Motivación [Privado]

por **Park Cloud** Mar Mar 12, 2013 9:09 am

Las cuestiones de la vida eran raras, aun no me acostumbraba a estar viviendo sola, pero bueno pronto lo haría. Luego de haber quitado algunos pelos de mi cabeza, le envie una carta a mis padres en donde decía que no regresaría, seguramente al leer eso se enfadaron mucho, pero parecieron entenderlo, ellos se preocupaban más que estuviera en peligro persiguiendo a Vibeke a donde ella fuera. Había entendido que ella tenía un camino que recorrer sola, ahora que era licántropo, no podía estar cerca de ella. Nuestra familia era un gran clan, pero en ocasiones había problemas internos y Vibeke estaba buscando solucionarlo ella sola.

Yo debía mantenerme al margen, ahora que ella no era humana estaba más con el clan lobo que con los de los brujos. Mi familia me aconsejo vivir sola, era algo totalmente radical. ¿Estaban seguros que podría hacerlo? Yo era la mujer más torpe que hubiera pisado parís, aun con mi edad, parecía una niña de diez años por la forma en que me comportaba. Odiaba admitirlo, pero no lo ocultaba era muy dependiente de las personas y mis poderes no estaban muy desarrollados.

Ya habían pasado tres semanas, era increíble que hubiera sobrevivido todo ese tiempo solo en una hermosa habitación que mis padres consiguieron, era amplia, parecía un apartamento de lujo. No tenía muchas cosas, solamente unos muebles y mi cama, el lugar estaba en un lugar lujoso y nunca me faltaba nada, mis padres ya se habían contactado con un abogado para que pudiera mantenerme con los fondos que tenían. Estaba pensando en un trabajo, así no sería tan dependiente –Hace un poco de calor- susurre mirando hacia a mi alrededor, yo era una niña mimada, no podía ni cocinar bien, pero comencé a intentarlo luego de estar sola, hoy quería hacer un plato especial y gracias a mis orígenes adoraba el pescado, así que llegue al lugar en donde los pescados más frescos podrían estar.

Para algunas cosas era tonta, pero reconocía un pescado valioso cuando lo veía, ya tenía algunas verduras y otras especies para condimentar mi alimento al estilo japonés. Era muy difícil hallar aquello tipo de ingredientes en un lugar así, pero por suerte ya tenía algunos proveedores –Quiero este pescado- dije señalando un salmón que estaba medio escondido entre los otros. El hombre no se mostro interesado, parecía que esperaba que yo lo sacara, le mire alzando una de mis cejas y frunciendo levemente mi rostro -¿lo tengo que sacar yo?- el rio y asintió haciendo que yo dejara salir un bufido de desagrado. Puse mis cosas aun lado y con una de mis manos busque sacarlo, pero estaba atascado, no quería otro pescado, quería ese así que jale lo mas que pude pero su cola era resbaladiza y Salí hacia atrás resbalándome por lo mojado que estaba. Mi falda creo que se alzo, no estoy segura, pero mi rostro estaba totalmente caliente por la vergüenza.

Solamente había cerrado los ojos esperando el golpe, pero sentí algo que atrapaba, creo que dure dos segundos con mi rostro cerrado y distorsionado para luego relajarlo cuando no sentí caía, abrió cuidadosamente uno de mis ojos para encontrar a un joven de rasgos asiáticos, sujetándola –Ahh… Gomenasai- dijo sin pensarlo mientras se incorporaba otra vez. Le miro y rápidamente le hizo una reverencia –No me caí gracias a usted- dije de cierta manera feliz, mire otra vez el pescado, luego iría por el.

por **Yong Ha Kang** Mar Mar 12, 2013 11:18 pm

Sabía que Dong Yul no protestaría. No podía hacerlo, a pesar de que no parecía estar al pendiente de que fecha se acercaba. Faltaban solo tres días para el aniversario de la muerte de su abuela. Quizás no fuera una persona que prestara atención a algunas cosas… y que apenas lograra seguir las costumbres; solían decirle que era algo cabezota y distraído, casi tratándolo de torpe y carente de interés en nada realmente. Pero sentía que tenía que hacerlo. No habían fallado a la costumbre de poner un pequeño altar en casa y hacer oración, rogando por el descanso del alma de aquella mujer, y también, al menos el, pidiendo que no dejara de cuidarlos desde donde quiera que estuviera.

