Buscando un lindo vestido (AILEEN DINOZZO )

por **Cassandra Albrioni** Lun Feb 25, 2013 7:03 pm

Ya había conseguido quitar el polvo y el mugre que se había acumulado en mi cuerpo a causa de mi letargo, pero aun no podría pasear tranquilamente por la ciudad, necesitaría un hermoso traje digno de una condesa, pero… ¿De dónde sacaría dinero? Bueno era la primera vez que me pasaba esto, normalmente solía quedarme con el dinero de mis presas, que casi siempre eran de clase alta; pero en esta situación me tocaría “tomar prestado uno”.

Trate de pasar desapercibida por las calles de París trepando techos y corriendo para que nadie me viera en esas fachas. Llegue una zona comercial, espere en silencio hasta que todas las tiendas hubieran cerrado y me pasee tranquilamente por la zona, mirando tiendas hasta conseguir un traje que llamara mi atención.

Tenía dudas sobre como haría esta especie de asalto, tal vez tuviera suerte y me consiguiera a un ladronzuelo al cual pudiera convencer de robarlo para mi, pero nada era seguro. En ese momento pasé delante de una elegante casa de modas de nombre “Club Louvier” , tenía un nombre interesante, pero lo mas interesante fue los hermosos vestidos que vi en aquella vitrina. Si, esa sería la tienda elegida.

por **Aileen Dinozzo** Mar Feb 26, 2013 12:00 am

"La debilidad es la fuente primaria de las derrotas."

De nuevo se encontraba sola, casi como siempre, había salido del bosque después de estar un día completo intentando convertirse en humano de nueva cuenta ¿Por qué a ella le tenían que pasar cosas como aquellas? Todavía no llegaba a comprender porque el destino la había castigado de esa manera tan cruel, pero no importaba, así le había tocado, quizá sin darse cuenta había cometido un error, uno tan grande que Dios la tuvo que castigar de aquella forma.

Llevaba mordido un brazo y le dolía un tanto para moverlo, se lo había lastimado cuando la desesperación le había invadido, aquello era sencillamente el peor de los suplicios. Suspiró con fuerza mientras caminaba por las calles, era algo simple y complicado, era de esas ocasiones en las que no sabía a donde ir ni que lugar sería mejor para ella, aunque casi siempre se preguntaba si había un buen sitio para ella y la respuesta siempre era negativa.

Sus pasos la habían dirigido a la zona comercial, quizá por error, quizá por instinto, hacía días que no comía y quizá su cuerpo buscaba la manera de alimentarse, pero no tenía dinero, así que le tocaba aguantar mientras se quedaba viendo los aparadores, había pasado una tienda de dulces, una cafetería y una panadería, ahora le quedaba la tienda de ropa, un vestido hermoso en color rosa había captado su atención, tanto que se quedo parada delante del aparador observando la majestuosidad de aquella prenda, nunca había visto nada tan bonito, pero sabía que algo así, en ella, no luciría absolutamente nada.

por **Cassandra Albrioni** Mar Feb 26, 2013 4:23 pm

En ese instante llegó un extraño olor, no me encontraba sola, pero ¿De qué era aquel aroma? No era un licántropo, los conocía muy bien; pero tampoco era un humano. Aspire profundamente, no era otro vampiro ¿Qué era? Afine mis sentidos y me preparé para un ataque, no sabía a lo que me enfrentaba, pero no tenía miedo.

Me acerqué con cautela y me sorprendió un poco ver a una hermosa joven que también estaba viendo vestidos, pero ¿Qué hacía a estas horas por aquí? No podía dejar que su apariencia me engañara, después de todo en este mundo nunca sabes con que te podrás topar. Yo era la prueba viviente de que no podías confiar en nadie, yo era un demonio.

La contemple por un instante. Me acerqué solo un poco, teniendo cuidado que de tampoco fuera a sentirse tan amenazada por mi presencia ¿Esta chica arruinaría mis planes de entrar a esa tienda y obtener la ropa que necesitaba? Carraspeé y me dirige a ella:

My Lady ¿acaso se encuentra perdida?

Observé el vestido que ella miraba y continué:

Oh! Si, si es muy bonito, aunque no es mi color favorito. Podría lucirte muy bien

por **Aileen Dinozzo** Miér Feb 27, 2013 7:34 pm

"Confianza, difícil de ganar, fácil de perder, pero a veces sucede al revés ¿Qué es peor?"

