AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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En busca de sangre (Lestat)
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En busca de sangre (Lestat)
Solo habían pasado unas pocas noches desde mi despertar, aun me sentía débil y cansada. Solo había conseguido una víctima a mi despertar, aun mi apariencia era extremadamente delgada y demacrada. No deseaba que me vieran de esa forma, luego de ser una mujer tan elegante y hermosa. Debía conseguir sangre, pero esta vez no estaba de ánimos para arrancar brazos, cabezas y divertirme con la agonía de mi víctima.
Creo que pasarían muchos años antes de que volviera a tomar otra siesta tan larga, estaba debilidad no era de mi agrado. Me quité los zapatos, mi equilibrio en estos momentos no era el mejor y me hacía tambalear. Respiré y trate de encontrar una víctima de forma rápida, no podía continuar de esa manera. Los callejones era peligrosos y uno nunca sabe que puede salir de las sombras. Cualquiera podía dañarme con facilidad en este instante.
La sed quemaba mi garganta como el infierno mismo; pero a pesar de eso debía mantener la compostura no podía atacar a diestra y siniestra como un vampiro salvaje sin razón, pero ¿cómo atacar? Solía atraer a mis víctimas por mi hermosa figura, caían fácilmente al pretender poseerme, pero en este momento no podía aplicar esa táctica y la lucha tampoco era una opción. Debía encontrar la manera. Me recosté contra una pared y traté de pensar. No toda persona deseaba morir, como ocurrió en el cementerio con mi víctima.
Creo que pasarían muchos años antes de que volviera a tomar otra siesta tan larga, estaba debilidad no era de mi agrado. Me quité los zapatos, mi equilibrio en estos momentos no era el mejor y me hacía tambalear. Respiré y trate de encontrar una víctima de forma rápida, no podía continuar de esa manera. Los callejones era peligrosos y uno nunca sabe que puede salir de las sombras. Cualquiera podía dañarme con facilidad en este instante.
La sed quemaba mi garganta como el infierno mismo; pero a pesar de eso debía mantener la compostura no podía atacar a diestra y siniestra como un vampiro salvaje sin razón, pero ¿cómo atacar? Solía atraer a mis víctimas por mi hermosa figura, caían fácilmente al pretender poseerme, pero en este momento no podía aplicar esa táctica y la lucha tampoco era una opción. Debía encontrar la manera. Me recosté contra una pared y traté de pensar. No toda persona deseaba morir, como ocurrió en el cementerio con mi víctima.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: En busca de sangre (Lestat)
Estar muertos, como solo nosotros sabemos estarlo no es suficiente para mí. Deseo palparlo y gritarlo impúdicamente en las calles y al mundo. Ya la vida y el sueño nada significan, cualquier cosa nos resulta un motivo para mantenernos lúcidos, pero no hay nada que nos haga sentirnos plenamente vivos o despiertos. Busque una causa, y solo encontré nuevamente el desprecio de aquellos a quienes ame. Me convenzo de que no todo ha sido en vano y que aún cabe la posibilidad de romper las férreas cadenas que me atan al vacío. Entonces me encuentro lejos de la plaza, me aleje entre escalofríos hasta plantarme en seco frente a un callejón que no parecía tener final. Sino distraía mi mente ahora, podría obsesionarme con aquello. Tenía que ser inflexible.
Al instante, pude apreciar la presencia de otra criatura. Podría ser esta, la oportunidad para conservar mi inmortal juicio. Sobre mis hombros, la capa de terciopelo color espliego hasta la rodilla, oscilaba con el viento. Penetré en el angosto callejón, las paredes se alzaban sobre mí y una multitud de ventanas cerradas por entre cuyas persianas se filtraban pequeños rayos de luz parecían darme la bienvenida.
Detrás de una pared, vi el rostro lechoso de aquel vampiro que había captado mi atención. Era una mujer que poseía unos hermosos ojos capaz de embelesar a cualquiera- No tengas miedo. No te lastimaré –Susurre al comprender en el estado que se encontraba, pero no acabe de decir aquellas palabras cuando su semblante se tornó agresivo. Decidí usar un tono más formal- Madame, lamento informarle que en esas condiciones, no es rival para mí.
Al instante, pude apreciar la presencia de otra criatura. Podría ser esta, la oportunidad para conservar mi inmortal juicio. Sobre mis hombros, la capa de terciopelo color espliego hasta la rodilla, oscilaba con el viento. Penetré en el angosto callejón, las paredes se alzaban sobre mí y una multitud de ventanas cerradas por entre cuyas persianas se filtraban pequeños rayos de luz parecían darme la bienvenida.
Detrás de una pared, vi el rostro lechoso de aquel vampiro que había captado mi atención. Era una mujer que poseía unos hermosos ojos capaz de embelesar a cualquiera- No tengas miedo. No te lastimaré –Susurre al comprender en el estado que se encontraba, pero no acabe de decir aquellas palabras cuando su semblante se tornó agresivo. Decidí usar un tono más formal- Madame, lamento informarle que en esas condiciones, no es rival para mí.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Estaba absorta en mis pensamientos, tratando de encontrarle una solución rápida a mi situación. Se me ocurrió que podía alimentarme de algún animal, pero solo ratas asquerosas se encontraban en ese callejón. Si hubiera sido humana habría vomitado ante ese pensamiento, era repugnante siquiera imaginar una de esas sucias criaturas en mis delicados labios.
En un instante, la dirección del viento cambió y trajo hacia mí un olor que me resultaba familiar y al tiempo me causa terror. Era un vampiro, posiblemente se había sentido atraído por mi presencia, pero ¿a qué venía? ¿Acaso pretendía aprovecharse de mi situación para destruirme? Mi instinto de supervivencia gritaba que me levantara, en este estado no era rival para nadie.
Me levanté del suelo y comencé a retroceder, cuando aquel ser estuvo lo suficientemente cerca de mi gruñí, era una advertencia. Escuché sus palabras pero eso no me tranquilizaba, había escuchado infinidad de veces antes de ser atacada. Ya no caía en aquella trampa.
Era un joven muy bien parecido, su figura varonil podía hacer que cualquier chica cayera rendida a sus pies. Pero sabía que por más inofensivo, guapo o por más educado que fuera un vampiro, no debía bajar la guardia. Intenté tranquilizarme un poco para no parecer un animal salvaje.
¿Y es acaso que intentará aprovecharse de eso monsieur?
En un instante, la dirección del viento cambió y trajo hacia mí un olor que me resultaba familiar y al tiempo me causa terror. Era un vampiro, posiblemente se había sentido atraído por mi presencia, pero ¿a qué venía? ¿Acaso pretendía aprovecharse de mi situación para destruirme? Mi instinto de supervivencia gritaba que me levantara, en este estado no era rival para nadie.
Me levanté del suelo y comencé a retroceder, cuando aquel ser estuvo lo suficientemente cerca de mi gruñí, era una advertencia. Escuché sus palabras pero eso no me tranquilizaba, había escuchado infinidad de veces antes de ser atacada. Ya no caía en aquella trampa.
Era un joven muy bien parecido, su figura varonil podía hacer que cualquier chica cayera rendida a sus pies. Pero sabía que por más inofensivo, guapo o por más educado que fuera un vampiro, no debía bajar la guardia. Intenté tranquilizarme un poco para no parecer un animal salvaje.
¿Y es acaso que intentará aprovecharse de eso monsieur?
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: En busca de sangre (Lestat)
En aquella mujer, aún, a pesar de su lívida apariencia la elegancia y la fuerza eran hermanas divinas. Por un instante creí escuchar los latidos de su corazón inquieto, en ese momento cuando se clavan sus ojos en los míos y sus labios se iluminan en una amenaza. ¿Aprovecharme? –Exclame y pregunte perplejo- ¿Qué ganaría con eso? – Volví a preguntar contemplando su mirada infernal y etérea-
Ese aroma de mujer hecho tinieblas perturbaba mis pensamientos. En su mirada se ocultaba una profunda herida que supe de inmediato, jamás me reconocerá. Sufriendo en eterno silencio, si así pudiera y sus fuerzas se lo permitiesen. De ningún modo me concedería ayudarle, sin embargo, eso no me detuvo. Me acerque a ella midiendo todas sus reacciones. Me aproxime hasta quedar tan solo a un par de metros.
Me llamo Lestat De Lioncourt. – me presente respetuosamente- ¿Puedo ayudarle? –Pregunté y me acerque un poco más, buscando el menor cambio en su expresión-
Ese aroma de mujer hecho tinieblas perturbaba mis pensamientos. En su mirada se ocultaba una profunda herida que supe de inmediato, jamás me reconocerá. Sufriendo en eterno silencio, si así pudiera y sus fuerzas se lo permitiesen. De ningún modo me concedería ayudarle, sin embargo, eso no me detuvo. Me acerque a ella midiendo todas sus reacciones. Me aproxime hasta quedar tan solo a un par de metros.
Me llamo Lestat De Lioncourt. – me presente respetuosamente- ¿Puedo ayudarle? –Pregunté y me acerque un poco más, buscando el menor cambio en su expresión-
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Cuando aquel vampiro procedió a acercarse a mi, no me moví ni un centímetro. Sabía que de hacerlo, podía interpretarlo como una muestra de temor. Tenía que mostrarme como una valiente, aunque por dentro sentía miedo, podía ser destruida en menos de un instante.