Yong Ha era quien mas sensible se ponía. Y si se detenía en esos detalles, tal vez, si fuera otra persona, entendería por que Dong Yul se ponía mas ¿histérico? Cuando la fecha se acercaba. No solía dejarlo para nada solo apenas caía la noche, como si temiera que de un momento a otro, cometiera una tontería y decidiera seguir a la abuela que se había mudado al cielo. El muchacho entonces, alzo la mirada un momento, entrecerrando los ojos ligeramente, poco después, soltó un suspiro y siguió andando.

Se alejo entonces, del mercado. Había ido para ir revisando donde podría comprar algunas cosas. Llevaban ahorrando meses. Como fuera, ya dejaría que su hermano se encargase al día siguiente de las compras, era algo mas diestro que el en esas cosas. Mucho más precavido. Incluso, era posible que le acompañase si lograba…
Ah, claro. ¿Cómo se le había olvidado? Ya no tenia que preocuparse de salir tarde o temprano de aquel trabajo en las cocinas de aquel hotel. Lo habían despedido sin motivo aparente esa misma mañana.

-Eish….- pateo una piedra en el camino mientras se llevaba ambas manos a la cabeza, despeinando su cabello en un mero gesto de frustración. ¿Y ahora que?. No quería preocupar a Dongie…. Ah! Ya estaba, ¿Por qué no darse una vuelta por el puerto? Había una gran cantidad de movimiento por esa zona, y estaba más que seguro, que podría lograr encontrar un espacio por allí. Un hombre fuerte y joven, siempre puede ser útil, no? El joven Kang además era un amante del mar. Ese olor salado y lo frío de aquellas aguas que podrían ser transmisoras de paz o de las mas terribles desgracias, y eso lo sabia bien, por que en mas de una ocasión, tormentas le sorprendieron estando mar adentro. Solo recordar el vaivén y las olas enfurecidas que golpean las maderas… le hacían sentirse ligeramente aterrado, pero a la vez, el espíritu aventurero, le incitaba a querer probar de nuevo suerte en aquellos terrenos.

Con entusiasmo, se acerco a la zona donde se podía ver un poco mas de aglomeración de gente; personas conocedoras, que preferían comprar el pescado de primera mano, de mucho mejor calidad y frescura que los que se podían encontrar en el mercado. Si, preguntaría al azar… total, tiempo siempre le sobraba. Iba observando atento las expresiones de los vendedores, haber cual se miraba mas amable y confiable, cuando algo interrumpió su empresa.
Allí delante de su campo de visión, podía ver una escena a la que no le presto mucha atención, hasta ese momento en que sus piernas se movieron con rapidez, en un acto reflejo, mientras entre sus brazos atrapaba aquella delicada figura.

No era algo que pensara, solo había sucedido. Por que, el no es del tipo de sujeto que se atrevería a tener mucho contacto con una persona que no conoce. Y menos con una chica. Una jovencita bastante bonita, a su parecer. Y para su desgracia, por que eso lo había dejado ligeramente congelado en su sitio. No aflojo el agarre, y por el contrario se quedo mirando aquel rostro de mejillas sonrojadas, con la expresión que su hermano solía decir que lo hacia ver algo atontado. La mirada de la joven se cruzo con la suya, y en seguida dijo una palabra que entendía. Fue entonces, cuando sus manos dejaron de sostenerle a la par que la chica enderezaba.

Parpadeo, incrédulo. ¿Aquella chica le estaba hablando… de… de…? Era extraño para el recibir esas palabras de agradecimiento, pues algunas personas, dada su condición social y quizás aspecto, apenas y solían dirigirle la palabra o la mirada, y si esto pasaba, era siempre con un deje de desdén y superioridad. Una sonrisa se formo en sus labios, mientras desviaba un tanto la mirada al suelo -N-no ha sido n-nada, señorita. Supongo que el cielo m-me puso en su camino para salvarle d-de una caída que pudo doler bastante… Es una suerte que… que… se encuentre bien… - repitió aquel gesto de llevarse la mano a la nuca, nervioso. - Debe t-tener mas cuidado… -reparo entonces, en la dirección de la mirada de la joven. No era algo difícil, era lento, pero no tanto. -¿Querías sacar…? Si gusta, puedo ayudarle… ehmm…. - Se ofreció. No se adelantaría a por aquel salmón, por que cabía la posibilidad que la chica hubiese cambiado de parecer y decido no llevarlo. Se veía grande y por tanto, pesado, le seria difícil llevarlo-

por **Park Cloud** Lun Mar 18, 2013 2:42 pm

No pude evitar ladear incrédula mi cabeza a un lado, estaba apenada por el escándalo que había hecho, las personas nos veían como dos cosas raras que se asomaban y desencajaban, bueno tal vez éramos eso, pues nuestros rasgos asiáticos eran notables. Desvié la mirada mientras él hablaba, había notado que mis manos se sujetaban de mi vestido de forma nerviosa, desde pequeña fui muy popular con los jóvenes que mis padres me presentaban, pero de verdad era muy torpe y siempre parecía un tonta cerca de ellos, extrañamente eso le encantaba a aquellos sujetos, decían que yo era como un tierno cachorro que debían proteger a toda costa. Nunca pude entender a los hombres y menos a estos occidentales que me rodeaban. -si, lo sé, por eso se lo agradezco- indique con una leve sonrisa. Mientras le miraba de reojo. Cuando hablo sobre el pescado, tu pude evitar dar un paso hacia atrás. Deseaba negarme, ya había hecho suficiente, pero era claro que aquellos hombres mal educados no iban a hacer nada para ayudarme.

-Que caballero es usted- indique rápidamente asintiendo dulcemente –si me podría ayudar se lo agradecería mucho- debía recompensarlo de alguna forma. Mire el pescado, era lo suficientemente grande para hacer una cena para tres o cuatro personas y quedar bien del estomago, pero yo solamente era una persona, sería un desperdicio total… aun pudiera pedirle a Yuu que vinera a comer conmigo, pensé, pero rápidamente negué con la cabeza, era muy peligroso, ya estaba tarde y sus hermanos en unas cuantas horas despertarían, no deseaba que se metiera en problemas y tampoco deseaba que un vampiro apareciera en mi casa, no me agradaban mucho que se diga.

¡Estaba decidido! Lo invitaría a llevarse el resto de la comida, así tal vez alimentaria a su familia y en realidad a mi no me importaba compartir, en Japón siempre iba a jugar con los otros niños de la aldea y compartíamos todo lo que teníamos, en ocasiones ellos me llevaban ricos dulces y yo les ofrecía los dangos que mama hacia, que eran muchos para los pocos que habían en la casa, en ocasiones me regañaban por eso, pues siempre venían visita de otros clanes, pero ya me era costumbre. Volví a mirarlo mientras este parecía debatirse –Si también puedes acompañarme con el…- dije un poco apenada, debía estar pensado que me quería aprovechar de el –Bueno… me gustaría que me acompañaras hasta mi casa… Solamente para llevar el pescado- me apresure a decir algo nerviosa –te prometo que te recompensare bien- indique con una de mis normales y amplias sonrisas. Si él no quería estaba bien, tal vez eligiera otro salmón más pequeño, pero ese lo quería yo, sabía que con su carne se había una deliciosa comida y yo era un poco terca en algunas cosas, así que lo más probable es que no cambiara de opinión.

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