El precio de los recuerdos [Yudea-Dark Kaisers]

Qué curiosas eran las cosas. Esta noche estaba allí frente a esa puerta que normalmente evitaba a toda costa. No necesitaba tocar, lo sabía, allí a pesar de la protección que el lugar tenía, podía simplemente caminar hasta la estancia principal sin preocuparse de todo lo que allí había para eso. El aroma a violetas le dijo que Junno había estado haciéndose cargo de parte de lo que impediría allí llegar a cualquiera. No quiso esperar y abrió las puertas de par en par. Su paso lento y sereno, pesado para alguien con su naturaleza, lo hacía a propósito, esperando que quien saliera fuese el mismo Yudea. Se dirigió directamente a las escaleras. Podía escuchar el claro corazón de dos personas y la presencia de quien buscaba. La capucha que cubría su rostro la dejó caer sobre sus hombros con un ligero movimiento de sus manos.

Su rostro estaba serio, pero no sentía intranquilidad por ir justo a ese lugar. Si llegaba a sentirla sería por lo que había guiado sus pasos para recuperar un pasado que a primera instancia le parecía innecesario recuperar. Abrió la puerta de aquel estudio sin miedo observando a las figuras dentro de ellas. Un gruñido en una clara advertencia que decidió ignorar -Yudea... necesito un favor... - Se habría reído, eso resultaba de lo más irónico...

No esperaba sorprenderlo, y había hecho suficiente ruido como para no tomar a nadie por sorpresa. Incluso desde que había entrado había escuchado el sonido del violín. Su vista se posó en el muchacho que tocaba, era la primera vez que le veía -Lo sé... - Le miró, si estaba allí es porque estaba convencido de que podría ayudarle y evitarle dar vueltas como ciego por otro lado.

-La pregunta en realidad es qué precio le pondrás a mi petición -Por lógica, había cosas que no aceptaría, a menos que no viese salida. De momento no se sentía amenazado porque le pidiera algo descabellado -¿Sabes por qué vine aquí? - Le daba curiosidad saber si lo averiguaría por sus medios o esperaría que se lo dijese. Como sea no podía perder mucho tiempo. Se acercó. Cualquiera sabía que ir con Yudea sería algo como su última opción. Pero cuando se había dado cuenta, era la más viable que tenía. Cuando estuvo a un par de metros se detuvo, por no estresar al cachorro de oso que parecía haberse calmado con las palabras de Yudea pero que le observaba, casi podía decir que con desconfianza. En otras circunstancias esos instintos estarían bien, peor no tenía razón esta vez para hacer nada extraño en contra del que era al parecer su amo.

-¿Cuál es el precio para que me ayudes a recuperar las memorias que alguien me ha arrebatado antes? -Le observó con convicción y sin un dejo de duda. Sabía que lo que no recordaba era algo vasto, muchas memorias, no solo de lo que buscaba recordar, pero lo mejor era que todas regresaran de una vez si era posible.

Aspiró y soltó el aire -No espero tu ayuda sin que me pidas algo a cambio... ¿Puedes ayudarme? ¿Hay manera de traerlas de regreso? - Hablaba con esa calma y ese tono neutro que no dejaba ver más allá de aquello. No quería ir dando tumbos sin lograr nada, por eso estaba ahí.

El ver su actitud le hizo arquear una ceja, no porque le sorprendiera, la verdad... solo que era tan desquiciante de alguna manera. Al notar su mirada fija en él supo que intentaba ahondar en su mente, no intentó ninguna jugarreta para detenerlo. Soltó una risa clara y vibrante al recibir aquel adjetivo que ya se esperaba -Predecible- Dijo con un dejo de burla, no podía evitarlo. Ese tipo tenía algo que no le agradaba. Bien, sabía exactamente qué era ese 'algo' como también sabía porque el vampiro le había perdido el interés después de lo que había sucedido, pero el no se iba a quejar de momento.

