Trato perpetuo...(LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)

Mis planes a partir de aquella fría y helada noche de primavera debían llevarse acabo, la venganza correría por la sangre del desdichado mago que arruino mi vida con destruirla la de la mujer que mi dió una parte de mi vida.
Por el momento dejaría al estupido y engreido detective que seguía mis pasos desde Sussex por un tiempo, jugar era divertido pero debía recordar que en París tenía otro cometido importante, ¿No era importante que Camelot resurgiera vivo y con más fuerza en una de las zonas más bellas del mndo Europeo, a mi visión la belleza crea y sostiene el poder.... poder que será solo mío.
La primera jugada sería mandar un pequeño mensajillo con la neofita que el mago creo, ¿Pero que tonto se prestaría para mi cometido?, solo alguién que no estuviese del todo cuerdo, que de él emanará el sentimiento puro de la maldad, de la muerte por diversión, para mi desgracia solo haye a un bufón que no parecía pese a su vestimenta ser del más fino gusto elegante, pero era él o nada.
Su nombre ni yo lo sabía, al conocerle medio un acertijo para que encontrará la respuesta que me llevaría a su nombre, poco tiempo tenía para eso, simplemente le dí un pagaré para que enviara mi mensaje con sus amigos de gustos vulgares e indecedentes.
Hoy me daría los resultados de mi fabuloso plan para enviar la adevertencia, ya que no podía llevar a ese sujeto a un restaurante fino debido a su... demencia, lo cite en un lugar acorde a sus modales...
La taberna parecía un buen sitio, para evitar ser vista pues no dudaba que el detective inglés y su sabueso dieran con mi paradero me sente en la mesa más escondida del lugar el mesero se acerco con aires de ser más que mi sirviente -traeme una copa de vino y cigarrillos de la mejor calidad pisble- me miro extrañado -Tengo suficiente dinero para pagarlo y sutilezas para quién me lo sirva- sonreí malevolamente- el mesero sonrio ventajoso dirigiendose a la barra -Anda que tu paga te espera- dige guiñandole el ojo, las cosasa en la mesa me ayudarían a aperentar ser humana o algo parecido,mientras le esperaba, la hora de la cita estaba en el filo, el sabía que tenia que venir.... una amenaza que atentaba contra su vida incluyendo la profesional y la tentación que provocaba era mucha para él, una bella mujer, un vestido bien ajustado a la figura, un escote pronunciado y una buena paga por el trabajo realizado.
El mesero regreso con todo lo que pedí -Eres un amor me has complacido, espera a que termine mis negocios y después seremos tú, yo y la copa- le susurré al oido seductoramente,me ofreció fuego para mi cigarrillo y finalmente me dejo sola para que pudiera esperar al famoso acertijo vampirico quién no debía olvidar la alianza que hariamos ambos para revolucionar París, la parte del reino que le correspodería si mi reino regresaba a la vida haríamos un trato perpetuo.

-¡Vaya ciudad llena de fantasmas!- pensaba yo mientras titubeante y desbordante de risas caminaba por las principales calles de París para llegar a la taberna, me deuteve como cinco minutos contemplando a una joven hermosa, le pinche el brazo con una aguja, respingó a instante -¿No eres un fantasma verdad?- le pregunte intrigadamente -Bueno yo... monseu...- negué con la cabeza -No te preocupes no le diré a nadie que los fantasmas sienten y respingan- decía mientras lo anotaba en la pequeña libretita -Toma fantasmita una pequeña florecita- le ofrecía la margarita, mientras hacía una reverencia sonrientemente, la tomó en sus manos y me fui alejando lentamente -¡Interesante!, también el acido en las manos les hace daño- anote entusiasmado y continué mi camino bailando alegremente.
Mire la estructura de la taberna, contemple como la gente entraba y salía, unos borrachos y otros acompañados de los cuales muchos de ellos eran abusados por las mujeres, mire sorprendido a una victima del extremo derecho de la taberna -Violadora- dije ingnado, cuando alguién desvió mi vista -¿Tu quién eres?... ¿El fantasma de las navidades futuras?-, el sujeto fornido y alto se me acerco, primero me aclaro lo que hacían esos dos, después hable largo y tendido con él, ahora recordaba que era uno de mis más fieles socios, me había informado todo cuanto había sucedido con el trabajo que le encargue -¿Resulto mal?- pregunte asustado y con la mirada perdida en el piso -Creo que metí el guante- atragante saliba -Quedate aquí por si me tienes que enterrar- respire profundo y me adentre a la taberna.
Después de recorrer unas cuantas mesas hayé la indicada, allí estaba ... esa mujer era belleza pura y maldad destilada a la hora de que caminaba.
Acomode la zolapa del saco, sacudí mis mangas y los pantalones, acomode mi flor rembombante y me acerque a ella -Bonne noche mademoidama- sonreí ampliamente, recargado ya en el respaldo de la silla -De acuerdo- incline la cabeza -Bonne nuit mademoiselle- le bese la mano educadamente -los modales no son divertidos ¿sabes?- decia mientras me dejaba caer en comodamente en el asiento cruzando los brazos -No pongas esa cara primor- señale su rostro sobrio, mordaz y creido que en ocasiones dejaba salir el humo del cigarrillo -¡Ya!, ¿Porque esa cara? ¿quién se murio?- le cuestione intrigado -Ya sé... ¿estas molesta porque tu plan no resulto bien? pero...- arqueba las cejas -¿Quién te lo dijo si yo no estaba aquí?-.
Recapitule por escasos segundos, aún no debía decirle, entierro seguro y muerte inmediata -Mira escucha yo contrate a los matones, tenían acorralada a la chica pero entonces lleg...- el habla se me fue cuando sentí la presión de su mano en el cuello, con los ojos destellantes y deseosos de venganza -De..vo..ra... yo.. no tuve la culpa- hablaba en un susurro y con gran dificultad -Ellos ya... intente tomar aire -Ellos... ya ... la tenian pero... un enmascarado... llegó a arruinarles la fiesta- toque sus manos con las mías -Oye Devora... me estas asfixiando... ¿Sabías?- me dejo al instante en que se puso reflexiba, algo bueno iba pasar o algo malo estaba por sucederme -Solo te pido que sea una muerte muy dolorosa, digo para darte gusto- suspire y me sobe mi garganta... ¿Que pensará?