A muchos vampiros les gusta medir fuerzas de vez en cuando, a otros no les gusta sentir que invaden su territorio… Por muchas razones, podría considerar que desea aprovecharse de esta situación.
De acuerdo a mi educación cuando una persona se presenta se debe hacer una reverencia y aunque yo fuera un vampiro, seguía siendo una dama, una Condesa. Hice una reverencia cuando se presento.
Condesa Cassandra Albrioni, encantada - Con elegancia, volví a hacer otra reverencia – No monsieur, agradezco su oferta, pero no necesito ayuda. Puedo arreglármelas sola, aunque no lo parezca.
Volvía a colocarme los zapatos mientras él se aceraba más. Me paré firme, con mis hombros hacia atrás y con la mira en alto, yo era una dama elegante, me encontrara en la situación que fuese. Caminé, para devolverme por donde había venido y dije:
Si me disculpa, tengo cosas que hacer
Supliqué en mi interior, no volver a tambalearme en aquellos zapatos a causa de la debilidad, pues eso le daría mucha más información sobre mi a ese vampiro.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Ah! Una guerrera, que valiente compañera sería. La que no le teme nunca a nada, quien posee una impenetrable coraza. No te alejes, ven a mí a contarme de tus derrotas. Este… –Hice una pausa y contemple con detalle sus facciones- No es mi territorio. – Cuidar el territorio donde somos soberanos ¿En que circunstancias lo he hecho? Al escucharla comenzaron mis cuestionamientos. ¿A quién y qué tipo de criatura pertenecía París? Jamás me vi involucrado en ese tipo de enfrentamientos o tal vez no lo recuerde, pero tampoco es que me importe. Me divierto asechando a mis víctimas y dándoles caza, no existe vampiro o criatura alguna que pueda detenerme cuando me obsesiono en un ideal.
De pronto la vi inclinarse, reverenciarme no una vez, sino en dos oportunidades. Sorprendido y absorto ante la contemplación de todo aquello, me intrigó que una vampira tan orgullosa y altanera, mostrara un gesto de respeto o veneración por alguien. Albrioni –No fue un llamado, fue el eco de mi memoria intentando remontar épocas pasadas. Ciertamente su apellido no es común y lo extraño es que me resulté tan familiar.
¿Aún en ese estado, se niega a recibir ayuda? – Pregunte. Esto no sería fácil, pero no estaba dispuesto a ceder. –Es preciso tener fuerzas para ser firme y quedarnos solos, pero para ser gentil y pedir apoyo, se necesita coraje. –Sentencié y volví a observarla, la vi avanzar insegura por la calle. Era admirable apreciar que a pesar de estar temerosa a caer o que su equilibrio le traicionara fingía perfecta serenidad y confianza en sí misma.
De pronto la vi inclinarse, reverenciarme no una vez, sino en dos oportunidades. Sorprendido y absorto ante la contemplación de todo aquello, me intrigó que una vampira tan orgullosa y altanera, mostrara un gesto de respeto o veneración por alguien. Albrioni –No fue un llamado, fue el eco de mi memoria intentando remontar épocas pasadas. Ciertamente su apellido no es común y lo extraño es que me resulté tan familiar.
¿Aún en ese estado, se niega a recibir ayuda? – Pregunte. Esto no sería fácil, pero no estaba dispuesto a ceder. –Es preciso tener fuerzas para ser firme y quedarnos solos, pero para ser gentil y pedir apoyo, se necesita coraje. –Sentencié y volví a observarla, la vi avanzar insegura por la calle. Era admirable apreciar que a pesar de estar temerosa a caer o que su equilibrio le traicionara fingía perfecta serenidad y confianza en sí misma.
Última edición por Lestat De Lioncourt el Sáb Mar 16, 2013 1:06 pm, editado 1 vez
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Mi apellido pronunciado en sus labios me hizo sentir algo extraño, pero no preste atención. Tal vez, solo le había causa mera curiosidad, nada a lo que debiera dar importancia ¡Oh! Pero no hizo falta más para que mi orgullo se viera amenazado que escucharle decir “Aún en ese estado”. Sentí rabia, si alguien me hubiera explicado lo débil que se puede llegar a estar por un letargo, habría tomado previsiones. Justo no deseaba enfrentarme, ni encontrarme a ningún inmortal que pudiera verme así y por obra y gracia del cruel destino, en el más remoto callejón vengo a encontrarme con este vampiro.
Me detuve en seco, sus últimas palabras penetraron en mí como balas ¿Había dicho que me falta coraje? ¿A mi? Yo la Gran condesa Cassandra, quien se ha enfrentado a infinidad de criaturas. Que ha vagado sola en el mundo ¿a mi me faltaba coraje? Esto era absurdo realmente ¿quién se creía este desconocido para juzgarme? ¿Quién era él para dar opinión de mí?
Giré mi rostro hacia el, con una mirada penetrante que se clavó en los ojos de él y dije:
Monsieur –hice una pausa tratando de controlar lo que me había hecho sentir- en mi “estado” –hice énfasis en esa palabra- como dice usted. Puedo arreglármelas sola, no necesito que nadie venga a decirme si me falta o no coraje. No sé cuales sean sus intensiones, pero estoy muy clara que ninguna criatura ayuda a otra por simple caridad. Y no deseo deberle nada a nadie.
Sed divina maldición, golpeabas en mi garganta con gran ira haciendo que me cuerpo se quemara por dentro. Necesitaba una víctima, fue entonces cuando ese delicioso aroma a humano chocó contra mi nariz. Si, una presa estaba cerca. Era un hombre, pero como era de esperar andaba borracho, como detestaba que la sangre contuviera ese sabor amargo; pero bueno en esta oportunidad no podría quejarme necesitaba ese preciado elixir.
Miré al vampiro más calmada y exclamé: - Bueno, al no ser este su territorio cazaré sino le importa.
Dirigí mi rostro hacía el lugar donde se aproximaba mi dulce presa, sin pensar en como la abordaría, pero debía pensar rápido para no hacer el ridículo... aunque ese vampiro no me seguiría ¿o si?
Me detuve en seco, sus últimas palabras penetraron en mí como balas ¿Había dicho que me falta coraje? ¿A mi? Yo la Gran condesa Cassandra, quien se ha enfrentado a infinidad de criaturas. Que ha vagado sola en el mundo ¿a mi me faltaba coraje? Esto era absurdo realmente ¿quién se creía este desconocido para juzgarme? ¿Quién era él para dar opinión de mí?
Giré mi rostro hacia el, con una mirada penetrante que se clavó en los ojos de él y dije:
Monsieur –hice una pausa tratando de controlar lo que me había hecho sentir- en mi “estado” –hice énfasis en esa palabra- como dice usted. Puedo arreglármelas sola, no necesito que nadie venga a decirme si me falta o no coraje. No sé cuales sean sus intensiones, pero estoy muy clara que ninguna criatura ayuda a otra por simple caridad. Y no deseo deberle nada a nadie.
Sed divina maldición, golpeabas en mi garganta con gran ira haciendo que me cuerpo se quemara por dentro. Necesitaba una víctima, fue entonces cuando ese delicioso aroma a humano chocó contra mi nariz. Si, una presa estaba cerca. Era un hombre, pero como era de esperar andaba borracho, como detestaba que la sangre contuviera ese sabor amargo; pero bueno en esta oportunidad no podría quejarme necesitaba ese preciado elixir.
Miré al vampiro más calmada y exclamé: - Bueno, al no ser este su territorio cazaré sino le importa.
Dirigí mi rostro hacía el lugar donde se aproximaba mi dulce presa, sin pensar en como la abordaría, pero debía pensar rápido para no hacer el ridículo... aunque ese vampiro no me seguiría ¿o si?
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Su gesto cambio y su rostro adopto una expresión dura. Con mi pregunta avive el fuego que ardía en su interior y su belleza ahora hostil, me complació. Sin embargo, ella irradiaba una compleja angustia que ni siquiera su furia podía ocultar.
Cuando giró y clavo sus ojos en los míos, sostuve orgulloso su mirada. Me observó por largo rato antes de pronunciar aquel discurso que hablaba sobre su coraje. – Oh, madame... – susurro negando con un movimiento sutil de cabeza. – ¿Qué podría obtener de usted y esta circunstancia? –mantengo la serenidad en mi voz al dirigirme a ella, siendo completamente sincero-
Entonces me di cuenta de golpe. La presencia de un ser humano se hizo presente muy cerca de nosotros. Ella advirtió el aroma de su sangre y su expresión volvió a cambiar. La sed había transformado su rostro. –Como usted desee, señorita Albrioni- Murmure en tono solemne. Junte mis talones e hice una reverencia socarrona antes de retirarme.
Cuando ella voltio dejando que sus sentidos encontraran a aquel que sería su víctima, de un salto desaparecí y borré todo rastro de mi presencia. Me eleve desde el suelo a los tejados. Desde la altura aprecie la figura de aquella vampira, en sus pensamientos pude sentir el hambre voraz que la cegaba, ella olía la sangre a donde quiera que volvía su rostro.
