El vestido del Fantasma [Privado]

por **Amy Defoe** Mar Jun 26, 2012 5:30 pm

Y el cielo se puso de color rojo intenso cuando la niña, Laura murió en manos de aquellos hombres que querían quitarle su corazón para obtener un mundo mejor. Todo se nublo por completo las nubes anaranjadas comenzaron a llorar y la lluvia se intensifico cuando el cuerpo de Laura callo en el manto de césped tiñendo todo de un color rojo carmín… - mi voz sonó como si de una muerte real se tratara, ahí estaba yo concluyendo con mi historia para los niños, bueno ellos no eran tan pequeños sino más bien de mi edad, era primera vez que les contaba a ellos historias, ya que mi historias siempre eran para los infantes (de 5 a 10 años) – Y el viento comenzó a correr trayendo consigo los aromas de las violetas que tanto le gustaban a la niña que al ser cubierta por ese aroma su cuerpo se levanto y estirando los brazos la lluvia y el viento hicieron que se desvaneciera por completo… y en ese momento bajo el suelo broto un rosal color rojizo con tinten violetas, ahí el rey mando hacer un altar en honor a su hija, la del buen corazón. – los aplausos se intensificaron, mis cuentos no tenían mucho sentido pero me carneaba la cabeza para que sonaran a veces terroríficos, dulces, tristes, alegres en fin, ningún cuento lo repetía dos veces por que eran historias que se me ocurrían en esos momentos, pensé un instante mientras acudía con Jeanne, - ¿Es necesario que tengan sentido? – le pregunte a lo que ella me dio una larga charla por sobre como contar las historias, pero la mayoría de las cosas ya las sabia.

Fui hasta donde los niños esperando que me hubieran dejado algo de comer a lo que me encontré con el plato lleno de migajas, suspire y sin reclamas las junte guardándolas en mis bolsillos, ya era hora de irme al refugio y de ahí al mercado para vender algunas cajitas musicales que me había robado, necesitaba dinero así que sacrificaría a tres de mis cajas de música. Salí de la corte de los milagros con la frente en alto intentando pensar en mi próxima historia, quizás iría a la biblioteca a ver algún libro, eso si es que me dejaban entrar a ese lugar. Suspire y seguí mi camino, por las callejones de la ciudad, me los conocía mejor que a mí mismo rostro, sabia en qué lugar estaba aunque fuera con los ojos cerrados.

Doble en una esquina y unas damas bien vestidas me pasaron a llevar – ¡Hey! Tengan más cuidado- les dije y seguí mi camino balbuceando – todo porque tienen esos trajes, esos vestidos… hay sí, si se ven tan bellas – comencé a burlarme de ellas mientras yo caminaba con dirección sur, recogí mi cabello en una coleta mirando mi reflejo en un ventanal inmenso, me detuve por completo y logre verme, mi cabellera tomada, hacia que mi rostro se viera fino, sin maquillaje, sin nada, mis ropajes el de cualquier niño, unos pantaloncillos que no eran de mi talla y estaban afirmados con un cordel de zapatos, arriba una camisa amarillenta antes era blanca, que le había hecho unas costuras para que se ajustara a mi delgada figura, mis zapatos uno de un tipo y el otro totalmente diferente. Me quede ahí mirando, pensando en lo que era, en lo que veían los demás, sentí una angustia tremenda… y solté mi cabellera, escuche unas risas del otro lado y note que detrás del cristal habían unas damas del buen vivir riéndose de mí, les saque la lengua y les hice unas vulgaridades y continúe mi camino, pensando. Necesitaba ir donde los niños al orfanato ahí me sentía segura… Sin más comencé a caminar, con la mirada en el suelo ya en ese momento no me importaba nada.

por Invitado Dom Ago 05, 2012 5:41 pm

Aquél día se había despertado temprano sin ganas de hacer nada, estaba acostada en su cama junto a su gato Anubis, el que aún dormía, su vista se dirigía hacia el techo el que tenía varias grietas y pedazos de pintura menos dejando en evidencia que el lugar realmente no era un gran lujo, pero eso a ella no le importaba con tal de tener un refugio donde ocultarse. Luego de haber pasado aproximadamente una hora sin hacer nada, Linn se levantó perezosamente a la cocina, Anubis no tenía intención aún de despertar así que ella se concentró en buscar comida, a o que encontró solamente una manzana la que devoró en apenas segundos quedando aún insatisfecha. Caminó hasta donde colgaba uno de los abrigos robados que tenía, no era de aquellos que ocupaba la gente de alta sociedad, pero le servía para cubrirse, que era lo que le importaba, revisó el bolsillo para buscar una pequeña bolsita donde guardaba el poco dinero que tenía, pero ya no había registro de ello, todo se había acabado ya y su estómago rugía sin importar nada.

