THÉÅTRE DES VAMPIRES

Recuerdo del primer mensaje :

Habia caminado horas completas por las calles sucias y plagadas de gente de París, el ruido ya había penetrado en sus oídos y aun que se había calmado en el exterior dentro de su cabeza el murmullo y los cascos de los caballos golpeando el suelo se repetían tortuosamente probocandole una jaqueca insoportable, no llevaba los lentes puestos si no colgados del bolsillo de su chaleco marrón desabotonado y sucio por la transpiración y el ollin, ya que ahora también le ardían los ojos, llevaba días sin dormir en una cama, si no que lo se tiraba en cualquier banco de plaza o algún alero de una casa....no podía volver, algo se lo impedía y no era Armand quien lo hacia simplemente la irritación que le provocaba saber que nunca lo convencería de entregarle lo único que realmente deseaba. Cada vez que lo hablan pasaba esto, discutían, se enfurecían y alguno de los dos desaparecía...aveces el vampiro, otras veces, como hacia una semana, Daniell mismo.
Ya ni recordaba muy bien como es que comenzaron a pelear esa vez, pero había si do distinto a otras...mas violenta...y luego mas desinteresada...ya casi ni importaba tener la ultima palabra, de ese dia había pasado un mes, no se hablaban casi, solo cuando era demasiado necesario, aunque Armand seguía llamando a la puerta de su cuarto cuando despertaba y le hacia preparar siempre las mejores comidas, pero no era lo mismo, se todo se enfrió, sus miradas, sus gestos e incluso las risas que solían compartir algunas noches se silenciaron; eso lleno el vago corazón de Daniell de pena, no quería ver triste a su "amante inmortal" y el mismo no soportaba el ahogo de ese abismo entre ellos, la tediosa rutina envolviéndolos...era tan aburrido....que simplemente decidió irse...solo un tiempo al principio, unos cuantos días solo para despejar su mente inquieta.

Tomo el dinero que creyó suficiente y una tarde salio de la casa antes que Armand despertara.No salio de París solo la recorrió en las horas que su vampiro no podría encontrarlo, evito quedarse hasta tarde en las calles, aunque podía sentir la mirada vigilante de Armand sobre el en las noches, sabia muy bien que aun de lejos lo cuidaba y que apenas estuviera cansado y sin dinero ( como otras tantas veces) iría por el.
Mas de una vez en esos días estuvo tentado de romper el pequeño frasco con la sangre de Armand que colgaba de su cuello para probar aquel delicioso y vibrante elixir, pero se contuvo, conocía el peligro de andar por allí sin protección.

Esa noche no podía conciliar el sueño, tal vez la falta de este o el exceso de alcohol se lo impedían, vagaba sin rumbo y aturdido hasta dar con la puerta trasera de un gran teatro, uno que ya había visto....-se coloco los lentes para intentar reconocerlo pero estaba muy mareado como para enfocar la vista, apretó el collar que llevaba en su cuello al sentir un palpitar en su pecho...Armand estaba mas cerca de lo que podía soportar..pero aunque quisiera alejarse no le quedaban fuerzas en su pobre cuerpo humano para hacerlo, eso lo lleno de rabia....si solo pudiera irse...ya que sabia que si lo veía solo caería en sus brazos para ser atendido como un niño.... dejaría que lo limpiara y que le hiciera recobrar las fuerzas...por que solo la caricia de ese ángel oscuro derrumbaba toda su voluntad.

Se odio por ello, golpeo con el puño la puerta de madera peri no puedo moverse mas, las piernas le temblaron perdiendo todo el sostén, cayendo de rodillas contra el suelo rugoso y duro. Las uñas sucias clavadas en la madera húmeda y los ojos rojos de sueño invadidos por las lagrimas que quemaban su piel pálida, aun estaba cociente pero solo por voluntad....no sabia cuanto mas aguantaría en esa posición, sosteniéndose con las uñas de la gran puerta del teatro...pidiendo en silencio que su Ángel negro viniera por el....

Despues de un rato de agnia solto la puerta, había logrado juntar sienta fuerza para sentarse en el frió adoquinen de la calle, recargo su espada y cabeza en la madera mohosa y las manso se le cayeron ensangrentadas por la presión ejercida en la puerta, a los costados de sus piernas tambaleantes. Su rostro estaba cortado por el viento y el sol, marcado por el alcohol barato y la falta de sueño, todo el parecía solo un residuo de lo que había sido solo unos días atrás, ahora las lagrimas corrían por sus mejillas sucias. Lloraba por tantas cosas que todas quedaban minimizadas, como si no importaran...como si fueran un simple capricho humano. Una sonrisa ironica surco sus labios esecos por unos segundos-vivir para siempre....-aveces se preguntaba si realmente lo estaba, era ahí cuando se confirmaba que tal vez esa era la única manera de que pudiera permanecer en este mundo podrido-así por lo menos podría ver si esto mejora con el tiempo...-ríe desconsolado casi al borde de la locura mientras levanta la vista al cielo estrellando tratando de imaginas como seria si realmente lo consiguiera. lentamente la conciencia se le pierde en la oscuridad, cayendo en un lago negro tan profundo como su propio miedo, pierde la fuerza en el cuello y su cabeza car aun costado sostenida por la puerta de madera.

siento los fríos miembros de Armand abrazarlo, un sutil escalofrió lo recorrió en ese momento mientras baja la mirada apoyando la cabeza en las piernas de su ángel, ese ángel negro y fugaz que de un momento a otro desaparecería de su vida sin dejar mas que una herida en su alma condenada. Escucho la respuesta de Armand a sus palabras, una respuesta corta y simple...pero llena de una amargura que sabia bien el estaba creando al pedirle aquello que no podía darle....

Dejo que lo tomara del rostro, acaricio las manso que lo sujetaban tan suaves y frías como el razo de los vestidos de las mujeres, sintió los labios tersos sobre sus pestañas luego sobre sus labios; intento retenerlo pero se le escapo antes de poder hacerlo, lo dejo ir observando sus delicados movimientos. siguió las gotas ámbares y luego se sentó al lado de Armand

-que es esto?...acoso piensas dormirme?-le pregunto mirando el vaso con desconfianza y luego al querubin a su lado que le ordenaba beber y descansar-no soy un niño...no necesito una recompenza...-le dijo molesto al oirlo

-No me obligues a hacerte beber esto - dijo mirandolo con esos ojos ambar, con esa expresion de estar sufriendo todo aquello, queria que simplemente Daniel entendiera un poco, solo un poco toda la amargura que por siglos guardaba en su corazon, que era esa su razo principal para no darle lo que el tanto suplicaba, no queria condenarlo a esa amargura, a ese dolor, a la locura de vivir siglos enteros separado de lo que mas habia amado y anhelado como mortal.

-Por favor, Daniel - pidio, aun sosteniendo el vaso frente a el, aguardando pasientemente, cansado, con mas ganas de echarse en su ataud y simplemete olvidarse del mundo, que seguir ahi, aguardando una pelea que no tenia conclusion... como siempre.

ambos estaban cansados, derrotados por las discusiones y los malos entendidos, todo se estaba volviendo tedioso para ells. se verian envueltos nuevamente en. una pelea sin fin y sin sentido, alguno de ellos teeminaria llendose, pero el no seria estaba demaciado cansado aun para soportarlo.

tomo el vaso y bebio, asqueado miro aArmand -que era?-le pregunto devolviendole el vaso. suspiro levemente-solo yo puedo confiar tan ciegamente en ti...jaja-rio sarcastico para luego tomar.su. mano y atraerlo a el

-te amo mi preciado querubin-sonrio para luego besarlo- ya te vas. a dormir?-pregunto besando sus labioa de nuevo y mirandolo con su intensos ojos violetas.

Sonrió ligeramente, mas bien una mueca de casi fastidio, el escuchar que le llamara así, como su antiguo y perdido maestro solía llamarle.

"Querubín"

Le perturbaba, así que solo asintió, pues sabia que si abría los labios seria para decir cosas hirientes, mejor irse en paz, en silencio.

-Hasta esta noche, Daniel - murmuro aun sobre sus labios, sosteniendo el varonil rostro entre sus manos, con fuerza, sin medirla, solamente para asegurarse así que él estaba ahí, aun, de que no desaparecería nuevamente, aun que nada le aseguraba que al despertar permaneciera ahí, a la noche siguiente.

Sonrió al ver sus gesto entre sonrisa y fastidio...tan hermoso y tan inmóvil como una estatuiya de mármol,tomo las frías manos que sujetaban su rostro con fuerza, con una fuerza casi brutal, podía decirle que dolía...pero no importaba un poco de dolor ya no era nada...solo una vaga sensación de cosquilleo....al final también se había acostumbrado a ello....a todo ese dolor...que llega a oprimirte el corazón. No quería dejarlo ir....no quería separarse de el ahora

-como desearía dormir contigo....Armand....-cerro los ojos, aun que no podía verla, algo le decía que la mañana llegaba, aun así no quería dejarlo ir. LO abrazo de nuevo, volvió a tomar sus labios pero mas salvajemente, obligandolo como pudo a abrir la boca para sentir sus dientes filosos y su lengua....que placer.... sonrió durante el beso y luego lo soltó

-odio el sol...odio el día....odio que no me dejen verte....es tan aburrido y solitario....-sonrió pesadamente mientras se quitaba los lentes para luego acostarse

-ven a buscar en la noche por favor....no te atrevas a dejarme solo....quiero verte en el teatro....-sonrió con melancolía y tomo su mano-por favor...

-No podría, Daniel - murmuro, dejando un ultimo beso sobre sus labios, arropándolo como si de un niño pequeño se tratase.

Suspiro cuando se alejo, con calma y tratando de calmar la arritmia en su pecho, esa desesperación de tenerlo cerca y saberlo lejos, el conocimiento que las cosas no podrían permanecer por mucho tiempo así, quizás unos cuantos meses antes de que la tragedia inminente con la que ya estaba marcada su existencia desde el mismo instante de nacer, se cerniría sobre él y su amante.

Se encamino hacia las catacumbas, alejado de su habitación, entrando a una de las criptas mas alejadas, la mas seca y solitaria que había debajo del Theatre des Vampires, un lugar perfecto para pasar el día, donde tomar su semi descanso diurno en soledad.

Se dejo acurrucar, la delicadeza de las manos ajenas lo adormilaban de apoco, estaba cansado aun, su cuerpo aun le dolía por las noches de caminata ahogado en alcohol, pero era reconfortante encontrarse en la cama siendo acariciado por su Ángel de la muerte....que irónicamente no quería matarlo...

Cerro los ojos cansados al verlo salir y sintió como sus pasos livianos se alejaban de el....le daba miedo dormirse...pero le ganaba...la necesidad de sumergirse en sueños y dejar a su cuerpo tranquilo le parecía muy atractiva ahora....

Suspiro una vez mas y se volvió a un costado durmiéndose casi instantáneamente.

Aquella mañana, no hubo sueños aterradores donde veía morir a Daniel,algo a lo que ya era casi costumbre en el. Sus sueños sin embargo estaban poblados de imágenes surrealista, de su vida en Venecia con su maestro y cosas que no podía distinguir si eran recuerdos reales o simples imágenes creadas por su locura, por la desesperación de sentirse desprotegido, justo como se sentía antes de la llegada de Daniel a su existencia.

Paso la mañana en medio de aquel mundo, despertando en cuanto sintió el sol ocultarse, sin embargo, espero, encerrado en aquel ataúd en silencio, mirando solamente la tapa, sintiendo el vació en el pecho, sabia que algo no estaba bien en su relación con Daniel, sabia que algo mas iba a suceder, algo verdaderamente malo, para ambos y que él, volvería a quedarse solo con su locura.

El día paso sin que Daniell se enterara, no había dormido tanto en mucho tiempo, pero su conciencia no quería volver, cada vez que intentaba abrir los ojos durante las horas de sol, volvía a cerrarlos como negando la realidad, algo atormentaba su sueño lábil pero imposible de cortar.

Cuando por fin pudo sentarse en la cama ya había oscurecido de nuevo, o eso creía...era difícil saberlo allí abajo. Su corazón palpito fuerte al recordar que estaba en el teatro y que su Armand aparecería en cualquier momento por esa oscura abertura, vestido de las forma mas deliciosa posible Una sonrisa melancólica se dibujo en sus labios ya mas sanos y menos pálidos que la noche anterior, Armand seguiría siendo tan bello...y el....solo se marchitaría a su lado.... apretó la sabana y luego la corrió para pode levantarse de la cama.

Miro la habitación con tranquilidad y tomo la jarra de agua que se encontraba en una mesita cercana, se sirvió en la copa de cristal. El agua parecía quemar su cuerpo, algo no estaba bien.... parecía que su cuerpo ahora cobraba las noches de alcohol y ayuno.