Camine sobre los canalones y las chimeneas, cruce a saltos las estrechas callejas. Finalmente la vi detenerse donde los ebrios y marginales eran presa fácil, ahí, no solo un vampiro podía cazar libremente, también lo hacían los inquisidores y todas aquellas criaturas, humano o no, que despreciaran a un vampiro. ¿Acaso ella no lo sabía? ¿La sed nublaba su razón? Alimentarse en Paris ya no es tan simple con esos seres rondando, cazar en el centro de la ciudad es peligroso. Siempre existirá alguien oculto en las sombras dispuesto a esperar por uno de nosotros. Rogaba que esta noche mis suposiciones no fuesen correctas. La contemple detenidamente. La angustia oprimió mi pecho y en ese instante no logre comprender el origen de mi absurdo afán por mantener segura a tan caprichosa condesa.
Cuando giró y clavo sus ojos en los míos, sostuve orgulloso su mirada. Me observó por largo rato antes de pronunciar aquel discurso que hablaba sobre su coraje. – Oh, madame... – susurro negando con un movimiento sutil de cabeza. – ¿Qué podría obtener de usted y esta circunstancia? –mantengo la serenidad en mi voz al dirigirme a ella, siendo completamente sincero-
Entonces me di cuenta de golpe. La presencia de un ser humano se hizo presente muy cerca de nosotros. Ella advirtió el aroma de su sangre y su expresión volvió a cambiar. La sed había transformado su rostro. –Como usted desee, señorita Albrioni- Murmure en tono solemne. Junte mis talones e hice una reverencia socarrona antes de retirarme.
Cuando ella voltio dejando que sus sentidos encontraran a aquel que sería su víctima, de un salto desaparecí y borré todo rastro de mi presencia. Me eleve desde el suelo a los tejados. Desde la altura aprecie la figura de aquella vampira, en sus pensamientos pude sentir el hambre voraz que la cegaba, ella olía la sangre a donde quiera que volvía su rostro.
Camine sobre los canalones y las chimeneas, cruce a saltos las estrechas callejas. Finalmente la vi detenerse donde los ebrios y marginales eran presa fácil, ahí, no solo un vampiro podía cazar libremente, también lo hacían los inquisidores y todas aquellas criaturas, humano o no, que despreciaran a un vampiro. ¿Acaso ella no lo sabía? ¿La sed nublaba su razón? Alimentarse en Paris ya no es tan simple con esos seres rondando, cazar en el centro de la ciudad es peligroso. Siempre existirá alguien oculto en las sombras dispuesto a esperar por uno de nosotros. Rogaba que esta noche mis suposiciones no fuesen correctas. La contemple detenidamente. La angustia oprimió mi pecho y en ese instante no logre comprender el origen de mi absurdo afán por mantener segura a tan caprichosa condesa.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Su reverencia socarrona, hasta cierto punto me hizo algo de gracia. Negué con un movimiento de mi cabeza, conteniéndome para no sonreír por eso. Era un vampiro algo engreído, pero parecía amable.
Al dar la vuelta, pude sentir como desaparecía la presencia de aquel caballero. Tal vez, lo volvería a ver pronto y, en otras circunstancias, me gustaría conocerlo un poco más; porque la verdad en este momento no deseaba conocer a nadie solo anhelaba que mi poder regresara a mi por completo.
Caminé por la oscuridad, dirigiéndome a mi presa. Sangre, eso quería. Me mantuve calmada para poder llevar a cabo un plan. Justo en la salida del callejón pude divisar a unos cuantos hombres, era una oportunidad perfecta. Peiné mi cabello de medio lado, cubriéndome la mitad del rostro, eso me haría ver algo misteriosa, pero sobre todo no espantaría al desdichado del que me fuera a alimentar.
Sensualmente caminé por la calle, me detuve a unos pocos metros y subí un poco mi vestido, dejando ver mi tobillo. Con eso fue suficiente para que los hombres se sintieran atraídos por mí, hice un gesto con mi dedo indicándole a alguno que se acercara. Luego de una pequeña riña, uno se aproximó a mi persona.
Era un hombre alto, aunque algo delgado. En realidad lo que menos me importaba era su apariencia, es más ni deseaba pensar en ella, el solo olor a alcohol y sudor me provocaba asco. Lo llevé al callejón, él me puso contra la pared y comenzó a besar mi cuello, pues prefería eso a que intentara besarme en la boca. Luego de un rato, cambié los papeles y deje a mi presa contra la pared, le sonreí, pude ver como malinterpretaba mi mirada pensando que sentía deseo carnal por él. Acerqué mi nariz a su cuello, estaba sudado lo que me produjo repulsión, pero al notar como la vena de su cuello latía para mí, se me pasó la exquisitez. Su sangre me llamaba, instintivamente mis labios se posaron contra su piel, mi boca se hacia agua y mis colmillos reclamaban su carne. Abrí mi boca y mis colmillos se hicieron presentes para el festín. En ese instante, sentí como abruptamente era separada de mi presa, algo me empujó con una fuerza increíble.
Me estrellé contra una pared y percibí como esta cedió al impacto. Quedé aturdida, no comprendía que había salido mal. Me levanté, ahora me hallaba en el piso en el fondo del callejón, con mi aguda visión divisé entre las sombras a otro humano, mi presa había caído al piso de lo ebrio que se encontraba. Una mujer, grande y robusta se acercó hacia mi, su olor me indico que era humana ¿quién era? ¿Qué quería? ¿En qué momento las mujeres humanas atacaban a los vampiros y con esa fuerza? Pude leer en su mente que ella sabía que era yo, cosa que me sorprendió.
Gruñí intentando espantar a la mujer, pero estaba no se hizo para atrás, por el contrario se acercaba más. Al parecer no me temía, mis piernas temblaron por el impacto que había sufrido y la falta de sangre. Tenía que concentrarme si quería vencer a la humana, mi estilo no era huir y tampoco ser presa fácil ¿quién lo diría la Gran Cassandra presa de un humano? Era absurdo. Sé de sobra que no hay que confiarse con el enemigo, pero yo seguía siendo más poderosa ¿cierto? Después de todo era…. ¿Qué leía en su mente? ¿cazadora? Me sorprendí enormemente ¿en qué momento empezaron a cazar vampiro?
Al dar la vuelta, pude sentir como desaparecía la presencia de aquel caballero. Tal vez, lo volvería a ver pronto y, en otras circunstancias, me gustaría conocerlo un poco más; porque la verdad en este momento no deseaba conocer a nadie solo anhelaba que mi poder regresara a mi por completo.
Caminé por la oscuridad, dirigiéndome a mi presa. Sangre, eso quería. Me mantuve calmada para poder llevar a cabo un plan. Justo en la salida del callejón pude divisar a unos cuantos hombres, era una oportunidad perfecta. Peiné mi cabello de medio lado, cubriéndome la mitad del rostro, eso me haría ver algo misteriosa, pero sobre todo no espantaría al desdichado del que me fuera a alimentar.
Sensualmente caminé por la calle, me detuve a unos pocos metros y subí un poco mi vestido, dejando ver mi tobillo. Con eso fue suficiente para que los hombres se sintieran atraídos por mí, hice un gesto con mi dedo indicándole a alguno que se acercara. Luego de una pequeña riña, uno se aproximó a mi persona.
Era un hombre alto, aunque algo delgado. En realidad lo que menos me importaba era su apariencia, es más ni deseaba pensar en ella, el solo olor a alcohol y sudor me provocaba asco. Lo llevé al callejón, él me puso contra la pared y comenzó a besar mi cuello, pues prefería eso a que intentara besarme en la boca. Luego de un rato, cambié los papeles y deje a mi presa contra la pared, le sonreí, pude ver como malinterpretaba mi mirada pensando que sentía deseo carnal por él. Acerqué mi nariz a su cuello, estaba sudado lo que me produjo repulsión, pero al notar como la vena de su cuello latía para mí, se me pasó la exquisitez. Su sangre me llamaba, instintivamente mis labios se posaron contra su piel, mi boca se hacia agua y mis colmillos reclamaban su carne. Abrí mi boca y mis colmillos se hicieron presentes para el festín. En ese instante, sentí como abruptamente era separada de mi presa, algo me empujó con una fuerza increíble.
Me estrellé contra una pared y percibí como esta cedió al impacto. Quedé aturdida, no comprendía que había salido mal. Me levanté, ahora me hallaba en el piso en el fondo del callejón, con mi aguda visión divisé entre las sombras a otro humano, mi presa había caído al piso de lo ebrio que se encontraba. Una mujer, grande y robusta se acercó hacia mi, su olor me indico que era humana ¿quién era? ¿Qué quería? ¿En qué momento las mujeres humanas atacaban a los vampiros y con esa fuerza? Pude leer en su mente que ella sabía que era yo, cosa que me sorprendió.
Gruñí intentando espantar a la mujer, pero estaba no se hizo para atrás, por el contrario se acercaba más. Al parecer no me temía, mis piernas temblaron por el impacto que había sufrido y la falta de sangre. Tenía que concentrarme si quería vencer a la humana, mi estilo no era huir y tampoco ser presa fácil ¿quién lo diría la Gran Cassandra presa de un humano? Era absurdo. Sé de sobra que no hay que confiarse con el enemigo, pero yo seguía siendo más poderosa ¿cierto? Después de todo era…. ¿Qué leía en su mente? ¿cazadora? Me sorprendí enormemente ¿en qué momento empezaron a cazar vampiro?
