Aplausos para la señora (Serenity)

por **Teniente Lecrerc** Mar Oct 30, 2012 10:15 am

Los aplausos sonaron una vez más, aquella soprano era maravillosa, y al público le encantaba. El oficial, que destacaba entre el público por su uniforme, se unió a los aplausos, mostrando una blanca sonrisa.

Metió la mano en su bolsillo interior, sacando un reloj dorado, las diez de la noche, y aún no había cenado. Pero había tirado de algunos viejos conocidos de su padre, y había logrado citarse con un espía famoso en la ciudad, sus servicios podrían serle útiles, tendrían que hablar de negocios y sobre el modus operandi. Debería darle detalles de la vida en la ciudad.

El canto de la mujer era bello, y la sala quedaba inundada por sus cantos, el público era, generalmente, de clase acomodada y alta, con varios miembros de la créme de la créme, Lecrerc había reservado dos asientos, uno para él y otro para su acompañante, pero hacía ya media hora que la obra había comenzado y esta no aparecía. ¿No sería otra jugarreta de aquellos vejestorios moribundos? En fin, él tenía paciencia. Sonrió una vez más, junto con la segunda oleada de aplausos. Le estaba entrando hambre.

por **Serenity Boissieu** Mar Oct 30, 2012 10:38 am

Nada más llegar a la ciudad ya tenía trabajo que hacer. No había hablado con mi padre aún, el parecía estar ocupado con sus cosas y yo ordenando mi habitación, apenas habíamos tenido tiempo para hablar. De hecho, es que ni siquiera habíamos podido vernos. No me preocupó mucho, pues sabría que tenía tiempo de sobra. Tenía ganas de saber que había ocurrido en mi ausencia, aunque esperaba de todo corazón que no fuera nada malo.

Había quedado con ese hombre a las nueve y media de la noche en el teatro, así que, visto el lugar que se había elegido para tal encuentro, decidí llevar uno de los vestidos tan exquisitos que mi padre me había comprado para fiestas... Poco los usaba para ese tipo de cosas. Realmente, poco los usaba, pues últimamente me trabajo ocupaba toda mi atención. Contra más fama y prestigio, más encargos que hacer y yo ya era una asesina reconocida en muchísimos sitios, no solo en Francia.

Así que después de arreglarme como era debido, salí por la puerta de mi casa, yendo en carruaje hasta el punto de encuentro. Por lo que tenía entendido, la persona que acudía a mi era un teniente. ¿Persona militar, que le gusta el teatro y contacta conmigo? Estaba casi segura de que quería mis servicios de espía, quizá solo mera ayuda para adaptarse, no lo tenía muy claro. Pero había algo que me decía que ésta vez no tendría que matar a nade. Cuando llegué, vislumbré sin ningún problema al hombre y me senté en el asiento libre que había reservado para mí persona, todo esto mostrando una elegancia que dejaba ver claramente que era de clase alta, como la mayoría de los presentes al evento.

-Una gran voz la de esa mujer, monsieur.-le miré a los ojos con seriedad pero mostrando una leve sonrisa. Con los contratistas siempre había que mostrarse con sangre fría, pero con leve tono cordial.- Siento la espera, de veras.

por **Teniente Lecrerc** Mar Oct 30, 2012 11:12 am

El oficial analizó con la mirada a la mujer que acababa de sentarse a su lado, no tenía pinta de mortífera asesina o eficaz espía, aunque las apariencias engañaban. A Lecrerc se le borró de pronto la sonrisa, había que ponerse al día. Apartó al mirada de la mujer y se centró en la cantante, ni si quiera respondió a la pregunta, que, por cortesía, había formulado la mujer. Decidió ir al grano:

-¿Qué se cuece últimamente por París? ¿Quién es la influencia? ¿Facciones? ¿Luchas internas? Quiero saberlo todo, habrá más citas como esta, no se preocupe, pero hágame un resumen introductorio- dijo el oficial, con voz fría, sin mirarla a la cara.

Guillé se sacó un puro del bolsillo y se lo puso en los labios, lo encendió con una cerilla de un suave movimiento. Empezó a fumarlo con gusto.

por **Serenity Boissieu** Mar Oct 30, 2012 11:27 am

Mantuve la mirada mientras aquel Teniente me examinaba con la mirada. ¿Acaso mi apariencia no era de una de las mejores espías? ¿O es que mi rostro se mostraba excesivamente inofensivo? O igual simplemente era el hecho de que era una mujer... Tanto daba. Ambos dos sabíamos que me había mandado llamar por algo y que era buena en lo que hacía. Muy buena. Así que su reacción no me sorprendió en absoluto, ni siquiera me molestó un ápice. Era increíble como ese vacío se mostraba en cada momento de mi vida.