Se acercó y sesentó en una silla, algo alejado de él y detrás del escritorio que tenía en aquel lugar -¿Es necesario esperar? -Tomó una hoja que había allí pasando la vista por ella y el tintero -Puede que tenga que venir por aquí más de lo que me esperaba ¿no es cierto? - Se encogió de hombros -Si es así, tal vez puedes decirme los detalles. No creo que sean simples cuadros ¿o si? - Dejo de verle tomando la pluma del tintero y escribió el nombre de quien tenía frente a él. Le gustaba el tipo de línea que podías tener con una pluma como aquella. Eso y el olor de la tinta que se desprendía con el movimiento al trazar las letras. Por un momento, mientras hacía aquel movimiento, su mente permaneció en blanco -Ya sé lo que piensas de lo que hago... no pretendo que lo entiendas... a veces yo tampoco lo comprendo, pero incluso solo por eso, no necesitaría recobrar todos ellos, pero me hizo pensar... No sé qué pasó en aquel entonces... A ti te recuerdo vagamente... no sé qué tan bueno sea querer traer todo de vuelta... no parece que solo el incidente contigo o algo de una historia que me interesa sea lo único que surgirá - Sonrió volviendo a verle -Mm... ya sé que las pláticas conmigo son aburridas, así que es innecesario ¿De qué son esos cuadros?- Búsqueda y un poco de trabajo que no solía ser el suyo en ese momento, como entretenimiento sonaba bien o se volvería histérico en una de tantas.

Como si no hubiese notado el sonido de aquel violín desde que había entrado. ¿Qué otra razón tenía para mantenerse en la misma habitación que ese ser que era más bien una molestia sin duda a los sentidos? Probablemente solo eran sus comentarios con esa forma peculiar de decirlos.

Dejó la pluma en su lugar, estaba ligeramente molesto -No te pedí tu opinión, en cualquier caso- Se recargó en la silla haciéndola hacia atrás dejando que las patas delanteras dejaran de tocar el suelo, mientras el se sostenía del escritorio. Bien, solo intentaba mantenerse en cierta sintonía, pero ya que no le dejaba ahora no le importaba. Suspiró -Vete al infierno- susurró por lo bajo desviando la mirada hacia la puerta. Le gustaba el sonido de ese violín o no se habría sentado en primera instancia, pero tampoco quería hablar con Yudea o terminaría diciendo cosas que tal vez no debería justo cuando había ido a pedir 'ayuda'.

Dejó caer la silla de nuevo sin hacer ruido y puso las manos sobre la superficie para recargar el rostro en ellas. Si había preguntado es porque estaba demasiado inquieto pero bien, no iba a matar a nadie el que solo se concentrara en el sonido que inundaba no solo la habitación en la que estaban -¿Quienes son? -Él no había visto al par de cambiaformas hasta ese momento, no se había aparecido hasta ahora en aquel lugar así que no sabía desde cuándo estaban allí. El muchacho en el violín tenía una habilidad que no había visto en nadie hasta ahora, eso le obligó a alzar la mirada y verle mientras tocaba. Parecía enajenado en ello, eso era absorbente. Incluso solo verlo sumergido en eso le hacía pensar que era increíble como podía olvidarse de todo solo haciendo eso. No le importaba quiénes eran, más bien era qué hacían ahí con Yudea.

Ni hablar, no le iba a contestar a eso en ese momento, sería algo ilógico y solo una discusión que se podía ahorrar por muy corta que pudiera resultar.

-Morirme de envidia? Yo no tendría mascotas de esa manera, lo preferiría de otra forma, solo porque parecen a gusto no diré que es como si tuvieses esclavos- Y por cierto eso era desconcertante. Pero ver a Yudea así era un tanto extraño, el oso parecía tener un efecto extraño en él. El oso parecía cómodo así también.... eso era totalmente absurdo a su parecer, ver toda la escena era como difícil de entender.

Cerró los ojos sintiendo la superficie del escritorio en su mejilla -Las mascotas no son amigos, Yudea- ¿A qué venía eso? Yudea no tenía ningún amigo y dudaba que conociera la diferencia entre las palabras amigo, sirviente, compañero o cualquier cosa por el estilo. Era tan subjetivo y extraño todo con él. Se basaba en sus caprichos, más de una vez incomprensibles. No se iba a morir de envidia, pero qué endemoniadamente bien tocaba ese chico y el sonido de ese violín en particular, volvió a mirar -Le has dado tú ese violín?- Genuina curiosidad.

