AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
3 participantes
Página 1 de 1.
La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Él también tenía curiosidad, claramente. Los gitanos, eran un grupo que se movía de formas extrañas y hacían otras tantas, o eso decían, por su parte jamás había hablado con uno o había visto el poder que decían tener, pero no dudaba, las personas que se lo habían dicho eran las que él consideraba confiables.
¡Ah! Error, si conocía a una gitana, era la hermosa joven que vivía con él, pero no había visto ningún indicio en ella, no hasta que al parecer alguien comenzó a enseñarle. Él habría podido sobre la magia, pero las cosas simplemente habían sucedido de otra manera. Ella sabía lo que él era, pero no sabía si no le interesaba o él no había dado alguna seña. Se le había enseñado que la magia te elige, no tu a ella. Que incluso si puedes practicarla, hay cosas que puedes lograr y otras que no, como quien jamás puede invocar a un espiritú pero sabe hacer otros tantos hechizos. Pero los gitanos poseían magia también, una diferente y tal vez menos comprensible. Nadie quería sobre su cabeza una maldición gitana. Quería saber, la que estaba con él ¿se había criado en un lugar como ese? Probablemente no. No de la manera que el resto, pero sabía que había pertenecido a ellos, y que aún lo hacía aunque no estuviese allí en presencia.
Escuchó entonces todo aquello que anunciaba el espectáculo. ¡El circo gitano era sin duda algo que quería ver! Muy independientemente que quisiera saber sobre sus llamados dones, el jamás había estado en un circo. Y ni él sabía el por qué, entre sus andanzas, bien podría haberse apareido por esos lugares como si nada, sin una familia, podías ir por donde te diera la gana. Pero no, eso jamás sucedió, y ahora estaba ahí. Así que hizo lo que parecía más acorde a eso, se sentó dispuesto a observar lo que ellos presentarían ahí, tan solo verlos, con esas vestimentas le hizo sonreír, y el escupefuegos que había visto al acercarse por ahí ya le había arrancado una mirada de admiración.
¡Ah! Error, si conocía a una gitana, era la hermosa joven que vivía con él, pero no había visto ningún indicio en ella, no hasta que al parecer alguien comenzó a enseñarle. Él habría podido sobre la magia, pero las cosas simplemente habían sucedido de otra manera. Ella sabía lo que él era, pero no sabía si no le interesaba o él no había dado alguna seña. Se le había enseñado que la magia te elige, no tu a ella. Que incluso si puedes practicarla, hay cosas que puedes lograr y otras que no, como quien jamás puede invocar a un espiritú pero sabe hacer otros tantos hechizos. Pero los gitanos poseían magia también, una diferente y tal vez menos comprensible. Nadie quería sobre su cabeza una maldición gitana. Quería saber, la que estaba con él ¿se había criado en un lugar como ese? Probablemente no. No de la manera que el resto, pero sabía que había pertenecido a ellos, y que aún lo hacía aunque no estuviese allí en presencia.
Escuchó entonces todo aquello que anunciaba el espectáculo. ¡El circo gitano era sin duda algo que quería ver! Muy independientemente que quisiera saber sobre sus llamados dones, el jamás había estado en un circo. Y ni él sabía el por qué, entre sus andanzas, bien podría haberse apareido por esos lugares como si nada, sin una familia, podías ir por donde te diera la gana. Pero no, eso jamás sucedió, y ahora estaba ahí. Así que hizo lo que parecía más acorde a eso, se sentó dispuesto a observar lo que ellos presentarían ahí, tan solo verlos, con esas vestimentas le hizo sonreír, y el escupefuegos que había visto al acercarse por ahí ya le había arrancado una mirada de admiración.
Última edición por Alexis VanVollehoven el Lun Feb 04, 2013 2:18 pm, editado 1 vez
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Los sonidos de risas y gemidos de admiración o miedo, llegaban a sus agudos oídos con total claridad. Esta noche el Circo gitano había conseguido brillar con total esplendor. Tras una semana de constantes visitas nocturnas, la mayoría de los gitanos de la zona seguían manteniendo las distancias, pero sin mantener la mirada amenazadora en sus rostros. Los patriarcas de las grandes familias se le habían acercado siete noches atrás, a penas unos minutos después de que sus pies cruzaran la línea en la que se erguía su territorio.
Para cualquiera criatura sobrenatural, la descarga de energía que le golpeaba con suavidad, inundando el cuerpo de calor, era suficiente para que comprendieran dónde comenzaba el territorio gitano. La suave concentración de su poder, cuando estaban unidos y concentrados en una misma zona, era una clara advertencia para los visitantes, de que una mala acción, conllevaría una sanción. Y todos sabían que los gitanos eran sagaces almas vengativas cuando se dañaba a alguno de los suyos.
Lejos de intimidarse, sonrió a los patriarcas y les entregó un presente. Dos bolsas llenas de monedas y dos brazaletes de oro macizo. El presente era sólo una ofrenda de paz, él sólo quería información sobre la muchacha que vivía en la Mansión de su heredera. Necesitaba saber quién era, a qué se dedicaba, y lo más importante, porqué había llegado a impresionar a su pequeña.
Después de hablar con algunos familiares, y de que pasara las pruebas de rigor, le habían dado la información que deseaba. Hoy sólo había acudido a despedirse de ellos, su tiempo de permiso se había agotado. Había recibido su información, y ahora debía marcharse. Los gitanos eran gente astuta, sabían qué era, y lo que hacía cada noche antes de venir a su campamento.
Recostado sobre uno de los puestos en los que se vendían pulseras, anillos, y collares bendecidos para otorgar fortuna, amor, dinero, o salud, observaba todo lo que ocurría a su alrededor con atención. Un escupefuegos, lanzó una gran llamarada al cielo nocturno, creando una magia aún mayor por el enorme cielo estrellado que cubría el circo. La brisa, le trajo el olor de varios humanos, y cambiaformas, pero había un olor peculiar, uno que hacía mucho tiempo que no había olido. Brujo.
Su cuerpo se tensó y observó al joven que sonreía con admiración al escupefuegos. Entrecerrando sus ojos agudizó su poder mental para saber qué estaba pensando. Una mujer. Sonriendo, relajó su cuerpo y volvió a recostarse contra el puesto. El sonido de los pasos de un grupo de hombres acercándose, y el olor familiar, hizo que se girase hacia el grupo de patriarcas que se acercaban a él.
- Señor Von Meer, ha cumplido con su palabra. Ninguna muerte, ni daño hacia ninguno de los nuestros.- Dijo el más viejo del grupo. Sonriéndole con una mueca desdentada, estiró su mano arrugada pero aún firme hacia él. Y sosteniendo la mirada del anciano, se enderezó y tomó la suya con orgulloso honor. - Siempre cumplo mi palabra, anciano. Veo que tiene valor, es el único que se ha atrevido a acortar las distancias, y tomar mi mano con firmeza. Su gente debe estar orgullosa de tenerle en el clan- Lejos de ser adulador, Löwe siempre decía la verdad. Nada de florituras, ni medias tintas. Con él todo era blanco o negro. Los grises eran sólo para los mentirosos y los indecisos.
El seco asentimiento del patriarca, le hizo sonreír. Aquel hombre era lo debía ser, un líder orgulloso y fiero. Nada de sentimientos. Jamás se ablandaría por su piropo.- Mi gente le ha permitido quedarse toda esta noche,Von Meer. Pero le estaremos vigilando- Sin apenas detenerse a escuchar su réplica, se giró con decisión y se alejó con el resto de los patriarcas. El círculo que se formó a su alrededor, advertía a cualquiera de que él era alguien peligroso. Ningún gitano se acercaría a menos de tres metros, y los humanos, sólo tenían que observar sus ojos fríos, para mantener las distancias. Levantó los ojos al cielo estrellado y sonrió. La eternidad era una amalgama de sensaciones intensas y profundas. El amor nos cegaba con mayor intensidad que a cualquier criatura. Nuestra sed era legendaria. Y el odio.... muchas civilizaciones había desaparecido bajo los colmillos de los vampiros. Era un monstruo, una bestia. Pero ahora, observando el cielo con anhelo casi mortal, se dio cuenta de algo más. Los no muertos, también sufrían la soledad.
