A olvidarse se ha dicho ¿O no? [Privado]

por **Norman Beckhamm** Miér Mar 06, 2013 9:21 am

Siento como el viento roza contra mi piel pálida, mi piel blanca como el mormón, bajo mi mirada observando el piso, el césped verde tan hermoso como nunca lo había visto; mis ojos se abrieron más admirando aquel detalle, deslice mis piernas hasta caminar, rozando el césped, aplastándole con cada paso que daba. No me encontraba en casa, no tenia deseos de estar en ese lugar un poco abrumador, desde que me huyo, prácticamente mi esclava mi casa me ha aburrido hasta el termino de quedarme “dormido” en mi escritorio viendo algunos papeles que tenia sobre mi escritorio, eran muchos, no comprendía porque salía tantos cada día, me sentía que pronto iba a enloquecer.

Por esa sencilla razón quise irme por unas horas de casa, no tenia nada que hacer haya, así que nada me retenía, nada. Quise irme algo diferente, a los sembradillos de esta ciudad; al llegar, era de noche por obvias razones. Brinque hasta quedar sobre la rama de un árbol, frondoso, con sus hojas a piel de loto, grande, pero quise ver como estaba el césped, por eso, así que salte y cae sobre aquel césped, me puse de cuclillas tocando el césped con las yemas de mis dedos, cerré los ojos simplemente para sentir con mayor plenitud eso.

Ahora, estoy en esta posición, caminando pro estos sembradillos, tranquilo sin ningún problema.

por **Simone Somerhalder** Miér Mar 06, 2013 7:14 pm

No tenía idea de el porqué había venido a parar en aquel lugar, en donde estaba mi cabeza al aceptar la propuesta de Héctor al venir a ver a su familia? No era que no quisiese verles, ellos se habían convertido en aquello que la vida, y aquellos asquerosos vampiros me habían arrebatados, ellos quienes me acogieron y protegieron hasta que tome la decisión de internare sola en el bosque quienes me presentaron a mi maestro, y en parte les debo quien soy. Por lo menos la parte que considero decente .Seria una semana larga pero no podida negarme. Héctor me había prometido a dejarme ir de cacería a parís una que otra noche, sabía que lo necesitaba, y que además el me acompañaría, - Bah!... como si hiciese falta- como si hiciese falta si quiera que se me dejara o no. Yo siempre hacia lo que quería e iba donde quería. Nadie me imponía nada. Ni siquiera el que era como mi hermano mayor.

Había salido a pasear, la luna estaba clara, iluminando los sembradíos de las granjas vecinas desde su trono celestial, la imagen era hipnótica , bella, embriagadora, que no dude un minuto en dirigirme a ellos, la brisa fresca que golpeaba mi rostro traía consigo una variada e interesante mezcla de olores…el de especias, las fresas, moras, las naranjas, la tierra aun húmeda, y demás…daba gracias de vestir a pantalón si no la fuerza de este habría levantado mis faldas, aunque bueno no había nadie que me viera. Me había alejado ya lo suficiente de la casa, no me di cuenta en qué momento, al parecer nadie se dio cuenta, menos mal porque necesitaba estar sola, durante las últimas horas había compartido con demasiada a gente a la que habitual acostumbro, valoraba mi espacio y estaba acostumbrada a mi soledad.

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