-París es un sitio muy grande, monsieur.-mis ojos se posaron en la dama que cantaba para todos, deleitándonos con aquellos sonidos tan dulces y preciosos.- La realeza francesa ha caído, como bien sabrá. Ahora solo hay un cónsul y unos cuantos senadores. Concrétamente tres; dos mujeres y un barón.- con una dulce sonrísa hipócrita, pedí que me trajeran algo suave de beber. El alcohol jamás era un buen acompañante para alguien como yo.- Cada uno con su vida secreta la cual aun no me han pedido que averigüe, así que no se si podré decirle algo sobre ellos hoy.

¿Qué si podría decir más? Obviamente, pero las cosas no son tan simples. La información que piden los clientes tiene que ser concisa o yo jamás seré precisa, tan simple como eso. Una información tiene su precio, y más si requiere de sacar lo más recóndito de las personas.

por **Teniente Lecrerc** Mar Oct 30, 2012 11:40 am

-He estado un año en Egipto, ¿sabe? Es un país difícil...- cambió drásticamente la conversación- no tengo amigos de ningún tipo en París, ciertamente, la soledad aquí es mi única amiga. Usted y yo nos veremos a menudo, me gustaría contar con amigos así, tal vez, si el destino quiere, podamos serlo. Usted tiene pinta de despreciar al Ejército y a sus componentes...en fin, puede que cambie de idea algún día.

Dio otra calada a su puro, y expulsó el humo con lentitud. Tardó un instante en recapacitar, una rata espía como ella no podía ser amiga de nadie, no concordaba con su trabajo.

-En cuanto a su trabajo... ha hecho bien hoy...tome- sacó un sobre con 200 francos de su bolsillo y se lo entregó- son 200, en billetes de 50- el militar solo esperaba a que la mujer cogiera el sobre y se fuera por donde vino, aunque un poco de compañía lo hubiera agradado- le llegará un mensaje mío para un próximo encuentro en un lugar mejor, puede marcharse, si quiere.

por **Serenity Boissieu** Mar Oct 30, 2012 11:53 am

Mis ojos pasaron de la cantante a aquel hombre que había decidido contratar mis servicios. Le miré de re-ojo, mostrando poco interés personal a sus palabras pero guardando la información en la mente por si había algún tipo de situación que requería que la supiera. Aunque, realmente, ¿quién iba a querer saber algo sobre un teniente que ha estado su último año en egipto? Obviamente, mucha gente y ninguno precisamente amigo.

-¿Desprecio? No, monsieur, yo no desprecio nada. Solo respeto y observo.-una hipócrita sonrisa se aposentó en mi rostro y luego cogí mi dinero, guardándolo sutilmente sin que nadie lo viera. Cuan ilusa era la gente de que aquel lugar.- Debe saber bien escoger aquí a sus amigos. Se lo digo como consejo.-alzo una ceja.- Yo seré una espía y una asesina, pero soy muy leal. Así que podrá verme como tal si es lo que desea.

Volví otra vez mi vista a la cantante justo cuando aquel zumo que había pedido llegó. Di un pequeño sorbo de aquel líquido que bajó refrescante por mi cuerpo y suspiré para después acomodarme en el asiento. ¿Por qué desperdiciar un espectáculo así? Me gusta en demasía la música y era lo único capaz de dominarme.

-¿Por qué irme y desperdiciar una noche en la que me he arreglado? Supongo que, sino disguta, podría quedarme un rato con usted.

por **Teniente Lecrerc** Mar Oct 30, 2012 12:15 pm

Lecrerc se conformó con eso mismo, un poco de compañía no vino mal aquella noche, al fin y al cabo, reservar aquel sitio le había costado un dineral.

-Yo ya he vivido 20 años, soy muy joven, sin embargo, he tenido una vida plena, no importa las amistades que haga ahora, o las traiciones y desengaños que me azoten. He bebido, jugado, conocido amantes y visto morir a amigos y enemigos por igual, ya nada es demasiada preocupación para mí- es cierto, en Egipto había visto morir a su fiel subalterno Françoi, que, en cierto modo, le había propiciado buenos ratos de amistad y confianza. Aquello le heló la sangre y sus ojos se tornaron húmedos, pues no llegaron a derramar lágrimas- no le he preguntado su nombre, señorita, si no es indiscreción, tal vez me pueda dar algún apodo, si gusta- sonrió, por primera vez en aquella noche.