Al verlo entrar con la sonrisa de lado a lado y casí danzando al paso que marchaba pensé que quizás había sido una idiota al contratarle para el trabajo tan serio que significaba para mí -Aún no tengo trono y ya he conseguido al bufón de la corte- pensaba mientras pasaba la mano por mi rostro en señal de verguenza y el deseo de la paciencia.
Se recargo en el respaldo de la silla y saludo como si estuviese entre la gente vulgar con la que se juntaba -Te equivoscate al pensar que este es el circo- le respondí pesimista y sería, así corrigio su forma de hablarme y se sento con los brazos cruzados como si en realidad fuera un niñi y no un vampiro de quién sabe cuantos siglos.
-Al parecer los modales- atreví a responderle ante su pregunta poco comica para mi gusto, el oloroco cigarrillo elevaba al cielo el humo en forma de espiral cosa que el no dejaba de mirar, cuando de repente antes de que yo le preguntará sobre mi plan el solo se ventilo con la respuesta, mi expresión cambio inmediatamente viendole con los ojos entrecerrados -¿Como dijiste bufón?- furica tire el cigarillo al piso mientras ahogaba su calor -¿Como que nada resulto ¡De todo lo planeado hace meses!- exclame al poner mis manos sobre su cuello, el desdichado intentaba explicar aún cuando de apoco comenzaba a dejar de respirar -¿Un enmascarado?- me pregunte intentando no creer lo que estaba pensando -¡Que interesante!- me susurrre mientras vei el piso de madera sucio y con colillas por todos lados, el choque de las copas se suspendio mientras los recuerdos llegaban a mí, la reación conciente volvio cuando sentí sus manos enguantas sobre las mías -¡Callate!- le asote contra silla dejandolo respirar -Deja decir estupideses y dime algo que me ayude- pero fue entonces cuando otra voz contesto en vez de mi acompañante -¿Y este quién es?- respondí mientras le veía detenidamente.

Callado, recargado en una pared mientras dejaba la moneda caer, Zeus esperaba paciente a Nigma, socio y vampiro demente con quién había hecho negociaciones para dejar un mensaje directo y mortal a otro ser vampirico del que desconocía por completo.
Su mirada era desviada hacía distintas direcciones poca era la gente que esa hora transitaba la menos que dse tratasen de las cortesanas y de los caballeros cascarrabías que siempre les buscaban -Esto es tan.. aburrido- decía mintras observaba con detenimiento a la pareja que descaradamente encendía la pasión del otro lado del muro, de el broto la risa burlana -Abusadora- musito mientras negaba con la cabeza al recordar las palabras de Nigma.
De a poco el clima cada vez se hacia más denso y frío... bajo el calzado de botas de piel el contacto inevitable con la piedra de río del piso provoco que de pronto el mago sintiese escalofríos, encendio un cigarrillo esperando entrar en calor pero fue en realidad los gemidos que empezban a escapar de los labios de la cortesana, así fue como les miro con reselo, era más que evidente que tenía que pasar al local antes de que otras cosas en su cuerpo pasasen, pero... la moneda era tentadora, su mano y su otro yo le dictaba que para dterminar entrar o no debía dejarlo a su suerte.
Para su fortuna la cara del franco favorecio su situación y fue justo al pararse en la entrada que vio a su socio hablar con una blla mujer -Quién diría que a Nigma le gusta el amor salvaje, para su demencia eso debe ser amor sincero- penso mientras observaba malicioso como la dama ahogaba a su socio sin que nadie le ayudase, paso a paso se acerco a la mesa pasando entre otras, meseros se le acercaron y cortesanas o solteronas también rechazando sus servicios, cuando sus pasos se detuvieron el otro tomaba aliento mientras que su agresora más que dictar le exigia la verdad -La furia nunca deja pensar a la razón- le dijo mientras jugueteaba con su moneda -Así es, fue un enmascarado feliz que nos arrebato la jugarretea que a mí se me ordeno- rio con placer -¿Que quién soy yo?- arrastro una silla tomando asiento al lado de la joven -El que te puede decir todo y cuanto quieras saber del imprevisto ¿No es así Nigma?- pregunto sarcastico tomando la mano de la niña altanera -Zeus Di Lyon, podeis decidme "Doble cara"- la beso y regreso de nuevo a la mesa para que reposará.

Respiraba hondo y profundo el aire había ido a formar parte del oxigeno ( me parece que es el mismo termino, como cientifico experimentado puedo decir que...) ¡Bah! poco importa en estos momentos... la cuestión es que casi me mata sin necidad de daga, cuado pretendía explicarle aparecio el hombre que había dejado afuera instantes atrás y sin más tomo asiento con nosotros, debordaba demasiada confiansa para mi gusto incluso se atrvio a tomarle de la mano -¡¿Por que a el no tratas de matarle por tocarte como a mí?!, exijo justicia...- respingue molesto lejos de la borma parecia haber algo de delfos, no, no, no celos ¡Si eso celos!.
-Si por desgracia te contrate precisamente a ti- respondi pesimista, sacando arie por los labios -Ademas arruinaste mi acertijo, se supone que dería hacerla pensar en mi... es decir en mi nombre-.
Le decían "doble cara" creo... que le conocí cuand necesite un cuerpo vivo al cual inyectarle cura contra el cancer y la demencia.. por desgracia no estaba ni demente ni con cancer murio... por amor a la ciencia.
-Devora... el fue el hombre que contrate para que hiciera el trabajo que me pediste, le dicen doble cara y no tanto por su hipocrecia sino por que esta tan loco como yo- dije viendole serio -Tampoco debe engañarte con que "se debe a su monedita magica" porque la tonta serás tu esta vez- respire profundo levantando el cigarro apagado del piso -¿Porque no sale humo?, ¿lo estoy agarrando al revés?- le di la vuelta y lo único que logre fue quemarme la lengua -Que me esta viendo?, pues no que querías contarle todo anda principe valiente- me cruce de brazos juegueteando con el cigarrillo en las manos.

Aquel hombre de elegantes ropajes tomo asiento sin pedir permiso, sufría de un exceso de seguridad increible para ser del sexo opuesto, su porte, su elegancia y su presencia provoco que ni el más sutil de los reclamos, smplemente quede perpleja ante gran presentación -Es un honor conocerle monseuir Di Lyon, vaya noche tan propicia para itercambiar ideas con atractivos brujos- decia seduciente y casi complaciente, sabía de que raza era, mi madre la gran Morgana era uno ellos -Nigma, porque... ese es tu nombre ¿cierto?- le mire con risa burlona mientras tomaba la copa -No sabía que con tan.. tan..- basile unos momentos -excentrica personalidad podría atraer a la más distinguida presencia- el semblante de aquel vampiro desquisiado había cambiado por uno más cuerdo -Deja de hacerte el interesante con los brazos cruzados ¿quieres?, si lo trato diferente es porque honor a quién honor merece ¿no es es tu lema?- termine por mostrarle una mueca seria y sin vida ante su respuesta para cambiarla por una más tierna e infantil -Anda ¿no me vas a presentar al respetable caballero?- ante mis peticiones Nigma comenzó a hablar, desilucionandome practicamente al instante, era de verdad lo que escuhaba ¿Otro demente en mi tropa?, era imposible de creer -No estoy par...- intente replicar pero para que gastar mi saliba si Nigma volvía a sus mismos delirios de siempre -¡Ah!- suspire pasando con fuerza m mano por el rostro, entonces dirigi mi mirada hacia mi lado derecho para observar a Zeus pero del mismo modo ya estaba metido con su moneda discutiendo con su otra cara, mire a ambos extremos recargando con fuerza mi codo en la mesa -Estoy rodeada de locos- musite negando con la cabeza dandole masaje con mi dedo indice, sentía que la poca sangre que había bebido había llegado hasta ese punto, desesperandome a los pocos minutos -¡Basta!- exclame lo suficientemente fuerte para que ambos detuvieran sus jueguitos -¡Tú Nigma lo que tienes de inteligente lo tienes de demente!- escuche la risa del brujo mofandose de lo que dije de su socio-¡Mientras que a ti!- lo encerre entre mis brazos -Te envolví a esa niña tonta como obsequio y ni siquiera pudiste ¡Quitarle el papel!- tome asiento de nuevo -Ahora quita esa sonrisa que no te queda por que tu lo que tienes de atractivo lo tienes de loco igual que este- señale a Nigma -Ahora si eres tan amable- agitada tome la copa de vino de un solo golpe -empieza por decirme quién es ese hombre y que traía puesto, ¡Necesito detelles y no perdia de tiempo, me entendieron!-cruce los brazos esperando la respuesta de alguno de los dos caballeros que atonitos no decían palbra alguna.

Hacia muecas de burla y aremedo a cada palabra que Devora o Zeus pronunciaba, igualmente con los guantes entreabría y cerraba las manos como si estos fuesen picos de patos -Bla, bla, bla, mi, mi, bla, bla, bla, bla, mi, mi- negaba con la cebeza dirigiendo los ojos al techo hasta que menciono mi nombre provocando en mi una clase de cosquilleo que inevitablemente me hizo abrazar mi estomago -Si...- dije con cierto encanto -Es decir...- carraspe mi garganta -Ese es mi nombre que me hubiera gustado lo adivinaras, pero hay ciertos aguafiestas que arruinan un buen acertijo- hable con voz más allá de lo varonil, mostrandole la lengua a Zeus -¿Mi personalidad tan excentrica?- dramatice poniendo mi mano en el pecho -Este esta más loco que yo, jugar con una monedita ¡Ja! ¿Y yo soy el excentrico? ¡Si claro!- respondí en tono sarcastico e indiferente.
Me dijo la razón de porque lo trataba diferente pero lo que no sabe es que estoy loco pero no tonto, con los brazos cruzados dirigí mi mirada a otro lado escuchando sus palabras altaneramente -Si mis lemas son utiles cuando te convienen- le mire discretamente, su cara de pesimismo y poca gracia habían hecho que rectificara lo que dije -No Devora quise decir que mis lemas siempre.. siempre te entretienen.... te divierten- finalmente le vi de frente y con cara tierna me pedía datos del caballero, sin pensarlo comence a hablar, quizás así me quitaria de encima a Zeus y yo me haría cargo del asunto, sin saber nunca en que paro toda la platica pues el cigarrillo llamaba a mi delirio, aquella mujer grito cansada de la situación en la que se encontraba, tire el cigarro ante tal susto -con razón eres hija de una bruja- puse mi mano sobre mi boca con la mirada abierta a todo lo que daba -¿Eres loquera? ¡Wow que talento!.... ¿En que color estoy pensando?- conteste titubeando ligeramente pues había acertado al padecimiento de mi locura, Devora tomo asiento pero inmediatamente vino algo que no me esperaba de Zeus, por debajo de la mesa ya una navaja estaba lista para ser lanzada si el llegaba a lastimar a mi dama, es decir a mi ama.

Sin más como siempre, proceso inconciente la otra cara de Zeus salio a relucir -Escuchame bien preciosa- tomo por el cuello a la dama con poca fuerza -Eres increiblemete bella, no hagas que tu suerte cambie- dijo con semblante amenazante -¡Yo digo quién me grita y quién no!- goleo la mesa con gran fuerza, tanta que si un poco más hubiese agregado desmedidamente hubiera roto la mesa en dos seguramente -¿Ves esta moneda?- le indico a la vampiresa, quie aún no lograba safarse de sus garras -¡La ves!- exclamo furioso mientras respiraba agitadamente -Esta pequeña pero valiosa moneda es tu suerte y la suerte de muchos... es... es como un oraculo que decide por mis actos y por el destino de los que caen en la desgracia de cruzarse en mi camino- solto a la mujer empujandola con fuerza hacía atrás -Te voy a proponer un trato ¿quieres?- propuso suspicaz -Si cae esta carita- señalo el lado bueno -Puedes gritar todo lo que quieras...Pero si cae la V... te quedarás sin lengua- sonrio malicioso -Guarda silencio, shhh- calló inmediatamente a su acompañante poniendole la mano sobre los labios mientras de un golpeteo lanzo la moneda al aire -Para ser tan... intrigosa y maliciosa la suerte te sonrie- decía mientras contemplaba con detenimiento la moneda -¡Gritame todo lo que quieras!, la moneda ha hablado-.
Quedo un minuto suspendido -Ahora hablando de lo que me pedías del cazador, porque eso era- volvió al mismo tono sutil y elegante de unos momentos atrás -Madame, era un hombre alto y vestia de ropajes y capas oscuras, tan oscuras que se confundía entre las sombras, estaba bien armado, llevaba dagas y utilizaba una máscara de alguién que sonreía, era al parecer el rostro de un inquisidor famoso dentro de la historia de Inglaterra, aunque no estoy del todo seguro- contemplaba la moneda dentro de su palma, tan brillante y hecha enteramente de plata -¡No te quejes mis hombres casi no viven para informarlo! - volvio ese otro cambio de voz y con ello de nuevo la moneda estaba en el aire -No estoy ciego, se que me la envolviste como trofeo, pero no tuve tiempo de apreciar el objeto sin que esa maldita máscara apareció y que querías que hiciera ¿matarlo?- entonces la mirada de la dama quedo atonita y sonrio gustosa.
-Se hace llamar V- interrumpio otra voz, una de tez femenina -No fui yo- respondío del modo elegante.

