Detuve mis pasos frunciendo levemente el ceño, recorriendo mi alrededor con la mirada ¿Acaso era…? Sí, un vampiro bastante cerca pero… ¿Por qué se acercaba? Volví andar pero ahora de manera rápida para perderlo pero sin querer me metí en un callejón sin salida. Bufe golpeándome con una mano mi frente regañándome mentalmente ante semejante estupidez que acababa de cometer ¿Y ahora? La presencia ya estaba ahí, me voltee para ver aquel ser y contuve la respiración ante lo que veía. Un vampiro que decir que solamente era hermoso era para quedarse corto. Esos largos cabellos negros relucían en la oscuridad junto a esas pupilas de un azul más oscuro que los míos y que no se despegaban de mí causando cierto estremecimientos ¿Quién podía ser? ¿Por qué se acercaba de esa forma? Desvié la mirada hacia la sucia pared del lugar esperando a que no se diera cuenta que el nerviosismo se apoderaba de mí pero no pude durar mucho así. Su voz me hizo verlo de nuevo con la sorpresa pintada en mis expresivos ojos ¿Enserio había llamado su atención? Todo esto debía de ser un sueño, un gran y perfecto sueño del cual no me gustaría despertar ¡Que el ser que amaba me perdonara por soñar con otro hombre que no fuera el! Pero es que ¡Tanta perfección no se podía ver todos los días! Y su voz seguía resonando mientras yo pensaba todas esas cosas, era real… no una mentira. Di un paso hacia atrás intentando tranquilizarme.
- Espera, no digas más ¿Quién eres? ¿Cómo es que un vampiro como tú siente esa atención hacía mí? ¡Habiendo tantos seres muchos más hermosos e interesantes que yo, aunque puedas llegar a decir lo contrario! ¿Cómo es que…? -apenas y podía procesar todo lo que me decía, ni cuenta me di que también hablo de mi pareja, solo podía oír lo que decía de mí- esto es demasiado extraño –una reverencia por parte del pelinegro y nuestras manos se entrelazaron. Un estremecimiento me recorrió y de nuevo desviaba la mirada al mismo tiempo que mi labio inferior temblaba- todo esto es tan… no sé qué decirte ¿Seguro que no estoy soñando contigo? Alguien como tú no puede ser real ¡Debes de ser producto de mi imaginación! -lo mire de reojo pensando en tantas cosas a la vez pero no podía ordenar nada en concreto ¿Qué decir? Maldito vampiro que me hacía sentir aquel nerviosismo un tanto parecido del cual me provocaba mi cambia formas. Apreté su mano que no me sentía capaz de soltar y entreabrí los labios de los cuales no salían sonido alguno ¿Qué me pasaba? Segundo que me fueron más que eternos estuve así, debía de verme tan tonto- lo siento, es que nadie me había dicho tales palabras no se bien cómo actuar –negué y le sonreí soltándolo- hum ¿Podría saber el nombre de este vampiro que se encuentra frente mío? o ¿Tendré que inventarte algún nombre? Porque a decir verdad eso de ángel te queda más a ti. Un ángel endemoniada mente hermoso y atractivo. -no sabía si aquello le molestaría pero no había podido evitar decírselo ¡Es que era verdad! O eso es lo que yo creía y nadie, ni ese ser, iba a quitarme esos pensamientos de la cabeza.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/02/2011
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Re: Love is Like Magic [Imre Andrássy]
Serenata nocturna que desatas todos los deseos de un noctambulo que ha sucumbido a los encantos de un demonio desterrado de los cielos, construye su rostro sobre sus pensamientos, miles de versos se escriben sobre esas facciones cinceladas, perfectas, talladas por las más hermosas ninfas del paraíso. Dotado de la belleza de afrodita misma, más bella que la afrodita de cualquier imagen, el calor del sol de verano se desata en el torbellino de su sangre, su imagen oculta su mundo a través de un muro donde la máxima obra esta pintada, escrita y descrita, esa voz tan cálida que tiene la gracia de los crepúsculos, las jornadas de otoño no se le comparan, nada en este mundo es significante para un ángel que de ambulante andaba por parís, ¿Por qué el amor es mágico?, ¿Por qué le ha capturado esa belleza demoniaca para llevarlo al más cruel de los castigos?, ¡Ese vampiro debe ser suyo!, en pinturas, en escrituras, nada bastará, solo quiere probarlo, quiere gozarlo, ese vampiro debe encandilarse de manera natural como el viento al invierno, como la primavera a sus flores, el verano a la lluvia y el otoño al sol que hace arder las hojas en un baño color oro, así de naturales pero revueltos deben ser esos deseos del uno para el otro. Es como ver los atardeceres junto a aquel mar que denuda su oleaje solo para un deleite carnal.
