Sola en mi habitación [Ryley]

por **Xiamara Kattalakis** Dom Nov 25, 2012 11:16 pm

Me encontraba en burdel, estaba nuevamente en la habitación que rento para cuando yo la voy a utilizar como cliente, me encontraba mal, me sentía deprimida, sin ganas de salir de la cama, si bien era cierto que me negaba a volver a la mansión por no preocupar a los sirvientes que me había cuidado desde cría, también lo cierto es que no quería volver porque era solo recordar a mis padres y sus muertes ese noche así como el cambio de mi vida.

Al ser amiga del dueño del burdel y ser de clase alta obviamente tenia privilegios y no necesitaba atender a nadie si no quería normalmente me gustaba pasarme los días por aquí ya que era una muy buena forma de distraerme, disfrutar y encima ganar mucho dinero, porque solo estaba con personas importantes y que pagasen muy bien además de que por lo general nadie veía mi rostro ya que usaba un antifaz para evitar ser descubierta ante la sociedad, cosa que no me podía importar menos pero lo hacía para mantener en alto el apellido "Kattalakis" y así no avergonzar a mis padres.

Al estar en la suite de clientes distinguidos podía llamar al servicio, así que pedí un baño, que una doncella muy amablemente vino a preparar el agua tibia, cuando estaba por irse le pedí que se quedara por si la llegaba a necesitar cosa que hice ya que ella me ayudo muy amablemente para ducharme, sabia porque la conocía que ella no era bisexual así que no le pedí absolutamente nada pero disfrute de su contacto cuando limpiaba mi cuerpo, solo que en estos mometos parecía que nisiquiera el sexo podia distraerme. Cuando terminamos le pedí que me trajese la ropa que a ella se le hiciera mas cómoda y que me ayudara a secarme, cuando estuve seca ella me tendió un tipo de comisión blanco que era como una piyama pero bastante sensual incluso para la época en la que vivíamos.

Una vez estuve lista me metí a la cama y le pedí que me trajese un poco de comida y chocolate caliente; cuando ella salió de la habitación mire hacia las ventanas y me di cuenta de que apenas serian como las 3 o 4 de la tarde y suspire, no me agradaba que fuese tan temprano, pues si bien no estaba atendiendo clientes, cuando venía a buscarme algún vampiro o lobo no me negaba a pasar un buen rato con ellos, aunque si tenía ya dos o tres noches negándoles beber de mi sangre, me sentía lo suficientemente mal como para que eso me debilitase mas.

La sirvienta no tardo en llegar con mi chocolate caliente y un poco de fruta, se veía delicioso pero yo realmente no tenía muchas ganas de comer, más sabia que incluso la servidumbre que no era parte activa de el burdel me estimaban y que si no comía le diría a alguien más y pronto tendría a alguien preocupado por mi y eso era lo último que quería debido a la empatía, pues encima me hacía sentir culpable por no evitar el preocuparlos.

Pero mi plan de comer todo lo que me había traído la sirvienta se vino abajo apenas y comencé a comer pues mi cuerpo decidió que no quería y sentí como mi estomago se cerraba al quinto bocado y eso no era ni un cuarto de la comida que me había traído amablemente la chica que estaba observándome directamente; suspire y le tendí el plato - Ya llene, muchas gracias - le dije intentándole sonreír pero mi sonrisa apenas y llego a mis labios - Te puedes ir, solo me quedare con el chocolate para más tarde - agregue y vi pude sentir y ver la preocupación en su rostro dándome cuenta como ella quería replicar - No es una opción, es una orden, llévate la comida, ya llene - le dije seria pues solo quería que se marchase y dejar de sentir la preocupación que me estaba empezando a agobiar.

