AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Cambios inesperados
2 participantes
Página 1 de 1.
Cambios inesperados
La noche anterior se había pintado diferente a toas las que Claudia había vivido por más de cuatro años, siempre era lo mismo, siempre tenía que soportar que su cuerpo quedara a disposición del mejor postor ¿Por qué? Por el maldito regalo de la vida que le habían dejado sus padres, se sentía mal de maldecir algo tan valioso, pero es que no podía apreciarlo, sólo lo conservaba por agradecimiento, pero ella hubiera preferido morir en aquél callejón hacía un par de noches, sin embargo el hombre había hablado y no cumplió, todos eran bastardos al final de las cuentas.
-¿Sabes quién es el cliente que te entretuvo toda la noche y que te dio tan buena paga por tus brillantes servicios?- preguntó el burdelero mientras le acaricia la cintura a la muchacha que se encontraba de espaldas a él -No lo sé, yo estaba en el callejón, sólo... Sólo dijo que necesitaba una cortesana y no le vi la cara...- no era del todo mentira, pero era claro que no llevaba mucho de verdad, excepto por la cuestión de verle el rostro a aquél hombre.
-Más te vale que lo averigües... Pues con este tipo de pagas puedes quedar libre más pronto- la pegó a su cuerpo mientras sus asquerosos dientes mordían el cuello de Claudia lo cual la hizo cerrar los ojos y desear que se alejara -Si me da permiso puedo ir a los callejones de nuevo, para ver si lo encuentro...- rió en su oído y la empujó a la cama "No, por favor, tú no..." pensó la mujer mientras que él empezaba a subirse encima de su cuerpo -Parece que vas entendiendo- Claudia odiaba acostarse con hombres, lo detestaba con todo su ser, pero tener que soportar a ese en específico la hacía sentirse la mujer más sucia de todo el planeta -Hay alguien allá fuera armando pleito- se escuchó fuera de la habitación mientras ella respiraba profundo -Veré quien es el idiota y ahora vengo por ti- le dio una nalgada y salió de ahí.
Claudia se levantó de la cama y se tapó la cara con los ojos -Algún día amanecerá...- murmuró recordando las palabras del hombre del antifaz, aunque ya no sabía si eso podría llegar a pasar, hasta él la había besado... Había sido un roce de labios, pero por un momento pensó que él no la vería como lo que realmente era, una cortesana, alguien que por un poco de dinero debe ceder a hacer lo que ellos quieran, ese beso la había decepcionado y buscaría la manera de no verle de nuevo, ya estaba decidido.
-¿Sabes quién es el cliente que te entretuvo toda la noche y que te dio tan buena paga por tus brillantes servicios?- preguntó el burdelero mientras le acaricia la cintura a la muchacha que se encontraba de espaldas a él -No lo sé, yo estaba en el callejón, sólo... Sólo dijo que necesitaba una cortesana y no le vi la cara...- no era del todo mentira, pero era claro que no llevaba mucho de verdad, excepto por la cuestión de verle el rostro a aquél hombre.
-Más te vale que lo averigües... Pues con este tipo de pagas puedes quedar libre más pronto- la pegó a su cuerpo mientras sus asquerosos dientes mordían el cuello de Claudia lo cual la hizo cerrar los ojos y desear que se alejara -Si me da permiso puedo ir a los callejones de nuevo, para ver si lo encuentro...- rió en su oído y la empujó a la cama "No, por favor, tú no..." pensó la mujer mientras que él empezaba a subirse encima de su cuerpo -Parece que vas entendiendo- Claudia odiaba acostarse con hombres, lo detestaba con todo su ser, pero tener que soportar a ese en específico la hacía sentirse la mujer más sucia de todo el planeta -Hay alguien allá fuera armando pleito- se escuchó fuera de la habitación mientras ella respiraba profundo -Veré quien es el idiota y ahora vengo por ti- le dio una nalgada y salió de ahí.
Claudia se levantó de la cama y se tapó la cara con los ojos -Algún día amanecerá...- murmuró recordando las palabras del hombre del antifaz, aunque ya no sabía si eso podría llegar a pasar, hasta él la había besado... Había sido un roce de labios, pero por un momento pensó que él no la vería como lo que realmente era, una cortesana, alguien que por un poco de dinero debe ceder a hacer lo que ellos quieran, ese beso la había decepcionado y buscaría la manera de no verle de nuevo, ya estaba decidido.
Claudia Gunter- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Re: Cambios inesperados
Un beso, puede significar nada para las personas, quizás una demostración de simple sed por algo más, algo tan superficial y divertido que se ahoga bajo el deseo y la lujuria que entre la sociedad se ha ido marginando para terminar quitándole todo significado a este bello acto. Un beso, significa todo para él, para quien ahora yace oculto entre las sombras y no puede dejar de recordar la imagen de un rostro sufriendo, decepcionado, triste… ¿Dime a dónde has ido? ¿Donde esperas en silencio amiga? Son cosas que se plasman sobre su mente y no pueden dejar de trasladarse de un lado a otro orillándole a un callejón sin salida. ¡¡El amanecer!! Eso es lo que se necesita, que bajo toda mancha de oscuridad se pueda develar el bello rayo que anuncia el crepúsculo, que abre paso a una infinidad de cortinas que abaten hasta el más lejano horizonte bajo un manto de luz que simboliza la esperanza y que recurre a aquellos quienes ya están hartos de la oscuridad, de vivir bajo la noche.
-¡¡AAAAAAAHHH UN LADRÓN!!- se escucha exclamar una voz femenina, gritando totalmente envuelta en un pánico que no hace esperar alertar a los demás o mejor dicho, a las demás -¡¡Es Él!!- anexa con sorpresa mientras que una segunda mujer le tapa de golpe la boca –Shhhh no seas tonta, Él está de nuestro lado- poco a poco tranquiliza a quien ahora deja al lado su terror y solo observa al joven de alta estatura, sus ropajes son singulares pues va muy bien vestido, totalmente de negro cubierto por una larga capa azabache que realmente le ayudaría en caso de que necesite cobijarse en las sombras –Siempre es un honor conocer a una damisela más de este mundo, no tema, no he venido a robarle, salvo sus angustias y preocupaciones, esta noche… Amanecerá- sentencia quien tras su vestimenta totalmente singular no puede evitar levantar toda atención por lo que lleva en su rostro: un antifaz, una máscara que con detalles bien hechos y delineados resaltan su vello facial que acentúa su virilidad aun más allá de su gruesa y segura voz –Si me lo permiten, busco a Cla… Lizbeth, ¿Dónde puedo encontrarla?- cuestiona tratando de ubicarse ya que ese burdel aun cuando es pequeño a comparación de los de alto prestigio, no deja de ser un gran edificio –Ella se encuentra en la parte de arriba, El Amo subió con ella… Supuestamente llegó con una remuneración muy generosa y quiere hacerle hablar para saber de dónde saco todas esas monedas- explica una de las hermosas mujeres, intentando ayudar al personaje que tiene su rostro impreso en cada esquina del vecindario y País, no por su posición social necesariamente, sino porque es el Ladrón más buscado por toda la corte Francesa, así como toda la aristocracia, no por un autógrafo sino para colgar su cabeza en una repisa –Guapa, fuiste de mucha ayuda… Gracias, ahora anda junto a tu amiga y avísenle a las demás que esta noche… Todo acaba- sonriendo de medio labio para acentuar esa seguridad que puede resultar inclusive algo cínica, sin embargo, es sincera y por eso mismo en las manos de ambas cortesanas deja un pequeño regalo, una rosa negra.
