Vidas perdidas, vidas salvadas, sangre pulsante (Emmeline)

por **Beatrix Delaga** Miér Ago 29, 2012 11:43 am

La noche...¿acaso podía enamorarme más de la noche? Los vampiros no veíamos otra cosa más que la noche, la luz del sl estaba vedada para nosotros para el resto de la eternidad, pero sin embargo a muchos no nos importaba. Habían comenzado incluso a olvidar en parte al astro rey. A veces recordaba incluso una de las frases que había leído en Romeo y Julieta, que en cierto modo me evocaba este amor por la noche, cuando Julieta ve a su esposo muerto y dice *coged su rostro y colocadlo en miles de estrellas, entonces el mundo entero se enamorará la noche y dejará de adorar al estridente sol" así era lo que sentía por la noche misma.
Aquella noche en concreto caminaba por la plaza Terre sedienta, en busca de víctimas, como siempre. Una nada más, aunque quizás me diera por saciarme con otra, todo dependía de lo que me encontraba. Llevaba un vestido rojo, elegante, y caminaba entre la gente como una mortal más, esperando escoger la víctima apropiada. En París se estaba volviendo muy fácil. La enfermedad, la epidemia, la muerte, eso te permitía incluso poder tomar víctimas que no fueran mendigos o vagabundos, quienes habían dejado de ser mis víctimas hace mucho tiempo. Hacía demasiado que me había cansado de esa sangre.
Me pasé la mano por el cabello suelto, y sonreía con cierta dulzura, casi aparentando la edad con la que había nacido al mundo de la noche.
Y entonces la vi. Vi a mi víctima, a aquella cuyo olor y cuyo pulso bajo su cuello me atrajo como el canto de una sirena: un joven de clase media que andaba solo como yo por la calle, yendo vete tú a saber dónde. Pelo rubio, ojos grises, bastante bello, la verdad.
Me acerqué a él y le conté que andaba perdida...que no sabía dónde estaba. El caballero pareció tragarse mi teatro, y le arrastré hacia un árbol para que no nos viera nadie.
Pero seguí charlando con él. Un rato más alargando aquel juego.