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: En busca de sangre (Lestat)
Me pregunte si estaba lista para su primera víctima. Recuerdo que tarde una semana antes de poder sentir el primer sabor a lucha y sangre humana. Me había alimentado de la sangre fresca de animalillos que viven bajo tierra cuando podía capturarlos. Después, no me costó mucho cazar algunos felinos antes de llegar, inevitablemente, a mi primera víctima humana. Pensaba en todo aquello mientras seguía, por mera curiosidad, a aquella vampira. Tal vez cometía una imprudencia al ir tras ella, a muchos vampiros no les agrada que otros vean como se alimentan. Encaramado por los tejados resbaladizos, contemple la escena admirando con emoción hasta el menor detalle.
Se acercó a sus presas lentamente. Los examino y había cierto aire de importancia en aquellos pequeños gestos. La sed debía estar ardiendo en ella. En ese instante me sorprendió que para Cassandra el dolor físico no fuese un impedimento para conseguir lo que deseaba.
Ella y su víctima penetraron en un angosto callejón. Su mirada de concentración era tan fija, tan resuelta, que en ningún momento fue consiente de la mujer que fue tras ellos y a una distancia prudente los espiaba. Los mire de nuevo y me recorrió un escalofrió ver como aquella mortal, logro que el cuerpo de Cassandra se estampara con tal fuerza contra la pared. La mujer avanzo y esa pretenciosa vampira se convirtió en un puro depredador, como solo puedo serlo un vampiro. Me pareció verla vacilar por un instante, tal vez se sentía ligeramente horrorizada. Supe que ella no lograría sobrevivir a menos que intentara escapar, sin embargo, en sus ojos vi claramente que esa no era ni siquiera una opción.
Ni siquiera me detuve a pensar cuando salté desde el tejado para quedar detrás de la mujer. No tuvo tiempo de advertir mi presencia. La levanté del suelo como un guiñapo, mandándole de un empujón contra una de las paredes y mientras le duraba la confusión camine hacia Cassandra. Ella levanto la vista hacia mí al instante, movió sus labios como queriendo decir algo, pero ni una sola palabra salió de su boca. Yo la miraba enternecido sin saber exactamente el porqué de aquel inexplicable sentimiento
A mi espalda, la derrotada muchacha volvía a ponerse de pie dando trompicones y sus ojos se clavaban fijamente en mí, llenos de ira y desprecio.
Levántate –le ordene a Cassandra en un susurro-
Se acercó a sus presas lentamente. Los examino y había cierto aire de importancia en aquellos pequeños gestos. La sed debía estar ardiendo en ella. En ese instante me sorprendió que para Cassandra el dolor físico no fuese un impedimento para conseguir lo que deseaba.
Ella y su víctima penetraron en un angosto callejón. Su mirada de concentración era tan fija, tan resuelta, que en ningún momento fue consiente de la mujer que fue tras ellos y a una distancia prudente los espiaba. Los mire de nuevo y me recorrió un escalofrió ver como aquella mortal, logro que el cuerpo de Cassandra se estampara con tal fuerza contra la pared. La mujer avanzo y esa pretenciosa vampira se convirtió en un puro depredador, como solo puedo serlo un vampiro. Me pareció verla vacilar por un instante, tal vez se sentía ligeramente horrorizada. Supe que ella no lograría sobrevivir a menos que intentara escapar, sin embargo, en sus ojos vi claramente que esa no era ni siquiera una opción.
Ni siquiera me detuve a pensar cuando salté desde el tejado para quedar detrás de la mujer. No tuvo tiempo de advertir mi presencia. La levanté del suelo como un guiñapo, mandándole de un empujón contra una de las paredes y mientras le duraba la confusión camine hacia Cassandra. Ella levanto la vista hacia mí al instante, movió sus labios como queriendo decir algo, pero ni una sola palabra salió de su boca. Yo la miraba enternecido sin saber exactamente el porqué de aquel inexplicable sentimiento
A mi espalda, la derrotada muchacha volvía a ponerse de pie dando trompicones y sus ojos se clavaban fijamente en mí, llenos de ira y desprecio.
Levántate –le ordene a Cassandra en un susurro-
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Odiaba a esa humana, en otras circunstancias me habría encantado su presencia mi odio habría pasado a convertirse en un encantador reto, en este momento deseaba arrancar su cabeza de su cuello sin contemplación.
Del cielo cayó casi ante mí un vampiro de figura esbelta y cabellos rubios. Al respirar su esencia comprendí que era el mismo con quien me había topado antes. El vampiro Lestat me había estado siguiendo y ahora llegaba cual ángel protector para socorrerme; pero yo no era una criatura indefensa que necesitara ayuda y en caso de serlo no lo admitiría. Era degradante, después de tano tiempo, verme como una mujer indefensa que necesita ser rescatada.
El caballero exhibió su poder vampírico para empujar a la mujer contra unas paredes. Luego pensé si así me habría visto cuando ella me golpeo, como un trapo viejo y ligero que se estampaba contra una pared. Esa escena debió verse horrible. Cuando volví de mis cavilaciones divisé a Lestat, venía hacia mí. Quise decirle que no necesitaba de su ayuda, pues yo podía sola aunque no lo pareciera, pero ni tiempo me dio de formular la respuesta, creo que era su mirada penetrante lo que hacía que las palabras no pudieran ser dichas.
Del cielo cayó casi ante mí un vampiro de figura esbelta y cabellos rubios. Al respirar su esencia comprendí que era el mismo con quien me había topado antes. El vampiro Lestat me había estado siguiendo y ahora llegaba cual ángel protector para socorrerme; pero yo no era una criatura indefensa que necesitara ayuda y en caso de serlo no lo admitiría. Era degradante, después de tano tiempo, verme como una mujer indefensa que necesita ser rescatada.
El caballero exhibió su poder vampírico para empujar a la mujer contra unas paredes. Luego pensé si así me habría visto cuando ella me golpeo, como un trapo viejo y ligero que se estampaba contra una pared. Esa escena debió verse horrible. Cuando volví de mis cavilaciones divisé a Lestat, venía hacia mí. Quise decirle que no necesitaba de su ayuda, pues yo podía sola aunque no lo pareciera, pero ni tiempo me dio de formular la respuesta, creo que era su mirada penetrante lo que hacía que las palabras no pudieran ser dichas.
Cuando me pidió que me levantará estuve a punto de protestar, quién era él para darme ordenes, yo no obedecía a nadie. Pero mi contrincante también se ponía de pie y eso era peligroso. Apoyé mi mano contra la pared que se hallaba a mi lado y me levanté. Después hablaría con el vampiro, por ahora lo principal era que supiera que iba a hacer, lo único de lo que estaba segura era de lo que iba hacer no tenía nada que ver con huir o dejar que Lestat luchara sin mí. De nuevo volvía a arder como un infierno mi garganta, que fastidiosa era esa sensación, pero tenía que ignorarla con todas mis fuerzas y concentrarme en pelear.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
En aquel momento, a lo lejos, podíamos oír el insólito rumor de las ruedas de un carruaje y del galope de muchos caballos sobre la carretera. Opté por mantener en todo momento la mirada sobre aquella mujer, e ignoré los pensamientos de Cassandra que resultaban muy divertidos debido a la situación que estaba enfrentando. Era orgullosa, bastante orgullosa y eso en cierta forma me resultaba sumamente atractivo. Poseía un rostro encantador, y su expresión conservaba la melancólica dulzura que tenía cuando la vi por primera vez.
De repente, su rostro se iluminó con una sonrisa, como si Cassandra ideará una y otra manera de venganza contra la señora. Se produjo un silencio que duró unos instantes. Finalmente, la mujer habló. Yo no quise hacerlo y probablemente la vampira no podía.
Lestat De Lioncourt –pronunció en medio de una sonrisa socarrona –
Fue una sorpresa escuchar mi nombre provenir de sus labios, pero debí imaginar que era uno de los primeros en la lista de estas personas. Me acercó. Cassandra caminó junto a mí. En el aspecto y actitudes de aquella señora había algo tan especial e imponente, y en cierto sentido fascinante, que daba la impresión de ser una persona de rango. Siento como sus ojos resbalan por mi cuerpo hasta que nuevamente nuestras miradas se cruzan.
Ya sabes quién soy. – dije tranquilo y con cada pasó acorté la distancia entre nosotros –
¿Entendería que enfrentarse a dos vampiros, sola, significaba la muerte?
En el suelo aún yacía el hombre ebrio, apenas consiente de lo que sucedía a su alrededor. Miré su cuello. La sedienta vampira jamás tuvo oportunidad de clavar los colmillos en su garganta. Desvié la mirada apenas un segundo, pero ese segundo fue suficiente para que la mujer metiese la mano en el interior de su manto, de donde sacó una gran pistola con la que apuntó a nuestras cabezas. La vi bajar su mano hacía el corazón de Cassandra, ella parecía exhalar su último aliento.
Cuidado –exclame con una voz muy grave que parecía salir de las profundidades del infierno-
No supe si fue la sed o la sorpresa que mantuvo a Cassandra petrificada. Reaccioné al instante y me abalancé sobre ella. El sonido del golpe de nuestros cuerpos al caer al suelo no se comparó con el estruendo del disparo, este fue casi ensordecedor. Todavía resonaba en todo el callejón y llamo la atención de todos quienes rondaban la zona.
De mi brazo brotó una gran cantidad de sangre, la herida cerraba lentamente. Podía sentir como la carne volvía a unirse. Durante la confusión, la mujer huyó del lugar segura de que nosotros haríamos lo mismo, a menos que quisiéramos ser descubiertos por una multitud de gente que se acercaba rápidamente hacía nos encontrábamos.