Cuando la chica se retiro me metí debajo de las sabanas y sin un motivo aparente mis lagrimas empezaron a salir sin yo poder hacer nada para detenerlas, sabía que las habitaciones estaban insonorizadas gracias al hechizo de una amiga bruja que había ido al burdel y que pensó que sería lo mejor, así que empecé decidí no controlar mi llanto y empecé a llorar y a gritar del dolor que sentía, así estuve por mucho rato hasta que me sentí agotada, me levante y me mire en el espejo, no parecía yo, me veía muy pálida y triste suspiré y me volví a meter en las cobijas sin ganas de querer hacer nada y dejando que mis lagrimas fluyeran nuevamente y esperando que la sirvienta mantuviese su boca cerrada y no preocupara a los demás.

por **Ryley Lezarc** Lun Nov 26, 2012 2:01 pm

Era temprano en el burdel y me encontraba algo aburrido, pero a pesar de eso no quería irme aún de aquel sitio por poco sentido lógico que tuviese todo el asunto.
Algunas de las chicas que se encargaban de mantener todo allá en orden iban y venían como un grupo de hormigas trabajadoras, y de vez en cuando alguna se detenía para decirme algo y se iba; por eso me agradaba aquel lugar, porque cuando conocías a los que ahí se encontraban descubrías que era un sitio sumamente agradable, con personas amables y en donde pasaban cosas bastante interesantes.

Durante mi análisis a las chicas que iban y venían, que resultaban ser lo único que me mantenía levemente alejado el completo aburrimiento, observe las idas y venidas de una en particular.
La joven había ido a una de las habitaciones y había tardado bastante - ese fue el detalle que me hizo prestarle especial atención - pero cuando hubo salido fue en busca de comida, un poco de fruta y algo de beber que a juzgar por el olor que me dio cuando con paso presuroso se dirigía de nuevo a la habitación supe que era chocolate.
De nuevo al desaparecer tardo, menos que la vez anterior pero aún así había tardado; paso de nuevo con la comida pero solo llevaba la fruta, prácticamente igual a como momentos antes le había visto llevarle lo que despertó mi curiosidad y entonces con la mano le indique que se acercara a mi.

- Parece que a alguien no le gusto la fruta, y que mal pues parece sumamente deliciosa- sonreí y entonces vi como la chica ponía cara de preocupación - ¿Qué pasa? - La pregunta correcta pues comenzó velozmente a decirme sobre la chica de la habitación a la que le había llevado la fruta, que se encontraba triste, que había comido poco y que se sentía algo preocupad. Cuando le dije que descuidara que la joven estaría bien, sonrió un tanto melancólica y se fue a seguir con lo que debía.

No sabía mucho sobre la chica, solo podía decir que lo indispensable; había llegado ahí por motivos que yo desconocía, trabajaba cuando quería y siempre usaba antifaces. Los antifaces son una de las cosas más llamativas pero lo curioso es que ella siempre los usaba y nadie parecía haberle visto el rostro sin ellos, al menos claro nadie de los que asistían por motivos de placer. Yo al igual que aquellos no le conocía sin el antifaz y ni con él, solo le había visto pasar por algún lado alguna vez pero jamás había entablado una conversación con ella, quizás ya fuese siendo la hora.

Me dirigí hacía la habitación y toque la puerta, esperando alguna clase de respuesta de quien habitaba ahí; por lo que momentáneamente permanecí parado entablando una silenciosa conversación con una simple puerta.

por **Xiamara Kattalakis** Lun Nov 26, 2012 5:20 pm

Seguí recostada en la cama llorando y dandole vueltas a lo que había sido de mi vida desde aquella noche que murieron mis padres, todo había pasado tan rápido así como el tiempo transcurrido desde entonces hasta ahora, y no es que me arrepintiera de la vida que estaba llevando es solo que, en definitiva estaba deprimida, desde hacia ya varios días, mi mismo reflejo me lo decía, y aunque no estaba tan mal como los meses posteriores a la muerte de mis padres, ni siquiera sabia porque seguían viniendo algunos clientes conmigo, aunque que no vieran la mayor parte de mi rostro podía contestar esa pregunta, eso y que simple en estos días había usado el encandilamiento para atraerles, si eso debía de ser en definitiva.

No podia parar de llorar ni controlarme aunque lo intentaba y eso me estaba dando dar demasiadas vueltas en la cama, no podía creerlo, después de haber llorado y gritado mis lagrimas no cesaban, esto era de por demás doloroso y frustran, no podía dejar de sentirme mal conmigo misma pues nunca había sido una persona débil que no supiese comportarse a la altura de su clase y ahora no era mas que una mera humana llorando por algo que no podía cambiar por mas que lo deseara y lo deseara.

