Aryel

por **Aryel** Dom Ene 20, 2013 9:02 am

Aryel

I'm your goddess, judge and executor

Datos básicos

NOMBRE
Aryel
EDAD REAL
2500 años aprox.
EDAD APARENTE
33 años
RAZA:
Vampiresa/Clase Alta
ORIENTACIÓN:
Heterosexual
LUGAR DE ORIGEN:
Germania/Actual Sacro Imperio Romano-Germánico
HABILIDADES
Agilidad y reflejos sobrehumanos, sentidos aumentados, telepatía, control mental y manipulación de la memoria

Descripción Física

Aryel:

Imponente, a pesar de no pasar el metro sesenta y ocho de estatura, lo que se ve resaltado por su contextura perfectamente voluptuosa que delata su ascendencia de las antiquísimas comunidades germánicas. Solía tener una piel algo tostada que con el paso del tiempo se ha decolorado hasta otorgarle una tez relativamente normal, bastante similar a la de los humanos, que le ayudaría a pasar inadvertida de no ser porque todo lo demás en ella destaca de una forma u otra. Así como sus senos ostentosos junto a una cintura que no se queda atrás, pero ambos perfectamente proporcionados en relación al resto de su cuerpo.

Su rostro tiene unas facciones fuertes y seductoras cuando no son indiferentes, coronados por unos orbes marrones que casi llegan a parecer de un profundo negro, mismo efecto que se produce con su cabello, que solo con la luz apropiada deja de parecer de un oscuro azabache. Todo ello hace que sus labios resalten aún más, por ser carnosos y de un color naturalmente rojizo.

A pesar de ya no ser físicamente una jovencita, dada su condición vampírica es poco lo que delata la edad en que fue convertida, aunque su aire maduro es evidente a la vez que exótico. Toda en ella se conjuga para hacerla parecer altiva e inalcanzable, así que tiene derecho a serlo.

Descripción Psicológica

No siempre las cosas fueron así, pero el pasado es pasado y aquella muchacha dócil desapareció en el instante en que sus tormentos le hicieron desear su propia muerte. Pero incluso antes de que su sangre se corrompiera, especialmente en sus últimos años como humana, sus rasgos psicopáticos comenzaron a aflorar como un mecanismo de autodefensa frente a la esclavitud en la que estaba sumida. Y de no ser por ello probablemente su deseo se hubiese hecho realidad.

Le es imposible ver a las personas como algo más que meros objetos, medios para usar en vista a su propia satisfacción y que pueden ser desechados en cuanto no pudiese obtener nada más de ellos. Y si a ello se le suma su desmesurada ambición y perfeccionismo, le convierten en una persona peligrosa, una víbora silenciosa, caprichosa y sin escrúpulos que rara vez se ensucia las manos directamente porque tiende a manipular, a veces inconscientemente, a otros para que cumplan sus designios.

Posee un talento innato para averiguar las necesidades y debilidades de otros, las cuales puede usar de manera astuta para tornar las cosas a su favor, aunque su conducta egocéntrica le lleva a otorgarse ese derecho de testear a los demás y decidir sobre ellos, siendo uno de sus pasatiempos favoritos torturarlos para ver hasta qué punto se merecen sus propias vidas, actuando como dios, juez y verdugo.

Lo anterior no significa que sea enteramente fría e indiferente, de hecho es una eterna buscadora de poder y nuevos placeres, tanto carnales como intelectuales. Respecto a los primeros, Aryel es completamente heterosexual dado que sufre de una especie de misoginia, aversión por las mujeres, obviamente salvo por ella misma. Y en lo intelectual destacan su interés por la filosofía y la psicología.

Historia

Nacida en un pequeño pueblo germánico seminómada y en una época en que no existían siquiera los años, tuvo una vida relativamente tranquila y sin mayores sobresaltos, con nada que destacara lo suficiente como perder el tiempo mencionándolo ahora. Por ese tiempo solo eran ella y su madre, que se dedicaba a no más que labores campesinas, pero que les daba lo suficiente como para sobrevivir. Eso hasta que el panorama comenzó a cambiar. La tierra comenzó a hacerse poca para las reclamaciones de tantas tribus y pueblos como el suyo, así que la guerra era inevitable. Pueblos pequeños eran saqueados y conquistados por grupos más grandes, sus hombres asesinados, sus mujeres violadas, y su existencia borrada del mapa.

Así que cuando la muchacha no debía tener más de unos quince años, simplemente sucedió. Un feroz ejército galo reivindicó para sí las tierras en que su pueblo estaba pasando el invierno, adjudicándose por la fuerza los pocos bienes que tenían, y quizás más importante, su libertad. De un día a otro pasaron a convertirse en no más que unos miserables esclavos, una vida a la que no todos eran bienvenidos, ni a la que muchos sobrevivirían. Ancianos, impedidos e infantes fueron asesinados sin contemplación alguna, mientras que otros tantos fallecieron en los meses posteriores de mano de los inhumanos tratos, una de ellos fue la madre de Aryel, quien no pudo soportar las vejaciones a las que fue sometida.

Ahora, y sin nadie que la protegiera, se vio vagando sola entre miseria y desesperanza hasta que un vil y viejo general puso sus ojos en ella, pero para su mala fortuna, todos los esclavos tenían un solo dueño, el rey, y este en su avaricia no se vio dispuesto a compartir aquel botín para el que había ideado algo más lucrativo. Era bien conocido que a pesar de constituir una inminente amenaza, el naciente pueblo romano era un excelente aliado económico, por lo que no se dudaba en comerciar con ellos ¿Y qué más valioso que oro y esclavos?

En un abrir y cerrar de ojos fue vendida a un general romano, y su lozana juventud no tardó en llamar poderosamente su atención lo suficiente como para hacerla merecedora de un trato menos cruel que al resto de los suyos. Aquel hombre de piel extremadamente pálida no era un desalmado, pero era eso, un hombre y no había nada que se interpusiera entre sus impulsos y la muchacha. No hizo falta que la forzara, pues era poseedor de tal encanto que ella simplemente se dejó llevar por él hasta los extremos de lo que muchos llamarían amor.

Se convirtió su amante por varios años hasta que una oscura presencia se cernió sobre la vida de ambos para romper con la paz que merecidamente habían forjado. Aquella mujer se le metió por los ojos al general de una forma estrepitosa y brusca, por lo que no tardó en contraer nupcias con él y claro, tampoco en intentar hacer que Aryel cayera en el olvido.

Fue castigada, encerrada y maltratada hasta la saciedad, pero seguramente aquello no le era suficiente a esa mujer que ahora la degradaba a lo más bajo que podía llegar. Sin más nada fue lanzada a la barraca de los soldados para servirles de entretenimiento, lugar donde tuvo que aprender a sobrevivir de la forma más dura. Haciendo que ese mecanismo en su cabeza que controlaba su docilidad fuera sustituido por un crudo instinto de sobrevivencia, por lo que pese a las dificultades se adaptó lo suficiente como evitar ser aún más maltratada, lo que obviamente no fue del agrado de la esposa del casi desaparecido general.

Pero las cosas tienen su curso natural, y si bien pasó otros cuantos años en esa condición, todo se desmoronó cuando una pequeña semilla comenzó a crecer en su vientre. Algo que no tardó en ser usado por esa mujer como parte de una intriga para acabar definitivamente con Aryel. El veneno que salía de sus labios no tardó en generar la cólera en su esposo, haciéndole parecer que había sido traicionado por la esclava por quien aún guardaba ciertos sentimientos.

Ambos la enjaularon como si no fuese más que un animal hasta que el hombre en el ataque de ira al ver su abultado vientre la golpeó hasta casi el borde de la muerte. El resultado, obvio. Perdió a su bebé y se encontró agonizando por varios días hasta que en un acto de egoísmo y obsesión su dueño, en sus propias palabras, decidió crear un ángel para sí mismo, dándole la misma vida que él llevaba recorriendo por varios siglos. Eso no obstó que la continuara manteniendo en el más absoluto cautiverio, donde de compañía solo tenía de compañera a la ignorancia. No sabía quién, ni qué era, solo que su deseo de morir no le fue concedido aunque ella tratara de llevarlo a cabo en innumerables veces. No le quedaba más que rendirse.

Continuó siendo alimentada con los miserables que tiraban a su prisión, mientras por puro instinto comenzaba a comprender de lo que era capaz, haciendo que esa reprimida personalidad psicopática floreciera también en todo su esplendor. De a poco sacó información de los labios de su amo, el que parecía cada vez más prendado a ella, lo que le deba cierto poder sobre él. Tanto que un día llegó a ser el suficiente como para obligarle a ofrecer a su esposa como alimento. Pero Aryel no bebió de ella, la torturó y desgarró para intentar que sus ansias de venganza fueran apaciguadas. Aunque era obvio que no sería suficiente, esperó pacientemente hasta recuperar su libertad y hacerse con la influencia suficiente para controlar la fortuna de su creador. Tampoco fue suficiente. Se metió en la mente su creador hasta el extremo de volverlo un ser sin voluntad propia que no dudó en inmolarse cuando ella se lo ordenó.

Solo entonces fue realmente libre para vivir bajo sus propias normas, las cuales distaban radicalmente de las del resto del mundo. Se volvió una víbora caprichosa y ambiciosa a la que no le bastó con arruinar a incontables hombres para regresar a su natal Germania, ahora Sacro Imperio Romano-Germánico, con el poder y fortuna suficiente para mantenerse estoica y al margen de toda convulsión social y política, en una existencia visiblemente pacífica.

Le dedicó varios siglos a aprender sobre su condición y a instruirse en cuanta disciplina llamara su atención, lo que no hizo más que pulir aquel aire de superioridad que parecía darle derecho de jugar con la vida de quien se le cruzara, y solo porque se le daba la regalada gana. Y hasta ahora, solo dos personas han logrado ganarse su vida frente a ella, lo que no quiere decir que sea una decisión definitiva, porque nunca se sabe hasta dónde podría llevarla su ambición.

Otros datos

OTROS DATOS

- Extrañamente es misógina, es decir, sufre de aversión por las mujeres
- Tiende a manipular a sus víctimas para que se le entreguen o bien para que se suiciden ellas mismas, rara vez las toma por la fuerza
- Aun no parece haber superado el haber perdido a su hijo y la posibilidad siquiera de ser madre, por lo que también sufre una aversión por los infantes
- Extendió sus idiomas desde el alemán y latín, al español, francés, inglés, y un poco de ruso.
- Ha usado diversos apellidos a lo largo de su vida, actualmente en sociedad se hace llamar Aryel Cataleya Montgomery
- Los únicos que han escapado de ella son un cortesano y el actual Monarca de España

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por **Nigel Quartermane** Dom Ene 20, 2013 6:25 pm

FICHA APROBADA
Bienvenida a Victorian Vampires

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Re: Aryel