Ficha de Sirius

-Nombre del Personaje: Sirius Manrique
-Edad: 24 años (tanto real como apariencia)
-Especie: Vampiro
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase baja
-Orientación Sexual: Heterosexual
-Lugar de Origen: París, Francia
-Habilidad/Poder:
-Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.
-Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.
-Telepatía: Habilidad para comunicarse mentalmente con otros, rompiendo las barreras de la distancia. Leer las mentes de los demas.
-Volar (planear, levitar): Habilidad para alzarse desde el suelo, para navegar las corrientes de aire o volar por propia cuenta a través del aire.
-Clarividencia: Es la habilidad de encontrar a cualquier persona, aún sin haberla visto, teniendo como referencia algo de la persona o una foto.
-Descripción Física:

Spoiler:

-Descripción Psicológica: Sirius es un vampiro joven y temeroso por la nueva vida que se le ha sido otorgada. Al ser un neófito, respeta demasiado la vida humana como para arrebatarla a placer, aunque sea para alimentarse, lo que le ha llevado a ser un vampiro bueno y bondadoso, con la única de intención de alimentarse de animales... eso sí, no es tonto y no se alimenta de cualquier animal como ratas o demás roedores, sabe que la mejor sangre animal que hay es la de vaca y la de ciervo, y no dudará en beber su sangre si eso significa dejar vivo a cualquier humano. Sin embargo, si en un futuro se siente débil y sin fuerzas, maneja la posibilidad de alimentarse de asesinos y violadores, pues... según su forma de ver la vida, esos humanos son los únicos que merecen la muerte... ni siquiera los ladrones ni las prostitutas, porque seguramente la pobreza no les haya dado otra opción, y él, al haber sido un humano de clase baja, entiende por lo que están pasando.
Por lo demás, es un vampiro caballeroso y educado, que no dudará en ayudar a todo el que solicite su ayuda.
Por último, cabe destacar que con las mujeres se comporta de forma especial, intentando seducirlas con sus delicados movimientos y acertadas palabras, aunque no es más que un pasatiempo, ya que entiende que en esa vida maldita que tiene no encontrará a nadie que lo acompañe para toda la eternidad.
-Historia: Era el siglo XIX en París, Francia, una lujosa y espléndida ciudad donde recientemente se estaban descubriendo nuevas formas de vida en la sociedad... una sociedad donde la belleza y la apariencia física lo eran todo, y por eso mismo, los habitantes de la clase baja eran mal vistos y por lo tanto, eran rechazados y excluidos a los barrios pobres, sucios y malolientes, situados en la frontera de la ciudad, lo más alejados posibles del centro y de la población adinerada.
En uno de estos barrios alejados de la sociedad, vivía un hombre pobre y vagabundo, que no tenía hogar y estaba en la calle, como muchos otros de los humanos de esta zona. Su nombre era Sirius Manrique, el único superviviente de un incendio que se dio en un hogar de clase media, donde residía con su familia: su mujer y sus dos hijos, un niño y una niña. Tras ese incendio, se quedó sin casa y agotó su dinero en el vicio, cayendo en la bebida, el tabaco y el juego. Muy pronto, terminaría por quedarse en la calle, conviviendo con otros pobres como él, con los que apenas hablaba porque no podía fiarse de nadie... los que no eran ladrones, eran asesinos o violadores.
Sirius estuvo sobreviviendo a base de restos de la basura y comida caducada durante un largo año, que lo llevó a perder peso de forma considerable y a caer en la más absoluta penumbra y soledad. Su única compañía era un perro callejero y vagabundo, que se acercaba a él de vez en cuando en busca de comida, y Sirius, por atender a su compañero, muchas veces se quedaba sin comer ese día.
Sirius, que siempre había sido un hombre creyente, rezaba todos los días a Dios, pidiéndole una vida mejor, o por lo menos, que tuviese algo que llevarse a la boca cada día para no morir... tenía demasiado respeto a la muerte. Tal vez fue escuchado, porque no tardó mucho tiempo en conocer a un sacerdote de una vieja parroquia, que cada día, por la noche, le daba un trozo de pan con queso y un vaso de leche.

Llevando una vida miserable durante un año y medio, una noche, sucedió un acontecimiento que lo marcaría de por vida. Un hombre vestido de negro, con un perfecto traje bien planchado y limpio, con zapatos a juego y un sombrero con pluma, se presentó ante él de entre la oscuridad, aunque no le dio su nombre. Ambos mantuvieron una extraña conversación, en la que el hombre le preguntaba a Sirius por su vida, y éste le contestaba que llevaba una vida miserable desde hacía ya mucho tiempo, y que lo único que quería era una vida mejor. Entonces... el hombre se acercó a Sirius con mucha rapidez y lo atacó, cogiéndolo de su camiseta y mordiéndolo en el cuello con dos colmillos afilados. Sirius se quedó en el suelo, inmóvil, semi-inconsciente, e intentando adivinar lo que estaba sucediendo. De repente, el hombre se hizo una raja en la mano con un cuchillo y la acercó a la boca de Sirius, diciéndole que bebiese si quería vivir una vida mejor. Sirius, pensando que quizá ese hombre estaba loco y esa iba a ser su última noche con vida, hizo lo que le pidió y comenzó a beber la sangre que resbalaba por su mano. En ese momento, el hombre desapareció en la oscuridad y dejó a Sirius a solas... sólo diciéndole unas breves palabras antes de irse por completo.-No dejes que te de la luz del sol.
Pasaron los días y Sirius se percataba cada vez más de lo que estaba pasando... se ocultaba por el día en sótanos y sitios oscuros para que no le diera la luz del sol, y por la noche intentaba dormir pero no podía hacerlo. Cada noche, seguía encontrándose con el sacerdote, pero ya no probaba nada de comida, le daba asco y repugnancia. Tampoco bebía nada... ni siquiera agua.
Una noche, el perro vagabundo se acercó a Sirius en busca de comida... y éste, producto de un acto reflejo involuntario, sin contenerse, le rompió el cuello al pobre animal y clavó sus dientes en él, bebiendo toda la sangre que podía hasta dejarlo completamente seco. En ese instante, su mente se encendió y comprendió lo que estaba sucediendo: Sirius era un vampiro, y ahora tenía otra vida distinta... pero no era una vida mejor, era una vida maldita a la que ya nunca podría dejar.
-Datos Extras: Tiene un extraño don de la suerte, pues... ésta aparece en los momentos más inesperados sin que Sirius la solicite, y siempre lo beneficia en algo, aunque sea un detalle pequeño. También cabe destacar que es creyente y siempre lleva un rosario encima. Destinado a una vida eterna y maldita, piensa que si alguna vez muere, será enviado directamente al infierno, y... lejos de cometer todo acto maldito y peligroso, dedica su vida a la oración y a Dios.