Había dado ya cientos de vueltas a la cama y mi cuerpo empezaba a resentirlo y doler así que sin mucha intensión de arruinarme la noche me empece a acomodar en la cama abrazando una almohada hasta que me acomode después de unos cuentos minutos, y aunque mis lagrimas no dejaban de salir me empezaba a sentir mas tranquila y podría apreciar como estaba cayendo en los diluyes brazos de morfeo.

Estaba por quedarme profundamente dormida cuando escuche como tocaban la puerta y guardaban silencio, así que supuse que debía ser una de las chicas pues si fuera de parte de algún cliente se hubiera anunciado su presencia para que yo le dejase pasar o no lo hiciera, así que sin muchas ganas de levantarme y sabiendo que lo mas probable era que mi imagen no fuese la mejor en estos momentos me pensé en contestar, pero lo único que ocasionaría fuese llamar mas la atención, así que envolviendo un poco mas en las sabanas decidí contestar - Puede pasar - respondí casi en contra de mi voluntad esperando que la persona que estuviera afuera entrase, por lo menos el haberme quedado semi- dormida me había ayudado a detener el llanto y si tenia suerte no se me iba a notar demaciado

por **Ryley Lezarc** Mar Nov 27, 2012 6:02 pm

La respuesta que provino de la habitación fue un simple "Puede pasar", solo eso, no habría la puerta o siquiera preguntaba ¿Quién era?, algo poco usual pues cuando alguien toca a la puerta lo normal es saber quien entrara pero bueno se me estaba dando entrada así que entraría a aquella habitación.

Abrí la puerta y entre para después cerrarla tras de mi, hecho esto mire la habitación en general que lucía bastante bien como si ahí se quedase alguien realmente importante o algo por el estilo, reí de manera interna, aquella clase de cuartos para una cortesana me parecía muy exagerado pero bueno esa era mi humilde opinión, cada quien buscaba lo que le parecía más cómodo y bueno si a la joven que ahí se quedaba le agradaba aquello que podía decir o hacer yo.
Poco después mi atención recayó en la cama, donde envuelta en sabanas estaba la cortesana de las mascaras.

- No creo que debas darle la entrada a todo mundo sin saber quien es, es algo un tanto peligroso ¿sabes?, a menos claro que así lo hagas siempre, si es así bueno se respeta - me mantuve de pie cerca de la puerta pues aunque se me había permitido el ingreso a aquel cuarto, no quería lucir como un inconsciente porque bueno, no es como si ella supiese que yo iba a entrar y éramos desconocidos, solo nos habíamos visto unas cuantas y yo solo la conocía atravez de una mascara, así que me sentía un tanto intrigado por ver el rostro detrás, solo esperaba que no me sacase de mala manera de su cuarto, porque las mujeres tienden a cosas pero recordando lo que me dijo la chica que antes había estado ahí, la joven estaba bastante desanimada por lo era más inofensiva que cualquier otra en aquellos momentos.

Si había ido era porque además de que me intrigaba conocer el rostro de la joven, también deseaba saber que era lo que la tenía tan desanimada a tal grado de preocupar a otra inocente joven que no debía preocuparse por mucho más que por hacer correctamente su trabajo.

por **Xiamara Kattalakis** Sáb Dic 01, 2012 6:41 pm

En cuanto di la indicación que pasaran, quien fuese que estuviera afuera me sorprendió un poco pues sus emociones dieron un giro envolviéndose principalmente de algo parecido a la preocupación ¿maternal? Después de uno momentos después de mi contestación la persona entro a la habitación y me di cuenta de que me había equivocado sobre quien era pues no era una de las chicas sino uno de los chicos cortesanos y a pesar de que lo veía entre las cobijas sabia quien era, bueno yo sabía todo de todos los que trabajaban allí, o al menos los cortesanos y cortesanas, una cosa era que fuese rebelde y me gustara disfrutar de la vida y otra que fuese estúpida y me metiese a un lugar sin conocer a nadie.

