Solos tu y yo, para siempre (James)

Era una noche tranquila, como siempre estaba en la cama abrazada a mi marido. Cuando era joven y conocí a James no me podía imaginar que terminaría casándome con él años después, la verdad es que era un sueño hecho realidad. Nos amábamos como nadie y sabíamos que nuestro amor jamás se apagaría, ninguno de los dos lo consentiría. Por eso sabia que estaría toda mi vida con el amor de mi vida, y formaríamos una familia juntos. Tendríamos hijos que disfrutarían del honor de pertenecer a la familia Rothschild, en medio de la noche me desperté. No sabía porque pero no tenía más ganas de dormir, por eso mire a mi marido que seguía dormido, una sonrisa dulce se dibujo en mis labios. Él era quien hacía mucho más feliz mi vida, sin él estaba segura que no sería tan feliz. Pero no podía dormir, no quería despertarle porque él necesitaba dormir. Por lo que me levante suavemente de la cama puse bien la ropa de cama, me acerque al lado donde dormía James y le bese suavemente la mejilla. Lo hice con dulzura para no despertarle y que pudiera dormir, sonreí con dulzura viéndole dormir. Le amaba más que a mi vida, después de besarle la mejilla, me incorpore un poco sin dejarle de mirar.

-Descansa mi amor, lo necesitas.

Dije para después salir de la habitación con cuidado de no despertarle, me fui a la sala de música que teníamos en casa, allí estaban tres instrumentos de mis favoritos, entre ellos el arpa. Uno que me encantaba tocar sobre todo cuando estaba tranquila, me senté en la silla que había allí, poniendo el arpa en la posición perfecta, en ese momento mis finas manos se posicionaron sobre las cuerdas de aquel precioso instrumento y empecé a tocarlo con delicadeza. De él empezó a surgir una preciosa melodía, que me invadió y me hizo olvidar todo, solo centrándome en la música.

Las vivencias del día anterior habían sido demasiadas, buenas malas, y una que otra sorpresa que siempre son difíciles de olvidar, pero siempre hay algo que me motiva a continuar con mi vida algo alocada de los negocios, esa hermosa persona, que con su dulzura llena cualquier habitación, donde se muestre, esa calidez que me hace querer estar a su la do a todo hora, y esa sexualidad que me embriaga hasta el punto del éxtasis, que me llena de placer al pensar que tengo lo mas valioso, del mundo la joya que fue destinada solamente a mi, que el destino tejió nuestro encuentro hace ya varios años y que termino con la mas majestuosa oportunidad de tener a las mas bella he inigualable esposa, el solo pensar que tengo por esposa Yunuete me hace el hombre mas feliz del mundo.


Este en especifico había tenido incontables momentos de dificultad pues las constates inversiones de dinero, la creciente bolsa de valores empezaba a tener las habituales complicaciones, cosa no necesaria mente importante para la familia, pero si para el mundo, me había ocasionado un cansancio mental, al punto de dejarlo todo y marcharme a mi casa, y dejar de pensar en dinero por una noche, la sonrisa de aquella bella mujer que me recibía con a la entrada de nuestra casa, me hacia sentir lo maravilloso que es tener algo hermoso en que pensar, que no fuera el agobiante dinero.


No quería tomar la cena así que solamente me fui directo a la cama, no solo, pues si hay algo que me encanta es tener a mi lado a mi dulce Yun, así que tomándola por la cintura ni siquiera pedí su opinión me la lleve conmigo a la cama, para solamente disfrutar a mi bella esposa, así que nada especial paso esa noche, solo quería estar abrazado a ella, con el gusto de sentir conmigo la calidez de su cuerpo, su tersa piel tocándome mi cuerpo, me hacia recordar el regazo de mi madre llenando de serenidad mi agobiado corazón, y llenando de gusto mi alma, me quede profundamente dormido, abrazado a mi as grande tesoro, solamente me deje llevar por mis muy profundos sueños.