Caminó hasta donde Anubis y lo tomó en brazos – ¡Despierta ya! Gato flojo – Su voz sonaba realmente amable mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios al notar como el gato comenzaba a estirarse – Nos hemos quedado sin provisiones, tendremos que ir a buscar algo de comer – Linn siempre había creído que Anubis, su “mascota” o mejor dicho compañero y mejor amigo, era bastante capaz de comprender todo lo que ella decía, por lo que poco le importaba de quedar como loca al notar cómo los demás la observaban cuando hablaba con él. El animal se estiró una última vez para observarla con atención y ella solo le sonrió antes de irse a cambiar de ropa para salir. Con la bruja nunca había un plan al cual seguir por lo que siempre se estaba improvisando, algunos días no les iba bien, por lo que volvían sin comida a casa, pero si ella no lograba robar algo, siempre lo lograba Anubis, ella jamás había entendido como lo hacía.

Comenzó a caminar hacia la zona comercial y a lo lejos vio una situación que le llamó la atención, dos “damas de clase alta” habían pasado a llevar a una persona la cual no lograba diferencia el sexo, estaba casi segura que se trataba de una mujer pero la vestimenta la confundía un poco además de no haber alcanzado a ver su rostro. Se escondió antes de que las mujeres la vieran y rió de forma maquiavélica, no sabía la razón pero ella no dejaría que abusaran así de los demás, sobretodo porque siempre había odiado a todos aquellos adinerados porque se jactaban de tener mucho cuando realmente solían ser infelices y asquerosas personas. Esperó que ambas mujeres pasaran por el callejón donde se había ocultado y comenzó a molestarlas, primero tocó el hombro de una la cual giró de forma sonriente para contestar, pero no había nadie allí. Pensó que su acompañante le estaba jugando una broma. Cuando ambas siguieron caminando logró que un muñeco que se veía bastante tétrico, pues tenía uno de los ojos afuera, le faltaba un brazo y tenía varios cortes sobre él, se levantara justo frente a ellas. Ambas quedaron espantadas al instante, pues bien sabían sobre los seres sobrenaturales que rondaban la ciudad y antes de ella poder decir algo salieron corriendo en dirección ajena de forma bastante torpe, una de ellas tropezó cayendo al suelo y Faylinn al apreciarlo no pudo evitar comenzar a reír a carcajadas. Las mujeres en vez de notar que ella les había jugado una broma creían que era el muñeco maldito por lo que salieron corriendo despavoridas.

Linn salió de su escondite aún riendo junto a Anubis que parecía disfrutarlo también y comenzó a caminar en rumbo a la persona afectada, alcanzó a notar cómo hacía vulgaridades frente al vidrio y tomando un atajo se adelantó, saliendo de repente frente a ella con la intención de asustarla - ¿Por qué te dejas pasar a llevar de tal forma, acaso crees que porque ellas tienen dinero te pueden tratar así? No seas… Alzó una ceja y la observó bien para certificar que si era una chica, cosa que la hizo negar de forma indignada – Si andas por ahí vestida de niño es obvio que siempre te tratarán mal, ¡deberías cambiar tu aspecto! – Llevó ambas manos hasta la cintura mientras su rostro se mantenía serio y frío, intentaba lograr el contacto visual con la chica, pero aún no lo lograba.

por **Amy Defoe** Lun Ago 27, 2012 11:33 am

Mientras caminaba en dirección al mercado me puse a pensar que desde que me había escapado del orfanato nunca más había tenido un vestido, ahí por lo menos siempre tenía ropa femenina, en cambio cuando llegue a las calles fue más difícil encontrar ropa con que cubrirme y aunque vestida así me sentía mas cómoda no me veía envuelta entre tantas telas, de seguro pesaban y para una ladrona como yo lo era, siempre era más fácil correr con pantaloncillos, de seguro a mi primer escape caería por el suelo ya que los falsos de los vestidos eran un verdadero estorbo.

