Atravez del tiempo siempre he de buscarte

Aunque tiene 250 años y que debería haber envejecido mas, es uno de sus castigos, el no envejeser como querria - si fuera asi, no tendria que haber visto morir a mi amada Giulia - se lamenta siempre, ya que fue ella misma quien le maldijo con un hechizo para que la sobreviviera por varios siglos y sufriera la tortura de no tenerse mutuamente. es por eso que solo aparenta 40 años aunque su espiritu por momentos querría liberarse de esa prisión que es la carne y poder encontrar el alma de su amada.

Se puede decir que es un hombre muy atractivo, de proporciones perfectas, y marcado cuidado de su físico. Es mas alto que la medida general llegando a los casi dos metros, Dentro de su rostro uno de los atributos mas bellos y que atrae en sobremanera a las mujeres son sus ojos de un azul acuoso enmarcados en largas y abundantes pestañas, al igual que sus cejas abundantes y delineadas, posee una mandíbula bien marcada, la cual al enojarse sabe tensarse y quedar muy marcada, su nariz es recta, bien afilada, bella y sus labios son sensuales. De cabellos castaño oscuro, cortos y lacios pero rebeldes. De cuerpo bien proporcionado y modelado por el trabajo físico y por su condición de Licántropo, de piernas largas y fuertes, ejercitadas en la lucha cuerpo a cuerpo y la esgrima. Los brazos también son largos y torneados por el ejercicio y la práctica de la arquería y la ballesta. Excelente jinete y caballero.

En su aspecto de Lobo, se presenta como un gran lobo gris de ojos grises amarillentos de gran alzada y de colmillos impresionantes.

Es bastante alegre, y risueño, lo que lo hace aparentar una edad que no tiene. A pesar de todo lo vivido sigue teniendo una chispa que se nota en sus ojos, manteniendo el mismo efecto seductor en las mujeres; optimista empedernido siempre está pensando que las cosas pueden mejorar, no cree poderse enamorar nuevamente ya que para él existió una sola mujer y que aunque ningún obispo los haya unido será siempre su esposa. Existen dos personalidades en él, una cuando está en su condición de hombre y otra más oscura, retorcida, maligna que aparece cuando toma la forma de Lican, en verdad su transformación es completa viéndose como un lobo de brillante y gris pelaje. Destrozar, destripar y aniquilar son sus juegos favoritos todas las noches de luna llena, aun así esta tratando de controlar su conducta y así poder vivir con su familia. Odiaba su condición de Licántropo, que lo había alejado de sus seres queridos, es por ello que en ocasiones puede estar propenso a traicionar a cualquier manada y aliarse con los peores enemigos de estas. Prefiere ser un lobo solitario y vagar por los diferentes reinos, aunque últimamente ha decidido instalarse en Paris definitivamente ya que le han llegado rumores de que su amada Giulia a renacido y aunque cree que eso es imposible, se quedará al lado cierta dama como lo que siempre fue un fiel amante silencioso.

Sus bellos ojos, miraron el mundo asombrado, un día de primavera de 1550, en el seno de una de las familias más influyentes de Italia. Su abuela materna era una Forza y por ende estaba emparentado con la familia del rey de Italia. Pero a él poco y nada le importaba, mientras pudiera vivir como bien le apetecía. Su rostro de ángel, escondía una cierta perversión en su carácter. De niño le gustaba experimentar con ciertas cosas que para los adultos eran vistas con desagrado. En una ocasión su madre le arrebató de las manos una daga cuando intentaba abrir con ella el vientre de una de sus mascotas para entender como era el mecanismo que hacía que ésta se moviera. En otras ocasiones buscaba hongos venenosos y los mezclaba con algunos de sus alimentos para luego echarle la culpa a su sirviente personal.