En mis sueños solo había alguien que importaba era, ella, la mujer que tanto me hizo vivir en mi infancia y la mujer que esta ahora ama lado, mi madre, mi esposa, esos sueños de tranquilidad don pasamos el día viviendo la tranquilidad y la calma de los jardines de la antigua mansión de la familia Rothschild en Londres, rodeados por las mas bellas flores que había en esos inmensos jardines, el caído solo del medio día, y el sonar de los cándidos pajarillos que se posaban en los muy frondoso arboles del aquellos míticos jardines, sueños donde mi corazón late tan fuerte pues en tenerlo todo es algo que maravillaría a mis ancestros, pero no hay sueño que dure para siempre, algo me despertó la suavidad de unos labios me haría recobrar la conciencia, pues el sentirlos y el sentir la calidad respiración de aquella a la que amo me hizo, abrirlos ojos.


Mirando hacia un costado de la cama para ver a la dueña de aquel beso me percato de la ausencia de mi bella esposa, la confusión de no saber que pasa se evapora de mi mente cuando empiezo a escuchar, esas hermosas notas de una mas hermosa melodía que me hacen incorporarme he ir a buscar a la dueña de tan agradable melodía.


Al no querer interrumpir, me quede parado en la puerta mirando aquella hermosa mujer interpretar tan magistral pieza, un perfecta silueta delgada como pintada a la perfección, con una sensual cabellera dorada que pondría celoso al reluciente oro, y con esas delicadas manos que con dicha beso día tras día, me hacen perderme en la magia de la música que me trasporta a un mundo tan mágico que los campos elíseos estarían por debajo de tan bellos lugar, poco apoco me fue acercando a tan bella esposa mía, para lentamente tomarla por la detrás de la silla donde estaba sentada, para lentamente arroparla con mis brazos, para final mente tomarla de larvilla para acercar su bello rostro con el mio, y darle un largo y delicioso beso.-no sé que es mas hermoso si esa melodía que es hecha por tan bellas manos tuyas, o tu, con esa figura que me vuelve loco, Yun por que te has levantado de tu cama?; una pregunta salió de los labios de James mientras apartaba el arpa de las piernas de su amada para agacharse y poner su cabeza en el regazo de su bella esposa.-Yun que molesta tu sueño, que te aparta de mi lado en nuestra cama; mientras James preguntaba a la vez pasaba su mano por una de las piernas de su esposa, haciendo cariños en el lugar donde estaba la pesada arpa.

La verdad es que estar en casa me gustaba sobre todo cuando llegaba James y solo con mi sonrisa, le alegraba el día. Me gustaba cuidar de mi marido, me gustaba saber que estaba bien porque yo estaba a su lado y porque yo le cuidaba, sabía que conmigo al lado era feliz. Además siempre procuraba que cada día fuese mejor que el anterior, porque quería que mi amado esposo fuera la persona más feliz del mundo conmigo a su lado, sabía lo estresante que podía ser, el ser uno de los pilares de la familia. Por eso siempre estaba atenta a que a mi amado marido no le faltase de nada, porque sabía que podía volverse loco con lo que constituía ser pilar de la familia, pero para eso estaba yo a su lado, para amarle y ayudarle en todo momento. Me gustaba cuando pasábamos tiempo juntos, cuando caminábamos por los jardines o cuando simplemente estábamos juntos, abrazados y disfrutando del amor que nos unía. Pensando en ese amor y en mi amado marido es lo que me daba fuerzas para tocar aquella melodía tan bonita. Solo pensando en mi amado marido y en que quería estar a su lado toda la vida. No me di cuenta cuando mi esposo se levanto y escucho la melodía que el arpa dejase salir por mis dedos, pero poco después sentí sus fuertes brazos abrazándome y sonreí. Le bese con ternura y amor, todo lo que sentía por él. Acariciando su mejilla dulcemente con una de mis manos, sonriendo ante todo.