De repente, su rostro se iluminó con una sonrisa, como si Cassandra ideará una y otra manera de venganza contra la señora. Se produjo un silencio que duró unos instantes. Finalmente, la mujer habló. Yo no quise hacerlo y probablemente la vampira no podía.
Lestat De Lioncourt –pronunció en medio de una sonrisa socarrona –
Fue una sorpresa escuchar mi nombre provenir de sus labios, pero debí imaginar que era uno de los primeros en la lista de estas personas. Me acercó. Cassandra caminó junto a mí. En el aspecto y actitudes de aquella señora había algo tan especial e imponente, y en cierto sentido fascinante, que daba la impresión de ser una persona de rango. Siento como sus ojos resbalan por mi cuerpo hasta que nuevamente nuestras miradas se cruzan.
Ya sabes quién soy. – dije tranquilo y con cada pasó acorté la distancia entre nosotros –
¿Entendería que enfrentarse a dos vampiros, sola, significaba la muerte?
En el suelo aún yacía el hombre ebrio, apenas consiente de lo que sucedía a su alrededor. Miré su cuello. La sedienta vampira jamás tuvo oportunidad de clavar los colmillos en su garganta. Desvié la mirada apenas un segundo, pero ese segundo fue suficiente para que la mujer metiese la mano en el interior de su manto, de donde sacó una gran pistola con la que apuntó a nuestras cabezas. La vi bajar su mano hacía el corazón de Cassandra, ella parecía exhalar su último aliento.
Cuidado –exclame con una voz muy grave que parecía salir de las profundidades del infierno-
No supe si fue la sed o la sorpresa que mantuvo a Cassandra petrificada. Reaccioné al instante y me abalancé sobre ella. El sonido del golpe de nuestros cuerpos al caer al suelo no se comparó con el estruendo del disparo, este fue casi ensordecedor. Todavía resonaba en todo el callejón y llamo la atención de todos quienes rondaban la zona.
De mi brazo brotó una gran cantidad de sangre, la herida cerraba lentamente. Podía sentir como la carne volvía a unirse. Durante la confusión, la mujer huyó del lugar segura de que nosotros haríamos lo mismo, a menos que quisiéramos ser descubiertos por una multitud de gente que se acercaba rápidamente hacía nos encontrábamos.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Afine mis sentidos para concentrarme en la pelea lo más que podía. Ignoraba los deseos de mi cuerpo. Dejé de respirar, total el aire no era algo necesario para mí, lo hacía más por costumbre que por otra cosa. En este momento no era conveniente pues el olor de los humanos era algo que en cierta medida me estaba torturando. Miré desafiante, pero ahora la cazadora se fijaba en Lestat.
El nombre del vampiro fue pronunciado por la humana ¿acaso ya se conocían? Trate de sondear los pensamientos del caballero, fue en ese instante cuando me di cuenta de que mi mente era un libro abierto. Había estado tan concentrada en la sed, que había olvidado cerrar mis pensamientos al vampiro. Que vergüenza debía de sentir, me comportaba como una principiante. De inmediato bloqueé mi mente.
El rubio se movió y yo junto a él, si iba a pelear pues no lo haría sin mí. Este vampiro se involucraba en lo que no le importaba y además se terminaba robando la atención ¡Ja! Robar la atención que me merezco debe ser un crimen imperdonable. En un segundo la humana metió su mano en su manto ¿qué buscaba? Seguro buscaría agua bendita o algo así, los humanos solían hacer eso ante los demonios.
Sacó una cosa que no reconocí de inmediato, cuando tuve algo de tiempo para procesar me di cuenta de que era un arma. Pero qué hacía una mujer con una cosa de esas. Estos cazadores nos trataban como animales y nos cazaban de la misma forma. Estaba sorprendida y tenía dudas ¿un arma podía matarme? Yo era inmortal, solo el sol, otro vampiro o un licántropo podían asesinarme ¿cierto? Pero la mujer se veía tan segura mientras me apuntaba que comencé a dudar de lo que sabia.
¿Cuidado? ¿Lestat me decía que tuviera cuidado? ¿Entonces sí podía morir con un disparo? ¿Qué debía hacer? ¿Realmente quería morir? No, mi plan no era morir. Yo quería seguir siendo un vampiro.
Para el instante en que decidí que no quería morir, ya era tarde para apartarme. En aquel momento sentía otro empujón. El sonido de la bala fue escandaloso, parecía retumbar por todo el lugar. Por instinto o reacción me aferré al brazo del vampiro, aun estaba confundida por lo que había pasado y volví a respirar.
¡Sangre! La sangre del vampiro brotaba por su brazo. Yo aun lo mantenía aferrado con una de mis manos. Me quedé petrificada. El elixir estaba demasiado cerca, no podía dejar de respirar, me dominaban muchas emociones. Estaba apunto de perder la razón en cualquier momento. Me sentía atormentada. Rugí con fuerza tratando de espantar al demonio que se iba apoderando de mí y empujé con fuerza al vampiro.
Apártate – Grite casi en un rugido-
Corrí por el callejón sin ver a donde iba, no podía evitar jadear con fuerza. Estaba aturdida, confundida y sedienta. Llegué a un lugar oscuro, realmente no sabía donde estaba y no me importaba. Me recosté contra una pared y comencé a golpear mi cabeza contra ésta, tenía que controlarme. Tenía que volver a ser yo.
El nombre del vampiro fue pronunciado por la humana ¿acaso ya se conocían? Trate de sondear los pensamientos del caballero, fue en ese instante cuando me di cuenta de que mi mente era un libro abierto. Había estado tan concentrada en la sed, que había olvidado cerrar mis pensamientos al vampiro. Que vergüenza debía de sentir, me comportaba como una principiante. De inmediato bloqueé mi mente.
El rubio se movió y yo junto a él, si iba a pelear pues no lo haría sin mí. Este vampiro se involucraba en lo que no le importaba y además se terminaba robando la atención ¡Ja! Robar la atención que me merezco debe ser un crimen imperdonable. En un segundo la humana metió su mano en su manto ¿qué buscaba? Seguro buscaría agua bendita o algo así, los humanos solían hacer eso ante los demonios.
Sacó una cosa que no reconocí de inmediato, cuando tuve algo de tiempo para procesar me di cuenta de que era un arma. Pero qué hacía una mujer con una cosa de esas. Estos cazadores nos trataban como animales y nos cazaban de la misma forma. Estaba sorprendida y tenía dudas ¿un arma podía matarme? Yo era inmortal, solo el sol, otro vampiro o un licántropo podían asesinarme ¿cierto? Pero la mujer se veía tan segura mientras me apuntaba que comencé a dudar de lo que sabia.
¿Cuidado? ¿Lestat me decía que tuviera cuidado? ¿Entonces sí podía morir con un disparo? ¿Qué debía hacer? ¿Realmente quería morir? No, mi plan no era morir. Yo quería seguir siendo un vampiro.
Para el instante en que decidí que no quería morir, ya era tarde para apartarme. En aquel momento sentía otro empujón. El sonido de la bala fue escandaloso, parecía retumbar por todo el lugar. Por instinto o reacción me aferré al brazo del vampiro, aun estaba confundida por lo que había pasado y volví a respirar.
¡Sangre! La sangre del vampiro brotaba por su brazo. Yo aun lo mantenía aferrado con una de mis manos. Me quedé petrificada. El elixir estaba demasiado cerca, no podía dejar de respirar, me dominaban muchas emociones. Estaba apunto de perder la razón en cualquier momento. Me sentía atormentada. Rugí con fuerza tratando de espantar al demonio que se iba apoderando de mí y empujé con fuerza al vampiro.
Apártate – Grite casi en un rugido-
Corrí por el callejón sin ver a donde iba, no podía evitar jadear con fuerza. Estaba aturdida, confundida y sedienta. Llegué a un lugar oscuro, realmente no sabía donde estaba y no me importaba. Me recosté contra una pared y comencé a golpear mi cabeza contra ésta, tenía que controlarme. Tenía que volver a ser yo.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
La necedad y el error parecen impulsar cada acto en aquella vampira. En el preciso momento en que nuestras mentes debían estar unidas, como una simple ventaja sobre nuestro oponente, ella decide mantenerme fuera de su cabeza. De improviso cerró su mente a mi escrutinio con tanta habilidad como naturalidad. Yo sé que era el tipo de criatura orgullosa, soberbia que jamás se atrevería a pedir ayuda, lo sé, porque mi vanidad también supera los límites.
Y bien, ahí estaba frente a esta cazadora, con una vampira que no deseaba cooperar y un arma que apuntaba a nuestras cabezas. Mi instinto, ese frío tenebroso que envuelve tu alma, me decía que si bien no moriría, ese disparo podría lastimarme seriamente. Todo el caos se desato, la bala rozo mi brazo, la mujer escapo y a Cassandra el aroma de la sangre le inundó el cerebro.
Se recoge mi alma en el instante que un rugido brota de sus labios y con sorpresa perturba mis sentidos. En sus ojos logré ver la sombría llama que cobija en su corazón cuando de un golpe sin cólera me aparta de ella y quedo casi tumbado en el asfalto. – Ah, Cassandra – Suspiré y vi sus pies correr aquella carrera aventurera mientras su corazón oprimía su pecho miedoso. Si tan solo ante la gravedad del momento hubiera podido inclinar su arrogancia.
