El envidioso puede morir, pero la envidia nunca [Drach - Dark Kaisers]

por **Junno Kimura** Vie Nov 30, 2012 3:41 am

No hubo necesidad de un sonido o un aviso visible. como mayordomo, acostumbrado a servir de esa forma y a vivir entre seres sobrenaturales, le había hecho desarrollar sus sentidos. Sobre todo, podía captar los movimientos de esas personas. La diferencia entre ellos, si bien era leve, debido a que la mayoría eran seres de la noche, y el único que oseía un aura suficientemente distinta era Kaine con su locura y el humano en el sótano, distinguió a Kei, a quien le había jurado su lealtad incluso antes de conocerle. Pero las órdenes mismas del vampiro eran servir a Yudea mientras las cosas tomaban un rumbo distinto por eso así lo hizo.

Abrió las puertas apenas distinguió sus presencias acercándose, inlcuso antes de que tocaran a la puerta. Sonrió de aquella forma amable en que siempre lo hacía, inclinando ligeramente la cabeza en la forma respetuosa en aquel saludo a los recién llegados -Bienvenidos - Dijo con voz clara y amistosa. Se apartó señalando el interior con uno de sus brazos, invitándoles a pasar al interior. Ni tardo ni perezoso, Jin fue el primero en entrar. Junno le dirigió una ligera mirada, era desaprobatorrio pasar antes que quien era el invitado.

Observó al que estaba detrás, junto con el que era considerado su amo y esa sonrisa condescendiente jamás desapareció de sus labios. Era un vampiro, lo había sentido. No había que preocuparse porque muriera a causa del veneno que había puesto en los jardines, aunque si se quedaba mucho tiempo afuera, odía paralizarle -Adelante - Junno podía parecerle a más de uno inofensivo. Era un humano, común hasta donde se podía percibir. Lo era hasta que llegabas al asunto del veneno que podía transpirar por la piel y su manejo sobre ese tipo de sustancias. Larga y nada que realmente salvo unas pocas personas supiesen.

Estaba seguro que no tenía que anunciar la llegada de los 3 hombres, el dueño de aquel sitio seguro lo había notado. Observó a Kei por un segundo tras notar una ligera expresión en su rostro antes de que pasara al interior -Sígame, por favor- No era necesario presentarse, el solo era un sirviente en esa casa. Esperó que le siguiera rumbo al estudio en donde estaría Yudea. Vio a Koizumi suspirar y seguirles también, como asegurándose de las cosas. Jin por su parte se quedó en la planta baja al verlos dirigirse a las escaleras, seguramente iría directamente a ver al upilo de Kei, olvidándose del resto.

por **Drach Stronghold** Dom Feb 03, 2013 10:55 am

Seguía sin comprender nada, esto era bastante raro, yo tener “algo” de lo que me había dicho, no me lo creía, aunque la curiosidad de eso me llamaba y me rogaba que aceptara y por esa sencilla y simple razón acepté a ir con ellos, aunque todo esto era de locos, yo estaba loco por arriesgarme con estos tipos, ¿Mi vida dependía de algo? Si mi vida se acabara en este momento lo aceptaría aunque estaba pensando muy elevado, pero de todos modos, lucharía por sobrevivir, tengo una hija y una hermana por quien elevar, con estos hombres no se juega y ya lo descubrí, aunque me hubiera escapaba me iban a buscar hasta por dejaba de las piedras, porque según uno de ellos: Yo tengo algo que quieren.

Al aceptar esto, también acepte muchas cosas, como ir con ellos, como dejar que “experimente” conmigo me hagan preguntas, claro si esque lo que hacen o sin fin de cosas que no se si aceptare, pero esto es tan interesante hacia mi persona que cada vez tengo más ganas de saber lo que realmente pasa-Yo y mi gran curiosidad-Pensé, viendo que ellos se alejaban de mi tan rápido como podían, era mi oportunidad de escapar ¿Lo hare? No, para que si cuando descubran que lo hice vendrán por mí y no sé qué serán capaces de hacerme por desobedecer y de esa forma corrí atrás de ellos, guiándome por ellos.

…Y en poco tiempo llegue a mi destino era una misión, que tenía muchas cosas, trampas, hasta venenos que un humano no resistirá y los vampiros, no sé, y no lo quiero probar en mí; cuando llegamos la puerta se abrió ligeramente, podría apreciar el olor a humano ¿Humano aquí? En una casa de vampiro, era extraño pero no me incumbirá esto a mí no. Cuando los dos sujetos entraron, yo entre atrás de ellos, escuchando lo que el humano decía-Buenas noches-Dije, fuerte y claro, mirándolo de reojo y yendo atrás de los hombres, sin prenderme, y sobre todo un lugar que no conocía y no pretendo hacerlo, entre más pronto pase esto más pronto me voy.

por **Junno Kimura** Mar Feb 19, 2013 4:00 pm

Le señaló al recién llegado, de la forma más respetuosa, el camino que dirigía hacia aquella puerta de madera que daba al estudio del dueño de la mansión. Junno le dirigió una mirada a aquel vampiro, la sonrisa casi perpetua y amable que le dirigió antes de empujar con la fuerza suficiente para hacer ceder las bisagras.

