THÉÅTRE DES VAMPIRES

Habia caminado horas completas por las calles sucias y plagadas de gente de París, el ruido ya había penetrado en sus oídos y aun que se había calmado en el exterior dentro de su cabeza el murmullo y los cascos de los caballos golpeando el suelo se repetían tortuosamente probocandole una jaqueca insoportable, no llevaba los lentes puestos si no colgados del bolsillo de su chaleco marrón desabotonado y sucio por la transpiración y el ollin, ya que ahora también le ardían los ojos, llevaba días sin dormir en una cama, si no que lo se tiraba en cualquier banco de plaza o algún alero de una casa....no podía volver, algo se lo impedía y no era Armand quien lo hacia simplemente la irritación que le provocaba saber que nunca lo convencería de entregarle lo único que realmente deseaba. Cada vez que lo hablan pasaba esto, discutían, se enfurecían y alguno de los dos desaparecía...aveces el vampiro, otras veces, como hacia una semana, Daniell mismo.
Ya ni recordaba muy bien como es que comenzaron a pelear esa vez, pero había si do distinto a otras...mas violenta...y luego mas desinteresada...ya casi ni importaba tener la ultima palabra, de ese dia había pasado un mes, no se hablaban casi, solo cuando era demasiado necesario, aunque Armand seguía llamando a la puerta de su cuarto cuando despertaba y le hacia preparar siempre las mejores comidas, pero no era lo mismo, se todo se enfrió, sus miradas, sus gestos e incluso las risas que solían compartir algunas noches se silenciaron; eso lleno el vago corazón de Daniell de pena, no quería ver triste a su "amante inmortal" y el mismo no soportaba el ahogo de ese abismo entre ellos, la tediosa rutina envolviéndolos...era tan aburrido....que simplemente decidió irse...solo un tiempo al principio, unos cuantos días solo para despejar su mente inquieta.

Tomo el dinero que creyó suficiente y una tarde salio de la casa antes que Armand despertara.No salio de París solo la recorrió en las horas que su vampiro no podría encontrarlo, evito quedarse hasta tarde en las calles, aunque podía sentir la mirada vigilante de Armand sobre el en las noches, sabia muy bien que aun de lejos lo cuidaba y que apenas estuviera cansado y sin dinero ( como otras tantas veces) iría por el.
Mas de una vez en esos días estuvo tentado de romper el pequeño frasco con la sangre de Armand que colgaba de su cuello para probar aquel delicioso y vibrante elixir, pero se contuvo, conocía el peligro de andar por allí sin protección.

Esa noche no podía conciliar el sueño, tal vez la falta de este o el exceso de alcohol se lo impedían, vagaba sin rumbo y aturdido hasta dar con la puerta trasera de un gran teatro, uno que ya había visto....-se coloco los lentes para intentar reconocerlo pero estaba muy mareado como para enfocar la vista, apretó el collar que llevaba en su cuello al sentir un palpitar en su pecho...Armand estaba mas cerca de lo que podía soportar..pero aunque quisiera alejarse no le quedaban fuerzas en su pobre cuerpo humano para hacerlo, eso lo lleno de rabia....si solo pudiera irse...ya que sabia que si lo veía solo caería en sus brazos para ser atendido como un niño.... dejaría que lo limpiara y que le hiciera recobrar las fuerzas...por que solo la caricia de ese ángel oscuro derrumbaba toda su voluntad.

Se odio por ello, golpeo con el puño la puerta de madera peri no puedo moverse mas, las piernas le temblaron perdiendo todo el sostén, cayendo de rodillas contra el suelo rugoso y duro. Las uñas sucias clavadas en la madera húmeda y los ojos rojos de sueño invadidos por las lagrimas que quemaban su piel pálida, aun estaba cociente pero solo por voluntad....no sabia cuanto mas aguantaría en esa posición, sosteniéndose con las uñas de la gran puerta del teatro...pidiendo en silencio que su Ángel negro viniera por el....