Para cualquiera criatura sobrenatural, la descarga de energía que le golpeaba con suavidad, inundando el cuerpo de calor, era suficiente para que comprendieran dónde comenzaba el territorio gitano. La suave concentración de su poder, cuando estaban unidos y concentrados en una misma zona, era una clara advertencia para los visitantes, de que una mala acción, conllevaría una sanción. Y todos sabían que los gitanos eran sagaces almas vengativas cuando se dañaba a alguno de los suyos.
Lejos de intimidarse, sonrió a los patriarcas y les entregó un presente. Dos bolsas llenas de monedas y dos brazaletes de oro macizo. El presente era sólo una ofrenda de paz, él sólo quería información sobre la muchacha que vivía en la Mansión de su heredera. Necesitaba saber quién era, a qué se dedicaba, y lo más importante, porqué había llegado a impresionar a su pequeña.
Después de hablar con algunos familiares, y de que pasara las pruebas de rigor, le habían dado la información que deseaba. Hoy sólo había acudido a despedirse de ellos, su tiempo de permiso se había agotado. Había recibido su información, y ahora debía marcharse. Los gitanos eran gente astuta, sabían qué era, y lo que hacía cada noche antes de venir a su campamento.
Recostado sobre uno de los puestos en los que se vendían pulseras, anillos, y collares bendecidos para otorgar fortuna, amor, dinero, o salud, observaba todo lo que ocurría a su alrededor con atención. Un escupefuegos, lanzó una gran llamarada al cielo nocturno, creando una magia aún mayor por el enorme cielo estrellado que cubría el circo. La brisa, le trajo el olor de varios humanos, y cambiaformas, pero había un olor peculiar, uno que hacía mucho tiempo que no había olido. Brujo.
Su cuerpo se tensó y observó al joven que sonreía con admiración al escupefuegos. Entrecerrando sus ojos agudizó su poder mental para saber qué estaba pensando. Una mujer. Sonriendo, relajó su cuerpo y volvió a recostarse contra el puesto. El sonido de los pasos de un grupo de hombres acercándose, y el olor familiar, hizo que se girase hacia el grupo de patriarcas que se acercaban a él.
- Señor Von Meer, ha cumplido con su palabra. Ninguna muerte, ni daño hacia ninguno de los nuestros.- Dijo el más viejo del grupo. Sonriéndole con una mueca desdentada, estiró su mano arrugada pero aún firme hacia él. Y sosteniendo la mirada del anciano, se enderezó y tomó la suya con orgulloso honor. - Siempre cumplo mi palabra, anciano. Veo que tiene valor, es el único que se ha atrevido a acortar las distancias, y tomar mi mano con firmeza. Su gente debe estar orgullosa de tenerle en el clan- Lejos de ser adulador, Löwe siempre decía la verdad. Nada de florituras, ni medias tintas. Con él todo era blanco o negro. Los grises eran sólo para los mentirosos y los indecisos.
El seco asentimiento del patriarca, le hizo sonreír. Aquel hombre era lo debía ser, un líder orgulloso y fiero. Nada de sentimientos. Jamás se ablandaría por su piropo.- Mi gente le ha permitido quedarse toda esta noche,Von Meer. Pero le estaremos vigilando- Sin apenas detenerse a escuchar su réplica, se giró con decisión y se alejó con el resto de los patriarcas. El círculo que se formó a su alrededor, advertía a cualquiera de que él era alguien peligroso. Ningún gitano se acercaría a menos de tres metros, y los humanos, sólo tenían que observar sus ojos fríos, para mantener las distancias. Levantó los ojos al cielo estrellado y sonrió. La eternidad era una amalgama de sensaciones intensas y profundas. El amor nos cegaba con mayor intensidad que a cualquier criatura. Nuestra sed era legendaria. Y el odio.... muchas civilizaciones había desaparecido bajo los colmillos de los vampiros. Era un monstruo, una bestia. Pero ahora, observando el cielo con anhelo casi mortal, se dio cuenta de algo más. Los no muertos, también sufrían la soledad.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Algo se removía dentro de mi, era una sensación extraña y la que tarde toda una tarde en comprender: añoranza. Había huido de mi pueblo para meterme en casa de mi mejor amiga... pero era mi gente, mi sangre y echaba de menos a mis padres, mejor dicho a mi madre y todo aquel ambiente que siempre me había gustado. Pero tenía miedo de regresar por un día, ¿la rechazarían? Sus padres la habían dejado ir a regañadientes pero no sabía si la dejarían marchar por segunda vez. Tras un largo debate en su interior decidió que aquella noche acudiría. Su familia debía estar en el circo, su padre era un buen domador de leones y su madre siempre estaba echando las cartas en algún puestecillo.
Decidió dejar sus ropas nuevas y coger su vestimenta habitual: una falda que le llegaba hasta los tobillos de un color verde manzana, una blusa blanca que dejaba al descubierto sus hombros y unas bailarinas del mismo color que la falda. Suspiró y se soltó la indomable cabellera negra. Seguramente a la tía de Ruslana le daría algo si la viera salir sin corset, pero aquella mujer no era ningún pariente suyo.
No tardó mucho en llegar el circo, primero iría a ver a su madre para conseguir la fuerza necesaria para ver a su padre. Notaba la mirada de lo que había sido su familia, vio al viejo patriarca mirarla con dulzura. Aquel hombre siempre la había tratado como si fuera su nieta de verdad. Él se acercó a ella y le dio un beso en la frente.- Ten cuidado Zafiro, estas noches ha habido un invitado un tanto indeseable.- asentí al hombre y le apreté con cariño la mano.
Yo seguí andando hasta encontrar el puesto de mi madre. Ella al verme salió corriendo a abrazarme. Después de un intercambio de cariñosas palabras me indicó que esta noche mi padre no le tocaba salir. Que estaba de vigilante por la zona. Eso no me gustó mucho pero me tuve que aguantar. Desde que había puesto un pie allí me sentía mucho mejor, aquel ambiente era el mío pero también me perjudicaba. Recordar a todas las normas que me tenían sometida no me gustaba nada. Miré a mi alrededor y vi a un escupe fuego que conocía pero me sorprendió el rostro del espectador. Por lo sorprendido que estaba parecía que era la primera vez que había ido allí. Me acerqué hasta él, aunque notaba unos ojos fríos clavados en nosotros. Me fijé mejor en el muchacho, su aura verde brillaba por si sola, era un brujo.- Hola, ¿es la primera vez que vienes?- le dije a la vez que saludaba con una mano al escupe fuego.
Decidió dejar sus ropas nuevas y coger su vestimenta habitual: una falda que le llegaba hasta los tobillos de un color verde manzana, una blusa blanca que dejaba al descubierto sus hombros y unas bailarinas del mismo color que la falda. Suspiró y se soltó la indomable cabellera negra. Seguramente a la tía de Ruslana le daría algo si la viera salir sin corset, pero aquella mujer no era ningún pariente suyo.
No tardó mucho en llegar el circo, primero iría a ver a su madre para conseguir la fuerza necesaria para ver a su padre. Notaba la mirada de lo que había sido su familia, vio al viejo patriarca mirarla con dulzura. Aquel hombre siempre la había tratado como si fuera su nieta de verdad. Él se acercó a ella y le dio un beso en la frente.- Ten cuidado Zafiro, estas noches ha habido un invitado un tanto indeseable.- asentí al hombre y le apreté con cariño la mano.
Yo seguí andando hasta encontrar el puesto de mi madre. Ella al verme salió corriendo a abrazarme. Después de un intercambio de cariñosas palabras me indicó que esta noche mi padre no le tocaba salir. Que estaba de vigilante por la zona. Eso no me gustó mucho pero me tuve que aguantar. Desde que había puesto un pie allí me sentía mucho mejor, aquel ambiente era el mío pero también me perjudicaba. Recordar a todas las normas que me tenían sometida no me gustaba nada. Miré a mi alrededor y vi a un escupe fuego que conocía pero me sorprendió el rostro del espectador. Por lo sorprendido que estaba parecía que era la primera vez que había ido allí. Me acerqué hasta él, aunque notaba unos ojos fríos clavados en nosotros. Me fijé mejor en el muchacho, su aura verde brillaba por si sola, era un brujo.- Hola, ¿es la primera vez que vienes?- le dije a la vez que saludaba con una mano al escupe fuego.