El que había entrado a mi habitación era Ryley Ende. No recordaba haber cursado palabra con el anteriormente aunque en algún lugar de mi memoria actualmente no muy funcional estaba su historia y el porqué estaba aquí. De lo primero que pude percibir una vez que el joven estuvo adentro fue algo así como sorpresa por mi habitación, cosa que era normal, era una de las más lujosas del lugar y pocos clientes podrían pagárselas, sentía que era demasiado para una cortesana, aun en medio de mi dolor y ensoñación suspire, aun no entendía porque la gente de este lugar se sentía tan poca cosa, en fin no todos habían sido criados como yo.
Supe el momento exacto en que su atención cayo en mi, sus emociones cambiaron drásticamente de ser vagas e imprecisas a ser de preocupación y curiosidad, no le culpaba, lo más probable es que tuviera la espinita de verme sin mascara, a la mayoría de las personas les pasaba así, no solía salir fuera de la habitación sin ella y solo los que iban a verme podían verlo, aunque claro según tenía entendido tenían la orden de quien me viese tenía prohibido divulgarlo o se quedaría en la calle.

El me miraba, bueno no exactamente miraba el bulto que era yo pues me encontraba debajo de la sabanas casi cubierta por completo, pero aun así sabia que me observaba sus emociones lo delataban " No creo que debas darle la entrada a todo mundo sin saber quién es, es algo un tanto peligroso ¿sabes?, a menos claro que así lo hagas siempre, si es así bueno se respeta" Dijo por fin, serio. Me sorprendió pues a pesar de que según yo se podían apreciar mis bien formadas piernas... Su tono no había sido con lujuria ni podía percibirla en él; lo que si percibí fue una preocupación que iba más a ser paternal que con alguna otra intención.

Después de eso sus emociones se tornaron mas a curiosidad y pude escuchar cómo se acercaba mas a la cama y como su curiosidad crecía, busque en mi memoria rápidamente y en definitiva él nunca me había visto sin mascara, es mas estaba completamente segura que ignoraba que esta era mi habitación. Lo que no me quedaba claro era porque su preocupación, desacuerdo, el que estuviera debajo de las cobijas y sin levantarme siquiera podría ser una buena razón, pero el ya estaba preocupado desde antes, posiblemente había hablado con la chica de servicio. Me maldeci internamente, debería haberle prohibido decir una palabra - No dejo pasar a cualquiera, sabía que debería ser alguien de aquí ya que si fuera un cliente me hubieran avisado antes de pasarlo - Conteste intentando que mi voz no se quebrara pero solo logrando que sonase llena de dolor - Gracias por preocuparte - Susurre llorando nuevamente hacia muchísimo que alguien desconocido no se preocupaba por mi y menos con esa preocupación paternalista y protectora que el tenia, me hacía sentirme más sola que nunca.

Y con este pensamiento en la mente y siendo completamente egoísta pues deseaba el cariño de alguien, pero el cariño sin lujuria de por medio, deje de controlar mi poder de encandilamiento haciendo que envolviese por completo al chico conmigo y tal como cuando era pequeña y quería que mis papas me mimaran deje que el poder fluyese por si mismo brindándome lo que necesitaba, cariño sincero. Sabía que no era "justo" que usase mis poderes contra alguien indefenso pero ahora mismo quería atención y cariño sin importarme mucho los medios, eso sin mencionar que no estaba dañando a nadie, lo único que provocaría mi don es que el me quisiera y se preocupase por mí como una "familia" eso no dañaría a nadie, al contrario al menos a mi me ayudaría. Y con este último pensamiento deje que el poder fluyese con intensidad y que pasara lo que tuviese que pasar, después de todo, estaba indefensa, desecha, en la cama, medio desnuda y llorando, si alguien corría peligro o pagaría las consecuencias si algo salía mal o el "afecto" se convertía en lujuria seria yo. Así que sin dudarlo más quite las sabanas de mi rostro y deje que como compensación el saciara su curiosidad acerca de mi rostro, que seguramente debía de lucir horrible después de mucho tiempo de llanto, después de personas de mi entera confianza, sería la primera persona en verme así...