Observó a la dama directamente a los ojos antes de que le respondiera.

por **Serenity Boissieu** Mar Oct 30, 2012 12:31 pm

Veinte años no eran nada, pero tampoco iba a decírselo a la cara. Aunque bien era cierto que alguien que había vivido algo duro durante su vida podía saber más que gente de su edad. Mi caso por ejemplo. ¿Quién podría imaginar que una chica de dieciocho años podría convertirse en una de las mejores asesinas que reinaban aquellos tiempos? ¿Qué si me congratulaba por ello? Ni si, ni no, simplemente hacia mi trabajo y no me importaba lo demás.

-Todo el mundo ha hecho de todo, monsieur. Quien no solo pierde conocimientos y una falta total de comportamientos a según que situaciones... Pero, siendo mi trabajo cual es, puedo decirle que cualquier cosa es una preocupación. Es sorprende los motivos que pude tener la gente para querer hacer su vida un infierno...O simplemente liquidarla.- volví a beber un sorbo de mi vaso y luego miré a los alrededores. Había gente conocida; militares, nobles, aristócratas... Todos ellos con sus vidas de incógnito, y lo gracioso del asunto, es que yo ya me sabía muchas.- ¿Mi nombre? -ahí si que no pude evitar sonreír.- Soy Serenity, en el mundo del espionaje quizá me conozca más como Serena. ¿Y usted, teniente? - dije sosteniendo su mirada con una fría sonrisa.

por **Teniente Lecrerc** Mar Oct 30, 2012 12:41 pm

Escuchó atentamente las palabras de aquella joven mientras disfrutaba de su cigarro, le parecía un sujero interesante, aunque probablemente era egocéntrica, una característica de la juventud, de la que, incluso él mismo, formaba parte. Se desabrochó el primer botón de la guerrera, dejando a la vista un collar dorado con un crucifijo. Las costumbres de aquel hombre parecían ser conservadores, aunque quién sabe, igual que aquella chica, las apariencias podían engañar.

-Soy el Teniente Guillé Lecrerc- dijo al fin - y me da igual cómo me llaméis, los soldaditos nos conformamos con cualquier cosa, ¿le he contado alguna vez que tuve que comerme a un camello?- claro que no, pero aquel hombre parecía algo dado a contar batallitas, y como cualquier otro militar, a exagerar sus acciones.

por **Serenity Boissieu** Mar Oct 30, 2012 6:14 pm

Había pocas cosas que pasaban desapercibidas a mis ojos, y el gesto de desabrocharse y mostrar aquel colgante no era una de ellas. Lo contemplé levemente, como todo aquello que guardaba como información en mi mente. ¿Religioso tal vez? No tenía porque, las apariencias podían engañar perfectamente y un militar, dada su posición, no tenía del todo claro que podía o no ser posible... Tenía que informarme mejor de aquel hombre. Aunque no lo tenía como algún tipo de víctima o enemigo, nunca estaba de más informarse de los contratistas, como yo los llamaba.

-Creo que le llamaré teniente.-lo pensé durante unos instantes y le sonreí de forma burlona.- Si, teniente será divertido. Y que conste que fue usted quien dijo que le llamara como quisiera.- le miré a los ojos e interiormente no pude evitar reír. ¿Contando batallitas con sus escasos veinte años? No me quería ni imaginar lo que ocurriría cuando tuviera hijos o nietos.- Obviamente no, monsieur. Pero si quiere deleitarme con su historia será genial oirla, quizá yo también le pueda contar algo luego.- O no. Si contaba, sería poco.

por **Teniente Lecrerc** Miér Oct 31, 2012 8:23 am

Entonces comenzó a contar numerosas historias sobre cómo luchó contra aquel regimiento de moros en camellos, contra los ingleses, cómo sobrevivió dos noches en el desierto comiéndose a un camello y refugiándose en su interior, y sus numerosas aventuras en las callejuelas de El Cairo (muchas de ellas cómicas) Eso sí, siempre contaba sus historias exagerando un poco las situaciones y sus actos de valentía y los de sus compañeros.

Entonces recapacitó, pobre chica, aguantando el chaparrón, así que decidió dar conversación.