Zafiro Gómez- Gitano
- Mensajes : 119
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Estaba totalmente como debía estarlo cualquier niño que viese aquello, probablemente la misma expresión de asombro en el rostro, sin trazos de su habitual e impulsivo carácter. Solo observaba aquello y realmente creaía que eraalgo que solo vería en un sitio como ese. Sobre como se manejaban a sí mismos aquellos grupos, no sabía nada, así que aunque viese a quien estuviese arriba en su jerarquía interna, solo podría distinguirlo, no directamente como tal, pero sí por lo que emanaba probablemente. Aún así, el escupefuegos en ese instante ocupaba toda su atención. De esa forma en que uno podía abstraerse y perderse del mundo, justo ahora él se sentía así mientras veía las llamaradas extenderse en el aire.
Distraído como estaba, no notó la mirada del vampiro. Sus fantasmas estaban crca, pero no lo suficiente para que lo relacionaran con ellos. No quería verse inmerso en algo por una razón como esa. Arthur y Egyed eran sus compañeros casi constantes, no habían querido dejarle solo por alguna razón, aunque estaba seguro de que nada le pasaría.
Cuando estaba frente a un ser sobrenatural, los seres de la eterna noche eran más fáciles de identificar. No solo por la palidez de su piel -porque no siempre era así y en ocasiones se veían bastante humanos cuando se alimentaban, eso le habían dicho- pero tal vez más por la textura de esta. Alguien le había dicho que era porque al ser transformados esta se veía más suave y conforme pasaban los siglos se veía de esa forma que parecía menos humanas, no solo suave, sino como una fina escultura, de esas que pocas veces él había visto.
La voz de una chica le sacó de su ensoñación. Una mirada al lugar mientras giraba su rostro hacia ella fue lo que le hizo ver al hombre que él no había captado le había observado. Sonrió, estaba de buen humor, asíq ue solo lo hizo sin pensar -Lo es... -Observó a la mujer. Alexis tenía la mala costumbre de seguir viéndoles como lo hacía cuando quería robarles, ya no con esa intención, pero lo hacía y lo que llamó su atención no fue tanto el rostro bonito de la chica, sino que aunque sus ropas le dcían que estaba ahí con esa naturalidad que sus movimientos también poseían, el notar otras cosas, como el cuidado en ellas o en sus cabellos le llamó la atención. Hasta donde había visto al llegar, los gitanos nos e veían así, no si observabas bien -¿Eres de ste sitio? - Se aventuró a preguntar viendo los ojos claros de la chica.
Una mirada rápida para ver si el hombre seguía ahí, lo hizo de forma inconsciente. Sus sentidos le advertían sin que él lograra captarlo realmente -Nunca antes tuve oportunidad de estar en un sitio así, es realmente impresionante- Hablo mientras tanto y se levantó. Tenía la apariencia de una gitana, pero le hacía falta algo en esa imagen para que él reconociera si lo era o no. Se valía mucho por su vista en ese instante, por no poder percibir demasiado bien otras cosas. La cantidad de gente y lo que le venía de todos lados, realmente se sentía en un lugar diferente a los que hubiese pisado antes.
Distraído como estaba, no notó la mirada del vampiro. Sus fantasmas estaban crca, pero no lo suficiente para que lo relacionaran con ellos. No quería verse inmerso en algo por una razón como esa. Arthur y Egyed eran sus compañeros casi constantes, no habían querido dejarle solo por alguna razón, aunque estaba seguro de que nada le pasaría.
Cuando estaba frente a un ser sobrenatural, los seres de la eterna noche eran más fáciles de identificar. No solo por la palidez de su piel -porque no siempre era así y en ocasiones se veían bastante humanos cuando se alimentaban, eso le habían dicho- pero tal vez más por la textura de esta. Alguien le había dicho que era porque al ser transformados esta se veía más suave y conforme pasaban los siglos se veía de esa forma que parecía menos humanas, no solo suave, sino como una fina escultura, de esas que pocas veces él había visto.
La voz de una chica le sacó de su ensoñación. Una mirada al lugar mientras giraba su rostro hacia ella fue lo que le hizo ver al hombre que él no había captado le había observado. Sonrió, estaba de buen humor, asíq ue solo lo hizo sin pensar -Lo es... -Observó a la mujer. Alexis tenía la mala costumbre de seguir viéndoles como lo hacía cuando quería robarles, ya no con esa intención, pero lo hacía y lo que llamó su atención no fue tanto el rostro bonito de la chica, sino que aunque sus ropas le dcían que estaba ahí con esa naturalidad que sus movimientos también poseían, el notar otras cosas, como el cuidado en ellas o en sus cabellos le llamó la atención. Hasta donde había visto al llegar, los gitanos nos e veían así, no si observabas bien -¿Eres de ste sitio? - Se aventuró a preguntar viendo los ojos claros de la chica.
Una mirada rápida para ver si el hombre seguía ahí, lo hizo de forma inconsciente. Sus sentidos le advertían sin que él lograra captarlo realmente -Nunca antes tuve oportunidad de estar en un sitio así, es realmente impresionante- Hablo mientras tanto y se levantó. Tenía la apariencia de una gitana, pero le hacía falta algo en esa imagen para que él reconociera si lo era o no. Se valía mucho por su vista en ese instante, por no poder percibir demasiado bien otras cosas. La cantidad de gente y lo que le venía de todos lados, realmente se sentía en un lugar diferente a los que hubiese pisado antes.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
La sonrisa especuladora que se extendió en el rostro de Löwe, le daba un aspecto aún más amenazador. La pequeña y joven gitana había acudido a la fiesta, y gracias al patriarca, tenía la opción de observarla y estudiar todos sus movimientos con atención.
Durante su juventud, era esencial tener una mente atenta a los detalles que le rodeaban. Las personas, sus gestos, la forma en la que las emociones cruzaban su rostro cuando expresaban lo que sus labios no podían decir... Todo era importante. Y su experiencia le decía que podía conocerse más a alguien, estudiando aquello que callaba, que de lo que había expresado. Al fin y al cabo, el ser humano tenía la mala costumbre de emitir falsedades, con la misma naturalidad con la que respiraba o comía.
Moviéndose con lentitud premeditada para no alarmar a los gitanos que se habían apostado lo suficientemente lejos de él, como para considerarse a salvo e inteligentes al saberse guardianes del clan. Era tan absurdo que sus mentes considerasen que la mera distancia los resguardaría de él, que comenzó a reírse suavemente mientras sacudía la cabeza y fingía dar un paseo más cerca del escupefuegos. Pero lo cierto es que estaba intentando colocarse a una distancia perfecta para vigilar a la gitana y al joven brujo que conversaba con ella. El eco de sus palabras le llegaban con total claridad, poniendo atención a su conversación, se acercó a un puesto de alimentos y miró con lentitud todos los alimentos que ofrecía.
Si sus oídos no le fallaban, el brujo había caído en la cuenta de que la gitana estaba demasiado perfecta, para pertenecer al clan que animaba a los visitantes a comprar sus productos, o sus servicios. Sonrió a la muchacha que atendía el puesto de comida, señalando una botella de licor de frutas, escuchó el precio que la pequeña tartamudeaba, mientras lo estudiaba abiertamente. Dejando en su mano más dinero del que podría siquiera costar cuatro botellas, tomó el licor que le ofrecía, sin dejar que sus manos rozasen las suyas en ningún momento. No necesitaba en este momento las atenciones femeninas de una niña, debía centrarse en la conversación. Alejándose un poco, se sentó en un tronco de madera con la misma arrogancia con la que se sentaría un rey en un trono, y abriendo la botella de licor, tomó un sorbo mientras esperaba la respuesta de la gitana.
Durante su juventud, era esencial tener una mente atenta a los detalles que le rodeaban. Las personas, sus gestos, la forma en la que las emociones cruzaban su rostro cuando expresaban lo que sus labios no podían decir... Todo era importante. Y su experiencia le decía que podía conocerse más a alguien, estudiando aquello que callaba, que de lo que había expresado. Al fin y al cabo, el ser humano tenía la mala costumbre de emitir falsedades, con la misma naturalidad con la que respiraba o comía.
Moviéndose con lentitud premeditada para no alarmar a los gitanos que se habían apostado lo suficientemente lejos de él, como para considerarse a salvo e inteligentes al saberse guardianes del clan. Era tan absurdo que sus mentes considerasen que la mera distancia los resguardaría de él, que comenzó a reírse suavemente mientras sacudía la cabeza y fingía dar un paseo más cerca del escupefuegos. Pero lo cierto es que estaba intentando colocarse a una distancia perfecta para vigilar a la gitana y al joven brujo que conversaba con ella. El eco de sus palabras le llegaban con total claridad, poniendo atención a su conversación, se acercó a un puesto de alimentos y miró con lentitud todos los alimentos que ofrecía.
