La venganza no es dulce y menos si no es contigo. |Privado|

por **Deiran Chassier** Miér Abr 24, 2013 12:10 am

Después de haber caminado cierto tiempo comenzaba a desesperarse, iba como alma que se lo lleva el diablo como comúnmente solían decir pero quizás era solo un demonio atormentado por aquello. No abria sus ojos ante la vaguedad del asunto, solo se escabuía dentro de las sombras y susurros para abrirse paso, sin querer se topaba con objetos y los aventaba lejos, golpeaba hombro con hombro con los demás y quería asesinar, ese deseo tan sublime de arrancarle a alguien algo inrecuperable era eso u otra cosa. Comenzó a caminar más rápido casi corría disolviendose en las sombras de las paredes de las calles parisinas, esta noche no habría sangre habría amor comprado y quizás un poco de sangre.

Llegó hasta una de las zonas no tan transitadas por él y se fijo en toda la zona, no era de su tipo, no acostumbraba a hacer lo que haría pero todo era con tal de cerrarle el pico de ave de mal augurio a esa escoria con patas, era como una venganza contra ese ser que había despertado al demonio, lastimosamente alguién más pagaría la cuenta. Llegó a un burdel del cual nombre ni se fijó, para qué, si solo sería objeto de una noche, quizás dos o tres no importaba cuantas, estaba dispuesto a pagar lo necesario, lo suficiente, lo que fuese por despontricar la rabia que llevaba por dentro, destrozar con quien se fuese a encamar, no le importaba nada y más para eso existían los lugares como ese, para complacer al Cliente.

No le tomó ni dos segundos divisar todo el paisaje, mujeres con atuendos poco costosos, maquillaje de mala calidad y un tanto vulgares, lo cual decepcionó a Deiran puesto que no lo hacia todo tan malo como realmente lo estaba viendo, además la concurrencia y el lugar de mala muerte donde estaba metido no le agradaba, rogaba al cielo que hubiera un lugar exclusivo para necesidades especiales aún así esas necesidades tuvieran otro transfondo, arrancarle las visceras a alguien que quizas de esa manera no era como quería de mostrar su ira.

Dió una que otra vuelta cerca del lugar, le pidió a un mesero que le consiguiese una botella del alcohol, la más fuerte que tuvieran y que por favor le llamara al encargado del sitio, que no podía follar con cualquiera, así que le presentara a sus mejores mujeres. No tardó mucho la botella en llegar y era un whisky todo rancio pero parecía que acabaría con los quejares de cualquiera así que se colocó a servirse, cuando sus ojos denotaron la expresión de una mujer diferente en el lugar, su cabello dorado como los rayos de sol que hace mucho tiempo no miraba, su cuerpo delicado como el de una doncella de porcelana y sus francciones finas como de una princesa, esbozó una sonrisa y de inmediato se dijo a mi mismo, ella es la indicada.

Levantándose en un dos por tres, tomaba de un solo trago el alcohol barato y acercándose a ella, dirigiéndose se coloca de frente con una sonrisa de extraño porte -Mmmmm.... Buenas Noches Cariño.... ¿Será que esta noche gozamos de compañia mutua? Aunque no tengo mucho tiempo para el protocolo de la seducción sabes? Así que al al tiempo darle prisa- arqueando una ceja y extendiéndole el brazo, él creía haber acertado con la mujer perfecta.

por **Micaela Lamberg** Mar Abr 30, 2013 11:17 pm

Había terminado ya la rutina de todas las noches ya se le tornaba cansador y aburrido pero era su trabajo al fin y al cabo. Después quedaba en ella si quería estar o no con algún cliente, algunos pagaban muy bien por estar una noche con ella. Esa noche era normal al parecer pero siempre hay excepciones, cada tanto ella iba a un lugar especial donde se encontraban otra clase de clientes con dinero.
Caminando hacia el lugar se destacaba entre las demás ya que iba vestida de bailarina con sus cabellos rubio, un cuerpo delicado como una princesa de porcelana así le gustaba sentirse a veces. Siguió caminando hasta que un hombre se paro frente a ella sonriéndole y escucho sus palabras mmm no puedo negarme a tal propuesta cariñono era común en ella saltearse tal protocolo pero sería interesante ir directamente al asunto, ya que estaba acostumbrada a ese protocolo.
Comenzamos a caminar por el lugar esquivando mesas, personas para luego dirigirnos hacia las habitaciones de arriba, debimos subir una escalera para llegar arriba y luego caminar un largo pasillo hasta llegar al final de esté para así encontrarse con la habitación de ella. Solo se abrió la puerta, ella entro primero para caminar por la habitación para luego quedarse parada a un lado de la cama. Esperando a que él entre.

