De vestido en vestido, encuentras el de novia [PRIV]

por **Lilyan Howls** Lun Mar 03, 2014 3:56 pm

Estando preparada para lo que le preparaba la mañana, solamente suspiro frente al espejo cubierto por hermosos adornos barrocos. Caroline le había hecho un hermoso moño en lo alto de su cabeza y de diadema una trenza de su mismo pelo castaño. Su vestido hermoso y a tonos violeta reflejaba la belleza de su rostro aunque por mucho que lo hubiera intentado su hermana, Prudence no se animaba del todo, pues aun soñaba con que aún estaba junto a Chapel, aquel hombre de porte elegante, masculino, sensual que la llevaba hasta perderse en sus ojos, en las palabras que le recitaba cuando se encontraba deprimida por cualquier cosa. Aquel hombre había sido su pilar, en parte, los médicos no eran positivos sobre algún cambio sobre su enfermedad, pero la veían mucho más animada cuando existía el amor aun para ella.

-Vamos Prue….-Caroline dijo con esfuerzo de alentar el ánimo de su deprimida hermana pequeña –Ya verás como todo volverá a su cauce y encontrarás que te amé como te quiso….Cha…-No había terminado de pronunciar el nombre de aquel hombre hasta que su hermana se acurruco en ella para exprimir la tristeza de su corazón. Caroline la abrazó como la rosa que se abraza a otra en busca de consuelo, Caroline, que estaba en cinta de seguramente gemelos, empatizarse con los sentimientos de otro, no le resultaba tan difícil, estaría a punto de ponerse a llorar si Prudence seguía de este modo – Prudence, querida, las lágrimas te ahogaran y no te dejarán salir a flote para poder remar hacia nuevos puertos….-Susurro aquellas palabras con dulzura, acariciando la espalda de Prudence y así intentar que se le pasara la congoja.

Tras una media hora en silencio (que era un tiempo estimado para que Jamie se calmara) Prudence miraba a su hermana con ojos irritados y cansados -…No saldré hoy Caroline…-Murmuro yéndose al lecho, pero fue detenida por su hermana que la arrastro hacia la puerta de su habitación, la obligo a cruzar el umbral pese a las quejas de Prudence, todo parecía estar en contra de Prudence esta mañana, y hasta que no tiraban de ella por las escaleras para que las bajara, no salieron de la mansión, para darse una alegría a los ojos, ir mirando tiendas por doquier, hasta que Caroline y sus hermanas, animaran a Prudence, consiguiendo así la meta de las mismas que se prometieron en ayudar a Prudence.

11:45 am
Dans le café “Le petit France”

Prudence dejo la taza de café sobre el platito de porcelana. Tomo una galletita que se la llevo a la boca. Le sabio demasiado rico, aunque sus lágrimas agriaban el dulzor de la galletita. Estaba sola ya que Georgia y Caroline la habían dejado sola, esperando a que las dos salieran del baño. Llevaban más de media hora dentro del baño, pero igualmente le daba igual. No podía moverse del sitio ya que ellas dos no podían con las treinta y pico bolsas que habían obtenido de múltiples compras…y la cosa no había hecho más que empezar.Una vez que volvieron del baño, ya después de una hora y media más de la que estaba esperando, Prudence con ayuda de sus hermanas se fueron finalmente hasta un carruaje que las llevaría de nuevo a su hogar. Por fin, llego el carruaje a su hogar, a una gran mansión de Pizarro y bien decorada con enredaderas que caían en cascada por los ventanales. La naturaleza se abría paso, pero no mostraba señales de peligro en su casa. Aquello le resulto gracioso. No era un palacio, pero tampoco era una casucha de pueblo en el que pasara desapercibida. El interior estaba decorado con cuadros de familia, esculturas, plantas, todo un regalo a la vista…pero lo que quería Jamie, era volver a su cuarto, pero Caroline apenas la dejaba tranquila y no le quitaba el ojo de encima.

09:45 pm
Mansión Ryland

Se había hecho de noche demasiado deprisa cuando una se duerme sobre el sofá y se despierta como si hubiera estado de fiesta durante varias semanas seguidas. Su cabeza le daba vueltas y solo esperaba que no tuviera nada que ver su enfermedad, hasta que la tos apareció, haciéndola toser un poco de sangre, pero no duro por mucho tiempo. Solamente el temor de que pudiera morir en cualquier segundo la aterraba más que la duración que pudiera estar tosiendo una y otra vez.