Ni hablar de quedarse ahí durante el día, pero antes de marcharse y tener que volver de nuevo, quería escuchar un poco más -Hace mucho que no escuchaba a alguien tocar así - Es más, no recordaba cuándo había escuchado a alguien con ese talento antes. Ahora si estaba desviando el tema incluso sin querer hacerlo.

¿Quién demonios se creía? Esperen, sabía casi exactamente lo que el otro contestaría y realmente después de sus alabras no estaba de humor para hacerlo. Tomó la pluma frunciendo el ceño y tirándosela con la firme intención de clavársela en un ojo. Sabía que no sucedería, era un vampiro, seguro que podía detenerlo, sobre todo con los años que se cargaba encima -Cállate... seguramente te encantaría si yo fuese así contigo. Deja de meterte en los asuntos en los que no te llaman - Si, totalmente irracional, pero ese sujeto podía provocarle eso y más. Lo odiaba más por momentos. Hablaba con toda la ironía y el sarcasmo que era capaz de poseer.

-Claro, aunque los quisieras no podrías conseguirlos, prefieres comprar, extorsionar o torturar a las personas... Eres un maldito retorcido- Sabía de antemano que a aquel par no les había hecho nada, eso sí... lo cual era macabramente extraño y causaba cierta curiosidad, pero por otro lado ni quería averiguar.

-Lo del violín lo dije porque parece perfecto para él- Bufó y se recargó en su propio brazo para ignorarle y seguir escuchando. Tenía que irse, pero esa música estaba haciéndole quedarse un poco más. Kendal... tendría que confiar en el brujo. Sabía de algún modo que lo que buscaba hacer no era sencillo. ¿Por qué algunos recuerdos estaban solo borrosos y otros parecían haberse ido. Observó a Yudea... su encuentro con él... realmente no recordaba demasiado, pero si lo suficiente para no querer recordarlo. Lamentablemente si quería ir más lejos, debía hacerlo. Ya lo había pensado y estaba decidido con eso... necesitaba ir más atrás aún... quería todo eso que le faltaba de regreso... pero recordaba algo que había llegado a él como una advertencia un tiempo atrás. No sabía que pasaría cuando lo que se ocultaba en algún rincón de su mente saliera a la luz. Pero bueno, pensarlo no haría nada y necesitaba saber más de una sola cosa a estas alturas. Prefería tener todo de regreso.

Bufó -Ya todos lo saben, tu sentido de diversión y de placer son macabros o bien algo retorcidos... A ti no te importa lo que yo haga... Si te importa es por razones que nada tienen que ver con que yo te importe... pero no malentiendas las cosas Yudea- Era lógico que a Yudea le importaba poco lo que sucediera con él hasta cierto nivel, lo que quería era que él y el resto le entretuviesen -Jamás te he obedecido y no pienso hacerlo... si no sientes interés por mí, mucho mejor... - Se equivocaba en algo, Kazu le seguía importando o él no se aparecería por esos rumbos ni dejaría que Junno fuese su informante desde ahí si esa no fuera su causa.

Menos mal, el sujeto cambió de tema, no quería discutir, eso le cansaba y le frustraba. Él no había cambiado, pero esa persona despertaba en él esos otros lados. Yudea para su mala suerte, conocía algunas cosas que hubiese preferido que no supiese, solo por el hecho de no escucharle decir cosas como las que decía ahora. Y como necesitaba su ayuda se aguantaba las ganas de decir algo que le alejara de su cometido. No había solo una razón para que hiciera eso. Si bien se le había dicho que recuperara esas memorias en las que el otro vampiro, más antigup que él, aparecía... ahora quería ver, qué tanto se le había escapado. Ese impulso, sabiendo que no solo recobraría eso, sino toda una vida que no creyó tuviese peso alguno sobre la actualidad. Y sin embargo, no solo era Asagi. Veía a Yudea y los fragmentos cortados en su mente le decían que seguramente más se escapaba... la curiosidad estaba moviéndole, cuando ya había decidido dejar todo enterrado como estaba.