Subiendo por las escaleras cual sombra veloz y lleno de adrenalina, el famoso personaje se topa con dos tipejos que casi borrachos van bajando al haber “terminado sus negocios” con las damiselas del burdel –Bueno, esto sí es incomodo… Les robo parte de su gran fortuna y ahora vengo a gastarla en el mismo lugar que ustedes- soltando una carcajada llena de sarcasmo con un crudo cinismo muy clásico de Él y que no le da cuartada a provocar que ambos señores se le vayan encima, sin embargo, sencillamente se deshace de ambos al solo brincar y girar sobre su propio eje en pleno aire, impactando con su talón derecho una fulminante patada en la quijada de los dos sujetos, dejándolos caer abruptamente entre escalones –Sin mencionar que al menos tengo mejor gusto que ustedes, JA!- acomodándose el antifaz, se percata de que alguien ha anunciado su llegada –Oh vamos, esto no estaba en el plan…- volviendo a sonreír ladino, continua su travesía a donde su protegida le espera, llegando técnicamente al último piso.
De sus ojos, aun ocultos en su máscara, no se puede más que ver una llama, un brillo único que le hacen sacar fuerzas de donde sea. Su mente no puede evitar recordar los hermosos ratos que pasó con la doncella a la que llama Claudia, pero también un amargo final donde la tristeza de la señorita fue el talón de Aquiles para quien osó besarle, no con la intención de mero deseo carnal o superficial sino por una muestra de un sentimiento, de algo real, de algo deseado de la forma más sincera, pero era tarde, quizás ya la había perdido, solo quizás y por ello el joven español no se permitiría que ella perdiera la esperanza, la ilusión, la luz; así pues al toparse frente a frente con quien se proclama el dueño de cada fémina en el lugar simplemente da un salto para apoyarse en la pared e impulsarse hasta alcanzar una mayor altura, logrando despedir una intensa patada justo en el pecho del varón, utilizando su fuerza y el peso ajeno como puntos de apoyo para arrojarlo contra la puerta de donde salió, haciéndole caer frente a la peli rosa. Sus labios no pueden decir nada, sin embargo dibujan una sonrisa, sus ojos no se ven por su disfraz, pero observa aquella alma y así es como sincerado y teniéndola casi frente a él no duda soltar una risilla y exclamar…
-Como dije, esta noche todo acaba… El Amanecer, ha llegado-
Extendiendo su mano para que Ella la tomara, para que por fin pudiese ver como el Sol resurge desde el horizonte, partiendo toda oscuridad en trozos tan pequeños que desaparecen bajo el marco magnifico de una nueva esperanza.
-¡¡AAAAAAAHHH UN LADRÓN!!- se escucha exclamar una voz femenina, gritando totalmente envuelta en un pánico que no hace esperar alertar a los demás o mejor dicho, a las demás -¡¡Es Él!!- anexa con sorpresa mientras que una segunda mujer le tapa de golpe la boca –Shhhh no seas tonta, Él está de nuestro lado- poco a poco tranquiliza a quien ahora deja al lado su terror y solo observa al joven de alta estatura, sus ropajes son singulares pues va muy bien vestido, totalmente de negro cubierto por una larga capa azabache que realmente le ayudaría en caso de que necesite cobijarse en las sombras –Siempre es un honor conocer a una damisela más de este mundo, no tema, no he venido a robarle, salvo sus angustias y preocupaciones, esta noche… Amanecerá- sentencia quien tras su vestimenta totalmente singular no puede evitar levantar toda atención por lo que lleva en su rostro: un antifaz, una máscara que con detalles bien hechos y delineados resaltan su vello facial que acentúa su virilidad aun más allá de su gruesa y segura voz –Si me lo permiten, busco a Cla… Lizbeth, ¿Dónde puedo encontrarla?- cuestiona tratando de ubicarse ya que ese burdel aun cuando es pequeño a comparación de los de alto prestigio, no deja de ser un gran edificio –Ella se encuentra en la parte de arriba, El Amo subió con ella… Supuestamente llegó con una remuneración muy generosa y quiere hacerle hablar para saber de dónde saco todas esas monedas- explica una de las hermosas mujeres, intentando ayudar al personaje que tiene su rostro impreso en cada esquina del vecindario y País, no por su posición social necesariamente, sino porque es el Ladrón más buscado por toda la corte Francesa, así como toda la aristocracia, no por un autógrafo sino para colgar su cabeza en una repisa –Guapa, fuiste de mucha ayuda… Gracias, ahora anda junto a tu amiga y avísenle a las demás que esta noche… Todo acaba- sonriendo de medio labio para acentuar esa seguridad que puede resultar inclusive algo cínica, sin embargo, es sincera y por eso mismo en las manos de ambas cortesanas deja un pequeño regalo, una rosa negra.
Subiendo por las escaleras cual sombra veloz y lleno de adrenalina, el famoso personaje se topa con dos tipejos que casi borrachos van bajando al haber “terminado sus negocios” con las damiselas del burdel –Bueno, esto sí es incomodo… Les robo parte de su gran fortuna y ahora vengo a gastarla en el mismo lugar que ustedes- soltando una carcajada llena de sarcasmo con un crudo cinismo muy clásico de Él y que no le da cuartada a provocar que ambos señores se le vayan encima, sin embargo, sencillamente se deshace de ambos al solo brincar y girar sobre su propio eje en pleno aire, impactando con su talón derecho una fulminante patada en la quijada de los dos sujetos, dejándolos caer abruptamente entre escalones –Sin mencionar que al menos tengo mejor gusto que ustedes, JA!- acomodándose el antifaz, se percata de que alguien ha anunciado su llegada –Oh vamos, esto no estaba en el plan…- volviendo a sonreír ladino, continua su travesía a donde su protegida le espera, llegando técnicamente al último piso.
De sus ojos, aun ocultos en su máscara, no se puede más que ver una llama, un brillo único que le hacen sacar fuerzas de donde sea. Su mente no puede evitar recordar los hermosos ratos que pasó con la doncella a la que llama Claudia, pero también un amargo final donde la tristeza de la señorita fue el talón de Aquiles para quien osó besarle, no con la intención de mero deseo carnal o superficial sino por una muestra de un sentimiento, de algo real, de algo deseado de la forma más sincera, pero era tarde, quizás ya la había perdido, solo quizás y por ello el joven español no se permitiría que ella perdiera la esperanza, la ilusión, la luz; así pues al toparse frente a frente con quien se proclama el dueño de cada fémina en el lugar simplemente da un salto para apoyarse en la pared e impulsarse hasta alcanzar una mayor altura, logrando despedir una intensa patada justo en el pecho del varón, utilizando su fuerza y el peso ajeno como puntos de apoyo para arrojarlo contra la puerta de donde salió, haciéndole caer frente a la peli rosa. Sus labios no pueden decir nada, sin embargo dibujan una sonrisa, sus ojos no se ven por su disfraz, pero observa aquella alma y así es como sincerado y teniéndola casi frente a él no duda soltar una risilla y exclamar…
-Como dije, esta noche todo acaba… El Amanecer, ha llegado-
Extendiendo su mano para que Ella la tomara, para que por fin pudiese ver como el Sol resurge desde el horizonte, partiendo toda oscuridad en trozos tan pequeños que desaparecen bajo el marco magnifico de una nueva esperanza.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
- Mensajes : 660
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Edad : 32
Localización : Abrazado a las sombras
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Cambios inesperados
Las manos de la mujer seguían cubriendo sus ojos, no quería ver, sin embargo se escuchaba un ruido bastante estrepitoso ¿Salir? No, le daba igual si destrozaban aquél sitio, para ella mucho mejor, al menos no tendría que "trabajar" mientras que lo reparaban, eso sería bueno para ella.
Subió las piernas a la cama, no quería moverse del sitio, de nuevo la tristeza le había invadido, no quería reconocerlo si salía de esas cuatro paredes, necesitaba estar bien, tranquila, necesitaba que todos vieran que era una chica fuerte y decidida porque si notaban sus debilidades entonces se encargarían de destrozarla mientras hacían moronas de ella.
