Storm [Libre]

por Invitado Mar Ago 28, 2012 9:57 pm

La lluvia empapaba sus cabellos, como si de una figura espectral se tratase, era raro que empezara a llover sobre Paris, una ciudad en la que no tenía nada que hacer y sin embargo se dio a la tarea de comenzar a conocer, se hablaban maravillas entre algunos vampiros, rumores, la cede de cualquier ser sobrenatural, claro Saga estaba atraído dejando huellas atrás como muchas personas. Había algo que aun lo albergaba, su paseo parisino había acabado con una lluvia que describía exactamente lo que debía ser su presencia en aquel lugar, en la zona donde aquellas pomposas residencias se encontraban. Se había quedado quieto viendo en medio de la calle una de las mansiones más cercanas, era enigmática la forma en la que estaba construida los detalles barrocos de cada una de esas estructuras.

De sus labios salió un pequeño quejido más bien era el sonido de una sonrisa demasiado irónica que apenas hizo curvar su comisura izquierda, bajo la mirada, el agua le había empapado probablemente hasta los pies, observó como corría presurosa como un pequeño río buscando la salida para desembocarse en una gran masa, sobre las losetas de piedra que formaban tan elegante camino, olía a todo, perfumes caros, ropa hecha por aquellos llamados de clase baja, ¿Pero qué tenía tan entretenido al vampiro?, eso era un poco ridículo y quizás estúpido, solo se había encontrado con una parte de su pasado que a su vez se tentaba en destapar o dejar sellada de manera permanente.

Pero a lo lejos de sus pensamientos creyó escuchar una voz, quizás no muy afectiva, ni dulce, tentadora eso sí, hablaba de una nostalgia entonando una canción, hablaba de la tragedia de una joven que se había quitado la vida, hablaba de ello con palabras decoradas, no sabía si la voz era de una mujer o quizás de un varón había aprendido que la gente tiene belleza hasta por donde no sea posible, que los rasgos de las personas también denotan el sufrimiento vivido. No se acercó dejo que aquella voz llegará hasta su espalda, no se inmuto ni movió, tenía la vista clavada en el agua, el faro que iluminaba aquella calle entre las casa se fundía con la lluvia que no paraba de caer sobre él.

Escuchó de nuevo y más cerca lo que ya no era el eco sino aquella voz, diciéndole “Apártate del camino que estorbas” pero no lo hizo, quería ver cara a cara de quien se trataba, quien portaba dicha pena, o comprobar si su imaginación solo había pintado notas sobre un cuadro creyendo que un instrumento era dueño de sacar la melodía como una de las artes más preciadas. Necesitaba comprobar que no estaba loco.

por **Bryanna Alixtor** Jue Ago 30, 2012 1:03 am

Pareciera que la noche empeoraba y la lluvia nunca cesara, ¿ese era el único cielo que podía ver de ahora en adelante en Paris?, valla si era deprimente.
Me encantaba pensar en que era otra persona, alguien perfecta que no cometía ningún error, alguien que tuviera un corazón latiente y humano, pero no, ese no era mi caso. Y, pensándolo bien no estaba tan mal, algunas personas matarían por ser eternamente joven, si supieran con lo que cargan algunas personas, mas bien, si yo supiera lo que las personas tienen que pasar para llegar a ser quienes son ahora.
Miles de cosas que me preguntaba en ese momento, mientras miraba la lluvia golpear la ventana del carruaje en el que era transportada hacia lo que seria mi nuevo hogar.
Hogar… cuanto extraño esa palabra, no he tenido una desde que era pequeña. Miraba a peatones caminando por ahí, unos solitarios y otros acompañados, ¿Qué hacen a esta hora caminando por ahí? ¿es que no tienen miedo del peligro?.