Seguí mi camino escuchando las risas, no estaba molesta pero esperaría volver a encontrarme a estas tipejas y les robaría cada uno de los francos que llevaban en sus bolsas de salida. Iba planeando mi robo perfecto cuando aquella mujer se me planto enfrente hablándole así de la nada, levante mis cejas sorprendida y de apoco fui levantando mi vista hasta toparme con esa mirada demasiado fuerte, la mujer tenía un poder especial en su mirada, era como si me estuviera reprendiendo por algo que había hecho mal. No esperen no era idea mía lo estaba haciendo, abrí la boca para decirle algo pero llego y dijo otra cosa diferente, levante mis hombros queriendo echarme a reír pero no lo hice contuve la sonrisa y suspire.

¿Cómo empezaría? – Ya me la pagaran… al final siempre me las vuelvo a encontrar y mi pequeña venganza será a cuesta de ellas – sí que lo era, mi afición a robar era bastante buena verles la cara a esas tipejas cuando fueran a comprar y no encontrar ni un franco me llenaba de esa tonta alegría - ¿Cambiar mi aspecto? No deseo el respeto de gente que no merece el mío – claro, yo respetaba solo a los que no se fijaban en mi apariencia varonil – Además, con esos vestidos no podría arrancar luego de un robo – mis hombros se levantaron de manera inocente era la verdad – además mi cabellera larga me delata ¿o no? – mi pequeño busto ni se notaba y no quería tampoco que me anduvieran observando, era por eso que ocupaba ropa holgada – y por ultimo me gusta pasar desapercibida – ladee el rostro y la quede mirando, daba miedo.

Me cruce de brazos, ya que me impedía seguir sería bueno sacarle aunque fuera un pedazo de pan, no se veía que tuviera mucho, pero tampoco le faltaba en demasía. A su lado vi un felino completamente negro y mis ojos se perdieron en el pelaje de este, me gustaban los animales y tuve la intención de tomarlo entre mis brazos y morderle las orejas, pero ya una vez me habían regañado por acariciar un “animal” sin permiso y digamos que no había sido del todo bueno. – Y no soy un niño – arrugue la frente y la quede mirando ¿A caso pensaba que yo era un niño?

off: lamento lo corto, se me escaparon las palabras ><

por Invitado Mar Nov 20, 2012 5:30 pm

Toda aquella noche prometía ser una bastante entretenida para la bruja, quién fácilmente se divertía molestando a las personas o bien consiguiendo algo para comer lo que llevaba a tener que robar. Ésta era de esas noches en las que se suponía que Fay gastara su tiempo junto a Anubis para conseguir dinero y así comprar alimento ya que después de todo eso era lo único que le importaba, nada de lujos, nada de cosas sin sentido…sino tener un techo y algo que echarse a la boca, por suerte su compañero gatuno era bastante hábil a la hora de robar además de ser muy inteligente, casi ni le tenía que explicar lo que tenía que hacer para que simplemente él actuara, de verdad la joven comenzaba a creer que éste era más que un simple gato ordinario, pero cuando lo pensaba más detalladamente se largaba a reír, después de todo…era imposible ¿no?.

El asunto de las mujeres ya la había atrasado bastante en su labor pero la verdad era que ella jamás llevaba demasiada prisa y por lo general estaba siempre preparada para los improvistos, en aquellas cosas sabía adaptarse bien y actuar con rapidez. Pero aquella chica que se le presentaba al frente comenzaba a sacarla de quicio con todas sus palabrerías ¿pequeña venganza? Faylinn alzó una ceja incrédula, de verdad no podía imaginársela haciendo algo malo, era de aquellos seres que se notaba en demasía su buena voluntad y que eran buenas personas, no era algo que aquella chica le podía ocultar por lo que no pudo evitar reír ante sus palabras sin la intención de burlarse de ella, y eso era extraño ya que la bruja acostumbraba a ser bastante sarcástica y burlona, pero esta vez simplemente ella la divertía.

Dejó caer ambas manos a su costado y ladeó el rostro mirándola como si se hubiese agotado de regañarla, suspiró hondo y sonoramente carraspeando antes de volver a hablar - ¿Y cuál sería tu gran venganza, lanzarles migas de pan hasta que mueran? – Comenzó a reír al imaginárselo y luego negó con la cabeza – Aunque a juzgar por tu apariencia dudo que tengas demasiado dinero como para malgastar las migas de pan en seres tan inservibles…- Otro suspiro escapó desde lo más hondo de su pecho y se acercó un poco más a ella, mirándola de cierta forma cómplice – No hablo de que te cambies el aspecto por los demás, yo creo que si te respetaras un poco más tu misma…- Se alzó de hombros y no terminó la idea, dejándola en el aire – Y no, tu cabellera no te delata, me costó trabajo diferenciar si eras hombre o mujer, solo lo logré al notar tus facciones…- Hizo una mueca, en realidad no le importaba si ella se sentía insultada o no.

