Fragancias Nocturnas....(Arek Monteviour)

por **Esmeralda Van Ellen** Mar Jul 20, 2010 9:37 pm

Vestida solamente con un vestido a tirantes blanco de seda y afirmado con un corsé negro que destacaba sus curvas femeninas, corría por los lares del bosque, un frondoso y hermoso bosque, que poseía arboles inmensos y flores de imposibles colores, que a la luz de la luna y con la brisa de la noche, alzaban una poesía de fragancias las cuales Esmeralda disfrutaba plácidamente. No le molestaba estar descalza, es más, le gustaba sentir bajo sus pies las plantas, provocandole cosquillas.
Aminoro el paso y llegó a una pradera, la cual era iluminada completamente por la luna, esa noche, llena.
La pradera estaba invadida por jazmines y margaritas blancas, más unos cuantos suspiros color morado que la hechizaron por completo. Sin decir palabra ni susurro, comenzó a caminar lentamente entre las flores, dejando que la luna la bañara con su gloria plateada.

por **Arek Monteviour** Jue Jul 22, 2010 4:03 pm

Nuevamente me encontraba sumergido en la profundidad de un atrayente y magnánime bosque. La delicia al recorrer sus enigmáticos rincones no puede ser comparada con absolutamente nada, me envuelve delirantemente en sus aromas, fragancias, colores y demás cosas que no se pueden describir con un par de palabras más. Me dejé guiar por los pies que se encontraban caminando impacientes, redescubriendo aquella belleza natural, tan impactante y espléndida que me permitía sentirme como en casa, un hogar que perdí hace mucho tiempo.

Esquivando rocas, ramas, troncos, atravesé la obscuridad de aquel siniestro aposento para una alma empedernidamente natural como la mía. Aspire el aire tan húmedo de sus entrañas sintiéndome sumergido en un mundo alterno, atrapado en una bella poesía. Por entre las ramas de aquellos frondosos árboles se podía divisar una perfecta luna redonda, plateada, maravillosamente hermosa. Me cautivé desde el momento en el que la observe estática en el firmamento, mis pasos continuaron hacia adelante jamás hacia atrás pero la mirada, la mirada se me quedo en el esplendor de mi Diosa la Luna, sin saber como endemoniados fue que llegue hasta allí salí a un hermoso prado dónde las flores yacían del suelo con magia propia, el dulce encanto de una noche plateada en compañía de la soledad ó ¿Me equivocaba? A un par de metros de distancia logre darme cuenta de la presencia enigmática de una mujer “¡¿Una mujer?!” Sonreí para mi mismo llevando una de mis manos hasta la nuca, se veía tan grácil por debajo del abrigo plateado que la luna le brindaba en esa noche. Me quede completamente inerte admirando el esplendor de aquella extraña, una ráfaga de viento se deposito gentilmente en sus cabellos, haciendo que estos desfilaran con majestuosidad por su cuello y/o espalda – Simplemente hermosa – Musite sin afán de interrumpir el silencio y la travesía de la dama pero en aquel desolado lugar hasta la caída de una hoja podría escucharse, un lugar tan pacifico, reconfortante y ahora en compañía de dos extraños que podrían ser más que eso.

por **Esmeralda Van Ellen** Vie Jul 23, 2010 6:33 pm

Sumida y hechizada completamente por la hermosura de la luna y la pradera, Esmeralda se dejó llevar por los recuerdos, los recuerdos de niña, en los que estaba con los suyos. Cada noche de Luna llena hacian bailes, donde su gente olvidaba las penas y el rechazo de la sociedad hacia ellos y bailaban, siendo felices por solo unos instantes. Pero eso era pasado. Esmeralda ahora estaba sola, debia valerse sola.
Cerro los ojos y suspiro de placer, para luego abrirlos y ver el efecto que hacia la luna a su piel. Si ya era palida, a la luz de la luna su piel era casi eterea. Se acaricio los brazos delicadamente, como si fuera un niño y acabase de descubrir algo brillante y nuevo.

Todo se rompio al escuchar aquel murmullo de ronca y profunda voz.. Se dio la vuelta lentamente, buscando al dueño de tal murmullo y ahi estaba, un alto y viril hombre que la miraba atentamente, un hombre fornido y de cabellera oscura que la podria envolver con un solo brazo. Sonrió de manera dulce y respondio involuntariamente al murmullo de aquel hombre.

-Si...La noche es simplemente hermosa- estuvo de acuerdo, disfrutando de la pequeña brisa calida que corria, refrescando sus mejillas levemente sonrosadas.
Se agachó y corto delicadamente un blanco Jazmin, acercandolo a su nariz y acariciar con aquella hermosa flor sus labios.

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