Hazel Ainé D’ Antuan Whitlow

Nombre del Personaje: Hazel Ainé D’ Antuan Whitlow.

Edad: 17 años.

Especie: Homo sapiens sapiens Var. caza moscas.

Tipo, Clase Social o Cargo: Clase baja.

Orientación Sexual: Heterosexual.

Lugar de Origen: An Mhumhain, Éire (Munster, Irlanda).

Habilidad/Poder: Ninguna habilidad sobrenatural, pero es muy hábil con las manualidades y el manejo se sus armas.

Largos mechones de cabellos castaños caen más allá de sus hombros, enmarcando un agraciado rostro ovalado. Sus ojos son azules y brillantes, como dos estrellas titilantes en medio de una piel nívea y sedosa. Pómulos enaltados y nariz pequeña y alargada, mas sus cejas bien definidas le dan un aspecto de mujer de la alta sociedad, aun cuando en verdad no lo sea. Sus labios son rosados y bien delimitados, con las comisura ligeramente levantadas, lo que pareciera facilitarle el hábito de la risa.
En cuanto a su cuerpo, es una mujer de aspecto delicado, aunque no hay que dejarse llevar por las apariencias ya que es todo lo contrario. Ágil como serpiente en el agua y aguda como un águila protegiendo su nido; de cintura angosta y caderas anchas, pero músculos firmes. Tiene los dedos largos, perfectos para sus creaciones, así como parecieran seguir aquel mismo modelo el resto de sus extremidades, mas no se queda atrás en destreza y buen uso de éstas.
Su cuerpo no está impoluto de cicatrices, una que otra puede observarse en ella por debajo de su ropa, y aunque no es nada que espante ni quite el hipo, son marcas de batallas pasadas que le hacen recordar no volver a cometer los mismos errores, porque no es perfecta y sabe que puede equivocarse mil veces más, como ya lo ha hecho antes.

Solitaria y autosuficiente, esas serían las palabras que mejor le definen, gusta de ellas tanto como le gusta saber que sigue viva. Cree que la soledad es la verdadera puerta a la sabiduría de la naturaleza, aquella de quien ha aprendido incluso a moverse entre sus sombras como audaz gata montes. Le gusta valerse por sí misma, ella es quien se construye, siembra y caza todo lo que necesita, incluyendo su casa, una pequeña cabaña hecha de troncos y rocas. Adora de disfrutar lo que le rodea, y le pone furiosa cuando esa tranquilidad se perturba. Viviendo en el bosque puede encontrar de todo, ha aprendido a luchar con garras y dientes para ser capaz de vivir como una mujer fuerte, aunque por supuesto que también ha perdido batallas y por ello también ha tenido que recurrir a la amistad de algunos brujos, quienes le han obligado a desarrollar su lado social. Habla muy bien el gaélico y también el francés, aunque hay palabras menos comunes que aun le son difíciles de entender.
Es testaruda, bastante gruñona y muy competitiva, aunque su misma falta de sociedad le ha hecho ser una persona de corazón puro, pero salvaje, y por tanto es capaz de entregar amistad siempre y cuando no quieran quitarle su libertad. Sabe que la gente es necesaria de vez en cuando aunque no le guste admitirlo.

