Tu silenciosa venganza... ¿o sera mi propia venganza? [Privado]

por **Yrina Stalevolova** Sáb Nov 24, 2012 2:44 pm

La venganza no es buena cuando no es la mía…
Por más que sea amarga… dulce ante mi paladar será…

Con la frente en alto montando aquel caballo tan negro como la misma noche, mi cabellera rubia ondeaba libre como mi cuerpo no lo era, hacia semanas que me habían enviado a revisar unas trampas a los bosques, muchas habían funcionado de la mejor de las maneras pero habían algunas que necesitaban reparación y/o cambiarlas por completo, había escogido esa noche ya que no había luna, aun cuando siempre era un verdadero festín salir a cazar esa noche no me encontraba ahí para hacer aquello. De mi Corcel colgaba una alforja de cuero en su interior habían toda la cantidad de elementos necesarios para la reparación de aquellas pequeñas catapultas, algunas ballestas y las tan simples trampas de piso. Internarse en el bosque de noche era ir directo al matadero, no tenía miedo en realidad hacía mucho tiempo había dejado de lado aquel sentimiento, todos mis tormentos se habían ido la noche en que mi muerte fue la única que me salvo.

Aquel lugar me lo conocía de memoria, de día y de noche detuve mi caballo de color negro al llegar donde había un roble tan ancho que mi cuerpo no lo podía abrazar, ahí estaba la primera trampa, estacas volantes. Me encarame del árbol dejando el faldón de mi vestido sobre el caballo siempre era más fácil andar un poco más libre. En mi escote tenía una estaca por si me atacaban, en mi portaligas un arma con balas de plata, y colgando de mi cadera otra alforja con lo necesario para reparar aquello. Subí hasta llegar a la rama que yo había preparado, un resorte no estaba, era por ese motivo que las estacas seguían en su lugar, me acomode en la rama que era lo bastante ancha para soportar mi peso, de mi pequeño bolsito saque una especie de alicates, un alambre y un resorte mucho más grande y con mas complexión, aquello permitiría que al salir la estaca volando lo hiciera con más fuerza. Quite la posadera de estacas doblando el alambre para darle mayor firmeza, golpee con el alicate algunos clavos que parecían querer salir, volví a la rama y con la ayuda de otra afirme la posadera… mientras entre medio colocaba el resorte que permitiría de aquel arma un verdadero acierto.

Luego de ajustar todo puse el antiguo alambre sobre la posadera de estacas y silbe para que mi caballo avanzara de esa forma activaría el mecanismo y cuando lo hizo pisando el alambre que daba hacia el suelo salió volando el primer señuelo – Perfecto – susurre, aquella era una trampa manual, solo inquisidores conocían de ella por eso mismo solo un inquisidor sabría como hacerla funcionar, puse ahora si las estacas en orden y me quede ahí apretando todo de nuevo…

En ese momento no te el verdadero silencio del bosque, el verano ya estaba en la ciudad y era escaso el viento que corría, a esas horas solo chillidos se escuchaban mas el ulular de un búho en la lejanía apoye mi espalda en el gran tronco y cerré los ojos, no necesitaba descansar sino mas bien quería escuchar… escuchar el silencio…

por **Sean O'Rouke** Miér Nov 28, 2012 8:30 pm

El vampiro había despertado con demasiada sed esa noche. Hacia dos noches que no se alimentaba correctamente por algún que otro motivo, siempre pasaba lo mismo, parecía que las noches duraban cada vez menos, esta en particular no tenia luna o la misma se escondía tras las nubes que estaban al parecer bastante bajas para su gusto. Tenía que pasar por el teatro para hacer unas pruebas de vestuario de rigor para esa temporada cuando estaban a escasos días del estreno esto le tomaba mas tiempo del normal.

Buscó en el armario algún atuendo simple, no quería llamar la atención con cosas extravagantes, prefería no hacerlo esa noche porque iría de caza y su cena tenia que ser abundante en este caso para mantenerse en buenas condiciones. Eligió una chaqueta de tres botones, negra en composé con el pantalón de vestir, un cinturón de cuero con sus iniciales , una camisa de cuello alto y un sombrero estilo galera pero algo mas baja. Se calzó los clásicos zapatos negros y colocó un pañuelo rojo en el bolsillo de la chaqueta y salio a la calle cerrando la puerta del departamento tras de sí.

Se permitió caminar unos pasos mientras controlaba secretamente las mentes de los transeúntes del lugar y buscaba alguna presa fácil, alguna victima que no perdiera nada al perder la vida, algún alma maldita, realmente se sentía un ángel de la muerte. Pasó al lado de un hombre demacrado por los fríos y por la humedad de la calle. El viejo estaba sentado a la entrada de una desvencijada casa. Así que no dudó al darle el beso de la muerte, se le acercó con una moneda en la mano y le dio una breve charla hasta tenerlo distraído y ahí cuando el hombre se descuidó se acercó a su cuello y lo mordió ferozmente, por la sed hasta que sintió el cuerpo del hombre enfriarse rápidamente mientras su cuerpo decaía en fuerzas y de a poco y sin librar batalla moría bajo sus fauces.

Lo dejo ahí tirado mientras continuo su marcha hacia el teatro. Ya estaba un poco saciado pero no era lo suficiente, nada era suficiente. Así que como aun contaba con tiempo decidió darse un paseo por los limites del bosque porque allí siempre algún alma perdida, algunos infieles y a veces algunos ritualistas ocupaban esos lugares aun sabiendo que se adentraban a la boca del lobo como se suele decir porque era el lugar preferido de los seres sobrenaturales.

Al pasar solo por el limite observó un corcel negro adentrándose en las oscuridades del mismo. Una blonda cabellera lo acompañaba, seria posible?... Seria demasiada coincidencia pero era posible que sea verdad, que la santa inquisición visitase esos lugares, era normal o al menos esperable. Pero el hecho no era la presencia de la inquisición en los bosques... el tema era el miembro que se presentaba.
Solo por las dudas se adentró en el bosque para dejar de lado la suposición y dejar las cosas mas en claro. Había una deuda pendiente que aun se tenia a si mismo por no haber podido evitar la muerte de su compañero hace unos años, algo terrible, un desenlace fatal que podía haber sido evitable.

Con estos pensamientos en la cabeza se adentro poco a poco en la inmensidad del bosque, sus pasos se hundían un poco en la tierra húmeda en parte por las lluvias acaecidas. Pocos ruidos lo cruzaban, a su paso los acallaba. Siempre había disfrutado mas del silencio cuando de incertidumbres de trataba. Siguió las huellas del caballo, y siguió el aroma el el aire, flores, sangre, perfume de mujer...
Llegó al lugar al rato donde encontró a la rubia subida al tronco de un árbol. Estaba reparando una trampa. Ajustó su vista para ver si realmente era quien pensaba y por desgracia lo era. Luego de observarla detenidamente, y dar cuenta de lo que llevaba consigo, salio de la copa del árbol donde había estado y se acercó al árbol donde estaba la muchacha -Vaya vaya... mira a quien me vengo a encontrar después de este largo tiempo. Para mi desgracia sigues viva, Yrina-
La cara del vampiro expresaba un odio eterno, como devorado y dolido por la perdida de su compañero a manos de la inquisidora.

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