Jean Christophe Tallerand

por **Jean Christophe Tallerand** Miér Ago 15, 2012 10:50 am

Nombre: Jean Christophe Tallerand

Edad: 21

Especie: Humano

Clase social: Alta

Orientación sexual: Asexual

Lugar de origen: Le Bourg-Saint-Léonard

Descripción física: Lo que más destaca en Jean Christophe a simple vista es su fragilidad. Lo malo de tener un nombre conocido y reputado es que la gente se forma una opinión de uno que luego es fácil defraudar, y así le ocurre a menudo al heredero de los Tallerand en el primer encuentro. Es perfectamente consciente de esa primera mirada de sorpresa y compasión que despierta en todas sus reuniones de negocios o veladas sociales, cuando aparece por la puerta demasiado delgado dentro de un traje que siempre es exquisito, o cuando ha pasado una mala noche y sus ojeras se destacan contra el blanco de su piel. Su delgadez le hace resaltar los pómulos y la nariz, que tiene un arco demasiado pronunciado como para que se le pueda considerar bien parecido. Todo el pelo de su cuerpo es tan rubio que las pestañas resultan casi inexistentes en sus párpados, dando aún más protagonismo a sus ojos verdes ligeramente saltones, con esa mirada siempre atenta a todo y siempre inquisitiva. Lo único que Jean Christophe tiene de débil es el cuerpo, porque su mente se mantiene siempre ágil y eso se deja notar en la inteligencia natural de su expresión. No es excesivamente alto pero tampoco de corta estatura, y en el centro de su mentón se forma un hoyuelo simpático que junto a su sonrisa le dulcifica bastante el gesto.

Descripción psicológica: Es buen muchacho pero su voluntad férrea se impone a sus sentimientos cuando se trata de negocios. Siempre sabe qué tiene que hacer para obtener beneficios con las compras, y si no al menos opta por el camino menos malo. Desde pequeño supo que estaba siendo entrenado para eso, y a raíz de su enfermedad el contacto con otros niños de su edad disminuyó tanto que sus ratos de ocio estaban también sazonados con el olor de las páginas de los libros. Jean Christophe leía tanto que su mente, además de aprender, volaba y corría todo lo lejos que su cuerpo no podía. Solo eso lo salvó de convertirse en una persona huraña y amargada, aunque tiene una gran carencia en cuanto a emociones personales propias se refiere. No ha tenido amigos de verdad ni ha amado jamás a nadie, en parte porque es bastante espabilado para comprender que las muchachas que se le acercan lo hacen atraídas por su patrimonio. No es solo listo con las cuentas, sino que posee una inteligencia muy por encima de lo común en cuanto a maquinar estrategias se refiere. Todo lo débil que tiene de anatomía lo compensa con su materia gris, que rara vez se obnubila o se deja confundir. Se siente seguro confiando en sí mismo y guardándose sus secretos, prefiere escuchar antes que tener que hablar y cuando lo hace sus consejos son sensatos y bien recibidos.

Historia: La familia Tallerand debe su vasta fortuna al comercio de algodón y textiles que se remonta a la primera sastrería de uno de sus ancestros por allá por el 1700. Lo que comenzó siendo un pequeño negocio local de confección de vestidos para campesinas se fue extendiendo paulatinamente hasta devenir un auténtico emporio. El arte de las finanzas y de los números se ha ido transmitiendo de un hijo varón al siguiente hasta llegar a Jean Christophe, que a pesar de contar únicamente con veintiún años ya es el cabeza reconocido del clan. Su padre Antoine tuvo la mala suerte de invertir parte del capital en ciertas especulaciones demasiado optimistas que le hicieron contraer algunas deudas, pero entonces su hijo que era apenas un adolescente demostró tener el temple y el carácter necesario para ponerse al frente de la contabilidad de todas las importanciones. En un par de años no solo resolvió el entuerto en que había caído su padre con su timorato proceder, sino que impulsó todavía más la firma que lleva el apellido familiar y la convirtió definitivamente en el nombre de referencia en tema de vestiduras, especialmente para los miembros de la alta sociedad francesa y extranjera.

Siendo niño Jean Christophe contrajo unas fiebres que estuvieron a punto de costarle la vida. Su recuperación fue casi un milagro, pero le quedó una afectación permanente pulmonar y cardíaca que le impide desde entonces realizar esfuerzos físicos. Cuando el tiempo refresca le ronda el riesgo de coger una pulmonía fatal, por lo que siempre se abriga tanto que el sol apenas le roza la piel de las mejillas y de la frente. Eso le confiere un aspecto perenne de joven enfermo y cetrino con los músculos poco desarrollados y la constitución delicada de una muchacha. Tal vez esa condición le habría impedido salir adelante si perteneciera a cualquier otro estrato social donde las esperanzas de ganarse el sustento dependen de la capacidad del individuo para realizar trabajos manuales, pero afortunadamente Jean Christophe puede desenvolverse muy bien sin levantarse de la butaca de su despacho. En las ocasiones en las que tiene que salir se hace acompañar siempre de un fiel criado de confianza que vela por su salud y que se preocupa de que no se exceda.

Al cumplir la veintena el heredero de los Tallerand resolvió ir a París a estudiar Contabilidad y Finanzas en el Colegio Francés. Sus padres poco tuvieron que decir al respecto porque hace ya mucho tiempo que Jean Christophe es totalmente independiente, es más, aunque algunos no lo sepan - ya que sus progenitores se guardan mucho de que la gente se entere - es él quien maneja sin ayuda el capital de la familia y quien controla los gastos de todos sus miembros con amable inflexibilidad. Él mismo se encargó de alquilar una casa en la capital y de organizar allí su mudanza con parte del servicio y algunos muebles que consideraba imprescindibles.

Además de su hijo primogénito los Tallerand tienen otros tres vástagos: Emma es dos años menor que Jean Christophe y está casada con un socio de la compañía, un magnate llamado Jèrome Godard con el que tiene dos niñas. Melànie ha cumplido los diecisiete y está también desposada a un baronet de la localidad, Honoré Carrouges. Por último está Alain, el menor de la estirpe, que sigue los pasos de su hermano mayor con absoluta adoración y que lo visita frecuentemente ahora que éste reside en París.

Datos extra: Con los conocimientos médicos de la época no podía saberse, pero lo que tiene Jean Christophe es en realidad una insuficiencia cardíaca que hace que se fatigue con facilidad y que en ocasiones se le encharquen los pulmones.

por **Tarik Pattakie** Miér Ago 15, 2012 5:43 pm

FICHA APROBADA
BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES

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