La lentitud de sus palabras es belleza, los ojos del vampiro se clavan en la barca de sueños del pequeño, inocente, titubeante ante lo que siente, ¿Nunca ha vislumbrado la palidez de un ser de más de seis mil años?, ¿Acaso es tan hermoso como lo pinta el bello ángel?, ¡No!, solo es un demonio que desea llevar su ser a las profundidades de esos mares que pintan sus ojos de ese azul oscuro, solo su ambición por el amor le desata actos crueles que se disfrazan de un tono hermoso y sensual en la voz. Aquel preámbulo fatalista, esos pensamientos que vienen y van, falta el candor, falta la poesía, cuando sangre se llora, cuando sangre se derrame por la piel color nieve de ambos, faltan oídos cuando susurren las primeras palabras que los dejen hechizados por más de una eternidad, que triste se nota su ser, que triste y patética existencia lleva un ser de la oscuridad como ese pequeño, observa la mirada que se desvía, el nerviosismo, las sensaciones, el sentir de sus sentimientos, su mente se abre, ¡Déjale traspasar esa sonrisa! –No hables más… -Un par de dedos sellan esos labios, deslizándolos, delineando cada curva que los forman, ¡Que no se escape ni una sola palabra!, deben permanecer intacto, el néctar de su timbre de aquellas palabras que son como una sonta jamás compuesta, esos carnosos labios, fríos y de color rosado…-¿Cómo es que tu belleza se me ha escapado durante todo este tiempo, durante todas estas noches?, No hay ser más hermoso, no hay comparación, eres como la venus que fue píntala y desnudada por la espuma de las olas, eres ese ser perfecto que en una noche de agosto consumió el corazón enamorado del mar…El mío… -Alza la voz furioso, estupefacto ante lo que acaba de decir… Aun si comparara la belleza con el ser que dice ‘amar’ no es la misma, este pequeño vampiro frente a él es superior ante la flor blanca que representa a su amante eterno.
-¡No te atrevas a contradecir lo que eres!, acepta esa belleza que justo ahora quiero pintar, solo desnúdate para mi, ante mis ojos serás lo nunca visto para los seres humanos, solo te he visto, solo tu perfume me ha guiado…Solo eso ha pasado, no hay más respuestas a tus preguntas –Afrodita ya esta abandonada, a mitad del patio azul donde las aves más horribles le rodean, cae su belleza como una hoja, esta triste, esta atada como un perro, es que acaba de nacer en este mundo algo nuevo, es como un niño ciego. Esos labios que invitan al pecado que abren infinitas puertas a los sentimientos desea probarlos, se acerca un poco más como acechando lo que ambos quiere, complacer lo que sus cuerpos piden a gritos. Suenan las campanas ese canto aterrador cuando de un sueño asegura se trata, una imagen tan perfecta no es producto de la imaginación, es tan real como los cielos teñidos de ese azul añil. –No lo es, porque en todo caso, sería yo quien este soñando, con un ave azul que coquetea en su jaula para desplegar las alas a su libertad y librarse de esas cadenas…-se inclina a su oído, abre los labios, esos labios delgados que dejan escapar un tono de voz lleno de sensualidad, una voz grave y masculina que haría temblar de placer a cualquiera –Olvídate de ese amante así como yo me he olvidado del mío cuando me hechizaste con esa mirada, deja que sea yo quien invada dichos pensamientos, déjame decorar tu mundo y el mío con la más profunda de las pasiones el placer que sientes es lento y duro sabes que lo deseas –Un beso en la piel tersa de su cuello antes de retirarse, siguiendo con aquellos dedos que juguetean en los labios ajenos.
El pequeño busca su nombre, es como el sueño que se extingue el aroma de rosas y violetas que viaja por el viento, llevando un aroma pasajero a todo aquel que añore su mas grande sueño, la madurez de mil mares, sus labios enmudecidos de pasión, negándose a contestar, de tanto amor se desorientan hasta las gaviotas que llegan tarde para alcanzar el sol, poco a poco se descubren en un secreto que les une –Asagi Dunkelheit… Ese es el nombre de este demonio pequeño y angelical Imre…-Aquel nombre lo ha sabido en sueños, lo descubrió en otro cuerpo que gritaba cuando tomaba uno ajeno, ese nombre hermoso. Su ego se eleva con esas palabras, ¿Hermoso y atractivo?, increíble pero cierto, no hay demasiada vanidad en el cuerpo de este vampiro para que pueda sentirse extasiado, una mirada fija a sus labios una vez más, conoce los deseos ajenos y los propios, quiere probarlos, se acerca y se aproxima al verlos entre abiertos con esa expresión tan cándida. Le besa lento apenas un roce, sus labios se sienten calientes, ardientes de deseo, intranquilos, pero poco a poco los propios se abren paso, una de sus manos se desliza sobre aquella pequeña cintura ciñéndola con fuerza a su cuerpo más ancho y grande, es como probar el paraíso, como lamer las mieles de una flor que florece cada cinco mil años y que él tuvo la dicha de probar bajo esos cielos oscuros que adornan el paisaje. Ese beso lento, desea que el otro corresponda como debe y como es, porque lo desea, ha visto en sus ojos que deseaba probar esos labios que le llevaran al infierno. ‘Tanto tu como yo queremos caer en la corrupción de este beso, deja que la ternura de tus labios se abran e inciten a mi ser al pecado, guíate con la furia de la noche, entre los recuerdos de este amor en el desierto…Las ansias serán consumidas… en este beso dibujo tu imagen en el corazón de mis entrañas, para soportar el tormento de este poema sin versos’ Un pensamiento telepático que en la ausencia le hace amar cada pequeño roce que comienza a crear vida junto a los suspiros de la soledad congelada que alguna vez fue vida.
