Estar contigo a la fuerza [privado]

por **Jacques de Goncourt** Jue Ene 19, 2012 1:53 pm

un pequeño rubio de unos once años de edad, corría desde ya hacia horas pues su respiración era agitada, sus rostro sudoroso y cabello desordenado lo confirmaban; ya estaba lo suficiente mente lejos de la ciudad y se detuvo en seco comenzando a caminar con suma lentitud para recuperar un poco el aire.

-* tengo que apurarme tengo que alejarme mas o me encontrara*- si estaba huyendo de un ser que despreciaba por lo que le hizo a la mujer que le dio la vida y la cual el pequeño amaba con todo su ser, y no solo se conformo con hacerle daño a su ser querido si no que ahora se ase llamar su "padre" y no es mas que un vil pedazo de inútil que no sabe que hacer con sigo mismo. el pequeño estaba rojo tanto como de corre como de la rabia que tenia encima con el pelinegro.

-*como se se atrevió aun que sea pensar en venderme a esos asquerosos gitanos*- se sentó en el suelo para luego pegarle con sus manos cerradas-te maldigo Eerin-grito con todas sus fuerzas quería desahogarse y en ese momento esa era una buena manera

por **Eerin Schiffer** Jue Ene 19, 2012 9:45 pm

-Mierda…- musito mientras caminaba entre las calles de parís buscando un niño rubio con ojos azules y de un tamaño que le mostraba a los que le preguntaba, ¿Qué tenía mal en la cabeza? No entendía que se quería hacer responsable de algo que no pudo evitar, no solo se enfrascaba en su dolor, un dolor que había pasado también él, se quedo un momento pensando, debía entenderlo si había pasado por lo mismo, pero mejor dejar las cosas como están, él era el culpable y él, el que trataba de solucionar todo de una manera, más o menos pacifica.

Por suerte había encontrado una anciana que había dicho en donde se había ido, con su fino olfato encontró el olor del chico, era como un hilo que le indicaba hacia dónde ir, rio de forma malévola, pagaría por haberlo retado de esa manera, ¿acaso quería escapar? Aprendería a que nunca podría escapar de el, pues era más grande, mas habilidoso y mejor. No había durado ni media hora, gracias a sus fuerzas que ya controlaba pudo correr varias distancias sin cansarse y el olor del chico mostraba el camino que debía cursar.

Una figura pequeña apareció ante sus ojos, se quedo a veinte metros de el, mirando cómo se quejaba y gruñía solo, camino entre los árboles, hasta que salió detrás de el, con el ceño fruncido y los brazos cruzados-No utilices mi nombre o lo gastaras- dijo sujetándolo del cuello de la camisa para alzarlo dejando que sus pies dejaran el piso, rio al ver lo fácil que era controlarlo-Eres muy liviano- dijo riendo a carcajadas como si él fuera un muñeco de trapo lo dejo caer al piso.

Se quedo mirándolo como caía de bruces, se inclino sujetándolo del cabello mientras mantenía su ceño fruncido, le sujeto de sus cabellos obligándolo a verlo, para después pasar sus grande manos por sus mejillas hasta sujetar el mentón con firmeza, sonrió con malicia mientras acercaba su rostro al de él, aquellos ojos sí que lo retaban, cada gesto lo retaba, todo su ser lo retaba, dejo salir un bufido mientras lo soltaba empujándolo al piso.

-Creo que debería dejarte en un orfanato- se quejo levantándose del suelo para limpiarse sus pantalones y darle la espalda, para dejar salir una carcajada grave y malvada-ohm… ya recuerdo, eres un licántropo, eso quiere decir que cuando lo descubran, nadie te querrá y te votaran para la calle y bueno… probablemente es que algún cazador te de muerte- le miro de reojo sonriendo de medio lado-¿Cuántos días durarías?- pregunto –¿apostamos? Yo diría que tres días…tal vez menos-

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