La multitud inúmera se aproximaba, me levanté y semejante a las visiones pálidas que engendran las sombras caminé lejos de los confundidos transeúntes. Inmediatamente fui tras la vampira, atrás deje todo el caos que surgía entorno al hombre ebrio tendido en el piso. A través de las calles seguí el rastro de Cassandra, podía oír su mente perturbada no muy lejos de mí, la busque en cada callejón hasta finalmente dar con ella. – ¿Madame? – Contemple su rostro corroído por la sed, su mirada alerta fija en cada paso que daba. Se distrae algunas veces con los ruidos débiles y prolongados, con los ecos de voces muertas. Finalmente me observa a los ojos y como si apenas me acabará de reconocer, murmuro algo que no fui capaz de entender.
Luego silencio. Ambos tenebrosos y discretos permanecíamos en el mismo lugar. – Me necesita – dije en voz baja. No me importó si aquello volvía a desatar su furia, estaba preparado y ya sabía cómo tratar con ella.
Para descansar acomode mi espalda contra la muralla, me cruce de brazos y palpe con los dedos la tela rasgada y sucia de mi levita. Bufe lamentando el daño ocasionado a mi traje, todo era vanidad, simplemente por vanidad.
Y bien, ahí estaba frente a esta cazadora, con una vampira que no deseaba cooperar y un arma que apuntaba a nuestras cabezas. Mi instinto, ese frío tenebroso que envuelve tu alma, me decía que si bien no moriría, ese disparo podría lastimarme seriamente. Todo el caos se desato, la bala rozo mi brazo, la mujer escapo y a Cassandra el aroma de la sangre le inundó el cerebro.
Se recoge mi alma en el instante que un rugido brota de sus labios y con sorpresa perturba mis sentidos. En sus ojos logré ver la sombría llama que cobija en su corazón cuando de un golpe sin cólera me aparta de ella y quedo casi tumbado en el asfalto. – Ah, Cassandra – Suspiré y vi sus pies correr aquella carrera aventurera mientras su corazón oprimía su pecho miedoso. Si tan solo ante la gravedad del momento hubiera podido inclinar su arrogancia.
La multitud inúmera se aproximaba, me levanté y semejante a las visiones pálidas que engendran las sombras caminé lejos de los confundidos transeúntes. Inmediatamente fui tras la vampira, atrás deje todo el caos que surgía entorno al hombre ebrio tendido en el piso. A través de las calles seguí el rastro de Cassandra, podía oír su mente perturbada no muy lejos de mí, la busque en cada callejón hasta finalmente dar con ella. – ¿Madame? – Contemple su rostro corroído por la sed, su mirada alerta fija en cada paso que daba. Se distrae algunas veces con los ruidos débiles y prolongados, con los ecos de voces muertas. Finalmente me observa a los ojos y como si apenas me acabará de reconocer, murmuro algo que no fui capaz de entender.
Luego silencio. Ambos tenebrosos y discretos permanecíamos en el mismo lugar. – Me necesita – dije en voz baja. No me importó si aquello volvía a desatar su furia, estaba preparado y ya sabía cómo tratar con ella.
Para descansar acomode mi espalda contra la muralla, me cruce de brazos y palpe con los dedos la tela rasgada y sucia de mi levita. Bufe lamentando el daño ocasionado a mi traje, todo era vanidad, simplemente por vanidad.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Insistente, pero sobre todo muy terco, así era el vampiro que insistía en seguirme. No tenía motivos para hacer semejante cosa, pero aun así el seguía ¿No se daba cuenta de que yo no necesitaba a nadie? Yo sola podía arréglamelas, como siempre lo he hecho. Pero su obstinación por pretender ser un héroe, porque eso pienso que hace, lo llevan a interponerse entre una bala y yo ¡Ja! Como sino hubiera podido esquivarla, como sino hubiera podido matar a esa mujer. Sí, la habría asesinado y me hubiera dado un merecido festín con su sangre. Tenía que dejar de pensar en la sangre, debía calmarme. Respiré profundamente, cerré los ojos e intente serenarme.
En mi momento de relajación tuve que abrir los ojos de golpe, pues de pronto me pareció que ya conocía al dichoso vampiro que se acercaba, pero ¿de dónde? Su sangre, el olor de aquella deliciosa sustancia se aproximaba impregnado en su ropa. O dejaba de respirar o me volvía loca, ya suficiente humillación acababa de pasar. Quedé como una vampira débil que hasta un estúpido humano se atrevía a tratar de lastimar.
Lestat se dirigió hacia mí. Antes de girarme hacia él decidí darme mi tiempo, no deseaba verme débil ante la sangre. No quería dar el aspecto de una loca sedienta, yo era una dama y así me iba a ver. Relajé las facciones y alcé mi rostro para mirarlo. Sí, había algo en él… yo lo conocía, pero me estaba costando concentrarme ¿será que él también cree conocerme y es por esa razón que me ayuda?
Iba a preguntarle, pero al final no lo hice y de mis labios salió un simple murmullo que no decía nada. Estuvimos en silencio por un rato, tiempo suficiente para que pudiera dejar de lado ese deseo de sangre. Me arreglé el cabello con los dedos, con mucho cuidado. Pasé a alisar suavemente mi vestido, seguiría siendo elegante en las condiciones que fueran.
Mientras me adecentaba escuché la cosa más odiosa del mundo, él decía que yo La Gran Condesa Cassandra Albrioni lo necesitaba. Ese creído, arrogante, vanidoso y complejo de héroe decía que yo lo necesitaba. No sabía si reírme o enfurecerme por su osadía. Me giré hacia el lado donde se encontraba Lestat, aparte mi cabello de mi hombro en un gesto arrogante y le dije:
Monsieur, creo que usted está equivocado. Yo no le necesito, ya bastante hizo entrometiéndose en lo que no le importaba –señalé su brazo, donde la levita estaba rasgada- Creo que ya consiguió bastante por hoy. – la cabeza me daba vueltas, cerré los ojos y la sacudí ligeramente; no podía demostrar debilidad-.
En mi momento de relajación tuve que abrir los ojos de golpe, pues de pronto me pareció que ya conocía al dichoso vampiro que se acercaba, pero ¿de dónde? Su sangre, el olor de aquella deliciosa sustancia se aproximaba impregnado en su ropa. O dejaba de respirar o me volvía loca, ya suficiente humillación acababa de pasar. Quedé como una vampira débil que hasta un estúpido humano se atrevía a tratar de lastimar.
Lestat se dirigió hacia mí. Antes de girarme hacia él decidí darme mi tiempo, no deseaba verme débil ante la sangre. No quería dar el aspecto de una loca sedienta, yo era una dama y así me iba a ver. Relajé las facciones y alcé mi rostro para mirarlo. Sí, había algo en él… yo lo conocía, pero me estaba costando concentrarme ¿será que él también cree conocerme y es por esa razón que me ayuda?
Iba a preguntarle, pero al final no lo hice y de mis labios salió un simple murmullo que no decía nada. Estuvimos en silencio por un rato, tiempo suficiente para que pudiera dejar de lado ese deseo de sangre. Me arreglé el cabello con los dedos, con mucho cuidado. Pasé a alisar suavemente mi vestido, seguiría siendo elegante en las condiciones que fueran.
Mientras me adecentaba escuché la cosa más odiosa del mundo, él decía que yo La Gran Condesa Cassandra Albrioni lo necesitaba. Ese creído, arrogante, vanidoso y complejo de héroe decía que yo lo necesitaba. No sabía si reírme o enfurecerme por su osadía. Me giré hacia el lado donde se encontraba Lestat, aparte mi cabello de mi hombro en un gesto arrogante y le dije:
Monsieur, creo que usted está equivocado. Yo no le necesito, ya bastante hizo entrometiéndose en lo que no le importaba –señalé su brazo, donde la levita estaba rasgada- Creo que ya consiguió bastante por hoy. – la cabeza me daba vueltas, cerré los ojos y la sacudí ligeramente; no podía demostrar debilidad-.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
He aquí que llega el tiempo en que mi orgullo estalla y se hace presente el límite de mi paciencia. Cassandra, de alguna manera sabía exactamente qué hacer para acabar con mi serenidad. Su nombre está en mi garganta, en toda mi sangre recorre ese veneno negro de ira y descontrol. Soy el espejo siniestro donde la furia se contempla.
Su mente, sus gestos, sus ojos son hermosos como un bello paisaje, pero su alma es testaruda. En todo me desconcierta. Pareciera que disfruta desafiarme. Aquella vampira se auto perpetúa a sí misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al auto-engaño.
Cassandra – su nombre brota de mis labios casi como un gruñido. Quiero alzar mi mano y sumergir mis dedos en su densa melena. – Ha sido insensata, ir tras una víctima humana cuando sus fuerzas apenas le permiten mantenerse en pie ¿En qué estaba pensando?
Mi voz hizo eco en el callejón y nuevamente me encontré de pie frente a ella. Había avanzado al compás de mis palabras con la mirada fija en sus ojos, amenazante y a punto de perder mi templanza. Francamente ella era imposible, pero no vale la pena pensar en lo imposible ¿Verdad? Además no me gusta dejar detalles al azar.
Podía ver mi reflejo en sus pupilas, mi mandíbula tensa mientras luchaba por no hacer con ella lo que se me viniera en gana y ponerle un punto final a esta noche obstinada. ¿Por qué me enfurecía tanto? La repetición constante de imágenes en un tiempo pasado con música, acróbatas y sangre, me revela el rostro de una vampira arrogante haciendo de su entrada un gran espectáculo al anunciar su nombre; La gran Condesa Albrioni.