-Caroline….-Prudence se levantó del sofá con cuidado, en ese momento su hermana entro para ayudarla a levantarse, vio la sangre en sus labios y en el suelo, pero prefirió atender a su hermana -…Prudence…no descansas correctamente….-murmuro lentamente sobre la frente de Jamie para poder apaciguar su temor, pero entonces solamente pensó en ir al médico o a algún curandero que hubiera abierto de milagro por alguna zona de Paris – Iremos a un curandero que tiene una tienda en la zona comercial….-Simplemente no pensó en nadie, pero sabía de un curandero que había hecho milagros a gente incapacitada de alguna extremidad o decelerar el proceso del cáncer que tenía Jamie.

Momentos después estaban bajándose del carruaje -…Prudence está a unos pies de aquí…-Dijo Caroline a su hermana que se apoyaba en ella, pero Prudence, estaba perdiendo las ganas de vivir, de seguir adelante pues parecía que la enfermedad ganaba terreno.
-Es inútil Caroline….no llegaré para ver la boda de Georgia….-Dijo franca y aun sujetándose en la capa de su hermana-
-No digas bobadas ¡Prudence! Sobrevivirás, ya verás como si…-Agarro de la cintura a Prudence con más fuerza, alzándola para que no se topara con el suelo.

por **Pride / Lust Munro** Dom Abr 06, 2014 12:08 pm

Su nombre era Pride y tenía una hermana que respondía al nombre de Lust. Ambos eran parte de un clan liderado por un terrible vampiro. A pesar de eso, se sentía comodo en aquel lugar, rodeado de tantos vampiros que pensaban de la misma manera que su hermana y su líder. Pride no tenía un pasado o no uno que recordara pero confiaba en lo que Lust siempre le decía “El pasado solo nos vuelve débiles, enfoquemos nuestra vista en el futuro” esas palabras le llevaban siempre a no tratar de recordar algo antes de su llegada al clan.

La noche había caído y el alboroto en la mansión comenzó relativamente temprano, varios vampiros estaban ya de un lado a otro, hablando sobre la zona de caza a la que irían en esa ocasión solo que Pride no se sentía verdaderamente comido de ir con el resto, de hecho, estaba aguardando a Lust. La enorme habitación en que se quedaba se mantenía en silencio, contrario al exterior. - Pride… - la puerta se abrió lentamente, dejando ver la figura de una mujer de largos cabellos rojizos que sonreía ampliamente - vamos Pride, tengo la zona perfecta de caza para nosotros en esta ocasión - Lust era por lo general la que buscaba las zonas de caza, lugares en los que solo pudieran estar ambos y divertirse sin tener que ver a los demás o escuchar sus alborotos, solo el de ellos. El inmortal se levanto entonces y miro fijamente a su hermana. Al verlos juntos, cualquiera podía notar que no eran verdaderamente hermanos. Lust era pelirroja, mientras que los cabellos de él eran castaños. Los ojos de su hermana eran claros y los suyos oscuros, pero eso no interesaba a nadie o a ellos no les importaba, se habían aferrado al otro, tragado la idea de que eran hermanos y se querían como tal - Espero que encontremos alguien delicioso, tengo tanta sed que únicamente será saciada con sangre verdaderamente especial - sonrío entonces a la vampiresa que se encontraba en la puerta de la enorme habitación y se levanto para acercarse a ella - ¿cuál es la zona de hoy? - pregunto mientras llegaba hasta ella - La zona comercial - susurro Lust y ambos hermanos se miraron para después sonreír.

Zona Comercial

Ambos hermanos reír de manera divertida. Lust estaba aferrada al brazo de Pride y ante la vista de cualquier mortal parecían ser una pareja muy feliz de estar juntos. Ese era uno de los beneficios de que no se parecieran, era mucho más sencillo engañar a los mortales de esa manera. Los pasos de los inmortales se dirigieron a las zonas más solitarias y oscuras de la zona comercial, aquellos lugares en los que aguardarían a toparse con alguna víctima.

