Sombras del Día [Brigdit Stafford]

En medio de las calles, entre toda esa gente estaba ella, la persona de quien había tomado forma en ese instante. Tenía permitido como en cualquier caso, acercarse y hablarle. En aquella visión, había visto a la joven de claros cabellos, además de eso unas formas asediándola. Su aparición frente a ella sería una especie de aviso, no podía parar y decirle los detalles para evitar cualquier cosa, porque ni él mismo lo sabía del todo. Podía aconsejarle, podía recomendarle alguna cosa, pero no más. Había cosas inevitables. Si estaba en lo que veía era porque ni su presencia ni sus palabras podían modificarlo.

Avanzó en cuanto le vio, esos sueños o visiones le daban también pistas del paradero donde podía hallarle, por eso, casi como era acostumbrado, cerca de la misma hora hacía cruzar sus pasos. Ella debía verle, si conocía de aquella historia, sabría que aquello era una advertencia, sino, el cumplía con su deber al aparecerse frente a ella. Pero había gente que podía pasar cosas por alto, así que su ilusión se encargaba de llamar la atención de quien estuviese en su mira.

-Bridgita – Fue un susurro que se extendió por el aire, con toda y poca información que conocía, sabía que aquel era su nombre, a veces lo que había en esos espejismos eran sus sobrenombres o alguna palabra que a ellos llamara la atención, la suficiente para que sus ojos volteasen mientras él caminaba y cruzaba en ese fugaz momento junto a ellos. A veces solo se veían a sí mismos en un solo instante mientras sus ojos se encontraban, y cuando giraban buscando a la persona en quien se habían visto reflejados, ya no estaba. Y fue justo eso lo que hizo, tomando una forma diferente apenas le pasó en la calle.

Esta vez se permitió hacer algo diferente. No creía que lo que fuese a ahacer afectara realmente a los eventos. Era como si en la mirada de ella pudiese encontrar ciertos indicios. Las ilusiones que le rodeaban todo el tiempo, para hacerle cambiar de apariencia a quien tuviese que adaptarse, no se dispersarían, pero tampoco tenía mucho problema en que la chica viese más de lo que debía. Había cierta afinidad con ella ¿tal vez una bruja?

De cualquier forma él no podía bajar la guardia, nunca sabías las cosas que podías encontrarte estos días. Se le había hecho hincapié en no caer en manos de la Iglesia, probablemente buscarían matarle directamente, pero si se diese el caso, querían evitar por todos los medios que un miembro como él revelase algo de la familia. Sonrió con cierto aire de autosuficiencia -Nadie ha dicho que me conocieses - Se acercó lo suficiente. Vaya pregunta había hecho, aunque no le sorprendía, ella sentía probablemente una sensación parecida a la que él sentía con ella.

Su nombre, incluso si tuviese uno, no podría revelarselo -Solo vengo a aqui como una advertencia... cuida tus pasos, que alguien los sigue de cerca- Eso era, pordía permitirse hablar con las personas aunque no demasiado, tampoco sabía mucho de quien le seguía, solo lo que sus sueños y visiones le habían mostrado antes de encontrarla. Así eran las cosas, el no preguntaba, acudía simplemebte frente a quien le fuese designado por las señales, se mostraba como un doble que era, esa era la forma común de dar una advertencia, en otras, cruzaba, como ahora, palabras con esas personas.

No necesitaba ver demasiado para saber que era una chica 'curiosa', en más de un sentido dado. Bajó la mirada observando sus ropas, no solo eso, sino lo que llevaba entre sus manos, una carta, que por la forma que sostenía debía ser para alguien importante para ella. El tintineo suave de las cadenas que traía puestas. El no era un creyente de la Iglesia, claro que era un poco notorio siendo un brujo y además, cuando no importaba quien eras, se te daba cierta libertad que pocos poseían de esa misma manera. No quería decir que no creyese en otras tantas cosas, aún entre brujos y sobre todo en una familia como la suya, había creencias bien establecidas. No es que confiara ciegamente en lo que se le había sido enseñado, había muchas cosas que le despreocupaban, sin embargo.

Esa muchacha frente a el, probablemente pasaría algún mal rato, pero no parecía correr el peligro de muchos que veían sus 'presagios' de perecer. Era hermosa, como muchas o como pocas que hubiese visto, no estaba seguro, pero lo era. Le había observado un poco antes de acercarse, con eso podía decir que le parecía un tanto interesante. Alguien a quien, en otras circunstancias, probablemente, se habría acercado con, tal vez, otras intenciones.