La lentitud de sus palabras es belleza, los ojos del vampiro se clavan en la barca de sueños del pequeño, inocente, titubeante ante lo que siente, ¿Nunca ha vislumbrado la palidez de un ser de más de seis mil años?, ¿Acaso es tan hermoso como lo pinta el bello ángel?, ¡No!, solo es un demonio que desea llevar su ser a las profundidades de esos mares que pintan sus ojos de ese azul oscuro, solo su ambición por el amor le desata actos crueles que se disfrazan de un tono hermoso y sensual en la voz. Aquel preámbulo fatalista, esos pensamientos que vienen y van, falta el candor, falta la poesía, cuando sangre se llora, cuando sangre se derrame por la piel color nieve de ambos, faltan oídos cuando susurren las primeras palabras que los dejen hechizados por más de una eternidad, que triste se nota su ser, que triste y patética existencia lleva un ser de la oscuridad como ese pequeño, observa la mirada que se desvía, el nerviosismo, las sensaciones, el sentir de sus sentimientos, su mente se abre, ¡Déjale traspasar esa sonrisa! –No hables más… -Un par de dedos sellan esos labios, deslizándolos, delineando cada curva que los forman, ¡Que no se escape ni una sola palabra!, deben permanecer intacto, el néctar de su timbre de aquellas palabras que son como una sonta jamás compuesta, esos carnosos labios, fríos y de color rosado…-¿Cómo es que tu belleza se me ha escapado durante todo este tiempo, durante todas estas noches?, No hay ser más hermoso, no hay comparación, eres como la venus que fue píntala y desnudada por la espuma de las olas, eres ese ser perfecto que en una noche de agosto consumió el corazón enamorado del mar…El mío… -Alza la voz furioso, estupefacto ante lo que acaba de decir… Aun si comparara la belleza con el ser que dice ‘amar’ no es la misma, este pequeño vampiro frente a él es superior ante la flor blanca que representa a su amante eterno.
-¡No te atrevas a contradecir lo que eres!, acepta esa belleza que justo ahora quiero pintar, solo desnúdate para mi, ante mis ojos serás lo nunca visto para los seres humanos, solo te he visto, solo tu perfume me ha guiado…Solo eso ha pasado, no hay más respuestas a tus preguntas –Afrodita ya esta abandonada, a mitad del patio azul donde las aves más horribles le rodean, cae su belleza como una hoja, esta triste, esta atada como un perro, es que acaba de nacer en este mundo algo nuevo, es como un niño ciego. Esos labios que invitan al pecado que abren infinitas puertas a los sentimientos desea probarlos, se acerca un poco más como acechando lo que ambos quiere, complacer lo que sus cuerpos piden a gritos. Suenan las campanas ese canto aterrador cuando de un sueño asegura se trata, una imagen tan perfecta no es producto de la imaginación, es tan real como los cielos teñidos de ese azul añil. –No lo es, porque en todo caso, sería yo quien este soñando, con un ave azul que coquetea en su jaula para desplegar las alas a su libertad y librarse de esas cadenas…-se inclina a su oído, abre los labios, esos labios delgados que dejan escapar un tono de voz lleno de sensualidad, una voz grave y masculina que haría temblar de placer a cualquiera –Olvídate de ese amante así como yo me he olvidado del mío cuando me hechizaste con esa mirada, deja que sea yo quien invada dichos pensamientos, déjame decorar tu mundo y el mío con la más profunda de las pasiones el placer que sientes es lento y duro sabes que lo deseas –Un beso en la piel tersa de su cuello antes de retirarse, siguiendo con aquellos dedos que juguetean en los labios ajenos.
El pequeño busca su nombre, es como el sueño que se extingue el aroma de rosas y violetas que viaja por el viento, llevando un aroma pasajero a todo aquel que añore su mas grande sueño, la madurez de mil mares, sus labios enmudecidos de pasión, negándose a contestar, de tanto amor se desorientan hasta las gaviotas que llegan tarde para alcanzar el sol, poco a poco se descubren en un secreto que les une –Asagi Dunkelheit… Ese es el nombre de este demonio pequeño y angelical Imre…-Aquel nombre lo ha sabido en sueños, lo descubrió en otro cuerpo que gritaba cuando tomaba uno ajeno, ese nombre hermoso. Su ego se eleva con esas palabras, ¿Hermoso y atractivo?, increíble pero cierto, no hay demasiada vanidad en el cuerpo de este vampiro para que pueda sentirse extasiado, una mirada fija a sus labios una vez más, conoce los deseos ajenos y los propios, quiere probarlos, se acerca y se aproxima al verlos entre abiertos con esa expresión tan cándida. Le besa lento apenas un roce, sus labios se sienten calientes, ardientes de deseo, intranquilos, pero poco a poco los propios se abren paso, una de sus manos se desliza sobre aquella pequeña cintura ciñéndola con fuerza a su cuerpo más ancho y grande, es como probar el paraíso, como lamer las mieles de una flor que florece cada cinco mil años y que él tuvo la dicha de probar bajo esos cielos oscuros que adornan el paisaje. Ese beso lento, desea que el otro corresponda como debe y como es, porque lo desea, ha visto en sus ojos que deseaba probar esos labios que le llevaran al infierno. ‘Tanto tu como yo queremos caer en la corrupción de este beso, deja que la ternura de tus labios se abran e inciten a mi ser al pecado, guíate con la furia de la noche, entre los recuerdos de este amor en el desierto…Las ansias serán consumidas… en este beso dibujo tu imagen en el corazón de mis entrañas, para soportar el tormento de este poema sin versos’ Un pensamiento telepático que en la ausencia le hace amar cada pequeño roce que comienza a crear vida junto a los suspiros de la soledad congelada que alguna vez fue vida.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: Love is Like Magic [Imre Andrássy]
"No hables más..."
