Joselyn Von Dietrich

Joselyn Von Dietrich

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Toda su apariencia física se basa en una sola idea: Nadie, nunca puede descubrir que es una mujer. Más bajita que el promedio y ésto combinado con su complexión delgada, hace que de ser una chica de 22 años, parezca un chiquillo de 15. Alguna vez llevó el cabello largo, ondulado, castaño y bonito; ahora lo lleva corto al capricho de su mano armada con un par de tijeras. Tiene los ojos grises, del color de las tormentas y ha aprendido a la mala a esconder cualquier tipo de emoción que pudiera reflejarse en ellos, los rodea una sombra violácea permanente de pasar tantas noches en vela. La piel es blanca como la nieve, destacando sus cejas a juego con el color de su cabello, y sus labios que en realidad no llaman tanto la atención. Una nariz cuya mayor característica es que deja a su dueña respirar bastante bien el oxígeno que necesita para seguir viviendo. Cuando sonríe, se le forman un par de hoyuelos en las mejillas. Viste como un hombre, ropa holgada para disfrazar cualquier atisbo de feminidad que quiera asomarse y de colores negros, grises o marrones aun cuando su color favorito sea el azul.

Camina rápido, como si siempre la estuvieran persiguiendo, mirando hacia atrás constantemente, manos en los bolsillos y semi encogida sobre sí misma para pasar desapercibida en donde quiera que esté. Es muy ágil, podría echarse a correr, trepar rejas y saltar de tejado en tejado sin siquiera chistar. Habla bajito y finge la voz para hacerla parecer un poco más a la voz de un chico. Imita con precisión los gestos de su hermano, se obligó a recordarlos y aprenderlos y continuamente observa el comportamiento de los hombres de la calle para imitarlos también y hacer mucho más creíble su disfraz. Aun cuando por dentro sigue siendo una chica, de sólo verla, no podrías siquiera adivinarlo.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

La mayor parte del tiempo parece estar bastante perdida, pero es sólo porque está tan concentrada en no echar a perder su coartada, que el hecho de que pienses lo que quieras, le viene importando muy poco. Por lo general es callada y evita dar su opinión a menos que sea estrictamente necesario, por su condición de fugitiva, prefiere observar a la gente que entablar conversación con ella, sabe que vive como una ermitaña y no le molesta en lo más mínimo. Probablemente pienses que no es una buena persona porque suele contestar a la defensiva para no dejarte entrar en su propia esencia, pero muy por debajo de esa armadura que se pone, Joselyn es una chica muy dulce, más dulce de lo que a ella le gustaría ser. Si la llegas a conocer bien, te darás cuenta de que hablar a la defensiva, guardarse sus comentarios y portarse antisocial le cuesta mucho trabajo. Es raro que sonría y mucho más que la hagas reír; así como también se tragará sus lágrimas hasta estar sola y entonces llorará en silencio hasta desahogarse.

Es desconfiada y terca, es probable que no la hagas cambiar de opinión de ninguna manera, no le gusta que la toquen porque podrían descubrirla y odia que la miren fijamente porque cree que si la miran el tiempo suficiente, verán a través de su disfraz. Todo su conocimiento se reduce a conjuros mágicos, pociones y demás formas de magia blanca. Sabe leer y escribir pero de la vida conoce muy poco, sólo ha aprendido a huir y a no confiar ni en su sombra. Se pierde con facilidad y procura no formar lazos afectuosos con nadie por si algún día tiene que volver a huir. Por dentro, muy dentro, sueña con un día en que ya no tenga que disfrazarse de hombre y pueda volver a ser Joselyn Von Dietrich.

HISTORIA

¿Alguna vez has legado a confundir tus recuerdos con tus sueños?

Al principio era el mismo cuarto oscuro, la sensación de estar recién despierta, el dolor en todo el cuerpo, el olor a podredumbre que se eleva por todos lados. La única certeza que tenía era que estaba tirada boca abajo en el suelo y que no estaba muerta. Luego llegaban los flashazos de imágenes repetitivas, ojos muertos que parecían mirarla fijamente, rostros desfigurados, cuerpos pudriéndose en el suelo y su propia ropa empapada en sangre. Después, la oscuridad. Con el tiempo fueron agregándose imágenes siniestras, gritos que taladraban el cerebro, olores penetrantes y el sabor amargo a bilis que se derrama pero nunca tuvo una continuación. Si era un sueño, terminaba siempre ahí; si era un recuerdo, la amnesia había borrado todo lo demás. Aun así, es el único rastro de niñez que Joselyn todavía conserva en su memoria.