Despues de un rato de agnia solto la puerta, había logrado juntar sienta fuerza para sentarse en el frió adoquinen de la calle, recargo su espada y cabeza en la madera mohosa y las manso se le cayeron ensangrentadas por la presión ejercida en la puerta, a los costados de sus piernas tambaleantes. Su rostro estaba cortado por el viento y el sol, marcado por el alcohol barato y la falta de sueño, todo el parecía solo un residuo de lo que había sido solo unos días atrás, ahora las lagrimas corrían por sus mejillas sucias. Lloraba por tantas cosas que todas quedaban minimizadas, como si no importaran...como si fueran un simple capricho humano. Una sonrisa ironica surco sus labios esecos por unos segundos-vivir para siempre....-aveces se preguntaba si realmente lo estaba, era ahí cuando se confirmaba que tal vez esa era la única manera de que pudiera permanecer en este mundo podrido-así por lo menos podría ver si esto mejora con el tiempo...-ríe desconsolado casi al borde de la locura mientras levanta la vista al cielo estrellando tratando de imaginas como seria si realmente lo consiguiera. lentamente la conciencia se le pierde en la oscuridad, cayendo en un lago negro tan profundo como su propio miedo, pierde la fuerza en el cuello y su cabeza car aun costado sostenida por la puerta de madera.

Para él, le era difícil comprender sus sentimientos y la necedad, esa forma tan enferma que tenia él de suplicarle,de pedirle algo que él mismo no quería pensar. La inmortalidad, el había tenido trescientos años de ella, colmados de sin sabores, de dolor y tragedias que lo habían convertido en aquel ser, ese hermoso caparazón, con un alma fría incapaz de reconocer el dolor de la forma en que lo hacían los mortales.

Lo percibía, era claro, sentía el dolor de Daniel, la forma en que sufría por no obtener lo que deseaba, aun que él le había dado mas de lo que cualquier otro ser pudiera pedir, casas, carruajes, bellas ropas, comidas exquisitas, y sin embargo Daniel pedía mas, pedía algo que no podía darle y dolía dentro de sí, comprendía aquella desesperación, aun que eran por razones distintas, por que Armand lo había deseado hacia tanto tiempo, lo había suplicado, pero no era totalmente consciente de lo que era la inmortalidad, él lo había pedido por amor.

"Recuerda que todo lo que hice, fue por amor".

No podía, no quería sacar esa frase de su cabeza, las palabras de su amado maestro. Suspiro pesadamente.

Se removió en su ataúd, inquieto como cada noche al despertar, temeroso, de que en cuanto saliera y buscara a Daniel, no lo encontrara más, o si lo hacia, él estaría muerto. Cerro los ojos con fuerza, aguantando las lagrimas que escocían en sus ojos, se llevo las manos al rostro, tallando sus ojos con las palmas, tiro de sus risos, y respiro profundo una vez mas. Levanto las manos abriendo la tapa del ataúd, levantándose de una forma demasiado teatral.

Salio de la tumba, andando tranquilo por la habitación, sin quitarse aquella sensación de angustia en el pecho. Dio una vuelta antes de volver al armario, tomando un nuevo cambio de ropa, pantalones negros, camisa granate, chaleco en el mismo tono que el pantalón, la chaqueta larga hasta los muslos en color negro de terciopelo y bordados en oro con piedritas de color rojo. Un cambio rápido y una mirada igual de rápida al espejo. Subió las escaleras hasta la parte superior del teatro, demasiado temprano para ver gente dentro, pero los trabajadores humanos ya estaban dentro, preparando todo.

Siguió a paso lento, inspeccionando, buscando, sin saber que y donde, simplemente, sabiendo que la sensación en su pecho se acrecentaba, era como una obstrucción en los pulmones, algo que le impedía respirar, aun que le era innecesario. Cerro los ojos, parado en el pasillo principal del teatro, apretando su mano que se sostenía de una butaca, haciendo crujir la madera. Daniel.

Sabia que era él la razón de aquel sentimiento, de aquella angustia, y se movió a prisa, caminando casi tropezando con la alfombra mal acomodada, hasta llegar a la puerta. Abrió, casi arrancando la puerta de los goznes, casi cae de bruces al salir y encontrarlo. Daniel, su Daniel tirado en medio de la calle, herido, demacrado y cansado.

-Daniel - mascullo, hincandose a su lado, tomándolo por el rostro, buscando cualquier indicio, cualquier cosa que le indicara que alguien le había hecho algo. Nada, simplemente estaba igual que siempre, cada que él se alejaba de su lado, muerto de hambre y cansado. Lo ayudo a ponerse de pie, arrastrando con su peso hasta la guarida, bajo el teatro, dejándolo sobre su cama, sin perder aquella sensación de angustia -. Eres un idiota, Daniel.

Siseo, tomo una palangana con agua tibia, un paño y comenzó a limpiarle, con la delicadeza con la que se tratan las cosas caras y fagiles.