Como si esas palabras tuvieran que ser acatadas si o si guarde silencio para él, escuchando como volvía su voz hacer acto de presencia, repitiéndome lo bello que era ¿Tendría acaso la remota idea lo que esas palabras provocaban en mí? Era como si lo tuviera todo calculado y eso no podía ser ¿Verdad? Aquel encuentro se había dado repentino, aún me era un tanto increíble que un vampiro como él se fijara en alguien como yo sin gracia alguna. Ese ser de largos cabellos debía de estar describiendo a alguien más, no podía ser yo. Era todo lo contrario a lo que él llegaba a decir, suspire quedando estupefacto por como sonó su voz, esos tintes de furia con la que termino tal frase, todo lo que estaba pasando era algo difícil de asimilar, pero de nuevo volvía hablar de la bella que según él yo tenía la cual nunca he notado en mí.
Desnúdate... ¿De verdad? Aquel perfecto ser debía de estar mal, no podía ni debía. Aunque en esos momentos estuviera embobado debía de recordar que había alguien en casa esperándome. La única persona que en un principio mostró interés en mí ¡Es que no podía! Cerré los ojos como si en verdad con aquel simple gesto el otro desaparecería, no debía de engañarme de esa forma. Estaba ahí y no se iría ¿Acaso me dejaría sucumbir por ello? Tenía que ser fuerte, aguantar, abrí lento los ojos al igual que la boca.
- ¿No hay más respuesta a mis preguntas? Es un tanto extraño que con solo verme hayas tenidos las ganas de seguirme ¿No te parece? -no salió nada más de mi boca, mis pupilas posadas en las ajenas ahora demostraban algo de desconfianza, es que aunque se atreviera a decirlo un montón de veces era raro de creer, nadie se acercaba así como si nada a los otros. Aunque debía de admitir que yo lo hice cuando conocí a mi pareja pero eso era un caso distinto ¿No? Si, si lo era.
La sorpresa embargo mi cuerpo en el momento en que me contradijo y con esa voz de ensueño hablo contra mi oído. Mordí el labio inferior conteniendo algún sonido que pudiera salir ¿Por qué me torturaba de esa manera? ¡Que voz tan sensual y enloquecedora! Me haría caer ante sus garras, haría que cumpliera sus palabras. Olvidarme de Louis por esa noche, que la pasión que comenzaba a sentir en esos momentos nublara todos mis pensamientos, que el placer arrasara conmigo. Un gemido se escapo cuando esos candentes labios se posaron en mi piel y esos dedos decidieron jugar con mi boca ¡Ese vampiro! Sabía bien como provocarme ¿Tan fácil estaba cayendo? Me sentía como un tonto, ni siquiera era capaz ni dejar de pensar en él por unos segundos, había invadido en tan solo unos minutos todo mi ser.
- No puedes pedir algo que se ha hecho solo, estas metido por completo en mis pensamientos ¿Por qué? ¡No lo entiendo! Debería de estar pensando en como salir de esto, en como escapar pero no. Estoy aquí sin poder dejar de contemplarte y pensar lo atractivo que eres -la desesperación se escucho en esas palabras mías y no era para menos, nunca pensé que me encontraría en esta situación, yo que siempre decía que no iba a engañar estaba sucumbiendo ante otro de mi raza y del cual hasta el nombre le quedaba de maravilla.
Asagi ¡Que nombre! Y para más remate sabía a la perfección el mío, pero no se comparaba con el suyo. Oh, oh ¡Espera, espera! ¿Qué? De un momento a otro ya lo tenía a distancia demasiada corta para mi gusto la cual termino por reducirse más si se podía en un roce que nuestros labios fueron protagonistas. Su mano deslizandose hasta mi cintura que provocaba más acercamiento entre nuestros cuerpos, mis labios sin saber si moverse o no, me sentía perdido ante lo que hacia ¿Mi pareja me perdonaría algún día esto? ¿El dejarme vencer tan fácil por este placer que otro hombre me proporcionaba? No lo sabía pero ya era tarde para mí, le correspondí cuando ese mensaje me llego a la mente. Abrí la boca para que esa lengua se adentrara, mis manos fueron a parar a la espalda ajena por unos segundos de los cuales termine por separarme, viéndolo con la vergüenza impregnada en la mirada.