Theatre des Vampires – susurre con una media sonrisa dibujada en mis labios al no darme cuenta antes porque ella me había resultado tan familiar – ¡Por supuesto! –exclamé-
Recuerdo que esa noche en gesto osado e imprudente salté a su balcón desde el mío, conversamos y compartimos una copa de vino, pero no sé en qué momento desapareció. Es divertido saber que todo vuelve a su destino, ¿Qué habrás hecho querida para que la vida te haya cruzado nuevamente en mi camino?
Su mente, sus gestos, sus ojos son hermosos como un bello paisaje, pero su alma es testaruda. En todo me desconcierta. Pareciera que disfruta desafiarme. Aquella vampira se auto perpetúa a sí misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al auto-engaño.
«La verdad es un fuego donde ardemos»
Cassandra – su nombre brota de mis labios casi como un gruñido. Quiero alzar mi mano y sumergir mis dedos en su densa melena. – Ha sido insensata, ir tras una víctima humana cuando sus fuerzas apenas le permiten mantenerse en pie ¿En qué estaba pensando?
Mi voz hizo eco en el callejón y nuevamente me encontré de pie frente a ella. Había avanzado al compás de mis palabras con la mirada fija en sus ojos, amenazante y a punto de perder mi templanza. Francamente ella era imposible, pero no vale la pena pensar en lo imposible ¿Verdad? Además no me gusta dejar detalles al azar.
Podía ver mi reflejo en sus pupilas, mi mandíbula tensa mientras luchaba por no hacer con ella lo que se me viniera en gana y ponerle un punto final a esta noche obstinada. ¿Por qué me enfurecía tanto? La repetición constante de imágenes en un tiempo pasado con música, acróbatas y sangre, me revela el rostro de una vampira arrogante haciendo de su entrada un gran espectáculo al anunciar su nombre; La gran Condesa Albrioni.
Theatre des Vampires – susurre con una media sonrisa dibujada en mis labios al no darme cuenta antes porque ella me había resultado tan familiar – ¡Por supuesto! –exclamé-
Recuerdo que esa noche en gesto osado e imprudente salté a su balcón desde el mío, conversamos y compartimos una copa de vino, pero no sé en qué momento desapareció. Es divertido saber que todo vuelve a su destino, ¿Qué habrás hecho querida para que la vida te haya cruzado nuevamente en mi camino?
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
Mi nombre brota de los labios del vampiro, como un fiero gruñido y eso me desconcierta. Lo miro y su aspecto ha cambiado, ahora se ve…. Umm… peligroso, eso le da cierto encanto. Alza su mano y por un segundo pienso que me atacará, cierro mi mano en un puño dispuesta a luchar, pero Lestat no me toca, ni si quiera intenta lastimarme. Lo miro confundida y lo escucho con sorpresa ¿me está regañando?
Estoy atónita y no sé muy bien como reaccionar. Lo observo con más detalle, está enfadado por mi actitud, pero ¿por qué sigue aquí? Un escalofrío misterioso recorre todo mi cuerpo, es extraño. Parpadeo varias veces sin dejar de verlo ¿está preocupado por mi? ¿Qué quiere? No respondo a nada de lo que dice, porque en verdad estoy muy sorprendida como para hacerlo.
Nuevamente me siento ¿protegida? ¿Será esa la palabra o quizás me siento como una niña pequeña? Ahora, él se encuentra delante de mí y me siento confundida y un poco agitada. Lestat es una hermosa amenaza, me está mostrando su lado más dominante por decirlo de cierta manera y eso… me agrada. Bajo un poco la guardia, aunque una parte de mi está enojada por ser reprendida, por un casi desconocido; aun así no me altero pues a pesar de todo él me hace sentir bien.
Escucho el nombre del teatro, sí. Ahora todo es más claro y no puedo evitar sino reír ligeramente. Siempre he desafiado a este vampiro, lo he tentado desde el momento que nos conocimos y eso me agrada. Su exclamación y el recuerdo de una noche con un toque de picardía, me hacían sonreír. En este instante estaba más calmada y menos en guardia con él.
Pienso que no es común encontrarse a un conocido, al que no haya tratado de matar o viceversa, en un momento cómo este ¿será casualidad? ¿El destino? ¿Una señal? Suspira, luego de tanto reír. La vida y sus juegos extraños…
Lestat – sonrío y susurro con familiaridad- tanto tiempo….- hice una pequeña pausa y proseguí- nuevamente, saltas hacia mi...
Una vez el vástago había confiado en mí, para salir del teatro y ahora yo deseaba confiar en él. Me dejé caer suavemente en sus brazos, para recostarme contra su pecho. Ya no quería seguir luchando contra el cansancio y la debilidad que sentía…. Odiaba estaba sensación, pero solo éste vampiro me daba la confianza para demostrar mi debilidad, aunque fuera un instante.
Estoy atónita y no sé muy bien como reaccionar. Lo observo con más detalle, está enfadado por mi actitud, pero ¿por qué sigue aquí? Un escalofrío misterioso recorre todo mi cuerpo, es extraño. Parpadeo varias veces sin dejar de verlo ¿está preocupado por mi? ¿Qué quiere? No respondo a nada de lo que dice, porque en verdad estoy muy sorprendida como para hacerlo.
Nuevamente me siento ¿protegida? ¿Será esa la palabra o quizás me siento como una niña pequeña? Ahora, él se encuentra delante de mí y me siento confundida y un poco agitada. Lestat es una hermosa amenaza, me está mostrando su lado más dominante por decirlo de cierta manera y eso… me agrada. Bajo un poco la guardia, aunque una parte de mi está enojada por ser reprendida, por un casi desconocido; aun así no me altero pues a pesar de todo él me hace sentir bien.
Escucho el nombre del teatro, sí. Ahora todo es más claro y no puedo evitar sino reír ligeramente. Siempre he desafiado a este vampiro, lo he tentado desde el momento que nos conocimos y eso me agrada. Su exclamación y el recuerdo de una noche con un toque de picardía, me hacían sonreír. En este instante estaba más calmada y menos en guardia con él.
Pienso que no es común encontrarse a un conocido, al que no haya tratado de matar o viceversa, en un momento cómo este ¿será casualidad? ¿El destino? ¿Una señal? Suspira, luego de tanto reír. La vida y sus juegos extraños…
Lestat – sonrío y susurro con familiaridad- tanto tiempo….- hice una pequeña pausa y proseguí- nuevamente, saltas hacia mi...
Una vez el vástago había confiado en mí, para salir del teatro y ahora yo deseaba confiar en él. Me dejé caer suavemente en sus brazos, para recostarme contra su pecho. Ya no quería seguir luchando contra el cansancio y la debilidad que sentía…. Odiaba estaba sensación, pero solo éste vampiro me daba la confianza para demostrar mi debilidad, aunque fuera un instante.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 272
Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: En busca de sangre (Lestat)
Mis músculos están contraídos con fuerza frente a la ira, si ella planeará herirme en este momento, las probabilidades de esquivar su ataque no están de mi parte. Debería apartarme, moverme algo y trabajar en la rigidez de mi cuerpo, pero en vez de eso me siento tan inmóvil como una estatua tallada en marfil. Me obligo a alzar mi mano y ponerla sobre su hombro, todas mis articulaciones protestan.
Eres orgullosa, ya lo sabes ¿Verdad? – De pronto todas las barreras se quiebran ante nosotros. Le pregunto y empujo con suavidad hacia atrás para contemplar su rostro sin odio y sin remordimiento. Me arranca una sonrisa de los labios con aquellas inesperadas, pero al mismo tiempo tan acertadas palabras. Entonces sujeto su cara firmemente entre mis manos y la observo ¿Qué me importa si ella muere? Me pregunto mientras la nube horrenda del pasado me compromete. Cassandra es bella, y cuando su corazón en el horror se ahoga, es esa tristeza que ennegrecen sus ojos lo que agrega un encanto inexplicable a su rostro.
Un poco del orgullo de los condenados, querida mía – Murmuro. Y es aquí que he llegado al otoño de mis ideas, respirando su perfume dulce como un secreto para las soledades profundas. La noche se apaciguaba como en un claustro y mis ojos en la oscuridad barruntaban sus pupilas. Yo sé del arte de evocar los momentos dichosos y volví a ver el Teatro, la noche en que conocí a Cassandra. Su sonrisa desde entonces tranquila y sus ojos siempre arrogantes.
Te cuidaré porque tú no cuidas de ti misma. – Brotan de mis labios palabras como prolongados ecos que de lejos se confunden. – Escucha, beberás mi sangre. - susurró con los dedos apenas doblados bajo su barbilla y con el índice rozando suavemente su labio inferior.
Eres orgullosa, ya lo sabes ¿Verdad? – De pronto todas las barreras se quiebran ante nosotros. Le pregunto y empujo con suavidad hacia atrás para contemplar su rostro sin odio y sin remordimiento. Me arranca una sonrisa de los labios con aquellas inesperadas, pero al mismo tiempo tan acertadas palabras. Entonces sujeto su cara firmemente entre mis manos y la observo ¿Qué me importa si ella muere? Me pregunto mientras la nube horrenda del pasado me compromete. Cassandra es bella, y cuando su corazón en el horror se ahoga, es esa tristeza que ennegrecen sus ojos lo que agrega un encanto inexplicable a su rostro.
