Extinguiendo vidas {Privado}

por **Artemisa De Witt** Jue Jul 09, 2015 9:49 am

La apretó contra su cuerpo, presionando sus labios sobre los de ella, poseyéndolos, mostrándole algo que ella jamás había imaginado. Sus labios, firmes y cálidos, juguetearon con los de ella, tentándola hasta hacerla jadear. Él captó el sonido con su boca y aprovechó que había separado los labios para acariciárselos con la lengua, saboreándolos hasta que ella no pudo soportar la tensión. Intentó leerle los pensamientos y, justo cuando pareció que la joven no podría sostenerse sobre las piernas, la abrazó con más fuerza y profundizó el beso, cambiando la presión. Ahondando todavía más y acariciándola con firmeza.

Y ella se perdió mientras él continuo jugando.

Ella agrandó los ojos sorprendida por las palabras. Cuando él capturó el pecho con la boca, fue ella la que contuvo la respiración. Notó que le rodeaba la punta del pezón con la lengua antes de cerrar los labios y succionar, trabajando la dura cima con la boca y los dientes hasta que ella gimió sin contención y él tuvo que sujetarle la cabeza con las manos, aferrándose a sus cabellos.

Ella había perdido la razón, vendarse los pechos, huir de noche para encontrarse con su amante ofreciéndose como cualquier mujer de la calle en una esquina. Regalar su virginidad en una mugrosa hostería a mitad de la nada con un hombre que no sabe realmente quien es. Escogí bien, una señorita de la alta sociedad sucumbiendo al vividor de mi sobrino la cual esta posellendola como un animal en ardor.

Él me mira y devuelvo la mirada “recargada” en el marco de uno de los ventanales Afirmo sin expresión alguna. El juego debe continuar. Siempre el mismo: Yo escojo la presa, obtengo lo necesario y es momento de que él entre en acción. Ambos obtenemos lo que deseamos, tierras, dinero, joyas, él a mi corpórea para poseerme en cuerpo una vez más saciando su enfermizo deseo sexual por mí y yo, por supuesto que obtengo algo… un momento más de aquella vida que jamás regresara.

por **Artemisa De Witt** Mar Ago 25, 2015 1:16 pm

Salvajismo, demuestra ser un simple animal sin perdón ni dicha ni vergüenza, sin compacion alguna con tal de obtener lo que su podrido e insano anhelo reclama. Dos sádicos cómplices, eso cree que somos, cuan equivocado puede estar un hombre ¿Acaso entenderán que es la voluntad de una mujer lo que siempre se hace? Estúpidos corderos que siguen a su pastora con ojos cerrados para alimentar nuestros más desequilibrados deseos, por más podridos que sean. Lo único que puede hacer es mantenerme atada, es lo único que logra de mí. Incesto solo es una palabra subjetiva ¿Acaso se aplica pese a que he dejado esta vida?... su mas grande e inalcanzable obsesión. Pude que me tenga pero jamás le perteneceré, no como el cree que lo soy, así que al escucharle.

Me muevo de mi lugar, flotando como el viento, deslizándome hasta estar junto a ellos. Él continua con su recito salvaje y osco arremete contra ella con fuerza haciéndola gritar desesperada hasta el punto de que se pierda en placer puro quedando semi- inconsciente después de ser arrebatada su virginidad con tan poca sutileza engaños y nada de amor de por medio. La miro detenidamente escuchando a mi sobrino jactarse de las aberraciones que acaba de hacer… Deslizo las incorpóreas manos alrededor del desfallecido cuerpo que agoniza sin saber hasta introducir mis manos traslucidas en su cuerpo, absorbiendo su vitalidad poco a poco hasta el punto de comenzar a desprender su alma que arranco en gritos que nadie más que yo escucha, se resiste pero no hay quien logre conmigo, tanto tiempo y nadie ha logrado permanecer y mucho menos sobrevivir. Hermosa y delicada tan frágil como una flor falleciendo en un cruel invierno. Me toma de los largos cabellos sintiendo esa hermosa sensación de renacer en cuerpo más no en alma…

… vuelvo a sentir, poco a poco, sus dedos enredarse entre los cabellos, sus manos tocándome, el masculino cuerpo que desprende calor y aroma a sexo pegado al mio –Me gustan muchas cosas Ares… Tu cuerpo entre ellas, el mirar cómo te follas a jóvenes estúpidas enamoradas, como arrancas su inocencia… pero sobretodo mirar sus almas aterradas al absorberlas y saborear al obtener de ellas aquello que me pertenece por derecho– mis manos se vuelven tangibles. Esta impaciente, por supuesto yo no llevo prisa y esta vez no será tan fácil como las otras veces –Dime … ¿Qué sentiste al entrar en ella? ¿Te gusto sentir cuando se corrió? Háblame y dime cada detalle– pido girando mi rostro de espaldas a él hasta alcanzar sus labios y besarle.

por **Artemisa De Witt** Mar Mar 22, 2016 8:33 pm

Sonrió deleitándome con el espectáculo. Claro que me gusta lo que veo, tan desesperado y deseoso, obsesionado, apostaría mi vida una vez más al afirmar sin equivocarme que cada que entra en una doncella piensa en mí, que cada que posee un cuerpo femenino imagina que es a mi a quien posee tan desesperado y descomunal… solo es sexo, un simple acto carnal que después de morir se vuelve vano por momentos. En si todo se vuelve relativamente extraño comenzando por el simple hecho de no ser mi cuerpo.