- Asagi... yo, me haz hecho caer. Esa persona terminara odiándome, no habrá más pero ¿Sabes? Por estar tú en mis pensamientos no me importa, eso es cruel, nunca me había sentido así -no le dije más porque ahora fui yo quien lo beso, esta vez adentrando mi lengua en la boca ajena, intentando que esta vez no fuera tan tímido aunque no se comparaba para nada como él besaba, ya que parecía todo experto mientras que yo, la única experiencia que he tenido había sido con el cambia formas que en ese momento estaba engañando. Tal vez después de que todo esto pasara me odiara. pero en esos momentos mi cuerpo se concentraba en disfrutar y nada más.
Como si esas palabras tuvieran que ser acatadas si o si guarde silencio para él, escuchando como volvía su voz hacer acto de presencia, repitiéndome lo bello que era ¿Tendría acaso la remota idea lo que esas palabras provocaban en mí? Era como si lo tuviera todo calculado y eso no podía ser ¿Verdad? Aquel encuentro se había dado repentino, aún me era un tanto increíble que un vampiro como él se fijara en alguien como yo sin gracia alguna. Ese ser de largos cabellos debía de estar describiendo a alguien más, no podía ser yo. Era todo lo contrario a lo que él llegaba a decir, suspire quedando estupefacto por como sonó su voz, esos tintes de furia con la que termino tal frase, todo lo que estaba pasando era algo difícil de asimilar, pero de nuevo volvía hablar de la bella que según él yo tenía la cual nunca he notado en mí.
Desnúdate... ¿De verdad? Aquel perfecto ser debía de estar mal, no podía ni debía. Aunque en esos momentos estuviera embobado debía de recordar que había alguien en casa esperándome. La única persona que en un principio mostró interés en mí ¡Es que no podía! Cerré los ojos como si en verdad con aquel simple gesto el otro desaparecería, no debía de engañarme de esa forma. Estaba ahí y no se iría ¿Acaso me dejaría sucumbir por ello? Tenía que ser fuerte, aguantar, abrí lento los ojos al igual que la boca.
- ¿No hay más respuesta a mis preguntas? Es un tanto extraño que con solo verme hayas tenidos las ganas de seguirme ¿No te parece? -no salió nada más de mi boca, mis pupilas posadas en las ajenas ahora demostraban algo de desconfianza, es que aunque se atreviera a decirlo un montón de veces era raro de creer, nadie se acercaba así como si nada a los otros. Aunque debía de admitir que yo lo hice cuando conocí a mi pareja pero eso era un caso distinto ¿No? Si, si lo era.
La sorpresa embargo mi cuerpo en el momento en que me contradijo y con esa voz de ensueño hablo contra mi oído. Mordí el labio inferior conteniendo algún sonido que pudiera salir ¿Por qué me torturaba de esa manera? ¡Que voz tan sensual y enloquecedora! Me haría caer ante sus garras, haría que cumpliera sus palabras. Olvidarme de Louis por esa noche, que la pasión que comenzaba a sentir en esos momentos nublara todos mis pensamientos, que el placer arrasara conmigo. Un gemido se escapo cuando esos candentes labios se posaron en mi piel y esos dedos decidieron jugar con mi boca ¡Ese vampiro! Sabía bien como provocarme ¿Tan fácil estaba cayendo? Me sentía como un tonto, ni siquiera era capaz ni dejar de pensar en él por unos segundos, había invadido en tan solo unos minutos todo mi ser.
- No puedes pedir algo que se ha hecho solo, estas metido por completo en mis pensamientos ¿Por qué? ¡No lo entiendo! Debería de estar pensando en como salir de esto, en como escapar pero no. Estoy aquí sin poder dejar de contemplarte y pensar lo atractivo que eres -la desesperación se escucho en esas palabras mías y no era para menos, nunca pensé que me encontraría en esta situación, yo que siempre decía que no iba a engañar estaba sucumbiendo ante otro de mi raza y del cual hasta el nombre le quedaba de maravilla.
Asagi ¡Que nombre! Y para más remate sabía a la perfección el mío, pero no se comparaba con el suyo. Oh, oh ¡Espera, espera! ¿Qué? De un momento a otro ya lo tenía a distancia demasiada corta para mi gusto la cual termino por reducirse más si se podía en un roce que nuestros labios fueron protagonistas. Su mano deslizandose hasta mi cintura que provocaba más acercamiento entre nuestros cuerpos, mis labios sin saber si moverse o no, me sentía perdido ante lo que hacia ¿Mi pareja me perdonaría algún día esto? ¿El dejarme vencer tan fácil por este placer que otro hombre me proporcionaba? No lo sabía pero ya era tarde para mí, le correspondí cuando ese mensaje me llego a la mente. Abrí la boca para que esa lengua se adentrara, mis manos fueron a parar a la espalda ajena por unos segundos de los cuales termine por separarme, viéndolo con la vergüenza impregnada en la mirada.
