El precio de los recuerdos [Yudea-Dark Kaisers]

Recuerdo del primer mensaje :

Qué curiosas eran las cosas. Esta noche estaba allí frente a esa puerta que normalmente evitaba a toda costa. No necesitaba tocar, lo sabía, allí a pesar de la protección que el lugar tenía, podía simplemente caminar hasta la estancia principal sin preocuparse de todo lo que allí había para eso. El aroma a violetas le dijo que Junno había estado haciéndose cargo de parte de lo que impediría allí llegar a cualquiera. No quiso esperar y abrió las puertas de par en par. Su paso lento y sereno, pesado para alguien con su naturaleza, lo hacía a propósito, esperando que quien saliera fuese el mismo Yudea. Se dirigió directamente a las escaleras. Podía escuchar el claro corazón de dos personas y la presencia de quien buscaba. La capucha que cubría su rostro la dejó caer sobre sus hombros con un ligero movimiento de sus manos.

Su rostro estaba serio, pero no sentía intranquilidad por ir justo a ese lugar. Si llegaba a sentirla sería por lo que había guiado sus pasos para recuperar un pasado que a primera instancia le parecía innecesario recuperar. Abrió la puerta de aquel estudio sin miedo observando a las figuras dentro de ellas. Un gruñido en una clara advertencia que decidió ignorar -Yudea... necesito un favor... - Se habría reído, eso resultaba de lo más irónico...

Ante sus palabras estuvo a punto de contestar algo, gracias a los cielos no lo hizo, aquello habria alargado tal conversación a un punto que probablemente no era bueno. Había querido preguntarle algo, pero tampoco tenía sentido. Sus párpados se sentían pesados así que no abrió los ojos. Escuchaba la música aún. No había necesidad de apresurar nada. Quería regresar a donde estaba esa persona y a la vez sabía que así no podía.

Lo que había querido reguntar al vampiro que le había llevado hasta la habitación iba a sonar aún más extraño que lo anterior. Pero ahora que se había alejado, no había necesidad, siempre podía hacerl después si aún snetía ganas de hacerlo. Lo dudaba, su mente estaba en un estado extraño, así que no sabía si cuando se sintiera en sus cabales querría pronunciar esas palabras.

El olor a violetas cuando la puerta se abrió le llegó tan claramente. Ese era Junno, ese olor empezaba a ser algo inconfundible. El perfume era suave, no molestaba a sus sentidos sobrenaturales. De algún modo podía decir que era agradable. Abrió los ojos viendo al que era su mayordomo sonreírle de esa manera. Era gracioso, que sonriera de esa forma incluso cuando las cosas no es que estuviesen bien, pero era una característica de ese hombre. Incluso antes, recordaba que siempre estaba ese olor a violetas, no como ahora, que realmente era un perfume, pero siempre tenía esa especie de olor peculiar sobre él, que ocultaba cualquier otro, incluso el de los venenos de los que era poseedor.

Cayó en un sueño profundo y las imágenes empezaron a desarrollarse frente a él como si fuese un sueño, lo que Yudea había sacado a flote estaba apoderándose de su mente, como reafirmando su existencia, haciéndole sentir como si estuviese en los momentos en que aquello sucedió. El dolor agudo que sentía, se preguntaba si era imaginario. Despertó de golpe y por alguna razón incomprensible espero encontrar a alguien frente a él cuando se incorporó sentándose en la cama, como quien acaba de despertar de una pesadilla.

Había algo mal... Odiaba esa sensación parecida a un presentimiento, sobre todo ahora que se sentía atrapado. No iba a admitirlo por ahora. Había más de una cosa en su mente y había una que le molestaba más ahora. Observó el lugar desconociéndolo por completo, esa habitación no era donde quería estar, pero ¿Qué hora era? Los territorios de esa mansión eran engañosos, no podía sentir el sol, porque en ese lugar jamás brillaría mientras Yudea estuviese ahí, era como estar en un lugar que salía de toda lógica. Era por otro lado para ellos realmente conveniente.