Los ruidos de la parte de abajo no cesaban y ella quería salir a ver que era aquello, pero no... ¿Y si aprovechaba la distracción y se iba? No, no podía. Su mano diestra aferró la muñeca izquierda cubriendo con los dedos las cicatrices que le quedaron en el momento que lo había intentado, ya no tenía demasiada fuerza con esa mano así que le quedaba nada más que conformarse con la mísera vida que le había tocado vivir, no había cambios para ella, ni un nuevo futuro. Aquél que la iba a ver una que otra noche después de todo sólo hacía eso, verla en las noches, hacer lo que quisiera y se iba, no había visto la manera de ayudarla, el maldito cazador era como todos y ella lo había entendido.
Un ruido sordo había hecho que Claudia saltara de la cama mientras veía que el hombre que iba a acostarse con ella esa noche caía en el piso -Joder- exclamó mientras que la chica se asomaba un poco pero delante de ella había aparecido esa figura tan conocida y extraña a la vez -¿Amanecer?- preguntó mientras sus ojos bailaban de un hombre a otro mientras el que se encontraba en el piso quedaba completamente inconsciente al golpearse la cabeza contra la cama -¡Lo has matado!- dijo la mujer observando la mano -No quiero ir contigo...- dijo sin estar muy segura de sus palabras, si el hombre que estaba tendido en el piso se levantaba la oportunidad de salir de ahí estaría perdida para siempre y la golpearía como era de costumbre.
-Sólo porque no quiero que él me toque- dijo al momento que se levantaba y tomaba la mano del enmascarado para salir del lugar -¡La policía!- se escuchó el grito de una de las mujeres -Te van a atrapar, vete, yo los distraigo- le dijo con un tono de preocupación en la voz mientras lo observaba -Anda por Dios- se asomó por el cubo de las escaleras observando como varias de las cortesanas se les insinuaban a los oficiales haciendo que estos perdieran unos cuantos segundos mientras subían -Vete, no podrás en otro momento- miró al hombre de nuevo y lo empujó hacia una puerta del fondo -Bajas las escaleras y te saca a la parte trasera del burdel... Es una puerta secreta, nadie sabe que existe... Ni las que trabajan aquí- él quería ayudarla y ahora ella era la que le ayudaba a escapar de nueva cuenta.
Subió las piernas a la cama, no quería moverse del sitio, de nuevo la tristeza le había invadido, no quería reconocerlo si salía de esas cuatro paredes, necesitaba estar bien, tranquila, necesitaba que todos vieran que era una chica fuerte y decidida porque si notaban sus debilidades entonces se encargarían de destrozarla mientras hacían moronas de ella.
Los ruidos de la parte de abajo no cesaban y ella quería salir a ver que era aquello, pero no... ¿Y si aprovechaba la distracción y se iba? No, no podía. Su mano diestra aferró la muñeca izquierda cubriendo con los dedos las cicatrices que le quedaron en el momento que lo había intentado, ya no tenía demasiada fuerza con esa mano así que le quedaba nada más que conformarse con la mísera vida que le había tocado vivir, no había cambios para ella, ni un nuevo futuro. Aquél que la iba a ver una que otra noche después de todo sólo hacía eso, verla en las noches, hacer lo que quisiera y se iba, no había visto la manera de ayudarla, el maldito cazador era como todos y ella lo había entendido.
Un ruido sordo había hecho que Claudia saltara de la cama mientras veía que el hombre que iba a acostarse con ella esa noche caía en el piso -Joder- exclamó mientras que la chica se asomaba un poco pero delante de ella había aparecido esa figura tan conocida y extraña a la vez -¿Amanecer?- preguntó mientras sus ojos bailaban de un hombre a otro mientras el que se encontraba en el piso quedaba completamente inconsciente al golpearse la cabeza contra la cama -¡Lo has matado!- dijo la mujer observando la mano -No quiero ir contigo...- dijo sin estar muy segura de sus palabras, si el hombre que estaba tendido en el piso se levantaba la oportunidad de salir de ahí estaría perdida para siempre y la golpearía como era de costumbre.
-Sólo porque no quiero que él me toque- dijo al momento que se levantaba y tomaba la mano del enmascarado para salir del lugar -¡La policía!- se escuchó el grito de una de las mujeres -Te van a atrapar, vete, yo los distraigo- le dijo con un tono de preocupación en la voz mientras lo observaba -Anda por Dios- se asomó por el cubo de las escaleras observando como varias de las cortesanas se les insinuaban a los oficiales haciendo que estos perdieran unos cuantos segundos mientras subían -Vete, no podrás en otro momento- miró al hombre de nuevo y lo empujó hacia una puerta del fondo -Bajas las escaleras y te saca a la parte trasera del burdel... Es una puerta secreta, nadie sabe que existe... Ni las que trabajan aquí- él quería ayudarla y ahora ella era la que le ayudaba a escapar de nueva cuenta.
Claudia Gunter- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Re: Cambios inesperados
Cual magnifico acto de acrobacia y artes marciales se lleva a cabo en la escena, también un segundo de total cinismo y sarcasmo llega de la boca de quien viste el antifaz –Te salvo, le doy su merecido a este gilipollas y terminas reclamándome… ¡Oh la ironía!- encarnando su ceja para soltar una risa con su ya conocida voz ronca –Bueno, digamos que venir conmigo o no ya no está en tu juicio ni decisión, creo que si no lo has notado tu jefe está en el suelo inconsciente y no tienes mucho tiempo para huir, ahora, dime o te quedas aquí para que este saco de patatas te siga maltratando o prefieres quitarte la venda y venir a la luz- Instantes después la dama accede a ir con el ladrón, quien al escuchar el aproximamiento de la policía no duda en decir –Venga, ¿no pueden dejarme un solo día trabajar? Oh, cierto… no, porque soy un ladrón- diciendo otro de sus grandes chistes con un humor tan negro que hacen de este singular hombre todo un caos a la hora de hablar sobre el descaro.
La justicia policiaca no tardaba en llegar y mientras la bella mujer le indicaba a Rosa Negra hacia dónde, el de origen español simplemente niega con la cabeza y dice –Oh no muñeca, tu vienes conmigo, no te dejaré en este lugar- tomándola literalmente a la fuerza con sus brazos para ir donde la dirección indicada, diciendo –Más vale que esta ruta exista o si no tendré que seguir pateando un poco más- sonriendo ladino para así, de un fuerte salto y utilizando su hombro derecho logra abrir de golpe la puerta, colocando a la cortesana en el suelo para mirarle fijamente y cubrirle con su capa –Tu rostro es hermoso y tu cuerpo me encanta, pero si vistes así llamarás la atención- sugiriendo el sensual atuendo que Claudia lleva.
Rápidamente el caballero de la noche le indica a su protegida hacia dónde ir pues varias compañeras del burdel salen corriendo hacia la otra dirección –Es algo tarde, pero estos tíos irán tras ellas, es nuestra oportunidad- metiendo la mano dentro de su saco para así buscar entre el mismo y sacar una hermosa rosa de color azabache, respirando su perfume y sonriendo de oreja a oreja –No puedo dejar que alguien más se quede con el crédito, esta fue obra del ladrón favorito de París… Hahahahahahaha- su risa solo evidencia como es que se siente superior ante el sistema penal y aristócrata de Francia, era evidente, quizás el se comportaba de una forma tan cínica que podía resultar irritante a cualquier policía o victima de sus actos así como de sus burlas, pero muy adentro de todo su humor negro yace la cruda e inminente verdad –Al menos no nos fuimos con las manos vacías, esto es tuyo- sacando detrás de él una bolsa con las monedas que le dio hace un par de horas, las cuales, le robó al cuerpo inconsciente del dueño del burdel, otorgándoselas a Claudia.
-¡¡ MIREN ES ROSA NEGRA … ATRAPENLO !!-
-Belleza, tiempo de correr…- toma de la mano a la hermosa mujer -¡¡FUE UN GUSTO HACER NEGOCIOS CON USTEDES!!- grita con todo fervor así como descaro, comenzando una huída rápida hacia los callejones junto a la pelirrosa, dejando solo como rastro aquella emblemática flor de matiz negruzco.
La justicia policiaca no tardaba en llegar y mientras la bella mujer le indicaba a Rosa Negra hacia dónde, el de origen español simplemente niega con la cabeza y dice –Oh no muñeca, tu vienes conmigo, no te dejaré en este lugar- tomándola literalmente a la fuerza con sus brazos para ir donde la dirección indicada, diciendo –Más vale que esta ruta exista o si no tendré que seguir pateando un poco más- sonriendo ladino para así, de un fuerte salto y utilizando su hombro derecho logra abrir de golpe la puerta, colocando a la cortesana en el suelo para mirarle fijamente y cubrirle con su capa –Tu rostro es hermoso y tu cuerpo me encanta, pero si vistes así llamarás la atención- sugiriendo el sensual atuendo que Claudia lleva.
Rápidamente el caballero de la noche le indica a su protegida hacia dónde ir pues varias compañeras del burdel salen corriendo hacia la otra dirección –Es algo tarde, pero estos tíos irán tras ellas, es nuestra oportunidad- metiendo la mano dentro de su saco para así buscar entre el mismo y sacar una hermosa rosa de color azabache, respirando su perfume y sonriendo de oreja a oreja –No puedo dejar que alguien más se quede con el crédito, esta fue obra del ladrón favorito de París… Hahahahahahaha- su risa solo evidencia como es que se siente superior ante el sistema penal y aristócrata de Francia, era evidente, quizás el se comportaba de una forma tan cínica que podía resultar irritante a cualquier policía o victima de sus actos así como de sus burlas, pero muy adentro de todo su humor negro yace la cruda e inminente verdad –Al menos no nos fuimos con las manos vacías, esto es tuyo- sacando detrás de él una bolsa con las monedas que le dio hace un par de horas, las cuales, le robó al cuerpo inconsciente del dueño del burdel, otorgándoselas a Claudia.
-¡¡ MIREN ES ROSA NEGRA … ATRAPENLO !!-
-Belleza, tiempo de correr…- toma de la mano a la hermosa mujer -¡¡FUE UN GUSTO HACER NEGOCIOS CON USTEDES!!- grita con todo fervor así como descaro, comenzando una huída rápida hacia los callejones junto a la pelirrosa, dejando solo como rastro aquella emblemática flor de matiz negruzco.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
- Mensajes : 660
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Edad : 32
Localización : Abrazado a las sombras
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Cambios inesperados
No sabía que hacer, la mujer estaba en shock por completo, si el hombre se despertaba y veía que ella se iba por su propio pie de ahí aquello sería espantoso para ella, pero si se quedaba igual tendría que pagar penurias, a estas alturas no sabía que opción le era la más benéfica, parecía que en las dos podría terminar golpeada así que era mejor hacer lo posible por evitarlo y si huía al menos en lo que la encontraran se salvaría de su castigo, eso era algo.
Su cuerpo cerca del ajeno hizo que ella se tensara, no es que nunca antes hubiera estado con un hombre, siempre estaba tolerando actos que iban más allá de un casto saludo, pero nunca le había agradado aquello, siempre intentaba estar lo menos posible, pero aquello le había puesto nerviosa ¿La intentaría besar de nuevo? Esperaba que no o nadie la podría sacar de aquél burdel ni arrastras y menos si era él la persona que le había devuelto la libertad.
-No quería quedarme con el crédito, sólo que no quería que te aprehendieran- dijo con un tono amable mientras le seguía por aquél pasadizo hasta poder salir a donde hubiera un poco de aire, no le importaban demasiadas cosas, sólo quería estar de alguna forma tranquila y salir de ahí, no sabía si sería para siempre, pero probar la libertad por unos cuantos minutos sería lo mejor que le hubiera pasado en muchos años así que buscaría la manera de mantenerlo.
-Esto... Esto no es mío...- murmuró mientras tomaba el saco ¿A qué hora había hecho eso? No lo sabía, quizá cuando le había dado la espalda -Se lo hubiera dejado así por lo menos con el dinero no me extrañaría tanto... Tendría algo que le hiciera recordar que no necesitaba mis servicios- dijo de forma segura mientras escuchaba gritos y golpes por todos lados, parecía que nadie quería paz esa noche.
Toma la mano que le ofrecen y comienza a correr con todas sus fuerzas mientras siente como los zapatos le impiden correr mucho más veloz, aunque al estar tan acostumbrada a ellos parece que sí le permiten caminar lo suficientemente rápido como para no perder el paso -¡Se llevó a una!- gritaron detrás de ellos y Claudia simplemente siguió los pasos que le indicaban.
Dio vuelta sobre una callejuela y se detuvo mientras miraba al hombre -Sólo espero que ahora no piensen que además de robar también secuestra o esto estará peor de lo que ya es... De todas maneras si eso llegara a pasar sepa usted que diré que he venido por mi propio pie...- aseguró sin dejar de ver al hombre a través de su antifaz.
Su cuerpo cerca del ajeno hizo que ella se tensara, no es que nunca antes hubiera estado con un hombre, siempre estaba tolerando actos que iban más allá de un casto saludo, pero nunca le había agradado aquello, siempre intentaba estar lo menos posible, pero aquello le había puesto nerviosa ¿La intentaría besar de nuevo? Esperaba que no o nadie la podría sacar de aquél burdel ni arrastras y menos si era él la persona que le había devuelto la libertad.
-No quería quedarme con el crédito, sólo que no quería que te aprehendieran- dijo con un tono amable mientras le seguía por aquél pasadizo hasta poder salir a donde hubiera un poco de aire, no le importaban demasiadas cosas, sólo quería estar de alguna forma tranquila y salir de ahí, no sabía si sería para siempre, pero probar la libertad por unos cuantos minutos sería lo mejor que le hubiera pasado en muchos años así que buscaría la manera de mantenerlo.
-Esto... Esto no es mío...- murmuró mientras tomaba el saco ¿A qué hora había hecho eso? No lo sabía, quizá cuando le había dado la espalda -Se lo hubiera dejado así por lo menos con el dinero no me extrañaría tanto... Tendría algo que le hiciera recordar que no necesitaba mis servicios- dijo de forma segura mientras escuchaba gritos y golpes por todos lados, parecía que nadie quería paz esa noche.
Toma la mano que le ofrecen y comienza a correr con todas sus fuerzas mientras siente como los zapatos le impiden correr mucho más veloz, aunque al estar tan acostumbrada a ellos parece que sí le permiten caminar lo suficientemente rápido como para no perder el paso -¡Se llevó a una!- gritaron detrás de ellos y Claudia simplemente siguió los pasos que le indicaban.
Dio vuelta sobre una callejuela y se detuvo mientras miraba al hombre -Sólo espero que ahora no piensen que además de robar también secuestra o esto estará peor de lo que ya es... De todas maneras si eso llegara a pasar sepa usted que diré que he venido por mi propio pie...- aseguró sin dejar de ver al hombre a través de su antifaz.
Claudia Gunter- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Re: Cambios inesperados
La persecución se había tornado verdaderamente en un caos, la ley no tardaba en empezar a perseguir a ambos seres mientras que el líder de este sentenciaba al enmascarado al pensar que había secuestrado a Claudia. Los lugares poco a poco se iban reacomodando bajo la luz de las velas ya que la noche finalmente empezó a cubrir las calles Parisinas donde entre callejones y atajos, Rosa Negra pudo medio perder a sus perseguidores, quedando oculto junto a la cortesana con una cercanía realmente clara y tentadora.
-Créeme muñeca, mis robos y un secuestro son de lo que menos me preocupo en caso de que me agarren, pero claro, asumiendo que un día lo hagan- suelta una risa realmente cínica mientras observa a los lados, percatándose de que los uniformados se han esparcido –Gracias por tu preocupación lindura, pero esta noche a penas comienza. No podemos volver al burdel pero tampoco nos podemos arriesgar a salir por las calles vestidos así…- los ojos que veían fijo a la damisela aun por debajo del antifaz recorren de pies a cabeza el cuerpo de la fémina; era evidente, ella le atraía bastante y aun cuando solo busca cuidarla así como llevarla a un lugar seguro, no puede evitar desviar de reojo sus pupilas para deleitarse con la vestimenta de Claudia, claro está, para él, ella es un ejemplo de ángel que tienta a ir hasta el más profundo rincón del pecado.
El español observa fijamente a su acompañante, pronto le coloca su sombrero para ocultar sus pintados cabellos, así, su capa que ya le cubría pasa a colocársela un poco mejor, amarrándola a ella y haciendo que su cuerpo se cubriera por el manto azabache. Por su lado, el solo se remanga su camisa, se suelta un par de botones y se coloca unas gafas oscuras, guardando su antifaz sin dejar que ni siquiera la hermosa señorita le viera el rostro –Creo que con esto podremos pasar desapercibidos por un par de horas, ahora, es mejor ir a un lugar más seguro- observa ambas esquinas y tomando la mano de la musa comienza a caminar –Actuemos como una pareja, será mejor caminar directo al parque donde hay un poco más de gente, en caso de que nos encuentren será sencillo perderlos- sonriendo de medio labio, empezando una nueva aventura. ¿Qué les depara? La verdad nadie lo sabe, pero ya están ahí y si podemos asegurar algo es que una noche jamás será aburrida si es en la vida y compañía del ladrón Rosa Negra.
-Créeme muñeca, mis robos y un secuestro son de lo que menos me preocupo en caso de que me agarren, pero claro, asumiendo que un día lo hagan- suelta una risa realmente cínica mientras observa a los lados, percatándose de que los uniformados se han esparcido –Gracias por tu preocupación lindura, pero esta noche a penas comienza. No podemos volver al burdel pero tampoco nos podemos arriesgar a salir por las calles vestidos así…- los ojos que veían fijo a la damisela aun por debajo del antifaz recorren de pies a cabeza el cuerpo de la fémina; era evidente, ella le atraía bastante y aun cuando solo busca cuidarla así como llevarla a un lugar seguro, no puede evitar desviar de reojo sus pupilas para deleitarse con la vestimenta de Claudia, claro está, para él, ella es un ejemplo de ángel que tienta a ir hasta el más profundo rincón del pecado.
El español observa fijamente a su acompañante, pronto le coloca su sombrero para ocultar sus pintados cabellos, así, su capa que ya le cubría pasa a colocársela un poco mejor, amarrándola a ella y haciendo que su cuerpo se cubriera por el manto azabache. Por su lado, el solo se remanga su camisa, se suelta un par de botones y se coloca unas gafas oscuras, guardando su antifaz sin dejar que ni siquiera la hermosa señorita le viera el rostro –Creo que con esto podremos pasar desapercibidos por un par de horas, ahora, es mejor ir a un lugar más seguro- observa ambas esquinas y tomando la mano de la musa comienza a caminar –Actuemos como una pareja, será mejor caminar directo al parque donde hay un poco más de gente, en caso de que nos encuentren será sencillo perderlos- sonriendo de medio labio, empezando una nueva aventura. ¿Qué les depara? La verdad nadie lo sabe, pero ya están ahí y si podemos asegurar algo es que una noche jamás será aburrida si es en la vida y compañía del ladrón Rosa Negra.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
- Mensajes : 660
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Edad : 32
Localización : Abrazado a las sombras
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Cambios inesperados
Ella no tiene otra cosa que hacer más que seguirle, realmente no puede hacer nada más si es que quiere salir de ahí de la mejor manera posible, así que sus pasos son acelerados mientras intenta no observar demasiado al hombre, está claro que le debe muchas cosas, pero todavía no olvida el hecho de que él es como todos, que también se cree con el derecho de tocar su cuerpo sólo porque le ha dado un par de monedas, eso le había dolido pero no podía hacer demasiado al respecto, sólo tolerar, ahora, ahora la deuda era mucho más grande y no sabía bien lo que el ladrón pudiera pedirle a cambio, aunque ella debería darle lo que fuera, después de todo lo que le estaba devolviendo era la libertad, algo que por mucho dinero que tuviera no iba a poder comprar.
Cuando observa que él quita su antifaz inmediatamente baja la mirada por mucho que él fuera un ladrón ella no quería romper la confianza que había depositado en ella aunque él hubiera tirado por la borda la que Claudia le había dejado en sus manos -Parece que sí, espero que esto funcione, si no... No sé que podríamos hacer para salir bien librados de esto...- se le quedó viendo, la verdad que la oscuridad no ayudaba mucho a que la mujer pudiera ver por detrás de aquellos lentes y descifrar quien era, pero aparte de aquello tampoco era algo que le quitara el sueño ¿Alguien habría querido ver su identidad? Seguro que muchos, pero sin contar a la policía... ¿Cuántos? No lo sabía, lo que sí sabía es que ella no se contaba entre aquellos.
Asintió y comenzó a caminar de la manera más natural que podía aunque no podía negar que los nervios le comían por dentro -Siempre puedo decir que logré escapar de ti... A mí no me harán nada, sólo intentarán que hable y en algún momento deberán creerme de que no sé quien eres, pero eso te dará tiempo para poder esconderte- Claudia estaba decidida a que haría lo posible por ayudarle a escapar de la justicia, pues a su punto de vista él hacía mucho más por ella que la propia ley. Suspiró mientras escuchaba sus pasos retumbar en las aceras -¿Qué es lo que vas a querer a cambio de esto que has hecho?- a pesar de que no quería preguntar lo había hecho, era mejor así y sobre todo demasiado necesario.
Cuando observa que él quita su antifaz inmediatamente baja la mirada por mucho que él fuera un ladrón ella no quería romper la confianza que había depositado en ella aunque él hubiera tirado por la borda la que Claudia le había dejado en sus manos -Parece que sí, espero que esto funcione, si no... No sé que podríamos hacer para salir bien librados de esto...- se le quedó viendo, la verdad que la oscuridad no ayudaba mucho a que la mujer pudiera ver por detrás de aquellos lentes y descifrar quien era, pero aparte de aquello tampoco era algo que le quitara el sueño ¿Alguien habría querido ver su identidad? Seguro que muchos, pero sin contar a la policía... ¿Cuántos? No lo sabía, lo que sí sabía es que ella no se contaba entre aquellos.
Asintió y comenzó a caminar de la manera más natural que podía aunque no podía negar que los nervios le comían por dentro -Siempre puedo decir que logré escapar de ti... A mí no me harán nada, sólo intentarán que hable y en algún momento deberán creerme de que no sé quien eres, pero eso te dará tiempo para poder esconderte- Claudia estaba decidida a que haría lo posible por ayudarle a escapar de la justicia, pues a su punto de vista él hacía mucho más por ella que la propia ley. Suspiró mientras escuchaba sus pasos retumbar en las aceras -¿Qué es lo que vas a querer a cambio de esto que has hecho?- a pesar de que no quería preguntar lo había hecho, era mejor así y sobre todo demasiado necesario.