- Asagi... yo, me haz hecho caer. Esa persona terminara odiándome, no habrá más pero ¿Sabes? Por estar tú en mis pensamientos no me importa, eso es cruel, nunca me había sentido así -no le dije más porque ahora fui yo quien lo beso, esta vez adentrando mi lengua en la boca ajena, intentando que esta vez no fuera tan tímido aunque no se comparaba para nada como él besaba, ya que parecía todo experto mientras que yo, la única experiencia que he tenido había sido con el cambia formas que en ese momento estaba engañando. Tal vez después de que todo esto pasara me odiara. pero en esos momentos mi cuerpo se concentraba en disfrutar y nada más.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Love is Like Magic [Imre Andrássy]
{¿Puedes sentir la nostalgia en el viento, Imre?} Era la pregunta que deseaba hacerle telepáticamente, aquellas caricias y besos tenían absortado su cuerpo meciéndolo con el viento, con la belleza que se manchaba de negro mientras ese par de amantes consumaban un amor que nació en un instante, cada pequeño detalle, lo podía guardar, describir y novelizar en su mente, era como una serenata la que se componía a través de los labios del otro, sus manos moviéndose lentamente sobre su pequeño cuerpo, era como estar en un sueño donde aquella belleza era consumada de una forma totalmente diferente. El vampiro, aquel ser inmundo tachado como ‘el cuervo’ podía hundir a su venus en el abismo, en el fondo del mar donde los lugares más fúnebres le esperaran, hasta que no quedarán sus huesos, de esa manera lo podía consumir, tomarlo, absorberlo y arrastrarlo hasta el infinito con las garras del infierno, llevadas disfrazadas de placer y sensualidad. Quizás era un acto trillado pero la infidelidad que sus cuerpos y mentes tenían presentes se iban esfumando, pues el cuerpo acorralo a la venus contra la pared. Apoyando su cuerpo, alto, sensual, gallardo y oscuro sobre la luz que emanaba sobre ese cuerpo, ‘Desnúdalo, desnúdalo’ era el silencio hablando, no lo dejará en libertad lo llevara, lo acorralara, pero jamás dejará que la belleza se le escape de sus alas que son una tortura infinita, el reflejo del sol, el reflejo de sus ojos eran como el cuelo, los del cuervo como el mar oscuro, un azul atrayente uno contra el otro. ‘La rosa blanca’ era así como podía llamarle mientras correspondía a ese beso tan insinuante, ardiente, cándido, al igual que su hermosura, su suave tez y la frescura que brotaba de sus labios, la sonrosada luz de la luna naciente, desplegaba más dulzura sobre huerto pomposo señalando su infinita belleza entre las demás rosas. Se separo un poco de él para poder morder su cuello, para tomar de su piel aquel aroma embriagante que llevaba, un cuervo desesperado.
Sus labios recorrían como pétalos la perlada piel del vampiro, en ese callejón sin salida, necesitaba de la lujuria más que de la sangre para alimentarse, podía observar que el otro deseaba también aquel placer que solo sus manos albergaban, mordió su piel sin hacerle daño, simplemente la jalo como si fuese un perro carroñero –¡Guarda silencio, pequeña venus!, el amor no conoce de tiempos, de parámetros, cuando eres flechado por cupido, simplemente no hay más remedio que hacer lo que te dicta la locura, tus preguntas se resumen en una sola cosa ‘Atracción y amor’ – Le susurra con cierto toque sensual en la voz, como hechizándolo y llevándole a ese sueño lujurioso, donde las perversidades más extrañas residían, su propia mente desnudando al menor, desabotonándole poco a poco la camisa, chupando su piel, succionándole con lentitud, apenas tomo el rostro del menor en ambas manos volvió a contemplar aquella belleza de la que se había sentido atraído desde un principio. Hablan sus labios, llevar, traicionar, engañar… Pero su mente solo piensa en algo ‘Hacerlo suyo’, mientras le contempla antes de volver a besarle, de tomarlo y acariciar los vértices que forman su pequeño y delgado cuerpo. Acariciando cada una de las formas que conforman su cuerpo, su belleza.