-¿Es usted de aquí, madame?- dijo, al acabar sus historias, la mejor forma de aburrir a una dama era contándole batallas de soldado. Normalmente solo impresionarían a las damas idiotas de la Alta Sociedad o a las que les gustan las historias.

por **Serenity Boissieu** Dom Nov 04, 2012 8:23 am

Le miraba con atención, mostrándome una chica divertida e incluso tierna. Me reía con lo que me contaba, pero realmente tenía gracia, aunque bien sabía que esas historias siempre eran exageradas para resultar más llamativas. ¿Qué más daba si así eran divertidas? Las hazañas no cuentan por como fueron en realidad, sino como se van pasando de boca en boca haciendo a las personas héroes, o a veces, casi inmortales. Era curioso ver como podía funcionar ese teléfono roto que hacía la gente. Para mi trabajo, a veces era un tanto molesto. Eso solo significaba no poder ir por la vía fácil y dar muchísimos más rodeos.

-Si, monsieur. O al menos eso creo.-miré hacia la gente unos instantes y volví a sonreír.- ¿Y usted es de aquí? Un militar es poco común que se considere de algún sitio en especial... Viajáis mucho por trabajo y a veces os margináis del mundo.

No tenía del todo claro porque había dicho eso, pero no me parecía, al contrario. El mundo debía ser curioso y hermoso. Yo también podía viajar por trabajo, como esos últimos meses que había estado en Grecia, pero estaba claro que prefería París. No por que me gustara el lugar, que también, sino porque ahí se hallaba mi padre... Si no fuera por él, yo solo sería un ser de corazón de hielo.

por **Teniente Lecrerc** Dom Nov 04, 2012 12:56 pm

Escuchó la reflexión de la señorita, y tardó un poco en contestar, reflexionando su respuesta.

-Sí...ciertamente, señorita, viajo mucho...tal vez demasiado, vengo de Egipto, pero también he estado en Austria y en las Trece Colonias, con mi padre, de joven. Oh... las Trece Colonias son...lo que era antes ese nuevo país, Estados Unidos, creo que lo llaman ahora. Sí, será eso... Pero ciertamente, no hay nada como mi amada Francia, desde el País Vasco a Normandía, pasando por Burdeos, Lion, Paris... mi patria es mía, y como mía la defenderé. Y esto puede sonar algo precipitado, señorita, pero yo llegaré alto en este país, llegaré a ser alguien a la altura de la mismísima Bonaparte, y tendrá la recompensa por sus servicios, recuérdelo.

Otra ola de aplausos resonó en el teatro, en el momento oportuno, parece que se sincronizaba con el discurso ''imperialista'' de Lecrerc.

por **Serenity Boissieu** Jue Nov 08, 2012 8:26 am

Mis ojos le miraban con atención y con un sonrisa en mis labios. Oh, cuan hombre engreído tenía ante mis ojos, pero no por ella erróneo. Aquel hombre, sin lugar a dudas, podía llegar bastante lejos en aquel país con su experiencia... De la misma forma que podría ayudarme a subir puestos a mi. ¿Qué si me interesaba? En realidad para nada. Yo ya era una espía y asesina con muy buena reputación, no había más que ver los trabajos que me encargaban o quien me los mandaba.

-Parece que el teatro le aclama señor.- mi sonrisa era entre amigable y burlesca.- Pero recuerde que, como en el teatro, todo el mundo interpreta su papel.- dicho eso bebí hasta terminarme el vaso y miré a mi alrededor.- Contemple: Aquel -señalé discretamente a un hombre que había ido con su mujer y sus dos hijas.- tiene una amante, amante que es la mismísima hermana de su mujer. Que está justo ahí .- no me giré hacia atrás y señalé un palco a nuestra derecha, a una mujer con sus su esposo e hijo.- Esta noche, después de la función se encontrarán justo detrás de la puerta. Ambos dirán que quieren felicitar a los actores con tan impresionante actuación.

Dicho eso, le miré alzando una ceja. Esperaba que entendiera su indirecta, esperaba que viera que, si quería llegar lejos tenía que saber muchísimas cosas sobre aquellos gobernantes que estaban en el poder, sobre sus manos derechas.

por **Teniente Lecrerc** Jue Nov 08, 2012 8:38 am

El teatro ya llegaba a su culminación, se quedó sorprendido por el resultado del análisis de la chica, ciertamente, se sentía intrigado, haría buen negocio viéndose más con aquella mujer, ya había tanteado el terreno, así que ya no tenía nada que hacer por allí. Se puso en pie.

-En fin... ya nos veremos, Señorita Boissieu, tengalo en cuenta, le llegará una carta con todos los datos y con un pago por adelantado, espero que disfrute de lo que queda de noche. Adiós.

El oficial le dedicó una última sonrisa a la mujer, y se fue por donde vino.

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