Lluvia de verano (Libre)

por **Selene Ladomie** Miér Dic 12, 2012 9:43 am

El agua representa la vida,
pero...¡qué inoportuna es cuando te pilla de improviso!

Llovía.
Una suave lluvia de verano caía en aquel lugar desde que había amanecido, y hasta entonces no había parado. Y no parecía que fuera a tener la intención de parar. En ningún instante. Ningún segundo, ni varios minutos de interrupción para que se pudieran atravesar los campos o las calles hasta un lugar seguro...un lugar en el que no te mojaras.
Pero la lluvia de verano siempre era agradable. Dejar que te cubriera por entero era como darte un baño en la playa en algún lugar caluroso que no era Francia, pero eso no quitaba que siguiera siendo agradable.
A Selene esto la pilló en un momento muy pero que muy malo. En un lugar muy alejado.
El cementerio. Había sacado esa pequeña reliquia que había guardado en un saquito, le había tocado rescatarla, y ahora le tocaba tener que tocar buscar un refugio. Y había acabado en el cementerio. Directamente del santuario al cementerio...¿acaso no había lugar peor dónde se pudiera ir a parar?
Selene tuvo que correr durante mucho rato para encontrar un lugar adecuado. Mientras tanto la lluvia se le pegaba al cuerpo, al vestido verde de verano que ya tenía empapado y el cabello. ¿Por qué tuvo que dejárselo suelto aquel día? De habérselo recogido no se le habría mojado tanto. Ahora algunos mechones se le pegaban a la cara, y eso le molestaba sobremanera.
Corrió por el cementerio teniendo mucho cuidado con no tropezar con ninguna tumba ni perturbar el descanso de los muertos...¡no sería extraño toparse con algún fantasma en aquel lugar! Últimamente veía menos, pues muchos de sus fantasmas andaban enfadados con ella...pero eso no quitaba que viera alguno por allí.
Finalmente, no tuvo más remedio que colarse en un enorme mauselo que tenía las puertas abiertas. Esto no era normal. ¿Pero qué más daba? Lo único que debía de hacer era resguardarse de la lluvia...tosió y se arrebujó bien dentro.

por **Ismael Gómez** Vie Dic 14, 2012 6:48 am

A los pies de Ismael yacía el cuerpo inerte de lo que, en su tiempo, había sido un cambiaforma. La larga katana que estaba recubierta de plata yacía clavada en él. Fue el agua lo que hizo que saliera de su ensoñación. Cogió la espada y se miró la herida que tenía en el brazo. Aquella bestia le había hecho unos profundos arañazos. Se terminó de arrancarla manga de la estropeada camisa y se la ató alrededor de la herida para hacer presión. Limpio su espada en las ropas de aquel ser y la guardo, cargándosela finalmente a la espalda. Miró el cielo y dejó que el agua le golpeara el rostro. Era refrescante e incluso se le agradecía. Debía salir de allí.

Empezó a caminar alejándose de aquel pobre ser. Era su deber, debía cazarlo. Debía acabar con esas abominables bestias. Pero tenían un aspecto tan humano. Odiaba eso. Sus pasos le llevaron hasta el cementerio. ¿Tan lejos se había ido persiguiendo aquella bestia? El dolor del brazo le estaba pasando factura y se sentía realmente cansado. A pesar de toda su preparación física y psíquica para ese trabajo, aquello era duro. Había un gran mausoleo. Estaba cerrado, debía poder abrirlo. Agarró los pomos de las pesadas puertas y empezó a tirar. Tras unos cuantos tirones brutos consiguió que la puerta se abriera, pero el brazo le dolía más. Entró en él y agradeció no sentir la lluvia. Se encaminó hasta el fondo y se sentó en suelo, apoyando la espalda en la pared y cerró los ojos.