Se sobó el brazo con sus dedos mientras intentaba que las marcas no fueran tan visibles, era tonta por naturaleza y siempre se lo habían dicho, pero aunque lo sabía, siempre se sorprendía que podía llegar a superar aquél grado de estupidez. Suspiró largamente mientras observaba aquél aparador y justo en ese suspiro un olor extraño llegó a ella, no sabía de que era, pero en muchas ocasiones había logrado sentir cosas extrañas, raras que no tenían ninguna clase de explicación, al menos no para ella, no sabía porque se ponía tan alerta o porque sentía tanto miedo en algunas ocasiones, incluso si nadie le hablaba.

Se quedó justo donde estaba mientras que una señorita se acercaba a ella -No creo que se me vea hermoso, no sé lucir la ropa- dijo en un tono un tanto melancólico, pues su padre la vestía con harapos, para que nadie se fijara en ella y dos porque no gastaría demasiado en prendas que ella no luciera, eso decía aquél hombre que la había procreado. Giró lentamente la cara sintiendo como sus sentidos se alertaban y quería gritar o hacer algo pero eso sería extraño para la mujer que se estaba delante así que respiró profundo intentando que los nervios se le fueran -Pero seguro que a usted le queda hermoso, es usted muy bonita- a veces Aileen se ponía muy nerviosa y tartamudeaba pero curiosamente cuando sus sentidos se alertaban no podía hacerlo, ya que estaba más concentrada en no hacer una tontería -No estoy perdida...- contestó aunque no sabía que tanto de aquello era realmente cierto.

por **Cassandra Albrioni** Miér Feb 27, 2013 8:50 pm

Detalle a la dama, creo que estaba herida. Tal vez, había estado en una pelea cruel y despiadada, posiblemente ella había salido victoriosa de aquello. Comencé a sospechar que lo mejor que podía hacer era destruirla, antes de que ella lo intentara conmigo. Mi instinto de supervivencia hablaba. Sin rodeos me atreví a preguntarle:

¿Qué clase de criatura eres?

Sinceramente, no tenía ganas de pelear. No hace mucho que había vuelto al mundo después de un largo sueño, no me sentía en las mejores condiciones para luchar; pero si ella me atacaba no dudaría ni por instante el arrancarle la cabeza. Sabía que al igual que yo, ella estaba alerta ya que el ambiente era de tensión.

No puede evitar reír al escucharla decir que no sabía lucir ropa. Ella era bella, no tanto como yo claro está, pero ¿Qué clase de mujer es capaz de decir eso? Tendría que tener muy baja autoestima.

Eres la primera mujer que escucho decir eso, hasta las cortesanas tienen más ego. Y disculpa que me haya reído. Ahora pregunto ¿Tienes intenciones de pelear? De ser así podemos dejar de perder el tiempo.

No deseaba que me sorprendiera la luz del día aquí en la calle y menos en medio de una pelea.

por **Aileen Dinozzo** Jue Feb 28, 2013 12:14 am

"Hacer guerra es buscar la muerte."

Se sorprendió demasiado con la pregunta de la mujer, pero no supo que decir o que hacer, sencillamente le había tomado de sorpresa, no esperaba algo así, frunció el ceño intentando comprender que era lo que había ocurrido, pero no lo captaba, debía aceptar que hasta su cerebro era lento para poder meditar todo lo que debía así que simplemente suspiró largamente intentando no desesperar a la mujer.

Pensó un par de segundos y se mordió el labio mientras dejaba los brazos a sus costados, no, ella no quería pelear, eso era mucho más que evidente -No sé a que se refiere, señorita...- murmuró mientras esperaba que ella no pensara que le intentaba ver la cara o algo así -Yo... Hago cosas raras, pero no sé... No sé porque las hago y quisiera dejar de hacerlas- quizá su sentido de supervivencia le estaba diciendo que estaba soltando más información de la que debía pero debía ser sincera y decir que de cierto modo siempre había estado buscando respuestas, pero que era demasiado cobarde como para poder exigirlas, así que debía apelar al alma caritativa de alguien para que se apiadara de ella y le quitara la condena que estaba viviendo.