Aquel ser era la belleza misma, un demonio como él osaba a profanar la virginidad visual y mental del vampiro, un romance de media noche es lo que obtendrían –No digas eso, no soy yo quien te ha hecho caer, eres tu quien lo ha provocado, tu rostro, tu belleza la cual ahora mismo quiero desnudar…Cada parte que conforma tu ser es la misma que ha provocado esto y desencadenara hechos futuros…Pero no te preocupes, fue tu amante quien sucumbió ante mí, antes que tu lo hicieras…Están iguales…Son un par de mentirosos, bellezas que ocultan sus pecados bajo su careta de ángeles….Déjate llevar, será mi belleza, será mi presencia, esta noche mi pequeño Imre serás uno solo conmigo…- Fueron sus palabras finales antes de sostenerlo por la cintura rodeándole con sutileza. La afrodita que encontró esta abandonada, en medio del patio azul iluminado por la luna, las aves negras le rodean, las hojas resbalan sin tocarle, sus pensamientos están tristes, baja la mirada, se deja llevar por el pecado pues su mirada perdida se encuentra. El leguaje más mudo, aquel austero sonido de provocación al sentirse boca con boca, aliento con aliento, en medio de dos cuerpos fríos como el hielo, la ciudad sucumbiendo al sueño, haciendo el amor entre sonidos, jugando con sus emociones. Pronuncia su nombre entre besos y besos y comienza a desnudarle quitándole la camisa, la belleza sucumbiendo en aquel callejón sucio, la pregunta que ronda en su cabeza y que nubla sus pensamientos es ‘¿Acaso podrá dejarse llevar para hacerlo mío?’… ‘Imre, responde con besos, con caricias, deseo sacar ese lado lujurioso de la belleza que posees’
Sus labios recorrían como pétalos la perlada piel del vampiro, en ese callejón sin salida, necesitaba de la lujuria más que de la sangre para alimentarse, podía observar que el otro deseaba también aquel placer que solo sus manos albergaban, mordió su piel sin hacerle daño, simplemente la jalo como si fuese un perro carroñero –¡Guarda silencio, pequeña venus!, el amor no conoce de tiempos, de parámetros, cuando eres flechado por cupido, simplemente no hay más remedio que hacer lo que te dicta la locura, tus preguntas se resumen en una sola cosa ‘Atracción y amor’ – Le susurra con cierto toque sensual en la voz, como hechizándolo y llevándole a ese sueño lujurioso, donde las perversidades más extrañas residían, su propia mente desnudando al menor, desabotonándole poco a poco la camisa, chupando su piel, succionándole con lentitud, apenas tomo el rostro del menor en ambas manos volvió a contemplar aquella belleza de la que se había sentido atraído desde un principio. Hablan sus labios, llevar, traicionar, engañar… Pero su mente solo piensa en algo ‘Hacerlo suyo’, mientras le contempla antes de volver a besarle, de tomarlo y acariciar los vértices que forman su pequeño y delgado cuerpo. Acariciando cada una de las formas que conforman su cuerpo, su belleza.
Aquel ser era la belleza misma, un demonio como él osaba a profanar la virginidad visual y mental del vampiro, un romance de media noche es lo que obtendrían –No digas eso, no soy yo quien te ha hecho caer, eres tu quien lo ha provocado, tu rostro, tu belleza la cual ahora mismo quiero desnudar…Cada parte que conforma tu ser es la misma que ha provocado esto y desencadenara hechos futuros…Pero no te preocupes, fue tu amante quien sucumbió ante mí, antes que tu lo hicieras…Están iguales…Son un par de mentirosos, bellezas que ocultan sus pecados bajo su careta de ángeles….Déjate llevar, será mi belleza, será mi presencia, esta noche mi pequeño Imre serás uno solo conmigo…- Fueron sus palabras finales antes de sostenerlo por la cintura rodeándole con sutileza. La afrodita que encontró esta abandonada, en medio del patio azul iluminado por la luna, las aves negras le rodean, las hojas resbalan sin tocarle, sus pensamientos están tristes, baja la mirada, se deja llevar por el pecado pues su mirada perdida se encuentra. El leguaje más mudo, aquel austero sonido de provocación al sentirse boca con boca, aliento con aliento, en medio de dos cuerpos fríos como el hielo, la ciudad sucumbiendo al sueño, haciendo el amor entre sonidos, jugando con sus emociones. Pronuncia su nombre entre besos y besos y comienza a desnudarle quitándole la camisa, la belleza sucumbiendo en aquel callejón sucio, la pregunta que ronda en su cabeza y que nubla sus pensamientos es ‘¿Acaso podrá dejarse llevar para hacerlo mío?’… ‘Imre, responde con besos, con caricias, deseo sacar ese lado lujurioso de la belleza que posees’
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: Love is Like Magic [Imre Andrássy]
Aquel ser me hacía estremecer por completo. Su cuerpo cada vez más apegado ¡No! Ya no había distancia que nos separase, estaba acorralado contra la pared y su anatomía, sintiendo aquellos labios ya no en los míos propios, si no que en el cuello. Estaba por completo a su merced aunque no podía evitar pensar que aún podía arrepentirme, que podía frenarlo pero cada vez que lo pensaba más había otra cosa que me decía lo contrario y ganaba totalmente. Ya no había más que hacer, había sucumbido por completo ¿Verdad? Mis manos se aferraron por los hombros del mayor y un gemido broto de mí, la mordida había sido muy excitante. Deseaba más, mucho más pero tenía que admitir que tenia algo de nervios que no podía disimular ¡Tanta pregunta lo demostraba! A veces podía llegar hacer tonto.
- Perdón, tienes razón -solté una risa nerviosa; su voz es demasiado sensual ¡Si que sabía ese hombre como hacer caer a las personas a sus pies! Saque una mano de sus hombros y lleve el dedo pulgar a mis los labios dando una pequeña mordida ahí- supongo que me interesa saber más de ti por eso tantas preguntas que hago y también porque -guarde silencio, sonaría demasiado estúpido decirle que pese que lo tenía en frente, que lo tocaba y besaba me era irreal. Como si solo me estuviera imaginando aquello. Ah, mis pensamientos, el podía... negué lentamente, simplemente era un gran tonto.