Su cuerpo aun se mantiene caliente, casi puedo sentirme del todo completan, casi puede ser mi cuerpo, pero solo casi, nunca podre sentirme del todo viva nuevamente ya que mi propio cuerpo háyase pudriéndose en Grecia desde hace años. El beso en el dorso de mi ahora mano me hace mirarle atraves de los ojos castaños, los cueles no son de ella. Pero es tan joven y ahora ambos podremos acceder a la fortuna de la joven. Lo cual resulta desesperante al tener que comportarme todo lo contrario a lo que soy, una exótica flor cubierta con la seducción de la diosa Aphodita y adornada con el peligro de una quimera.

Somete este cuerpo débil, sus manos en mis muñecas asediándome sobre la cama, su rostro deleintandose desde el cuello bajando sin discreción por los senos turgentes que se mostran seductoramente, altos, llenos listos para ser tomados; su aliento roza contra la carne descendiendo que con el índice parte de ellos y lo untó sobre el sexo –No me gustan los caballeros y mucho menos en la cama– exclamo algo que sabe de sobra después de lo que ha hecho con mi alma y tantos cuerpos es mas fácil que él se sonroje a que lo haga yo. –Lo sabes perfectamente querido sobrino–

Me quedo tendida en la misma posición mientras Ares acomoda los puños de la camisa para tener una presencia más digna según él. Una mania que no puede evitar. Sonrió desechando de inmediato el trato que propone. Tan idéntico a mi, claro, tenia que salir a su hermosa y querida pero manipuladora y maldita tía.

Escucho sin que ralamente me importe. Lo hago porque se que a el legusta contarme tales y morbosos sensaciones. Sonrio sin mirarle. Si lo sabre, se que se “Siente” al haberlo poseído en alguna ocaicone mientras realizaba el rito para poder hacernos de una joven Francesa hace unos años. No era algo que me gustaría repetir aunque a el pareciera facinarle a mi no. Suspiro fastidiada poniéndome de pie aventándole el fondo de la ahora muerta Lady Doŭcęt.

–Acabas de obsequiarme este cuerpo y ya estas dándome ordenes– alzo la voz áspera y molesta parándome frente a él cruzando los brazos debajo de los exquisitos senos –Es el colmo Ares– le miro con reproche. Hacer que la escuincla callera fue tan fácil pare el. Mientras yo hago el trabajo pesado Ares simplemente llega se las folla y después me da ordenes –Sabia que después de un tiempo solo me ultilizarias, debo comenzar a buscar algún otro brujo que se preocupe por mi espíritu y no solo por el provecho que puede obtener… JA! Pero claro– doy media vuelta ofreciendo las nalgas redondeadas de la niña –Es lo que gano por ensearte. Has aprendido bien pero es momento de que nos separemos. Esta es– me gire inclinándome sobre el apollandome en sus rodillas –La ultima chica con la que te ayudo– susurro sobre sus labios acariciándolos.

por **Artemisa De Witt** Dom Jul 24, 2016 5:57 pm

Degusto la carisia proporcionada por mi sobrino, su arrebato y su pación. No respondo y disfruto de su beso, alucinante, mejor que cualquier droga, sus labios succionan los míos, sus dientes muerden con fuerza sin lastimar. Mas, mas y más, así mi buen y caliente pariente ¡Mío! ¡Mío! ¡Y solo mío! Ares siempre fue, es, será mío por la eternidad hasta que yo lo diga. Suspiro moviéndome cual gata caprichosa revolcándome en la cama, ronroneando ante al actitud de poder y control que me ofrece. El me somete y yo digo hasta donde, de no ser asi el juego acaba y el que siempre sale perdiendo es el pobre brujo que cree tener el control en todo momento. –Un poco mas – susurro cerrando los parpados dejando que el continúe con su espectáculo y monologo. –Sabes perfectamente que lo que ha… hagas… cuando esto acabe no me incumbe ah ah ah ni mucho menos ah ah me interesa – me incorpore pegando el cuerpo al de él de frente haciendo que me tome de las nalgas y comienzo a frotarme mas y mas –Muchas y no me canso de verte – pega los labios a los de el sin pensar en besarlo –Desnudo, pensando en mi, deseando esta alma mientras te derramas y yo no puedo saborear tu esencia, esa semilla espesa y caliente malgastada – saboreo la gota derramada en mis labios –Ares – susurro con mi voz, aquella voz que escucho tantas veces de niño, aquella voz que gimió junto a él la única vez que pudo tenerme en cuerpo y alma. Bajo las manos y desabrocho el pantalón tomando ente estas su fuerte, dura y necesitada erección masturbándolo –La ultima castaña – y el juego comienza al alejare de mi.

–No me lo digas, aslo, follame Ares – pido. Esta niña se pudrirá si me sigo dejando llevar. Grita pero se mantiene en un alejado lugar a punto de desaparecer. Absorbo de ella todo cuando deseo y la figura de la tonta castaña cambia ligeramente, parece ser que mi figura fantasmal se muestra a través de ella. Los pechos altos y voluptuosos, largas piernas torneadas coronadas con las caderas anchas y un terrier completamente envidiable. –Te necesito Amor – me recuesto y giro ofreciéndome en cuatro –¡Ahora! – exijo. Esta niña nos va a durar menos que la ultima.

Salvajismo, demuestra ser un simple animal sin perdón ni dicha ni vergüenza, sin compacion alguna con tal de obtener lo que su podrido e insano anhelo reclama. Dos sádicos cómplices, eso cree que somos, cuan equivocado puede estar un hombre ¿Acaso entenderán que es la voluntad de una mujer lo que siempre se hace? Estúpidos corderos que siguen a su pastora con ojos cerrados para alimentar nuestros más desequilibrados deseos, por más podridos que sean. Un deseo que sera alimentado en este mismo instante.

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