Un leve rumor de pasos torpes y apurados llego a sus oídos aturdidos, aun en la inconsciencia total podía escuchar voces y carros...aunque solo eran recuerdos de esa misma tarde, aun así un golpeteo distinto al otros se hacia presente pero seguramente era producto de un sueño..solo eso...nada mas que un sueño distinto.
El soporte que mantenía su cabeza desapareció en un instante y aunque la sensación de caída lo asusto no pudo abrir los ojos, pronto el tacto frió llego a su rostro creyó que era la calle de adoquines mojados. Su nombre reconoció que alguien lo decía pero no estaba seguro quien o si era real. Todo a su alrededor era negro, solo unas manos blancas y suaves parecian iluminadas, sostenían su rostro maltrecho, lo acariciaban en busca de algo, intento hablar, pronunciar otro nombre...era imposible solo sonaba en su mente, fuera de ella nada había...el mundo exterior había desaparecido para el.

No supo que mas paso después de esa breve luz de conciencia, solo había sensaciones, agua, una tela suave sobre su rostro y bajo el, el cuidado de su ángel seguramente. Se removió en la cama frunciendo el senio, tenia sed....la garganta le ardía y los labios se le quebraban como hojas secas. Su mano busco la de Armand a tientas hasta hallarla sobre sus mejillas, apretó suavemente, aunque sabia que no podía hacerle daño, esa piel tan suave era mas dura de lo que parecía, como todo Armand quien lucia como un pequeño niño lleno de inocencia...que no poseía.

Sus labios temblaron quería decir su nombre pero lo único que salio de ellos fue:-agua....-corrió el rostro a un costado entreabriendo los ojos cansados y ardidos por el alcohol, pudo distinguir el rostro angelical de su vampiro y una sonrisa minúscula se apodero de sus labios rotos, mientras la mano temblorosa se atrevía a tocarlo manchandolo con tierra y sangre-no pongas esa cara de tristeza ...-le pidió con un hilo de voz quebrada, arrancada de su garganta raspada, volvió a dejar caer la mano sobre su pecho cerrando los ojos y los labios, la conciencia era algo que iba y venia...como en todos esos días había sido....tan errante como el mismo..eso era realmente una ironía.

Ahora todo parecía tan lejano, como si un par de días atrás no hubieran existo para el, solo con la caricia de su ángel podía descansar en paz, era realmente extraño, lo odiaba por negarle aquello que tanto deseaba pero aun así lo amaba, no podía saber si eso era por su condición o por que si realmente todos los años de convivencia juntos habían logrado que naciera dentro de el un cariño genuino...aunque no importaba realmente...ya ni siquiera la discucson que tuvieron hacia un mes importaba realmente....poco a poco su conciencia volvía mas clara e insistente...pudo abrir los ojos, reconocerse en una cama junto con Armand quien limpia su cuerpo con un paño de agua tibia...una cálida sensación sobre su piel fría por el sudor anejado.
Ahora podía sentir el cuerpo cansado adolorido por las caminatas y la bebida descontrolada....tenia un moretón en el costado de su muslo...no se había percatado de el hasta ahora....¿hacia cuando que se lo había hecho?....y como?...no recordaba ninguna pelea... así que debió caerse...o golpearse contra algo....se rasco los cabellos sucios y pegados, se dio asco a si mismo por tener ese aspecto y estar descansado en una cama.
Intento incorporarse, aunque sea sentarse pero el peso de su propia cabeza lo devolvió a la cama, el dolor era insoportable, la jaqueca ataladraba su cerebro como si intentaran abrirlo de par en para, apretó los ojos-maldición....-murmuro olvidase de que Armand estaba junto a el, golpeo con fuerza el colchon debajo de el, las lagrimas corrían por su rostro barriendo la suciedad pegada en el y de sus labios desgarrados se desprendían apenas audibles palabras e insultos desilachados

Apretó los labios, evitando derramar esas lagrimas que pugnaban por salir, no le gustaban, no le gustaba el hecho de que su rostro se manchara de sangre, lo hacia sentirse peor de lo que se sentía en ese instante, el ver desvalido a Daniel, con el cuerpo mancillado en aquellos actos de autodestrucción a los que se dedicaba tan arduamente cada que discutían, cada que el se iba.

Limpio el rostro, la suciedad y las lagrimas, se acerco a los labios rotos de su "amante mortal", besándolos, dejando en su boca unas cuantas gotas de su inmaculada sangre, solo para obligarlo a descansar, a que estuviera quieto mientras se encargaba de lavarlo y cambiar sus ropas sucias y mal olientes.