Apoyando la cabeza en su hombro libre suspire lanzando el leve aire contra la poca piel que dejaba expuesta la fina camisa que llevaba el de cabellos negros mientras posaba mis manos en su espalda acariciando lentamente hasta llegar al borde de la parte superior de su ropa colando mis manos por ahí. Quería sentirlo de manera más directa, Asagi era el sueño que solo tendría por esa noche y el cual debía de disfrutar, aunque sus palabras llegaban a confundirme y más aún porque hablaba de mi pareja ¿Acaso...? No, eso no, aunque... me mordí el labio inferior y mire hacía el lado, con el ceño levemente fruncido. Por alguna razón me había molestado aunque con lo que iba hacer ahora no tenía derecho.
- ¡Yo no he provocado nada! ¡T-tú lo haz hecho! Yo solo caminaba y-y tú...! -no continúe ¿En verdad yo no había hecho nada? Tal vez en un principio estaba totalmente distraído pero después seguí con esto. También era culpable, totalmente culpable- mmh... -las palabras que había dicho referente a Louis no me dejaban pensar con claridad y hacia un poco enojar- no hables de mi pareja ¿Quieres? ¡El no es un mentiroso! El único que será mentiroso ahí seré yo -simplemente no quería creer lo que me decía.
La camisa quedo en el olvido, estaba desnudo de la cintura hacia arriba y nuevos besos continuaron mientras lo apegaba más a mí para ser ahora yo quien comenzara a despejarlo de ropas, dejando de vez en cuando caricias.
Separándome de esos labios fui deslizando los míos por su mentón, llegando a su cuello y terminar hasta su hombro izquierdo en donde le mordí de cierto forma con fuerza pero no para causarle algún daño o algo parecido, se necesita de mucha más fuerza para lastimar un vampiro como lo era el cabellos negros. Aquella acción había sido ocasionada porque me sentía aún un poco molesto sobre que hablara del cambia formas ya que me hacía sentir la culpa por estar engañándolo de ese modo, pero lo mejor era ya no pensar en eso y continuar con aquel momento en donde la lujuria era quien dominaba.
Off: perdón es horrible ;_;
- Perdón, tienes razón -solté una risa nerviosa; su voz es demasiado sensual ¡Si que sabía ese hombre como hacer caer a las personas a sus pies! Saque una mano de sus hombros y lleve el dedo pulgar a mis los labios dando una pequeña mordida ahí- supongo que me interesa saber más de ti por eso tantas preguntas que hago y también porque -guarde silencio, sonaría demasiado estúpido decirle que pese que lo tenía en frente, que lo tocaba y besaba me era irreal. Como si solo me estuviera imaginando aquello. Ah, mis pensamientos, el podía... negué lentamente, simplemente era un gran tonto.
Apoyando la cabeza en su hombro libre suspire lanzando el leve aire contra la poca piel que dejaba expuesta la fina camisa que llevaba el de cabellos negros mientras posaba mis manos en su espalda acariciando lentamente hasta llegar al borde de la parte superior de su ropa colando mis manos por ahí. Quería sentirlo de manera más directa, Asagi era el sueño que solo tendría por esa noche y el cual debía de disfrutar, aunque sus palabras llegaban a confundirme y más aún porque hablaba de mi pareja ¿Acaso...? No, eso no, aunque... me mordí el labio inferior y mire hacía el lado, con el ceño levemente fruncido. Por alguna razón me había molestado aunque con lo que iba hacer ahora no tenía derecho.
- ¡Yo no he provocado nada! ¡T-tú lo haz hecho! Yo solo caminaba y-y tú...! -no continúe ¿En verdad yo no había hecho nada? Tal vez en un principio estaba totalmente distraído pero después seguí con esto. También era culpable, totalmente culpable- mmh... -las palabras que había dicho referente a Louis no me dejaban pensar con claridad y hacia un poco enojar- no hables de mi pareja ¿Quieres? ¡El no es un mentiroso! El único que será mentiroso ahí seré yo -simplemente no quería creer lo que me decía.
La camisa quedo en el olvido, estaba desnudo de la cintura hacia arriba y nuevos besos continuaron mientras lo apegaba más a mí para ser ahora yo quien comenzara a despejarlo de ropas, dejando de vez en cuando caricias.
Separándome de esos labios fui deslizando los míos por su mentón, llegando a su cuello y terminar hasta su hombro izquierdo en donde le mordí de cierto forma con fuerza pero no para causarle algún daño o algo parecido, se necesita de mucha más fuerza para lastimar un vampiro como lo era el cabellos negros. Aquella acción había sido ocasionada porque me sentía aún un poco molesto sobre que hablara del cambia formas ya que me hacía sentir la culpa por estar engañándolo de ese modo, pero lo mejor era ya no pensar en eso y continuar con aquel momento en donde la lujuria era quien dominaba.
Off: perdón es horrible ;_;
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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