[Libre] Night dark, rainy night

¿Que podía hacer en una noche así?, ¿mas que sentarse a leer algo o salir a buscar un poco de vida?, fijo su mirada en el ventanal cubierto de pequeñas gotitas de lluvia. Se levantó del lecho dejó el libro que estaba leyendo y miró hacia la calle, una de esas vías mas concurridas de París, pero aquella noche estaba casi desierta.

Suspiró, estaba aburrida, pensó en todas las posibilidades y la que mejor le pareció fue ir a la fabrica, tal vez pudiera hacer alguna de las nuevas fragancias, sin que se convirtieran en armas letales, sonrió de forma maliciosa - si no mejora el humor que tengo, seguro haré uno de los venenos mas potentes - , dijo mientras giraba y apoyaba su espalda desnuda por el camisón de gazas que llevaba, de un diseño muy provocativo de espaldas descubierta y pronunciado escote, el frío que transmitía el vidrio la hizo estremecer.

Pronto estuvo elegantemente ataviada, tomó una gruesa capa de color borgoña que hacía juego con el vestido de un tono mas claro, a pesar de la capa, tomó un paraguas, - la lluvia no es tan intensa y si consigo rápido un carruaje no me mojare - meditó - pero a prevenido... - sonrió mientras cerraba la puerta y bajaba las escaleras de mármol que conducían a la puerta principal, saludó con un leve inclinación de su cabeza al mayordomo, - Biago, no me espere, pasaré la noche en la fabrica - el hombre asintió con una reverencia - [color=#622ea6]tenga buenas noches señorita Borgano[/color] - a Saskia le molestaba que la tratara así, pero se daba cuenta que las costumbres en un país y otro podían variar, por ello no le contesto, solo siguió hacia el exterior donde el aire fresco y húmedo de la noche le acarició su rostro.

No le fue difícil conseguir un coche y aunque al subir tuvo que buscar rápidamente un pañuelo y cubrirlo con su perfume favorito, para así, tapar el olor algo desagradable de esos vehículos públicos, que al ser utilizados por diferentes personajes, dejaban el aroma de sus pieles, aveces, sudadas, otras excitadas y en el caso de ese cubículo, se había convertido en una desagradables sorpresa - debo conseguir un coche para manejarme cómodamente, esto es insoportable - suspiró al dejarse caer en el asiento.

A pesar de los primeros inconvenientes, el viaje en aquel carruaje hasta la fabrica parecía que iba a ser agradable, se dirigían con una buena velocidad ya que no había muchos vehículos y de pronto el cochero que gritaba, los caballos que se encabritaban un poco y ella termino en el otro extremo del asiento, desmadejada por la forma de detenerse, - pero que pasó - preguntó malhumorada al cochero, - lo siento es que el coche que iba adelante a frenado y tuve que esquivarlo - se disculpó.

Saskia refunfuño, su humor se había convertido en uno de aquellos legendarios mil demonios, sabía que no le convenía ni tocar la puerta de la fabrica con aquel sentimiento, suspiró mientras hablaba nuevamente al hombre, - pare por favor, me bajo aquí - el joven se quedó sorprendido, estaban en mitad de la nada, aunque era una arteria bastante transitada, no era la mas adecuada para que una mujer caminara sola por la calle, pero bueno, el cliente siempre tiene la razón y simplemente hizo lo que la mujer indicaba.

Cuando descendió y pagó lo que se le estaba exigiendo por el accidentado viaje, y vio como se alejaba aquel vehículo del demonio, dejó que un suspiro saliera de su pecho, sonrió, la lluvia comenzaba a mojar sus cabellos, se acomodó la capa, cubriéndose con la capucha y alisó sus faldas, buscó su paraguas y se dio cuenta que lo había abandonado en el carruaje, cerró los ojos y dijo en voz alta - ¿puede acaso irme un poco mejor esta noche? - volvió a mirar a la calle y vio dos pequeños jugando en el agua, le dio mucha ternura pero era algo que nunca había experimentado de pequeña, siempre habían sido las flores, las fragancias y ella, no tenia hermanos. Se quedó mirándolos, como hipnotizada, añorando un pasado que nunca había vivido.