Till Landman

Nombre: Till Landman

Edad: 37

Orientación sexual: Heterosexual.

Especie: Humano/Cazador

Clase social: Alta

Lugar de origen: Alemania

Habilidad: Inventor e ingeniero excelente.

Descripción física:


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Descripción psicológica:

No hay mucha diferencia entre un vampiro y yo porqué los dos estamos muertos. Ya no puedo sentir ni amar, me limito a actuar mecánicamente, como todos esperan que lo haga; un hombre elegante, encantador, educado y cristiano de sonrisas forzadas y paciencia infinita. Lo único que me llena y le da un sentido a mi vida es dar caza a los diablos. Empezó como una venganza pero ahora se ha vuelto una necesidad, es lo que me mantiene en vida y lo que me dará la verdadera muerte algún día. No temo a la muerte, la siento más como una liberación, pero mientras dios no me la de, matare igual que lo hace un vampiro, en mi caso para saciar mi sed de venganza.


Historia:

Venganza, odio, dolor, soledad... esto es lo que soy, en lo que me convirtió dios. Un monstruo, una sombra que se mueve silenciosa entre la oscuridad y mata. El jinete oscuro, cazo en nombre de dios. Soy el más temido de Francia, tan solo dame un nombre y dinero, yo te garantizo que no volverá a ver amanecer.
Es increíble como la vida puede cambiarte en unas horas; por la mañana despiertas siendo un buen hombre; felizmente casado y por la noche te acuestas viudo sumido en la tristeza y la desesperación preguntándote por qué y sospechando que estas en un mal sueño.

Fuimos a París con mi mujer por cuestión de negocios, yo le aconseje que se quedara en Alemania temiendo que el niño que llevaba en el vientre viajar no le haría bien. Ella se entesto a venir conmigo, decía que no había nada mejor para ella y el niño que estar cerca de su padre. Entonces moría de amor y felicidad; era rico, tenía una mujer encantadora y esperamos un hijo. Pero el dinero deja de tener valor cuando pierdes lo que realmente vale. La noche antes de volver a Alemania cuando llegue al hotel encontróé a mi mujer desangrada al suelo. Aún me duele hasta el alma y me llena de rabia al recordar aquella imagen. Aquellos ojos apagados y llenos de miedo, aquel brazo estirado con la mano abierta pidiendo ayuda... Un vampiro con demasiada sed de sangre se alimento de ella y el niño, aquella criatura del diablo no tuvo ningún tipo de humanidad al acabar con sus vidas.

Desde entonces vivo en parís donde compre una mansión y empecé un nuevo trabajo, cazando para los inquisidores y la iglesia con la esperanza de encontrar, matar o haber matado el desalmado que acabo con la vida de mi familia y la mía. Perdí la fe des de entonces, ¿como un dios puede ser tan cruel y egoísta? El padre decía que era el elegido para acabar con los demonios. Pues yo digo que odio a dios, las criaturas sobrenaturales y a todo lo que me rodea, ni el dinero ni las mujeres me llenan, ya no hay nada que pueda hacer resucitar mi alma maldita.

Y vago entre las sombras noche tras noche, temblad cuando escuchéis el trotar de mi caballo pues no habrá más piedad que la que dios tubo para mi esposa e hijo.