No debieron esperar mucho para observar a una pareja que camina en su dirección y apenas en una mirada que se dirigieron entre ellos, la decisión fue tomada. Aguardaron a estar un poco más cerca de aquella pareja y con movimientos veloces cada uno tomo a alguien de la pareja. Pride bebió con velocidad de la mujer aquella, quien no pudo gritar ni hacer nada en su contra; mientras que Lust bebió de aquel hombre que trato de luchar, pero que no pudo hacerlo contra de ella. Al mismo tiempo, ambos dejaron caer los cadáveres y se miraron para terminar riendo. Lust tomo a su hermano del brazo y continuaron andando como si nada hubiese sucedido.

Para ellos así de sencillo y divertido era terminar con vidas humanas. Más adelante por esa calle se toparon con un par de mujeres que encontraron el mismo destino de la pareja y solo después de haberse alejado de los cadáveres de ellas Lust se detuvo - Yo estoy bien ahora… ¿volvemos a la mansión? o ¿quieres ir a jugar a algún sitio? - Pride lo pensó un poco, divertirse al lado de Lust le gustaba, estaba por aceptar aquella invitación cuando un aroma que le pareció familiar llego hasta él y se quedo con los labios entre abiertos y las palabras en ellos - ¿Pride? - susurro su hermana antes de que él cerrara la boca y le mirara - Creo que he encontrado alguien más de quien deseo beber - sonrío. Si bien ambos se alimentaban juntos, existían momentos en los que sabían que el otro no era bienvenido - Me parece excelente - Lust le dio la espalda y comenzó a avanzar rumbo a la mansión - nos vemos en unas horas - finalizo antes de desaparecer en la oscuridad de la noche.

Solo cuando la figura delgada y perfecta de su hermana desapareció, el inmortal siguió aquel aroma entre las calles el cual le llevo de regreso a las zonas más repletas de gente de la zona comercial. No estaba seguro de lo que significaba ese aroma, pero le había detectado desde mucha distancia atrás y aunque eso no era lo sorprendente, lo era el hecho de que le pareciera tan familiar. Aquel aroma le guío hasta un carruaje y Pride se mantuvo inmóvil mientras que de él descendían dos mujeres. Una de ellas llevaba el aroma que le atrajo a ese punto, pero al mirarle, no existía nada familiar en ella; solo una enorme curiosidad por su parte para saber de quien se trataba. Hasta sus oídos llegaron los nombres Caroline… y Jamie - Una tontería - susurro para si, desviando la mirada de aquel par de mujeres solo para buscar una diversión mayor o terminar regresando a la mansión del clan.

por **Lilyan Howls** Sáb Abr 12, 2014 1:37 pm

Prudence se sujetaba a su hermana pero resbaló, dándose en la cabeza contra uno de los adoquines de las calles empedradas de Paris – Agh Caroline…-Mascullo el nombre de su hermana mareada por el golpe, su hermana rápidamente la cogió de nuevo y la soltó al ver a alguien que daban por muerto.
-¡Chapel! –Dijo justamente cunado Caroline observaba rápidamente de su hermana a Chapel -….Hermana, es….es Chapel…

Prudence solo estaba intentando volver a la consciencia, pero pudo entrever que su hermana le decía Chapel. No la creía hasta que Prudence se fijó en aquel joven de oscuros ojos que la noche le había quitado el brillo. Solamente quiso morirse para volver a revivir para saber que estaba viéndole. Tardo unos segundos en reconocerle, pero la cicatriz de la cara era irreconocible -….No puede ser…Ch…Chapel! –Exclamo sorprendida y aun estando en el suelo. Las lágrimas salían de su rostro como si hubiera recibido la peor noticia de su vida. En realidad estaba vivo, pero solo se preguntó demasiadas cosas que a lo mejor él no tendría las respuestas ahora. Solo le estaba mirando aun desde el suelo. Enseguida Caroline la ayudo a levantarse del suelo -…..Vamos Prudence…el curandero nos espera…-Dijo Caroline de repente, queriendo separarlos y llevar a Prudence hacia el interior.