En todo aquel tiempo el no había realmente cambiado, eran las cosas a su alreedor las que le hacían actuar de cierta manera. Salió de entre las mantas, no era ningún humano, esa calidez casi no la sentía -Yudea... tengo una pregunta estúpida... - Arqueó una ceja, nada le decía que el otro estuviese escuchando -... Hay algo de humanidad en mí? - El no la veía, no se sentía, nunca se había sentido 'humano', pero decir otras cosas serían incluso igual de imposibles a su parecr incluso cuando sabía que eran ciertas. Preguntarle a alguien cuya visión era totalmente diferente, alguien que veía el mundo a través de sus propios deseos. Justamente por eso, quería oír su respuesta, parecía indicado, alguien con quien el lazo no era afectivo, alguien que le veía de una forma totalmente diferente, alguien que le despreciaba por lo que hacía, pero a él le parecía lo más viable, estaba siguiendo lo que sentía, y no había poder que le hiciera creer que eso era incorrecto, sin importar a dónd se dirigiera con ello. No le importaba en lo má mínimo si eso le destruía algún día, no quería pensar alguna vez en que hubiese querido tomar un camino distinto, el jamás se había arrepentido como para arrastrar algo consigo... al menos eso creía, faltaba ver si esos recuerdos le mostraban un lado diferente a lo que él creía ser.

Tuvo que reírse -Nunca dije que fuese una pregunta racional o siquiera una inteligente, ¿no? - Se levantó desperezándose, estiró los brazos al frente y observó la habitación con cuidado, como si esperara ver algo extraño. Aunque con extraño no sabía que esperarse, teniendo a Junno ahí, no creía que Yudea tuviese problemas en mantener ese lugar mpecable. Movió el cuello. -No sirves para conversar, Yudea - Sonrió, él tampoco, pero eso no le impedía decir eso. Fue hasta donde estaba, Joshua era el violinista, muy bueno en verdad, Yudea no alardeaba por una vez, el muchacho tenía algo que podía verse a la distancia, no iba a negar su talento -¿Y qué haces ordenándome que me levanté?-Preguntó ahora que podía verle. Eso de recibir órdenes de él, por simples que fueran no le gustaba. Perotendría que hacerlo gracias a ese acuerdo. No sabía qué era lo que planeaba, pero tampoco le afectaba demasiado, mientras no se metiera con él y Kazu y Junno estuviesen a salvo, no veía tanto el problema.

Parecía no estar afectado en absoluto pero eso no era necesariamente cierto. Yudea le hacía entrar en ese estado en el que aunque no podía ser impenetrable al vampiro dado que era un antiguo, si podía al menos impedirle leerlo mientras el otro no quisiera realmente meterse en su mente usando sus habilidades vampíricas. Tenía unas cuantas cosas en la cabeza y la pregunta había tenido que ver con ellas, el tenía una respuesta, pero escuchar una idea diferente le había parecido buena idea. Aunque por extraño que pareciese la de Yudea le descolocó, no por las palabras, tenían sentido, eso no era lo extraño, para Kei que esperaba que ni le contestara oírlo de él era una rareza.

Si aún no se había marchado era porque había ciertas razones, necesitaba asegurarse de ciertas cosas antes de volver con quien, por alguna razón, le había dado la idea, que esperaba no regresara. Igualmente lo haría, tal como había dicho y prometido el mismo, a menos que las circunstancias se lo impidiesen en algún momento. Cualquiera sabía que recuperar sus recuerdos no sería cosa fácil. Recordaba que aquella vampiresa había dicho algo que daba a entender que no había borrado ella misma la parte sobre conocerla. ¿Así que Yudea le conocía? por raro, realmente no le sorprendía, tenían algo en común aunque no podía decir el qué.

Arqueó una ceja viendo a Yudea con el par de cambiaformas. No dijo nada porque no le convenía hacerlo, más que por no querer decir algo burlesco. Además era hasta gracioso ver el contraste. Alternó la mirada y no respondió a las palabras porque estaba muy ocupado pensando en que esos dos eran algo más bien curioso. El oso, sin duda no era algo que tomar a la ligera. Y el otro chico, con ese maestría en el violín. Eran como contrastantes y al mismo tiempo era difícil una vez que los veías, pensarlos por separado y fuera de esa escena.

-Qué? Crees que no me pesa? Me parte el alma, Yudea - Finalmente no se pudo tragar al menos ese comentario en aquel tono de ironía más que evidente. Escuchó lo de Kendal y soltó una risa contenida -... Menos mal, quedar en tus manos me habría asustado- dijo como si le hiciera gracia aquello o si estuviese bromeando. Aunque por muy despreocupado que pudiese llegar a ser, las palabras no eran una mentira.

Kei le dirigió una mirada a Yudea una vez que estuvo en el pasillo, como si dudara salir cuerdo él mismo de eso. Pero ver a Yudea le hizo soltar un bufido. Ni siquiera sabía si podría ser posible. Si hubiese sido un vampiro el que lo había hecho... era posible recuperarlos? Aunque el podía hacerlo y sabía usarlo junto con algún truco para que volvieran. Nunca los había borrado realmente, más bien, había jugado con ellos y mantenido fuera de donde pudiesen encontrarlos.