Claudia Gunter- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Re: Cambios inesperados
Poco a poco el caballero de la noche iba viendo los rostros de las personas que pasaban viéndoles, realmente parecían una verdadera pareja que solo se disponía a dar una relajante caminata por las calles de París -¿Cómo he salvado mi pellejo más de una vez?- dice en voz alta, más solo la necesaria para que Claudia sea la única que lo escuche –Siendo un maestro del disfraz, todos ellos se vuelven locos buscándonos y mira, aquí estamos muy relajados frente a sus narices… Son unos tontos- finiquita con una cínica sonrisa de medio labio, sintiendo el pasar de los vientos y aprovechando la situación para acariciar la cintura de la doncella, no con la intención que muchos lo han hecho, sino simplemente con ese “algo” que ha envuelto al ladrón.
Conforme los policías pasan corriendo y van persiguiéndose uno al otro entre calles y callejones pequeños, este español escucha la pregunta de la doncella al igual que sus palabras, es entonces que su recorrido es detenido con prontitud y su cuerpo se gira de tal forma que los ojos cubiertos por las gafas se fijan en los de ella, creando una mueca que aun bajo el incognito, no puede evitar trazarse de manera seria e inclusive un poco molesta –Te equivocas- dice tajante, frunciendo el ceño –No busco nada de ti, no busco tu cuerpo, no busco tu piel, tampoco tus besos ni poseerte como cualquier otro patán- toma las manos de la mujer para modular su voz, cambiando repentinamente de aquel sujeto serio a uno un poco más sincerado y dulce –Aquí estoy porque me importas, porque si te besé fue con la más pura intención de simplemente hacerlo, no porque sintiera que me debías algo… Claudia Gunter, soy Rosa Negra y puedo ser un ladrón, puedo ser un mujeriego, también un cínico y por demás de carismático- alardeando un poco de forma sarcástica –Pero si algo jamás me permitiré ser es… Un mentiroso- acercándose lentamente a ella para abrazarle con fuerza, moldeando su cara de forma que quede pegada con la ajena, frente con frente, nariz con nariz y una respiración que realmente parece ser compartida –Y no miento cuando digo que ese beso que te robé ha sido el robo más preciado, más valioso y más costoso que he hecho… No por el saco de monedas, sino porque me costó tu confianza, me costó tu amistad y por supuesto que me costó tu sonrisa…-
Así, el ladrón simplemente se va acercando un poco más a ella, sin embargo abruptamente la empuja para dejar pasar en el espacio que dejaron entre ambos una hacha, aventada a traición contra él, llevando la intención fallida de asesinarle -¿Pero qué?- se cuestiona el incognito quien simplemente gira su rostro y se da cuenta que yace frente a ellos una horda de policías -¡¡ROSA NEGRA, ALEJATE DE LA CHICA EN ESTE MISMO SEGUNDO O NO LLEGARÁS AL AMANECER!!- le amenaza el comandante de estos, quien lidera a su escuadrón en contra del criminal, sin embargo a encontrarse en una zona pobre, se puede observar como niños indigentes así como personas de clase social baja se arrojan contra ellos, inclusive los atacan con toda la intención de darle tiempo a que escape -¡¡Rosa Negra, HUYAN!!.. Nosotros los detendremos… No te preocupes, ahora vete que estos puercos te quieren agarrar… ¡¡VAYANSE!!- son distintos diálogos que vienen entre la multitud. Para entonces, el de cabellos largos arroja sus gafas colocándose en solo un microsegundo su antifaz, sonriendo de medio lado y gritando con cinismo –Amigos míos… ¡¡Les debo una grande, creo que un robo al mismísimo Rey de Inglaterra!!- soltando una carcajada, este no se da tiempo de preguntar y solo toma en sus brazos a la cortesana, corriendo entre los callejones nuevamente para sin mirar atrás solo pensar con todo su agradecimiento en aquellas personas que arriesgaron su vida y su libertad por darle un poco de tiempo para escapar. Quizás Rosa Negra sea un criminal, un ladrón, pero él jamás ha dudado en mancharse sus manos con el dinero de otros para proteger a estas personas y esas mismas personas: el pueblo… Son ahora quienes le salvaron la vida, a él y a su hermosa secuestrada.
Conforme los policías pasan corriendo y van persiguiéndose uno al otro entre calles y callejones pequeños, este español escucha la pregunta de la doncella al igual que sus palabras, es entonces que su recorrido es detenido con prontitud y su cuerpo se gira de tal forma que los ojos cubiertos por las gafas se fijan en los de ella, creando una mueca que aun bajo el incognito, no puede evitar trazarse de manera seria e inclusive un poco molesta –Te equivocas- dice tajante, frunciendo el ceño –No busco nada de ti, no busco tu cuerpo, no busco tu piel, tampoco tus besos ni poseerte como cualquier otro patán- toma las manos de la mujer para modular su voz, cambiando repentinamente de aquel sujeto serio a uno un poco más sincerado y dulce –Aquí estoy porque me importas, porque si te besé fue con la más pura intención de simplemente hacerlo, no porque sintiera que me debías algo… Claudia Gunter, soy Rosa Negra y puedo ser un ladrón, puedo ser un mujeriego, también un cínico y por demás de carismático- alardeando un poco de forma sarcástica –Pero si algo jamás me permitiré ser es… Un mentiroso- acercándose lentamente a ella para abrazarle con fuerza, moldeando su cara de forma que quede pegada con la ajena, frente con frente, nariz con nariz y una respiración que realmente parece ser compartida –Y no miento cuando digo que ese beso que te robé ha sido el robo más preciado, más valioso y más costoso que he hecho… No por el saco de monedas, sino porque me costó tu confianza, me costó tu amistad y por supuesto que me costó tu sonrisa…-
Así, el ladrón simplemente se va acercando un poco más a ella, sin embargo abruptamente la empuja para dejar pasar en el espacio que dejaron entre ambos una hacha, aventada a traición contra él, llevando la intención fallida de asesinarle -¿Pero qué?- se cuestiona el incognito quien simplemente gira su rostro y se da cuenta que yace frente a ellos una horda de policías -¡¡ROSA NEGRA, ALEJATE DE LA CHICA EN ESTE MISMO SEGUNDO O NO LLEGARÁS AL AMANECER!!- le amenaza el comandante de estos, quien lidera a su escuadrón en contra del criminal, sin embargo a encontrarse en una zona pobre, se puede observar como niños indigentes así como personas de clase social baja se arrojan contra ellos, inclusive los atacan con toda la intención de darle tiempo a que escape -¡¡Rosa Negra, HUYAN!!.. Nosotros los detendremos… No te preocupes, ahora vete que estos puercos te quieren agarrar… ¡¡VAYANSE!!- son distintos diálogos que vienen entre la multitud. Para entonces, el de cabellos largos arroja sus gafas colocándose en solo un microsegundo su antifaz, sonriendo de medio lado y gritando con cinismo –Amigos míos… ¡¡Les debo una grande, creo que un robo al mismísimo Rey de Inglaterra!!- soltando una carcajada, este no se da tiempo de preguntar y solo toma en sus brazos a la cortesana, corriendo entre los callejones nuevamente para sin mirar atrás solo pensar con todo su agradecimiento en aquellas personas que arriesgaron su vida y su libertad por darle un poco de tiempo para escapar. Quizás Rosa Negra sea un criminal, un ladrón, pero él jamás ha dudado en mancharse sus manos con el dinero de otros para proteger a estas personas y esas mismas personas: el pueblo… Son ahora quienes le salvaron la vida, a él y a su hermosa secuestrada.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
- Mensajes : 660
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Edad : 32
Localización : Abrazado a las sombras
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Cambios inesperados
Se sentía nerviosa, no podía evitarlo, la mano de él le acariciaba y ella intentaba simplemente no pensar, no era bueno, quizá el burdelero tenía razón y ella no servía para usar la mente pues siempre lo echaba todo a perder y quizá, sólo quizá estuviera en lo cierto, pero no quería dejar que aquél hombre tan asqueroso ganara en algún pensamiento como aquél así que simplemente iba caminando a pasos lentos al lado de quien le había raptado.