El violín y sus magnificas notas le tranquilizaban, la respiración acompasada del oso, la aparente calma. Suspiró ensimismándose en su propia mente, lo cierto es que tenía un mal presentimiento y no estaba seguro del porqué, eso le hacía estar a la defensiva más que de costumbre. Observó a Yudea y luego a Joshua, tan metido en su música. Estaba extrañamente cansado aunque no lo demostrara, intranquilo como no estuvo durante siglos. Se levantó y se fue a poner justo enfrente de Yudea viéndole sin ninguna expresión que pudiese leerse en su rostro. Luego se movió rápidamente sentándose cerca de él sin verle.

Se agachó acercando su mano al oso, este gruño y el se mantuvo a esa distancia hasta quepareió que no iba a arrancarle la mano de una mordida -Quiero recordar... incluso si tengo que recordar también la noche en que te conocí... -Sonrió. Sabía que esa ocasión marcaba algo importante, la sensación cuando lo encontro en el cementerio se lo decía. Le había marcado y no creía que solo hubiese sido con esas alas que permanecerían hasta que su cuerpo se consumiese. No tenía sentido hablar con él, lo sabía, pero igual estaba diciendo eso. No podía quedarse en silencio con él tan cerca, le ponía de malas.

Negó con la cabeza, sus palabras no le ofendían ni le causaban ninguna reacción. No era como si esperara algo diferente. Incluso en aquel tiempo en el que le decía le había parecido interesante, había intentado quitarle la vida, no iba a esperar más ahora. Su rostro sereno viéndole a esa corta distancia so se movió un poco como si intentara aveiguar algo al clavar sus pupilas en las ajenas. Sonrió. Que curioso era verlo hablar de esa forma, de algún modo podía entender por qué lo decía de esa forma, él mismo habría usado ese tono y frases parecidas en otras circunstancias.

-Lo que me destruyo... lo que fui... - Se recargó en el sillón -Estoy harto... cuando me doy cuenta de que esa vida, que creí poco importante, aún ahora está sobre mi... cada vez que alguien menciona algo de mi pasado que yo soy incapaz de recordar con claridad o de siquiera saber si existió o no... cuando te encontré en el cementerio, no es que recordara algo, llegaron a mi las imágenes, de forma natural y sin embargo, no puedo decir que las conociera... - Le observó con fijeza, sin dejar que ni un atisbo de nada se mostrara en su rostro. Encogió los hombros. Tal vez no servía de nada -Aquello lo ha desencadenado... Sinceramente no sé si es una buena idea... - No tenía sentido ocultar que existía esa duda, seguro que podía notarlo. Echó la cabeza atrás en el respaldar y cerró los ojos.

-Quiero recordarlo... pero tengo un mal presentimiento... - Acerca de qué? no sabía decirlo. Estaba inquieto y le molestaba. A yudea le importaría poco aquello, probablemente le molestara -Has sentido alguna vez que quieres algo... incluso si sabesque puede destruirte? -Estaba viendo el techo y su voz era un susurro apagado. Suponía que la respuesta no sería algo como lo que estaba pensando, pero igual no podía evitar preguntarlo. Quería sus recuerdos, no ser ajeno a su propia vida. Pero se sentía terriblemente cansado en ese instante -Yudea... - le miró de reojo -¿Por qué estás accediendo?- No sabía si era extraño o no, pero cuando le escuchaba le daba cierta idea y no conocrdaba en algún punto con que realmente fuese a ayudarle.

Incluso si notó su acercamiento, el sentir su mano sobre él le tensó el cuerpo, escuchó sus palabras y se quedó quieto. Normalmente ese gesto, al sentir una mano sobre su frente le tranquilizaba un poco, y al oír sus palabras permaneció así viendo el remolino de imágenes que empezaba a ser su propia mente. Observó a Yudea cuando sintió algo extraño y se aferró al asiento cuando quiso alejarlo, aguantándose las ganas de hacerlo, sintió algo extraño cuando aquellas imágenes empezaron a aparecer en su mente, como si las conociera y al mismo tiempo fuera algo ajeno a él. Miró a Yudea con extrañeza cuando apartó su mano de él.

-No hay prisa… - No se había movido ni un ápice de lugar y su voz había sonado débil. ¿Eso era un recuerdo suyo? Se sentía tan irreal y la sensación que le dejaba era como sentirse ajeno a sí mismo, sin duda no quería que le regresaran todo de golpe, no sabía si lo que sentía era dolor o qué era, se movió llevándose una mano a la sien. La música inundaba el ambiente y trató de recobrar la compostura, aunque no era notorio, salvo por la forma en que sus manos aún no se soltaban, se sentía tenso aún.

Asintió –Ya dije que lo haría… -susurró confirmándolo. Cerró los ojos, se sentía como agitado y se mantuvo solo escuchando e intentando enfocar y regresar todo a su lugar –Ya la he visto…- Casi lo había olvidado –Cerca de la mansión… -Ella había dicho algo, pero no había pensado que tenía que ver realmente con su pasado. Esa noche había sido tan extraña y había estado en el peor estado posible. No quería darle la razón a Yudea, pero ciertamenteese día sintió justo lo que le había dicho un poco antes.

-Disculpa… creo que me quedaré aquí un momento- No sabía si era la música o que era, empezaba a sentirse demasiado cansado para moverse, o más bien aturdido. Importándole poco que fuese su auto-declarado némesis, se recostó en el sillón sin importar si estaba cerca de él –Yudea…- eso de estar medio al borde de la inconsciencia no le dejaba las cosas muy sencillas para pensar lo que decía –Te odio.. y me odio más por no saber a quién más acudir… - Eso le estaba frustrando, realmente no había podido pensar en pedírselo a alguien más. El sonido del violín empezó a atenuarse, pero incluso cayendo en un sueño ligero aún podía escucharlo.

Se obligó a acomodarse en el asiento sin abrir los ojos, sentándose de nuevo -¿Quieres saber lo más tonto que me ha pasado? - susurró -Digo que te odio... pero estoy odiando el que no haya sido capaz de hacer nada contra ti... odio más el hecho de pensar que cosas que callaría a otros soy capaz de decírtelas a ti, porque se que no te importara en lo más mínimo... - no sabía si se había removido algo en él, pero no el físico, no se sentía bien y esa sensación que le molestaba empezaba a crecer en su interior.

-Tengo miedo.. no es estúpido? - Pasó los brazos cubriéndose los ojos. Era de esos gestos que hacía sin pensar. Solo quería despejarse, aspiró aire. Hablar con Yudea era lo más tonto que podía hacer. Sabía qué clase de palabras le dirigiría y aún así dudaba haberselo podido decir a alguien más, justo como acababa de confirmar. Él no era susceptible y si algo llegaba a afectarle no solía demostrarlo, pero algo no le gustaba... había algo desde que había dejado la mansión un rato antes para llegar aquí que solo le creaba cierta aprehensión. Y a pesar de estar diciendo aquello su voz pareía no estar afectada en lo más mínimo.

-Tal vez debo irme...- susurró para sí -Yudea... estoy cansado... - Casi estaba contradiciéndose, de no ser porque no hablaba de la misma cosa incluso si decía las frases seguidas. Apartó las manos y giró el rostro hacia él. En ese preciso instante no sentía nada al verle. Ni el miedo irracional cuando le volvió a ver... ni el enojo... tampoco le agradaba, a decir verdad, pero no le provocaba querer matarle en ese instante -Nunca voy a entenderte... pero no importa...- Realmente era una pérdida de tiempo pensar que había una razón fija en su comportamiento. Sonrió de medio lado y desvió la mirada hacia el techo -Amo el sonido de los violines...- Un comentario saliendo de aquellas palabras que acababa de pronunciar. Su comportamiento errático no era algo que le agradase sobre sí mismo. No quería descubrirle a Yudea nada de lo que no hubiese podido captar en sus pensamientos, solo por si acaso... aunque creía que tampoco tenía mucho sentido ocultarle nada. Un gasto de energía innecesario. Pero su repudio le frustraba incluso si no lo apreciaba de buena manera.