LA MADONNA DE CARNE ( GINEBRA DOMINIQUE)

por **Hauser Baskerville** Dom Feb 17, 2013 4:32 pm

Querido Obispo ,

Tengo el placer de recomendar a Mr. Hauser Baskerville, chelista de mediana fama aqui en Liverpool, quien ha trabajado como musico durante muchos años, en la Abadia de Whorting, con honor y respeto siendo su reputacion excelente.

Es por ello y esperando que la gran Catedral de Nuestra Señora, reciba a este joven en calidad de protegido, con la ayuda de ciertos francos, semanales, sabiendo del sentir caritativo que poseen los religiosos de los franceses.

Que la bendicion de nuestro señor los acompañe siempre.

● MISS NATASHA PARA SOURCECODE ●

Estando en el porton del templo, vi la majestuosidad de la Catedral de Nuestra Señora, las imponentes gargolas que pareciesen tener vida. Adentro el silencio era de una calma, como si una paz sobrenatural lo envolviera todo. El murmullo de Paris quedaba atras, y las imagenes de los santos parecian mirarme. ¡ Cada vez parecen mas reales! sus ojos brillan, como si tuviesen vida y las madonnas poseen un rosado en sus mejillas que provocan besarlas. Decepcionante que las mujeres modernas prefieran el denso colorete por el palido de sus mejillas.

El acolito me miro de arriba a abajo y tuve que fingir una sonrisa. Miraba mi estuche... Si supiera que mis armas le hacen compañia a mi Cello. Me pidio que esperara. Esperar en la vacia catedral, me provocaba un puro, pero hay que guardar las apariencias. Mire al acolito de mierda perderse mirandome con algo de desprecio. Coloque mi mejor mi mejor sonrisa de " Vete para el carajo"... Lo siento Dios, tu ves todo, lo deberias ver a el tambien.

Las velas se movian cadenciosas mostrando el fervor de los creyentes delante de aquellas casi humanas figuras. Me deje llevar por su movimiento, cuando una mano, fragil, blanca y delicada, empezo a encender una veladora. Mis ojos empezaron a escalar sobre la figura dueña de esa mano. Sin darme cuenta empeze a acercarme al altar por entre las bancas. La figura de espalda, con su melena rubia que sobrepasaba un sencillo mantillo blanco de encajes, puro y espiritual. Me acerque y vi cuando con delicadeza giro su rostro sin verme para arrodillarse en el reclinatorio, y su rostro blanco, sonrosado de manera tan natural resultaba encantador. Sus ojos brillaban azules como el cielo de verano... Y su boca, era sin duda una frambuesa silvestre, delicada y salvaje. Entonces me parecio que aquella criatura parecia mucho a la Virgen a la que rezaba.

Era una madonna de carne y hueso... y yo la espiaba como un milagro.

En un momento de audacia, tome su mano y me hinque ante ella. Bese su mano, y sonrei de lado. No era el mejor lugar para seducir a una mujer... ¿ pero podia yo resistirme?

- Mi Lady, dejeme besar tanta veces su mano, hasta quedar limpio de mi pecado... por que sin duda usted es la dueña de esta catedral... Notre Dame....

por **Erinye Dominique** Dom Feb 17, 2013 10:57 pm

En dos días llegaba Gabriel, eso era lo que había leído en la última carta que me había enviado mi madre, tenía un miedo profundo y mi tía simplemente había dicho que no me preocupara, que ella haría lo posible porque nadie me separara de su casa ¿Quién decía que yo quería seguir ahí? Escuchar sus planes para conmigo me habían hecho querer correr pero no podía, ella tenía poder en este momento sobre mí, así que debía obedecerla a lo que ella quisiera.

Ese día me levanté mientras secaba mis lágrimas después del terrible sueño que había tenido durante toda la noche, aquello me atormentaba en demasía pero nada podía hacer.

Me puse un vestido en color azul, tan claro que podía ser confundido con las nubes o con el cielo, empecé a caminar por las calles, pero esta vez sí tenía un rumbo fijo y bastante certero.

Al entrar al lugar había cubierto un poco mi cabello con un velo y me había ido al altar, no es que fuera muy creyente y empezaría a pedir disculpas por eso si es que alguien me escuchaba y lograba hacer de mis peticiones una realidad. Encendí la veladora y me hinqué delante de aquella imagen -Lamento haberme alejado de todo esto, pero en este momento no sé a quién más recurrir...- así empezó mi plegaria mientras inclinaba la cabeza y cerraba los ojos, estaba tan concentrada en mis propios problemas que me había desconectado de todo lo que había a mi alrededor.

-Haz que entren en razón, yo no quiero eso para mí... Haz que me dejen decidir...- murmuré mientras tenía en mente lo que mi padre quería para mí, lo que mi madre buscaba para mi futuro, lo que Gabriel deseaba que fuera, lo que mi tía me obligaría a hacer, pero en ningún momento podía encontrar lo que yo quería de mi vida.