Si sus oídos no le fallaban, el brujo había caído en la cuenta de que la gitana estaba demasiado perfecta, para pertenecer al clan que animaba a los visitantes a comprar sus productos, o sus servicios. Sonrió a la muchacha que atendía el puesto de comida, señalando una botella de licor de frutas, escuchó el precio que la pequeña tartamudeaba, mientras lo estudiaba abiertamente. Dejando en su mano más dinero del que podría siquiera costar cuatro botellas, tomó el licor que le ofrecía, sin dejar que sus manos rozasen las suyas en ningún momento. No necesitaba en este momento las atenciones femeninas de una niña, debía centrarse en la conversación. Alejándose un poco, se sentó en un tronco de madera con la misma arrogancia con la que se sentaría un rey en un trono, y abriendo la botella de licor, tomó un sorbo mientras esperaba la respuesta de la gitana.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Escruté con curiosidad el rostro del joven, era hermoso y desprendía una seguridad que no me engañaba. Pero decidí que sería mejor olvidar ese detalle. Sus ojos me miraban como todo aquellos… desconfianza. ¿Por qué siempre nos tenían que mirar así? Fruncí ligeramente el ceño. Y escuché su pregunta. Recordé a Ruslana y sonreí.- Ya no vivo aquí pero en el fondo lo sigo siendo.- Miré a mí alrededor, la gente reía, algunos cantaban y otros actuaban para impresionar a sus clientes. Entonces vi algo, un aura roja. Me tensé un poco, aquel hombre debía ser de quien me había advertido. Volví a mirar al brujo.- Mi nombre es Zafiro ¿y el suyo?
¿Así qué todo aquello le sorprendía? Me sentí orgullosa de mi gente y le iba demostrar que aquel lugar era único y que nosotros éramos únicos. Lo cogí alegremente del brazo.- Ven, si le gustó el escupe fuego prepárese para lo demás.- Le guiñé el ojos.- Hoy seré su guía. – Tiré de él y empezamos desplazarnos de la multitud, en parte lo hacía para conocer mejor al brujo y por otra parte para alejarnos de la mirada de aquel vampiro. Aunque si algo le había dicho su hermano sobre los vampiros eran que si estabas en su lista no podrías escapar. En mi mente pasaba una lista de espectáculos cuando me acordé de las Mellizas. – Por aquí.- pasé de agarrarle el brazo a cogerle de la mano para guiarle mejor. Si mi padre me viera me mataría, no porque le cogiera la mano a un chico, sino porque aquel chico no era gitano.
Tras una breve caminata llegamos a una zona donde había mucha gente parada y miraba algo. Debían ser ellas. Conduje al brujo hasta colocarnos los primeros. Allí había dos hermosas jóvenes unidas por las caderas, una de ella estaba tocando una guitarra mientras la otra hacia malabares, los cuales tenían una parte prendida con fuego. La chica, con unas habilidosas manos y reflejos hacía su número al compás de lo que tocaba su hermana.- ¿Te gusta?- le dije al chico. Le solté del brazo y me puse a mirar el espectáculo. Conocía la canción, era la preferida de ambas chicas. Pero seguía notando que algo nos seguía. Deseé que mi hermano estuviera por aquí... pero eso sería imposible. Buscar a Ismael era como intentar buscar un nido en un pajar.
¿Así qué todo aquello le sorprendía? Me sentí orgullosa de mi gente y le iba demostrar que aquel lugar era único y que nosotros éramos únicos. Lo cogí alegremente del brazo.- Ven, si le gustó el escupe fuego prepárese para lo demás.- Le guiñé el ojos.- Hoy seré su guía. – Tiré de él y empezamos desplazarnos de la multitud, en parte lo hacía para conocer mejor al brujo y por otra parte para alejarnos de la mirada de aquel vampiro. Aunque si algo le había dicho su hermano sobre los vampiros eran que si estabas en su lista no podrías escapar. En mi mente pasaba una lista de espectáculos cuando me acordé de las Mellizas. – Por aquí.- pasé de agarrarle el brazo a cogerle de la mano para guiarle mejor. Si mi padre me viera me mataría, no porque le cogiera la mano a un chico, sino porque aquel chico no era gitano.
Tras una breve caminata llegamos a una zona donde había mucha gente parada y miraba algo. Debían ser ellas. Conduje al brujo hasta colocarnos los primeros. Allí había dos hermosas jóvenes unidas por las caderas, una de ella estaba tocando una guitarra mientras la otra hacia malabares, los cuales tenían una parte prendida con fuego. La chica, con unas habilidosas manos y reflejos hacía su número al compás de lo que tocaba su hermana.- ¿Te gusta?- le dije al chico. Le solté del brazo y me puse a mirar el espectáculo. Conocía la canción, era la preferida de ambas chicas. Pero seguía notando que algo nos seguía. Deseé que mi hermano estuviera por aquí... pero eso sería imposible. Buscar a Ismael era como intentar buscar un nido en un pajar.
Zafiro Gómez- Gitano
- Mensajes : 119
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Bueno, eso explicaba varias cosas a su par4ecer, las suficientes como para que él dejase el tema por bien visto. Le vio mirar en aquella otra dirección pero sus ojos se mantuvieon sobre ella hasta que volvió sus ojos a él nuevamente -Me llamo Alexis... - contestó a la pregunta porque ella ya le había dicho su nombre.
-Así que mi guía, eso suena bastante bien para mi- Ella le sorprendió jalándole de ahí y moviéndose, claramente como quien conoce el lugar mejor que alguien que acaba de poner pie ahí, como era su caso, metiéndose entre la gente. No prestó demasiada atención cuando ella tomó su mano, al menos no en esa situación, tampoco pensó mucho en si había un problema con ello. Primero porque no sabía nada de costumbres gitanas o sobre ella, para empezar. Le siguió como pudo, sosteniendo su manos con fuerza por momentos. No es que no supiese como volver luego, pero aún así prefería no separarse de ella de momento.
Y entonces ella, tras abrirse camino le llevo frente a aquel número con aquellas chicas que eran siamesas, él jamás había visto a un caso real y en ese breve instante en que su vista se encontró con la imagen estuvo a punto de preguntar si lo era.Su atención total se fijó en ello antes de abrir la boca. Claro, no solo el hecho de que sus cuerpos estuviesen unidos, sino lo que hacían llamaba a sus sentidos. Arqueó una ceja y observó en silencio. Alguna vez había intentado hacer malabares, pero ciertamente no pasaba de lo básico, así que ni hablar de algo como aquello.
-¿Qué otras cosas pueden encontrarse en un lugar como este? - Preguntó, parte por querer mantener una conversación y no quedarse solo viendo aquello y porque sentía curiosidad por un par de cosas que habían surgido con lo poco que ella había dicho. Por un breve instante sonrió -Dicen que los gitanos pueden ver el aura ¿puedes tu hacerlo? - Le vio de reojo dividiendo su atención solo por esa respuesta -¿Qué percibes en mi? - Su sonrisa, con ese dejo de autosuficiencia y tal vez demasiado confiada no era tan extraña en sus facciones. Por un momento de había olvidado del vampiro que rondaba por ahí, y que realmente desde que se habían movido no se había fijado si estaba o no cerca.
-Así que mi guía, eso suena bastante bien para mi- Ella le sorprendió jalándole de ahí y moviéndose, claramente como quien conoce el lugar mejor que alguien que acaba de poner pie ahí, como era su caso, metiéndose entre la gente. No prestó demasiada atención cuando ella tomó su mano, al menos no en esa situación, tampoco pensó mucho en si había un problema con ello. Primero porque no sabía nada de costumbres gitanas o sobre ella, para empezar. Le siguió como pudo, sosteniendo su manos con fuerza por momentos. No es que no supiese como volver luego, pero aún así prefería no separarse de ella de momento.
Y entonces ella, tras abrirse camino le llevo frente a aquel número con aquellas chicas que eran siamesas, él jamás había visto a un caso real y en ese breve instante en que su vista se encontró con la imagen estuvo a punto de preguntar si lo era.Su atención total se fijó en ello antes de abrir la boca. Claro, no solo el hecho de que sus cuerpos estuviesen unidos, sino lo que hacían llamaba a sus sentidos. Arqueó una ceja y observó en silencio. Alguna vez había intentado hacer malabares, pero ciertamente no pasaba de lo básico, así que ni hablar de algo como aquello.