-No podía dormir, no quería molestarte dando vueltas en la cama. Tú necesitas dormir más que yo.

Dije sonriendo con ternura, acariciándole después el cabello y el rostro. Como hacia siempre que se ponía en mi regazo, sintiendo sus caricias en mi pierna, sonriendo con ternura ante ellos, me gustaba que James hiciera esas cosas.

-No lo sé, de pronto me he levantado. Tu ayer llegaste cansado y no quería molestarte, se lo difícil que es tu trabajo y ser un pilar de la familia. Por eso no quería molestarte… pero sabes que lo que más me gusta es estar contigo, solo quiero estar con mi amado marido.

Amor adolecente lleno de simple respeto y devoción el uno por el otro, que se muestran con abundantes muestras de afecto que solo son reflejo de que lo más importante no es el dinero en el mundo si no el amor que se le tiene a la persona amada, lo más importante para la familia Rothschild no es el dinero, si no le amor hacia la familia, algo que para james lo es todo, pues el solo ver a aquella hermosa mujer que está a su lado lo hace entender que no importa el nombre, la raza o la posición económica, si no tienes alguien a tu lado que a quien amar, por quien vivir, a quien hacer feliz, la vida no es vida, -bendito sea el día en que Yunuete me dio el si-, un noble pensamiento que pasaba por la mente del heredero de la dinastía Rothschild, amor que se refleja cada que ve a su esposa.

La escuche con esa melodiosa voz, siempre pensando en mí, en mi bienestar, si solo supera que con estar con ella mis problemas se reducen a la nada, -Yunuete desde que entre a la casa y te vi tan hermosa mi día dio un giro de ciento ochenta grados, y termino siendo el mejor. Levante la mirada hacia mi hermosa esposa, y con mi mano le acaricie su rostro iluminado por el resplandor de la luna, - sabes Yunuete te miro una y otra vez, y me pregunto si algún día podre pagarle al tiempo el que me haya concedido una mujer como tú, que si en este momento lo perdiera todo, menos a ti, sería feliz, solo completaría nuestra vida de un sueño una pequeña alma que nazca de nuestro amor.

Dulces palabras que llevaron al james a tocar con cariño el vientre de su esposa, con gusto he ilusión de que algún día un pequeño angelito corra por los grandes pasillos de la mansión de Rothschild, poniéndose en pie el joven esposa, se puso de nuevo por detrás de su esposa, tomándola por los hombros se agacho para darle un beso en la cabeza, y en tono un poco más serio dijo,- hoy alcanzamos una suma de dinero inimaginable para cualquiera que tenga una idea de cuento dinero pasa por las manos de la familia Rothschild, pero hay ocasiones donde me pregunto si estará bien controlar tanto dinero, pues nuestro enemigos empiezas a nacer, las envidias pronto se harán comunes, y temo que algún reproche llegue hasta ti, he pensado muchas veces que te pierdo.- james se aleja hacia la venta que da al jardín de casa, iluminado por las estrellas y una exquisita luna, que baña con su luz llena de nostalgia los jardines hermosamente decorados,-Yunuete tenemos el dinero para comprar Inglaterra entera y a un así tendrías suficiente para comprar dos países más, pero me he puesto a pensar que tanto dinero me aleja de ti, me gustaría pasar horas y horas contigo, pero al mismo tiempo mi apellido me obliga a querer más y más dinero, dime amada mía, que pudo hacer.

Mirado hacia la venta el joven Rothschild dejo salir una de sus tantas preocupaciones que le roban el sueño, y llenan de preguntas su mente, que es primero, el amor hacia su esposa, o el amor hacia su legado.