Dice la leyenda que hubo una vez una familia de pescadores y ovejeros que vivía junto a un gran lago en las místicas tierras irlandesas, el famoso Lough Gur, lugar de veneración de la Diosa Ainé. Nadie sabe con certeza de como ocurrió, algunos dicen que la casa fue arrastrada por un enorme monstruo hasta perderse en las aguas del lago, otros menos creyentes dicen que los terrenos simplemente cedieron con las grandes lluvias de verano que hubo aquel año en donde los suelos estaban secos y poco preparados. Nadie lo sabe con verdadera certeza, sólo se sabe que la pequeña casa de madera acabo en lo profundo de las aguas al igual que el castillo sumergido de la gran divinidad de la provincia de Munster, a quien se le concede el milagro de haber salvado a bebita que flotaba sobre el colchón de paja de su cuna, aquella madrugada de verano en la ocurrió la tragedia.
Ninguno de los lugareños sabía su nombre, sólo que a su madre se le conocía por el apodo de la “Vieja Hazel”, era una verdadera abuela de rostro enjuto que ya nadie dudaba de que no pudiese tener hijos ¿De dónde salió la niña entonces? Ese es otro misterio que nadie lo sabe, pero es el motivo de su nombre; Hazel, por la vieja anciana propietaria de aquella vivienda, y Ainé, por la diosa que le salvó de las aguas.
Se dice también que la niña fue adoptada por unos vecinos, que le criaron dentro de todo lo posible, pero la pequeña siempre había tenido una naturaleza demasiado salvaje como para ser mancillada; unos dicen que se escapó de casa, otros que la echaron de muy pequeña para no verla más, pero lo que sí es cierto, es que la pequeña fue vista más de alguna vez deambulando sola por la Colina de Cnoc. Dicen que vivía con los lobos, que era amiga de las aves y que tenía pactos con las brujas, dicen, muchas cosas dicen, pero así es como pasaron los años y la niña que una vez fue salvaje, se hizo mujer.
Como era de esperar, no faltaron los hombres que le buscaron con intenciones deshonestas, ni tampoco las mujeres que le acusaron de bruja y le creyeron un peligro para sus hijos. Siempre se escabulló y logró combatirles sin otorgarles el menor de los resultados. Dicen que los animales le avisaban cuando alguien se acercaba y que los mismos leprechauns le ayudaron a construir sus armas y hablar la lengua de los humanos, pues vaya que sabía de insultos e hirientes verdades. Pero tanta persecución siempre aburre y eso le hizo moverse a otros lugares adquiriendo el comportamiento de una nómade ¿Qué pasó con ella? Los lugareños quisieran saber; algunos dicen que su cuerpo fue reclamado nuevamente por la misma diosa que antes le salvó la vida, otros dicen que la Inquisición le pilló haciendo de sus brujerías, pero nadie sabe realmente que en su soledad con la naturaleza conoció tantas cosas que ni ellos mismos se creerían; criaturas fantasiosas, seres de otros mundos, entes malditos sedientos de carne y de sangre a los que ella sola aprendió a combatir. No sólo huyó en busca de paz, sino también en la búsqueda de respuestas y mayor conocimiento.
Algunos barcos reportaron haberle visto como polizonte, otros dicen que le arrojaron al océano y fue devorada por los tiburones, dicen, dicen tantas cosas como variadas leyendas hubo en su nombre, en aquella tierra lejana y mística de Irlanda. Pero los rumores más recientes dicen que le han visto en Paris y que vive en medio de los bosques dedicándose a la caza de criaturas extrañas, que caza por dinero y que a veces hace tratos con humanos, aunque hay quienes confirman que incluso caza por gusto y otros que no tanto.

# Fabrica y diseña sus propias armas.
# Teme a los fantasmas.
# Sabe reconocer los sonidos de las aves y las huellas de los animales.
# Tiene siempre los sentidos muy alerta.
# Todos le conocen como la bruja ermitaña, aunque en realidad no es bruja.
# Le gusta espiar a la gente y mantenerse al tanto de lo que ocurre en el mundo, ama su soledad pero sabe que en los rumores pistas encontrará.
# Siempre lleva consigo un trébol de cuatro hojas.
# Su cabaña está en medio del bosque, junto al río, es ahí donde se baña, lava su ropa y saca el sustento de agua para vivir.
# Habla el gaélico y también el francés, aunque hay palabras menos comunes que aun le son difíciles de entender.
# Sólo sabe escribir su nombre.
# Acaba de descubrir que tiene una hermana gemela de la cual no sabía su existencia.