AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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OverSoul [Ehlena]
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OverSoul [Ehlena]
Cuando había partido un día, con destino a Inglaterra, sin un propósito fijo, o al menos negándose a aceptar que su único vínculo con esas tierras era la mujer con la que se suponía iba a casarse en poco tiempo. Si alguien le hubiese preguntado unos cuantos años antes si se imaginaba en el lugar en el que estaba justo ahora, podría aún en ese instant responder claramente que no, aún ahora no podía ni creérselo. Lo más curioso del asunto, es que lo había aceptado tan fácilmente.
Hasta ahora, había sido simplemente un duque, e incluso con ello, sentía que estaba fuera de lugar, tuvo que reírse ahora que se daba cuenta. Acababa de aceptar ser un príncipe cuando no sabía cómo debía ser uno. Hasta hace algún tiempo, odiaba a la realeza, era como una burla que le jugara el destino. Claro que ese camino lo había forjado él mismo. No podía culpar a nadie. No sabía si sentirse aliviado o preocupado, el emperador le había propuesto para estar en ese lugar privilegiado y sin duda alguna, eso le hacía pensar que confiaban en él, incluso si sus dotes diplomáticos no eran los que se esperaban de la nobleza.
Isley había crecido siendo un cazador, lejos de todo aquello salvo en una niñez muy temprana. Llevaba cerca de ocho años intentando acoplarse a ello y no se podía decir que lo hubiese logrado al cien por ciento. Intentaba mantenerse en los límites. Su naturaleza casi salvaje y su forma de hacer las cosas eran poco adecuadas en ocasiones. Pero había encontrado fácil mantenerse en un perfil bajo en ocasiones, incluso si podía sentir las miradas sobre él. Más que un porte elegante y fino, el suyo era intimidante.
Ya había anochecido y se dirigió hacia la única propiedad que había adquirido, antes, él no necesitaba de algo como eso, pero hacerse a la idea de tener un 'hogar' no se le había hecho tan complicado. Era como tener un punto al cual llegar, la edificación tal como su actual propietario, era más bien simple, de formas cuadrangulares, pero un tanto impresionante, a pesar de que aún no estaba tan cerca, podía verla, el foso y ciertas cosas eran innecesarios en esa época y más por el lugar en el que se encontraba, pero a él la idea le había atraído.
Su caballo iba con calma, ya conocía esos parajes, Is acarició el negro pelaje mientras el característico sonido que hacían las herraduras al chocar contra el suelo era casi lo único que escuchaba. Los animales nocturnos o incluso los que no lo eran, poseían el instinto, alejándose mientras el avanzaba por el camino. Para él, ese instinto era mejor que el razonamiento de un ser humano. El se fiaba del suyo, y era gracias a ello, que a pesar de las incontables batallas ningún ser sobrenatural le había herido hasta entonces.
Pero su problema justo ahora, más que darse cuenta de que sus responsabilidades eran aún mayores, había aceptado regresar a una vida que jamás resultó ser suya, porque vivió tan lejos de los lujos y de las enseñanzas que se le dan a alguien de clase alta. Sabía leer, escribir, había aprendido no solo a luchar, sino que incluso si no se notaba en sus acciones, se le había formado en más de un campo, pero eso no le daba la actitud y mucho menos la apariencia de un noble. Estando solo, sin que nadie pudiese juzgar ni sus ropas o su apariencia, cosas que le parecían vanales, era como seguir viendo al cazador.
Pero gracias a la recomendación del emperador y que la Dieta estuviese de acuerdo, ya no era más un duque, era un príncipe, tal como su amigo, y sin embargo, eran totalmente diferentes. Isley, con todo, se preocupaba por la gente, era esa su razón de ponerse a sí mismo en un sitio como ese, teniendo una convicción que nadie lograría cegar. Su único y tal vez pequeño problema, era que su prometido ni siquiera sabía que poseía un título, al volver, no solo tenía que informarle de eso, si no decirle el que poseía ahora. ¿En qué momento se le había ocurrido la maravillosa y estúpida idea de pensar que era un detalle irrelevante y no sacarlo a relucir? Si, pensó que Klett cuando le hablaba y le veía como cazador era totalmente algo satisfactorio, ahora tendría que lidiar con informarle poco antes de la boda quién era y esperaba que todo saliese bien, aunque tal vez debería hablar con su abuelo primero, al menos se sorprendería un poco menos que ella.