Despreciaba a las damas de compañía de su madre o a las hijas de los nobles que se le presentaban como una forma de poder ir concretando un futuro para el reino. En ocasiones cuando debían reunirse en Siena con los demás nobles, solía escabullirse y recorrer los alrededores, vestido de un sencillo paje. Fue así como comenzó a tener una vida más divertida y acorde a sus gustos. Llevando una doble vida, huyendo del palacio en cuanto veía una oportunidad y manteniendo romances con todas las doncella o sirvienta que se le cruzara en el camino y cayeran en su seducción. Sabía atraerlas y luego de conseguir su propósito solo se apartaba de ellas.
En una de esas noches de fiestas pomposas y remilgadas, pudo ver a una bella jovencita, no conocía su nombre pero por el solo hecho de estar en aquella velada se suponía que era una de las tantas nobles que se encontraban en edad de merecer.
- ¿Verdad que es bella? – Dijo su madre al oído de Ignazio - es una de las jóvenes más codiciadas del reino, luego de la Familia De Medici y la nuestra, su familia es la de mas puro linaje. – Todos los músculos del cuerpo se le tensionaron – su madre había captado en él la atracción que aquella joven le provocaba, él no estaba dispuesto a perder su libertad por ninguna falda, y menos una impuesta por sus progenitores.
- ¿Está segura, madre, que esa joven es todo lo que usted cree?, no podrá ser que en verdad sea una… - dejó en suspenso las palabras, cuando su madre palideció, luego continuó – a lo que me refiero es que a veces las apariencias engañan-. Fue en ese momento que en su cabeza se formó la idea de sacarse de encima el posible problema de una unión entre familias. Se prometió que si su libertad estaba en juego y que para salvarse debería seducir y mancillar la reputación de aquel ángel lo haría sin ningún remordimiento. Semanas después, cuando su padre le informó que se había concretado un compromiso con la familia Di Moncalieri, no lo pensó dos veces. Tomó unas pocas pertenencias, bastante dinero y se marchó a cumplir su objetivo. Se presentó en la propiedad de aquella familia como un simple muchacho que buscaba trabajo y tras unas semanas de labores de paje, tuvo la oportunidad de charlar con ella. La había estado vigilando, sabía que por las tardes se retiraba a caminar por los bosques que rodeaban la construcción y que seguramente la encontraría sentada en algún claro con un libro en las manos. Es así que tras presentarse como por casualidad y de pasar varias tardes juntos al final logró conquistarla. Pero con el tiempo, se dio cuenta que había algo en ella que la hacia diferente de las demás y que el sentimiento que crecía en su corazón era puro y sincero, que ella había logrado cambiar esa parte de su alma que estaba hundida en las sombras.
Ella le contó que sus padres, la habían prometido a un noble y que debería casarse. Ignazio sabía que se refería a él y en cierto modo aquella situación lo divertía, le prometió que él no lo permitiría, que debería irse por unas semanas y que al volver se irían a otro reino y vivirían felices. Mandó una carta a sus padres diciendo que aceptaba casarse con la joven que ellos habían elegido y que volvería a casa en pocos días.
Los encuentros entre ellos se habían vuelto cada vez más ardientes y una tarde, la pasión los devoró por completo, consumándolos en un pacto que tras jurarse amor decidieron no separarse mas. Se suponía que a la mañana siguiente él la esperaría en el cementerio familiar y con dos caballos y lo necesario para traspasar las fronteras hacia Francia podría instalarse en las tierras de unos parientes de él.
Pero ese día no llegó, pues cuando la noche cayó y él se dispuso a llevar los caballos al cementerio, apenas llegar y antes de poder descender de su montura, esta se encabritó tirándolo al suelo, en un instante los caballos se dispersaron relinchando y tirando coses a todos lados, como si presintieran algo maligno. En cuanto pudo levantarse, sacó de su cinto una daga de plata y se dispuso a enfrentar lo que fuera que lo estuviera asechando. No tuvo que esperar mucho, de las sombras del interior de una de las criptas apareció un enorme lobo, se abalanzó contra Ignazio que con agilidad lo esquivo varias veces, hasta que en el último enfrentamiento el animal le clavó sus garras en el brazo izquierdo a la altura del hombro, y a pesar del agudo dolor logró concentrarse para clavarle la daga en mitad del lomo. La bestia aulló y se escapó. De la herida brotaba mucha sangre y no tuvo otra cosa que buscar ayuda. Tras conseguir que le curasen la herida, y al verse tan débil, decidió volver a su hogar ya que al final de cuentas, su amada se sorprendería gratamente cuando supiera que el prometido era él.
Pero nada salió como él lo había planeado. Su mejoría aunque veloz llevo tiempo, su madre no lo dejaba en paz y no le permitía salir del castillos hasta no estar del todo recuperado. La tragedia se cernió sobre ellos cuando la primera noche, luego de la lucha con aquella bestia, de Luna Llena, comenzó a sentirse extraño. Con a penas un mínimo de razón saltó del balcón y se escabulló por un monte cercano, no supo mas nada hasta entrada la mañana, cuando se encontró desnudo en medio de un parterre de la entrada de su residencia. La cabeza le dolía al igual que todos los músculos del cuerpo. Evadió a todos los sirvientes que pudieran verlo en esas condiciones y entró a sus habitaciones. Su ayuda de cámara en breves momentos se presentaría por ello se metió entre las sabanas y desde allí le indicó que le preparara un baño. Cuando por fin pudo descender al comedor, se encontró con una trágica noticia, su padre había salido de casería junto con sus hermanos, pero parecía que los había sorprendido una jauría de lobos ya que ninguno de los dos había sobrevivido. Luego de los funerales, decidió huir, no le costó darse cuenta que el responsable de esas muertes había sido el. No quería hacerle daño a su madre y menos a su pequeño ángel, por eso tras una carta en la cual la llenó de promesas que sabía nunca podría cumplir, y darle una última mirada, abandonó todo, su hogar, su dicha, su fortuna.
La dicha quiso que con el tiempo volviera a encontrar a su dulce Giulia, la cual estaba casada, tuvieron una aventura de la que nació un niño, él temío que su legado maldito destruyera la vida del pequeño bastago y en vez de luchar huyo. Su cobardia llevóa a que esa dulce mujer se convirtiera en Bruja y en asesina, las tornas de la vida volvieron a girar y la reencontro, la conquistó y pensó que solo les restaba vivir felices y morir juntos luego de una larga vejes, pero Giulia no pensó lo mismo y sin que él se diera cuenta lo condenó a verla envejecer, y morir mientras él conservaba su edad, al igual que vio envejecer y morir a toda su desendencia. No la culpa, ni odia a su adorada mujer por esto sabe que el único responsable es él y que algun día logrará liberarse de esa prisión que es para él la carne y vuscar en el mas alla a su amante esposa.