Cuando se detiene ella se queda mirando a través de las gafas, podía intentar ver algo detrás de ella pero no le interesaba, o al menos no haría esfuerzo alguno, eso estaba decidido así que simplemente se dedicó a escuchar lo que le decía -Carismático...- dice intentando no reír mientras intenta creer toda aquella explicación que le ha dado -Intentaré creerte, pero no te prometo nada, sólo que ya te dije que si soy cortesana es porque me obligan, no porque me guste que me toquen- hizo una mueca con los labios observándolo, alguna vez había disfrutado de tener a alguien de manera íntima, pero no lo hacía noche con noche y tampoco quería hacerlo, tener que desnudarse delante de un desconocido era tortuoso, acariciarle, o dejar que le besaran, para ella era un padecimiento lento que le hacía sentirse sucia.
Su respiración cerca de la ajena y abre los ojos intentando no moverse, tiene "miedo" de que de nuevo le bese, pero esta vez se había convencido de que dejaría que lo hiciera, había hecho demasiado por ella como para ser capaz de negarle un beso, sería de alguien que no sabe lo que es el agradecimiento y debía decir que sus padres le habían educado pobremente pero bastante bien.
-¡Ah!- grita mientras su espalda queda pegada completamente a la pared, no sabía que le había espantado más,si que él le besara o que casi le volaran la cabeza a aquél delante de ella y de paso algún rasguño ella se llevaría. Mira a todos sin entender pero no puede reaccionar tampoco mientras se aferra al cuerpo del ladrón y siente el ajetreo a la que es sometida así que simplemente se queda ahí -Pude haber corrido...- dice mientras ve como se van perdiendo entre los callejones y mira hacia un sitio oscuro, no es que le dé buena espina, pero está lo suficientemente apartado como para poder ocultarse -Si me bajas...- dice de nuevo entre enfadada y divertida observando el antifaz de aquél.
-Rosa Negra, mira, por ahí... - señala el callejón mientras mira a las espaldas del hombre y no escucha ya ningún barullo que se acerque a ellos -Creo que los has perdido- espera que la baje o se detenga, o le haga caso, lo primero que ocurra mientras detiene el sombrero en su lugar, no sabía como era posible que fuera por la vida con aquellos cabellos rosados, cualquiera la vería y eso le daba gracia, aunque con eso mismo era que su "dueño" la podía localizar con facilidad.
Cuando se detiene ella se queda mirando a través de las gafas, podía intentar ver algo detrás de ella pero no le interesaba, o al menos no haría esfuerzo alguno, eso estaba decidido así que simplemente se dedicó a escuchar lo que le decía -Carismático...- dice intentando no reír mientras intenta creer toda aquella explicación que le ha dado -Intentaré creerte, pero no te prometo nada, sólo que ya te dije que si soy cortesana es porque me obligan, no porque me guste que me toquen- hizo una mueca con los labios observándolo, alguna vez había disfrutado de tener a alguien de manera íntima, pero no lo hacía noche con noche y tampoco quería hacerlo, tener que desnudarse delante de un desconocido era tortuoso, acariciarle, o dejar que le besaran, para ella era un padecimiento lento que le hacía sentirse sucia.
Su respiración cerca de la ajena y abre los ojos intentando no moverse, tiene "miedo" de que de nuevo le bese, pero esta vez se había convencido de que dejaría que lo hiciera, había hecho demasiado por ella como para ser capaz de negarle un beso, sería de alguien que no sabe lo que es el agradecimiento y debía decir que sus padres le habían educado pobremente pero bastante bien.
-¡Ah!- grita mientras su espalda queda pegada completamente a la pared, no sabía que le había espantado más,si que él le besara o que casi le volaran la cabeza a aquél delante de ella y de paso algún rasguño ella se llevaría. Mira a todos sin entender pero no puede reaccionar tampoco mientras se aferra al cuerpo del ladrón y siente el ajetreo a la que es sometida así que simplemente se queda ahí -Pude haber corrido...- dice mientras ve como se van perdiendo entre los callejones y mira hacia un sitio oscuro, no es que le dé buena espina, pero está lo suficientemente apartado como para poder ocultarse -Si me bajas...- dice de nuevo entre enfadada y divertida observando el antifaz de aquél.
-Rosa Negra, mira, por ahí... - señala el callejón mientras mira a las espaldas del hombre y no escucha ya ningún barullo que se acerque a ellos -Creo que los has perdido- espera que la baje o se detenga, o le haga caso, lo primero que ocurra mientras detiene el sombrero en su lugar, no sabía como era posible que fuera por la vida con aquellos cabellos rosados, cualquiera la vería y eso le daba gracia, aunque con eso mismo era que su "dueño" la podía localizar con facilidad.
Claudia Gunter- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Re: Cambios inesperados
La noche ya estaba en lo más alto, las estrellas resguardaban sobre las antorchas que iluminaban los callejones donde el ladrón se había perdido con su “victima”. Era el momento perfecto, pues los policías estaban lejos, no había ya un alma en la calle y entre los laberintos de París, yacían solos el caballero de la noche y la hermosa dama de los cabellos rosas. –Dime, ¿no te gustaría dar un verdadero cambio? No tengo nada en contra de tu cabellera, de hecho me gusta, pero creo que es un detalle muy… Singular, seguro el casero asqueroso o alguna harpía envidiosa de tu burdel te reconocerán si llegan a pillarnos o a pillarte a ti sola- se escucha cuestionar quien coloca de pie a la bella mujer después de sus chuscas órdenes; los ojos del cabellos largos se filtran de lado a lado, buscando que nadie los vea o los escuche, asegurándose que el campo esté libre para ambos -¿No te gustaría un cambio de imagen? Como dije, ese corsé y esa diminuta falda me gusta, pero creo que es momento de buscar algo que te libere de aquella opresión, ahora, si prefieres la ropa diminuta yo comparto ese gusto- riendo ante su cinismo pues no puede evitar ser deslumbrado por la belleza de Claudia, ya sea el de su hermoso rostro o la de su escultural cuerpo.
Tomando a la dulce joven de la mano, este comienza a caminar lentamente por aquellas calles alumbradas solo por antorchas que parecen ir abriendo un sendero solo para ambos, realmente él no sabía a dónde se dirigía, era decisión de la callada mujer –Podemos ir con una conocida mía, trabaja con el cabello de las damas, es muy cotizada y me debe un favor. Madame Melina- le sugiere el hijo de España, quien por su trabajo nocturno así como aristócrata –en secreto- conoce a mucha gente y entre esa gente se encuentran personas de la talla de una Madame Melina, la flamante diseñadora y estilista reconocida en todo el continente por sus mágicas obras de arte hechas en las cabelleras y cuerpos de las mujeres de la alta jerarquía económica y política; aun cuando ella es muy amiga del ladrón, es bien sabido por él que también tienen una sutil conexión un tanto de coqueteo, especialmente por parte de ella, quien sin duda no se negará a nada que el enmascarado le pida –O también podemos volver y destruir tu burdel o lo que queda de él, total, necesita una remodelación- ríe ante su terrible humor negro, extendiendo su mano y esperando a que la señorita que lo acompaña la tome anunciando su respuesta, sea cual sea, una nueva aventura para los dos que seguirá dando paso a estos… Cambios Inesperados.