Era la primera vez que tenía algo parecido a una preocupación ocupando su mente. Lo más común era que tomara las cosas tal cual venían y dijese, incluso si cuidaba sus palabras, las cosas de la forma más directa y simple posible. Solo cuando algo le ponía nervioso se ponía a hablar más de la cuenta, e incluso entonces solo lo hacía cuando no encontraba como decir las cosas, peor aún, solo una vez se había sentido así, justo con aquel anciano informándole que quería casarse con la nieta que tanto le preocupaba y quería.
Un sonido le hizo desvanecer todo pensamiento de su mente. Cualquiera habría pensado que podía ser un animal cualquiera, uno pequeño entre la maleza, pero sus sentidos le hicieron jalar las riendas hacia una dirección concreta, la forma en que se había escuchado, podía calcular que no era para nada algo como eso. Era un cazador al menos aún en muchos sentidos, aunque ya no debía comportarse como tal -¿Hay alguien ahí? – Preguntó con esa voz grave y fuerte que le caracterizaba. Era raro ver a alguien por ahí, al menos de noche, pero tampoco podía decir que no podía ocurrir. Su caballo, acostumbrado a su dueño no se asustaría incluso si había peligro, era como si fuese parte de Isley mientras lo montaba, la calma del hombre parecía reinar también sobre el corcel. Un hombre con miedos no podía sobrevivir cuando vivías entre las sombras y él lo había hecho demasiado tiempo.
Hasta ahora, había sido simplemente un duque, e incluso con ello, sentía que estaba fuera de lugar, tuvo que reírse ahora que se daba cuenta. Acababa de aceptar ser un príncipe cuando no sabía cómo debía ser uno. Hasta hace algún tiempo, odiaba a la realeza, era como una burla que le jugara el destino. Claro que ese camino lo había forjado él mismo. No podía culpar a nadie. No sabía si sentirse aliviado o preocupado, el emperador le había propuesto para estar en ese lugar privilegiado y sin duda alguna, eso le hacía pensar que confiaban en él, incluso si sus dotes diplomáticos no eran los que se esperaban de la nobleza.
Isley había crecido siendo un cazador, lejos de todo aquello salvo en una niñez muy temprana. Llevaba cerca de ocho años intentando acoplarse a ello y no se podía decir que lo hubiese logrado al cien por ciento. Intentaba mantenerse en los límites. Su naturaleza casi salvaje y su forma de hacer las cosas eran poco adecuadas en ocasiones. Pero había encontrado fácil mantenerse en un perfil bajo en ocasiones, incluso si podía sentir las miradas sobre él. Más que un porte elegante y fino, el suyo era intimidante.
Ya había anochecido y se dirigió hacia la única propiedad que había adquirido, antes, él no necesitaba de algo como eso, pero hacerse a la idea de tener un 'hogar' no se le había hecho tan complicado. Era como tener un punto al cual llegar, la edificación tal como su actual propietario, era más bien simple, de formas cuadrangulares, pero un tanto impresionante, a pesar de que aún no estaba tan cerca, podía verla, el foso y ciertas cosas eran innecesarios en esa época y más por el lugar en el que se encontraba, pero a él la idea le había atraído.
Su caballo iba con calma, ya conocía esos parajes, Is acarició el negro pelaje mientras el característico sonido que hacían las herraduras al chocar contra el suelo era casi lo único que escuchaba. Los animales nocturnos o incluso los que no lo eran, poseían el instinto, alejándose mientras el avanzaba por el camino. Para él, ese instinto era mejor que el razonamiento de un ser humano. El se fiaba del suyo, y era gracias a ello, que a pesar de las incontables batallas ningún ser sobrenatural le había herido hasta entonces.
Pero su problema justo ahora, más que darse cuenta de que sus responsabilidades eran aún mayores, había aceptado regresar a una vida que jamás resultó ser suya, porque vivió tan lejos de los lujos y de las enseñanzas que se le dan a alguien de clase alta. Sabía leer, escribir, había aprendido no solo a luchar, sino que incluso si no se notaba en sus acciones, se le había formado en más de un campo, pero eso no le daba la actitud y mucho menos la apariencia de un noble. Estando solo, sin que nadie pudiese juzgar ni sus ropas o su apariencia, cosas que le parecían vanales, era como seguir viendo al cazador.
