Evangeline Colette

-Nombre del Personaje: Evangeline Colette
-Edad: 21
-Especie: Humana / Inquisidora
-Facción a la que pertenece: Facción 1: Soldado
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase media
-Orientación Sexual: Heterosexual.
-Lugar de Origen: París, Francia
-Habilidad/Poder: Poder para hacer cumplir la voluntad y Ley de Dios, aunque sea a la fuerza.

Con una altura ligeramente superior a lo que acostumbran las mujeres, 1'76 metros, y un cuerpo bien formado y maduro que cualquier hombre sensato tildaría de sensual. Su rostro refleja una gran belleza a través de sus carnosos labios y unos ojos verdes que se clavan sin temor en la mirada de cualquiera con quien se cruce. Lleva una larga melena castaña, la cual recoge en una coleta cuando lo ve conveniente para trabajar, aunque a veces no se lo permita. En su espalda, la única zona dañada de su cuerpo, muestra un gran numero de cicatrices, no propiciadas por enemigos, si no por su fanatismo religioso, que le ha obligado a flagelarse por sus pecados en mas de una ocasión. Viste ropas sencillas de cuero, ceñidas a su cuerpo, que le facilitan el movimiento para poder actuar con total libertad en la ardua tarea de hacer cumplir con la voluntad del señor. En el cuello lleva un gran crucifijo de plata y en su cinturón un rosario. Sobre sus ropas suele llevar una gabardina larga para poder ocultar las armas cuando las lleva consigo, que es casi siempre.

Intentar comprender lo que pasa en el interior de la mente de Evangeline es tarea imposible, ya que ni ella misma se pone de acuerdo a veces. Capaz de comportarse de forma educada y de forma inesperada perder los nervios en un ataque de ira. Una mente maniaca, obsesiva, cargada de traumas que únicamente puede lograr sostenerse mediante su fé ciega en dios y en la creencia de la redención de sus pecados mediante el trabajo de inquisidora. Sus creencias extremistas han hecho que se ganase fama como una de las inquisidoras mas despiadadas, ya que castiga con la muerte casi toda ofensa a dios y es capaz de entrar en cólera por simples comentarios contra la religión. Su inestabilidad y ligeros brotes de esquizofrenia son perdonados por la inquisición gracias a su alta eficacia trabajando y a la devoción incondicional que muestra a la Iglesia católica y Dios, todo siervo debe tener una oportunidad para redimirse de sus males. Evangeline odia profundamente su aspecto físico, la belleza en una mujer siempre incita al hombre al pecado y en algunos casos despierta a sus demonios para cometer barbaries impuras. A pesar de todo es capaz de lograr momentos de lucidez, donde solo se muestra como una ferviente religiosa dada a dios y a su deber y capaz de sentir de forma normal cualquier emoción. Si bien odia su cuerpo y belleza no dudara en usarla como arma si la misión lo requiere, el exito es lo mas importante.

Nací en una familia corriente, no muy adinerada, que vio en mi nacimiento la amenaza de no poder hacerse cargo de mí, por lo que no tuvieron mas remedio que abandonarme en un orfanato, pero me querían, o al menos eso es lo que me repito cada vez que pienso en el tema.
Solo tenía unos meses cuando me abandonaron y los que me acogieron me dieron por nombre Evangeline, y puesto que era 7 de febrero y por tanto la festividad de Saint Colette de ahí nació mi apellido. Mis primeros años en el orfanato fueron normales, o todo lo normal que puede ser un orfanato regentado por gente que parecía odiar a los niños. Nos castigaban físicamente, nos maltrataban psicológicamente, pasábamos hambre. Aquellos demonios nos obligaban a pelearnos entre nosotros, pero que remedio nos quedaba si el premio era poder comer. Intenté huir del orfanato en mas de una ocasión, sin éxito y siendo duramente castigada por ello.
Con 7 años protagonizaría mi ultimo intento de fuga, desesperada, hundida, no aguantaba mas tiempo, cada día que pasaba en aquel sitio menguaban mis fuerzas, estaba a punto de rendirme, harta de la vida que llevaba, harta de una vida que no había escogido, harta de luchar. Aquella noche parecía diferente al resto y un falsa pero embriagadora sensación me decía que podía lograrlo. Antes de iniciar la huida inicié un incendio, para castigar a los responsables de tantos años de penurias y liberar a aquellos compañeros que las habían sufrido conmigo.
No obstante, los caminos del señor son inescrutables, pues una fuerte tormenta sacudió París aquella noche, impidiendo que el fuego llegase a mayores consecuencias. Los del orfanato dieron conmigo, pero ya no estaban dispuestos a cuidarme mas, es por eso que me enviaron a un centro psiquiatrico.
Si hasta ahora lo había pasado mal, el pasado solo sería una breve estancia por el purgatorio en comparación a la eternidad en el infierno que me esperaba. 4 largos años pasé en una diminuta habitación sin apenas luz, cuyas paredes se hacían mas pequeñas a cada minuto que pasaba ahí dentro, atrapando mi valor, mi libertad, mi razón. Vi la oscuridad a mi alrededor, acechandome continuamente sin darme tregua, lloraba desconsoladamente gritando a dios, pidiendo una explicacion, por que su hija tenia que sufrir de esa forma. Me faltaba el aire continuamente, quería escapar de ese lugar que se reía de mi, de esa pesadilla de la cual por mucho gritara nadie venía a despertarme.aquel lugar puso a prueba mi fé, tanto sufrimiento me hacía dudar de si existía alguien realmente ahí arriba que velaba por todo el mundo, por mi.
Tenía ya 11 años, mi cuerpo había empezado a cambiar, a madurar, pero en mi mente seguía siendo aquella niña de 7 años atrapada entre cuatro paredes de piedra. Una noche, el director del psiquiatrico hizo que me llevasen a su estudio y se quedó durante minutos, observandome, rondandome, como si yo fuese una presa a punto de ser cazada, y alabando el olor puro que emanaba mi cuello, no entendía nada, estaba asustada y fue entonces cuando se acerco a mi demasiado haciendo que empezásemos un forcejeo, en el cual salí despedida hacia su escritorio. Aquella fuerza no era humana, sin duda era un siervo de los infiernos, el miedo hacía que no pudiese moverme, y mis gritos quedaban ahogados entre los de el resto de gente del psiquiatrico.
Cuando aquel demonio volvía nuevamente hacía mi la puerta se abrió de golpe, entrando un hombre ataviado con ropajes largos y numerosos símbolos cristianos, disparando una pistola contra el pecho del director, que cayó fulminado al instante. El desconocido dio una oración por el alma del difunto y me tendió su mano a la par que me dijo sonriente " dios no te ha abandonado ".
No dudé mucho en reconocer que esa era la señal de dios que 4 años llevaba esperando, por lo que sin dudarlo me fui con aquel individuo desconocido. Fuimos a Italia, a la ciudad del vaticano y me dejó al cuidado de unos amigos suyos. Nunca volví a ver al hombre que me salvó, y lamento en el alma el no recordar su rostro ni tener un nombre al que dar las gracias en mis oraciones.
En la ciudad del vaticano me educaron decentemente, enseñándome a leer y escribir bien, además de enseñarme latín, me entrenaron en el combate tanto con armas como sin ellas, me iniciaron en la orden de la inquisición y tuvieron paciencia infinita con mi carácter confiaron en mi y yo les devolví la confianza con lealtad. Fueron años intensos y dificiles, pero gracias a Dios pude continuar en mi formación y convertirme en lo que soy hoy día, una soldado respetada en la santísima inquisición, sierva inquebrantable de su santidad el papa y de la iglesia apostólica romana y devota incondicional de dios todopoderoso.

"Extractos de diario personal"

-Siempre lleva una biblia consigo, que utiliza para rezar bastante a menudo.
-Su debilidad son los niños pequeños, siendo tan jovenes estan libres de pecado y se ve en parte reflejada en ellos, por los que los salvara a toda costa.
-Aprovecha sus momentos de lucidez, siempre que no este ocupada trabajando, en escribir sus memorias y pensamientos en su diario.
-Por todos sus años en el psiquiatrico detesta y sufre crisis de ansiedad en lugares muy pequeños y cerrados.
-Adora el chocolate amargo.
-Tiene muy poca paciencia.