-¿Qué otras cosas pueden encontrarse en un lugar como este? - Preguntó, parte por querer mantener una conversación y no quedarse solo viendo aquello y porque sentía curiosidad por un par de cosas que habían surgido con lo poco que ella había dicho. Por un breve instante sonrió -Dicen que los gitanos pueden ver el aura ¿puedes tu hacerlo? - Le vio de reojo dividiendo su atención solo por esa respuesta -¿Qué percibes en mi? - Su sonrisa, con ese dejo de autosuficiencia y tal vez demasiado confiada no era tan extraña en sus facciones. Por un momento de había olvidado del vampiro que rondaba por ahí, y que realmente desde que se habían movido no se había fijado si estaba o no cerca.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
El vampiro realizó una mueca de hastío, cuando escuchó al joven preguntar por su aura. ¿Cuantas veces no había visto u oído lo mismo?. Los humanos caían en el fondo fangoso, e inaccesible de la magia, para dar respuestas a su personalidad. ¿Cómo soy?, ¿Quién seré?, ¿Cuándo moriré?, ¿Me casaré algún día?. Preguntas sencillas, de respuesta complicada. Al menos complicada, para aquellos que no se conocían de verdad a sí mismos, o eran incapaces de responderse a sí mismos con sinceridad. Aunque, en el caso del joven, la pregunta conllevaba algo más, tal vez demasiada inocencia en él, o quizás una duda existencial. Fuera lo que fuese, no le importaba la respuesta lo más mínimo, pensó Löwe mientras se acomodaba entre las últimas personas que divisaban el espectáculo de las mujeres unidas por la cintura.
Afortunadamente para él, cuando la pareja extraña del brujo y la gitana se separó del lugar en el que se habían encontrado, para vagar por el circo, hasta llegar a este lugar, su habilidad vampírica para moverse mucho más rápido que cualquier ser, le ayudó a seguirlos sin hacerse notar. Aunque, viendo el hueco supersticioso que había generado a su alrededor, tal vez eso no fuera del todo cierto. Ya sabía que los gitanos observaban el aura de las personas, pero no los creía tan faltos de valor, no deseaba comerse a nadie. Una mujer joven se acercó a él con una sonrisa, una de esas de las que prometían el cielo y las estrellas a un hombre. Respondiéndole con una sonrisa, inclinó su cabeza con suavidad y se corrigió a sí mismo. No deseo comer a nadie, salvo a esa joven, al menos por hoy. Riendo con suavidad, apartó la mirada de la ninfa, para centrarse en el brujo y la gitana. Si todo seguía igual de aburrido, tal vez debía acercarse para obtener las respuestas que deseaba y marcharse. Desvió la mirada de nuevo a la joven que olía a manzanas y azúcar, y le dirigió una sonrisa perversa y sensual. Tal vez si las obtengo rápido, reciba mi recompensa.
Afortunadamente para él, cuando la pareja extraña del brujo y la gitana se separó del lugar en el que se habían encontrado, para vagar por el circo, hasta llegar a este lugar, su habilidad vampírica para moverse mucho más rápido que cualquier ser, le ayudó a seguirlos sin hacerse notar. Aunque, viendo el hueco supersticioso que había generado a su alrededor, tal vez eso no fuera del todo cierto. Ya sabía que los gitanos observaban el aura de las personas, pero no los creía tan faltos de valor, no deseaba comerse a nadie. Una mujer joven se acercó a él con una sonrisa, una de esas de las que prometían el cielo y las estrellas a un hombre. Respondiéndole con una sonrisa, inclinó su cabeza con suavidad y se corrigió a sí mismo. No deseo comer a nadie, salvo a esa joven, al menos por hoy. Riendo con suavidad, apartó la mirada de la ninfa, para centrarse en el brujo y la gitana. Si todo seguía igual de aburrido, tal vez debía acercarse para obtener las respuestas que deseaba y marcharse. Desvió la mirada de nuevo a la joven que olía a manzanas y azúcar, y le dirigió una sonrisa perversa y sensual. Tal vez si las obtengo rápido, reciba mi recompensa.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Aparté la mirada de aquellas chicas y miré a mi acompañante. Sonreí misteriosamente y coloqué una mano en mi cadera. Le miré fijamente a los ojos. Me puse de puntillas para llegar a su oído.- Puedo enseñarte cosas maravillosas, mi querido brujo.- Dije con tono divertido. Volví me separé de él clavando mis grandes ojos azules en los suyos. Le agarré de la mano, entrelazando los dedos.- Si quieres puedo decirte tu futuro, no será muy acertado ya que mis habilidades no son como las vuestra.- Lo guiaba para salir de entre tanta gente. Cuando salimos de la multitud quedamos ante el vampiro. Que a pesar de estar un poco mas apartado sabía que nos miraba. Una rebeldía en su interior no me impidió levantar mi mano libre y enseñarle el dedo corazón a aquel vampiro. Le daba igual si el brujo se daba cuenta de aquel gesto grosero. Yo era así y nadie podría evitarlo.- Sigamos, hay demasiado mosquitos por aquí.- dije usando el termino que tantas veces había escuchado decir a mi hermano, y que me parecía de lo más divertido.
-Dime, ¿qué es lo que nunca crees que veras?- le dije con tono divertido mientras lo miraba. Nos acercábamos a un puesto de dulces. El de la tienda me sonrió ampliamente y también al brujo.- Dos pastelitos de limón.- El hombre me dio dos pasteles de limón.- Gracias.- Le entregué uno.- No hay nada como un buen sabor de boca para recordar un momento. Así cada vez que los pruebes te acordarás de hoy.- Me giré al hombre.- Cóbraselo a mi padre ¿de acuerdo?- El hombre asintió y nos alejamos.- ¿Te gustaría acariciar a un león? Se te caerá un mito pero es impresionante verlos de cerca.
-Dime, ¿qué es lo que nunca crees que veras?- le dije con tono divertido mientras lo miraba. Nos acercábamos a un puesto de dulces. El de la tienda me sonrió ampliamente y también al brujo.- Dos pastelitos de limón.- El hombre me dio dos pasteles de limón.- Gracias.- Le entregué uno.- No hay nada como un buen sabor de boca para recordar un momento. Así cada vez que los pruebes te acordarás de hoy.- Me giré al hombre.- Cóbraselo a mi padre ¿de acuerdo?- El hombre asintió y nos alejamos.- ¿Te gustaría acariciar a un león? Se te caerá un mito pero es impresionante verlos de cerca.
Zafiro Gómez- Gitano
- Mensajes : 119
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Alexis, si bien era un poco distraído a ciertos gestos que le dedicaran o cierta forma de hablarle, tuvo que mirarle y ver su rostro cuando sintió sus dedos entrelazándose con los suyos. Sonrió de medio lado -No quiero saber mi futuro, no me interesa algo como eso -suspiró -No tiene sentido saber lo que va a ocurrir - O para él no lo tenía - Si va a suceder, de cualquier forma llegara el momento, no tengo intención de averiguar algo como eso - Si quisiese algo así, probablemente los fantasmas y espíritus podrían haberle dado una respuesta. Si sonaba algo áspero al decirlo, era más bien porque había recordado algo. Su padre solía decirle, según sus vagos y escasos recuerdos algo sobre eso y que sonara algo arisco ahora se debía a que no le gustaba demostrar demasiado a otras personas sobre su pasado.
Su concentración se desvió cuando le vio hacer esa seña a alguien y al buscar con la mirada, notó al hombre de antes, si se trataba de modales, el no era la mejor persona que tomar como ejemplo, sabía comportarse gracias a su maestro, pero muchas veces se dejaba llevar. Era maleducado e impulsivo muchas veces. Kendal le había tratado de corregir en muchos aspectos, pero cuando sentía que algo le dominaba, se olvidaba por completo de sus consejos.