-Es la verdad , señorita, no soy muy agraciada que digamos- se sonrojó un tanto al escuchar que la mujer le decía que no tenía ego, pero era verdad aunque eso se lo debía agradecer a su padre y a nadie más que a él por haber sembrado en Aileen la semilla de la baja autoestima y desconfianza en sí misma -No quiero pelear- negó con la cabeza una y otra vez -Pero es que no sé que me pasa que me pongo rara... ¿Usted... Hace cosas extrañas?- se le quedó viendo mientras intentaba descubrir si era ella la fuente de aquella angustia que le estaba corroyendo por dentro así que intentó relajarse pero no podía, sabía que había más como ella y algunos más que no lo eran pero que hacían otras cosas -Me llamo Aileen- dijo en un tono cordial, como si con ello reforzara sus buenas intenciones de no hacer nada en contra de la rubia.

por **Cassandra Albrioni** Jue Feb 28, 2013 11:50 am

No parecía mala persona, pero tampoco confiaría en ella tan rápido. Tuve que volver a reír cuando la escuché decir que hacia cosas raras y preguntó si yo las hacia. Ahora comprendía que aquella chica estaba confundida, tal vez asustada, por lo que procuré bajar la hostilidad. Me mantendría alerta, pero más relajada, entonces hablé de forma cordial.

Mucho gusto mia cara, yo soy La Gran Condesa Cassandra –adoraba que me llamaran así, pero como esta chica me estaba simpatizando le dije- pero puedes llamarme Cassy. En cuanto a lo de hacer cosas raras, tendrás que especificarme un poco más a que te refieres con eso.

Sé que no eres humana, tampoco uno de esos desagradables licántropos y demás está decir que no eres de mi especie. Me intriga. Sé que hay más criaturas en este mundo de las que he mencionado, pero no me he topado con todas.

Me incliné hacia la puerta de la tienda, para observar mejor la cerradura. Medité un rato y saqué uno de los ganchos de mi cabello. Entonces volví a dirigirme a ella.

Mia carissima ¿podrías vigilar que no venga nadie?

Era cierto que no necesitaba que ella lo hiciera, pero me incomodaba que mirara lo que hacía y además no sabía si resultaría por ser la primera vez. Afiné mi oído para escuchar si la cerradura iba cediendo ante lo que hacía.

por **Aileen Dinozzo** Jue Feb 28, 2013 10:27 pm

"Nervios, el camino ideal para atentar contra la seguridad."

Aileen escuchaba con suma atención todo lo que ella le decía, pero no lograba encajar todo de un golpe, era como si su mente se negara a aceptar cada palabra dicha, pero suponía que debía hacerlo con tal de que ella no se enojara, así que intento que su boca dijera las palabras adecuadas, no quería que nadie se molestara con ella, sin embargo los nervios ante su evidente confusión traicionaron a la rubia -¿Li...Li...Licántropos?- era el peor momento para tartamudear pero ella no sabía cuando aquello iba a aparecer al igual que su forma canina, era algo que la dominaba, no podía evitarlo o aún no sabía como hacerlo -Es...Es...Esos son mitos señorita...- dijo no muy convencida y tomó aire con fuerza -Pe...Pe... Perdón la pregunta pero ¿Cuál es su especie?- hasta el momento ella sabía que sólo se había topado con humanos comunes y corrientes o eso era lo que Aileen pensaba, quizá no era así y por eso sus sentidos se encendían cual alarma.

-Pues...- suspiró largamente mientras miraba a la mujer e intentaba buscar las palabras adecuadas para poder describir lo que hacía, ya que le daba miedo que por demostrarlo no le saliera y después para volver a ser humana no pudiera, aquello podía sencillamente desesperarla -Cuando menos lo espero me convierto en un perro... un cachorro de Akita... entre blanco y amarillo...- encogió los hombros, suponía que esos colores eran normales o al menos eso era lo que quería pensar -Pero luego para volver a ser humana me cuesta demasiado...- frunció el ceño y le miró de nueva cuenta esperando que ella no le dijera que estaba loca o que era anormal, hasta el momento a nadie le había contado su "secreto" -Gracias, Cassy- sonrió de forma sincera, no es que se le diera con destreza hacer amigos, pero esperaba que al menos ella no la juzgara, pues Leen no tenía la culpa de ser lo que era -A mí... A mí me puedes decir Leen- sonrió de nuevo y la miró.

Se quedó pasmada mientras observaba que intentaba abrir la puerta de la tienda, miró de un lado y de otro -Señorita... ¿Es... Es... Es su tienda?- murmuró con cierto tono de preocupación en la voz sintiendo como de nuevo sus nervios la comenzaban a invadir por completo haciendo que las manos le sudaran, pero sus sentidos se habían puesto mucho más alerta y miraba de un lado a otro, seguro que su actitud era por demás rara.

por **Cassandra Albrioni** Vie Mar 01, 2013 10:53 am

Esta chica estaba más perdida de lo que yo pensaba. No tenía idea ni siquiera de qué era. Ahora no me quedaba duda de qué no me atacaría. Creo que era nueva en lo que fuera y no, por lo visto no tenía ningún maestro. Pobre criatura.