por **Ryley Lezarc** Mar Dic 04, 2012 2:19 pm

La joven bajo las cobijas tardo en responder suponía que era porque no había esperado que entrara yo, así que continúe esperando su reacción hasta que finalmente escuche su voz; una voz que cargaba tristeza y se quebraba a pesar de que se notaba que ella intentaba se oyera lo más normal posible, sus intentos solo debían hacer mas doloroso todo aquello así que porque no dejar que su tristeza saliera.
Aquella frágil voz me dijo que no dejaba pasar a cualquiera… bueno era en parte cierto que debía ser alguien que trabajara ahí pero en parte también lo dudaba puesto que eso es algo que nunca se sabe completamente, y por si las dudas debía fijarse bien en quien le permitía la entrada.
Observe sus piernas; definitivamente debía tener más cuidado jamás se sabe con clase de personas se tope uno y si estaba tan mal como la chica de servicio me lo había dicho pues sería vulnerable a cualquier clase de cosas.

Las dudas sobre que le sucedía llegaron a mi nuevamente, pues la escuchaba llorar.
No me gustaba escuchar a las mujeres llorar, siempre me imaginaba a mi hermana y bueno, no me gustaba que nada ni nadie la dañara, tal vez esa era la razón por la que había ido a ese cuarto en primer lugar y estaba ahí preguntandome si estaba bien y si había algo en lo que yo pudiese ayudarla.
- No agradezcas por eso, después de todo somos compañeros de trabajo - sonreí, a pesar de que no sabía si ella podía verme a través de la cobija - y de verdad debes tener más cuidado, no siempre entraran personas que sean de aquí o vengan con buenas intenciones, así que no seas tan descuidada con tu persona.

Continúe mirando al bulto que yacía en la cama, aquella visión era algo un tanto incomodo que podía hacer en aquellos momentos pues me sentía como un intruso en aquella habitación y una joven envuelta y llorosa era lo único que llamaba mi atención. No sabía que era lo correcto pues si bien no podía dejarla ahí sola, tampoco era como que podía acercarme tranquilamente a ella dado que al final de todo aún no la conocía lo suficiente como para eso, que decía lo suficiente si solo había escuchado su voz y visto parte de ella, eso ni siquiera podía considerarse conocer si quiera a alguien.

Repentinamente se quito aquello que la cubría y el rostro que tantas otras veces había visto cubierto por una mascara ahora era conocido por mi. Sus ojos lucían rojos por haber llorado, y su rostro en general lucía un tanto demacrado… porque debía de ser yo tan vulnerable a aquella clase de cosas y para terminar de empeorar las cosas comencé a sentir como si frente a mi estuviese Vane y ese impulso por defenderla de todo y todos e impedir que la dañaran salió a flote.
Camine con decisión y me senté en el borde de la cama para observarla; que frágil que lucía, pero a pesar de eso y el estado de su rostro, era hermosa y joven que clase de cosas podían pasarle a alguien como ella para que se pusiera de esa manera; o quien le haría algo tan malo como hacerla sufrir de aquella manera.
- ¿Qué pasa? - la pregunta fluyó y la mire sintiendo que la veía justo como lo hacía con Vane, con aquella preocupación, extraño en mi y más con alguien prácticamente desconocido pero bueno estaba ahí y si podía en algo le ayudaría.

por **Xiamara Kattalakis** Lun Dic 17, 2012 10:21 pm

Estaba al tanto que no me sentaría bien en unos días el hecho de que no estuviera controlando mi poder de encandilamiento con Ryley pues él era humano completamente y no se podría defender de esto ni aunque supiera que le estaba haciendo, aunque no fuera nada malo una parte muy pequeña en estos momentos de mi me decía que quizás debería solo dejar que se fuera.

El problema era que me encontraba sumamente decaída y quebrada como para controlar bien el don, si bien era cierto que había sido mi decisión que este fluyera en amable chico que tenía en estos momentos en mi habitación, también era cierto que no podría controlarlo por mucho tiempo habiendo alguien a mi alrededor, era por eso que tampoco había querido salir del cuarto, digo nadie necesita una cortesana que este deprimida y en definitiva no iba a arruinar mi buena reputación por mi pésimo estado de ánimo.

Me sentí un poco más tranquila pues las emociones de este chico eran puras, no había maldad en él, solo curiosidad y un poquitín de atracción, pero no podía culparle había parte de mi cuerpo expuestas y el era un hombre, aun así se estaba comportando como un caballero "No agradezcas por eso, después de todo somos compañeros de trabajo, y de verdad debes tener más cuidado, no siempre entraran personas que sean de aquí o vengan con buenas intenciones, así que no seas tan descuidada con tu persona" lo escuche decir y corrobore con palabras lo que la empatía me decía de el humano que estaba aquí conmigo. -De verdad, se defenderme, si hubiera sido alguien con la intención de lastimarme le hubiera echado - conteste algo más bajito de lo que pretendía, al parecer mi voz no daba para mucho, pero le debía una respuesta, el estaba siendo amable y en definitiva a pesar de mi estado podría gracias al control mental echar a alguien de aquí si fuera necesario... Aunque claro eso el no lo sabía, de hecho no lo sabían muchas personas.

Me di cuenta el momento exacto en el que él quedo completamente envuelto por mi don, que al no controlarlo en absolutamente nada me daba nada mas lo que necesitaba, y en estos momentos lo único que quería era una familia, personas que me quisieran por mi y no por absolutamente ningún otro interés. Pude ver y sentir como una vez que su curiosidad se sacio por completo al ver mi rostro la preocupación cayo en él al verme ¿podría estar tan mal como para que alguien desconocido se preocupara así por mi? pues sabía lo que mi don hacia en Ryley, despertaba su instinto de protección, su cariño, pero estaba casi completamente segura que era preocupación que emanaba no tenía mucho que ver con lo que yo o más bien dicho mi poder le estaba haciendo.

Observe como camino hacia el borde de la cama donde me encontraba, estaba lleno de convicción, podía darme cuenta que sin dudas el amaba a alguien, lo más seguro por sus emociones era que fuese a una mujer y que daría cualquier cosa por protegerla pues debido al encandilamiento y a su personalidad, podía estar casi segura de eso, el estaba completamente preocupado por mí, sentía como propio su afán de protegerme... de cuidarme... y cuando llego a mi lado y me pregunto "¿Que pasa?" Sentí como mis lagrimas resbalaban por mi rostro sin poderlas detener, hacia ya mucho tiempo que nadie se preocupaba así por mí, y aunque fuese por el don su actitud, lo necesitaba y no me iba a sentir mal por esto, ya habría tiempo de disculparme después si la culpa era mucho.

Sin contestarle y viendo como se sentaba en el borde de la cama, acomode mi cabeza en sus piernas con mucho cuidado y aprovechando que aún seguía enrollada con algunas sabanas, tome la que estaba más suelta y volví a cubrir mi rostro para evitar que me viese llorar nuevamente, sabía que lo más probable es que el quitara la sabana, digo era lo mas lógico, pero me sentía vulnerable y no estaba tan segura de que tan cómodo el estuviera con la situación de ver en mi estado a alguien que quiere, al menos momentáneamente, como su familia.

Por más que lo intentaba no podía detener mis lagrimas y cada vez que intentaba decir algo nada mas mi voz se negaba a salir de mi garganta, me sentía tan fuera de control, tan fuera de mi, lo único que quería era atrasar el tiempo y volver a cuando mis padres estaban conmigo para poder abrazarlos y jugar con ellos antes de la comida o de irnos a descansar pues en estos momentos a pesar de tenerlo todo, todo lo que quería hablando de cosas materiales o de dinero, la verdad era que - no tengo nada... a pesar de tenerlo todo... no tengo nada - escuche como mi pensamiento salió de mis labios en un sollozo, no había pretendido decirlo en voz alta era una verdad que solo hacía que mi garganta se cerrara mas y mis ojos se negaran a cesar de derramar lagrimas.

por **Ryley Lezarc** Sáb Dic 22, 2012 11:28 pm

- Bueno si tu dices que eres capaz de defenderte te creeré - me encogí levemente de hombros - solo digo lo que pienso no es porque no te creas capaz, solo es mera precaución lo que ye digo que tengas.
Sentía que cada vez más sonaba exactamente a conversación con Vane, ridículo tal vez pero no podía de verdad que no, evitar eso.