Un poco del orgullo de los condenados, querida mía – Murmuro. Y es aquí que he llegado al otoño de mis ideas, respirando su perfume dulce como un secreto para las soledades profundas. La noche se apaciguaba como en un claustro y mis ojos en la oscuridad barruntaban sus pupilas. Yo sé del arte de evocar los momentos dichosos y volví a ver el Teatro, la noche en que conocí a Cassandra. Su sonrisa desde entonces tranquila y sus ojos siempre arrogantes.
Te cuidaré porque tú no cuidas de ti misma. – Brotan de mis labios palabras como prolongados ecos que de lejos se confunden. – Escucha, beberás mi sangre. - susurró con los dedos apenas doblados bajo su barbilla y con el índice rozando suavemente su labio inferior.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: En busca de sangre (Lestat)
No puedo evitar que una inmovilidad invada mi cuerpo cuando él me toca, aunque lo intente mis instintos siguen alerta diciéndome que no debo confiar. Miro a mi alrededor con sutiliza, como una vieja costumbre para asegurarme de que nadie nos ha seguido, que no hay nadie que busque hacerme daño.
Signore, en cuanto a orgullo usted no puede decir nada – Me empuja, aunque con suavidad y mis ojos se abren de par en par y lo miro atentamente, esto me ha tomado por sorpresa; pero él solo me observa y no entiendo que hay en sus ojos. Siempre he comprendido muy bien el odio, el rencor, la traición y el todo el preludio inmerso en el fino arte de matar, pero esta vez no hay nada.
Me sonríe y no sé si es un sarcasmo, tal vez un engaño o de verdad está siendo muy amable conmigo.
¿Cuidarme? – Di un paso hacia atrás cuando dijo aquella extraña palabra, no podía creer ni yo misma que eso saliera de mi boca ¿qué pasaba con este vampiro? Esto debía ser una trampa sin duda - ¿qué puede importarte a usted que yo viva o muera? ¿Por qué querrías cu… - aquella palabra se atoraba en mi boca – ¿cuidarme? ¿Acaso es esto una burla?
Definitivamente, no podía entender a Lestat, es decir, no entiendo. Mis pensamientos se confunden, no sé como actuar, no sé que decir ¿cómo se procede en esta situación? - ¿Beber tu sangre? Haz perdido la cordura – el mareo y la debilidad habían desaparecido, ahora estaba alarmada, confundida y daba pasos hacia atrás - ¿qué quieres de mí? Y no me vengas con ese cuento de cuidarme, tú y yo solo nos vimos una vez y ahora quieres que beba de ti ¿Qué tramas? – Me mantengo firme, alerta, desconcertada y sinceramente, no sé que hacer.
Lo medito un poco y planifico, mi mente parece una maquina. Ya he visto las posibles salidas, podría escapar en cualquier momento, solo desaparecer en la inmensa oscuridad de la noche ¿sería tan rápida como para perdérmele a este ser? Pues, por lo menos debía intentarlo, pero ¿y si acaso planificaba que yo bebiera su sangre, para hacerme creer que se debilitaría y hay más vampiros o licántropos por aquí? Mi mente daba vueltas, las ideas de una persecución o un engaño no me dejaban tranquila; en ese momento un pensamiento pasó fugazmente por mi mente ¿y si tan solo Lestat dijera la verdad? No, eso no me parecía factible.
Signore, en cuanto a orgullo usted no puede decir nada – Me empuja, aunque con suavidad y mis ojos se abren de par en par y lo miro atentamente, esto me ha tomado por sorpresa; pero él solo me observa y no entiendo que hay en sus ojos. Siempre he comprendido muy bien el odio, el rencor, la traición y el todo el preludio inmerso en el fino arte de matar, pero esta vez no hay nada.
Me sonríe y no sé si es un sarcasmo, tal vez un engaño o de verdad está siendo muy amable conmigo.
¿Cuidarme? – Di un paso hacia atrás cuando dijo aquella extraña palabra, no podía creer ni yo misma que eso saliera de mi boca ¿qué pasaba con este vampiro? Esto debía ser una trampa sin duda - ¿qué puede importarte a usted que yo viva o muera? ¿Por qué querrías cu… - aquella palabra se atoraba en mi boca – ¿cuidarme? ¿Acaso es esto una burla?
Definitivamente, no podía entender a Lestat, es decir, no entiendo. Mis pensamientos se confunden, no sé como actuar, no sé que decir ¿cómo se procede en esta situación? - ¿Beber tu sangre? Haz perdido la cordura – el mareo y la debilidad habían desaparecido, ahora estaba alarmada, confundida y daba pasos hacia atrás - ¿qué quieres de mí? Y no me vengas con ese cuento de cuidarme, tú y yo solo nos vimos una vez y ahora quieres que beba de ti ¿Qué tramas? – Me mantengo firme, alerta, desconcertada y sinceramente, no sé que hacer.
Lo medito un poco y planifico, mi mente parece una maquina. Ya he visto las posibles salidas, podría escapar en cualquier momento, solo desaparecer en la inmensa oscuridad de la noche ¿sería tan rápida como para perdérmele a este ser? Pues, por lo menos debía intentarlo, pero ¿y si acaso planificaba que yo bebiera su sangre, para hacerme creer que se debilitaría y hay más vampiros o licántropos por aquí? Mi mente daba vueltas, las ideas de una persecución o un engaño no me dejaban tranquila; en ese momento un pensamiento pasó fugazmente por mi mente ¿y si tan solo Lestat dijera la verdad? No, eso no me parecía factible.
Cassandra Albrioni- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 272
Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: En busca de sangre (Lestat)
Unos minutos más en silencio que me hace pensar el por qué, simplemente no la puedo abandonar a los pies de un abismo. Sin embargo, sé que hace falta mucho para desvanecer sus dudas y lo único que consigo es hacer más grande esta incertidumbre. Reconozco que padezco un alma curiosa y en pos a esta fui tras Cassandra. Pero a veces, solo hay cosas que por más que uno lo intenta no las puede explicar.
En estos momentos solo quiero protegerla, ser ese condenado ángel guardián para que jamás alguien pueda lastimarla. ¿Has de necesitarme? ¿Encuentras sentido a lo que digo? No entiendo lo que el destino tiene preparado para mí, no le encuentro una lógica o razón a este inútil sentimiento.
Enfadado, me arme de paciencia y fui nuevamente hacia ella. Desde el primer día que la vi, sabía que de algún modo nuestros destinos estaban entrelazados. – No, no te muevas aún – La observo y parece tan angustiada, perdida en sus pensamientos. Ahora no puedo volver atrás y fingir no ser el monstruo que soy.
Todo es complicado, pero eso no borrará lo que siento. Avanzo lentamente a su alrededor y me detengo justo detrás de ella. No pensé en las consecuencias, solo rodee su cintura con mi brazo y susurre con voz tenue cerca de su oído. – ¿No crees que ya es suficiente? – dije frunciendo el ceño y apretando la mandíbula. – Tantos años – murmuro apático tras un largo suspiro y alzo la otra mano hacia mi boca – Y no se ha alimento antes de algún animal, Mademoiselle Albrioni. – Sabía que si ella huía nuevamente, yo no podría hacer mucho. Cassandra estaba impactada, tal vez, desesperada al ir directamente en busca de un hombre, por ebrio que este estuviese primero debía recuperar sus fuerzas.
Solo pensaba en lo que ella sentía, pues si corría intentando escapar otra vez, podían herirla y era fundamental que estuviera complemente lúcida antes de partir. – No quiero volver a gritarte, pero todo esto me tiene nervioso y molesto. – Le confesé y creí que al decirle lo que pensaba, podría borrar algunos temores.
En estos momentos solo quiero protegerla, ser ese condenado ángel guardián para que jamás alguien pueda lastimarla. ¿Has de necesitarme? ¿Encuentras sentido a lo que digo? No entiendo lo que el destino tiene preparado para mí, no le encuentro una lógica o razón a este inútil sentimiento.
Enfadado, me arme de paciencia y fui nuevamente hacia ella. Desde el primer día que la vi, sabía que de algún modo nuestros destinos estaban entrelazados. – No, no te muevas aún – La observo y parece tan angustiada, perdida en sus pensamientos. Ahora no puedo volver atrás y fingir no ser el monstruo que soy.
Todo es complicado, pero eso no borrará lo que siento. Avanzo lentamente a su alrededor y me detengo justo detrás de ella. No pensé en las consecuencias, solo rodee su cintura con mi brazo y susurre con voz tenue cerca de su oído. – ¿No crees que ya es suficiente? – dije frunciendo el ceño y apretando la mandíbula. – Tantos años – murmuro apático tras un largo suspiro y alzo la otra mano hacia mi boca – Y no se ha alimento antes de algún animal, Mademoiselle Albrioni. – Sabía que si ella huía nuevamente, yo no podría hacer mucho. Cassandra estaba impactada, tal vez, desesperada al ir directamente en busca de un hombre, por ebrio que este estuviese primero debía recuperar sus fuerzas.
Solo pensaba en lo que ella sentía, pues si corría intentando escapar otra vez, podían herirla y era fundamental que estuviera complemente lúcida antes de partir. – No quiero volver a gritarte, pero todo esto me tiene nervioso y molesto. – Le confesé y creí que al decirle lo que pensaba, podría borrar algunos temores.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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