Comenzó a reír ante la última aclaración, ella ya sabía que no lo era, ya lo había comprobado, pero bien sabía que muchas veces las personas se apiadaban más de las niñas lindas, como aquella chica lo era, que con los chicos mal vestidos. Arrugó su frente y llevó una mano hasta una de sus sienes para frotarla – Realmente se nota que no sabes nada, ya sé que no eres un niño pero todo el mundo cree que si, además tener uno que otro vestido bonito para ocasiones especiales no estaría mal ¿verdad? – Sonrió con la satisfacción de no estar equivocada en sus palabras y sin darle tiempo para responder continuó – De todas formas conozco una buena tienda donde se pueden conseguir unos bien lindos …algo así como a bajo precio, estoy aburrida esta noche y no me molestaría ayudarte a conseguir uno, así que si te animas dime – Le sonrió de forma provocativa, quería saber si ella se animaría a hacer alguna travesura con ella, por lo que se animó a tentarla más para asegurar el éxito – Además también se de donde sacar algo rico para comer ¿Te animas? – Preguntó de forma desafiante y como adivinando que aceptaría se dio la vuelta para darle la espalda y caminar en forma contraria a la que ella iba.

Lamento la demora >_< cualquier cosa me avisas por MP, espero te agrade e_e

por **Amy Defoe** Mar Dic 04, 2012 2:45 pm

Aquella mujer tenía un aspecto diferente a todas las que había visto hasta ahora, parecía tan decidida, tan fuera de lugar… era así como un hada, reí ante mis pensamientos mientras observaba a su gato menearse de un lugar a otro, estornude un par de veces, la alergia a los animales era mi peor castigo pero ya estaba acostumbrada, mire alejarse a las mujeres que iban espantadas en miedo mientras yo ahí estaba siendo regañada por aquella chica extraña, tome aire pensando en que decirle o que no – Robarles… mi venganza será robarles – me cruce de brazos bien decidida de mis palabras mientras abría los ojos cuando ella decía sobre el respeto – Si me respeto y me cuido – me preocupaba de verme limpia y presentable, no me alcanzaban los francos para un vestido y no, definitivamente no podría escapar con un vestido en mi cuerpo, los pantalones eran mas cómodos y me gustaba mi apariencia… - Soy la niña niño – me largue a reír mientras me imaginaba matando a esas señoras con migas de pan… - Pero… yo no tengo ocasiones especiales… - era cierto yo no sabía nada ¿pero que importaba? – Trabajo y cuento cuentos… nada especial – me negaría hasta el cansancio no quería parecer una niña como esas que se creían mucho por andar con vestidos todos mononos y frondosos…

Me quede ahí unos minutos mientras ella hacia su oferta sobre conseguir un vestido pero lo que más me atrajo fue aquello de la comida… comida… cosa a la que nunca diría que no, bueno siempre y cuando quien la ofrezca parezca confiable, no confiaba a buenas y primeras, la mujer siguió un camino no se cuanto avanzo pero corrí tras ella, estornude otra vez – Un vestido… Nunca me he probado uno – rasque mi cabeza, mientras también mi cuello y mis brazos, maldita alergia, pero solo me quede callada – ¿Y que tendríamos que hacer para conseguir el vestido? No tengo ni un solo franco - era cierto, había dejado todas las ganancias para la corte, varios de los niños estaban enfermos y Jeanne tenía que comprarles medicinas y esas cosas que ella sabe para cuidarlos – Y comida… yo conozco una pastelería – me quede en silencio riéndome para mí – Quiero comer – no dije nada mas, la pastelería era a la cual siempre iba a robar pastelillos eran exquisitos y si podía compartir con aquella chica tan extraña no me negaría, de alguna forma me había ayudado.

Camine junto a ella mientras de re ojo la observaba – Me llamo Emily pero me dicen Emy – le dije no sabía su nombre y si al menos teníamos que arrancar o hacer lo que fuera me gustaría saber su nombre para después volver a buscarla y hacer algo divertido, todas las personas que conocía o eran muy pequeños, muy grandes o eran de clase alta, no tenía amigos con quienes hacer travesuras y ella tenía esa aura de diversión que tanto buscaba en las personas. Quizás esa noche podría ser diferente… pensé mientras jugaba con mi cabello y evitaba rascarme el brazo, lo que no podía evitar era estornudar, lo hacia a menudo, pero no me molestaba llevaba viviendo así desde hacía mucho tiempo y aun estaba viva...

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