Arranco aquellos harapos del cuerpo humano, usando mas paños y nueva agua cristalina para limpiarlo, con toda la paciencia de una enfermera, buscando entre las ropas, algo limpio y fresco, algo que fuera digno de la belleza de Daniel. Suspiro cansado, cuando termino el trabajo, tirando las ropas a la chimenea, incendiándolas, pues la suciedad era algo que le recordaba a esos años que había pasado bajo las catacumbas de Les Inocents. Volvió a la cama, recostándose a un lado de Daniel, pasando su delgado brazo por su pecho, cerrando los ojos exhausto, después de tantos días de angustia, al fin podía descansar en paz, teniéndolo ahí, cerca de el.

Saboreo las gotas de sangre metálica que cayeron en sus labios, supuso que Armand había apoyados su boca en la propia llenándolo de esa cálida sensación..como si tomara un vaso de whisky, sonrió una vez que el ardor de su garganta se calmo mientras sus ojos se forzaban para abrirse e intentar enfocar algo mas que solo el rostro de Armand, mas era imposible este resplandecía en la negrura de la habitación, tan blanco pero para nada fantasmal...sino el rostro mas bello que había visto...con grandes y definidos ojos pardos que mantenían un brillo casi humano.

Noto como arrancaba sin cuidado las ropas...o mejor dicho, el resto de las ropas que había usado esa semana...machadas de tierra y sudor..arrugadas y maltrechas, el agua corrió ahora por su cuerpo entumecido, se sentía realmente bien ser limpiado por esas manos tan delicadas, volvió a sonreír pero no se levanto ni aparto los ojos de Armand quien parecía tan preocupado.

Se dejo vestir con unas vestiduras tan finas como las de un rey...tal vez demasiado para un simple humano borracho y sucio como el...pero aun así se dejo...como un muñeco de porcelana es vestido por una niña, luego la caricia de los rulos del vampiro chocaron con su rostro, inhalo el perfume del joven y tomo la mano que ahora reposaba en su pecho-Armand....me perdonarías?-le pregunta con una voz apenas audible al tiempo que acracia sus cabellos rijosos-de seguro que te he preocupado mucho...no?-sonrió con melancolía esperando que respondiera algo.

El silencio comenzó a envolverlos lentamente, sentía la angustia de Armand, tal vez esas gotas de sangre eran las causantes de que pudiera notarlo, pero ahora ya había pasado...estaban juntos nuevamente, tirados en el mismo lecho.... había extrañado esto...si no podía negarlo...le encantaba acostarse junto a su pequeño ángel, acariciar sus cabellos y besar sus labios...sus labios...-se mordió los propios mirándolo de reojo, tenia los ojos cerrados , pestañas tan largas...extendió una mano para tocarlas con mucho cuidado...luego acaricio sus labios tan suaves....deseo su sabor...su textura.....tomo con firmeza el rostro ajeno pero sin ser hiriente -Armand...-susurro acomodándose para poder besarle profundamente pero con ternura...si se sentía tan bien como antes...eso no había cambiado nada....lo amaba mas de lo que el mismo podía tolerar....no espero respuesta alguna de su compañero sino que lo abraza fuertemente apretándolo contra el para poder besarle aun mas...con mas ganas...

"Cállate".

Quiso gritarle, azotarlo por haber desaparecido tantos días, por mantenerlo en aquel estado de angustia permanente en que se imbuía cada que Daniel desaparecía. Cerro los ojos, sin decir palabra, mordiéndose la lengua para evitar hablar y herirlo mas de lo que ya sabia, estaba.

Una respiración profunda, pudo escuchar el corazón de Daniel bombear a marcha lenta, y como el ritmo iba cambiando a ser mas rápido, el movimiento de sus manos, era lánguido, como larvas enredándose en sus cabellos. Cerro los ojos nuevamente, sintiendo la pesada mirada de Daniel en el, ronroneo ante las caricias, siguiendo el movimiento de su amante, siendo aplastado por su débil cuerpo, sus labios apresados por los ajenos, los besos torpes y ebrios que le daba, deseosos, de él, de amor, de atención.

Levanto sus brazos para rodearlo, para pegarse a él, correspondiendo al gesto, jadeando sobre aquella boca ávida, jugando al mismo juego de poder con sus lenguas, dejando rastros de humedad tras de los besos ardientes.

Ahora no podía evitar sonrerir, estaba correspondiendo sus besos con las mismas pasiones que antes de irse...nada había cambiado, o eso parecía. Lo apretó mas contra el recorriendo con una mano toda su espada lentamente para poder cubrir cada rincón de esa superficie, devoro sus labios y su lengua como si nunca mas pudiera hacerlo..tan frió peor a la vez tan cálido al sentir el jadeo húmedo en su rostro..se estaban destrozando mutuamente...lo sabia....tanto Armand como el estaban hiriéndose para hacer feliz al otro...

Se separa de su boca lamiendo rápidamente los restos de humedad producidos, sonríe acariciando su rostro, sus mejillas, sus ojos-Te amo...-le dijo en un susurro-dime algo por favor....-le pidió en tono de suplica sin soltar su abrazo con la otra mano.

No supo cuantos minutos se quedo mirándolo embobado con su belleza, pero luego beso su mejilla y se incorporo en la cama apoyando su espada en la pared, se corrió los cabellos hacia atrás con los dedos. Todo estaba mas limpio peor sentía su corazón tan sucio.cada vez que lo dejaba se sentía igual al verlo de nuevo..por eso quería evitar verlo pero eso era imposible...lo quería demasiado...lo necesitaba. Sonrió para si mismo bajando la mirada y buscando sus lentes con la mano pero no los hallar, así que simplemente clavo sus inquietos ojos violetas en Armand esperando algún tipo de respuesta.

El silencio, era cruel y debía aceptarlo, era cruel al no tener respuestas para Daniel, respuestas coherentes, que no le hirieran, pero el no sabia hacer las cosas de otra forma, sabia que si hablaba, si pronunciaba alguna otra palabra que no fuese su nombre, seria como clavarle una estaca en el corazón, mucho mas doloroso aun.

Suspiro, sintiendo aun el cosquilleo en sus labios, y el sabor a alcohol rancio de la boca de Daniel, se levanto, en cuanto el lo hizo, guardando silencio, poniéndose de pie y se movió, buscando las gafas de su compañero, de su humano. Tomo los lentes del buro, entregándoselos, en total silencio.

Se alejo de la cama, de estar cerca de Daniel, conteniéndose, conteniendo las ganas de gritarle, de zarandearle, de decirle todo lo que le dolía su actitud, el ver como se destruía de a poco, solo por un capricho que no podía, no quería cumplirle.

Se sentó en su sillón, frente a la chimenea, dejando que las sombras se tragaran la expresión de dolor en su rostro, y el fuego jugara con el brillo de sus rojos cabellos.

Las llamas de la chimenea iluminaban a medias y con poco constancia la habitación donde estaban, el silencio en cambio era constante, los llenaba a ambos por completo, Daniell sabia muy bien que Armand estaba herido de una forma casi inimaginable, que por ello no le respondía a sus palabras ya que seguramente solo quería gritarle, insultarlo, exigirle explicaciones de por que se hacia esto..por que desparecía como lo hacia...pero ambos entiendan que no había respuestas para ello.

Suspiro agradeciendo con una sonrisa que le alcanzara los lentes, acaricio los dedos delgados de Armand como si fueran un sueño difícil de creer, luego se coloco los lentes, volviendo a frotar su frente. Llevo los ajos cansados a Armand quien ahora estaba parado al lado de la cama, lo siguió con la mirada hasta el sofá-dime...dime lo que sientes...dime lo que quieras lo escuchare...-se siento en el borde de la cama apoyando sus codos en las rodillas y la cabeza en las manos suspirando nuevamente con pesadez.

Estuvo así un rato, sin decir palabra solo pensado en que hacer para compensar lo que había hecho...pero al levantar la mirada se perdió en el esplendido cuadro frente suyo, sonrió nuevamente acercándose a el agachándose frente a el. Apoyo la cabeza en las piernas de Armand-no tienes que preocuparte....yo siempre voy a volver con tigo...aun que me falte vida para ello buscare la forma...-recorrió las piernas ajenas con las manos apretándolas ligeramente solo paras sentir su cuerpo contra el suyo.

Se quedo así en silencio empernado que le dijera algo...o por lo menos escuchar sus labios reprimirse, quería que le acariciara los cabellos que le susurre que también lo quería...pero que no debía hacer mas lo que hacia....incluso quería que lo regañe...que le grite un poco...y no verlo allí consumido por la pena y las sombras del fuego...ese...ese Armand inmóvil casi como un muñeco de porcelana lo atemorizaba..lo dejaba inseguro e inquieto

Se mordió los labios y la lengua, apretó los puños de sus manos al sentirlo ahí, así, a sus pies, como un perro fiel. Sintió la sangre en su propia boca, y como de a poco su frialdad se consumía con el fuego que Daniel le hacia sentir siempre que estaba cerca.

Trago su propia sangre y saliva, saco la lengua aun herida para lamer sus labios que sentía resecos, como si realmente necesitara beber un poco de agua fresca o vino tinto para saciar su sed, una sed que sabia podía exterminar con solo levantar el rostro de Daniel y clavar en ellos sus afilados colmillos, beber su sangre hasta consumir su vida y con ello el dolor que le provocaba, dejarlo vacío... dejarlos.. Por que sabia que si Daniel moría, él se quedaría totalmente solo en el mundo.

Levanto una mano, posandola en los cenizos cabellos, acariciándolo como si realmente se tratara de una mascota, un gato quizás, un gato que no sabia permanecer en casa mas de unos cuantos días antes de aventurarse al mundo, y siempre regresaba mal trecho y herido. Entonces, se pregunto a si mismo, ¿Su Maestro sintió alguna vez este tipo de angustia? Seguro que sí, seguramente algo peor, o menor, no sabia con exactitud, probablemente menor, pues no había ido a buscarlo cuando lo necesitaba, y la pena que eso le producía poco a poco se convirtió en rabia, ¿Por que lo había abandonado? ¿O su amor jamas había sido lo suficientemente fuerte, como él le había dicho?

Apretó los ojos una vez mas, y suspiro largamente, recogiendo el aire que no necesitaba.

-"Recuerda que fue por amor" -pronunciaron sus labios aquellas mismas frase que su maestro le había dicho.... "Por amor".

Sonrió con las caricias en sus cabellos moviendo un poco la cabeza y apoyando las manos en el suelo y cerrando los ojos violetas..de alguna manera podía sentir el dolor de Armand, el dolor que no expresaba en palabras sino en el cuerpo tenso.
Lo miro desde abajo con una sonrisa mientras se relamía los labios, eso era sangre?, seguramente se mordió a si mismo...por que nunca antes había visto sangre de una victima de Armand en sus labios.

El suspiro ajeno lo hizo levantar la cabeza tomando con ambas manos el rostro pequeño del ángel, apoyo su frente en la contraria, escuchando sus palabras-acoso me dices eso a mi?-le pregunta en tono irónico conociendo la respuesta-o simplemente la recuerdas?...-agrego besando su frente y sus labios castamente.

Después de un rato se separo de el, levantándose del suelo para caminar a la puerta de la habitación apoyándose en esta-cuando llegue aquí no podía reconocer el lugar.... tampoco se como llegue...-llevo los ojos inquietos por cada rincón que el fuego le permitiera ver-el teatro...creo que es la primera vez que vengo a este...-clavo los ojos en Armand-me dejaras ver el espectáculo querido?-le pregunto desafiante cruzando los brazos.

Siguio con la mirada cada movimiento de su amante, los languidos movimientos de su cuerpo, el calor que emanaba de el le daba un halo de divinidad, o algo parecido, para él, Daniel era mas que el simple mortal del cual se había encaprichado en un principio, era mas de lo que habia llegado a imaginar o desear, el era su sustento, no solo de sangre, por que el no necesitaba de su sangre para vivir, mas bien, necesitaba de él para poder vivir.

Con todos sus caprichos, sus errores y marcas, sus malas manias, lo amaba, lo deseaba, lo queria para él y sin embargo siempre tenia presente aquella controvercial pregunta en su cabeza, la batalla entre arrastrarlo a su mundo,mas de lo que ya habia hecho, como el romper todas las reglas de los Vampiros que el alguna vez siguio fervientemente, y mas que nada, romper su propio voto: "No transformar a nadie". No con su sangre.

Se llevo una mano a la frente y se puso de pie, andando con esa fantasmal forma de andar hasta quedar frente a Daniel, a un palmo de distancia, impidiendole salir.

-Hoy no... mañana - murmuro, mirandolo fijo a los ojos - Por hoy la función ha terminado, y no hay nada que puedas ver... Mañana, iras conmigo.

siguió con los ojos violetas los ojos pardos de Daniel que lo miraban todo el tiempo, siguiendo cada movimiento que hacia, sonrió levemente, podía adivinar lo que Armand pensaba...o eso creía....realmente amaba a esa criatura inmortal de grandes ojos y tez perfecta, tan suave y dura a la vez, pensaba que le gustaría acompañarlo por siempre...quedarse con el para toda la eternidad, se detuvo un segundo en sus cavilaciones...¿acaso Armand estaba leyendo sus pensamientos?. Bajo la mirada al suelo, sus largas pestañas tocaban sus mejillas aun pálidas por la falta de alimento y el sueño...se miro las manos delgadas...tan frágiles....¿que podía hacer con ellas?, cerro el puño molesto sabia que no podía hacer nada por Armand...que solo era un objeto mas de colección que le interesaba....se tapo los ojos con las manos..por ellos...por su color, su color violeta... sacudió los cabellos.

bajo las manos rendidas a cada lado de su cuerpo, las fregó contra su pantalón para calentarlas, sonrió con pena buscando a Armand con los ojos, ahora lo tenia enfrente suyo....no se había dado cuenta, tan rápido y silencioso se acerco a el, este le dijo que esa noche ya no había presentaciones así que se encogió de hombros diciendo resignado y aun con la sonrisa-es una pena...realmente quería verlo...-puso las manos en los hombros de su compañero.

Suspiro pesadamente-eres tan bello....es injusto...-lo tomo de la cintura para pegarlo a el y poder besarle con ganas y pasión recorriendo con una mano su espalda y con la otra tomar su mentón haciéndolo caminar para atrás hasta chocar con la cama, se separo de su rostro unos momentos-te amo...-le dijo mordiendo levemente su cuello. Lo sentó en la cama acostandolo y poniéndose sobre el

-te extrañe....te extrañe tanto Armand....-murmuro cerca de su oído mordiéndolo con ternura y llevando la otra mano por su pecho para abrir su ropa y tocas su piel-esta valida....te alimentaste hace poco no?-pregunto lamiendo sus labios y luego besarlos fugazmente.

Cerro los ojos dejándose arrastrar, sintiendo el calor de Daniel, su aroma masculino mezclado con el alcohol resegado en su boca, le producía cierto asco, el aroma del alcohol, algo a lo que no estaba acostumbrado, sin embargo, su aroma personal, su esencia era exquisita y embriagadora.

Jadeo un poco, al sentir esas tibias manos en su cuerpo, arqueándose ligeramente, tratando de contener sus ganas, las ganas de tomarlo, de beber su sangre, de vaciarlo y dejar solo el hermoso cascaron que era, sin embargo, permanecía recostado, solo moviéndose ligeramente ante los estímulos sexuales de su amante mortal.

beso su cuello pálido, luego su pecho..mientras su mano bajaba poco a poco por todo su torso. Armand no decía ni una palabra, tan solo se movía apenas por las caricias que le repartía junto con los besos de sus labios lastimados, Al rato la mano llego a su entrepierna y tan solo la agarro casi sin hacer fuerza, levanta la mirada-Armand...-clavo sus propias uñas en su cuello haciéndolo sangrar-quieres?-le pregunto burlón manchando sus dedos con su sangre y pasándolos, luego por los fríos labios de su amante. Rió gravemente apoyando el cuerpo sobre el del vampiro friccionando un poco para que ambos disfruten.

se separa un poco de su rostro pero aun manteniendo los dedos ensangrentados en los labios ajenos, la sangre de su cuello resbalaba por la piel pálida y caí al pecho de Armand viscosa y brillante...apenas parecía roja por la poca luz que recibía del fuego lejano. Seguramente Armand estaba muy enojado por lo que había hecho, peor también seguramente no podía resistirse a eso...a que la misma sangre de un mortal lo manchara..no sabia si le producía asco o placer...pero algo le producía...de eso seguro

-y que me dices?? vas a tomar?...-acracia su mejilla manchando la un poco y luego volvió a besarle con ganas sintiendo como sus cuerpo volvían a rozare.

Cerro los ojos, sintiendo el rosar de su cuerpo contra el propio, el calor que emanaba lo dejaba sin defensas. Levanto la mirada cuando percibió el aroma de la sangre de Daniel, abriendo los ojos mas grandes, jadeando, sintiendo el sabor metálico en sus labios, de los dedos de Daniel que había puesto sobre ellos.

-Daniel - siseo, observando la sangre correr de la herida por su piel blanca y algo maltratada. Comenzó a salivar y apretó los labios y dientes, en un vano intento de controlar el impulso, sin embargo, estaba presente y se abalanzaba de forma inconsciente, como un animal hambriento desde sus entrañas que lo obligaba a actuar, instinto puro, sed y lujuria de sangre.

Gruño como un animal en celo, rodeando el cuello de Daniel con sus núbiles brazos, sacando la lengua para lamer la herida y posteriormente clavar sus colmillos en la blanca piel humana.

siento que bajo de el el cuerpo de Armand se tensaba notoriamente por el olor de la sangre que poco a poco invadía la pequeña habitación en penumbras. Sonrió casi imperceptiblemente ante aquella reacción contraria pero solo se quedo esperando en silencio que el hiciera algún movimiento...cual fuera ese...de rechazo o de aceptación.

Al oír su nombre cerro los ojos, el placer de oírlo tan desesperado y deseoso lo excitaba mas de lo que pensaba. Se dejo caer en la cama cuando Armand se abalanzo hacia el como un animal salvaje lo haría con su presa, rodeo el cuerpo de este con sus brazos apenas estuvieron acostados de nuevo.