Leen querida, me estas diciendo que te conviertes en un perro, pero aun así dudas de la existencia de los licántropos. Debes tener cuidado, pues esa ignorancia no te salvaría si te llegaras a topar con uno.

En aquel momento la cerradura cedió, bingo lo había logrado. No era tan mala haciendo esto, sonreí para mis adentro. Le hice un gesto a la joven para que entrara.

Ven mia cara, sígueme. No sabremos si el vestido te luce o no a menos que lo probemos. Y no aceptaré un no por respuesta.

Tenía que hacer que entrara en confianza, estas noticias no eran fáciles de digerir. Ya le había dado algunas noticias algo fuertes a la joven. Era mejor que se distrajera un poco con los vestidos, que estuviéramos cómodas en algún diván para poder conversar. Que no habría dado yo por enterarme de la existencia de aquellos horribles Lycans de esta manera.

No, la tienda no es de mi propiedad. Pero mira los harapos que llevo encima – pasé una mirada por la joven- creo que a las dos nos haría bien ir de compras –hice énfasis en esa última palabra- Luego quizás pase a dejar el dinero pertinente, pero por ahora no puedo andar en estas fachas por la ciudad.

Entré a la tienda, si tenía muy buen aspecto. Era de esas tiendas caras que me fascinaban, muy limpia, una decoración muy elegante y una cantidad exorbitante de vestidos. Ah! si, era preciosa. Veía a la perfección en la oscuridad, pero no sabía si era el caso de mi compañera. Sino veía tendría que buscar algunas velas o algo.

¿Qué tal es tu vista en la oscuridad? - me dirigía a ella en tono amigable- No creo que estés loca, ya tengo idea de lo que eres. Y antes de decirte lo que soy yo me gustaría que te sentaras y pusieras cómoda. Comprendo que lo que te voy a decir pueda resultarte…. Ummm… difícil de asimilar.

Camine hacía la parte trasera de le tienda, para asegurarme de que no había nadie por ahí. Siempre había que estar precavido. Mis pasos eran silenciosos, busqué también velas por si mi acompañante las necesitaba.

Recuerda cerrar la puerta – le dije a la rubia – dime ¿desde hace cuánto te suceden estas transformaciones?

por **Aileen Dinozzo** Dom Mar 03, 2013 10:16 pm

"Hablar es la única manera de liberarte, el silencio te esclaviza a los demás"

No sabía como continuar hablando, la verdad de las cosas es que estaba demasiado nerviosa y por más tonta que ella fuera, sus sentidos le decían que estaba haciendo algo mal y que de algún modo debería evitarlo, pero ¿Cómo? Nunca había sido capaz de decirle a alguien que no estaba haciendo lo correcto, ella tenía un defecto que a veces podía ser virtud para alguien más, obedecía demasiado. Respiró profundo mientras se quedaba parada observando a la señorita y escuchando todo lo que le estaba diciendo.

-Tendré cuidado, señorita, y no quise decir que usted mentía, es que se... Nunca había escuchado de ellos- volvió a respirar profundamente ante aquellas declaraciones, era verdad, nunca había visto a nadie como ella, aunque ahora sabía exactamente como era que sus sentidos se alertaban, no cabía duda de que su cuerpo era mucho más inteligente de lo que podía llegar a ser ella, podía dar gracias de ser lo que era o poder hacer lo que hacía, al menos no quedaba tan tonta como lo era en realidad, una pequeña salvación estaba en su camino.

-¿Probar?- preguntó atónita mientras se acercaba a la mujer -De... De... De todas maneras señorita, yo no tengo dinero para comprarme un vestido como ese- cerró la puesta detrás de sí sabiendo, o mejor dicho sintiendo que estaba cometiendo un grave error,quizá haría algo para salir de ahí, aunque bien no sabía como era que lo haría, necesitaba poner a trabajar su mente, sin embargo sus dos neuronas no querían ayudarla como siempre.

-Veo bastante bien, y no puedo permitir que usted pague el vestido señorita, así que de verdad insisto en que esto no es correcto, al menos para mí, usted puede comprar el vestido que guste y si quiere le digo como le luce- sonrió de manera amable aunque no menos nerviosa ante lo que estaba pasando.

A Aileen le urgía, más que ropa, saber que era lo que le pasaba y que otros seres se podía encontrar a fuera, así que se sentó en una de las sillas que se encontraba delante de los vestidores -¿Qué es usted?- se aseguró de que ella estuviera viendo de que ya no estaba parada, su corazón comenzó a latir con mucha fuerza.

por **Cassandra Albrioni** Lun Mar 04, 2013 6:45 pm

Comprobé que no había nadie más en aquel lugar, por eso volví a la parte delantera de la tienda. Me dirigí de nuevo a la joven y le dije:

¿No te parece hermoso este lugar? Es lo que me encanta de París, sus maravillosas tiendas. Tan elegantes y hermosas.

Busqué los vestidos más caros, los saqué y comencé a examinarlos. Turquesa, Negro, dorados, perlas, rubíes, era maravilloso ver aquello. No quería algo tan llamativo, pero tampoco algo simplón. Debía ser digno de mí, pero servirme para ir a cazar. Me senté junto a la joven.

Leen querida, permíteme tu brazo, sé que estás herida. Te ayudaré con eso y te aclararé lo que soy, pero aamm no te vayas a poner a gritar o algo así.

Escuché su corazón latir con fuerza. Oh! Era una hermosa tonada, aunque el sonido que producía su corazón era diferente, lo escuchaba un poco más rápido. Volví a concentrarme y le exclamé.

Debes tranquilizarte, no estés asustada. Prometo no hacerte daño. Lamento si mi actitud de afuera te asustó, pero soy algo desconfiada. Me he enfrentado a tantas cosas que…. Bueno en fin, lamento mi comportamiento. Ahora cálmate y permíteme tu brazo.

Le sonreí, con mucho cuidado de no mostrar los colmillos. No deseaba espantarla. Sentía algo que me obligaba a querer ayudarla. Orientarla….

por **Aileen Dinozzo** Lun Mar 04, 2013 10:23 pm

"La ayuda no siempre viene en la mejor presentación."

Bien... Ella se había percatado de que nada estaba fuera de lugar o que no habría alguien más en la tienda, pero no cabía duda que en la cabeza de Aileen estaba dando vueltas la idea de que aquella era una extraña forma de comprar, ¿Quién lo hacía a escondidas? Por mucho que dejara el dinero después, eso parecía estar mal, suspiró, nunca había tenido las fuerzas, ni tampoco las tendría, para ponerse delante de alguien y negarle algo, ella estaba maldita y condenada a vivir en ese hoyo que desde chica le habían cavado, sus padres habían hecho un excelente trabajo al preparar una tumba en la que ella estaría... Viva o muerta, o mejor dicho muerta en vida.

-Nunca he tenido oportunidad de visitar este tipo de tiendas señorita, el dinero que tengo no me alcanza para cubrir gastos como estos, lo único que hago es lo que me vio hacer allá afuera... Mirar y soñar- sonrió como si con aquello se fuera la tristeza de sus palabras, sus padres tenían mucho dinero y a ella la habían echado a la calle como el perro que era, eso era para guardarlo en las memorias, al menos en la de Aileen claro que estaba y se mantendría imperturbable.

-Sí, es que me mordí...- explicó, no recordaba si ya lo había dicho antes, la verdad es que los nervios le estaban comiendo por dentro - Ayer apenas pude ser humana de nuevo, después de tres días como cachorro y me estaba desesperando entonces me mordía pero en una de esas se me ha ido la mano y me sangré, pero sirvió para volver a este estado- extendió el brazo viendo a la mujer que se ofrecía a ayudarle mientras suspiraba largamente, tenía miedo, no podía ocultarlo, su corazón estaba que parecía que se desbocaría y en cualquier momento pararía en un repentino momento.

-No se preocupe señorita, intentaré estar tranquila aunque yo soy nerviosa por naturaleza y casi tengo miedo hasta porque una mosca haya volado cerca de donde me encuentro- se mordió el labio dejando el brazo extendido hacia ella y mirando sus manos para ver que es lo que iba a hacer, pero con aquello sólo había ganado que sus latidos fueran en aumento a causa de la incertidumbre -Si me permite... Cerraré los ojos- quería saber que era pero si no lo hacía de ese modo entonces su corazón en cualquier momento colapsaría, además de que su brazo temblaba mientras sus manos se empezaban a empapar de sudor debido al nerviosismo que ella experimentaba -¿Me va a doler?- abrió los ojos de nueva cuenta y respiró acelerado -Bueno no importa- los volvió a cerrar, de nuevo se comportaba de una forma infantil que hacía un tiempo había dejado atrás.

por **Cassandra Albrioni** Mar Mar 05, 2013 9:28 pm

Sentimiento, como los odiaba. Hace mucho había decidido que disfrutaría mi vida con los placeres más superfluos y sacaría mi odio a través de las peleas con los lycans. Pero Aileen parecía tan dulce, tan inocente, pero al mismo tiempo denotaba una nostalgia, esa tristeza… Me recordaba tanto a mi otro yo, que anhelaba protegerla ¿Protegerla? Definitivamente, a veces ciertas cosas extrañas pasaban por mi cabeza.

Bueno mi cara, ahora tendrás mucho tiempo para visitar las tiendas que desees -sonreí un poco- Debo decir que posee usted unos ojos muy lindos.

Sus ojos eran tan azules que me distrajeron por un momento. Ah! eso era lo malo de ser un vampiro, te entretienes con muchas cosas. Claro luego de un tiempo se te pasa, pero siempre habrá cosas que llamen tu atención con tal intensidad. El miedo de aquella dulce joven hacía que su corazón retumbara con intensidad, no deseaba hacerle daño, pero debía utilizar mi fuerza de voluntad para no dejarme tentar por él. Jamás había probado la sangre de un cambiaformas ¿cuál sería su sabor? Moví ligeramente mi cabeza en una negativa, no estaba ahí para cazar y no deseaba hacerle daño a la chica.

Comprendo, debió ser difícil para ti. Imagino tu angustia y por lo que comentas, deduzco que no llevas mucho tiempo siendo lo que eres, de otra forma ya lo controlarías mejor –dije de forma comprensiva -.

Asentí cuando habló de lo nerviosa que era. Toqué su brazo, pensando que lo retiraría pues el día de hoy no había cazado, aunque no lo necesitaba por el momento; pero esto hacía que mis manos estuvieran heladas como la muerte. Sonreí de manera afable cuando pregunto si le dolería.

Querida, preferiría que no cerraras los ojos. Solo llevará un momento y no dolerá, lo prometo.

Miré su herida, no era tan grave. Sabía que ella tenía la habilidad para sanar rápido, aunque imaginaba que las lesiones causadas por su misma especie siempre tardarían más en sanar. Como era el caso de muchos. Deslicé muy sutilmente mis dedos por su brazo, sabía que no le dolería pues era un tacto casi imperceptible.

Por favor, abre los ojos… - En ese instante deja que mis colmillos fueran visibles- No te morderé, tranquila.

por **Aileen Dinozzo** Miér Mar 06, 2013 12:29 am

"Para saber que te alivias es necesario que primero te duela."

¿Por qué confiar en ella? Todavía era algo que rondaba en la cabeza de la rubia, aunque debía aceptar de alguna manera que ya su tensión había disminuido, se encontraba mucho más tranquila y ahora podía decir que sus sentidos no se alteraban con tanta facilidad como hacía un rato, al parecer notaba como la chica que tenía delante no era mala y entonces por eso mismo confiaba, pero ya muchas veces lo había hecho antes y siempre pasaba igual, terminaban por hacerle daño.

Se sonrojó ante aquello que dijo la señorita, la verdad es que nadie se fijaba en sus ojos, de hecho su padre le decía que ni siquiera eso había podido sacar bien, le dolía en el alma el rechazo de aquél hombre, pero no le quedaba de otra más que vivirlo sin reproches -Muchas gracias señorita, pero no entiendo porque dice usted que ahora podré visitar tiendas como estas- sus ojos se perdieron en la inmensidad de aquél lugar, parecía que ella no encajaba ahí, ni ahora ni nunca, era obvio que su status nunca le permitiría entrar a un sitio así, a menos que su padre decidiera que ya le tocaría lo que por derecho le correspondía.

-No, apenas tiene como un año que empecé con esto, de hecho volví a casa intentando que mis padres me recibieran pero no quisieron, estuve rondando por ahí y logré ver que papá hace exactamente lo mismo, sólo que en una raza distinta de perro... No sé porque no me explica que me pasa- aquello le causaba gran dolor y angustia a Aileen, era como si su padre se rechazara a sí mismo y todavía no lograba comprender como era aquello, sólo sabía que ella ya no tenía un lugar en aquél sitio. La noche siguiente de que la echaron encontró su ropa en la basura, aunque sirvió porque así había podido recogerla y no quedarse sin nada mientras lograba juntar un poco de dinero.

Abrió los ojos con todo su pesar y quiso ver en los ajenos un atisbo de paz y tranquilidad, pero no lo había encontrado, aunque sí logró ver un poco de esperanza así que sonrió y observó a la mujer -Está bien, lo siento, es que... Me da miedo- todo lo desconocido era lógico que diera miedo, pero siendo Aileen como era, a ella todo le daba miedo, así que poco se podía hacer al respecto, sino sólo tener demasiada paciencia -¡Dios!- exclamó viendo los colmillos de la mujer sintiendo de nuevo como su corazón se aceleraba con fuerza, era algo que no podía controlar y tironeó de su brazo, aunque era verdad que no tenía fuerza en este, no era que no hubiera escuchado sus palabras, había sido que reaccionó por puro instinto.

-Usted...- balbuceó de manera ininteligible, no sabía como decirlo, pero ahora sabía a que se refería con aquello de su inocencia así que simplemente apretó los labios -Haga lo que tenga que hacer- concedió el voto de confianza a aquella mujer que tenía poco de conocer pero no sabía ni siquiera por qué lo hacía, respiró de manera profunda mientras esperaba que en verdad no la mordiera, aunque aquello sería realmente fatídico, mordida sobre mordida.

por **Cassandra Albrioni** Vie Mar 08, 2013 8:25 pm

Como esperé, la reacción de la joven fue de pánico al principio. Nadie la podía culpar pues cualquiera en su sano juicio, se aterraría al tener a la muerte en frente. Balbuceaba y eso me parecía hasta tierno de su parte. Parecía tan…. indefensa como cualquier chica humana. Sería muy normal que aquella señorita quisiera salir corriendo, alejarse para siempre y olvidar al horrible demonio que tenía en frente. Pero no fue así, en realidad me sorprendió que me diera su voto de confianza. Le sonreí de forma amable.

Procedí a morder mi pálida muñeca, solo haciendo una muy pequeña herida. Cuando la sangre brotó dejé que esta cayera por al herida de mi acompañante, para observar como en el acto se cerraba la herida. Este era un pequeño truco que había aprendido, no estaba segura de que funcionara en heridas grandes, pero en cosas como estas, sí. En seguida mi herida también sanó, no quedó rastro de mi pequeña mordida.

La miré a los ojos y exclame:

Querida mía, como habrás notado yo soy un vampiro –sonreí- una de esas leyendas, como llamas tú a los seres de la noche. Y tú pequeña, no eres más que una cambiaformas. –Solté el brazo de la rubia- no te diré que aclararé todas tus dudas sobre tu especie, pero puedo compartir el arcaico conocimiento que tengo contigo, si gustas, aunque te advierto que no es mucho.

Acaricié sutilmente su rostro, pues había notado en el fondo de aquellos ojos azules, así como en las palabras de la señorita una profunda tristeza. Este mundo podía llegar a ser muy cruel con las criaturas inocentes, eso lo había aprendido yo de la peor forma y sabía que Aileen también había experimento eso.

Digo que tendrás tiempo de sobra para visitar tiendas como estas o los lugares que desees, pues vivirás el doble de lo que pueda llegar a vivir un humano. –me levanté para examinar unos sombreros que estaban sobre una repisa, tome algunos y me los medí frente a un espejo.

Para la vida de las criaturas como nosotros… –hice una pausa- que somos diferentes, pues el único obstáculo somos nosotros mismos. Pero no te preocupes querida, que por lo menos tu sigues viva –en mis palabras había un tono divertido, pues no le envidiaba la vida a nadie, a mi me gustaba estar muerta. Tomé un sombrero de color azul cielo, con una cinta plateada y lo puse sobre la cabeza de la chica- ¿te gusta algo de aquí?

por **Aileen Dinozzo** Lun Mar 18, 2013 10:55 am

"un voto de confianza, primer error."

Aileen estaba esperando que la mujer la mordiera, que clavara sus colmillos hiriéndola más, pero no fue así, hizo una mueca de dolor cuando ella misma se estaba dañando pero después se le calmó el dolor cuando su sangre se mezcló en aquella zona con la de ella, era algo tan extraño que... No sabía como explicarlo, nunca antes le había tocado vivir algo así, pero suponía que ella sabía aquello porque al menos alguien le había orientado en que hacer pero a ella ¿Quién? Nadie, hasta el momento nadie le había dicho lo que era hasta que se había encontrado con esta mujer que parecía ser buena, o al menos con Aileen lo estaba siendo y eso la hacía sentirse en deuda con ella.