por **Deiran Chassier** Sáb Mayo 04, 2013 11:59 pm

No esperaba tardar tanto tiempo, no es que le gustara ser tan diplomático en ese tipo de situaciones, era la primera vez que lo hacía y sí, quizas podría parecer nuevo, solo quería desquitar el odio que llevaba por dentro, aún más se odiaba por sentir aquello, siempre pregonando que esos sentimientos no traían nada, que él no era humano para estarlos sintiendo y vean patéticamente había terminado en un burdel, de la mano de una desconocida a punto de encamarla inutilmente para olvidar algo que no estaba muy claro qué era, quizás lo hacía por venganza pero contra quién? contra cual? Quizá todo aquello era contra sí mismo. Inutilmente de esa forma, sabría que no acabaría bien lo que esa noche se succitaría. Aun con el vaso de alcohol que le había servido seguía a la desconocida, en sus adentros se preguntaba si realmente quisiese tener algo con él ,de esa manera, enfermizamente era uno de los peores trabajos, entregarle el cuerpo a alguien que no conoces por unas cuantas monedas, la verdad el dinero era lo de menos en la cabeza de Deiran, podía poner a mandarle un palacio si ella lo quisiera pero por qué, por qué trabajabar de eso, no era más fácil solo acostarse con ella y dejar de estar pensado en esas cosas que se le venían a la cabeza, se mordía los dientes por aquellos pensamientos, estaba claro, no se encontraba en su sano juicio.

Se quedó parado frente a una puerta al parecer era la habitación de la mujer de cabellos de oro, su vestido le combinaba my bien con la tez de su piel, que era tersa como la de una doncella, la mujer era bella, sin dudarlo tenía sus encantos, cualquier hombre sería capaz de notarlo, más con esas facciones como queriendo decir algo pero sin poderlo expresar bien, podía usar sus poderes para saber qué era lo que pensaba pero no le gustaba entrometerce en el mundo ajeno, a menos que realmente quisiese alguna información. La dama pasó, seguramente era su habitación, muy sencilla pero bien acogedora, no era a lo que Deiran comunmente estaba acostumbrado a visitar pero no hablaba de nadie, observó los alrededores y no había nada que le sorprendiese, realmente no. Se quedó un rato pensando y viendo de reojo la silueta de la mujer, su delicada contextura, estaba claro que era como de papel, tan delicada, con un medio movimiento y podría quebrarse. Dio dos pasos y entró no del todo, se quedó pensativo y obervó con cuidado la cama, ¿Cuántos hombres habrían pasado por ella? ¿Qué historia contarían las sábanas? se quedó ido en eso cuando volvió en sí al trancar la puerta.

Se movió lentamente por el espacio que les rodeaba, se paró frente a una de las ventanas que tenía la habitación, daba la vista con la calle, se quedó unos segundos ahí olfateando desde lejos el aroma de la mujer -¿Se te hace extraño todavía O ya a estas alturas estás acostumbrada?- aún viendo el infinito horizonte esperando percibir la energía de la dama -Esto, esto de acostarte con los hombres o lo que sea por dinero.... ¿Aún te es difícil hacerlo?- se volteó para verle y acercársele con suma rapidez pero a la vez con cuidado. No quería fingir ser más quien no era así que no tenía por qué ocultar quien era él realmente, no era un humano y seguramente ella a estas alturas no era de su desconocimiento la existencia de estas tenebrosas y repudiantes criaturas así que no había porque ocultarse. Quedándose un rato parado frente a ella le contempló, observó su cabello, sus ojos, que delataban cierto aire de melancolía, sus labios y depsués su cuello, el elixir que por ella recorría. Se quedó pensativo y se tiro a la cama siempre viéndole. Aún no quería comenzar, podía pagarle toda la noche si quería, antes quería oír la respuesta a sus preguntas.

-No me trates como a un cliente, desde ahora te lo digo... realmente no sé que he venido a hacer aquí, dime tú ¿Qué quieres hacer?- viéndole de reojo -De un inicio venia con la idea de encamarme con alguna mujer pero te veo a ti, veo algo en tu mirada que me tiene intrigado pensando...- esperaba que la mujer antes de que pasase lo que tenía que pasar le sacara de dudas, ya esa mirada la había visto antes, solo que no estaba seguro de dónde.

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