-No….-Negó Prudence con sequedad, observando aquel que se llamaba Chapel. Cuando Prudence estaba de pie, intento caminar unos pasos hacia delante en los que se fue alejando de Caroline, acercándose aquel a quien quería abrazar y tener en sus brazos, esperando que él hiciera lo mismo, soñando que aquel le mirara a los ojos y finalmente la reclamara y ella pudiera tener respuestas de todas las preguntas que tenía que hacerle -…Chapel…. ¿Dónde has estado? ¿Dónde has estado metido? –Jamie estaba una y otra vez preguntándole esas preguntas que no tenían respuesta aun.

Por otro lado estaba su hermana Caroline dando la vara, tirando de su brazo para que entraran dentro del establecimiento donde estaba aquel curandero que podría darle un remedio a Prudence, pero Prudence estaba convencida que no mucho tiempo le quedaba para seguir viviendo a no ser que su amado le dijera “Oh Prudence, fuguémonos” pero por lo que comenzaba a intuir Prudence, era que Chapel no parecía recordarla de ninguna manera. Eso no lo entendía.

-¡Prudence! ¡Vamos! El curandero nos dirá algo para que podamos contrarrestar el proceso del cáncer…Vamos Prudence….-Dijo intentando convencer a Jamie de que accediera a su petición, pero Prudence seguía querer estar cerca de aquel al cual seguía abraza y sujeta en contra de las pocas fuerzas que la obligaban a volver a caer sobre el suelo. Prudence miraba al desconocido, auto convenciéndose de que algo había pasado y que ahora no la recordaba para nada. Estaba comenzando a sentirse una extraña frente a él y estaba cediendo a los tirones del brazo que su hermana le proporcionaba. Se alejó de aquel extraño finalmente.

-¿Cómo es que …. No me recuerda?- Pregunto Prudence a su hermana que volvía a abrazarla por la cintura, pero era demasiado tarde. Prudence era luchadora para no ceder a la muerte, luchaba siempre que podía mirando hacia delante y de un modo positivo. Quería que la gente supiera que nada le podía detener pero mas no pudo hacer cuando cayó al suelo desmayada, intentando que su caída fuera menor mientras su hermana Caroline intentaba para la caída, sujetando a su hermana Prudence de los brazos, pero su peso muerto solo hacía que fuera hacia el suelo.

por **Pride / Lust Munro** Dom Mayo 04, 2014 9:23 pm

Las mujeres hasta las cuales había sido guiado se quedaron mirando unos segundos en su dirección, una completa perdida de tiempo que un par de mortales le miraran como si le conocieran cuando en la mente de Pride no existía nada más que el clan y aquella que se hacía pasar por su hermana, aunque ya la consideraba como una. El par de mortales pronunciaron un nombre, Chapel. Un nombre como cualquier otro que en ningún momento iba a ser la gran cosa pero que tenía que ver con que era parte de su pasado, un pasado que Pride no recordaba y en el cual aquella mujer llamada Prudence tenía mucho que ver.

Observo un poco a su alrededor esperando que el nombrado Chapel se apareciera, pero nunca vio a nadie responder a aquel llamado. Las miradas de algunos de los que caminaban por aquellas calles fueron a las jóvenes y otras cuantas a él, que sentía que debía acudir a aquel llamado solo porque la mirada de la llamada Prudence se mantenía fija en él y además implorante. Por primera vez desde que llegara al clan, pensó en que quizás tenía un pasado que nadie le había contado y que antes no se había interesado por saber, también sabía que de habérselo preguntado a Lust ella no le diría nada así que aquello convertía a la mujer que estaba tratando de alcanzarle en la única que esperaba entendiera algo respecto a él.

Ambas mujeres entraron en un establecimiento y Pride por su parte continuo parado ahí, preguntándose si sería prudente entrar a aquel lugar y enfrentar más directamente a aquel par. Estar cerca de ellas y ver si volvían a llamarle Chapel, que de ser así les cuestionaría sobre el motivo por el que le llamaran de aquella manera. Se rasco la barbilla un poco y finalmente se dispuso a entrar en aquel lugar para encararles, descubrir algo que ningún miembro del clan le dijera. Entro en aquel lugar mientras la campañilla de la puerta sonaba y con algunos pasos llego hasta donde una de ellas se estaba desvaneciendo sobre la otra y se acerco para impedir que Caroline cayera al suelo con aquella que estaba inconsciente ya - No podrás con ella - ayudo a que la mayor de ellas se pusiera en pie y sujeto entre sus brazos a Prudence. Una extraña familiaridad fue lo que corrió por su cuerpo, pero aún viéndole, no era más que una extraña para él.