Cuando recostó su cabeza en mis piernas no pude evitar reír un poco, y antes de comenzar a reír más me detuve pues no era momento para eso teniendo con esa cara y otras preocupaciones en mente.
Que confianza tenía aquella mujer, mira que hacer eso sin más. Ya cuando se tapo toda, y sollozo nuevamente, puse mi mano sobre su cabeza.
- Anda - moví un poco la sabana solo en un intento de jugar un poco - que si me lo dices seguramente te sentirás mejor; quizás un poco o mucho pero eso no lo sabremos si no me lo dices y lo intentas.

Quería animarle y escucharla, sabía que aquello de hablar ayudaba de verdad. Otras veces había hablado con más cortesanas, solo por el simple hecho de escucharlas; había yo ya escuchado un montón de historias de toda clase, podía decir que estaba curado de espantos y que seguramente lo que ella tuviera que decir ya lo había escuchado antes, de otra persona que justo como ella estaba en sufrimiento.
Las mujeres eran algo complicadas, las razones por las que se sentían miserables eran variadas, podía ser un simple gusto no cumplido, un desamor, un dolor corporal, entre otras tantas cosas. Eso las volvía los seres más maravillosos e interesantes, pero a la vez los más vulnerables y fáciles de dañar, frente a mi estaba un claro ejemplo de eso.

Escuche una voz sollozante que en un ligero susurro expresaba su soledad. Cuantas veces había oído aquello de cualquier persona, eso era algo que más de una persona decía, no necesariamente las cortesanas si no otras personas, aquellas que habían nacido en cunas privilegiadas y que a pesar de tener todo al final estaban más solos que nada en este mundo. Su dinero no podía comprar la compañía ni el cariño sincero y sus mascaras y apariencias solo eran algo más para evitar sentirse dañados por las circunstancias y por los seres repletos de soledad que eran en el fondo. Claro que no era exclusivo de las clases más altas pero sin duda eran los que más comúnmente sufrían de eso, después de todo que clase de vació podían sentir las personas que no tenían nada y que luchaban por tener algo. Más que vacíos debían sentir orgullos, pues siempre buscaban ser mejores sin importar que tan malas fueras las situaciones. Volvia a nacer mi curiosidad, ¿Qué le hacía falta?

- Vamos - quite la sabana de su rostro, quería observarle mientras hablábamos, me parecía lo más correcto incluso a pesar de que ella se viera como se viera - algo debes de tener solo que quizás no te has dado cuenta de que lo tienes. Tal vez no sea algo que de verdad esperabas pero de que tienes algo que debe sacarte de esto que ahora sientes debes tenerlo.

Expuse aquellas palabras seguro de lo que decía porque, incluso en las oscuridades más profundas siempre hay una luz que ilumina con intensidad, podrá ser pequeña esa luz, pero es persistente y no se rinde, se queda ahí esperando ser descubierta solo para después llenar toda la antigua oscuridad existente con luz. El pequeño detalle de todo aquello que parece tan simple, pues la luz resalta terriblemente en la oscuridad, es que nos encontramos ciegos a todo lo que no sea oscuro. La razón de esa ceguera no la se, quizás sea un conjunto de cosas o solo una en particular pero viendo a la joven recargada en mis pies, deseaba de verdad que encontrara su luz pronto.

Pase mis dedos por sus mejillas, retirando las lagrimas de su rostro.
- Si continuas llorando tanto como hasta ahora, arruinaras tu bello rostro y entonces deberás usar una mascara para siempre y no solo para el trabajo - sonreí intentando que se animara un poco con mis palabras, era lo menos que sentía podía hacer. Eso y darle mi compañía.

- Sabes - seque otra lagrima y después acaricie sus cabellos - me haces pensar en mi hermana, mucho. Hasta podría jurar que siento por ti lo mismo que por ella - sabía sin dudas que mis palabras sonarían extrañas, pero no podía contenerlas por más tiempo así que solo lo dije, sin saber lo que ella pensaría de mi o de mis palabras.

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