Una tos lo despertó. Abrió los ojos de golpe y cogió su espada. La desenfundó sin hacer ruido, y agachado en la oscuridad que le proporcionaba el lugar se acercó hasta la figura que había. No le veía bien el rostro debido a la contraluz. Se movió hasta colocarse casi detrás de ella. Entonces, con una agilidad sorprendente independientemente de su altura, le colocó la espada en el cuello y él se colocó detrás. Agarrándole las manos.-¿Quien eres?

por **Selene Ladomie** Vie Dic 14, 2012 9:14 am

Nunca le des la espalda a nadie;
éso puede traer consecuencias fatales

Algo irrumpió en el mausoleo, que rompió aquel silencio que reinaba dentro, roto de nuevo tras la entrada de la bruja. Una sombra, alguien a quién Selene no veía bien. Iba a decirle algo, o al menos a acercarse un poco para verla mejor y saber quién era. Pero entonces la agarró y le colocó la espada al cuello, agarrándole las manos para que no pudiera defenderse. Selene chilló por la sorpresa, tratando de girar la cabeza para ver quién era...pero no podía girarla mucho, ya que el filo de la espada podía cortarle en cualquier momento. Una voz de hombre le preguntó quién era. ¿Sería un inquisidor, que la había confundido con alguien a quién...no debían coger? Eso no podía ser...claro que podrían considerar una herejía que entrase en un mausoleo. Por lo de profanar a los muertos y eso.
-¡Una persona! ¡Eso es lo que soy, una persona!-exclamó cómo si eso no fuera algo obvio. Casi que sonó algo divertido. Aunque el tono de su voz sonó enfurecido. ¿Cómo se atrevía aquel hombre a agarrarla de semejante forma? Eso Selene no lo iba a consentir, así que se debatió para soltarse.
-¡Suélteme!-exclamó la muchacha-¡No he hecho nada, sólo quería resguardarme de la lluvia!Suélteme o le juro que no respondo...
Cómo no la soltara iba a recurrir a una de las cosas que hacía siempre...claro que tampoco podía juzgar tan rápido. Quizás fuera alguien que simplemente creyera defenderse...hummm...una curiosa y poco probable idea.

por **Ismael Gómez** Vie Dic 14, 2012 7:40 pm

Su respuesta provocó en Ismael una leve risa. Bajó su espada lentamente pero aún agarrándole los brazos le dio la vuelta para quedarse mirándose cara a cara. La joven era hermosa y ahora podía contemplarla mejor. Con la parte que no corta de la espada le rozó al mejilla. "No hay reacción" pensó para después concentrarse en el tacto. "Cálida". Entonces la soltó y se guardó la espada en su sitio. Se inclinó ligeramente haciendo una pequeña reverencia.- Lo siento.- Se puso derecho.-Ha sido un reflejo de protección.

Caminó hasta la pared para apoyarse. Le seguía doliendo el brazo. La camisa que tenía atada empezaba a teñirse de un rojo oscuro, como el color del vino.- Creo que ambos hemos pensado en lo mismo.- La sonrisa que le dedicó Ismael era una sonrisa sincera, alejada de cualquier problema. Una vez que había comprobado que de momento no sería ningún peligro bajó la guardia.- Dime, ¿cómo te llamas?- preguntó despreocupadamente mientras se sentaba en el suelo. Dio unos golpecitos en él. Indicándole a la joven que viniera a sentarse junto a él. Parecía que iban a estar allí bastante tiempo, y por lo menos quería ser amable. Aunque había empezado con muy mal pie. Si la chica decidía pasar de él, lo comprendería.

Aquel lugar se le estaba empezando a antojar frío e incómodo pero así no podía salir afuera. Llevaba el olor de aquel cambiaforma encima, como saliera y lo rastrearan los demás acabaría muerto.

por **Selene Ladomie** Jue Dic 20, 2012 5:33 pm

Puede ser mera defensa;
o el preludio a un juego interminable

La espada le rozó la mejilla con la punta que no cortaba. Luego Selene se dio cuenta de que estaba haciendo como algunas comprobaciones. O algo parecido. ¿Qué era lo que pretendía? La muchacha entrecerró los ojos cual pantera salvaje, lista para atacar por si pretendía hacerlo. Pero no lo hizo. El muchacho se apartó de ella, e incluso pareció avergonzado por lo que había estado a punto de hacer, cosa que a la pelirroja le sorprendió. Le observó mientra se giraba y se apoyaba en la pared, sorprendida. Y se percató de que era pálido, y además se dio cuenta de varias cosas más. Como el hecho de que tenía el brazo empapado de sangre. Estaba cada vez más y más empapado. La joven le miró con cierta preocupación mientras seguía hablando.
Le dedicó una sonrisa sincera y le preguntó varias cosas. La muchacha se sentó junto a él aún con los ojos entrecerrados, pero ésta vez no para atacar, sino para pensar. Y luego dijo:
-Tienes el brazo manchado de sangre...-alzó una mano para tocarle el brazo, y luego se miró la mano, que tenía algo manchada. ¿Qué habría estado haciendo? Viendo cómo estaba, no era de extrañar que hubiera hecho lo que había hecho antes, era lógico que dijera que era un acto de defensa. Tan tremendamente lógico que parecía imposible creer alguna otra cosa cosa. Completamente imposible.
-¿Te ha atacado algo o alguien por el camino?¿Te duele mucho?-le preguntó deseando tener algo para poder ayudarle.
-Yo me llamo Selene...¿y tú?-finalmente optó por la solución más rápida y eficaz que se le vino a la mente. Se cortó un poquito de la parte baja del vestido y se la puso en la herida para limpiarle un poco la sangre. No creía que aquello fuera a servirle de mucho, pero si le servía de algo, mejor que mejor. Y la verdad es que olía un poco raro...como a muerte.