Cynder aquella gitana de tez morena, labios provocadores y carnosos, de ojos negros y profundos, se había atrevido a ir a la taberna en busca de respuestas, un amorío, uno de tantos que tenía por lares distintos había llegado casi moribundo hasta los bosques donde ella residía, con espanto de una criatura del señor, le contó que un trabajo prometedor termino infundiendole terror...
La gitana estaba furiosa pues ella le había encontrado el empleo con un demente que le prometio protegerle de todo peligro aún cuando los encargos fueran de los más arriesgados.
Alli iba a mitad de la noche caminando desbordante de seguridad, las calles empedradas anunciaban sus pasos al caminar, sus tacones marcaban la marcha y su fragancia empapaba de rosas el camino por el cual pronto llegaría a su destino, las parejas, los borrachos y criaturas de la noche andaban vagando por esos lugares, la calle podía decirse no estaba del todo solo.
Alli como si fuese una niña curiosa se asomo a ver que había detrás de aquel recinto lleno de vicios, vio gente de todo tipo, de toda clase y especie pero a quién venia a buscar se hayaba lejos de la risa y del contento, más no estaba solo, dos más le acompañaban en su velada, tomo aire profundo y cerrando los ojos como si se fuera a meter al agua helada de un rio entro a la taberna ignorando por completo las miradas que se le posaban en su curvilineo cuerpo.
Quizás había llegado en el momento más porpicio, todos los de aquella mesa incluidos Zeus Di Lyon estaban tratando los resultados fallidos del plan que acabo en tragedia o más bien dicho... en fracaso -Se hace llamar V- dijo en voz alta interrumpiendolos de golpe -Buenas noches Zeus o eres el otro- acomodo su cabello largo, quebrado y de color negro azabache hacia atrás de su hombro -No me importa el que seas, de todos modos te acuerdas- golpeteo en la mesa con las palmas para poyarse en ellas -Prometiste que nada le pasaría, me diste tu palabra y que recibo... ¡Un hombre asustado y lastimado!- dirigio su mirada a los otros dos acompañantes de Zeus -Dos vampiros ¿ah?- asintio con la cabeza -Escoges bastante bien a tus socios- dijo maliciosa -Seguro a ti prestigiosa dama te interesara saber más de lo que este torpe mago sabe del famoso "V"- acurruco la barbilla por encima de sus manos entrelazadas -Si te doy toda la información que mi amante me ha proporcionado tú me darás algo a cambio ¿Lo harás?- Cynder de pronto se volvio una serpiente como las otras tres que se encontaban en el nido de la taberna.

-!Ah!- exclame con sorpresa -Así que tus matones tienen gustos..- le vía de pies a cabeza observando con cuidado cada detalle de su vestimenta, su chaqueta, su camisa de poca calidad y ese cabello brillante, largo y lacio -tan.. folkloricos, porque bueno una gitana... no tiene cinismo y viene a colgarse del árbol caído- me mofaba de aquella quién muy digna había ido en busqueda de pago probablemente como una indemnización por cuantas heridas había recibido su amante -Sinceramente- venosa decia como siempre -creo que Zesus sabe escoger mejor a la gente que le brinda compañia que el cobarde de tu... inutil pretendiente- me levante de la silla acercandome a ella lentamente.
Arque la ceja y una sonrisa malevola y divertida salió de mi rostro -¿No tienes miedo de los vampiros cierto?- incline la cabeza -Pues si no ¡dejas de molestar y dejas de estafar vas a conocer a un vampiresa que te hará temblar de miedo, esta... dama puede ser el infierno vivo y andante entre los humanos que como tú en lugar de provocarme miedo, me causan lástima- puse uno de mis delgados y blancos dedos entre mis labios rojos carmín -No, no, no me divierten ¡Sí eso me divierten!- reía a carcajadas abiertas mientras la empujaba a la silla que estaba destinada para ella -¡Ahora escuhame mocosa arapienta!- la encerre entre mis brazos -Yo soy Devora Le Fay, hija legitima de la famosa bruja que creo no sabes ni quién sea por tus pocas posibilidades de una escuela, pero puedo adevertirte que por parte de ella herede la peor maldad del mundo y es por eso que he venido a rescatar lo que un estupido hombre le arrebato, pero no te confundas porque yo no soy tan tonta como ella para entregarle monedas al primer estafador que me ofrezca información poco confiable, ¿entendiste?- asentí amenazante con la cabeza -¡Te he preguntado que si lo entendiste!- grite tomandola por el cuello elevandola ligeramente con fuerza.

Cynder se sentía ofendida, como aquella dama que de apariencia elegante en primera instancia podía decirle tantas cosas como su mente le dictara, tal parecía que había tratado de defender a aquel mago con el que quería hablar especificamente.
Era irritable, tal y como una niña cosentida, como una hierba que facílmente podía en sus espinas destilar veneno lleno de dolor, en el fondo a la gitana le dolía todo lo que a simple vista podía hacer pensar únicamente por sus ambiciones y su apariencia más sabia ser de roble y hierro, sin decir palabras pues en ocasiones su mejor arma es el silencio, todo cuanto la vampiresa desquiciada y ciega podía decirle ella refutaba en esa avida mente que poseía, que fuera de una clase poco privilegiada no le eximia de ser ignorante y mucho menos tonta, tenía sus metodos, sus forma y sus propias fuentes proporcionados por todos aquellos viajes que no hacía falta mencionar y menos con una mente de tan cerrada actitud.
-Las gitanas no somos cortesanas como no todos los vampiros son unos pateticos asesinos- fue lo último que Cynder dijo sin dificultad pues tan pronto como se descuido una mano le apretaba con fuerza su cuello, sintiendo como de a poco el aire se le acababa, su corazón latía tan rapido que casi podia sentir su sangre fluir en sus venas para intetar mantener con vida lo demás -Eres Doña Diabla- alcanzó a decir con gran dificultad -Yo no quiero tu sucio dinero nacido de Dios sabe que mala calaña- aspiraba cada vez más para tomar aire como los peces cuando son presas de las cañas de los pescadores -Quiero... una parte de tu reino para que yo y mi comunidad podamos vivir comoda y placidamente lejos de todo aquel rechazo de siglos de años- tomo las manos de la vampiresa entre las suyas que estaban calientes pero que transpiraban producto de los nervios y el esfuerzo para mantenerse conciente y con esos ojos negros muy abiertos -Mi amante me dijo, que era un hombre alto y de porte extraño, llevaba capa, sombrero y dagas, hablaba de justicia y victoria... de luz en la oscuridad y de la redención, decía que todo lo hilaba con palabras que iniciarán con la letra v y que por sus movimientos podía casi asegurar que se trataba de un cazador- respire de manera rápida presentía que su final estaba cada vez más cerca -Ahora sí Le Fay como la princesa desterrada que eres decide si me dejas con vida o me condenas a muerte- dijo decidida y valiente.

Debia admitir que le encantaba ver a las damas enfadarse y reñirse, Zeus siempre pensaba que las mujeres tenían un león dormido muy en sus adentros, jamás se espero que Devora reaccinora de aquella manera tan violenta, por muy poco y mata a la gitana -¿Ayudar o no ayudar?- pensó dentro de esa retorcida mente suya -Que la moneda lo decida- connluyo y de una manera fuete mientras la joven se debatía entre la vida y la muerte la moneda decidiría si Zeus intervenía o disfrutaba del gran espectaculo, el resultado no le fue nada satisfactorio, la moneda cayó del lado en que por desgracia debía terminar la riña -Una lastima- dijo en voz alta tronando los labios.
Haciendo su asiento a un lado se dirigio a la mujeres que discutían -Por favor mujeres basta, dtedtó llegar a la violencia- tomo las manos de Devora -Suelatala- le rogo con una sonrisa seductora -Piensa un momento en todo lo que ta ha dicho esta joven, con semejantes señas podríamos atrapar Karateka enmascarado facilmente-asintio con la cabeza insistiendo con miradas y poses traviesas -Anda chavala- pronuncio en español casi perfecto -Ten compasión, solo te pide un pedacito de reino y que es eso comparado con el país entero que vas a tener- entonces parecia ser que la vampiresa cedía y de a poco el ambiente se relajaba -Vamos a sentarnos y discutirlo como las personas civilizadas que somos- acariciaba la mano de Devora como si tuviese en realidad un petalo de rosa entre las palmas rosadas y sueves de sus manos -Yo tambien se que se ha venido a vengar de un tal fantasma en el teatro de esta ciudad, me lo confio el propio socio que corrio para decirme todo este cuento- comento misterioso y decidido -Ese tal "V" solo será un estorbo si defiende a la chiquilla, debemos buscar una forma de que ya no exista- dijo despiadado pero aun segui con aquella parte de el que era blanda y todo gentileza.

Zeus me ponía nerviosa, esa manos me acariciaban, me hacían sentir especial, amada o algo por el estilo, debo confesar que tenía siglos sin sentir reacción como esa rondando por todo mi cuerpo, haciendo que mi balnquesina piel se erizará, provocando que la sangre bebida cisrculara de nuevo por todas las partes de mi escultural cuerpo.
-¡Me llamó Doña Diabla eso es traición!- exclame aun ejerciendo la presión sobre el cuello de chica que ya con dificultad respiraba, con dificultad exhalaba -¿Como pretendes que esta insolente le de una parte de lo que será mi conquista?- volvi a dirigir mi mirada hacia ella, con los ojos entrecerrados y ya del color propio cuando me disponía a cazar, sin embargo Zeus insistía podía ser que aquel brujo tuviera interes en ella o quizás alguna de sus dos personalidades le decia que debia parar pues sabía que la gitana me convenía, claro que estabaconciente de ello pero...
Pensé un momento la situación recapitulando los datos mencionados, con exactitud ya sabía quién era el aguafiestas -Muy bien Cynder, me conviene que estes de mi parte eres tan ambiciosa que me haces recordar la codicia de mi madre, además una soplona como tú me serivirá para mi nueva jugada- solte su cuello disminuyendo la presión -Solo dos cosas te digo, vuelveme a decir de ese modo y terminarás de la manera más inesperada que puedas imaginar y la segunda algunos vampiros sabemos asesinar con elegancia, mientras que otras gitanas se convierten en vulgares cotesanas- le susurre al oido con todo amenazante -Un solo error o una sola puñalada y olvidate de tozo de tierra- la empuje hacia el respaldo de la silla -Querida, cubrete el cuello, ¿Que pensaran si ven esas terribles marcas, mis uñas hacen maravillas para mantener a mi servidumbre en orbita- saque un pañuelo de mi manga derecha cubierta de satin -Toma- se lo arroje -Y no me lo regreses- termine con un gesto de repugnancia.
-Ahora el tema que no atañe, el famoso "V", el peor error que pude cometer fue haberlo dejado con vida, fue una madeja de hilillo que gustaba deshilar, un cazador que juraba vengar su rostro desfigurado y ahora busca justicia- suspire maliciosamente -Pobrecillo, desilución que sufrio al enterarse que la mujer que más amaba era lo que más odiaba: Los vampiros- reí con carcajadas discretas -Tan paradogico es ¡Que defiende de nuevo a una de mi tipo!- carraspe con la garganta -Esa chiquilla es tan inteligente y sin duda debe de tener algo especial, Alessandro y V parecen enloquecer por ella- escuche con atención lo que Zeus propuso, tome un poco del vino tinto que me habían servido.
Roce mi lengua por mis labios de un rojo carmesí de un modo tentador y retador a la vez -La chiqulla prevalecerá con vida, la necesito para torturar a alguién que con su dolor me pagará el dolor de mi pasado pero V....- sentencie susurrando -V morira y nosotros asistiremos a su funeral- sonreí maliciosamente -Salud damas y caballeros- alce la copa ante todos ellos, mire a mi lado y tome la botella -Bebe Cynder eso te repondrá del susto- invite a la gitana mientras la botella derramaba el liquido en su copa -Disfruta de lo bueno,los que esten conmigo recibirán privilegios si me ayudan a consolidar mi reino- ofreci la copa y guñe el ojo comomo un gesto discreto de acuerdo.

-¿Que bella es la amistad no crees pequeña flor?- preguntaba a mi adorno que traía en la solapa del saco, esas dos mujeres se estaban matando y era un espectaculo realmente impresionante, fue tan gracioso que no pude evitar empezar a reirme a carcajadas grandes y abiertas mientras veía como el lio de tres se acrecentaba -Bueno, bueno- tratame de tomar aire para tranquilizarme -Doña Diabla- seguía hablando entre carcajadas -Esta gitana es adivina por que tienes un genio de los mil diablos- segui riendo hasta casi llorar, pataleaba de tanta alegria que no podía dominar -Oh santo cielo, ya paso- dije suspirando y relajado.
Escuche lo que aquel infame le decia a Devora, segía arremedandolo con los guantes puestos, como si fuese un titiritero en medio de un gran escenario -Más bien viboras- respondí pues se me hacia paradogico el hecho de qque nos comparaba con gente civilizada, ese tipo de gente no se reune para cerrar tratos perpetuos o para preparar futuros sustos o quién sabe que locura, los dos me miraban con recelo y desaprobación -Bueno de acuerdo- incline la cabeza -Somos viboras pero civilizadas ¿contentos?, además todos somos violentos y no podemos negar que es un gran pasatiempo, vernos ahorcar unos a los otros es ¡Divertido!- sonreí gustoso pero de nuevo me veían extraño -Mejor me cayo- y comence a contemplar las uñas de mis manos -¡No tengo uñas!- exclame asustado me quite el guante suspirando aliviado -Ah aqui estan mis pequeñas- entrelace mis manos y las puse en las mejillas -Me estoy despintando- roce tanto mi mano que el maqullaje del rostro se me estaba cayendo a pedazos, saque un espejo y empece a arreglarme de un modo sutil, poniendome mi polvo blanco y deliniandome los ojos -Soy tan guapo- susurre mientras me contemplaba.
Me había distraido tanto de la plática que cuando regrese a ese momento ya estaban hablando de un muerto -¿Quién se murio si me debía?- pregunte sobresaltado, ellos continuaron hablando y entonces supe que se trataba del aburrido sujeto que había hechado la broma a perder, resultaba ser nada más y nada menos que un amorio antiguo de mi...de Devora, sentenciaron que la chica viviría y ese tonto moriría -¿Va a fallecer?- pregunte mientras mi ama levantaba la copa rebosante de vino -Ese tal sujeto que e equivoco de carnaval de máscaras morirá? ¿Pero por que si todavía se ve fuerte, mira que haber derrotado a varios sujetos fortachones en acción es cosa de sanos- mire extrañado a todos los de la mesa -¿Esta enfermo?- pregunte ante la única ocurrencia que se atravesó por mi cabeza.

Nigma, Nigma, Nigma ese vampiro que no se por qué motivo había perdido la cordura de un modo tal que nos hacia pegar una que otra rabieta, podía ser su genialidad quizás o no se alguna cosa que vivió en el pasado que le hizo ser así de igual manera era desquiciado con más razón que había conocido a lo largo de toda la historia.
Sin embargo eso no le quitaba que arruinará el momento o que no alcanzaba a comprender la altura que tenía mi plan, ese espejo donde se había distraído por completo al verse mientras se maquillaba le había hecho perderse el hilo de toda la conversación -Nigma, tu sí que sabes arruinar los momentos- dije aburrida -No sé qué hacer contigo, si reír o llorar...¡Claro que no está enfermo tonto!- azote la copa que de donde el vino salpico hacia el mantel manchándolo todo -Observa lo que me hiciste hacer, ese no es digno de una futura princesa- hablaba mientras chasqueaba los dedos para que un mesero viniera hasta mi -Primor- hablaba en tono sensual -Ve y llama a tus gatos para que limpien este desastre, ¿si?- levante hasta la altura de su cara una moneda de oro -Una mujer como yo siempre- le tome por la barbilla -da muy...buena paga- lo deje caer para que despertara del ensueño al ver mi escote demasiado provocativo -¡Te lo exijo ahora!- y después de ese grito el empleado salió corriendo.
-Volviendo al tema que nos une a todos- mire a Nigma con desapruebo -Nadie esta enfermo simplemente vamos a matar al enmaascarado ¿Como?- sonrei gustosa -Planeando una guerra, imaginen tan solo por un momento que los humanos se enteraran de nuestra existencia, nosotros en un principo seriamos los buenos...intentando... protejerlos, hacerles creer que no todas la gente de cada raza estan mala y una vez que los tengamos en nuestras garras haremos a V como el villano de esta historia- cada vez mis ojos se abrían brillando de apoco más -La gente ira por el, les diriamos quzás que el con su máscara planeaba atacar y no salvar, lo lincharan y una vez quitado el estorbo ¡Camelot resurgira!- veia con expresion seca a todos los que observan de forma diferente mi rostro y mis ojos, el mesero llego con sus ayudantes y limpio la mesa una vez retirandose les dije -¡Apoyenme y nunca más tendran que volver a saber de V o lidiar desde cazadores hasta inquisidores! ¡Apoyenme y nunca más tendrán por sufrir de hambre!, porque despues de que la gente nos crea buenos, solo serán los más estupidos esclavos que tenga a mi servicio, los tendremos a nuestros pies...- volví a levantar la copa y otra aguafiestas como decia Nigma empeza a amargar con pequeñas cuestiones lógicas pero inutiles.

Cynder veía aquel pañuelo con curiosidad mientras se sobaba su cuello exhalando rapidamente y tosiendo de vez en cuando intentando que su sangre corriera de nueva cuenta como siempre tranquila por todo su cuerpo, si veía aquel accesorio es porque le resultaba increible que la dama tuviera malos gustos, ella que tenía la posibilidad de conseguir oro y joyas utilizaba un pañuela que ni siquiera encaje con hilillos de oro tenía.
Contemplo todo cuanto sucedia y de pronto no tuvo mas que aceptar la prenda, esa piel morena estaba colorada y le ardía tanto que por un momento penso estaba sangrando, con el pañuelo que reposaba ante sus ojos grandes y brillantes confirmo que solo era un juego de la mente, esa extraña o quizás normal manía que tenía de que cuando una idea de malestar fisico venía a su cabeza inmediatamente la sentía como si realmente la padeciera.
Le era sorprendente todo lo que había acontecido en el momento mismo en que ese sujeto extraño y de ideas fuera de toda realidad diera la oportunidad que Devora la aparente lider del movimiento dijera a los cuatro vientos el plan para matar a alguién -Que he hecho- se pregunto acongojada en su mente, por un momento se cuestiono si había hecho bien en ir y tratar de sacar provecho de una información que bien podía callarsela para evitar conflictos -¿De verdad crees que un pedazo de tierra vale la muerte de un hombre?- con esta pregunta la conciencia le torturaba y cada vez le atormentaba al sentir como su corazón se hacía chico y su latido era peor que cuando la vampireza le tenía por el cuello, bajo la mirada pensando que con eso despertaría de es terrible sueño, más allí estaba de nuevo con la vampiresa aún lado prometiendo lo que sería su pago y recompensa si todos los de esa mesa le ayudaban.
-No, esta es una locura- decia aquella gitana, quien junto con ese loco no había alzado su bebida -Escuchaste lo que les hizo ese hombre a los socios de Zeus ¡Lo que le hizo a mi prometido!- reclamaba pero a la vez intentaba reparar el daño que ya sabía mejor que nadie no tenía solución -Y la sugerencia más brillante que puede venir a ese vengativa cabeza es utilizar a los humanos y ponerlos en su contra, y el segundo puento de tu maravilloso plan es que nosotros no encargemos de él ¿Para que, para quedar como payaos de circo, si onfender ¿Riddler?- alejo la copa poniendola en medio de la mesa -Devora... ¿Que esperas que hagamos?, de veras piensas que tenemos la astucia suficiente para derrotar a esa... esa... cosa... ¿Con que ejercito? ¿Con que elementos?, ¿Dos dementes y una gitana?- se levanto reclamando con fuerza -¡Valiente ejercito! ¿Luego a quién contrarás a una bruja para despertar a Merlín o un faquir para que nos sirva de escudo humano a todos?- espero la respuesta de Devora y volvio a tomar asiento al ver que había llamado bastante la atención, no quería ella decir o especular algo que no podía confirmar o si solo fue producto de la conducta agresiva de la vampiresa, del pleito que tuvo con ella, la moneda de Zeus o las puntadas de Riddler pero ella podía jurar que un joven apuesto estaba escondido tratando de escuchar todo lo que acontecia en la mesa que tapaba la esquina donde estaba la suya, su mirada era penetrante y el olor a puro anunciaba que alli había alguién que estaba interesado ¿pero quién y que queria ese hombre?.

Mordred no se acostumbraba a ese cuerpo que ahora tenía, de gez en cuando hechaba un vistazo hacia sus manos y todo su cuerpo, sus ojos se fijaban en el hombre que aparecía ante el espejo cada noche, el cuerpo de un niño lo había dejado como cuando una vibora cambía de piel, en ningun momento podía compararse con una mariposa que sale del capullo porque el ya no era puro, no tenía el derecho de nombrarse por el nombre de tan preciado animalito venido del reino de dios.
Si, de Dios, Mordred sabía perfectamente que algo superior existía y que ese ser jamás le perdonaría su transformacion pese a que fue en contra de su voluntad ¿Que hacer por su miserable vida que estaba condenada a la eterna cadena ahora hecho un hombre para el resto de los siglos?, lo único que su corazón le dicto: Ir en busca de su hermana y su madre, detener sus planes para que nunca más fueran los humanos quienes como el vivieran encadenados a la maldad pura de sus familiares.
Había contratado a alguién para investigar su paradero, se trataba nada más y nada menos que del Dr. Watson, compañero inseparavle del detective Sherlock Holmes, él le había proporcionado que esa noche en que decidia poner manos a la obra estaria en la taberna de París con otros hombres para un gran acuerdo, así utilizando todos sus recursos disponibles espero a que la noche abrazara toda la tierra parisina y de esa manera poder ver a su hermana y deternerle.
Así sus zapatos de mediana calidad que recorrieron las principales avenidass caminaron por entre las mesas de cientos de hombres y mujeres, algunos viciosos otros más pecadores y lujuriosos hasta la mesa más escondida dentro de esa taberna de mala muerte, Mordred se preguntaba si su hermana tenía tan refinados gustos porque un lugar como ese para hablar con las personas que contrato, asesinos a sueldo supiso él y termino por creerlo, pues primero vio a ese extraño vampiro pero de parente sonrisa eterna, después u caballero que decidia la suerte y sus actos por medio de un franco, para finalizar una gitana que apunto estuvo de perder la vida debido a sus exigencias.
Escucho toda la pelea, el era el único que escucho todas las palabras, todos los insultos y un plan que tenía como objetivo llevar a la tumba a un hombre, ese corazón que si bien ya no latía se sentia morir al escuchar en clase de vibora se había convertido su hermana y el contribuyo a que así naciera esa cara que desconocía, ante tanta tención prendio un puro de los que apenas comenzaba a disfrutar y probar -¿V?, vaya extraño seudonimo- dijo en voz baja cuando escucho todo lo que la gitana conto, esa misma mujer que le observaba de vez en cuando, quizás le había descucbierto o muy probablemente como otras jovenes se había fijado en él, -¿Hacer o no hacer?- se pregunto interiormente, si decirle a esa persona ubicandola de algún modo o unirse a la causa, pero de nuevo sabía que de unirse a ese falso momvimiento que Devora derigía era como seguir renegando del es ser supremo en el que tanto creía decidio permanecer tras las sombras, oculto en esa mesa arrinconada, paerido entre el bullicio y las risas tan sutiles que se escuchaban a dos metros de distancia -Escucharé y después ire a buscar al enmascarado, debe saberlo, sino lo hago miles de incontes caeran presos o perecerán solo porque a mis.... a esas damas se les antojara verlos desesperados y arrodillados a sus pies- planeo y se oculto aún más en la oscuridad dimensional de esa esquina, de tal modo que parecía que allí nadie estaba, solo una pared y una mesa vacía

Ahora jugaba con el vino que la copa contenía, vaepia mi reflejo y le sonreía para después golpear constantemente el cristal -Campana sobre campana y sobre campana mil- tarareaba una y mi veces la canción, no sabia que tanto me había perdido de la conversación pero de igual manera si estuviera entretenida nunca presto atención -Asomate a la ventana que Ridller te ve dormir, París, campanas de París que los vampiros coman que mala suerte traes- suspire -Que bonito vollancico el pleno verano- rei a carcajadas hasta que Cynder se disculpo con él -Si soy un demente no haya problema- continue silbando la canción -Le hice unos bonitos arreglos, todos hablan de mí soy el genio de los genios- afirme con fuerza y de pronto frunci el ceño viendo hacía el viejo techo de madera que a tenía hoyuelos -¿Que yo soy que?- le pregunte a Cynder aún cuando su discurso había terminado -¡Ten cuidado con tus palabras mocosa, soy un genio...¿acso no escuchaste que adornos tan hermosos le puse a una canción y todos hablaban de mí, Ignorante- le tire la copa en su desgastada ropa -¡Asi que soy un payaso de circo eh!- abandone la silla y me puse detras de la suya -Dime gitana ¿sabes leer las cartas, porque yo tengo un par...- vi su expresión -Vamos no me mires así, los payasos también sabemos truquitos, el mío consiste en sacar de mi bolsillo una carta ponerla en tu cuello y cortarlo de a poquito, eso a mí me hace reír mucho- alguién grito mi nombre -Aguafiestas- proteste viendo a Devora -No saben divertirse, solo le mostrba una de mis bromas, no la iba a matar de verdad, bueno quizás le iba a cortar un poquito pero solo así- indique una medida de cinco centimetros, volví a tomar asiento -Mira nila te voy a decir un secreto, no soy un payaso, soy un genio...si un genio que le da rienda suelta a su locura, me río de mi mismo ¿sabes?, me burlo hasta del más respetable, siempre debes reirte de ti mismo de lo contraio no aguantarás el acoso de los otros- guñe el ojo -Ahora Devora, tu plan no suena tan mal ¡amo hacer locuras!- tome la copa entre mis manos -pero si bien es cierto que si en algo eres bueno no lo haces gratis... ¿Tendremos paga?- sonrei de inmediato -Por lo menos unos cuantos francos para la armas, por lo menos cien como este- le quite la moneda a Zeus en el aire -Y dicen que mis bromas son mlas ¡Tiene los lados iguales!- reí a carcajadas abiertas -Toma tu baratija- la lancé al piso mientras el mago corria como un perro tras ella -Soy bueno comprando armas, tu lo sabes Devora...Soy un hombre de gustos simples, me gusta la dinamita, la pólvora y la
gasolina. ¿Sabes que tienen todas estas cosas en común?. Son baratas- recargue mi mano en la mesita poniendome en una pose muy interesante -Solo aclarame algo la chica... la que conocio a... ¿V? le haremos una travesura quizás con su famila por ejemplo o que piensas hacer con ella, espero no sea algo aburrido lo que tengas en mente- suspire porfundo -Bueno caballeros y caballeras... perdón damas ya ¡¿Vamos hacer el trato perpeuo o todavía no?!- exclame enfurecido para después finjir que me había quedado dormido bocabajo en la mesa.

Después de que a Zeus le arrebataron su moneda como a un ninño de cinco años tenía ganas de arreglarlo a golpes, a patadas y a balazos pero la otra persona corrio en seguida por la moneda, parecía como un perro al que le lanzan un hueso o una bara, finalmente cayó al pie de una besa que parecía vacía, el rincón estaba oscuro sin embargo el mago percibia una clase de aroma a puro, de los que consumen la clase media -¿Quien estará aquí?- pregunto como el hombre benevolente que era en ocasiones -¡Eso no importa tonto! es hora de decidir la suerte del payaso- exclamo convirtiendose en la otra cara ¡vaya paradoja!, la otra cara de la moneda -Como es que vos te has atrevido a lanzar mi moneda al olvido- camino mientras hablaba enfurecido -¡Tus bromas no son malas son estupidas!- lanzó la moneda al aire -Ya quisieras tener una baratija de estas, y gastarlas en tus articulos de mal gusto- finalmente regreso a su lugar cargando el revolver que llevaba debajo del saco -¿Te dejo como coladera o te dejo en paz?- preguntó viendo su brillante franco de oro, más se detuvo antes de lanzarla soltando un grito desesperado -¡Esta ya no funciona! ¿como lanzarla cuando se ha caido en dirección al infierno?- se sento como si fuese un niño castigado con los brazos cruzados, escuchando lo que Nigma decía -¡Vaya hasta que dices algo lógico!- hablo con su otra voz la reflejaba calma y una persona normal -Este loco tiene es el más cuerdo que he conocido y eso me gusto, necesitamos paga, nada es gratis y mi trabajo consiste en hacer daño a cambio de monedas de oro- dijo insinuante a Devora -Para ti mis servicios tendrán una rebaja ¡Claro! depende de que es lo que quieras muerte o secuestro- se levanto de su silla seductor y provocativo, poniendose detrás suyo -Oferta y demanda es así el negocio primor- tocaba sus hombros en circulos, dandole un ligero masaje a su piel blanca y marmoleada -En cuanto a la joven... se me ocurrre puedes hacer algo con su madre o con su padre... un pequeño aviso por haberse metido con los dos hombres que fueron de tu propiedad- miro a Nigma malicioso -¿Eso es divertido para ti socio?- pregunto retante -por que para Cynder suena demasiado lugubre, casi como un funeral- termino hablando con esa voz que era la del mal.

Domino hizo de todo para estar cerca de su oscura estrella, se unío al lado oscuro con tal de estar con ella... sabe que será un error, que tarde o temprano la inquisición la acusará de traición, perdera la cabeza o quizá sea presa en el calabozo de ese castillo tenebroso que el Papa utiliza cuando sus dicipulos ya no le dan gozos...
Hace ya un tiempo ella hizo un trato con Devora, una vampiresa que conocía a su amado, se unió a la causa por la que ella en vano luchaba, no acepto oro ni plata, se había convertido en su guardaespaldas a sueldo.
De las risas y de su misión en la vida la olvido por completo, espio a las personas que su socia necesitaba, sabía sus secretos, esta noche se los diría a la vampiresa para llegar a un acuerdo con su socio nada cuerdo, la cita era antes de la media noche, preocupada por su arreglo y el escote se demoro más de lo que ella se podía imaginar, esa chica no usaba vestidos, forra sus piernas en pantalones ajustados y para nada sancones, completamente ceñidos y de un color negro provocativo que a mas de un hombre hacía despertar los instintos más primitivos, pero ese día solo iba arreglada para esa mente desquisiada.
Por las calles caminaba, pensando en todo aquello que comentaba, las campanadas sonaban y de pronto tuvo que apretar el paso a ver si a tiempo llegaba, finalmente llego a la taberna, esa cueva que de infamias siempre estaba llena, esas puertas cafés se abrieron y por allí pudo verlos a ellos, suspiro por momentos tratando de tranquilizar los nervios, retrocedío unos metros y decida entro llamando la atención de los lujuriosos caballeros -Para cualquiera sonaría lugubre pensar que a alguién vas a matar- respondio al brujo que hablaba desafiante y triunfal -Además yo en su lugar lo pensaría dos veces antes de actuar, e investigado a a chica y esos que piensan castigar, ninguno es su familiar- volteo a ver a ese loco de atar, trato de sonreirle pero se arrepintio al sentir la emoción de conocerle en su corazón, suspiro y mejor todo calló.
-Mi señora- tomo la pose de un soldado de las fuerzas armadas -Sin novedad- dejo de lado la seriedad -Solo debo advertir que esa joven tiene un pasado de verdad desconcertante ¡señor!- se sonrio -¡An perdón- se disculpo -¡Señora!- finalmente solto su carcajada escandalosa.
Se acerco al oido de Devora y le dijo cuanto había descubierto, en seguida su ama golpeo la mesa -¿Y que culpa tiene la tabla?- trato de hacer una broma traviesa -Pero se algo más que le interesa- asintio con fuerza -Hay... dicen que dicen... que anuncian que existe... un peculiar vegetal...- quedo pensantiva -¿Vegetal? ¡Lo siento esa es una canción que escuche en un lugar incierto!, mmmm... ¡Ah si!- deijo espontanea -Quise decir inmortal, un inmortal que esta noche tuvo problemas con... con...- se detuvo -Con... con...con... Leviathán, el fantasma de la opera desea la revancha que a la vida le lanza a...- vio a todos y su mirada regreso a ese loco -olvidenlo sí, intentaba declamar un poco- vio a Devora con el rabillo del ojo -Yo... yo.. pensaba que de ese conflicto podía sacar partido, convencer al vampiro de que se una contigo y de esa manera recuperar el reino perdido, tengo entendido por fuentes confiables que mañana ocurrira el inicio de su propia guerra en recinto- alguién le golpeo por detrás, un hombre que la confudio por algo más, -Parece ser que en problemas estas- una pata dos aruñasos, unos cuantos disparos y dejo al pervertido volando gracias a la drogas que había fabricado -Me falto algo más- lo tomo por su faz -Boing- Boing- le apreto la nariz con fuerza y lo dejo caer al piso sin la más minima verguenza, el hombre empezó a reir con fuerza -¡Así es como debe ser todo mundo debería reír hasta más no poder!- celebró y una reverencia realizó -Gracias publico conocedor- dijo comica ante todo el mundo que si palabras se quedó y que después de unos minutos huyo, solo un apaluso se escucho, era su amado que gracioso todo le pareció, de inmediato ella se sonrojo y Devora se quejo de aburrición.