Pero todas sus dudas o el simple nerviosismo que le invadió de momento no era algo que fuese a demostrarle al otro vampiro y sin embargo, quería decirle una cosa antes de ir a consultar al brujo. 'No Kei... es la peor persona a la que le puedes decir esas cosas' ah, pero su mente previsiva se lo imponía, aunque también al pensarlo, en caso de que algo saliese mal, no tenía de qué preocuparse, había hecho un par de cosas antes de ir allí y... sabía que Yudea tenía una mente que si bien no le dejaba saber lo que haría en un momento dado, pensaba que podía confiar en su instinto que le decía que sucedería lo que quería pedirle sin siquiera tener que mirarle.

Dio un par de pasos y le dirigió una última mirada a quien se había quedado del otro lado, le sonrió por extraño que pareciera el gesto. Nada de sarcasmo o cinismo esta vez. Esos calabozos oscuros, esas férreas y fuertes rejas a él no podían contenerle, pero al brujo que Yudea tenía celosamente en aquel lugar si. Le sonrió al hombre recargándose en el metal de la puerta -Kendal...

Se adentró recargándose en el metal de aquella puerta que le separaba del brujo. Yudea no podía mantener ahí a cualquiera de ellos, pero había resultado ser el mejor lugar para el vampiro de tener al brujo sin que nada llegase a él de la forma en la que normalmente lo haría. Sonrió ante el saludo -Kendal - Hizo una ligera inclinación con la cabeza a modo de saludo -No estoy seguro que puedas decir eso viéndome de esta manera - Se había enterado en su momento de que estaba ahí, le habían dicho cómo habían pasado ciertas cosas, bueno, Junno se lo había dicho.

La orden que le había dado a su mayordomo era ser ahora ser parte del personal de Yudea, en parte porque no quería estar sin información, y parte porque no podía evitarlo. Las cosas debieron ser difíciles para Kendal en un inicio -Necesito tu ayuda- No había que darle vueltas. De otro modo no podría estar ahí hablando con él.

-Necesito mis recuerdos de vuelta- El tono de su voz fue un poco diferente al habitual. Veía al brujo y podía darse cuenta de la diferencia más por instinto que por otras causas. Vio de reojo los libros en el fondo y miró a Yudea de reojo sin poder evitarlo -Así que estoy aqui para ver si eso será posible - Le vio con fijeza. Estaba dispuesto a correr riesgos pero no a perder la cordura completamente. Solo quien fuese a intentarlo, creía podía decirle también a que se iba a enfrentar, Yudea solo había hecho alguna especie de prueba. Con eso, se había dado cuenta, de que no sería tan fácil y de que las consecuencias aún no las contemplaba -Necesito recuperar mis recuerdos, esperaba que me dijeses si puedes hacerlo... - No le gustaba ir a pedirle eso cuando normalmente no podía ir a verlo. Las cosas se habían puesto un poco extrañas ultimamente.

Le sonrió, después del tiempo encerrado había alcanzado cierto nivel de paz y aceptación con su situación sin siquiera pensar en renunciar a su libertad.

-en realidad mi situación no afecta mi percepción por la buena compañía.

Reconoció, el casi nunca podía ver a nadie mas que ha yudea o junno, la presencia de alguien mas hacia una variante agradable en sus días grises en aquel lugar, asintió a la afirmación del vampiro.

-lo se, de otra manera no hay forma de que estuvieses aquí.

Yudea le había permitido ver a cuatro personas desde que estaba encerrado además de juno y el. Uno había sido Kazu, la segunda, aquella pintora, después Alexis y ahora Kei. De ellos solo Alexis habia entrado sin que significase trabajo para el. Tomo aire viendo el libro que había transcrito de los viejos que yudea le había proporcionado, ver el numero de brujos que habían pasado por su misma situación a veces le revolvía el estomago. Para el vampiro el hecho de secuestrar y obligar era tan natural como lo era para los seres vivos el respirar.

-Yudea me lo dijo hace unas horas, yo… creo que podría ayudarte, pero deberías alimentarte bien para eso. No se si lo sepas pero soy un necromante, dependiendo del tiempo yo podría llamar ciertos espíritus, para ellos tendría que quitar los hechizos de la mansión o salir de ella.