Pero gracias a la recomendación del emperador y que la Dieta estuviese de acuerdo, ya no era más un duque, era un príncipe, tal como su amigo, y sin embargo, eran totalmente diferentes. Isley, con todo, se preocupaba por la gente, era esa su razón de ponerse a sí mismo en un sitio como ese, teniendo una convicción que nadie lograría cegar. Su único y tal vez pequeño problema, era que su prometido ni siquiera sabía que poseía un título, al volver, no solo tenía que informarle de eso, si no decirle el que poseía ahora. ¿En qué momento se le había ocurrido la maravillosa y estúpida idea de pensar que era un detalle irrelevante y no sacarlo a relucir? Si, pensó que Klett cuando le hablaba y le veía como cazador era totalmente algo satisfactorio, ahora tendría que lidiar con informarle poco antes de la boda quién era y esperaba que todo saliese bien, aunque tal vez debería hablar con su abuelo primero, al menos se sorprendería un poco menos que ella.
Era la primera vez que tenía algo parecido a una preocupación ocupando su mente. Lo más común era que tomara las cosas tal cual venían y dijese, incluso si cuidaba sus palabras, las cosas de la forma más directa y simple posible. Solo cuando algo le ponía nervioso se ponía a hablar más de la cuenta, e incluso entonces solo lo hacía cuando no encontraba como decir las cosas, peor aún, solo una vez se había sentido así, justo con aquel anciano informándole que quería casarse con la nieta que tanto le preocupaba y quería.
Un sonido le hizo desvanecer todo pensamiento de su mente. Cualquiera habría pensado que podía ser un animal cualquiera, uno pequeño entre la maleza, pero sus sentidos le hicieron jalar las riendas hacia una dirección concreta, la forma en que se había escuchado, podía calcular que no era para nada algo como eso. Era un cazador al menos aún en muchos sentidos, aunque ya no debía comportarse como tal -¿Hay alguien ahí? – Preguntó con esa voz grave y fuerte que le caracterizaba. Era raro ver a alguien por ahí, al menos de noche, pero tampoco podía decir que no podía ocurrir. Su caballo, acostumbrado a su dueño no se asustaría incluso si había peligro, era como si fuese parte de Isley mientras lo montaba, la calma del hombre parecía reinar también sobre el corcel. Un hombre con miedos no podía sobrevivir cuando vivías entre las sombras y él lo había hecho demasiado tiempo.
Is M. Montgomery- Realeza Germánica
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Re: OverSoul [Ehlena]
¨Los aliados son necesarios, pero son prescindibles, cuando el juego le corresponde a uno solo.¨
Luis Gabriel Carrillo Navas
Luis Gabriel Carrillo Navas
-Demorara mucho su alteza?- pregunto al mayordomo, quien le traía una taza de te mientras esperaba.
-Estoy seguro, que su alteza llegara en poco madame.
-Ho, muchas gracias,- Dijo ella tomando la taza de porcelana entre sus manos. El viaje había sido algo extenuante, mas teniendo en cuenta la situación familiar que se presentaba e aquellos momentos, pero como condesa del sacro imperio debía atender a sus obligaciones; las cuales había tenido muy abandonadas últimamente, pues su relación con el antiguo emperador no había sido la mejor, y antes de hacer algo que acarreara consecuencias mayores, prefirió ponerse al margen y dedicarse a otros asuntos.
Estaba próxima la coronación del príncipe Isley y todos los nobles habían sido convocados, ella llego antes por si se le requería para algún otro asunto. En realidad no conocía mucho de aquel hombre que ascendería al trono, pero las veces que le había visto parecía ser muy callado, serio y con cara de pocos amigo .Sabia también que pronto contraería nupcias con la duquesa de Inglaterra, pero solo hasta allí. De hecho Por eso había llegado antes, para conocerle un poco mas y no ser tomada por sorpresa por los demás miembros .Aunque tenía la vaga sorpresa de que quizás ellos no tendrían más conocimiento de aquello, al igual que ella.
Ehlena no había pedido obtener ese cargo, en realidad quería mantenerse al margen de todo aquello ya que le recordaba a su padre y todo lo que había hecho este por no ser desheredado. Aun podía sentir el calor de las llamas que consumieron a su madre frete a sus ojos cuando aún era una pequeña. Su padre había traicionado a la mujer que le entrego su corazón, y todo por un titulo y una herencia, el se caso solo por eso ocultando sus verdaderas inclinaciones .Una fuerte voz la saco de su breve evocación.