por **Ismael Gómez** Vie Dic 28, 2012 5:00 pm

Ismael contempló a la chica sentarse a su lado y vio como miraba su brazo. Él giró su rostro para observarlo. El trozo de camisa que había puesto ya estaba manchada de sangre. Debía lavarse la herida y desinfectarla. Escuchó las preguntas de la chica y antes de que pudiera hacer nada notó el desgarro de su traje. Vio como la chica se había quitado un poco de su vestido. Entonces empezó a limpiarle la herida. Ismael se había quedado sorprendido pero un dolor agudo lo despertó de su asombro.

Llevó una mano hasta la muñeca de la chica.- No te preocupes, me curaré. Solo es un pequeño rasguño.- Mentira, estaba preocupado pero no se lo iba a decir.- Sí, me atacó algo ahí afuera.- dijo despacio. Ella había dicho: "algo o alguien". ¿Sabría de la existencia de otro seres? ¿O se estaba imaginando que podía haber sido un animal? Me miré bien la herida. El cambiaforma me lo había hecho en su estado animal, pero claro... En los bosques de Francia no había puma ni nada parecido.- Pero dime ¿cómo ha acabado aquí? ¿Acaso me encuentro en la tumba de un familiar?

por **Selene Ladomie** Sáb Dic 29, 2012 5:29 am

Una pregunta que puede despertar otras;
ésa sí que es una buena pregunta

La tumba de un familiar...la imaginacion de Selene voló por un momento hacia el recuerdo, hacia aquel momento en el que, efectivamente, podría haber estado allí para visitar a un familiar que a estas alturas estuviera muerto. Pero los únicos fallecidos a los que Selene podría visitar se hallaban en Suiza en aquel momento. O, al menos en uno de los casos, en una apestosa cripta bajo tierra que vete tú a saber dónde se hallaría en realidad, si bien allí o en algún punto oculto del mundo que ni ella ni él conocerían. Vislumbró por un mero instante aquella cripta, como si de un flashback se tratara, y la muchacha tuvo que contener las ganas de estremecerse de puro horror. Claro que tampoco tenía por qué hacerlo. Eso había sido hace ya muchísimo tiempo. Pero claro, aquellos lugares siempre podían llegar a evocar esa clase de recuerdos perturbadores...
Entonces la detuvo poniendo una mano en la muñeca y Selene paró de hacerlo, esperando que tuviera razón. La pelirroja sonrió débilmente, preguntándose qué sería aquello que le habria atacado. Le echó un vistazo al cielo por un instante. Nublado, lloviendo, pero de todos modos seguía siendo de día. Vale...tampoco tenía que haber sido eso precisamente, pero era fácil que se le viniera a una a la cabeza esa posibilidad.
-Pequeño rasguño decís...-dijo en un tono un poco casi divertido, no para burlarse ni nada, más bien para remarcar lo que él quería decir respecto a "rasguño". Selene casi podía oler la sangre...y algo más que le sonaba, pero en aquellos momentos no recordaba exactamente de qué.
Luego le preguntó cómo había acabado allí. Selene ladeó la cabeza recordando el motivo que la habia llevado hasta allá...la lluvia, pero también el motivo que la había llevado a terminar en el lugar menos acertado en el momento en el que se desató aquella maldita lluvia.
-Estaba buscando a un viejo mercader amigo mio...dicen algunas cosas malas de él-vale, ésta vez no pudo evitarlo, la muchacha sonrió con cierta malicia en el rostro. Un viejo mercader. Aquel a quién le habían recomendado que espiara ésta vez. Se sospechaba que era licántropo, y que además guardaba un secreto bastante importante. Ése era el trabajo que la muchacha tenía encomendado por ahora, aunque tampoco es que pudiese decir que estuviese demasiado concentrada en ese trabajo que digamos.