Dejó que él se sintiera en libertad de movimiento, aunque lo cierto es que de esa mansión no saldría fácilmente si se daba una orden para ello. Mientras no la hubiese o su intervención no fuese necesaria, Junno se mantendría a disposición con aquella postura que adoptaba casi todo el tiempo, que ya era parte de él.

Se movió con sigilio, aunque no había razón en ello, sus pasos eran ligeros y casi inaudibles, pero lo suficiente, pues estaba rodeado de vampiros en ese momento que lo escucharían si prestaban suficiente atención. Solo se acercó a Yudea, inclinándose a él en su asiento -Yudea... Kei y Jin han vuelto - Anunció casi como acto protocolario, pues no era necesario, la figura de Kei apareció tras de Drach un momento después como para asegurarlo. Junno no podía tratar a Kei como su Amo en ese sitio, no en esas circunstancias, pero cualquiera se daba cuenta de su cambio cuando la persona a la que le daba su lealtad, al menos en mayoría, aparecía.

No fue necesario decir que el hombre frente a ellos era a quien habían sido enviados a buscar. En la ausencia de los otros dos, no estaba seguro qué habría descubierto Yudea, Jin y Kei habían desaparecido hacía dos noches con la escasa información de aquel portador que no estaban seguros cuál era el pecado capital que poseía. Junno se había mantenido escuchando las cosas, le fuese permitido o no, pero como decían, las paredes oyen y su trabajo era exactamente saber lo necesario.

Se irguió y observó a ambos -¿Puedo ofrecerles algo de beber? - Alternó la mirada con Yudea, pues era quien daba en realidad las órdenes en ese lugar. Vio de reojo a Kei entrar en la habitación. Últimamente estaba un poco extraño, hablando de su comportamiento. Le vio avanzar, pasando los dedos por los objetos que adornaban la casa con la mirada perdida en algún lugar. A él le parecía que estaba inquieto aunque pareciese más calmo que nunca.

Se mantuvo de pie junto a Yudea viendo al 'invitado' pensando en qué clae de vino debía servirle en caso de ser necesario. Solo echó una mirada. A Yudea le preparaba esa mezcla con sangre, pero eso no significaba que tuviese que usar el mismo vino para ambos. Sonrió y volvió a inclinarse para anunciar su salida de la habitación.

por **Yudea** Mar Feb 19, 2013 11:57 pm

Yudea descansaba en un sillón en el estudio, un clásico sillón de terciopelo rojo, aunque no había sido el quien lo había escogido se veía bastante cómodo en el, una de sus piernas estaba sobre el posa brazos mientras su cuerpo se recargaba en el contrario, su pierna derecha mientras tanto tocaba el sueño al frente del sillón, en una de sus manos había una copa que no hacía mucho Junno le había servido y su rostro relajado decía bastante de su estado de ánimo, si había algo que caracterizara al vampiro era su facilidad para aburrirse, ni siquiera el circo que había montado a su alrededor, todas aquellas personas que coleccionaba, los vampiros que le servían, el mayordomo que había robado, las hermosas vampiresas que le acompañaban, el licano correteando por aquí y por allá, sus mascotas o incluso el pequeño bufón que venía a entretenerlo de vez en cuando en ocasiones no eran suficientes.

El estudio estaba solitario, solo Yudea se encontraba en esos momentos, cosa rara pues rara vez se encontraba solo, su fiel mascota, un cambiaformas oso siempre estaba de guardia mientras la segunda mascota, un cambiaformas también maestro del violín tocaba sin cesar para deleitarlo, parecía que a últimas fechas aquel simple placer lograba mantenerlo tranquilo.

Yudea escucho los pasos acercarse justo después de que la puerta principal se abriese y supuso que tendría visitas o sus prisioneros habían regresado, centro su vista en aquellos que entraban en la habitación y un sutil cambio de ánimo se notó en él, sus razones para aquella extraña búsqueda no eran como en el resto de sus colecciones en las que el siempre capricho le movía, en este caso la búsqueda era muy personal.

-Así que tú debes ser Drach.

Sonrió después de que junno lo hiciera pasar, su cuerpo se enderezo poniendo ambos pies sobre el suelo y la mezcla de vino y sangre en su copa giro en el cristal sin que tomase un solo sorbo, aquella copa en especial no la bebería, sabía de antemano que su mayordomo la había envenenado y aunque las ultimas bebidas sabia no le causarían el menor daño el mayordomo parecía estar ganando experiencia con el paso del tiempo, su veneno casi alcanzaba el punto de poder dañar a un vampiro, desde luego aun no tenía la fuerza para matarlo.

-Mi nombre es Yudea como has escuchado.

Vio al vampiro desde su sillón, con la diversión brillando en sus ojos, cierto entusiasmo y una marcada malicia.

-te dijeron porque te trajeron aquí?

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