La lengua ajena raspo su piel, así que se preparo mental mente para lo que sabia, seguiría , apretó un poco mas el cuerpo que estaba sobre el y llevo una mano a sus en rulados cabellos rojizos que a pesar de la negrura que los rodeaban brillaban intensamente por las chispas de luz que emitía el fuego, luego lo invadió el dolor. Un dolor punzante pero solo suspiro pronto seria tan solo placer...y así fue, la mordida dejo de doler y el cuerpo de Armand empezó asentirse cálido, mientras el se perdía en su propiamente, no sabia bien si lo que veía durante esos momentos eran solo los contenidos de la mente de Armand o solo los suyos...o tal vez ambos mezclados.

Todo se volvía tan confuso, solo pudo mover un poco su pierna buscando acariciar a Armand en su parte baja. pero no podía hacer mucho mas que eso...el también se sentía cálido..pero mas que nada confundido y excitado.. quería saber hasta donde llegaría Armand esta vez...

No supo en que momento se movió, lo suficiente para quedar sentado sobre el, sosteniéndolo por los hombros, la boca pegada a la herida bebiendo ávidamente la roja y caliente sangre, solo hasta que sintió el tirón en sus cabellos y el rose de su pierna contra su cuerpo.

Se separo de la herida, lamiéndola para sellarla, se estremeció al sentir ese calor recorriendo sus venas, calentándolo. Un suspiro escapo de sus labios, en un gesto total de sensualidad al tiempo que lamia la sangre que permanecía en sus labios.

Abrió los ojos al sentir la mirada de Daniell y sonrió.

-¿Te hice daño? -pregunto parpadeando un par de veces.

Noto que lo sentaba tomándolo de los hombros, ya no podía percibir la frialdad de Armand, solo un cálido toque en su piel....como si los dos fueran humanos....como si nada los separara. Sintió los ojos violetas llenarse de lagrimas y apenas Armand lo soltó se abrazo a el como si la vida misma se le fuera en ello.

Escucho la pregunta y negó con la cabeza pero no soltó palabra alguna solo se quedo abrazado el conteniendo las lagrimas, si solo pudiera estar así para siempre....sin que nada ni nadie pudiera separarlos. Un suspiro angustiado se escapo de sus labios. Se perdió en sus propios pensamientos, en fantasías irrealizables....ya no le importaba si el vampiro a su lado podía leerlos.... prefería que se sepa todo de el y que dejara de dudar...de pensar que si se convertía lo dejaría para siempre....eso, sintió sus lagrimas resbalar por su piel

-Nunca Armand....nunca te dejaría...dame la capacidad de hacerlo...de poder estar contigo siempre....por favor....-le pidió con agonía abrazándolo mas fuerte, sabia perfectamente la respuesta del otro....se negaría como siempre... diría que no sabia lo que pedía, que eso no era lo que realmente quería, que si lo hacia rompería su promesa...ea maldita promesa.

Se separa de el, las palabras que siempre su angel repetía ahora las murmuraba el-lo hice por amor....bueno....yo lo pido desde el amor...-levanto la mirada por unos segundos llevando la mano a su frente, que tan patético podía verse?....una risa irónica salio de sus labios-por que yo no puedo?...por que no crees que también te lo pido con amor...?....tu me buscaste me perseguiste...y lograste tenerme...por que no puedes darme lo que realmente quiero...-murmuro amargamente bajando la mano a la suave mano de Armand

Lo estrecho fuerte, sintiendo los brazos calidos que lo obligaban a apretarse contra el cuerpo ajeno, el aroma a sangre aun fluia entre ambos, el deseo y los pensamientos de Daniell, eran simplemente perturbadores, era algo que el no deseaba y que Daniel jamas se casaria de pedirle, incluso, podia imaginarlo pidiendole aquello a lo que se habia negado hasta el fin de sus dias, en su ultimo suspiro.

-Se que me amas - murmuro con esa voz de baritono, pasando sus manos por el cabello de su amante, tomando su rostro entre sus manos, besando sus ojos, sus hermosos ojos violeta y luego sus labios, un toque ligero antes de separarse, de ponerse de pie y acercarse a la mesa que estaba en su habitacion, tomando agua de la jarra de cristal, sirviendola en un vaso, tomo u frasco color ambar y dejo caer unas cuantas gotas del contenido en el agua, revolviendolo todo y regresar hacia la cama, extendiendo su palida mano.

-Bebe - ordeno, setandose en la orilla - Ahora necesitas descasar, mañana hablaremos... Mañana te llevare a ver la obra.