Aun me acordaba la alegría que me había invadido cuando James y yo habíamos decidido salir juntos y cuando habíamos decidido poco después casarnos, no había podido ser más feliz. Para mí, James era mi vida. Para mi entrar a formar parte de la familia Rothschild, había sido todo un honor, además de entrar a formar parte como la esposa de uno de los pilares, como la esposa de James Mayer Rothschild. Habia sido la mujer más feliz del mundo cuando el anillo cubrió mi dedo y cuando las palabras de “Yo os declaro marido y mujer, puede besar a la novia” fui la persona más feliz del mundo. Sabía bien que no podía haber más feliz en el mundo en aquel momento, porque en aquel momento había sido la mujer más feliz del mundo, con estar a su lado, con tenerle yo ya era feliz. Porque solo él con su sonrisa conseguía que si tenía un problema este desapareciera, casada con él, viviendo a su lado era mi sueño hecho realidad. Es decir, estaba viviendo la vida perfecta. Sabía que ambos ansiábamos una cosa y era lo mismo, un hijo, un heredero.

-Solo con verte mi día ya es perfecto, mi amor.

Pero el que dijera lo que yo pensaba me hizo sonreír, él también quería un heredero, tanto como yo… el también quería tener un hijo conmigo. Un hijo que nos llenara de orgullo y ternura y que llevaría aquel apellido que yo había acogido al casarme con el amor de mi vida, no pude evitar una sonrisa de ternura cuando James me acariciaba mi vientre plano y virgen aun, aun sin haber engendrado a un bebe, algo que yo deseaba, poder quedarme embarazada de mi marido y ver como mi vientre crecía por llevar dentro de mí a su heredero.

-Yo también deseo con todas mis fuerzas quedarme embarazada de ti y poder tener a un heredero, a nuestro pequeño ángel, aquel que llenara nuestras vidas por completo.

Éramos jóvenes, ambos teníamos 19 años, pero no nos importaba, nos amábamos y éramos felices juntos, ahora éramos marido y mujer. Seguíamos viviendo nuestro amor como un matrimonio que éramos y que seguía seguir siendo toda la vida, pero entonces mi marido empezó a estar nervioso, sabía que como su esposa que era ahora debería calmarle. Escuche con atención todo lo que le pasaba, cuando se fue hacia la ventana, me levante, me acerque a él, me puse delante suyo, cogí su fuerte rostro con mis manos y hice que me mirara a los ojos.

-James, mi amor, jamás nadie podrá separarnos. Nuestro amor es más grande que cualquier cosa que pudieran decirme. Yo confió ciegamente en ti y solo en ti, no me creo nunca nada de lo que me dicen los demás. Te amo mi amor. El peso del apellido Rothschild sabemos que es pesado, pero debemos llevarlo con orgullo. Si no podemos pasar tiempo juntos, entonces debemos pensar y encontrar maneras de estar juntos durante horas. Pero jamás rendirnos, mi amor.

El mirar el rostro de tan bella esposa mía me hizo recobrar la compostura que hace un momento había perdido, por la emoción de los recuerdos que me traía el recordar la tragedia que en la casa de Rothschild había ocurrido hace ya varios ayeres, -lo entiendo perfectamente Yunu, sé que desde el día en que me diste el sí en la iglesia seria para toda la vida, comprendo que mi temor de ser separados puede estar por el momento fuera de lugar, pero hay algo que debes saber de mi pasado, del pasado de la familia Rothschild.

Tomando las delicadas manos de mi esposa que reposaban en mi cara, tome delicadamente para con un beso en cada una de sus manos, empezara a narrar lo que hace tiempo había pasado en esa misma mansión y esa fría habitación del ala osete que lleva directo a los jardines.