por **Lilyan Howls** Jue Mayo 29, 2014 9:38 am

-Un mundo hay, desde aquí hasta a mi hogar…y hay tantas sendas…por andar…la sombra…la noche traerá…y las estrellas la preeenderan…niebla y sombra, triste anochecer…Pasaran…las aves ver..-Cuando el curandero abrió la puerta y vio al joven con Prudence en brazos, cantaba una canción para ambientar la zona en donde pondrían a Prudence en un pentagrama para así ponerla bajo protección mientras que augurios malignos se alejaban de la acción. Dejo entrar a Caroline que ya la conocía de antes y mando al joven que pusiera a Prudence en el pentagrama del suelo, grabado con mucha precisión. Unas palabras murmuro el anciano curandero, con la mano sobre el cuerpo desmayado de Prudence hasta que vio que por fin, despertaba de su letargo. En realidad tardaba poco su magia sobre las personas desfallecidas. Era hábil, pero seguramente con el paso de los tiempos, todo cambiaría. El fuerte se hace más débil, la eficacia siempre no iba a ser la misma que cuando era un joven aprendiz de brujo.

Todos observaron como Prudence miraba con lentitud al entorno que la rodeaba, intentando reconocer donde se encontraba y con mucho éxito, esta abrió los ojos finalmente aun estando tumbada.

-¡Oh Prue! ¡Despertaste! –Caroline mostro alegría al ver despertar a su hermana, había estado convencida de que no lo haría a la primera -…Querida hermana…-Caroline se arrodillo al lado de Prudence, levantándola un poco la cabeza, colocándose entre aquel que ambas reconocían como Chapel y su hermana a la que miraba con dedicación -…Dime…¿Qué tal te encuentras?

-B-Bien…bueno…estoy aquí supongo que eso es algo…-Prudence mostro en su voz un tono de cansancio, todos podían notar quizás el estado avanzado de la enfermedad que padecía Prudence y que en muy raros casos se podía hacer algo al respecto. Tan solo rezaban para que se recuperase de verdad y que no acabaran sin ella. Prudence miro por encima del hombro de su hermana aquel que estaba en silencio –Caroline…Ayúdame a levantarme…-se quedó a su lado y su hermana la ayudo a levantarse para ponerla de pie y en el momento oportuno que tuvo sus pies por inercia fueron hasta la figura de aquel que creía que era su amor desaparecido, sujetándose en aquel cuerpo fuerte y viril, rodeándole el cuello como acostumbraba a hacer -…Sé que eres tu…-Susurro Prudence al oído de quien se sujetaba, tenía la certeza de que era él pero estaba diferente – Pensé que estabas muerto…-murmuro mientras se acurrucaba en el pecho ajeno, rodeándole ahora la cintura con ambos brazos, terminando por besarle el cuello con toda confianza, pero cuando iba hacia sus labios, su hermana Caroline la alejo de aquel de quien aún no confiaba del todo aun siendo el mismo.

-¿¡Cómo pudiste dejarla sin protección!? ¿Cómo pudiste abandonarla? –Caroline comenzó a replicarle con recuerdos del pasado, Prudence solamente le paro los pies ya que no estaba segura de que hacer y si le hacía enfadar, quizás sería peligroso.

-Me voy contigo adonde sea….-Dijo Prudence enfrentándose aquel que estaba de pie-…Sé que estaré bien…-Las palabras eran directas y podía convencerse de que así seria, pero aún estaba cansada, Prudence se alejó de su hermana nuevamente para sujetarse de nuevas en aquel que sabía que era su amado. Podría haberse cortado en cabello, podría haberse curado de sus cicatrices pero ella sabía su cuerpo demasiado bien después de varias veces que yacieron juntos. Su aroma era el del azufre mezclado con la pólvora, tenía las batallas de las cruzadas tatuadas en su alma, podía notarle esa sensación de fortaleza y masculinidad de cuando antaño se enamoró profundamente de él.

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