La gitana, la observó siguiéndola entre la gente hasta que se detuvieron frente aquel puestecillo y le ofreció aquel pastelillo. Alexis se preguntó que pasaba con él ese día. Tomó aquello mirando a Záfiro, como si desconfiara de aquel gesto pero terminó sonriendo. Recordó ese día en el que Kendal le convidó aquel postre cuando recién llegaba con él y le había ofrecido su casa –Es cierto… creo que esto es una buena idea –Alzó ligeramente el bocadillo dejando en claro que hablaba de eso. Alexis era un tanto cambiante a veces, su actitud variaba fácilmente, pero justo ahora había sentido cierta nostalgia. Cuando ella dijo aquello, se había dado cuenta de que incluso si no había sido de la misma manera, su maestro ya no estaba cerca, había sido capturado, y él no podía hacer nada. De hecho, nunca había logrado que algo en su vida permaneciera por mucho tiempo. No quería decir que no tuviese nada, tenía a su esposa, y aunque podía perderla, ciertamente no pensaba demasiado en ello. Tenía la sensación, sin embargo, de que perdería a alguien más. Un presentimiento, si quería verse de esa forma. Pero disimuló todo lo que pudo y en su expresión casi alegre trató que no se notara aquello que empezaba a descontrolar sus pensamientos. Antes de dar una mordida, aspiró discretamente el olor de aquello. Era una especie de manía extraña que ya se le había quedado cuando comía fuera de casa o en lugares que no conocía. El suave aroma a limón le gustó y el sabor pronto inundó su paladar.
Cuando había preguntado del aura, era porque le daba tentación si Yude, al verle, podía notar algo en él de esa forma. Muchas veces mentía, podía decir que no se preocupara de forma imperturbable, pero a veces no era así como él mismo se sentía. Suspiró diciéndose que estaba pensando demasiado. Arqueó una ceja –¿Algo que nunca creería ver? – Se quedó pensativo por un momento pero negó con la cabeza –No se me ocurre nada –Dijo finalmente restándole importancia. Esperó a que ella diese un par de pasos antes de preguntar -¿Y quién se supone que es tu padre?- No es que le importara, pero había sonado tan curiosa para él aquel intercambio de palabras que no pudo evitar simplemente cuestionar eso. Pero la idea del león le hizo detenerse -¿Es posible?- Ni siquiera había visto uno antes, pero sonaba más que tentador -¿Mito? ¿Cuál mito? – Y no sabía de ninguno ¿Qué sabía de los leones? Realmente solo como se suponía se veían porque realmente no tenía idea de nada más –Si quiero – Dijo por si era necesario decirlo de esa forma tan convencida y con un disimulado interés porque sucediera. No sabía si era impresionante o no, pero si que le gustaría.
Su concentración se desvió cuando le vio hacer esa seña a alguien y al buscar con la mirada, notó al hombre de antes, si se trataba de modales, el no era la mejor persona que tomar como ejemplo, sabía comportarse gracias a su maestro, pero muchas veces se dejaba llevar. Era maleducado e impulsivo muchas veces. Kendal le había tratado de corregir en muchos aspectos, pero cuando sentía que algo le dominaba, se olvidaba por completo de sus consejos.
La gitana, la observó siguiéndola entre la gente hasta que se detuvieron frente aquel puestecillo y le ofreció aquel pastelillo. Alexis se preguntó que pasaba con él ese día. Tomó aquello mirando a Záfiro, como si desconfiara de aquel gesto pero terminó sonriendo. Recordó ese día en el que Kendal le convidó aquel postre cuando recién llegaba con él y le había ofrecido su casa –Es cierto… creo que esto es una buena idea –Alzó ligeramente el bocadillo dejando en claro que hablaba de eso. Alexis era un tanto cambiante a veces, su actitud variaba fácilmente, pero justo ahora había sentido cierta nostalgia. Cuando ella dijo aquello, se había dado cuenta de que incluso si no había sido de la misma manera, su maestro ya no estaba cerca, había sido capturado, y él no podía hacer nada. De hecho, nunca había logrado que algo en su vida permaneciera por mucho tiempo. No quería decir que no tuviese nada, tenía a su esposa, y aunque podía perderla, ciertamente no pensaba demasiado en ello. Tenía la sensación, sin embargo, de que perdería a alguien más. Un presentimiento, si quería verse de esa forma. Pero disimuló todo lo que pudo y en su expresión casi alegre trató que no se notara aquello que empezaba a descontrolar sus pensamientos. Antes de dar una mordida, aspiró discretamente el olor de aquello. Era una especie de manía extraña que ya se le había quedado cuando comía fuera de casa o en lugares que no conocía. El suave aroma a limón le gustó y el sabor pronto inundó su paladar.
Cuando había preguntado del aura, era porque le daba tentación si Yude, al verle, podía notar algo en él de esa forma. Muchas veces mentía, podía decir que no se preocupara de forma imperturbable, pero a veces no era así como él mismo se sentía. Suspiró diciéndose que estaba pensando demasiado. Arqueó una ceja –¿Algo que nunca creería ver? – Se quedó pensativo por un momento pero negó con la cabeza –No se me ocurre nada –Dijo finalmente restándole importancia. Esperó a que ella diese un par de pasos antes de preguntar -¿Y quién se supone que es tu padre?- No es que le importara, pero había sonado tan curiosa para él aquel intercambio de palabras que no pudo evitar simplemente cuestionar eso. Pero la idea del león le hizo detenerse -¿Es posible?- Ni siquiera había visto uno antes, pero sonaba más que tentador -¿Mito? ¿Cuál mito? – Y no sabía de ninguno ¿Qué sabía de los leones? Realmente solo como se suponía se veían porque realmente no tenía idea de nada más –Si quiero – Dijo por si era necesario decirlo de esa forma tan convencida y con un disimulado interés porque sucediera. No sabía si era impresionante o no, pero si que le gustaría.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
" Habían prohibido que matase, y ¿qué iba a hacer yo?. Matar"
Escuchó la conversación de los jóvenes sin interés, iba a marcharse cuando vio una sombra recorrer el lugar. Se movía con tánta rapidez, que a penas podía observar su rostro. Un vampiro recorría el lugar, y sólo cuando se movía así, significaba una cosa. Iba a matar. No sabía a quién, pero estaba claro que el tenía interés en que los jóvenes no muriesen, así que hizo lo único que podía, interferir en la trayectoria de su congénere.
Con rapidez, se movió como un vampiro, cortando la distancia y situándose delante del vampiro. Con una mano poderosa, detuvo su avance y le dedicó una fría mirada azul. - Quieto. ¿Qué quieres?. - El vampiro simplemente le gruñó, llamando la atención de varias personas. Con furia, cogió su camiseta, y lo arrastró hasta las sombras.- Márchate ahora. Este territorio no es de caza, intenta coger a alguien en la salida del poblado.
El vampiro se paralizó. Lo miraba con odio, y no le culpaba, él hubiera hecho lo mismo, sabía lo peligroso que era meterse entre el cazador y la presa.- No. Ellos huelen bien.- Señaló con la cabeza a Zafiro y el joven, y su boca se abrió, dejando que un pequeño hilo de baba se deslizara por ella. Hizo una mueca de asco, y lo olfateó. ¡Maldita sea, era un bebé!. Un jodido neófito suelto entre gitanos, iba a ser una masacre. Y lo peor, es que seguro que pagaría él las consecuencias. Un vampiro era una buena cabeza de turco, cuando no se tenía alguien con quien descargar la rabia.
- Ellos no. Sal del Poblado.- Puso bastante hincapié en el "sal". Quería evitar su muerte, pero si no había otra escapatoria, lo mataría. Un estúpido menos, no era para tanto. No era el primero ni el último. - Si matas a alguien, tendré que matarte. ¿Quieres morir?- Lo sacudí con fuerza para que me mirara a mí, y no a los jóvenes. Necesitaba alejarlo de la sangre.
Empujé con fuerza su pecho para hacerle retroceder, pero era imposible, ya había captado el aroma y estaba perdido. Sin darse cuenta, un segundo neófito llegó al lado del vampiro que sujetaba. El pelo largo de la segunda vampira le rozó el brazo cuando se giró y le clavó un trozo de madera en el cuello. Soltó al neófito y lanzó un bramido aterrador. Sus ojos brillaron en un azul hielo. La batalla había comenzado.
Los vampiros aprovecharon su distracción para lanzarse a los humanos más cercanos. EL brujo comía el pastel con tranquilidad mientras Zafiro lo guiaba por el camino hacia la siguiente atracción. Gruñó y se movió con mayor velocidad que los neófitos, algo que sólo era posible dado su edad. Un milenio de existencia debía servir de algo. Extendió sus brazos, frente a los jóvenes y gruñó. Sabía que de esa forma se acababa de revelar a sí mismo, pero por fortuna, el ruido del gentío apagaba el gruñido. - Detenéos. Ahora.- Dijo antes de sacarse el trozo de madera del cuello. Su voz sonó gruesa y apagada. El borde de la estaca le había tocado la garganta.
