Un cierto Renoir (Mateo y Coco)

por **Coco Lamiraqui** Jue Ago 16, 2012 4:30 pm

No era posible retener a Coco mucho tiempo encerrada en casa cuando hacía un día como aquel. Los pájaros parecían haberse puesto de acuerdo para componer la banda sonora de un paisaje bucólico, como de postal, y la mujer disfrutaba de sus trinos mientras paseaba por aquella zona ajardinada sin que sus pasos siguieran ninguna clase de itinerario establecido. Sus cinco sentidos estaban deleitados allí, incluso el del gusto, ya que saboreaba a intervalos regulares una manzana que sostenía en su mano enguantada y a la que arrancaba mordiscos menudos. Tenía hambre pero no quería parecer ansiosa, cuando estaba en su forma humana prefería comportarse como para marcar aún más la diferencia con la bestia en la que se convertía las noches de luna llena. Pronto llegaría la siguiente, y aquella certeza enturbió momentáneamente su felicidad. A pesar de que tomaba todas las medidas para no dañar a nadie no podía evitar preocuparse de antemano por si la próxima sería la ocasión en que la fiera rompería los tablones de madera con los que la muchacha atrancaba la puerta y las ventanas de su casa de las afueras. ¿Pero de qué le servía pensar en eso?

Alzó la vista y se encontró cara a cara con un pintor anónimo, un dibujante que la saludó tocando con cuidado el ala de su sombrero y que acto seguido le pidió permiso para retratarla. Dijo que Coco componía una estampa hermosa con su vestido escarlata, sus mitones color crema y su sombrerito de paja del mismo tono. Ella aceptó, aunque siempre le costaba horrores estarse quieta durante mucho tiempo. El artista manifestó entonces su deseo de encontrar otro modelo, esta vez masculino, que posara con Coco y completara el lienzo que había imaginado. Ella fue a sentarse bajo un árbol como le indicó el pintor, a la espera de que encontrase un caballero que quisiera hacerle el favor de agacharse junto a ella para pasar unos minutos haciendo de maniquís. ¿Con qué extraño debería compartir en silencio la próxima media hora, quizá más? Sin querer parecer indiscreta siguió con la vista las andanzas del dibujante, que se acercó a varios de los hombres allí congregados para preguntarles si querían posar. Parecía que ninguno se prestaba porque siempre volvía a preguntar con las manos vacías. En aquel rato Coco tuvo tiempo de terminar su manzana, y colocándose mejor el cabello castaño en el moño de su nuca miró hacia arriba. El sol se colaba entre las hojas del árbol.

por **Mateo Southgate** Dom Ago 19, 2012 12:02 am

-Brillante..., demasiado brillante-, pensaba Mateo tapandose algo la mirada mientras caminaba tranquilamente entre la gente en su normal ir y venir, no era que le desagradase un día soleado y hermoso como aquel, es solo que el cambio era simplemente demasiado, había pasado mucho tiempo viajando por bosques cubiertos de neblina, localidades frías, para no mencionar que los días algo lúgubres eran parte del diario vivir en su natal Rumania...

Daba la impresión de ser el típico día de descanso, se veían varías familias con niños realizando el típico "paseo dominical", todo esto hacía sentir algo cohibido a Mateo, era un zon bastante céntrica, si bien no era la más rica de las ubicaciones en la ciudad, la gente iba vestida bastante bien, o al menos bastante descente, mientras que Mateo con su cara algo despitada, ropajes gastados por el viaje, y su vieja gorra y morral, daba la impresión de ser un muchacho recién llegado a la ciudad el cual no ostentaba la mejor de las situaciones, descripción que por cierto explicaba con mucha certeza su actual situación, y por la cual no podía dejar de sentir que llamaba bastante la atención, tratando de evitar cualquier posible mirada que pudiera cruzarse con sus ojos, Mateo se bajo la visera de la gorra, procurando seguir su trayecto de manera tan desapercibida como fuera posible.

Tomando en cuenta su actual objetivo, Mateo se sobresalto cuando repentinamente una voz masculina lo llamo haciendo que volviera a levantar la vista.