por **Ismael Gómez** Lun Feb 18, 2013 3:16 pm

Finalmente le quitó importancia a la herida, de momento. La chica parecía que había estado pensando en vete a saber qué y cuando finalmente le contestó Ismael no pudo evitar sonreír.- ¿Un mercader? ¿En un cementerio?- ¿Acaso había mercaderes de huesos en Paris? Su antiguo maestro le había dicho que muchos magos oscuros utilizaban los huesos para elaborar los hechizos. ¿Sería esa preciosa chica una bruja? No lo sabía y no pensaba preguntarselo. Eso sería de mala educación.

-Bueno, el tiempo que he tardado en llegar aquí no he encontrado ningún mercader. Lo siento por la intromisión pero...¿Qué es lo que desea comprar?- alcé una ceja divertido.

Mi mirada se dirigió a la puerta del maunsoleo. Parecía que la lluvia no iba a parar y yo no pensaba aburrirme así que miré a mi "compañera de aventuras".- Dime Selene ¿qué te gusta hacer? Si es algo que éste en nuestras manos podemos matar el tiempo. O eso o dentro de un rato salir de aquí corriendo bajo la lluvia.- No pude evitar mover los brazos a la vez que hablaba y noté una punzada de dolor que me recorrió todo el brazo herido. Bajé ese brazo y suspiré. Debía ir a mi casa. Si estuviera mi hermana aquí saldría a buscarme plantas medicinales pero yo no tenía sus conocimientos sobre eso.

por **Selene Ladomie** Lun Feb 18, 2013 8:28 pm

Créame, hay algunas personas que venden cosas de lo más raras por aquí. Recuerdo que en mi país había un tipo que vendía las hojas que se encontraba, y uno que vendía huesos de conejo tan asquerosos que ni siquiera los perros querían comérselos...claro que el primer tipo estaba un poco loco-comentó la muchacha mientras sonreía algo divertida y soltaba una risita.
Luego le preguntó qué era lo que deseaba comprar. Esa pregunta ya era más difícil de contestar, tendría que improvisar algo y pronto, porque si supiera lo que a ella le encantaría comprar...
-Pues justo quería comprar un poco de carne de conejo. Soy alérgica a los que venden por aquí-no era siquiera mentira del todo. Hacía poco había comprado unas orejas de conejo para una poción que había hecho, pero éste detalle no era necesario que fuera mencionado, por supuesto.-Deben de tener un componente químico raro, o quizás simplemente es que estén sucios. Ya he visto cómo mucha gente de aquí es pobre, demasiado pobre. Y la pobreza trae ciertas cosas indeseadas.-Ah...¿crees que he sonado un poco altiva...presumida? Es que estaba acostumbrada a otras cosas, ¿sabes? Era de clase alta, y aún soy un poco delicada para ciertas cosas...-me eché a reír ante lo que estaba diciendo.-luego tuvo que pensar en algo más para recalcar el hecho de que no era cierto eso. Además, tenía que decir qué era lo que le gustaba hacer-Pues me gusta mucho leer. Sobre todo historias antiguas, sobre el mundo que nos rodea...¡qué demonios! Sobre la naturaleza. Me fascina. ¿A vos no?-El muchacho parecía sentirse ahora un poco mejor después de aquello. De lo que había creído que era una cosa pero que en realidad era otra.
-Y también me gusta mucho salir a caballo. Correr y sentir la velocidad correr por mi cuerpo de un modo salvaje. Es algo casi como erótico...-me eché a reír ante semejantes menciones.-Pero para matar el tiempo...¿qué otras cosas hay? Bueno...a decir verdad, no lo sé, hay mucho que perder y mucho que ganar. No quiero perder el tiempo en algo por lo que los dos acabaremos en ridículo. ¿O prefieres que te cante? Estoy segura de que te gustaría oír mi dulce voz. Me conozco millones de baladas escocesas, francesas, e incluso francesas. Pero éstas...-reí de nuevo.-Creo que se me ha ocurrido algo que podemos hacer, pero te va a parecer una locura de las buenas. Algo relacionado con gastarles a ellos una broma...-miré hacia la puerta del mausoleo, y una sonrisa maliciosa se dejó entrever en mi rostro de muñequita de porcelana

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