Con un gruñido, el hombre se lanzó sobre él, siendo reducido cuando le clavó la estaca improvidada, en el corazón. Su cuerpo se inmovilizó, y soltó un gemido, antes de morir. La segunda mujer miró cómo el hombre desaparecía, y luego miraba su mano con terror. Una tercera mirada se deslizó a los rostros de los jóvenes que había protegido, y después, se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad. AL parecer no era tan novata como el primero, o quizás no tan estúpida.
Se dio la vuelta con una sonrisa apagada y miró a los chicos. Sus ojos estaban abiertos por la increíble escena que había ocurrido ante sus ojos. No sabía si se habían movido con suficiente rapidez para que no vieran todo lo que había ocurrido, pero se limitó a robarle un pañuelo a la joven gitana, y atarselo al cuello. Todo para tapar el hueco de su garganta, uno que se estaba cerrando con rapidez, pero aún así, los siguientes minutos, no quería formar un grupo de gritos entre los demás asistentes.
Hizo una reverencia a ambos, y se presentó. No iba a perder la educación que tenía porque lo hubieran estacado. Lo que sí que no había perdido, era el brillo increíblemente azulado de sus ojos. Sólo brillaban así cuando iba a matar a alguien, o iba a perderse en el deseo. Estaba claro que esta vez era por la primera opción.- Löwe Von Meer, queridos. Un placer salvarlos.- Se irguió y les dedicó una mirada de superioridad.
Escuchó la conversación de los jóvenes sin interés, iba a marcharse cuando vio una sombra recorrer el lugar. Se movía con tánta rapidez, que a penas podía observar su rostro. Un vampiro recorría el lugar, y sólo cuando se movía así, significaba una cosa. Iba a matar. No sabía a quién, pero estaba claro que el tenía interés en que los jóvenes no muriesen, así que hizo lo único que podía, interferir en la trayectoria de su congénere.
Con rapidez, se movió como un vampiro, cortando la distancia y situándose delante del vampiro. Con una mano poderosa, detuvo su avance y le dedicó una fría mirada azul. - Quieto. ¿Qué quieres?. - El vampiro simplemente le gruñó, llamando la atención de varias personas. Con furia, cogió su camiseta, y lo arrastró hasta las sombras.- Márchate ahora. Este territorio no es de caza, intenta coger a alguien en la salida del poblado.
El vampiro se paralizó. Lo miraba con odio, y no le culpaba, él hubiera hecho lo mismo, sabía lo peligroso que era meterse entre el cazador y la presa.- No. Ellos huelen bien.- Señaló con la cabeza a Zafiro y el joven, y su boca se abrió, dejando que un pequeño hilo de baba se deslizara por ella. Hizo una mueca de asco, y lo olfateó. ¡Maldita sea, era un bebé!. Un jodido neófito suelto entre gitanos, iba a ser una masacre. Y lo peor, es que seguro que pagaría él las consecuencias. Un vampiro era una buena cabeza de turco, cuando no se tenía alguien con quien descargar la rabia.
- Ellos no. Sal del Poblado.- Puso bastante hincapié en el "sal". Quería evitar su muerte, pero si no había otra escapatoria, lo mataría. Un estúpido menos, no era para tanto. No era el primero ni el último. - Si matas a alguien, tendré que matarte. ¿Quieres morir?- Lo sacudí con fuerza para que me mirara a mí, y no a los jóvenes. Necesitaba alejarlo de la sangre.
Empujé con fuerza su pecho para hacerle retroceder, pero era imposible, ya había captado el aroma y estaba perdido. Sin darse cuenta, un segundo neófito llegó al lado del vampiro que sujetaba. El pelo largo de la segunda vampira le rozó el brazo cuando se giró y le clavó un trozo de madera en el cuello. Soltó al neófito y lanzó un bramido aterrador. Sus ojos brillaron en un azul hielo. La batalla había comenzado.
Los vampiros aprovecharon su distracción para lanzarse a los humanos más cercanos. EL brujo comía el pastel con tranquilidad mientras Zafiro lo guiaba por el camino hacia la siguiente atracción. Gruñó y se movió con mayor velocidad que los neófitos, algo que sólo era posible dado su edad. Un milenio de existencia debía servir de algo. Extendió sus brazos, frente a los jóvenes y gruñó. Sabía que de esa forma se acababa de revelar a sí mismo, pero por fortuna, el ruido del gentío apagaba el gruñido. - Detenéos. Ahora.- Dijo antes de sacarse el trozo de madera del cuello. Su voz sonó gruesa y apagada. El borde de la estaca le había tocado la garganta.
Con un gruñido, el hombre se lanzó sobre él, siendo reducido cuando le clavó la estaca improvidada, en el corazón. Su cuerpo se inmovilizó, y soltó un gemido, antes de morir. La segunda mujer miró cómo el hombre desaparecía, y luego miraba su mano con terror. Una tercera mirada se deslizó a los rostros de los jóvenes que había protegido, y después, se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad. AL parecer no era tan novata como el primero, o quizás no tan estúpida.
Se dio la vuelta con una sonrisa apagada y miró a los chicos. Sus ojos estaban abiertos por la increíble escena que había ocurrido ante sus ojos. No sabía si se habían movido con suficiente rapidez para que no vieran todo lo que había ocurrido, pero se limitó a robarle un pañuelo a la joven gitana, y atarselo al cuello. Todo para tapar el hueco de su garganta, uno que se estaba cerrando con rapidez, pero aún así, los siguientes minutos, no quería formar un grupo de gritos entre los demás asistentes.
Hizo una reverencia a ambos, y se presentó. No iba a perder la educación que tenía porque lo hubieran estacado. Lo que sí que no había perdido, era el brillo increíblemente azulado de sus ojos. Sólo brillaban así cuando iba a matar a alguien, o iba a perderse en el deseo. Estaba claro que esta vez era por la primera opción.- Löwe Von Meer, queridos. Un placer salvarlos.- Se irguió y les dedicó una mirada de superioridad.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Sonreí.- Mi padre trabaja aquí en el circo, todos lo conocen así que no hay problema que deje la deuda.- Le di un bocado a mi delicioso pastelio. Escuché sus palabras y reí.- En teoría los leones son feroces... y la gente cree que cuando un domador mete su cabeza dentro de la bestia es que se esta jugando la vida... y no, los leones del cisco son muy mansos porque están criados desde pequeños como si fueran simples mascotas domésticas.
Lo siguiente me dejó atónita. Giré mi rostro al ver como algo corría velozmente hacia nosotros. Pude ver el aura brillante roja dirigiéndose hacia nosotros. "Vampiros" pensé horrorizada. Eran dos auras y una del vampiro que antes habia visto y la otra no lo sabía. Pero cuando quise darme cuenta el otro vampiro estaba muerto y el de antes, de pelo negro, alto y de un gran atractivo nos estaba haciendo una reverencia. El pastel se me cayó de la mano. Mis ojos azules estaban en su máxima expansión. Y la boca la tenía ligeramente abierta. Seguramente mi expresión serie de lo más idiota pero me daba igual. Carraspeé y volví a mi compostura de siempre. Aquel vampiro se llama Von Meer ¿De qué me sonaba?- Gracias.- dije con sinceridad. Sabía que yo no tenía ninguna posibilidad contra un vampiro y que me hubieran matado en un momento. La idea de morir me estremeció un poco.- Le debo una señor Von Meer.- Si mi hermano se enterara, por un casualidad, de lo que acababa de decir ya podría darme por muerta.
Lo siguiente me dejó atónita. Giré mi rostro al ver como algo corría velozmente hacia nosotros. Pude ver el aura brillante roja dirigiéndose hacia nosotros. "Vampiros" pensé horrorizada. Eran dos auras y una del vampiro que antes habia visto y la otra no lo sabía. Pero cuando quise darme cuenta el otro vampiro estaba muerto y el de antes, de pelo negro, alto y de un gran atractivo nos estaba haciendo una reverencia. El pastel se me cayó de la mano. Mis ojos azules estaban en su máxima expansión. Y la boca la tenía ligeramente abierta. Seguramente mi expresión serie de lo más idiota pero me daba igual. Carraspeé y volví a mi compostura de siempre. Aquel vampiro se llama Von Meer ¿De qué me sonaba?- Gracias.- dije con sinceridad. Sabía que yo no tenía ninguna posibilidad contra un vampiro y que me hubieran matado en un momento. La idea de morir me estremeció un poco.- Le debo una señor Von Meer.- Si mi hermano se enterara, por un casualidad, de lo que acababa de decir ya podría darme por muerta.