Abrió los ojos, rodeado de tanta oscuridad que a penas podía percibir sus miembros desentumiéndose del letargo diurno. Aspiro largamente, sintiendo el aroma a humedad de aquella cripta, la tierra mojada, así que supuso que quizás había o estaba lloviendo fuera.

Abrío el ataúd de piedra tallada, levantándose en un acto tan normal para el, saliendo, sintiendo esa misma sensación de humedad en sus ropas, se sentía ligeramente shockeado por ese simple hecho, y camino en dirección a las escaleras, de vuelta a la realidad y a su Daniell.

Entro a la habitación, sin hacer demasiado ruido, observando al humano bebiendo un poco de agua.

-Creo que esas ropas no son adecuadas para entrar al teatro - murmuro con voz modulada - Ni las mías.

Dijo y volvió sus ojos a sus ropas, ahora veía con claridad que en realidad si, había llovido y al estar en un lugar donde se colaba el agua, había llegado a mojar la tumba donde había dormido y por lo tanto, sus ropas.

-Me cambiare de atuendos - dijo y se acerco al enorme ropero, tomando ropa limpia que olía a flores secas y saco también ropa para Daniel, un tuxedo en color negro, que sabia, le quedaría a la perfección.

Escucho la puerta que se abría lentamente detrás de el, así que se giro y con una sonrisa dulce sus labios vio como se acercaba a el su ángel de la muerte pelirrojo. Río por el comentario de las ropas de forma musical y poco común en el, pero lo hacia ver extraordinariamente guapo de lo común que eran sus rasgos a pesar de sus ojo violetas.

Se acerco a Armand muy despacio y apoyando sus manos en los hombros de este susurro-antes no me saludaras?...estas apurado acaso?-se volvió a reír casi inaudiblemente rozando sus labios contra la fría oreja del vampiro.

Bajo sus manos por la cintura de este y beso su mejilla esperando algún tipo de reacción por parte del pelirrojo que ahora sostenía un traje para el color negro.

-¿Que tipo de saludos insinúas? - murmuro, levantando la mirada, odiando un poco su estatura, por que se sentía diminuto frente a hombres tan altos como Daniel o Lestat o incluso... Él.

Trago un poco de saliva al sentir el tacto tibio de los labios de su amante, y se giro completamente, poniendo como barrera sus manos y el traje que llevaba en ellas.

-Cámbiate, se hace tarde y la función esta a punto de comenzar - ordeno, dando un paso para ir hasta la cama y dejar ahí sus ropas.

Se deshizo de las otras, y se mudo por ropas limpias lo mas rápido que su naturaleza inmortal le permitía.

Sonrió complacido por la pregunta y solo levanto los hombros en señal de que le daba lo mismo cualquier saludo, mas no recibió nada solo una mirada distante y una orden fría, suspiro pesadamente mientras Armand se alejaba de el y ponía sobre la cama sin armar las ropas que le había elegido.

Se acerco a ellas y las observo por unos instantes, luego miro a su lado donde la criatura sobrehumana se cambiaba rápidamente, no como honestamente de su habilidad...mas bien parecía temeroso de que el le hiciera algo?....murmuro un no para sus adentros y sacudió la cabeza.

Tomo la ropa y empezó a cambiarse lentamente, como si cada movimiento le doliese...y era así...dolía...cada musculo de su cuerpo dolía agudamente...pero no importaba.

Una vez listo no dejo que Armand escapara de el y a pesar del dolor atrapo al escurridizo vampiro entre sus brazos endurecidos -Armand....acaso estas enojado?-pregunto susurrante rozando su piel-yo solo quería un beso....así que lo tomare por mis propios medios-rió nuevamente pero de forma amarga y triste mientras tomaba la barbilla ajena y la gira para poder alcanzarla,

Unió sus labios unos minutos en los cuales podía sentir la arritmia de su propio corazón y la tensión en sus músculos adoloridos. Una vez que soltó a Armand cayo en la cama y bajo la cabeza para no mostrar el dolor que lo invadía.

A penas sintió los labios del mortal, esos labios tibios pese a su estado, pudo sentir el aroma del alcohol resagado sobre ellos, en su aliento, se alejo de inmediato en cuando Daniell se sentó sobre la cama, molesto y sin atender a sus palabras, dio media vuelta, llegando a su tocador, tomando el cepillo y volvió a acercarse al humano.