-Yunu en esta misma habitación hace ya tiempo atrás, justos donde tu estas parada, se encontraba el cuerpo de mi madre si vida, el miedo que atraviesa mi alma de perderte es porque en nuestro apellido esta la marca de la perdición, el dinero y el poder son parte de los Rothschild, pero…,- una pausa momentánea mientras que james jugueteaba con el anillo que lo representa como uno de las cinco grandes familias de Rothschild, con un fuerte suspiro lo dijo, -la familia Rothschild esta maldita desde el día en que la oscuridad se apodero de él, al firmar un pacto de sangre con aquellos que no pueden ver el sol, poder por sangre, en la familia cierto tiempo existe un fallecimiento, o muerte causada por anemia, escases de glóbulos rojos dirían los médicos, ellos darán el poder a cambio de sangre, ellos aran fuerte a la familia a cambio de vida, escrito en los pergaminos antiguos de la familia, temo por tu vida Yunu, hemos adquirido más poder del que te puedas imaginar, y pronto vendrán a cobrar esas deuda.- camino lentamente james hacia su esposa para dejar en su mano aquello que lo representa y que la pude proteger, el anillo que solo los miembros puros pueden tener.

-Tú serás un Rothschild, así ellos no te tocaran, por lo pronto te parece si descansamos un poco tengo que pensar cómo es que te are una Rothschild de sangre pura.- un poco consternado james camino hacia su esposa dejándole el anillo de la familia, para caminar hacia la licorera para tomar una gran como de brandi, e intentar guardar el resto de la historia, donde habla de su padre, y el verdadero origen de la familia Rothschild.

Cuando mi esposo estaba mal, yo me preocupaba como ninguna mujer se había preocupado jamás. Para mí lo más importante era el bienestar de mi marido, por eso siempre procuraba estar a su lado y que estuviera bien, por eso siempre quería que él olvidara las malas cosas que pasaban, sé que mis gestos y mis palabras le podían calmar como nada lo hacía en la vida por eso siempre estaba a su lado para calmarle pasara lo que pasara, para que viera que fueran lo que fuera lo que ocurriera yo siempre estaba a su lado, que jamás dejarían que nos separaran. Escuche lo que me decía, él sabía bien que jamás iba a dejarle o que jamás le haría daño, jamás en la vida sería capaz de hacerlo. Le acariciaba la mejilla con muchísimo amor, sabía que había cosas de la familia Rothschild que no sabía, pero también sabía que mi marido siempre me lo contaría, en un momento u otro. Parecía que por ahora el momento de saber el pasado había llegado. Deje que me besara las manos, para después apretarle sus manos con las mías, para que fuera lo que fuera lo que tenía que contarme yo seguiría allí a su lado. Pasara lo que pasara, iba a estar a su lado, jamás le dejaría, dejarle se significaría para mí la muerte.

-Sea lo que sea sabes que puedes contármelo amor, nada nos puede separar. Ahora que soy parte de esta honorable familia, quiero saber la verdad. Cuéntamelo sin miedo, amor.

La verdad es que sabía que tenía que estar preparada para cualquier cosa, pero no sabía que iba aquello, aun así estaba tranquila. Porque poco a poco sabía más cosas de la familia a la que pertenecía, le escuchaba atentamente, la verdad es que todo aquello que me contaba me causaba algo de miedo… porque yo le creía. Porque sabía que todo lo que me decía era verdad… entonces… ¿yo corría peligro? Vi entonces como en mi mano dejaba aquel anillo que lo señalaba como un miembro puro de la familia. Pero sabía que había algo que me ocultaba, camine hacia él y tome su mano con la mía libre, besándola.

-Amor mío… si me das tu anillo, ¿qué pasara contigo? No quiero perderte… Pero… hay algo más que no me cuentas. Dime amor, ¿Qué es lo que me ocultas del pasado de esta familia? De la familia, de la que ahora formo parte. Quiero ayudarte, mi amor.

Mire el anillo de mi marido que ahora reposaba en mi mano. La verdad es que tenía miedo que al darme a mí su anillo, él perdiera toda protección, porque entonces no me lo perdonaría nunca. No me perdonaría jamás, él tener protección y que él la perdiera. Porque si él moría… yo me suicidaría… jamás podría estar sin él.