Quería sonreír y fingir que la ciudad y su gente eran hermosas, pero la realidad a veces es muy cruel, y simplemente permanecía con mi rostro serio.
Quería recordar la luz del día, pero solo venia a mi la imagen de una neblina tan gruesa y tan gris que reemplazaba el azul del cielo y su sol tan brillante.
Al diablo con la luz, no podía estar lamentándome todo el tiempo si quería seguir adelante con mi sueño. Si la oscuridad me abraza invitándome a pasar, entonces, que así sea. Era gracioso como algunas personas se tomaban las cosas tan enserio, y como después sus vidas terminaran tan rápido, sin siquiera haber aprovechado al máximo los momentos que les quedaban. Yo en cambio, seré por así decirlo, la esposa de la eternidad.

De pronto el carro empezó a detenerse lentamente, me asomé por la ventana extrañada, pues aun no habíamos llegado a casa. No podía ver lo que pasaba con el chofer, pues no había ventana hacia enfrente para poder preguntar lo que ocurría.
-Apártate del camino que estorbas!-: fue el único grito que logre escuchar, espero que no sea algún idiota que se quiera pasar de listo con nosotros y molestarnos.
Tome mi paraguas que tenia alado, la abrí antes de salir, y baje inmediatamente cubriéndome de la lluvia.

Pude notar lo que era la silueta de un hombre parado al frente del carro, simplemente estaba ahí, sin hacer nada. Supuse que algo le había pasado, en eso deje de cubrirme de la lluvia dejando que me empapara por completo aunque me escurriera el maquillaje.

Corrí hacia donde se encontraba aquel hombre e inmediatamente le cubrí con mi paraguas.
-¿se encuentra bien?-, pregunte ciegamente, pues en realidad solo tenia la fe de que fuera un humano común y corriente.
-No es saludable estar expuesto así a la lluvia, se enfermara y se sentirá peor, cosa que no ayudara en nada-.

por Invitado Lun Sep 03, 2012 12:58 am

Todo era diferente ahora, cada cosa, cada sentir, aquello se combinaba perfectamente con la lluvia, los elementos que requería para entrar a esa casa y pedir explicaciones o tocar simplemente y esperar que aquella persona saliera eran cuestión de valor y de palabras desnudas, cosas que deseaba creer, para el vampiro todo estaba claro, esta noche no podía y la lluvia estaba empapándole hasta lo más profundo de la piel, al escuchar esa voz solo giro y sonrío de aquella manera malévola que poseía, pero después una joven vampiresa se le había acercado y por aquel comentario parecía ser una joven y tonta vampiresa ante sus ojos. ‘¿Acaso no podía oler a los de su propia sangre?’ formulo aquella pregunta sobre su cabeza. Pero le observó, en ningún momento sus perfectas facciones se deformaron.

-¿Acaso tu creador no te ha enseñado a distinguir a los de tu especie con la comida? –Refiriéndose a los humanos, simplemente se apartó yendo a donde la farola alumbraba, ahora si se podían ver la cara con mucha más claridad a pesar de sus sentidos, -Tu carruaje y tu mal educado chofer se pueden mover gustosos a su destino ahora que deje de ser ‘un estorbo’ –Se cruzo de brazos y le miro por lo bajo, su piel se torno más fría por la lluvia en plena primavera que se avecinaba en parís. Justo ahora no podía tener la certeza de conocer esa ciudad, pero su primer encuentro después de tantos años, era con aquella vampiresa, que más bien parecía una niña mimada de la alta sociedad.

Saga tiene un carácter feo, espero entiendas. Perdón por la tardanza.

por **Bryanna Alixtor** Jue Sep 06, 2012 11:38 pm

Creí que cambiar de actitud serviría, pero no le veo sentido si las demás personas no piensan cooperar, en este caso no seria una persona cualquiera.
Como pude reprimí las ganas de reclamarle que fuera amable conmigo, fruncí el ceño ligeramente y apreté la sombrilla con ambas manos, pues no quería estar enojada por algo tan simple.
Di media vuelta y camine hacia donde estaba mi chofer. –William, puedes retirarte a casa, lleva las maletas yo llegare después-. En eso solo vi como se marchaba obedeciendo la orden que le había dado sin pedirme razón alguna. Me acerque de nuevo a aquel tieso vampiro, pues me quedo perfectamente claro lo que había dicho.