-No pensaras ir despeinado,¿o si?-pregunto mirándolo fijamente, pasando las cerdas por las rubias hebras de forma lenta y con la fuerza suficiente para quitar los nudos de su cabellera.

Dejo el cepillo sobre la cama, y paso sus delgados dedos por el cabello, ahora suave, como la seda, acomodándolo, peinandolo con calma y en un silencio que se antojaba algo incomodo. Siguió trabajando con sus dedos, hasta dejar el cabello aplacado en su cabeza y luego acomodo el moño en su cuello, dio un par de pasos hacia atrás, medio sonriendo, observando a Daniel como si fuese una obra de arte.

Levanto la vista al oír que se movía por el cuarto hasta el espejo que se encontraba a unos pasos de la cama, donde sobre una mesita descansaba un cepillo el cual, minutos después se paseaba por los cabellos de Daniell haciendo que los nudos que había en sus cabellos rubios desaparecieran de apoco. Podía sentir el malestar que los rodeaba a ambos, el de Armand solo podía suponerlo, el suyo lo conocía demasiado bien, odiaba cuando el vampiro decidía guardarse sus pensamientos y no decirle nada, no aclararle nada nunca....lo hacia sentir impotente y que solo estaba allí como mascota de Armand.

Una vez que este termino de peinarlo con el cepillo paso sus fríos y suaves dedos por , los ya desenredados, cabellos rubios ceniza. Sonríe cuando el pelirrojo se alejo de el y levanto la mirada para contemplarlo unos segundos sin decir ni pensar en nada mas que en la belleza que irradiaba esa pequeña y poderosa criatura a la que el llamaba amante sin demasiadas preocupaciones o mejor dicho sin atender al significado de esa palabra.

Se levanto de la cama y acomodo sus ropas nuevamente y camino muy lentamente hacia Armand quien lo Observaba también como si fuera un logro, rió suavemente y apoyo su mano en el hombro ajeno-bien me llevaras al teatro querido?...-le pregunto en un resoplido amistoso y sensual cerca de su oído-muero de ganas de VERTE en el....-se adelanto un poco hacia la puerta del cuarto subterráneo y se giro de medio lado para volver a verlo aun con la sonrisa algo cansada y escondiendo una mueca de dolor.

-No te equivoques Daniell - indico, mientras caminaban por el pasillo - Ante los ojos de otros vampiros, e incluso los vampiros del teatro, tu eres mi mascota, solo eso y en todo caso mi capricho, por eso no se han acercado a ti - dijo, sin emoción alguna en sus palabras, solo una aclaración a los pensamientos y al sin fin de emociones que emanaban del mortal.

-Si ellos no te vieran como eso... lo mas seguro es que ya estarías muerto, no te darían oportunidad alguna de escapar del teatro y te convertirías en parte del horroroso espectáculo - explico con mucha calma, mientras subían las escaleras, hasta llegar al proscenio, pasando entre actores y ropas, escuchando sus murmullos de falso respeto a su persona y los ruidos de los espectadores fuera.

Cambio de dirección, llevándolos a un pasillo secreto que los llevaba a su palco privado, entrando con total calma, dejando que Daniell se sentara a su lado, todo en total calma y silencio, aguardando a que la función comenzara.

Suspiro pesadamente al oír lo y solo lo dejo hablar mientras se pasaba los dedos por el cabello despeinándose un poco, mientras Armand decía cosas, que realmente, no le importaban subió las escaleras en silencio pero pensado en un millón de otras cosas...era siempre igual cuando se molestaba por algo solo decía esas cosas...qe era solo un capricho , que si quiera le aplastaría el cráneo con el puño...al fin y al cabo...millones de amenazan extravagantes...a las cuales ya les había dejado de prestar atención.

Una vez tras bambalinas, se deleito con los olores y escenas de los actores inmorales preparándose para la funciones, sus voces armoniosos y risas estruendosas le llamaban la atención, también escuchaba las palabras dirigidas a Armand y no podía evitar reír por lo bajo mientras se acomodaba los lentes.

Ya en el palco privado tomo asiente a la derecha y apoyo los codos en la baranda de mármol frío, sus labios no se despegaron en ningún momento...no tenia nada qe decirle a Armand...y este ya había dicho todo lo qe quería. sus ojos se fijaban tranquilamente en el escenario aun con telones bajos donde se produciría la macabra función.