Una voz y una suave mano me hicieron levantarme de donde estaba mientras escuchaba lo que me decía, mi mente se negaba un poco a entender todo -Monsieur...- dije mientras sonreía con ternura ante sus palabras y negaba con la cabeza -Está usted equivocado, no creo que yo pudiera limpiar sus pecados, pero está en el lugar correcto- dije sin dejar de sonreír en un leve murmuro, mis mejillas se habían logrado enrojecer un poco ante aquellas palabras -Si quiera la veladora la podemos poner en nombre de ambos esperando que nuestros pecados sean perdonados- ofrecí de forma amable dejando que mi mano permaneciera inmóvil para no hacerle una grosería al hombre que tenía delante de mí, dejé que mis ojos examinaran un poco sus facciones, se veía de buen corazón.

por **Hauser Baskerville** Lun Feb 18, 2013 3:40 pm

Solte su mano delicadamente, y mire la imagen regia de la Virgen. Su cabello castaño se deslizaba en perfectas ondas por fuera de su manto, vestida regiamente de oro y cobre. No considero que Maria, la judia, hubiese vestido con tanto lujo. Despues mire a la joven, algo sorprendida por mi arranque. Destilaba dulzura pura, perturbada por un no se que, que le hacia fruncir el ceño inconsientemente. Era una delicia observarla, una delicia casi espiritual, envuelta en la luz inconstante de las veladoras que le daban un brillo mistico, casi angelical.

- Señora nuestra, usualmente me dirijo a vuestro jefe y a veces a su hijo en cuestion de peticiones, pero en este dia mi Lady, me dirijo a usted para que interceda por mis pecados que no le es oculto que son muchos... y los pecados de... esta muchacha que se le parece mucho, es por ello que la he confundido con usted... y aun no se su nombre ni ella el mio- la mire y sonrei- creo que su providencia ha metido la mano... esta luz la pongo en su altar para darle gracias...

Recorde mi niñez dentro de las abadias, tocando el chelo para los glotones sacerdotes y frayles. Me castigaban por irrespetuoso pero jamas por impetuoso. Tome una veladora de esas rojas que colocan al lado de los altares por unas monedas y seguro alguien la olvido. La encendi con la llama de la que acababa de colocar la joven. Segui hablando con la imagen.

- Perdona los pecados de tu hijastro Hauser, pero aun por ser indiscreto, y ya que comparto el altar con quien amablemente me lo ha ofrecido, me parece increible- finjo una confidencia- que una mujer con apariencia angelical, tuviese algun pecado tan grave que la atormentase...

Descargue el estuche del Chelo y me incline en el reclinatorio junto a la joven. La mire de reojo, soy un cinico, y Dios que todo lo ve lo sabe. Al mirarla de cerca mi asombro crecio, era mas bella, dulce, brillante de lo que yo acababa de recordar. Y me quede contemplando a la madonna... a la de carne y hueso.

por **Erinye Dominique** Mar Feb 19, 2013 12:08 am

El caballero de mi costado tenía una forma rara de expresarse, pero me sentía tonta, debía confesarlo, no pensé que fuera a decir tal cosa aunque ¿Creerlo? No sabía si debía hacerlo, muchas veces se habían intentado acercar y al final siempre con otras intenciones, eso debía de aceptarlo, Gabriel le había contado lo que los hombres hacen y era verdad.

Me le quedé viendo mientras hablaba y sonreí tenuemente mientras que negaba con la cabeza, esperé hasta que terminara lo que serían sus oraciones -Creo, señora nuestra, que el único pecado que puede cometer quien ahora te suplica le perdones es haberte confundido con alguien de tan poca clase...- volví a mirarle mientras me encontraba arrodillada en aquél lugar -Su arrepentimiento parece puro y yo sólo te pido que intercedas por mí en la tarea que tan amablemente te he encomendado...- murmuré mientras miraba con atención a la virgen que se erguía delante de nosotros con todo su esplendor.

Lo demás sólo quedó perdido en mi mente "Haz que no me casen con nadie que yo no quiera" miré aquella imagen con una súplica en los ojos y después miré de nuevo al hombre, su mirada me intimidaba y también lograba ponerme nerviosa en demasía -No tengo apariencia angelical, monsieur, pero le agradezco demasiado, espero que que lo que viene a pedir a este templo le sea concedido porque parece un alma buena, aunque un poco atormentada- dije mientras intentaba evitar que su mirada lograra sonrojarme aunque parecía que mis mejillas iban cediendo poco a poco a un color rojizo -¿Ocurre algo caballero?- mis ojos inspeccionaban los ajenos como si buscaran algo, pero no sabía que era aquello, sólo le miraba intentando que la fijeza que él mantenía ya no descontrolara mis nervios -¿Le puedo ayudar en algo, monsieur Hauser? Algo que no sea limpiar sus pecados, seguro que puedo hacerlo- murmuré mientras ladeaba con delicadeza la cabeza para observarlo.

por **Hauser Baskerville** Jue Feb 21, 2013 1:27 pm

¿ Un alma un poco atormentada? No se equivocaba en su apreciacion sobre mi. Baje la mirada concediendole la razon. Aquel ambiente espectral, silencioso, vacio, le daba un brillo viceral a la dama. Algo le molestaba, alla en el fondo de su mente, de sus pensamientos, podia sentir la presion de sus palabras al rezar, la presion de lo no dicho. Me tomo por sorpresa su repentina seguridad, y la forma como esos ojos azules, me miraban, estaba inquieta.

- No es mi intencion incomodarla, le sere honesto, me ha atraido usted, a traves de su mantilla, por su belleza, si eso es un pecado tendra que disculparme si la molesto y tal vez su prometido me mate a golpes pero no pecare por mentiroso- sonrei- y sobre mi alma, creo que todas las almas tienen un tormento ¿ no tiene usted el suyo?

Me levante del reclinatorio, con suavidad y me persigne ante la imagen. Costumbre aquella adquirida de mi niñez, aun recuerdo los azotes por irrespetar a Nuestra Señora. Sonrei al evocar esos recuerdos, tome la caja del chelo del suelo... y la volvi a mirar ¿que tiene esa joven que me es dificil distinguir cuando estoy siendo imprudente? Lo mas bello que habia visto desde que habia llegado a Francia.

- Por cierto , mi nombre es Hauser Baskerville, chelista de profesion, si viene a misa tal vez podamos volver a vernos...

Me retire solo unos metros hasta la banca mas cercana. Rei, yo era el unico que coqueteaba en una catedral.

- Por cierto... cuando termine de hablar con la hermosa Dama- miro la imagen- estoy alli sentado...

por **Erinye Dominique** Vie Feb 22, 2013 11:46 am

No sabía como reaccionar ante las palabras del hombre, no podía pensar coherentemente, no quería, de algún modo me estaba sacando de mis pensamientos, pero nunca sabía como actuar delante de un caballero "Eso es por la mala educación que te ha dado tu padre, siempre debes reverenciar con gracia" eso era lo que decía la tía Line, cada que llevaba a uno de sus amigos para que me conocieran o para que me presentaran a sus hijos, mientras yo me quedaba callada intentando que todo el tiempo pasara volando, sin embargo aquello no sucedía.

-Sí, por supuesto que tengo un tormento, lo peor de todo es que lo he hecho demasiado evidente, y es tan hondo que me ha hecho volver al camino del bien, sólo espero que no sea demasiado tarde para recordar que existe un Dios y sus ayudantes para poder hacer un milagro en nuestra vida y que así suceda- digo mientras un largo suspiro sale de mis labios, debía dejar la idea que había dicho que le había gustado, eso no podía ser cierto y si lo fuera... Seguro que su nerviosismo crecería.

Me levanté y persigné haciendo una reverencia con la cabeza a aquella bella imagen que se mostraba imponente -Mi nombre es Ginebra... Ginebra Dominique, y sólo cuido a mi tía porque está enferma...- mencioné en un susurro, no es que aquello me causara vergüenza es que ya dudaba de la enfermedad que podía tener ella, sentía que mentía y no quería ser parte de ese teatro, pero si era lo que yo sabía, nada podía hacer, por otro lado, si Gabriel venía y la veía bien, mis días en París terminarían, pero realmente tampoco tenía nada que hacer aquí, siempre, o al menos la mayoría del tiempo me la pasaba sola.

Observé al caballero y le sonreí -¿Estará apoyando al coro de la iglesia?- dí un par de pasos hacia donde se había dirigido, mis plegarias ya debían de estar llegando a donde quería y esperaba tener una buena respuesta, no quería, no deseaba casarme, no de ese modo. Mi mente se encontraba en shock, debía tomar decisiones y no sabía que hacer, en todas salía perdiendo -Me encantaría oírle, me gusta mucho la música, si debo confesar, pero no toco ningún instrumento, creo que mi habilidad sólo está en escucharla y disfrutarla- una sonrisa amplia adorna mis labios mientras observo el cello de mi acompañante.

por **Hauser Baskerville** Jue Feb 28, 2013 12:39 pm

Me quede mirando como su limpia mirada se dirigia a mi. Su voz era suave y hasta timida, y se soltaba poco a poco. Sonrei amablemente para que no temiera. El eco de la catedral convertia nuestras voces en repeticiones misticas...

- Ginebra, un nombre de reina, de una que enamoro a un rey ingles de leyenda- la mire al terminar mi apunte- la musica se hizo para disfrutar, el ser humano es toda musica, si se detiene a escuchar la ciudad con atencion, descubrira incomparables melodias... tal vez si el obispo me acepta tendre el placer de tocar con el coro... ¿ viene a misa a menudo?

Solo queria saberlo para verla de nuevo, para encontrarme con esos ojos de veranos, con ese rostro de madonna, con su piel tersa como un melocoton, intocable, idializable. Pero suponia que ella no lo habia descubierto, por sus gestos modestos, su sonrisa prudente y sus palabras medidas. Era un hermoso diamante: Escaso.

La segui con la mirada, me deleitaria en ella mientras pudiera.

por **Erinye Dominique** Vie Mar 01, 2013 12:50 pm

Sus palabras de algún modo extraño me hacían sonreír, quizá por tonta, quizá por nervios, pero al final del día simolemente sonreía. Negué con la cabeza mientras escuchaba sus explicaciones, podía ser que él tuviera razón o pudiera que no, pero de algo estaba segura, él era sincero.

Bajé la mirada mientras me sonrojaba a causa de lo que decía -No sé si haya conquistado a un rey de leyenda, sólo espero que haya sido amada, supongo que eso es lo que al final del día importa en cualquier circunstancia- mencioné sonriendo con ligereza mientras observaba al hombre de nueva cuenta.

-Eso digo yo, a mí me encanta la música, pero mi tía dice que no... Que eso es para gente sin clase- suspiré mientras pensaba en aquello, mi tía me insultaba a mí, de hecho no me consideraba con demasiada clase, simplemente era yo, siempre había sido yo.

-No, de hecho no acostumbro la iglesia, pero podría venir a escucharle...- dije sonriendo aunque después sentí que aquello había estado mal -Si usted me lo permite y bueno, no sólo a usted si no a todo el coro- corregí, no quería una mala apreciación, pero en este momento me sentía sola en París y quería volver a Lyon, pero mi tía había dicho que no.

-¿Tocaría algo?- pregunté con cierta ilusión de que así fuera, seguro que yo parecería una pequeña mientras le escuchaba, si me dejaba hacerlo.

por **Hauser Baskerville** Dom Mar 03, 2013 5:40 pm

" Ella es un poema de verano, con sus ojos de cielo y sus cabellos de sol, su sonrisa es el parir de un botón de rosa, un durazno reventando en flor, su voz es el cantar de un ruiseñor, su cuerpo virginal bien guardado bajo el corsé sus pechos no tocados, su sonrisa abre una puerta, a mi fantasía y a su oración"

- Tocare para usted...- sonrei ampliamente.

Aliste el Cello, afine sus cuerdas, acariciandolo con suavidad, como a una amante. En mi memoria buscaba una melodia que agradara a Ginebra, a la bonita muchacha que se parecia a la madonna, con sus mejillas sonrojadas. No era un buen sitio para mirarla de otro modo, pero realmente es hermosa, su cuello de cisne, la redondez de su seno, su estrecho talle. Sacudi la cabeza.

Empeze a ejecutar el Cello, concentrado en cada acorde en cada nota, cerre mis ojos y el unico mundo que existia era mi musica. Y de repente mi musica se parecia a ella, en verdad me habia impresionado, era pura y compleja, bella y deseable, virginal y apasionada. Bajo una piel suave y tierna.

La mire mientras tocaba, analizaba su expresion, su sorpresa y su deleite. Termine la pieza, o un fragmento de ella para complacerla. Era una adoracion a una santa de carne y hueso, era un tributo a una que desconocia lo que produce en otros, lo que produce en mi.

por **Erinye Dominique** Dom Mar 03, 2013 11:23 pm

No sabía como expresarlo, simplemente me quedé atenta a lo que él hiciera, podía ser muy obediente cuando me lo proponía aunque en ocasiones era demasiado... ¿Cómo decirlo? Pues demasiado yo, no había otra palabra con la cual se me pudiera describir y no es que fuera complicada, simplemente que los demás me decían de tantas formas que ya no sabía cual de todas me quedaba más, para evitar las discusiones, se quedaban en "yo".

Me senté en la escalinata del altar mientras me embobaba con aquella pasión desbordada que tocaba en cada una de sus notas, era impresionante, realmente lo era, había cerrado los ojos un momento y ya no había estado en la iglesia, ya era otro sitio, uno que se había formado con mi imaginación y su música, aquello había sido realmente sorprendente, debían darle un sitio en el coro de la iglesia, su talento era único.

Me levanté cuando terminó de tocar, estaba realmente conmovida y simplemente aplaudí mientras le sonreía -Señor... Es usted magnífico- murmuré entre asombrada y extasiada con todo lo que se había revuelto dentro de mí con sólo escucharlo -Con que pasión toca...- pasé mis dedos por una de las cuerdas del cello y después subí la mirada hacia sus ojos dejando que uno de los míos derramara una suave lágrima -Me ha conmovido...- murmuré, de alguna manera hubiera deseado que esa canción fuera por y para mí, pero sabía que no era así y que nadie lo haría, no sabía que era lo que me había hecho llorar.

por **Hauser Baskerville** Miér Mar 06, 2013 1:10 pm

Vi su lagrima deslizarse en la mejilla como un cristal multicolor. La vi alli conmovida y pude ver en todo esplendor su sensiblilidad. Era timida, pero en el fondo albergaba un caracter apasionado, que aun no habia descubierto. La vi llorar, estremecerse ligeramente solo con el sonido de la musica. Gentilmente me levante , deje mi Cello a un lado, y seque su lagrima, suavemente, acariciando su rostro.

- Por favor no llore, se me parte el corazon...- le dije en voz baja como si recitara una oracion del catequismo. La Catedral estaba sola como un desierto, habia un aire timido, sutil, intimo. Como una revelacion- no nuble esos ojos tan bonitos como un cielo de verano..- sonrei para que se sintiera en confianza- usted ha provocado todo, yo no hubiese tocado asi, si usted no me lo hubiese inspirado... esa melodia es solo suya, no la escuchara mas nadie, es suya... se lo digo, por si no la vuelvo a ver- la observe con detenimiento.

No podia dejar de mirarla. Su rostro pequeño, bañado en los lacios cabellos rubios, como rayos de un sol limpio, su piel tersa y blanca como un melocoton, sus mejillas sonrojadas, su pupila azul cielo, lo mas claros que habia visto... y su boca, era terrible decirlo aqui, pero era una tentacion que latia estremecidos, una boca pequeña y carnosa, con sus labios rosados, tan naturales. Acaricie con suavidad un mechon de cabello que salia de la mantilla y esta se deslizo hasta los hombros dejando su cabeza libre.

- No se asute, por favor, dejeme admirarla un tiempo mas, para grabarla en mi memoria y asi inspirarme cuando toque- sonrei, me incorpore y volvir a tomar mi Cello, empeze a recitar con los ojos cerrados unos versos que recorde-" Ella es un poema de verano, con sus ojos de cielo y sus cabellos de sol, su sonrisa es el parir de un botón de rosa, un durazno reventando en flor..."- tome el Cello y la mire divertido- esta pieza es solo para usted...

( empieza a tocar Romance- Apocalyptica https://www.youtube.com/watch?v=4BQiGR_xlyA)

por **Erinye Dominique** Miér Mar 06, 2013 2:28 pm

No sabía que era lo que me pasaba, pero realmente estaba completamente conmovida por aquél hombre que acababa de interpretar aquella melodía, era como si nada más importara, sólo haberlo escuchado, el corazón palpitaba tan fuerte que quizá se saliera del pecho, pero ahora no era lo trascendente.

Observé sus ojos y bajé la mirada después para dejar de llorar, mientras sentía su fina caricia, ¿Por qué me ponía tan nerviosa? No lo sabía, no había pensado en ningún momento que fuera guapo, aunque lo era, pero el nervio que me recorría era impresionante ¿Por qué estábamos solos? No pensaba que me fuera a hacer algo –No lloraré y espero que lo vuelva a ver o cuando menos… Escuchar de nueva cuenta- sonreí y le miré a los ojos –Puedo venir a misa, así cumplo con lo debido ante la casa de Dios y puedo escucharle tocar de esa forma tan maravillosa- la mantilla cayó por mis hombros y lo dejé, no era quien para moverme, además de que parecía que no podía, simplemente esperé.

-¿Yo? Pero yo no he hecho nada Monsieur, sólo admiré su talento y es mucho… Debo confesar que…- iba a decir “me he enamorado” al menos de su música lo había hecho, pero seguro que aquello era malo, no debía decir algo así, por eso mejor callé, hasta encontrar la mejor forma de decirlo, no quería que hubiera malos entendidos –Que usted ha conmovido cada fibra de mi ser con esa melodía- sonreí de nuevo mientras lo veía tomar su cello, el corazón avivó sus latidos esperando que la melodía empezara.

Su poema me hizo desviar la mirada ¿Me coqueteaba? Estaba completamente nerviosa como para decir que aquello era cierto, por lo tanto seguiría pensando que era mi cabeza la que pensaba cosas que obviamente no eran.

Me senté a su lado y mis ojos se perdieron en él, en su cello, en la pasión que ponía a cada una de las notas, en cada caricia dada a aquél instrumento musical, en sus diestros dedos, mis ojos le veían pero mi mente ya no estaba ahí, no sabía donde me encontraba, su música me había sacado de mí misma y simplemente cerré los ojos para escuchar aquella bella melodía, para escuchar mi canción.

por **Hauser Baskerville** Jue Mar 07, 2013 9:05 am

La vi defenderse, mantenerse en su lugar como toda una dama, aunque su nerviosismo era mucho ella estaba impresionada por la musica y yo impresionado por ella. Era una mujer decente, y esa era para mi una novedad, no era solo su belleza, era su porte y esa impresionante dulzura que emanaba como si ella fuese un tipo de mujer extinta; ciertamente lo era, y yo jugaba a desafiar su rectitud, tal vez comprometida con algun distinguido caballero y no con un pobre musico que se juega la vida. Tal vez yo pudiese pretender a una mujer como ella si tuviese un tipo de pocision, pero no, seria un precio muy alto.

Sacudi mi cabeza, y con los ojos cerrados podia percibirla cerca de mi, su respiracion lenta y cadenciosa, siguiendo la musica. No se si antes le hubiesen dedicado una cancion, o si existia un amor en su vida y yo la irrumpia con mis halagos, en ese instante solo existiamos ella y yo, una musa renuente a acpetar su condicion, y un musico que sin querer habia encontrado a una madonna para su adoracion, para subirla al altar invisible de lo bueno que no le es concedido. ¿ Por que no?¿ Por que una hermosa y recatada joven, no puede ser pretendida por un pobre diablo que toca el Cello modestamente?...

Senti una furia callada que se esparcio como polvora por mi cuerpo, me hizo estremecer, pero me calme pronta al notar que me precipitaba con una mujer que acababa de conocer.

Pero que deseaba conocer a profundidad.

Deje de tocar abruptamente, y alcanze a mirarla con sus ojos cerrados, enajenada, silenciosa, las veladoras titilaban como estrellas, seguramente en un cielo donde ella seria un angel. Senti una sorprendente necesidad de cuidarla, de seguirla, de hacer parte de su vida, como un loco que apenas ha despertado.

- No se si hay alguien esperandola, si hay un hombre al que ame y esto le parezca irrespetuoso, pero deseo conocerla, y para hacerlo debo seguir viendola mas alla de las misas... perdonara mi impetu pero no soy de otro modo- guarde el Cello dentro del estuche y me encorpore levantandome- Ire a buscar mi respuesta con el obispo y no creo que demore... quiero que me acompañe a conocer la ciudad, como vera no soy Frances- sonrei- no diga nada ahora... si acepta salir de esta catedral conmigo la encontrare aqui esperando, si se marcha dare por entendido que he sido un inoportuno y fingire no conocerle aun si la encontrara aqui- extendi mi mano hacia ella- ¿ es un trato?

por **Erinye Dominique** Jue Mar 07, 2013 10:14 am

Era irreal aquél sonido, no parecía ser de este mundo y yo simplemente estaba cayendo en los hilos de finas notas que dibujaban un mundo perfecto y alejado de donde realmente me encontraba, suspiré profundamente dejando que las cuerdas hicieran con mi mente lo que quisieran, era simplemente algo que no había sentido nunca y que quería darme “el lujo” de presenciar sin que nadie me contara lo que podía llegar a provocar una melodía que de algún modo llevara tu nombre.

Cuando calló abrí los ojos y lo miré desconcertada, había sido tan precipitado aquello que simplemente no me había dado el tiempo de reaccionar como era debido, era tan apasionado… ¿Qué mujer podría tener tanta pasión para ella sola? El sólo pensarlo hizo que detuviera mi respiración unos segundos mientras intentaba que los pensamientos no volaran hasta él porque me daría demasiada vergüenza si aquello llegaba a ocurrir, no podía ser que en mi mente se hubieran dibujado tales circunstancias. La mujer que estuviera entre sus brazos y recibiera una caricia de aquellos suaves dedos, sin duda… Sin duda sería demasiado afortunada.

Escuché todo lo que decía y sonreí apenada a lo que él decía, hasta ahora nadie se había presentado en casa pidiendo mi mano y la verdad es que tampoco lo quería, aunque mi tía ya me había presentado a varios hijos y sobrinos de gente adinerada que bien podrían pagar mi precio en oro, un precio que ella misma me había puesto.

-Entonces no respondo… Sea cual sea la respuesta, le deseo mucha suerte con el señor obispo y toca precioso, es un gran músico- dije de manera sincera mientras en mi cabeza seguía dando vueltas aquella proposición. Me quedé sentada en donde estaba mientras él iba a buscar al obispo y volvía con un rechazo o una aceptación -¿Debo quedarme aquí?- le pregunté a la virgen a la cual rezaba momentos antes de encontrarme con él, no sabía que hacer, mi mente estaba dibujando tantas cosas ¿Y si mi tía se enteraba? Seguro me iría mal ¿Y si Gabriel lo sabía? Seguro le iría mal a Hauser, el asunto es que nadie saldría bien.

Me levanté de la banca donde estaba y caminé despacio hasta la salida, me quedé sujeta de la puerta por unos instantes ¿Irme o quedarme? Mis ojos se volvieron a fijar en la iglesia, en aquél sitio de paz mientras en mi interior se removía todo ante el recuerdo de la bella melodía interpretada. Un nuevo suspiro escapó de mi ser y me quedé ahí, en la puerta sin poder moverme, no quería irme pero no sabía cómo se interpretaría aquello, quería conocerlo o seguir escuchándolo tocar, no era sólo su música, era él y aquello me estremecía el alma.

por **Hauser Baskerville** Jue Mar 14, 2013 1:04 pm

Entre a al oficina del Obispo dejando atras auque no quisiera a la bella Ginebra. Deseba con todas mis fuerzas que no se moviera de aquella banca y verla al salir. Pero no podia obligarla a ello, no podia incitar a una tierna dama a sucumbir a la pasion que parecia ser mi manera constante de vivir. Ella era la nota faltante a mi melodia, el silencio que no habia podido llenar...

¿ Se puede enamorar a primera vista? o ¿ desear a primera vista?

Bese la mano del obispo en forma de respetable saludo, tuve que contener mis pensamientos, para mantenerme sobrio ante la mirada atenta del estupido acolito. Sonrei con los chistes flojos de aquel hombre macizo y feo, y me mantuve en mi lugar.

Pero en unos segundos mi mente volvio a Ginebra, deseaba concerla fuera de los muros de la Catedral, con sus ojos de cielo azul, su cabello rubio, sus manos, su piel, su pecho virginal.

Y el estupido acolito me seguia mirando, como si sospechara que mi mente estaba sumergida en la faz de una mujer, en las lineas que el vestido permitia ver se su cuerpo, en mi lucha por ser con ella un caballero.

El obispo me dio el empleo. Sonrei agradecido y con una cara de santurron que ni yo me lo hubiese creido. El acolito insistio en acompañarme, y lo rechaze gentil, yo solo queria enfrentar el hecho de saber si ella se habia ido o no.

Sali tranquilo sin que adivinaran mi precipitacion, pero deseando que me esperara alli... verla de nuevo y saber que pasaria.

- ¿ Ginebra?- solo escuche mi voz repetida por el eco.

por **Erinye Dominique** Jue Mar 14, 2013 3:33 pm

El viento me pegaba en la cara, era como si quisiera despertarme del sueño o hacerme volar junto con él pero mis pies aún se mantenían firmes, y eso era gracias a que el corazón se había desbocado como nunca antes lo había hecho, no sabía bien que era lo que me pasaba, pero estaba aterrada y a la vez ilusionada, era como si una lucha interna de mil caballos tiraran unos para un lado y otros para otro, debía volver a casa, suponía que mi tía ya estaría preocupada por mí pero no quería, no podía.

Nunca había hecho nada estrictamente porque yo quisiera, siempre complacía a los demás y ese era “mi encanto” hacer lo que todos quisieran incluyendo a Gabriel y a mis padres, pero ahora quería quedarme por mí y… ¿También por él? ¿Qué pretexto le daría? ¿Qué pensaría si me quedaba? ¿Qué ocurriría si me iba? Era demasiado cobarde y justo en este momento me estaba dando cuenta y al parecer no había escogido uno muy bueno, respiré profundo de nuevo mientras dejaba que la gente pasara delante y se me quedara viendo como si fuera una persona que pide limosna a las puertas de la iglesia, seguro que daba mal aspecto.

Escuché mi nombre resonar en la iglesia y me tensé, las piernas se querían mover en dirección a la voz y mis manos se aferraban a la puerta como si quisieran quedarse ahí –Pedí un milagro y quizá este sea…- murmuré viendo la cruz que se dibujaba en el vidrio opaco de la puerta mientras asentía, yo no quería casarme con alguien a quien no quisiera… ¿Pero qué demonios estaba pensando? Lo acabo de conocer y yo… Dios, eso… Precisamente eso, Dios debía perdonarme por mi mente que piensa cosas que no son.

Entré de nuevo a paso lento dejando que un rayo de luz se colara al abrir la puerta –Aquí… ¿Da lo mismo estar aquí o para conocerlo debí quedarme exclusivamente en la banca?- pregunté un poco para que no se notara mi nerviosismo, pero quien me conociera de verdad sabría que mi manera de hacer notar que estaba nerviosa era hablar hasta por los codos.

por **Hauser Baskerville** Vie Mar 22, 2013 10:14 pm

Venia en direccion de la puerta, con la mirada gacha con un pudor asombroso, una belleza exepcional, me quede un instante paralizado, un segundo que parecia una eternidad, que fue rota con su voz en eco por toda la catedral, pense que se habia marchado cuando mire la banco y no la vi alli. Senti una leve punzada...¿ por que tan alterado por una mujer que acababa de conocer? no tenia sentido, pero queria descubrir el fondo de todo esto.

Siempre he deseado mujeres, las he tomado, he disfrutado lo licencioso sin miedo, pero esta sensacion era completamente diferente, no por que no fuese bella, si no por que por primera vez no se sentia dueño de si mismo delante de una mujer. La luz que la iluminaba, la hacia ver radiante, como un angel que venia a anunciarle algo.

Sonrei. Habia escogido conocerle y podia leer en sus ojos que deseaba conocerme con la misma intensidad. Reaccione y me dirigi hacia ella con cautela y bese su delicada mano.

- No le mentire por un instante pense que habia decidido marcharse, pero me equivoque... al parecer la madonna atendio mi oracion...

Le ofreci mi brazo galantemente para que me acompañase sonriendo, mirando la puerta de la Catedral, y la luz deslizando por el vitral. Como un caleidoscopio de feria o una cajita de musica en la cual tus ojos se quedan fijos en la bailarina...

- Acompañeme entonces Miss Dominique- la mira fijo- ¿ o prefiere que la llame Ginebra?

por **Erinye Dominique** Sáb Abr 20, 2013 12:58 pm

Al verlo sonreí y más con sus palabras, ambos estábamos creyendo en un milagro que quizá no existía del todo pero eso no era lo que más importaba en ese momento así que simplemente me acerqué y tomé su brazo -Quizá no atendió del todo su oración y por un momento pensé en irme, pero ya me ve aquí- mencioné con una sonrisa en los labios mientras comenzaba a caminar de nuevo hacia la puerta -Ginebra está bien, ¿Usted como gusta que le llame?- pregunté mientras salía de la Catedral y de nuevo el sol le daba en el rostro, le iluminaba y mi sonrisa se ensanchó un poco más ante aquella vista que parecía mejor que la de la propia iglesia.

-Dígame, ¿Cómo le fue en la entrevista?- con esa pregunta pretendía que no se viera que de algún modo la galanura del hombre me había dejado impactada por completo mientras detenía con su mano libre el cabello que siempre quería comenzar a volar sin sentido a causa del viento que estaba causando estragos en aquél lugar -¿A dónde quiere ir?- pregunté mirándole de nueva cuenta aunque entrecerrando los ojos levemente ya que el sol no le permitía abrirlos por completo ya que le lastimaba demasiado, yo no tenía problema, mi tía no aparecería en casa hasta pasadas las diez de la noche, como era su costumbre, una costumbre que a mí me estaba volviendo literalmente loca.

por **Hauser Baskerville** Dom Abr 21, 2013 3:52 pm

- Creo que atendio perfectamente mi oracion por que sigue aqui... me espero- sonrio- Me gusta que me llamen Hauser, Miss... Ginebra... como la amada reina de Camelot- el sol hiere un poco los ojos al salir de la penumbra de la catedral y el viento que levantaba mi gabardina y su cabello- Cerca vi un Delikatesse podemos tomar cafe con algunas galletas o lo que usted prefiera... pero alli no podre tocar...

La mire, a la luz del sol parecia una muñeca de porcelana con su piel blanca y sus mejillas rosadas ¿ estaba sonrojada?... me mordi los labios, mi intencion no era burlarme pero me parecia encantador su pudor y a la vez su timido arrojo, para salir conmigo que a fin e cuentas era un desconocido. Por eso insistia de que era un milagro, un bellisimo y sorprendente milagro.

- Me fue muy bien trabajare con el obispo en la Catedral en misas dominicales o algun evento privado como musico de camara...- le sonrie- tengo una idea... compremos algo de comer y conozco un lugar... donde puedo tocar no solo musica sacra... pero no se si para usted sea un inconveniente que estemos solos...

por **Erinye Dominique** Vie Mayo 10, 2013 7:53 pm

¿Qué estaba haciendo? Me estaba preguntando una y otra vez mientras pensaba que era lo que me había mantenido en ese sitio, generalmente huía de cualquier contacto con el género opuesto ya que no quería malos entendidos o que mi tía intentara emparejarme con alguno de ellos, eso sería lo peor que me pudiera llegar a pasar, así que más me valía no tener una amistad con nadie, era mejor estar sola, eso era lo que siempre pensaba ¿Y ahora por qué no lo estaba aplicando? En este caso si aplicaba la frase de "Sólo Dios sabe" y verdaderamente esperaba que al menos él supiera.

-Me da mucho gusto por usted Hauser, de verdad, que bueno que ha encontrado un trabajo en esta ciudad en donde parece que uno tiene que sobrevivir el día a día- le sonreí amablemente mientras su gesto con sus labios había logrado captar mi atención poniéndome un poco más nerviosa de lo que ya estaba -No me molesta, caballero, después de todo no quisiera perderme un concierto suyo- de nuevo una sonrisa se había atravesado en mis labios mientras le respondía -De cualquier forma puedo venir a misa dominical- parecía que sólo iría a verlo a él y eso me hizo carraspear un poco mientras acomodaba el manto que había cubierto mis cabellos para guardarlo en la bolsa.

-No tengo problema con que sea café o galletas, o que incluso no haya nada de comida, simplemente una charla es más que suficiente- lo miré por un momento y después desvié la mirada casi de inmediato, no quería que pensara algo extraño.

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LA MADONNA DE CARNE ( GINEBRA DOMINIQUE)

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