-Un vampiro...- repitió y se sonrojó un poco -Es que yo no sabía, lamento si la ofendía señorita, de verdad nunca fue mi intención- comentó con cierto nerviosismo mientras observaba a la mujer -Lo que usted me pueda decir le aseguro que es más de lo que yo he sabido en estos años que he estado sola, he tenido que batallar demasiado con todo esto y de verdad quisiera una forma de...- iba a decir eliminarlo, pero suponía que no era como una enfermedad que hoy te da y mañana se te quita así que cambió la palabra -Controlarlo, porque tengo miedo de que si hoy ya me mordí mañana termine por matarme yo sola- aunque a decir verdad ella solita podía llegar a matarse sin necesidad de ser lo que era, generalmente su torpeza llegaba a sacarle moretes en las espinillas y en las manos.

-Viva... Sí, seguro que lo estoy de puro milagro...- comentó en un tono divertido y se levantó un poco para poder estirar las piernas -¿El doble? Ahora entiendo, parece que no he cumplido años...- frunció el ceño ligeramente y se volteó a verla mientras le sonreía -De verdad que le agradezco mucho esto que ha hecho por mí- Aileen se sentía en deuda con aquella mujer y sus ojos comenzaron a vagar por la tienda observando cada uno de los vestidos hasta que sintió algo en su cabeza y miró a la chica mientras sonreía -Están muy lindos todos, sería difícil decidir, pero de todas maneras no tengo dinero para comprar ninguno de ellos señorita- dijo en el tono más amable que ella podía, es que a veces tenía que restringir sus gustos, que era casi siempre, para poder comer como era debido, aunque en forma de perro todo era mucho más fácil y esa era la única parte buena de todo esto -¿Usted comprará algo? Seguro que le luce perfecto, es usted muy bonita- asintió con la cabeza un par de veces mientras deseaba tener el porte elegante que tenía ella, pero seguro que ni con clases de elegancia, si es que había, Aileen podía llegar a parecer una señorita de sociedad.

por **Cassandra Albrioni** Lun Mar 25, 2013 10:04 pm

Debe ser difícil enfrentarte a esto estando sola –traté de aparentar que no conocía el sentimiento, aunque me era muy familiar- No te preocupes no me has ofendido, lo extraño es que no hayas salido corriendo y gritando –reí ligeramente, lo cual debió escucharse como un dulce coro de campanas, pues así lo describían los humanos- ya te he dicho que el dinero no es problema.

La chica me miraba mientras asentía fue entonces cuando un destello llamó mi atención. Me dirigí hacia un rincón de la tienda y ahí estaba aun sin desempacar se hallaba un hermoso vestido. Imaginé que sería de una colección nueva, recién llegada por lo que aun no se encontraba en el mostrador. Lo saqué y lo detallé con atención era de color negro como la noche, con bordados dorados en el corset, este desnudaba los hombros y la parte superior de los senos, ya que se trataba de una prenda de fiesta, poseía además una falda doble capa, la superior era de color negro que se alzaba en la parte delantera para descubrir la falda dorada de fondo. Era muy hermoso y se parecía a mí. Me metí en el probador, feliz de poderme quitar esos horribles harapos que llevaba encima y comencé a cambiarme mientras comentaba.

Creo que ya encontré uno que me fascina, aunque eso no descarta que vea más. Pues por donde empiezo… ah si, según entiendo tu don es hereditario, como habrás notado. Lo de controlarlo es cuestión de practica, pero no debes desesperarte, haciéndote daño no lograras nada. - Salí del probador, giré con gracia y me dirigí a un espejo- ¿qué opinas? Y se sincera.

-Mientras me miraba, proseguí – Por ahora dices que solo tienes conocimiento de poder convertirte en un cachorro, tal vez más adelante puedas lograr convertirte en otra cosa. He visto cambiaformas que pueden convertirse en dos o tres animales. Debería tener unos guantes ¿cierto? – Caminé hacia el mostrador y me puse a rebuscar. Ante mi aparecieron unos guantes negros, con encaje dorado, ideales para mi atuendo. Adoraba ir de compras. Me coloqué los guantes- Creo que estos son ideales ¿tu qué opinas?

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Buscando un lindo vestido (AILEEN DINOZZO )

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