Su vida comenzó aquella mañana en que despertó entre la nieve para encontrarse con un par de ojos que la miraban divertidos. Un gran cambio, los ojos no estaban muertos. Despertó para ser "bautizada" como Joselyn, apellidarse "Von Dietrich" y ser hija de un par de granjeros humildes que trabajaban de sol a sol. Antes de eso, sólo hay pesadillas, oscuridad y amnesia. Los Von Dietrich le pusieron un nombre, le dieron una edad aproximada de 7 años, le proporcionaron un hogar, unos padres y un hermano. Dicen por ahí que un hombre puede plantar un árbol por muchos motivos, tal vez sea por que le gustan los árboles, a lo mejor busca refugio, o más aún, sabe que algún día podría necesitar la leña. En el caso de Adelbert Von Dietrich, lo hizo porque vio en ella "el don". Sabía que Joselyn era una bruja y con esa última adición a la familia, tendría un grupo que conformaba todas las disciplinas mágicas.

Si le preguntas a cualquiera que los conozca, te dirán que la familia sabía perfectamente lo que hacía y cómo lo hacía. Tenían una fama subterránea que todos conocían pero callaban por amistad o simplemente por miedo a que al siguiente día, sus vacas amanecieran muertas por algún conjuro de magia negra. A cambio podían pedirles ayuda en el amor, la salud, y otras muchas cosas más y así vivían en el pequeño pueblecillo donde les tocó estar, donde por las mañanas trabajaban en la granja que les servía de coartada y por las tardes recibían almas perdidas que pedían "encontrar al amor de su vida", "tener mucho dinero", "saber qué les pasaría en el próximo año" y "preguntar si ese vecino nuevo se había robado su hacha para cortar leña". Hubieran podido vivir muy felices de no haber sido por un hombre. Un sólo hombre que no pudo guardar el secreto.

Ya era entrada la noche, los grillos cantaban y en el último piso de la casa de los Von Dietrich, sólo una lucesilla oscilaba al compás del viento. La luz de una vela que alumbraba la oscuridad de la que Joselyn se acababa de despertar envuelta en sus terrores nocturnos, sudaba frío y el corazón parecía querer salírsele por la boca pero estaba a salvo, ahí nada le pasaría. O eso era lo que ella creía. No escuchó las voces de los campesinos enfurecidos que se acercban, estaba ocupada tranquilizándose y asegurándose que nadie alrededor estaba muerto. Después todo se desató, unos pasos en la escalera, susurros, un soplido que apagó la única luz que quedaba. Johan, su hermano le dijo que se escondiera, que no hablara, que no hiciera ruido, que no respirara si podía evitarlo y antes de que ella pudiera decir algo, se fue dejándola sola.

Una pesadilla más a su colección, una razón más por la cual no volver a dormir. Ver a los que habían sido su familia ser golpeados, arrastrados, quemados, escuchar los gritos de dolor aun cuando se cubriera los oidos, ver cómo sus cuerpos se retorcían en el fuego aun cuando cerrara los ojos. Tardó unos días en salir del escondite donde Johan la había dejado y echó a andar sin rumbo. Enterrando su dolor bajo capas y capas de silencio e indiferencia, se convirtió en hombre, cortó su cabello para evitar que alguien la reconociera, se vistió con las ropas más holgadas y feas que encontró y se dedicó a esconderse, a robar para sobrevivir y a buscar una vez más una vida a la qué aferrarse, mientras por las noches, los ojos muertos la perseguían y la hacían proferir gritos de terror que nunca traspasaban la barrera de sus labios.

A Isambard lo conoció por casualidad, ninguno de los dos preguntó nada más que lo básico y se decidió que lo mejor era permanecer juntos. Él iba a Paris, ella no tenía idea de hacia dónde ir. Él tenía dinero, ella no tenía en dónde caerse muerta. Él era un condenado, un Inquisidor, ella era una bruja escondiéndose. ¿Podrían encontrar una mejor versión de "ten a tus amigos cerca pero a tus enemigos más cerca"?

OTROS DATOS

- Su nombre falso es Adelbert. A secas. Sin apellido.
- Duerme debajo de la cama por costumbre y nunca se quita nada de encima por si hay que escapar de noche.
- Sus posesiones se reducen a la ropa que trae puesta: Pantalón y camisa dos tallas más grandes, un abrigo que si pudiera, se dejaría hasta para bañarse y unas botas de esas que parecen decididas a durar más en la tierra que su propio dueño; un cuchillo que esconde en la cintura del pantalón; un bolso donde guarda recetas y conjuros mágicos recolectados por sus padres.
- Toda su familia murió.
- La visión de sangre, la hace ponerse muy mal.

■ MISS NATASHA @ SOURCECODE ■