Reflexiones nocturnas

por **Marie-Thérèsé Signoret** Jue Mar 02, 2017 6:58 pm

Un día mas había llegado a su fin, marcando de nuevo el fin de mi jornada laboral. A pesar de que no había pasado mucho desde que había cambiado de casa y de jefe, no me había costado mucho el adaptarme de nuevo a la niña a la que tenía a mi cargo, ésta era un verdadero cielo, trigo de otro costal resultaba ser el padre, pero tampoco me gustaba pensar mucho en él, no cuando en aquello que hacía referencia a ese hombre no llegaba a comprenderme ni a mi misma. Dejando escapar un suspiro pensativo, observé el claro cielo estrellado desde la pequeña ventana de la casa en la que me había criado; si, ésta se encontraba al otro lado de ciudad en referencia a dónde trabajaba ahora y si, en mi anterior familia había sido interna y había vivido con la familia, estando siempre cerca de los niños a los que cuidaba; pero fuera de la reticencia que había sentido en un inicio, ahora prácticamente me sentía aliviada de alejarme cada día de la casa y poner toda una ciudad de distancia. ¿Qué era lo que me afectaba tanto? No lo tenía para nada claro y tampoco era algo que quisiera pensar y analizar para descubrir algo que no me gustara saber.

Intentando apartar eso de mis pensamientos, cogí una prenda de abrigo y me dispuse a dar un breve paseo al amparo de la noche y disfrutando de la brisa nocturna con la simple intención de despejar mis ideas. Las calles se encontraban tranquilas, no había nada que pareciera o pudiera parecer una amenaza, pero aún así, preferí no alejarme mucho de mi casa, moviéndome por lugares lo suficientemente iluminados y amplios. No era que tuviera miedo a la noche, pero después de la muerte de mi padre, años atrás, había empezado a ser cauta y precavida en relación a aquello que pudiera salirse de lo que uno pudiera considerar la zona de confort y seguridad. Realmente nunca había sabido cómo había pasado ni cómo había muerto, nadie me había dado mas detalles sobre el suceso ni yo había pedido mas información al respecto; simplemente había asumido que le habrían atacado yendo por la calle y el resultado había sido ese. A pesar de que, con el tiempo y después de la muerte de mi madre éste había cambiado radicalmente conmigo, me había alejado de su vida y se había convertido prácticamente en un desconocido para mi, alguien que vivía bajo el mismo techo que yo pero del que apenas sabía nada.

Eran años los que habían pasado y en los que siempre había intentando pensar lo mas mínimo en ello, pero eran las noches cómo esta; en las que me daba por salir a dar un breve paseo nocturno con la intención de despejar mi mente y alejarla de cualquier preocupación que pudiera morar en ella que ésos recuerdos volvían a mi, cómo si realmente intentaran decirme algo, cómo si quisieran y desearan que les encontrara un significado diferente al que habían tenido para mi durante todo ese tiempo. Dejando escapar un suspiro, intenté apartar mi mente de esos recuerdos también y volví a fijar mi mirada en la inmensidad del cielo estrellado, quedándome por unos momentos, absorta en estos, y finalmente dejando de pensar en nada mas que no fuera admirar la belleza y magnificencia del cielo nocturno del cuál solo podía disfrutar de forma ocasional y las pocas veces que salía a dar un breve paseo bajo la luz de la luna.