Jesko Blutjäger

Nombre: Jesko
Edad: 21
Especie: Humano Cazador
Clase social: Clase alta
Orientación sexual: Bisexual
Lugar de origen: Alemania, condado de Osnabrück

Descripción física: Estatura media, cuerpo trabajado pero sin exagerar, piel morena y curtida, con algunas cicatrices de latigazos. Ojos oscuros, pelo negro corto, a veces lleva unas lentes para el sol, siempre se le verá con pipa y sombrero de copa. Viste un redingot negro y debajo una camiseta carmesí, junto con unos pantalones negros. Bajo el cuello de la camisa y también al final de las mangas, lleva una protección de metal. Ajustados a los costados lleva dos revólveres, siempre cargados -uno con balas de madera y el otro de plata- y en el interior del bastón negro -con mango de cabeza de dragón- un sable de plata, herencia familiar. Finalmente, dos dagas rematan el conjunto de cazador camuflado. Los zapatos, marrones y cómodos.

Descripción psicológica: Vividor. Amante de la buena cerveza, la compañía, los viajes, el periodo clásico -y al igual que los griegos, valora la mentira- y la mitología. Simpático, educado y simula ser despistado, carismático y extrovertido. En soledad, gusta de escribir o leer o imaginar mundos imposibles. Bajo su fachada, es desconfiado ya que sabe qué puede esconder cada máscara de mortalidad. Tiene aprecio a la vida y evitará el conflicto en todo momento, pese a sus orígenes. Le gusta hablar de poesía, alardear de sus pseudo-contactos entre los poetas y literatos de la época, e incluso farda de aparecer en cuadros o de su semejanza con modelos pintados, así como de cartearse con altos líderes políticos a los que, según él, les vende armas y cerveza. Todo mentira.

Historia: Hijo menor de los Condes de Osnabrück, familia de herencia cazadora religiosos, sin relacionarse sin embargo con los Inquisidores. Creció en el puritanismo y en el odio a las criaturas sobrenaturales, así como a los brujos y gitanos. El ambiente familiar era sobrio, oscuro y aburrido, por lo que se escapaba del castillo siempre que podía, para perderse en las callejuelas o en el bosque y llegar cubierto de barro, sangre o acompañando, cuando fue llegando a la adolescencia, periodo en el que sus "amigos" empezaron a distanciarse por sus gustos y prácticas alternativas.

Sus padres pronto vieron sus ideas libertinas y su desprecio al deber como cazador, así que lo encerraron en el castillo. Los guardias tenían la orden de encerrarlo y torturarlo si intentaba algo, cosa que al principio hizo, pero los intentos en vano se detuvieron.
Sin embargo, admitirá que su aprendizaje le gustó. Le enseñaron a cazar con disciplina, rapidez y precisión. Aprendió a pasar desapercibido entre la multitud y a llevar sus armas escondidas y a mentir sin que asomase la verdad al rostro. Como cazador, habría de ser frío y calculador, pero nunca lograron apagar su verdadera forma de ser, por lo que el día en que su hermano heredó la propiedad y le proclamó Cazador, aprovechó el banquete para huir.

Al principio jugó con su hermano al escondite, refugiándose en el mítico bosque de Teutoburgo mientras sus familiares lo buscaban, profiriendo amenazas de muerte hacia él. En vano. Se conocía el paraje como la palma de su mano. Y para alguien conocedor de la feroz batalla que allí se libró, refugiarse y vivir allí como fugitivo era ideal.

Pero con su décimo octavo cumpleaños decidió dejar su tierra para viajar por Europa, con el sueño de asentarse y formar una familia, a posteriori. Para ello, volvió al castillo, llevando con él los trofeos de sus últimas cacerías e impresionando a sus hermanos, quienes le daban por muerto o por cobarde fugado. Logró el perdón explicando sus razones y montando una disculpa sentida -mentira- así como una promesa de cambiar de hábitos y volver a la tradición familiar. Restituido, se le devolvieron las tierras heredadas y el dinero que le pertenecía por derecho. Remató el plan comprando varias cerveceras por todo el imperio, así como asociándose a una fábrica de armas, con la excusa de suplir a la familia.

Y por fin, viajó a Francia, París, donde había oído que un militar estaba iniciando campañas y donde podría extender sus negocios, ganar dinero y gastarlo en el disfrute, justificando su marcha con que el deber le llamaba.

Detalles extra:
-Si descubre a un vampiro o licántropo, no le perseguirá mientras este no se vuelva contra él o contra algo relacionado con Jesko. No es por vago, es práctico: "¿Qué ha hecho ese vampiro/licántropo? No lo sé, nadie me ha dicho nada, yo no lo he visto, ¿por qué iba a matarle entonces? Quizá por envidia física..."
-Aguanta bastante el alcohol, pero no le acaba de gustar el vino, a no ser que le inviten.
-Es rápido, sabe nadar, acostumbrado a los fríos lagos de su tierra, y trepar.
-Le pone nombres a sus posesiones más preciadas. Su bastón-sable es Lerka, sus revólveres son Sturm y Drang, su sombrero es Vitorio, con el que se le puede ver hablando en ocasiones.
-Aguanta bien las pullas, pero si se le ataca al orgullo, reacciona violentamente.

Oh, vale. Hecho.