Zafiro Gómez- Gitano
- Mensajes : 119
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Asintió creyéndole fácilmente a lo que decía, no iba a cuestionar algo como eso simplemente estaba confirmando lo que ya había pensado aunque no supiese la respueta exacta. -Bueno, supongo que es igual con cualquier otro animal ¿no? Aunque sus instintos estén latentes, jsto como los del ser humano - Se encogió de hombros. No le parecía tan extraño de algún modo.
Lo que pasó a continuación simplemente no se lo espero. Se quedó viendo la escena algo perplejo. El, a pesar de haberse involucrado con vampiros hasta cierto punto, no había visto algo así. Pero su vista se mostró desconfiada apenas el sujetoq ue había tomado el control se presentó.
Su carácter habitual, ese que era un tanto más apático y que solo se había dispersado ahí por la orpresa volvió a instalarse en sus facciones tras aquella especie de riña. Era por naturaleza receloso cuando alguien se presentaba así y más de esa forma. Siemrpe había algo detrás de ese tipo de acciones, eso le había enseñado la vida que había tenido hasta entonces. En todos esos años solo un par de personas no habían hecho por él algo con el fin de la conveniencia propia. Y por ese rato había olvidado la razón por la cual quería distraerse. Había funcionado bien por un rato, pero el mundo no parecía querer dejar que mantuviese la calma mucho tiempo.
-No sé si decir que le debo una también, a quien ha estado siguiéndonos todo este tiempo - Alexis ladeó la cabeza, tal cual lo hace un niño en ciertas ocasiones. No fingiendo inocencia sino de una forma hasta cierto punto inquisitiva. Se le hacía extraño. Y es que el no estaba seguro de lo que decía, solo lo estaba lanzando, diciéndolo con una seguridad que en realidad no tenía sobre ese asunto, pero a veces era la mejor forma de hacer que las cosas salieran a flote. Y en ese momento sintió aquellas dos presencias cerca de él. El par de fantasmas rondaban cerca de él ahora, probablemente alertados por lo que había sucedido, pero no se presentarían ante ellos, solo parecían estar a la expectativa. Incluso si el vampiro los atacara, que para la lógica era improbable que sucediera, a menos que tuviese un plan dmasiado rebuscado para ello.
-Alexis VanVollehoven... -Soltó por mera inercia por haber escuchado el nombre del vampiro. ciertas enseñanzas las tenía como grabadas por la costumbre. Kendal le había dicho que tenía que comportarse y responder a ese tipo de saludos sin importar las circunstancias. En ese momento, después de haber dicho su nombre, hacer eso le pareció absurdo. Aunque igualmente dudaba que alguien supiese quién era. El apellido de su padre, que también había sido un brujo, también dudaba que muchos los conocieran -Y depende de porqué es un gusto haberlo hecho - Sonrió como si sus palabras no llevasen ese tono que no era tan amable como la expresión en su rostro.
Lo que pasó a continuación simplemente no se lo espero. Se quedó viendo la escena algo perplejo. El, a pesar de haberse involucrado con vampiros hasta cierto punto, no había visto algo así. Pero su vista se mostró desconfiada apenas el sujetoq ue había tomado el control se presentó.
Su carácter habitual, ese que era un tanto más apático y que solo se había dispersado ahí por la orpresa volvió a instalarse en sus facciones tras aquella especie de riña. Era por naturaleza receloso cuando alguien se presentaba así y más de esa forma. Siemrpe había algo detrás de ese tipo de acciones, eso le había enseñado la vida que había tenido hasta entonces. En todos esos años solo un par de personas no habían hecho por él algo con el fin de la conveniencia propia. Y por ese rato había olvidado la razón por la cual quería distraerse. Había funcionado bien por un rato, pero el mundo no parecía querer dejar que mantuviese la calma mucho tiempo.
-No sé si decir que le debo una también, a quien ha estado siguiéndonos todo este tiempo - Alexis ladeó la cabeza, tal cual lo hace un niño en ciertas ocasiones. No fingiendo inocencia sino de una forma hasta cierto punto inquisitiva. Se le hacía extraño. Y es que el no estaba seguro de lo que decía, solo lo estaba lanzando, diciéndolo con una seguridad que en realidad no tenía sobre ese asunto, pero a veces era la mejor forma de hacer que las cosas salieran a flote. Y en ese momento sintió aquellas dos presencias cerca de él. El par de fantasmas rondaban cerca de él ahora, probablemente alertados por lo que había sucedido, pero no se presentarían ante ellos, solo parecían estar a la expectativa. Incluso si el vampiro los atacara, que para la lógica era improbable que sucediera, a menos que tuviese un plan dmasiado rebuscado para ello.
-Alexis VanVollehoven... -Soltó por mera inercia por haber escuchado el nombre del vampiro. ciertas enseñanzas las tenía como grabadas por la costumbre. Kendal le había dicho que tenía que comportarse y responder a ese tipo de saludos sin importar las circunstancias. En ese momento, después de haber dicho su nombre, hacer eso le pareció absurdo. Aunque igualmente dudaba que alguien supiese quién era. El apellido de su padre, que también había sido un brujo, también dudaba que muchos los conocieran -Y depende de porqué es un gusto haberlo hecho - Sonrió como si sus palabras no llevasen ese tono que no era tan amable como la expresión en su rostro.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La oscuridad existe en cualquier lugar [Libre]
Mantuvo la sonrisa encantadora, sonriéndoles a ambos como si fuesen la cosa más adorable que hubiera visto. Aunque por su puesto, lo que él consideraba agradable, tal vez no fuera algo atractivo para ambos. Dudaban que su comida favorita fueran los inquisidores, y que lo más agradable para ambos fuese el luchar y matar con sus propias manos. No, pensó para sí mismo, ninguno podría llegar a ese grado de maldad.
Realizando una mueca perfecta, colocó una de sus manos sobre el pecho y se mostró avergonzado. - Mis más sinceras disculpas, joven Van Vollehoven.- Bajó su rostro como si se estuviese sonrojando, pero haría falta tomarse varios humanos para que él llegase a sonrojarse por algo. Ni tenía la capacidad de mostrarse avergonzado, ni la sangre suficiente para ello. - Soy un ser atraído por la belleza de sus sonrisas ingenuas. El gusto de conocerlos, es el resultado de mi placer al estar junto a ustedes.- Murmuró lo suficientemente alto, para que ambos lo escuchasen. Pero con la suavidad suficiente para que entendieran que no estaba a gusto con ésa confesión.
Levantó el rostro con un movimiento lento y elegante, mirándolos a ambos a los ojos con sinceridad.- Para disculparme, os acompañaré a ambos. Digamos...- abrió sus manos, haciendo un gesto de abarcar todo el espacio gitano-... que os escoltaré durante vuestra estancia aquí.- Con una galantería ensayada durante años, le tendió una mano a la joven, mientras que le señalaba al joven tomar su otro brazo.
Comenzó a caminar hacia el lugar al que tenían pensado ir. Lo bueno de haberlos estado siguiendo, y leyendo sus mentes, es que comenzaba a entender cómo iban a reaccionar ambos. Así que mejor sería que comenzase a actuar con el papel de suave defensor y humillado vampiro, pillado en su persecución de ambos, que mostrar su verdadero yo. Eso los haría correr en el sentido contrario, y aunque tenía la rapidez necesaria para hacerlo, no deseaba malgastar toda su noche en corretear detrás de los dos jóvenes.- Entonces, Frau, ¿conoceremos al león?.- Le dijo mirando a la mujer con una sonrisa perfecta.
Löwe Von Meer- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 236
Fecha de inscripción : 12/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» El amor no existe cuando el sexo aparece ~.Libre.~[Posible +18]
» Luz en oscuridad y oscuridad en luz (Libre)
» No existe descuentos en este lugar [Priv. Caleb]
» Un lugar extraño.... [libre]
» LUgar silencioso (libre)
» Luz en oscuridad y oscuridad en luz (Libre)
» No existe descuentos en este lugar [Priv. Caleb]
» Un lugar extraño.... [libre]
» LUgar silencioso (libre)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour