Caden Z. Lemacks

Perfil Psicologico

19APARENTES/38REALES

>BISEXUAL

LONDRES, INGLATERRA

CAMBIAFORMAS

CORTESANO, CLASE BAJA

Prepotente, egocéntrico... son dos palabras que pueden definir a la perfección la forma de actuar chulesca y orgullosa de Caden. Acostumbrado a ser el centro de atención y el ombligo del mundo, hace todo lo que puede por destacar, por ascender por encima de los demás y demostrar que la pasta de la que él está hecho, es mejor que la de los demás. .. incluso sabiendo que los cortesanos como él son el último eslabón de la cadena social. Se burla de la gente que considera inferior, los trata como si sólo fuesen insectos, meros peones en el tablero de ajedrez que él maneja a placer. No busca amistad con nadie, sólo compañeros de conveniencia, seres infelices que puedan serle de utilidad en sus planes y pesquisas para el futuro. No habla demasiado, no tiene buen humor, pero las escasas palabras que dice siempre están cargadas de odio y resentimiento hacia el mundo... un odio que nadie puede explicar, quizás porque no conocen su situación presente y su atormentado pasado. Con un ego y un orgullo más hinchados que un zepelín, no deja que nadie lo pise, que nadie lo haga a un lado o que le robe el protagonismo; en su interior nacen unas ansias ciegas por conseguir todo lo que quiere, como un niño caprichoso, inmaduro, al que arruinaron su infancia antes de que llegase a vivirla del todo.
No se ata a nada ni nadie, se considera un espíritu libre que sólo tiene que centrarse en sí mismo, sus problemas y sus objetivos. No se preocupa en nada por los demás, ni siquiera ha tenido relaciones de pareja a pesar de su apostura y de su buen ver... obviamente es peculiar en más de un sentido. Se pasa el día recordando a los demás que él es superior, un dios entre mortales, y que por lo tanto deberían estar besando el suelo que pisa, y no criticando cada uno de sus pasos como si hiciese algo mal. Es incapaz de percibir sus propios fallos o de pensar siquiera en el mal que puede ocasionarse a sí mismo o a quienes le rodean con esa actitud autodestructiva y pueril, que sólo contribuye a meterlo en problemas. Es fácil enfadarlo, hacerlo enojar por una tontería... o pincharlo. Tiene un carácter irascible e inestable, difícil de controlar que lo convierte en una persona poco fácil de predecir... y quizás esa sea una de sus mejores bazas para meterse con los demás: la sorpresa.
Claro, conciso, sin tapujos... no duda ni un sólo segundo en gritar a los cuatro vientos lo que piensa en ese momento, pero jamás ha dejado entrever lo que realmente siente. Tras esa coraza de príncipe de hielo y malcriado muchacho, se esconde un corazón que ha sido herido y abusado demasiadas veces, y que se cubre con una alambre de espinos para que nadie vuelva a traspasar sus fronteras y dañarlo otra vez. Desconfiado, se rodea únicamente de personas que no le importen nada, que no le supongan un obstáculo y que no impliquen en él sentimientos que no pueda controlar. Pocas personas ha habido en este mundo capaces de acercarse a él lo suficiente como para poder juzgarlo conociendo todas sus facetas y su vida personal, así que... se limita a pasar, caminar arrasando y apartar a quienes quieran interponerse entre él y su destino.
¿Qué puede esperarle a un cortesano tan... especial?

Aspecto Físico

Caden es un joven atractivo, y lo peor es que lo sabe y saca el mayor partido posible a su asombroso físico para conseguir lo que quiere de los demás. Su piel tiene un matiz ligeramente tostado, no demasiado oscura pero tampoco clara como la leche o el mármol. Ninguna imperfección la marca, ya sean cicatrices o marcas de nacimiento. Su cabello es oscuro, de un castaño que casi roza lo negro, muy brillante; lo lleva algo más corto en los laterales, y largo en la parte superior, donde se le forman pequeñas ondas. Pero quizás sean sus ojos lo que más llame la atención de todo el conjunto, de un color mezcla entre azul, verde e incluso algo grisáceo; su forma es almendrada, algo rasgada en los extremos y bastante bien definida por unas espas pestañas oscuras que intensifican aún más su mirada, clara y brillante como el mar. Su cuerpo es esbelto, con un físico cultivado, de músculos marcados pero tampoco en exceso; bien mirado, se trata de un muchacho de complexión delgada que ha trabajado mucho su organismo para conseguir ser apuesto. Sus manos son delicadas para ser un hombre, además de sus pies. Todo en él parece denotar elegancia y peligro a partes iguales. Suele vestir ropa arreglada pero fácil de quitar… el trabajo es el trabajo.

Preferencias e Historia

- Gustos -
La soledad
La música
El fuego, siente fascinación por él
Rebelarse contra todo y todos
Los sabores picantes, fuertes
Los largos baños de agua caliente
Los espejos

- Disgustos -
Los niños
Los gritos, ruidos fuertes
El desorden
La debilidad en los demás
Las normas y las reglas, que le digan lo que tiene que hacer
Que lo toquen
Que intenten averiguar cosas sobre él
La gente que se cree superior a él

- Manías -
Morderse el labio inferior
Frotarse el mentón cuando piensa
Desabrocharse las camisas y llevar algo caídos los pantalones

- Imágenes de Cambiaformas -
Leopardo de las Nieves
Tigrillo
Cría de Gato Siamés

- Otros -
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Un bebé suele llegar cuando la unión de dos personas está establecida, acordada… cuando esas dos personas saben que se quieren y que desean formar juntos una unida familia. En esos casos, el niño llega a un hogar rodeado de cariño, amor… y deseo por parte de sus familiares de que forme parte de ese mundo. No fue este el caso de Caden. Su madre, era una bella actriz, protagonista de miles de obras y desfiles, cobraba grandes cifras de dinero y tenía un séquito de admiradores que la perseguían por doquier. El padre de Caden fue uno de ellos. Ya por aquel entonces, estaba completamente entregado al alcohol y la mala vida, pero por desgracia su mente tenía otra obsesión más: Laurie. A sus ojos de borracho, ella era como un ángel, y deseaba tenerla a toda costa, a pesar de lo que la gente pudiese decir u opinar. De ese modo, la siguió hasta uno de los eventos que dio en Estados Unidos… y a la salida, aprovechó uno de los descuidos de los guardaespaldas para arrastrarla a la fuerza y violarla en un vulgar callejón. La pobre mujer se resistió todo lo que pudo, pero a pesar de su estado ebrio él era mucho más grande y más fuerte… y no pudo hacer nada para salvarse de esa humillación. Dos semanas después… se enteró de su embarazo, y contra todo pronóstico siguió adelante con él, pues consideraba a ese niño no como el hijo de su violador… sino como el suyo propio.
Cuando nació, lo cuidó durante sus dos primeros años de vida… pero después la tragedia volvió a agitar los cimientos de esa peculiar y pequeña familia, y Laurie sufrió un accidente que le costó la vida. El niño habría quedado huérfano de no ser por las autoridades, que dieron con el paradero de su progenitor y sin importarles demasiado los antecedentes del hombre, se libraron del crío y lo dejaron con su padre borracho. Este jamás cuidó del niño. Sus compañeras de cama esporádicas eran quienes lo alimentaban y cuidaban, mientras él iba a apostar en carreras de perros o a beber en cualquier bar de la esquina. Cuando Caden cumplió los diez años… su padre, Morgan, encontró la solución para deshacerse del niño y quizás vivir mucho mejor. Lo entregó a unos mercaderes de esclavos, gente que pagaba dinero a cambio de personas débiles e inocentes que entrenar para sus futuros clientes. Morgan recibió unos cuantos miles de dólares a cambio de la vida y la libertad de su hijo pequeño, algo que para él era un precio insignificante.
Así, desde los diez años, Caden fue entrenado en el arte de la esclavitud. Lo señalizaron en zonas secretas y erógenas con piercings y otros cambios de apariencia que sería mejor no mencionar… y tras un tiempo intentando controlarlo, once largos años, se vieron obligados a entregarlo en el burdel de París para saldar algunas deudas. Jamás lo tocaron más allá de los golpes y manoseos… sigue siendo virgen, aunque no puro… y sigue siendo atractivo. Algo que seguramente… lleve a más de uno o una a querer catarlo.

- Familia -
-Morgan Fresson: Su padre, un borracho, alcohólico… Nunca quiso a su hijo, y nunca lo buscó de nuevo tras venderlo.
-Laurie Lemacks: Su madre, falleció cuando su hijo tenía dos años, y apenas la recuerda.