Tomando a la dulce joven de la mano, este comienza a caminar lentamente por aquellas calles alumbradas solo por antorchas que parecen ir abriendo un sendero solo para ambos, realmente él no sabía a dónde se dirigía, era decisión de la callada mujer –Podemos ir con una conocida mía, trabaja con el cabello de las damas, es muy cotizada y me debe un favor. Madame Melina- le sugiere el hijo de España, quien por su trabajo nocturno así como aristócrata –en secreto- conoce a mucha gente y entre esa gente se encuentran personas de la talla de una Madame Melina, la flamante diseñadora y estilista reconocida en todo el continente por sus mágicas obras de arte hechas en las cabelleras y cuerpos de las mujeres de la alta jerarquía económica y política; aun cuando ella es muy amiga del ladrón, es bien sabido por él que también tienen una sutil conexión un tanto de coqueteo, especialmente por parte de ella, quien sin duda no se negará a nada que el enmascarado le pida –O también podemos volver y destruir tu burdel o lo que queda de él, total, necesita una remodelación- ríe ante su terrible humor negro, extendiendo su mano y esperando a que la señorita que lo acompaña la tome anunciando su respuesta, sea cual sea, una nueva aventura para los dos que seguirá dando paso a estos… Cambios Inesperados.
Aldebaran Ballester- Realeza Española
- Mensajes : 660
Fecha de inscripción : 06/06/2012
Edad : 32
Localización : Abrazado a las sombras
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Cambios inesperados
Ya estaba cansada y eso que ella casi no se había movido de los brazos del joven justiciero, aunque aquello le hacía que le remordiera la consciencia, quizá eso hacía que él estuviera más dolorido, pero bien pudo sólo jalarla del brazo, Claudia era diestra con los zapatos de tacón, tenía demasiado tiempo usándolos y caminaba rápidamente con ellos, incluso subía, bajaba escaleras y podía correr sin ningún problema.
Se le quedó viendo cuando logró ponerse de pie y ladeó la cabeza mirando sus cabellos -Puede ser que tengas razón y cualquiera me ubique pero si me hubieras dado tan siquiera un poco de tiempo... Pude haber tomado una de las pelucas que uso o algo así... Me gustaría no llamar tanto la atención, pero la realidad de las cosas es que no tengo dinero... Al menos no para gastarlo en un cambio de imagen, debo ver la manera de poder comer mientras veo que hago fuera de ese lugar, soy consciente de que no sé hacer nada- suspiró y reprimió más de las palabras que tenía que decir, pues en ocasiones le daban tanto asco los clientes que le pedían que su tensión era tan notoria que salían quejándose de que ella no cooperaba, era bueno porque se aburrían y no la pedían nunca más, pero bastante malo cuando el hombre le estrellaba la mano en el rostro como reprimenda y después intentaba enseñarla a tener sexo de todas las formas que se le ocurrieran.
-Realmente eres al único que le gusta esta ropa, a mí... No, la uso porque me obligan- parecía que nadie entendía que Claudia era cortesana por obligación, hasta el momento sólo se había acostado con un hombre, sólo uno por gusto y no se había vuelto a repetir, aunque al final del día había terminado pagando por sus servicios como cualquier otro y aquello dejaba en claro a la cortesana lo único que era para aquél hombre y quizá así fuera mejor, ella no tenía futuro fuera del burdel y quizá a escasos minutos de haber huido ya lo tenía bastante claro.
-Ya no quiero volver a ese burdel- dijo mientras seguía caminando con él notando como la noche cubría con su manto todo alrededor, se veía perfecto, parecía que al final estaba comenzando a reinar la paz en ese sitio sin embargo algo en ella todavía le estaba carcomiendo por dentro, no le dejaba que su paz interior también reinara -Supongo que puedes hablarle al oído a la señora esa y entonces todo estará resuelto- dijo la cortesana con una sonrisa dibujada en el rostro mientras observaba los ojos marrones del ladrón -¿Será que ella quiere pagarte? Puedo llegar y decir sin problemas que eres mi amigo o mi hermano... No se vaya a enojar- le guiñó el ojo de manera divertida mientras seguía sus pasos -Aunque no creo que ahora esté abierto, quizá mañana en la mañana, tal vez ya te encuentres cansado... me has cargado gran parte del camino, puedes... No sé... Puedo darte un masaje en los brazos como pago a tus "servicios"- encogió los hombros de nueva cuenta mientras se quedaba pensado -Mi cabello en realidad es rubio... Pero al burdelero le gustaba reconocerme de forma inmediata... Y creo que lo logró- suelta una pequeña risa que en vez de alegría denota el sarcasmo y asco que siente la mujer.
Se le quedó viendo cuando logró ponerse de pie y ladeó la cabeza mirando sus cabellos -Puede ser que tengas razón y cualquiera me ubique pero si me hubieras dado tan siquiera un poco de tiempo... Pude haber tomado una de las pelucas que uso o algo así... Me gustaría no llamar tanto la atención, pero la realidad de las cosas es que no tengo dinero... Al menos no para gastarlo en un cambio de imagen, debo ver la manera de poder comer mientras veo que hago fuera de ese lugar, soy consciente de que no sé hacer nada- suspiró y reprimió más de las palabras que tenía que decir, pues en ocasiones le daban tanto asco los clientes que le pedían que su tensión era tan notoria que salían quejándose de que ella no cooperaba, era bueno porque se aburrían y no la pedían nunca más, pero bastante malo cuando el hombre le estrellaba la mano en el rostro como reprimenda y después intentaba enseñarla a tener sexo de todas las formas que se le ocurrieran.
-Realmente eres al único que le gusta esta ropa, a mí... No, la uso porque me obligan- parecía que nadie entendía que Claudia era cortesana por obligación, hasta el momento sólo se había acostado con un hombre, sólo uno por gusto y no se había vuelto a repetir, aunque al final del día había terminado pagando por sus servicios como cualquier otro y aquello dejaba en claro a la cortesana lo único que era para aquél hombre y quizá así fuera mejor, ella no tenía futuro fuera del burdel y quizá a escasos minutos de haber huido ya lo tenía bastante claro.
-Ya no quiero volver a ese burdel- dijo mientras seguía caminando con él notando como la noche cubría con su manto todo alrededor, se veía perfecto, parecía que al final estaba comenzando a reinar la paz en ese sitio sin embargo algo en ella todavía le estaba carcomiendo por dentro, no le dejaba que su paz interior también reinara -Supongo que puedes hablarle al oído a la señora esa y entonces todo estará resuelto- dijo la cortesana con una sonrisa dibujada en el rostro mientras observaba los ojos marrones del ladrón -¿Será que ella quiere pagarte? Puedo llegar y decir sin problemas que eres mi amigo o mi hermano... No se vaya a enojar- le guiñó el ojo de manera divertida mientras seguía sus pasos -Aunque no creo que ahora esté abierto, quizá mañana en la mañana, tal vez ya te encuentres cansado... me has cargado gran parte del camino, puedes... No sé... Puedo darte un masaje en los brazos como pago a tus "servicios"- encogió los hombros de nueva cuenta mientras se quedaba pensado -Mi cabello en realidad es rubio... Pero al burdelero le gustaba reconocerme de forma inmediata... Y creo que lo logró- suelta una pequeña risa que en vez de alegría denota el sarcasmo y asco que siente la mujer.
Claudia Gunter- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Temas similares
» AVISO #25: CAMBIOS EN EL STAFF, NUEVA SECCIÓN Y CAMBIOS EN LAS NORMAS DE LAS AUSENCIAS.
» Cambios... (libre)
» Encuentros inesperados
» Encuentros inesperados
» Los cambios que nos aguardan [Arabella]
» Cambios... (libre)
» Encuentros inesperados
» Encuentros inesperados
» Los cambios que nos aguardan [Arabella]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour