La oscuridad es mi alivio [Libre]

por **Elvin Herkimer** Dom Feb 10, 2013 8:15 pm

Todos tienen una historia que relatar –cuál es la mía?- me pregunto al mismo tiempo que alzo la mirada y me encuentro que dos jóvenes que se acercan hacia mí, se percatan de mi presencia, lo siento, ellas lo sienten, pero rápidamente desvían su atención a dos tragos que algún cortesano les había prometido. Una de ellas se queda mirando la dirección en donde sintió un cosquilleo en su espalda, pero rápidamente voltea, volviendo a su vida, volviendo a su historia, que alguna vez yo también tuve.

Veía muchas mujeres hermosas, cortesanas y no cortesanas, que veían e ibas mientras yo me quedo estancado en aquel burdel. ¿Por qué? No se la respuesta. Me siento seguro, espero algo, espero a alguien, deseo que lleguen rápido, pero ya ha pasado más de medio siglo y no me han visto, no han llegado por mí para poder alejarme de todos aquellos gemidos barbaros que aturden mi audición hasta el punto de hacerme gemir a mí, pensando que yo soy el que hace que las mujeres griten de pasión.

Doy un paso hacia atrás, el burdel comienza a abarrotarse mucho, es mejor escapar, deseo hacerlo. Comienzo a elevarme, nadie puede verme. ¿Maldición o bendición? debo analizarlo, no sé lo que sucede, salgo sin querer del burdel. ¿Así es mi deseo de irme de aquel lugar? –NO…Gilbert!!!- grito aterrorizado al mirar que estoy flotando a unos diez metros del techo de aquella casa de la perdición, no quiero irme, mi hermano debe estar buscándome, debo mantenerme en un lugar en donde el pueda encontrarme.

Miro a mí alrededor, noto algunas luces lejanas, otros gemidos distintos, otras cortesanas, otros matices y como no puedo controlar, me emborracho con un nuevo horizonte que se está poco a poco abriendo ante mis ojos y sin quererlo comienzo a alejarme de mi antiguo burdel. No te angusties burdel, pienso riendo para mí solo, regresare… sobrevuelo parís, tenía tiempo que no lo hacía, me siento feliz, me siento triste, deseo llorar, comienzo a reír. El frio choca con mi rostro, puedo sentirlo, pero al mismo tiempo el frio soy yo…

-Estoy loco… me he vuelto loco- susurro mientras busco desesperadamente el calor entra las sabanas de alguna pareja alquilada gracias a unos cuantos francos. Lo encuentro, bajo rápidamente encontrándome con otro burdel de parís, distinto al que estaba, pero tan igual que me hace sentir rápidamente en casa. Personas comunes, personas normales que vienen por un poco de sexo, pero hay una realidad peor… yo no soy visible, nadie me ve, nadie me siente, ni yo mismo creo que me siento.. ¿mi mano pasa por mi pecho? ¿Dónde está mi corazón?

por **Beatrix Hathaway** Dom Feb 10, 2013 9:00 pm

"Odio de vos sonrisa ganadora. Esos ojos verde cielo, y tu forma de mirar... Odio de vos como se mueve tu boca, lo que siento si me tocas, lo que dices al hablar."

La noche había caído conmigo en una solitaria habitación. El burdel era bonito, tal vez el más bonito de todo París; la habitación resultaba ser especialmente fresca, limpia y suficientemente amplia para todo tipo de perversiones o dulces fantasías. Yo hacía un poco de todo, y por supuesto, siempre por amor al arte. La noche estaba resultando ser más fría que las anteriores. ¿Habríamos llegado a invierno, pues?

- Vous détestez gagner sourire. Ceux ciel les yeux verts, et la façon dont vous regardez ... Je te hais comme vous déplacez votre bouche, je me sens si vous me touchez, ce que vous dites lorsque vous parlez.

Canturreaba mientras me paseaba por la habitación, dejando que mi piel se mantuviera expuesta al frío nocturno. Que bella era la desnudez y la suavidad en el aire de París, que placentero era buscar, con la lentitud de alguien que se cree inmortal, un camisón de algodón, casi transparente. Miré por encima de mi hombro, divisando la bañera color carmín, iluminada por algunas velas, esperando mi cuerpo. El vapor se asomaba como bruma sobre las velas. Sonreí.

Cuando hubiese encontrado la pequeña prenda blanca, la dejé sobre la cama y me dirigí a la bañera, caminando sobre las puntas de los pies, cuando una extraña sensación me hizo girar hacia la ventana. ¿Sería...? No, era el tercer piso. Debía estar imaginándolo.

por **Elvin Herkimer** Sáb Mar 09, 2013 2:15 pm

Como siempre, caí en un lugar que me hacía sentir bien, no sabía se este era el burdel en donde mi hermano y yo por última vez no habíamos visto. El burdel original no existe. Me digo a mi mismo, como si fuera susurrado por otra persona a mi oído, sabía que Gilbert estaba buscándome, al igual que yo lo hacía, tal vez nos encontráramos, tal vez no lo haríamos. No quiero pasar el resto de mi vida de burdel en burdel, de hotel en hotel buscando a una persona que tal vez ya se había olvidado de mí. Aquello hizo que gimoteara un poco, era soy un desastre de emociones, no sé lo que vendrá luego de que el sentimiento de tristeza deje mi cuerpo, tal vez una ira comience a aparecer dentro de mí.

Giro mi cuerpo y me encuentro en una de aquellas habitaciones, creo que estoy en el tercer piso del lugar, en realidad estoy algo aturdido y desubicado, tendría que esperar dos segundos para que pudiera sentir los pies en la tierra y saber que estaba en otro lugar. Es una habitación linda, pero me gusta las otras habitaciones del burdel anterior, pues eran más amplias, aun así, este se ve sofisticado, exclusivo, no tan gastado –Es aun nuevo- digo mirando el techo que tenía un hermoso candelabro en forma de telaraña que iluminaba todo el lugar.

Una canción me distrae, giro todo mi cuerpo encontrándome con una mujer de cuerpo celestial, no puedo evitar sentirme atraído por ella, de todos modos soy un hombre, pero como fantasma solamente me gusta observar atentamente los sucesos que ocurren a mi alrededor, pocas veces busco entrometerme y esta no será la excepción. Sé que no es una bruja, pues no puede verme, los brujos si pueden hacerlo. Me sorprendo cuando se voltea buscando algo, su mirada se fijo en el punto en donde yo estaba, aunque ella no se diera cuenta de mi presencia.

Es sensible a los cambios, dejo salir una risilla suave, sé que no la va a escuchar porque yo no la dejare. Miro la prenda que dejo en la cama y con propósito de ver el cambio en su rostro me acerco a ella para moverla un poco. La prenda cae al suelo por mi culpa, pero tal vez la chica dirá que es por culpa de la gravedad, miro hacia mí alrededor y noto que hay algunos cuadros detrás de ella, bien alineados, perfectos, los desigualo, volteándolos de forma rápida, tal vez así ella notara que no es la gravedad, ni el viento. Los seres humanos siempre buscaban darle explicación a todo y cuando no la tenían se volvían graciosamente locos.

por **Beatrix Hathaway** Lun Abr 22, 2013 8:44 pm

Cuando la humedad de la noche comenzó a erizarme el vello de la nuca, me dije a mi misma que estaba siendo un poco paranoica. Me sentía observada, no de una manera desagradable, sino como aquellas ocasiones en que un cliente se sentía especialmente complacido con mi cuerpo; la luz de las velas daba un color más bien dorado sobre mi piel, y pensé que, si pudiera ser posible, atraparía ese color entre las manos, y lo guardaría para mi misma, admirándolo en las noches de nostalgia. La noche era extraña, enigmática. Justo antes de que me decidiera entrar a la tina, me di cuenta que el camisón que había dejado en la cama ahora se encontraba en el suelo. ¿Cómo podía ser? ¿El viento? Sí, la ventana estaba abierta, pero no hacía suficiente brisa para echar al suelo esa prenda, por más ligera que fuera.

Consternada, pero muy poco dispuesta a dejarme asustar, entré en la bañera, casi ronroneando de placer al sentir el agua caliente rodearme el cuerpo. Cualquier cosa que estuviese ocurriendo en la habitación, volvió a captar mi atención, cuando me di cuenta que los cuadros de la pared, tan alineados como piezas de dominó, se desviaron de pronto. Di un respingo aun dentro del agua, con la calma de una mujer que no era supersticiosa. Sin embargo, sentía un nudo en el estomago, y el fino vello de mis brazos estaba de punta, como si fuera un erizo. Miré en todas direcciones, diciéndome a mi misma que no había nadie ahí; a pesar de esto, me obligué a preguntar:

- ¿Hay alguien ahí?

Por un momento no hubo respuesta, cosa que me animó a seguir mi baño. Ya no estaba para nada tranquila, pero no podía permitir que, quienquiera que hubiese decidido darme un susto, se diese cuenta. Me deslicé por la bañera, hasta que todo mi cuerpo quedó sumergido; cuando saqué la cabeza, el agua me caía por el rostro. El cabello estaba desparramado a cada lado de mi cuerpo, de un castaño intenso, como los dulces de chocolate que vendían en las tiendas de regalos. Suspiré, demasiado relajada por el agua caliente para pensar, una vez más, en los extraños sucesos de la habitación.

Me sentía un poco sola, pero recordarme que eso era mucho mejor que ser una muchacha sumisa, me hizo sentir un poco mejor. Deseaba un amigo, muy en el fondo, la pequeña niña que solía visitarme en el otro burdel no era la compañía más dulce que poseía; era obstinada y tramposa, como yo, pero con muchas más oportunidades. Entre pensamientos, no me di cuenta que estaba casi quedándome dormida, con los parpados cerrados y las pestañas húmedas.

Spoiler:

por **Elvin Herkimer** Miér Mayo 08, 2013 10:58 pm

La mente, la mente le decía que no debía pensar en lo que pasaba, pero ella comenzaba a darse cuenta de mi presencia, de que no estaba sola, me emocione levemente cuando escuche como preguntaba, pero aquella pregunta salió de sus lindos labios y azoto el lugar sin ninguna respuesta, era una pregunta muy débil, no me sentía a gusto respondiéndole sobre quien estaba en ese lugar, sobre quien era yo, aun no, aun no era el momento, seguí jugando alrededor de ella, me mantuve por unos momentos quieto, para que ella disfrutara su baño y no se frustrara o peor, estuviera a punto de entrar a una crisis nerviosa por mi culpa, eso era lo que menos quería, pues me agradaba la joven.

Note que comenzaba a dormirse, que peligroso era eso, su nariz se estaba deslizando por el agua, si no hacia pronto seria una más, tal vez ascendería de forma rápida hacia donde yo aun no puedo ir o se quedaría junto a mi algo aturdida de lo que acababa de pasar. Fui malo, pues por unos momentos me quede mirando como sus pestañas se movían por un suave viento que pasaba por allí, no hice nada para evitar que comenzara a ahogarse, pero ella era demasiado hermosa para morir aun. ¿Qué estaría soñando? Bueno eso no importaba si no se ponía alerta moriría pronto.

-Despierta…- susurro a su oído, no sé si me escucha, su nariz esta debajo del agua, comenzara a ahogarse en pocos minutos –Mon amour… eres demasiado hermosa para morir de esta forma- le indique con dulzura, pero no atenía. Pronto hice que un viento helado llegara por la puerta, la azote tanto como pude para que pudiera escucharse, para que la asustara y esta se levantara de sorpresa. Al parecer había funcionado, pero yo había olvidado ocultarme de ella, aunque no era totalmente corpóreo se podían ver unas pequeñas moléculas trasparentes que formaban un cuerpo sombrío y algo trasparente, difícil de identificar, pero si, allí estaba yo sonriéndole, aliviado de que no le hubiera pasado nada, había sido por hoy su ángel guardián, quien no dejo que nada malo le hubiera pasado.

Spoiler:

por **Beatrix Hathaway** Vie Mayo 10, 2013 9:41 pm

Todo sonido procedente del exterior se apagó cuando mis oídos quedaron bajo el agua. El único sonido que podía percibir era como un zumbido grave, tal como decían que se escuchaba el fondo del océano. ¿Cómo sería ver el mar y escuchar las olas? Alejarme de ahí. Conforme más tiempo pasaba bajo el agua, menos cuenta me daba de lo que ocurría. El trance en el que me encontraba era cálido y reconfortable, muy tentador para despertar y sentir mi corazón al latir. Sin embargo, a pesar de que estaba "sola" en la habitación, una voz se hizo escuchar por debajo del agua, llegando a mí y haciéndome abrir los ojos de golpe. ¿Qué...? ¿Qué estaba haciendo? Cuando hubiese abierto los ojos, comprendí que miraba al techo de la habitación bajo la superficie, y la figura de alguien suspendía sobre mi, sin mucha claridad.

¿Era... de verdad un...? Salí del agua precipitadamente, salpicando un poco la alfombra. No salí corriendo como quizás hubiese querido, sino que me quedé sentada, aferrándome a las orillas de la bañera con la mirada fija en esa persona. Era un hombre... joven y... curioso. No parecía estar ahí, pero estaba. Una aparición que había acelerado mi aburrido corazón.

- ¿Quién... quién eres tu...? - noté que mi voz temblaba, de modo que la aclaré antes de retirarme el cabello mojado de la cara.- Perdona que lo pregunte, tal vez muy... obvio... Pero, ¿eres un fantasma?

Mordí mi labio inferior, esperando que todo lo que hubiese por decir fuese en torno a él y su aparición, y pudieramos olvidar lo que había estado a punto de ocurrir.

por **Elvin Herkimer** Sáb Mayo 18, 2013 2:23 pm

Por suerte estaba yo, ella tenía suerte, estaba cerca, le mire con ojos tranquilos, nada burlones, nada maliciosos, solamente tranquilos, como si estuviera mirando un punto que no tenía ningún significado. Si se sentía asustada no la culparía, si no lo estaba, sería como aquella niña de hace muchos años que no huyo de mi cuando trate de hacerlo un juego y en vez de salir llorando, me saludo. ¡Saludo tranquilamente a alguien muerto! Niña más rara era aquella no había, ladee mi cabeza, tal vez ella era aquella niña de ojos hermosos con la que me había encontrado hace muchos años, pero luego de unos segundos note que no era ella, que no se trataba de la misma persona. Me decepcione ¿algún día volvería a verla? No lo sabía, pero la pregunta de la joven me saco de mis pensamientos.

Reí suavemente, me deje llevar por aquella risa, por aquella pregunta tan inocente, bueno ella sabia la respuesta pero parecía que necesitaba que se la respondieran para poder así comprender todo o volverse loca con fundamente –Si- dije suavemente –Si quieres que sea un fantasma, lo seré…- volví a reír suavemente mientras comenzaba a serme menos visible, perdiéndome entre la habitación, para luego susurrarle a su oído –Casi te conviertes en uno como yo…- le hable, le hable a su mente, estaba dentro de ella. Eso se me había fácil, debía admitir que nunca había hecho algo así, pero parecía divertido.

No quería asustarla, no deseaba que pensara que yo hubiera querido que ella fuera uno como yo, era suficiente conmigo –También fui cortesano- le susurre suavemente mientras desfrutaba con ella el agua de la tina –pero no tuve la necesidad de serlo, solamente me gustaba acostarme con mujeres casadas… “peligrosas”- la había salvado. ¿Por qué lo había hecho? No lo sabía, en mi mente solamente había llegado la orden de hacerlo y eso fue lo que hice, mas nada pude entender.

por Contenido patrocinado

La oscuridad es mi alivio [Libre]

La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]

Re: La oscuridad es mi alivio [Libre]