-El amo ha llegado madame…- Dijo el anciano dirigiéndose la sala, ella se levanto dejando la taza de té a un lado mientras la imponente figura del nuevo emperador hacia presencia en la habitación.
-Majestad…- Dijo delicadamente haciendo una reverencia al hombre, como era lo apropiado.-Es un honor para mí estar ante su presencia. Disculpe si he venido sin previo aviso a importunarle, pero siendo honestos, y espero me disculpe, quería conocerlo antes de a coronación, ya que anteriormente no habíamos tenido la oportunidad de tratar con usted- Dijo con mucho respeto levantando la mirada. El hombre parecía muy serio, Quizás no le había gustado la visita? Esperaba que esto no trajera problemas, con los que había tenido hasta ahora tenia suficientes.
-Pero, me puedo retirar –Dijo en última instancia, no quería que pensara que ella le estaba haciendo perder el tiempo
-Estoy seguro, que su alteza llegara en poco madame.
-Ho, muchas gracias,- Dijo ella tomando la taza de porcelana entre sus manos. El viaje había sido algo extenuante, mas teniendo en cuenta la situación familiar que se presentaba e aquellos momentos, pero como condesa del sacro imperio debía atender a sus obligaciones; las cuales había tenido muy abandonadas últimamente, pues su relación con el antiguo emperador no había sido la mejor, y antes de hacer algo que acarreara consecuencias mayores, prefirió ponerse al margen y dedicarse a otros asuntos.
Estaba próxima la coronación del príncipe Isley y todos los nobles habían sido convocados, ella llego antes por si se le requería para algún otro asunto. En realidad no conocía mucho de aquel hombre que ascendería al trono, pero las veces que le había visto parecía ser muy callado, serio y con cara de pocos amigo .Sabia también que pronto contraería nupcias con la duquesa de Inglaterra, pero solo hasta allí. De hecho Por eso había llegado antes, para conocerle un poco mas y no ser tomada por sorpresa por los demás miembros .Aunque tenía la vaga sorpresa de que quizás ellos no tendrían más conocimiento de aquello, al igual que ella.
Ehlena no había pedido obtener ese cargo, en realidad quería mantenerse al margen de todo aquello ya que le recordaba a su padre y todo lo que había hecho este por no ser desheredado. Aun podía sentir el calor de las llamas que consumieron a su madre frete a sus ojos cuando aún era una pequeña. Su padre había traicionado a la mujer que le entrego su corazón, y todo por un titulo y una herencia, el se caso solo por eso ocultando sus verdaderas inclinaciones .Una fuerte voz la saco de su breve evocación.
-El amo ha llegado madame…- Dijo el anciano dirigiéndose la sala, ella se levanto dejando la taza de té a un lado mientras la imponente figura del nuevo emperador hacia presencia en la habitación.
-Majestad…- Dijo delicadamente haciendo una reverencia al hombre, como era lo apropiado.-Es un honor para mí estar ante su presencia. Disculpe si he venido sin previo aviso a importunarle, pero siendo honestos, y espero me disculpe, quería conocerlo antes de a coronación, ya que anteriormente no habíamos tenido la oportunidad de tratar con usted- Dijo con mucho respeto levantando la mirada. El hombre parecía muy serio, Quizás no le había gustado la visita? Esperaba que esto no trajera problemas, con los que había tenido hasta ahora tenia suficientes.
-Pero, me puedo retirar –Dijo en última instancia, no quería que pensara que ella le estaba haciendo perder el tiempo
Ehlena Blancquart- Hechicero/Realeza
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Re: OverSoul [Ehlena]
El mayordomo, un hombre anciano al que había conocido más o menos por el tiempo en el que había aceptado el título de duque era una de las pocas personas en aquel castillo que no había sido arrastrada por el desde su época de cazador. Normalmente era él quien le decía -lo que el sentido común que no tenía- sobre qué hacer en ciertas circunstancias.
Ahora le avisaba que alguien estaba esperándole. Is, con la capa negra aún cubriéndole, pues debajo de ella no iba vestido de acuerdo a lo que las normas de la realeza establecían. De hecho rara vez se veía como uno de ellos y no le preocupaba demasiado, pero decidió dejarse la larga prenda de tela solo quitándose la capucha cuando entró en el lugar en el que le esperaban.