Un pintor ubicado a algunos metros de donde se encontraba ubicado, le hizo un ademán a Mateo para que se acercara, ya a su lado le pidió por favor si podía ayudarle a terminar la obra que se encontraba haciendo, permitiendole que lo retrara en conjunto con una dama que ya se encontraba posando sentada en un árbol al frente del artista, Mateo por su parte, dado que no tenía aún un rumbo fijo el cual transitar, lugar especifico al que asistir, ni hora exacta que cumplir, no vió problema en pasar un rato posando para aquel sujeto, aceptando la propuesta del pintor, de manera bastante resuelta y relajada fue a colocarse a un costado de la señorita en el árbol, acto seguido al cual el artista comenzo a pintar sin demora, mientras se encontraba en eso, la gente que paseaba por el lugar lanzaba miradas curiosas a la peculiar escena, saltaba a la vista lo distinto que estaban vestidos ambos, pero peculiarmente la escena que se formaba era bastante atractiva a ojos de terceros, tal vez las diferencias producian complementariedad de alguna clase, o tal vez simplemente algo había en común entre ambos que si bien era percibible, simplemente no saltaba a la vista...

por **Coco Lamiraqui** Jue Ago 23, 2012 7:04 am

Si Coco esperaba que el caballero la saludara y entablara conversación se quedó con la esperanza, porque parecía tan callado y taciturno como jovial era ella. Qué contratiempo. Se mordió apenas el labio inferior sin querer observar de frente a su compañero para no incomodarlo. Lo había visto acercarse y era cierto que no esperaba que el pintor se fuera a fijar en él, pero al parecer pensó que ambos componían una pareja peculiar. Se alisó la falda del vestido esperando no molestar mucho al artista si no lograba estar absolutamente quieta. Bueno, si quería modelos inmóviles sería mejor que se dedicara a pintar árboles o rocas, la gente respiraba y de vez en cuando se retorcía un poco, a veces en gestos involuntarios. Después de cinco minutos de tantear el carácter de su compañero se decidió a hablar.

- Buenos días. - Le dijo sin mover el ángulo de la cabeza por si el pintor le llamaba la atención. - ¿Había posado ya para un cuadro alguna vez?

No se le ocurrió decir su nombre porque no lo consideró relevante. Era probable que no volvieran a verse y tenía más curiosidad por saber de su temperamento que por su cartilla de nacimiento. A veces Coco no era buena observadora porque tenía demasiada pasión en su carácter. Cuando uno tenía sus propias ideas muy marcadas era difícil no imprimirlas inconscientemente en los demás como si fueran un lienzo en blanco. Desde esa perspectiva le pareció que el otro modelo tenía un cierto aire como torturado y bohemio que le gustó.

- Para mí es la primera vez. - Y entonces sí, después una corta vacilación... - Me llamo Coco.

Tomó aire hondamente y percibió algo además del olor de la hierba y del aire. Era algo que emanaba del hombre sentado junto a ella, como una cierta naturaleza diferente. Un humano normal no habría percibido nada, pero ella era licántropa y tenía el olfato más que fino. ¿Qué era esa impresión? Tampoco podía ponerse a olfatearle la ropa al caballero, así que tendría que quedarse con la duda.

por **Mateo Southgate** Vie Ago 24, 2012 3:27 pm

Los primeros segundos que transcurrieron después de haberse sentado, Mateo simplemente se había limitado a posar sin decir palabra alguna, no quería parecer descortés con la dama que se encontraba acompañandolo a su lado mientras posaban para aquel pintor, solo que como de costumbre, se veía en aprietos a la hora de iniciar una conversación, sobre todo con una persona totalmente extraña, más esta vez corrió con la suerte de ser ella la que rompiera el silencio.

-Buenos días-, le respondió inmediatamente, -la verdad es que es la primera vez que me piden posar para un cuadro, aunque ahora que lo pienso...-, comento mientras se rascaba una mejilla, -de donde vengo nunca me había topado con un pintor, creo que alguna vez a mi amo me comento que quería solicitar los servicios de uno, a fin de que le hiciera un retrato, pero jamás se concreto el proyecto...-

Mateo mientras conversaba trataba de no moverse mucho y evitaba mirar en dirección de la dama a fin de evitar estropear la obra, más no podia evitar mirar de reojo a la señorita, era parte de su naturaleza el ser curioso, algo ironico si se tomaba en cuenta la cohibido que podía ser a veces, pero todo aquel asunto era algo nuevo para el, sus ropajes, el lugar, el pintor, en fin, no había llegado mucho al lugar y ya se encontraba en una situación que si bien no era desagradable, no se la esperaba precisamente, por el momento decidió que lo mejor era dejarse llevar por la situación.

-¿Y usted no sera modelo por casualidad?-, le pregunto con cierto aire de expectación..., al menos dentro de su simplista cabeza, aquella parecia una suposición lógica, a sus ojos una mujer bonita y bien vestida como ella, perfectamente podría desempeñarse bajo aquel trabajo

por **Coco Lamiraqui** Mar Ago 28, 2012 10:06 am

El chico hablaba de su amo, así que presumiblemente trabajaba como criado de alguna persona de dinero. O tal vez no tanto dinero, había mucha gente que contaba con personal de servicio aunque no nadara en la abundancia. Parecía que ya nadie por ejemplo sabía guisarse su comida si no contaba con una cocinera aunque fuera para algo tan simple como freír un huevo.

- Parecía experto porque está mucho más quieto que yo. - Le explicó Coco con una sonrisa traviesa que daba a entender que no era difícil moverse menos que ella. - Cuando me siento en un lugar y me espero en seguida me empieza a picar todo, y créame, llevar corsé no ayuda a la tarea...

Adoptó de nuevo su posición original, decidida a portarse mejor en lo sucesivo para que el pintor hiciera su tarea, pero encontrando aquello de la inmovilidad mucho más aburrido de lo que había sospechado en un principio. ¿Le quedaría mucho para terminar? Seguramente sí, recién había comenzado, pero le había asegurado que era rápido. Posiblemente tendría que serlo si siempre pedía a los desconocidos que posaran para su cuadros, ya que de lo contrario todos acabarían por cansarse muy pronto y al moverse le arruinarían el resultado.

- ¿Yo? ¡No! Dios nos asista. - Se rió con una carcajada cantarina y musical. - Soy costurera, trabajo por encargo haciendo vestidos de mujer y caballero. - Se encogió de hombros. - Sé que no es una gran cosa, pero no está mal, y trabajar por cuenta propia da la ventaja de que una se despierta cuando quiere.

Por lo poco que habían conversado el hombre ya debía de suponer que estaba ante alguien de talante puramente optimista y desenfadado. No había nada artificial en Coco excepto quizá el corsé al que antes había hecho mención.

por **Mateo Southgate** Mar Sep 04, 2012 9:23 pm

Mientras Mateo escuchaba como Coco se reía con su improvisado comentario, penso que tal vez nuevamente estaba diciendo cosas sin pensarlo mucho, era típico de su conducta el no saber decir las cosas de manera muy correcta. Mientras pensaba en ello, el pintor tomo sus pinceles y paletas y se dirigió a ellos diciendoles que podían moverse, mientras se encargaba de limpiar sus herramientas antes de continuar con el cuadro.

Mateo dio un pequeño bostezo mientras estiraba los brazos y movia el torso a un lado y hacia otro haciendo sonar las articulaciones, desperezandose...

Aun recostado contra el árbol, Mateo observaba como como el pintor cambiaba su atención a sus herramientas, por lo que decidió seguir conversando con Coco para pasar el tiempo.

-¿Que tal es esta ciudad?..., la verdad es que llevo mucho tiempo huy...VIAJANDO, viajando, si eso-, comento con una pequeña sonrisa, -y..., pues como decirlo, creo que ya es como tiempo para instalarme..., no se, buscar algún empleo-...., Mateo jugaba con sus dedos mientras hablaba, -tal vez suene extraño, y probablemente nada relacionado con el tema, pero...¿no sabes que tanta influencia tiene la iglesia por estos lugares?, digo..., he viajado bastante y he pasado por lugares con una muy connotada influencia religiosa..., por lo que me da curiosidad como es este lugar también...-

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