-saldrás.

Le aseguro Yudea y escuchar sus palabras le sorprendió y ciertamente también emociono un poco, desde la partida de alexis había intentado conseguir salir, aun si seguir bajo el yugo del vampiro podia aceptarlo si solo le dejase salir, si dejase que aquellos que amaba le vieran y pudiesen estar tranquilos. Sin embargo no debía mostrar su alegría o su ansiedad, si yudea notaba que podia usarlo en su contra sin duda lo hria.

-Yo podía inducirte a un sueño y ejar que los espiritus dibujaran los hechos en tu mente como sueños. Seria como ver algo ajeno a ti, pero no podrías despertar hasta terminar el recuerdo que vaya a mostrarte pese a duro u horrible que sea, lo bueno es que seria como un sueño, no afectaría tu juicio mas alla que agitación al despertar en el peor de los casos.

Ahora que sabia que yudea le dejaría salir sabia que podía pedirle a Hekate que buscase entre sus recuerdos, entre su visión universal la vida del vampiro, incluso podría traer el alma de Kei como habia traído la de Kazu. Controlando el flujo de los recuerdos evitando la locura y la confusión que el choque había hecho en kazu.

-solo, tendrías que confiar en mi.

-Me alegra saber que me consideras una buena compañía - Le sonrió, esa era la mejor respuesta que podría haber escuchado y probablemente solo alguien como Kendal podría haberla dado.

¿Hacía horas? ¿Cuánto había dormido? La oscuridad de aquellas nubes al parecer le había desubicado acerca del tiempo. Escuchó atento lo que le decía el brujo y sintió un par de veces por mera inercia a sus palabras. Suspiró, podía alimentarse, pero eso le decía que aquello iba a llevar lo suyo, no era para menos, no creía estar pidiendo la tarea más fácil del mundo.


Incluso él se giró a ver a Yudea cuando dijo que Kendal podría salir. Arqueó una ceja con cierta incredulidad, pero no iba a renegar. No entendía bien lo que haría. Usar espíritus para que le mostraran lo que él no sabía. Sonrió, jamás habría pensado en algo como eso, pero tampoco sabía que era posible.

Vio al brujo aún con la sonris, una más sincera de las que acostumbraba con la mayoría, justo porque lo que iba a decir era cierto -Kendal... no creo que pudiese estar en mejores manos para esto -susurró. Un sueño inducido... tener que confiar en su despertar, era mejor si era alguien como él. Sabía que podía confiar en su palabra y de momento Yudea, quien era quien podía hacr que el brujo hiciera lo contrario a eso, no creía que tuviese una razón para hacerlo.


Así como sabía que cumpliría su parte, incluso si le decía que era un fastidio y que era patético y toda esa sarta de cosas que le venían valiendo poco en ese momento, sabía que Yudea sabía que una vez que lo hubiese prometido, incluso si no le había dicho el qué, cumpliría con lo que fuera. Era el precio por su ayuda, una que hubiese preferido no necesitar.

Kendal abrió los labios para hablarle pero la voz de yudea le interrumpió.

-me alegra que estés convencido, pero se acabó la visita.

Kendal se giro a yudea tentando su suerte para preguntar sobre la salida que había mencionado antes, aun no podía creer que fuese a dejarle salir fuera de la casa, a pesar de que antes ya le había dejado salir del sótano aquello era una cosa completamente distintas.

-¿donde piensas que podre hacer este todo el trabajo?

Yudea les sonrió a ambos sabiendo que tenia el lugar perfecto para todo aquello, además que contaba con las mismas rosas envenenadas que tenia la casa, no seria fácil que alguien les interrumpiera y aun podia mantenerles bajo control.

-Se hará en La mansión de la media noche, iniciaremos mañana ahora mismo no me encuentro de ánimos.

Kendal supo que no convendría escapar, no era ni una opción inteligente ni el mejor de los tiempos para hacer algo, pero tendría una oportunidad para demostrar que podían dejarle libre.

-cuando?

Yudea enfoco la mirada directamente en Kei, pareció pensárselo y meditas opciones en su cabeza que Kendal no podia imaginar. La cabeza de yudea era algo que no quería entender jamás.

-No será hoy, Fuera de eso ¿cuando deseas hacerlo?

Pregunto directamente a Kei. Tendría que pensar en alguna trampa en ese trato, sacar a Kendal podía ser arriesgado, especialmente cuando tendría que permitir que invocase a Hekate junto a el.

Incluso aunque hubiese querido hacerlo en ese momento, ciertamente no creía que fuese la idea más viable. Necesitaba alimentarse, había dicho, suponía que lo suficiente para que pudiese resistir suficiente. No era mucho problema, tampoco conseguir su fuente de alimento. Y ahora que se llevaría a cabo en su misma mansión, la cual había pisado recientemente, sabiendo el estado en el que su mayordomo la mantenía a pesar de estar ahí. Fue por esa razón que sus pasos le habían guiado con esa petición hasta ese lugar. Al ir a buscar algo que había olvidado, se había dado cuenta de que el pasado que creo no tenía importancia, decidía sobre él.

No le gustaba, la idea de nos er completamente consciente de algo que había en él. Observó con esa decisión en la mirada, una que era diferente a las de antes. Esa sensación de que algo malo iba a pasar aún no desaparecía, lo que no sabía en ese momento, es que no tenía nada que ver con lo que estaban a punto de hacer para cumplir la petición hacia Yudea.

-Cuanto antes creo que sería mejor... - No quería apresurar las cosas, pero estaba inquieto sin saber el por qué -... No acabas de decir que mañana iniciaremos, no creo que pueda hacerse inmediatamente, sé que debo tener cierta paciencia... Creo que Kendal sabrá decir cuando es apropiado comenzar con la tarea- El no sabía lo que necesitaría el brujo, ni lo complicado que pudiese ser aquello

Yudea le vio con cara de aburrimiento desestimando sus palabras con un gesto de sus manos.

-Kendal trabaja perfectamente bajo presión.

Sonrió como si ya lo hubiese hecho muchas veces y además conocedor de lo que estaba a punto de decirle, Kendal no solo trabajaba bien bajo presión, ponía especial empeño cuando el destino de alguien mas estaba en sus manos.

-el sabe que tendrá que trabajar sobre ti, en tu mente y tus recuerdos, sabe perfectamente lo delicado que es y las consecuencias que pueda traer, se esmerara hasta sus limites por tenerlo todo preparado para no dañarte y si acaso no lo logra entonces se negara a llevar acabo el trabajo, lo castigare y le daré mas tiempo, es muy simple kei.

Sin embargo rodo los ojos como sabiendo que Kei jamás pondría una fecha tan cercana, era demasiado blando el hombre.

-pero si quieres tomarte tu tiempo, es tu cabeza la que te estas jugando asi que por eso te di la oportunidad de elegir pero ya que pareces incapaz de ser firme en algo lo decidiré yo, será mañana mismo, por la noche.

Al menos era consciente de que si iba a hacer trabajar a Kendal en la memoria de Kei no podia hacerlo invocar tormentas para el al mismo tiempo. Aunque justo a esos momentos recordó que Kendal llevaba tanto tiempo ahí abajo que no tenia idea de que tanto tiempo le quedaba o que hora era en ese preciso momento.

-ahora mismo es de madrugada Kendal, asi que tienes casi 48 hrs para tenerlo todo listo, suerte con eso.

Dirigiéndose a la puerta indicándole a kei, que era tiempo de retirarse.

Yudea no tenía sentido de lo que era pensar en los otros, así que no le sorprendió que repentinamente dijese algo como eso, pero contrraio a lo que decía, incluso cuando no quisiera presionarlo, si tenía algo de prisa, por empezar, cuando menos. No tenía ni la más remota idea de qué fuese a pasar y el tiempo que tomaría todo eso.

No le contestó a Yudea aunque un gesto se formó apenas en sus labios. Lo que siempre le había molestado era esa actitud suya, y de no ser porque de verdad no había podido pensar en alguien más que tuviese las herramientas o el poder necesario... bien, tal vez si conocía gente así, pero no parecía que tuviesen a un brujo como aquel en su sótano. Si no fuese por eso, sus ganas de irse en su contra, que a mayoría del tiempo estaban muy bien contenidas, porque había mucha gente involucrada como para actuar sin pensarlo, demasiado impulsivo no funcionaría contra un ser que le llevaba varios milenios de existencia.

Le dirigió una mirada a Kendal, solo para observar su rostro tras que Yudea le diese aquella 'información'. Le hizo un ligero movimiento con la cabeza para despedirse y movió los labios diciéndole algo, no necesitaba dejar salir su voz, solo era como agradecerle aquello. Era algo por lo que él lo estaba metiendo en una situación en la que no debería estar. Le sonrió antes de seguir a Yudea. No había forma de decirle algo en ese instante aunque tenía unas ganas inmensas de hacerlo. Observaba su espalda. Qué curioso era eso, por cierto. Además, le estaba debiendo el pago de aquello, que de momento desconocía, pero en ese sentido estaa tranquilo.

-Un día voy a deshacerme de ti... -dijo como si por equivocación lo dijese en voz alto. Aunque no era así. Veía lejano el matarlo, pero no imposible -Pero no será por ahora -Dijo con cierta pesadez, desviando su atención hacia uno de los pasills en el que vio a Junno con aquella sonrisa. No era por sí mismo. Con todo lo que Yudea decía, no parecía tener problemas con el hecho de que el estaba poco cerca de él. No habría sido una buena idea, de cualquier manera.

Su desvarío en ese momento radicaba en si se quedaría en aquel sitio o iría a la mansión de la medianoche desde ahora. Pasó una de sus manos por su cuello, como si estuviese estresado. La verdad tal vez lo estaba. Necesitaba distraerse de sus propios pensamientos -Eres desconsiderado, caprichoso y egoísta... - Soltó de pronto como si hablara de algo común y sin importancia. Claro que muchos lo eran, pero yudea estaba como en un escalafón diferente, de no ser así, no habría logrado lo que hasta ahora, incluso si lo había hecho de esas formas tan radicales. Pero no diría más, era tan ególatra, que era mejor dejar su pequeña observación a medias, decirle lo que pensaba seguramente no sería un insulto para él.

El rostro de yudea giro a su espalda solo un poco, lo suficiente como para ver al hombre que caminaba tras el y una sonrisa lenta, perezosa y extremadamente satisfecha se dibujó en so rostro, guardo silencio unos segundos como si saboreara cada palabra dicha y finalmente volvió la vista al frente dejando que el vampiro caminase a su espalda.

-los asiáticos son tan curioso alagan cuando desean reprender o insultar que divertidos.

Soltó y las palabras sonaron cantarinas entre la risilla que soltó al decirlas, Kazu y Jin a veces también murmuraban exquisitos halagos a su persona sin motivo aparente, parecía que kei se unía a la causa y no dudaba que junno tuviese un comportamiento similar en aquella cabecilla suya. Siempre con aquella sonrisa tan divina que algunos tachaban de escalofriante, el hombre con aquel aroma sobre el y la sensación de muerte a su alrededor era una compañía sumamente cómoda para el.

Giro la cabeza como si descansara el cuello y se dirigió al estudio encontrándose con sus adoradas mascotas, acercándose a cada una les dejo una caricia a cada uno como despedida.

-Acompáñenme a mi habitación es tiempo de dormir para mi.

Ordeno con aquel tono suave que casi sonaba a pedido pero era algo dificil de aceptar viniendo de aquel sujeto.

-puedes pasearte por aquí kei, no sale el sol en esta mansión, disfruta de tu tranquilidad antes de que esto- sonrió- comience.

Bufó ante esa respuesta. Claro que lo decía en serio y lo odiaba como no odiaba a nadie. Porque de hecho la mayoría caía en su rango de indiferencia, podía molestarse por momentos, pero no de forma permanente. Pero a Yudea... sentía esa repulsión, no estaba seguro de la razón exacta, pero probablemente tenía que ver con la manera en que le había conocido y además reencontrado.

Dejó de pensar en ello. Le vio deirle eso a las dos adquisiciones más recientes de Yudea, aquel par de cambiaformas parecían casi adorarle de alguna manera. Desvió la mirada. Podía volver a la mansión que compartía, pero no encontraría a nadie al llegar y creía que se sentiría extraño. Dudó un momento. Porque estar cerca de él tampoco era una buena opción -No creo que ninguno pensara en halagarte o que sea cosa de los asiáticos solamente... -murmuró arqueando una ceja. Realmente quería hacerle algo a ese sujeto.

Estaba por marcharse cuando se detuvo en seco -¿Es de día o de noche fuera de estas tierras? - Preguntó aunque ya se lo habían dicho, se sentía totalmente desubicado. Lo que intentaba preguntar es cuanto faltaba para el amanecer. Se desconcertó a sí mismo y negó con la cabeza -¿Es que eso es una advertencia o una amenaza? - Había sonado así. No creía que fuese solo porque él le causará esa idea apenas escucharle. Pero con él era posible que planeara algo incluso si no era gran cosa, pero estaba seguro que no tenía intenciones de dañarlo ¿Por qué? Yudea había dicho todas esas cosas de él y eso le decía que estaba relativamente a salvo de que le hiciese algo directamente.