-Así que ese es el olor a muerte que sentía desde hace rato- le dije con un tono alegre y una ligera sonrisa en mi rostro. No pretendía ser grosera con el, pues era uno de los primeros vampiros que me encontraba en la ciudad, y quizás me pueda enseñar un poco de el. ¿Cuántos años tendrá? ¿Quinientos?, ¿quizás mil? Eran las preguntas que no podía evitar hacer en mi mente. Limpie el maquillaje que chorreaba de mi rostro con las mangas del vestido que llevaba para no parecer un payaso –No pretendo molestarte, pero, ¿puedo acompañarte por esta noche? Prometo no ser una carga -. En realidad no se de que me servia estar con el, pero estaba harta de ser la típica niña rica, quiero ser cruel como un monstruo sin piedad alguna ante los demás, y si ese es mi deseo, entonces así sera. Si me llega a rechazar entonces no me importa, le seguiré aunque el no lo quiera.

-¿puedo preguntar a donde te diriges?¿porque estabas solo en la lluvia?¿porque eres tan alto?¿No tienes hambre?, puedo conseguir comida si quieres…- Le preguntaba mientras me acercaba a el y me paraba de puntas para ver su rostro mejor, no podía parar de preguntarle cosas, era tan misterioso para mi ver a una persona así.

Descuida se lidiar con malas actitudes

por Invitado Mar Sep 25, 2012 2:36 am

Enarcó una ceja viendo aquel carruaje irse a toda prisa de aquel lugar, ‘Saga esa chiquilla será un estorbo en tu camino’ De nuevo aquella voz susurrándole como si de verdad pudiese serlo, sabía que la actitud contaba mucho para que las personas pudieran entablar una conversación decente con él, pero se negaba a cooperar porque su personalidad era así, siempre lo fue y eso era difícil de cambiar. Apenas se movió unos pasos, pero no demasiado, vio aquel lugar por última vez y en sus comisuras se trazaron unas líneas formando esa sonrisa malvada. ¿Y aun lo preguntas? –enarcó una ceja y se burlo un poco de ella –No, seguro lo que oliste fue una de las tantas ratas muertas que están en los callejones, porque mi olor es más refinado –Añadió de manera sarcástica. Viéndola después con esa sonrisa bobalicona que tenía.

Se separo lo más que pudo y comenzó a caminar –Anda entonces, vamos a enseñarte a comer, a ser una vampiresa hecha y derecha y no una estúpida dama de sociedad, eres una bestia ¿entiendes? –le vio sobre el hombro como si fuera él su maestro, per le molestaba que los vampiros se sintieran aun humanos pero con poder, lo que era erróneo, eran bestias, eran animales, estúpidos engendros de la madre muerte y eso nadie parecía entenderlo. Esa chica parecía una de ellos, no había diferencias a decir verdad. –Sí, sí, nadie es una carga y deja de preguntar tan atropelladamente se más educada con los de tu especie, a veces puedes insultar a los que son más sabios y demás edad –Murmuró por lo bajo con la voz totalmente autoritaria.

Se detuvo para ver bien los callejones, entre esa zona residencial y entonces se fue lentamente entre uno de ellos lo le importaba demasiado si ella le seguía o no. –No me dirigía a ningún lado, estoy vigilando a alguien como parte de mi trabajo cosa que es personal y secreta así que no preguntes más o te haré pedazos. Soy alto porque así soy, un metro ochenta y cuatro centímetros si querías preguntar. ¿Hambre? A diferencia de tu que eres joven yo requiero menos alimento –finalizo llevándola hasta el centro de parís donde la gente empezaba a abarcar pos esas zonas.

Lamento la tardanza, estuve haciendo unos packs a algunas personas
y me llevó días y no pude responder.

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