La mirada severa y rígida que le dirigió era la forma en la que solía ver a la mayoría de las personas, y eso que en esos años había buscado no parecer tan agresivo con las personas con las que ahora le rodeaban -Buenas Noches - Dijo con la voz grave y firme que poseía. Se quedó en silencio mientras ella hablaba. Casi gruñó al ver su actitud. Le había visto antes, no es que fuese ignorante de los otros miembros de la realeza del Imperio. Era solo que no había esperado después de todo, tener que tratarles más que antes.
-No me molesta- contestó de esa forma seca que era la única que tenía para hablar la mayoría de las veces. Raras eran las veces que hablaba con soltura o decía algún discurso que lo valiera para llamarlo como tal. Solo les había visto en esas reuniones que rara vez ocurrían y en ellas siempre permanecía en silencio hasta que tenía que era inevitable tener que dar su sincera opinión sobre algo. Porque no había forma que dijese algo que no le parecía.
Pero entendía que más de uno estuviese intrigado en el hecho de que ahora fuese a tener un cargo aún más alto. Su curiosidad y su interés creía comprenderlos, pero como su mente parecía tan diferente por momentos, se abstuvo de decir algo al respecto -Se ha tomado la molestia de venir hasta aquí, comprendo que quiera saber más de mí en estas circunstancias - Quería preguntar directamente si había algo particular que deseara hablar con él pero detrás de ella vio pasar a uno de sus sirvientes. Más que eso, a uno de sus antiguos aliados, que aún le servían en formas que no eran solo de un ayudante o un criado.
Isley no estaba aocstumbrado a tener todo aquello. Los lujos innecesarios, incluso ese castillo, pero a veces le parecía que tenía algo de bueno aquello, poseía un poder diferente al que podía usar siendo solo un cazador y si bien era un poco inadecuado, su carácter rudo, casi apático, quería el bien para su pueblo y la gente. Eso siempre había sido igual, de una u otra forma. Pero por mucho que quisiera saber la razón por la que ella estaba ahí, decía que por conocerle antes de la coronación, pero conocer a una persona enuna sola visita sonaba más bien irreal, probablemente ella quería solo averiguar qué clase de persona sería ahora quien estuviese a un paso del trono.
Ahora le avisaba que alguien estaba esperándole. Is, con la capa negra aún cubriéndole, pues debajo de ella no iba vestido de acuerdo a lo que las normas de la realeza establecían. De hecho rara vez se veía como uno de ellos y no le preocupaba demasiado, pero decidió dejarse la larga prenda de tela solo quitándose la capucha cuando entró en el lugar en el que le esperaban.
La mirada severa y rígida que le dirigió era la forma en la que solía ver a la mayoría de las personas, y eso que en esos años había buscado no parecer tan agresivo con las personas con las que ahora le rodeaban -Buenas Noches - Dijo con la voz grave y firme que poseía. Se quedó en silencio mientras ella hablaba. Casi gruñó al ver su actitud. Le había visto antes, no es que fuese ignorante de los otros miembros de la realeza del Imperio. Era solo que no había esperado después de todo, tener que tratarles más que antes.
-No me molesta- contestó de esa forma seca que era la única que tenía para hablar la mayoría de las veces. Raras eran las veces que hablaba con soltura o decía algún discurso que lo valiera para llamarlo como tal. Solo les había visto en esas reuniones que rara vez ocurrían y en ellas siempre permanecía en silencio hasta que tenía que era inevitable tener que dar su sincera opinión sobre algo. Porque no había forma que dijese algo que no le parecía.
Pero entendía que más de uno estuviese intrigado en el hecho de que ahora fuese a tener un cargo aún más alto. Su curiosidad y su interés creía comprenderlos, pero como su mente parecía tan diferente por momentos, se abstuvo de decir algo al respecto -Se ha tomado la molestia de venir hasta aquí, comprendo que quiera saber más de mí en estas circunstancias - Quería preguntar directamente si había algo particular que deseara hablar con él pero detrás de ella vio pasar a uno de sus sirvientes. Más que eso, a uno de sus antiguos aliados, que aún le servían en formas que no eran solo de un ayudante o un criado.
Isley no estaba aocstumbrado a tener todo aquello. Los lujos innecesarios, incluso ese castillo, pero a veces le parecía que tenía algo de bueno aquello, poseía un poder diferente al que podía usar siendo solo un cazador y si bien era un poco inadecuado, su carácter rudo, casi apático, quería el bien para su pueblo y la gente. Eso siempre había sido igual, de una u otra forma. Pero por mucho que quisiera saber la razón por la que ella estaba ahí, decía que por conocerle antes de la coronación, pero conocer a una persona enuna sola visita sonaba más bien irreal, probablemente ella quería solo averiguar qué clase de persona sería ahora quien estuviese a un paso del trono.
Is M. Montgomery- Realeza Germánica
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Re: OverSoul [Ehlena]
La mirada dura del hombre se cernía sobre la bruja, se notaba que el hombre no era de buen carácter y e pocos a amigos, o al menos eso aparentaba, Ehlena no sentía intimidada por aquello, estaba acostumbrada a todo tipo de miradas, mas malas que buenas, y si al aparecer la visita no había agradado mucho al ¨futuro rey¨ su voz tosca y su actitud renuente lo hacían notar ,desconocía el motivo, ya que ella no sabía nada de él y estaba segura de que no le conocía a ella y es más, siquiera con suerte conocería a alguno de aquella parvada de interesados .¨No me molesta.¨ Dijo él ,ella no sabía por qué aquellas palabras o le convencían, quizás de verdad si había sido mala idea ir allí, sin embargo el empezó a decir algunas cosas tan propias formales. Aun seguía sospesando la idea.
-Claro su alteza- dijo ella sin vacilar – Como podía perder la oportunidad de venir a conocerle. Es uno de mis deberes ponerme a su entera disposición – ella sabía muy bien que lo decía de dientes para afuera, las obligaciones reales nunca fueron su prioridad, tampoco hacían parte de su de sus actividades predilectas, sin embrago si quería conservar su título tenía que hacer presencia ante algunos actos. Pues podría ser la una hija de Agathor Calligaris, pero el tenia sobrinos que querían destituir a la joven bruja, y eso era algo que ella jamás permitiría., además, tenía verle el lado positivo a todo esto, siempre podía ser migas con el futuro Rey… al fin y al cabo este quisiera ella o no ella poseía ciertos dones que podía utilizar a su favor.
-El camino como siempre, algo incomodo ya que he es toda une travesía el viaje desde Francia hasta aquí, pero valdría la pena todo esto.- no aparto su mirada de la del hombre hasta que el pareció desviarla por un momento hacia algo o alguien, en realidad sabia muy poco de él, en si no sabía de su linaje o nada parecido, era un perfecto desconocido no solo para ella sino para muchos en el reino, obtener su favor por un motivo u otro sería muy conveniente, sin embargo mas delante tendría tiempo para eso, por ahora en realidad quería solo resolver sus incógnitas con respecto a él.
-Bueno mis motivos son claros su alteza, mi motivo para llegar hasta aquí era conocerle, debido a que aunque no soy miembro frecuente la corte nunca le he visto y siento la necesidad de saber quién será el próximo gobernante. Espero esto no sea muy atrevido de mi parte, si le parece así me disculpo de antemano, pero en realidad soy una mujer muy directa. –alzo un poco su mentón, una sonrisa a medias se dibujo en los rosados labios sin apartar sus ojos, su actitud confiada y su seguridad nunca le abandonaban, y aunque el hombre delante de ella midiera dos metros , fuera una sexy masa de músculos –porque claro no era ciega y este hombre tenía lo suyo- y fuera el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico , nunca se sentía intimidada por eso.. al fin y al cabo un simple humano era…
-Claro su alteza- dijo ella sin vacilar – Como podía perder la oportunidad de venir a conocerle. Es uno de mis deberes ponerme a su entera disposición – ella sabía muy bien que lo decía de dientes para afuera, las obligaciones reales nunca fueron su prioridad, tampoco hacían parte de su de sus actividades predilectas, sin embrago si quería conservar su título tenía que hacer presencia ante algunos actos. Pues podría ser la una hija de Agathor Calligaris, pero el tenia sobrinos que querían destituir a la joven bruja, y eso era algo que ella jamás permitiría., además, tenía verle el lado positivo a todo esto, siempre podía ser migas con el futuro Rey… al fin y al cabo este quisiera ella o no ella poseía ciertos dones que podía utilizar a su favor.
-El camino como siempre, algo incomodo ya que he es toda une travesía el viaje desde Francia hasta aquí, pero valdría la pena todo esto.- no aparto su mirada de la del hombre hasta que el pareció desviarla por un momento hacia algo o alguien, en realidad sabia muy poco de él, en si no sabía de su linaje o nada parecido, era un perfecto desconocido no solo para ella sino para muchos en el reino, obtener su favor por un motivo u otro sería muy conveniente, sin embargo mas delante tendría tiempo para eso, por ahora en realidad quería solo resolver sus incógnitas con respecto a él.
-Bueno mis motivos son claros su alteza, mi motivo para llegar hasta aquí era conocerle, debido a que aunque no soy miembro frecuente la corte nunca le he visto y siento la necesidad de saber quién será el próximo gobernante. Espero esto no sea muy atrevido de mi parte, si le parece así me disculpo de antemano, pero en realidad soy una mujer muy directa. –alzo un poco su mentón, una sonrisa a medias se dibujo en los rosados labios sin apartar sus ojos, su actitud confiada y su seguridad nunca le abandonaban, y aunque el hombre delante de ella midiera dos metros , fuera una sexy masa de músculos –porque claro no era ciega y este hombre tenía lo suyo- y fuera el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico , nunca se sentía intimidada por eso.. al fin y al cabo un simple humano era…
Ehlena Blancquart- Hechicero/Realeza
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Re: OverSoul [Ehlena]
Is sonrió de medio lado, como si le hiciesen gracia sus palabras. No era tonto y si bien no se le daban bien tratar con otras personas de esa forma en que las altas esferas lo hacían, debía decir que prefería la sinceridad a las palabras disfrazadas, así fuese por un buen motivo. Le hizo una seña para que se sentara en uno de aquellos sillones que sin ninguna duda, solo verlos, no habían sido elegidos por él.
Se dispuso a tomar asiento frente a ella, nunca pensó verse en esa situación. Siendo duque no había tenido que decir mucho acerca de cómo había obtenido un título como aquel, pero sabía que al pasar de ello a ser algo más, en algún momento habría que dejar saber cierta información. El nombre de su familia había sido borrado de los registros, al menos de los datos que estuviesen a disposición de todos. Ni siquiera él estaba seguro de lo que había sucedido tiempo atrás, cuando su familia se vio despojada de todo y él terminó con los cazadores y fue creciendo como uno de ellos -Siento que haya tenido que recorrer el camino hasta aquí, me gustan los lugares apartados - Y ese sin duda era una fortaleza para él. Un lugar que sería difícil penetrar -He de suponer que más de uno de ustedes sentirá curiosidad ¿Le preocupan mis orígenes? – Le miró con esa mirada segura y pesada que poseía -Temo, condesa, que no pueda decirle demasiado. Mi familia pertenecía a la nobleza, la historia es un tanto compleja - Y para quienes lo recordaran, Isley había aparecido de pronto un día y se le había presentado como un duque, puesto que anteriormente había sido otorgado a su padre, según recordaba.
Is estaba tomando como una prueba aquello. No quería ser un gobernante que fuese incapaz de comunicarse con el resto. Su idea estaba lejos de suceder sin embargo. La forma despreocupada en la que se había sentado, el hecho de que aún trajese puestas esas ropas, toda la imagen no era acorde a lo que probablemente ella podría haberse esperado. Podría decirle sobre él, pero eso sería darle información de algo que tal vez no fuese necesario y como siempre, más valía ser precavido. Tampoco se negaría a responder o seguir con aquella conversación. Ella decía no haberle visto, no estaba seguro entonces como él podía ubicarla tan fácilmente. Seguramente era parte de la información que le habían dado cuando se proclamó que sería príncipe en el Imperio. Los que alguna vez habían sido sus compañeros en el campo de batalla y que aún ahora estaban de algún modo bajo sus órdenes, se habían encargado de ayudarle a saber sobre casa persona que se encontraría en el reino y con las que probablemente tendría que hablar en algún momento. ¿Qué clase de príncipe o Rey sería si desconocía de antemano a la gente que estaría supuestamente cerca de él?
Ahora la situación pasaba a un nivel distinto sin que él hubiese asimilado del todo aquello -¿Ha tenido un viaje tranquilo desde Francia? - En ese momento recordó que él tendría que viajar a París, por su amigo, no sabía la situación ahora. y después a Inglaterra. Tal vez justo después de que todo allí estuviese en orden pudiese buscar la forma de ir tan pronto como pudiese. Después de todo estaban justo en los preparativos de una boda cuando fue llamado de regreso al Imperio. Su actitud ahora parecía serena, como ubicándose en aquel contexto. Le había llevado años poder hacer eso, apaciguar aquella tormenta que parecía venir con él. Acallar al cazador que aún era en muchos sentidos, Isley estaba acostumbrado a que su aire imponente hiciera más que sus palabras, pero ya había sido sacado del área en la que se desenvolvía y si quería lograr algo tendría que acoplarse lo suficiente –Puede preguntar sin miedo – Después de todo, ella no lo tenía. Podía decirlo con una mirada. Ver a tantas personas estarlo en su presencia, seguro era más entretenido viendo que ese no era el caso ahora – La voz grave del hombre, la mirada intensa se centraron en su visitante, al mismo tiempo que uno de sus subordinados servía una copa de vino a la dama frente a él.
Se dispuso a tomar asiento frente a ella, nunca pensó verse en esa situación. Siendo duque no había tenido que decir mucho acerca de cómo había obtenido un título como aquel, pero sabía que al pasar de ello a ser algo más, en algún momento habría que dejar saber cierta información. El nombre de su familia había sido borrado de los registros, al menos de los datos que estuviesen a disposición de todos. Ni siquiera él estaba seguro de lo que había sucedido tiempo atrás, cuando su familia se vio despojada de todo y él terminó con los cazadores y fue creciendo como uno de ellos -Siento que haya tenido que recorrer el camino hasta aquí, me gustan los lugares apartados - Y ese sin duda era una fortaleza para él. Un lugar que sería difícil penetrar -He de suponer que más de uno de ustedes sentirá curiosidad ¿Le preocupan mis orígenes? – Le miró con esa mirada segura y pesada que poseía -Temo, condesa, que no pueda decirle demasiado. Mi familia pertenecía a la nobleza, la historia es un tanto compleja - Y para quienes lo recordaran, Isley había aparecido de pronto un día y se le había presentado como un duque, puesto que anteriormente había sido otorgado a su padre, según recordaba.
Is estaba tomando como una prueba aquello. No quería ser un gobernante que fuese incapaz de comunicarse con el resto. Su idea estaba lejos de suceder sin embargo. La forma despreocupada en la que se había sentado, el hecho de que aún trajese puestas esas ropas, toda la imagen no era acorde a lo que probablemente ella podría haberse esperado. Podría decirle sobre él, pero eso sería darle información de algo que tal vez no fuese necesario y como siempre, más valía ser precavido. Tampoco se negaría a responder o seguir con aquella conversación. Ella decía no haberle visto, no estaba seguro entonces como él podía ubicarla tan fácilmente. Seguramente era parte de la información que le habían dado cuando se proclamó que sería príncipe en el Imperio. Los que alguna vez habían sido sus compañeros en el campo de batalla y que aún ahora estaban de algún modo bajo sus órdenes, se habían encargado de ayudarle a saber sobre casa persona que se encontraría en el reino y con las que probablemente tendría que hablar en algún momento. ¿Qué clase de príncipe o Rey sería si desconocía de antemano a la gente que estaría supuestamente cerca de él?
Ahora la situación pasaba a un nivel distinto sin que él hubiese asimilado del todo aquello -¿Ha tenido un viaje tranquilo desde Francia? - En ese momento recordó que él tendría que viajar a París, por su amigo, no sabía la situación ahora. y después a Inglaterra. Tal vez justo después de que todo allí estuviese en orden pudiese buscar la forma de ir tan pronto como pudiese. Después de todo estaban justo en los preparativos de una boda cuando fue llamado de regreso al Imperio. Su actitud ahora parecía serena, como ubicándose en aquel contexto. Le había llevado años poder hacer eso, apaciguar aquella tormenta que parecía venir con él. Acallar al cazador que aún era en muchos sentidos, Isley estaba acostumbrado a que su aire imponente hiciera más que sus palabras, pero ya había sido sacado del área en la que se desenvolvía y si quería lograr algo tendría que acoplarse lo suficiente –Puede preguntar sin miedo – Después de todo, ella no lo tenía. Podía decirlo con una mirada. Ver a tantas personas estarlo en su presencia, seguro era más entretenido viendo que ese no era el caso ahora – La voz grave del hombre, la mirada intensa se centraron en su visitante, al mismo tiempo que uno de sus subordinados servía una copa de vino a la dama frente a él.
Is M. Montgomery- Realeza Germánica
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